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Una fruta. Tomo 1 y 2 por yuniwalker

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Dennis abrió los ojos, aunque no era como si sus párpados hinchados estuvieran bien cerrados de todas maneras. No sabía si era algo bueno o malo, pero el ojo derecho, el que había sido menos golpeado por Yanar, solamente podía abrirse hasta la mitad. Su cuerpo entero parecía tener surcos profundos y sus nervios estaban como lijados con metal. Para levantar la parte superior del cuerpo tuvo que pasar un tiempo considerable y era difícil incluso extender los brazos para sostener una cabeza que se caía hacia atrás. Entonces, de repente, mirando detenidamente a su alrededor, notó que el polvo de cemento y los rastros de pared habían desaparecido. La sangre de Ozan tampoco estaba ya... Dennis cerró los ojos, miró hacía arriba y oró por el hombre. Lo había visto por primera vez ayer, era un tipo que estaba claramente desequilibrado, pero no importaba. No tenía sentido estar enojado con los muertos. Cuando recordaba a Ozan, que estaba al borde de una terrible muerte, y a su asesino, aplastándole la cabeza, se estremecía tanto que incluso podía sentir a sus pulmones apretarse. Jesaja aplastó a Ozan igual a si fuera una mosquita. Y no solo él estaba asombrado, los otros espectadores parecían no saber que hacer.
Hoy, el clima estaba soleado y la luz anaranjada entraba a raudales por la ventana semi abierta, pero Dennis sentía muchísimos escalofríos aún así. Jesaja nunca fue normal en la adolescencia, es solo que no había sido nunca tan terrible. Fue expulsado de la escuela por buscar pelea, se drogaba y tomaba a cada hora de cada día pero, al menos todavía podía decir que era un humano...

Ya no lo pensaba así.

Dennis, recargado sobre la cabecera de la cama de hierro, murmuró con la frente en alto: "Jesaja."

Hoy no había nada especial en la casa del asesino. Era como si estuviera escondiendo al dueño que había derramado docenas de litros de sangre en el pasado tras sus paredes. El tapiz era perfectamente blanco y parecía que la temperatura en la habitación podía calentar a cualquier ser viviente. Había, por supuesto, algo particularmente irónico en las paredes blancas y las cálidas temperaturas de la guarida de la bestia. Su nariz se estaba derritiendo, había un olor dulce en las prendas. Algo parecido al aroma de la manzanilla.... Champú. Su champú. La verdad es que se había enamorado de Jesaja de un modo increíblemente intenso cuando era un adolescente, y ese sentimiento se había vuelto aún más atroz que hace diez años.

Cuando los ojos de Dennis se entrecerraron, como si quisieran perderse en esa esencia espesa, Jesaja entró en la habitación, con el pelo mojado y goteando hasta el suelo.
Al igual que las huellas de la muerte de Ozan, el cuerpo de Jesaja se había aseado tanto que casi brillaba.

"Buenos días, Dennis."

Saludando, Jesaja inclinó la taza de café que tenía entre las manos hasta que el vapor terminó por subir hasta su boca.

"Asesino."

"Gracias. ¿Eso significa que ya vamos a empezar a hablarnos con apodos tiernos? Buenos días, mi amor".

La respuesta al fuerte desprecio, fue sarcástica.

"Mataste a alguien ¿Y está bien para ti?"

"Recién te lo dije todo cuando me confesé".

"Una idiotez como esa..."

Dennis murmuró, cubriéndose la cara.

"Era real…" Jesaja, que había estado bebiendo café con una expresión evidentemente apagada, se acercó a la cómoda que le llegaba la cintura y colocó la taza justo encima. "Yo nunca miento, Dennis."

Jesaja susurró esto rápidamente y después abrió el armario. Tomó un par de camisas y pantalones que estaban colgados en perchas negras, y luego los aventó todos contra el suelo.

"Jesaja"

Jesaja solo miró por la puerta del armario:

"Dime."

"¿Qué es "Pyotr"?"

Sus ojos grises se volvieron hacia adelante por un momento y luego descendieron lentamente hasta caer en él. Cerró la puerta del armario y luego tomó una taza que ya no estaba tan caliente.

