El sol se reveló bajo sus párpados cerrados y el torso de Dennis saltó del sofá y se incorporó. Los largos recuerdos del día de ayer se desarrollaron como una película y luego, una habitación extraña apareció frente a sus ojos. La ropa y las mantas que se quitó rodaban por el suelo y la ventana, que había estado abierta, ahora tenía los cristales cerrados y asegurados. No estaba Jesaja.
De repente, escuchó un sonido electrónico golpeando sus oídos. Era el sonido del timbre. Dennis se puso de pie y pasó rápidamente por el pasillo, clavando un ojo en un pequeño agujerito en la madera de la puerta principal. Era la primera vez que veía al visitante más allá del umbral de la casa, pero no era difícil adivinar quién era. Jesaja ayer le había pedido a Kaplan que enviara a una persona llamada "Yanar" así que, quizá el hombre fuera de la puerta era él. Dudó en abrir. Sin embargo, para reunirse con su padre tenía que conocer a un hombre llamado Matteo y para hacer eso, sería importante seguir a Jesaja o a Kaplan.
Sea cual sea la terquedad de Jesaja, hacer las cosas bien era su mejor opción para el momento. Dennis le puso un alto a sus preocupaciones y abrió la puerta principal.
"¿Dennis?"
El visitante tenía la piel morena y el cabello negro rizado similar al de Kaplan o Timor. Medía un palmo menos que Dennis y su camiseta de manga corta era ajustada y resaltaba bien los musculos de sus brazos. Estaba en forma, tenía la misma edad que él seguramente pero parecía un poco mayor.
"Soy Yanar".
Era el nombre esperado. Dennis asintió y abrió por completo haciendo que Yanar entrara rápidamente a la casa. Tenía docenas de bolsas de compras grandes y pequeñas en ambas manos y varias de ellas hacían un ruido desordenado cuando caminaba.
"Es toda ropa para ti. Jesaja lo envió".
Yanar, erguido en medio del pasillo, dejó sus bolsas de compras junto a sus pies.
"¿Mi ropa?"
"Ajá."
Dennis, que había fruncido los labios, recogió las bolsas de la compra del suelo una a una y luego, mientras movía la cabeza, miró suavemente lo que tenía en la mano y caminó hacia la habitación al final del pasillo
Yanar lo siguió.
"Cámbiate rápido. Tenemos que salir."
Como si hiciera calor, Yanar agarró el cuello de su camiseta y comenzó a agitarla para hacer aire. Dennis vio el sudor en su pecho y abrió la ventana de par en par. El calor seco calentó la habitación incluso aunque había hecho frío toda la noche.
La mano descuidada de Dennis recogió las bolsas de compra y las puso boca abajo. Algunas cajas se abrieron y salió el contenido envuelto en papel. Había unas cosas amarradas con cinta así que tenía que abrirlos uno por uno para ver que era. Sin embargo, comparado con el gran empaque, el contenido era solo uno o dos juegos de ropa. Dennis tuvo que pensar un rato frente a la ropa esparcida por el suelo para analizar sus opciones. Eran de un color vergonzoso, pegadas y con el pecho y el cuello descubiertos. Todos eran incómodos de llevar pero no tenía nada que ponerse además del uniforme de sacerdote. No había elección. Se concluyó que iba a ponerse una camiseta con estampados de plantas tropicales con el pecho descubierto y además, unos pantaloncillos oscuros. Había diferentes tipos de zapatos pero se puso los que parecían ser más cómodos. Sorprendentemente todos tenían el tamaño perfecto.