"¿Tus nuevos hermanos te dijeron algo?"

"Sí."

"No se siente bien que vean en mi historia tan al fondo".

"Es tu culpa por ser popular entre los hermanos".

"Solo diré que es el pasado".

Dennis no se dejó llevar por la extraña manera de hablar de Jesaja. Estaba decidido:

"Jesaja ¿Qué es "Pyotr"?

Jesaja se acercó a la cama y se sentó con las piernas extendidas. Los antebrazos de las dos personas se tocaron y aunque Dennis se apresuró a alejarse, Jesaja solo le contestó con una sonrisa que fue claramente ridícula.

Después de un sorbo de café, volvió a abrir la boca:

"Dennis, ¿Hasta dónde has oído?"

"Hace seis años, "Emil" murió y por eso el "Pyotr" sucedió".

"¿Y?"

"Un "Pyotr" no se olvidará incluso después de sesenta años."

"¿Y...?"

"Aparentemente, cuando hablan del "Pyotr" se les va el hambre."

"Pues allí lo tienes, de nada".

"Dime más."

Esa era una orden.

"Denny". Con la taza nuevamente sobre el buró, Jesaja se enfrentó a los ojos increíblemente azules de Dennis. Era una distancia lo suficientemente cercana como para contar las pestañas del otro. "Te ves muy sexy hablando de eso".

"No juegues".

"Lo digo en serio."

"Dime qué es "Pyotr"?".

"¿Por qué tienes curiosidad por eso?"

"Jesaja." Dennis miró más de cerca, hasta que las dos puntas de narices se tocaron "Ya no quiero estar decepcionado de ti. No quiero pensar..."

Jesaja extendió la mano para tocar los labios de Dennis. Era su forma de pedir silencio.

"¿Quieres saber que clase de basura soy?"

"Así es."

"Hay otras maneras ¿Sabes?" Con la punta de la nariz, pinchó suavemente la mejilla de Dennis cuando le dio un beso. Cerró los ojos, recorrió cada parte de su piel helada y luego se pegó a sus orejas para susurrar: "Puedes convertirte en la misma basura que yo".

Los dedos, que corrían suavemente por su cabeza, agarraron de repente su cabellera rubia de manera descarada. La mandíbula de Dennis se abrió y permitió que la lengua de Jesaja bajara ahora hasta lamer la abolladura que se formaba debajo de su barbilla.

"Así no vas a decepcionarte..."

"Jesaja..."

" Denny ..."

"Hablame sobre el "Pyotr"."

La terquedad de Dennis no sabía de provocaciones. Tampoco parecía conocer sobre peligros. Soltando su cabello rubio, Jesaja barrió nerviosamente sus mejillas y su cuello. Como si fuera un gatito recién amaestrado. En el mueble junto a la cama, sacó uno de los paquetes de cigarrillos y se puso uno en la boca.

"Te lo diré, Denny." Jesaja, quien habló de una manera considerablemente relajada, encendió uno de sus cigarrillos y dijo: "Pero entonces tú también tendrás que responderme algunas cosas."

"De acuerdo."

Dennis respondió con facilidad. No tenía nada que ocultar así que cualquier cosa que preguntara Jesaja, parecía ser algo fácilmente manejable.

"Manten tu promesa."

"Lo haré."

El humo del cigarrillo comenzó a hacer ondas en el aire. El rostro de la otra persona se volvió borroso por un momento y cuando finalmente todo se tranquilizó, Jesaja comenzó la historia.

"Pyotr era un rey en Gorzow Wielkopolski (región de Polonia)Algo así como un jugador importante".

"¿De la mafia?"

"Ajá"

Sus ojos grises estaban húmedos y oscuros, como si estuvieran siguiendo recuerdos.

"Teníamos hambre. No había suficiente arroz, o pan o víveres de ningún tipo".

"..."

"En ese momento, nuestra "casa" no era tan rica como lo es ahora así que nadie volteaba la mirada en nuestra dirección para ofrecernos una mano. Si no intentabamos conseguir cualquier cosa, moriríamos de hambre. Era triste ¿Cómo íbamos a sobrevivir más de una semana? Ni padre ni los hermanos ni yo éramos suficientes."

Jesaja, quien fingió estar triste por un tiempo, volvió a poner una mirada normal cuando continuó con la historia.

"Entonces, antes de morirnos de hambre, hice un plan para conseguir la comida de Pyotr. La comida que nos había negado Pyotr incluso cuando comenzamos a rogar... Aunque claro, todos estaban en contra."

"¿Por qué?"

"Deben haberle tenido mucho miedo."

"..."

"En fin, me fui de casa esa noche, diciendo que estar rodeado de cobardes era algo molesto para mí y que no quería tener nada que ver con ellos otra vez. Claro, era una mentira. Pero no quería que me malinterpretaran después así que le escribí una carta a mi padre. "Voy a comer a casa de Pyotr. Nuestro cuartel es tan pobre que vamos a morir si no hacemos algo." Así tal cual."

Jesaja arrojó los cigarrillos que había fumado, dentro de su taza de café.

"En medio de Kamien Wielki, (una pequeña ciudad polaca adyacente a la frontera con Alemania) vivía un amigo mío. Quiero decir, no era mi amigo en ese entonces pero después de eso nos volvimos exageradamente cercanos... Se llamaba Tony. Era un fanático de la recolección de armas y tenía unas bombas de la Segunda Guerra Mundial."

"Ya..."

Dennis respondió como si se enfrentara a un niño que leía un libro de cuentos.

"Le dije que iba a matar a Pyotr, así que Tony me dijo "Matalo sin dejar rastro" Y me ofreció... Wow, un montón de cosas. Una granada de mano, pistolas, una metralleta Thompson y... Oh, todavía tengo la metralleta. En el armario ¿Quieres verla?"

"No, sigue hablando".

"De acuerdo." Jesaja, que sacó un cigarrillo nuevo, encendió el fuego y luego tomó unos sorbos en silencio antes de hablar otra vez. "Era el 31 de diciembre".

"¿Ese día?"

"Ujum."

Una mano sin cigarrillo envolvió la muñeca de Dennis. Dennis no evitó el toque en absoluto.

"Pyotr tuvo una fiesta de año nuevo para celebrar el paso del tiempo. Habían venido muchas personas, no te imaginas. Los chicos de Pyotr, sus amigos, sus niños, ancianos..."

"¿Cómo entraste en la casa de Pyotr? ¿No había alguien que vigilara?"

Dennis, que estaba escuchando en silencio, preguntó de repente.

"Hablé algunas palabras en polaco, así que me dejaron entrar".

¿Los extranjeros que ni siquiera fueron invitados a la casa del jefe de la mafia podían entrar tan fácilmente? Dennis no creyó la respuesta de Jesaja. Pero al escuchar la conclusión del caso, Dennis se quedó callado y asintió.

"Pyotr tenía un gusto obvio. Formó un buffet bastante extravagante y se reunió con todos en el jardín para beber champán. Tocaron una maldita canción para todos y también prepararon un escenario para una orquesta mientras Pyotr parecía escabullirse todo el tiempo, comiendo y comiendo."

Sus dedos fríos y delgados apretaron el hueso de la muñeca de Dennis.

"Estaba muy enojado."

"..."

"Mis hermanos morían de hambre... Algunos enfermaron, en la calle no había nada y nosotros habíamos ido allí un sinfín de veces, llorando y sufriendo para que él nos respondiera siempre que tampoco tenía nada que ofrecer."

"…"

"Y padre..."

Los pulcros dientes delanteros masticaron el filtro del cigarrillo.

"Bastardos polacos, riendo delante de mí. Estaba muy enojado, realmente enojado".

Los dedos, que jugaban con los huesos de la muñeca de Dennis, treparon y empezaron a frotarle entonces el dorso del brazo.

"Tiré una granada de mano".

"..."

"Dado que la mayoría de ellos estaban reunidos frente al escenario, murieron muy deprisa. Salieron volando y aterrizaron a unos centímetros de mi".

La punta recta de su uña presionó contra el codo de Dennis y lo arañó.

"Me sentí... Como si todo estuviera en cámara lenta ¿Sabes? Porque el número de cabezas y el número de cuerpos no coincidían. Y yo solo recuerdo estar pensando, "Pyotr" y "Pyotr" una y otra vez mientras veía la sangre. Algunos de los tipos no tenían cuerpo. No encontré el cuerpo de Pyotr así que aventé otra granada al final. Todos murieron."

"… ¿Todos?"

"Sí, todos los que estaban allí. Pyotr, los chicos, los viejos, los niñitos, los hombres, las mujeres, todos acabaron muertos."

"¿Cuántos?"

"Cuando tiré la segunda granada ya eran unas cincuenta y luego, utilicé el arma... Lo siento."

El interior de su pecho tembló y luego se le puso la piel de gallina.

"¿No vino la policía?"

"Denny, a la medianoche del 1 de enero, había fuegos artificiales y petardos de casa en casa. Este era el corazón de Polonia."

Arrojó una colilla más a la taza.

"Pyotr también compró petardos, y pensé que hubiera sido un desperdicio si no los utilizaba así que hice estallar algunos. Después, descansé hasta que llegó mi padre. Le había dicho que viniera a recogerme... Debió haberse sorprendido, todo con sangre, con una pistola. Oh, pero ¿Erkan dejó caer el arma que tenía cuando me encontró? No puedo recordar".

"..."

"Denny, eso es lo que un "Pyotr" significa. Por eso tiene su nombre".

Jesaja terminó la historia de una manera que parecía más bien, el final de una película tonta. Unas cincuenta personas, reventadas con una granada de mano y decenas de personas a las que les había disparado con pistola. Una fiesta de año nuevo, decorada con sangre. "No puede olvidarse incluso después de sesenta años" "A veces está en mis sueños" "Tengo mal sabor después de escucharlo." Las opiniones de los hombres sobre el Pyotr no fueron exageradas.

"Jesaja ¿Cómo es que incluso después de hacer eso estás frente a mí?"

Jesaja sonrió.

"Denny, ¿No puedes creerlo porque me quieres mucho? No te preocupes, nada puede pasarme."

Jesaja, elevándose de hombros, simplemente sonrió.

"Exacto ¿Cómo pudiste hacer eso y seguir como si todo estuviera bien?"

"Ve a la comisaría y pregunta".

Jesaja, que dejó de jugar con los brazos y los codos del hombre a su lado, terminó con los dedos justo en la línea de su sien. Le quitó el sudor.

"Pero lo que dije es cierto. No oirás nada, y ni mil pruebas tuyas ocasionarían que me atraparan jamás".

"Sí, no estoy seguro".

Dennis empujó la mano que le estaba barriendo la cara. Tenía los ojos llenos de conmoción y desprecio pero como si fuera muy gracioso, Jesaja solo enarcó las cejas y levantó la boca.

"Denny, ¿Crees que me esposarán por matar a la mafia? No. ¡Ni siquiera fue algo que saliera en las noticias! A la policía le gusta este juego de limpiarnos entre nosotros. E incluso si hubiera matado a cientos y no a docenas ese día, habría recibido por mucho una notificación".

Jesaja miró la hora y se tocó la frente.  Dennis tenía mucho que saber pero no podía darse el lujo de explicarle a detalle. Ahora, incluso con una sola historia, había pasado una hora y eso significaba que iba tarde al encuentro con Kaplan. Además, seguro lo fastidiaría hasta tarde por haber matado a Ozan.

Se levantó de la cama, recogió la ropa que había tirado al suelo y se la metió en el cuerpo rápidamente. Y mientras se abrochaba el cinturón, le dijo a Dennis:

"Recuerda tu promesa, Dennis. Debes responder todo lo que te pregunte."

"Lo sé."

Había tantas cosas que quería preguntarle que seguramente ni siquiera alcanzaría un día entero. Sabía que Dennis respondería a todas pero si lo haría con sinceridad... Era un asunto diferente.


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