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Una fruta. Tomo 1 y 2 por yuniwalker

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Habían pasado solamente dos meses desde que fueron a la catedral por primera vez y, hablando con completa honestidad, Jesaja había sido bastante fiel a su nueva vida santa: Ni siquiera usaba drogas, buscaba en la Biblia cada vez que pensaba en beber y oraba fervientemente de una manera constante y hermosa... Aunque eso no significaba que llegara a creer en Dios. Solo lo hacía por la anticipación de que su padre mejoraría si continuaba por este camino largo.

Pero no fue así ¿Y por qué no era así? ¿Era porque todavía pensaba en consumir cocaína? ¿Era porque no leía la Biblia con devoción? ¿Era tal vez porque le faltaba seriedad? ¿O es que había sido castigado por dudar de la existencia y el poder de Dios hasta el final?

La esperanza que Jesaja tenía se vió ensombrecida cuando la condición de su padre se deterioró notablemente y, al final, sin siquiera luchar por otro minuto, convulsionó en frente de él hasta que metieron un tubo a través de su garganta. El hecho de que estaba a punto de morir fue señalado por un sonido mecánico constante que se escuchó con fuerza en lugar del llanto de Jesaja, que solo tenía los ojos negros y la expresión completamente perdida hacía adelante.

Era la quinta vez hoy. El Doctor Leitner fingió ser un consuelo cuando caminó hasta él para anunciar que no había más esperanzas para la extensión de la vida del señor Winn joo...
Jesaja vio al padre de Dennis, quien siempre ponía cara de tristeza cuando era absolutamente necesario y, pensó que era inevitable que Dennis creciera como un hipócrita teniendo ese tipo de enseñanza junto a él. El hombre idiota tuvo que tener un hijo idiota que pretendiera ser voluntario del señor.

El doctor Leitner, que tenía muchos pacientes más importantes que su padre, colocó la mano sobre los hombros de Jesaja y después, se dio la media vuelta y desapareció completamente de la habitación del hospital para dejarlo solo con el cadáver. Finalmente, una mano más grande que esa última se acercó a su espalda vacía y lo palmeó.

Esta nueva persona dijo:

"Él estará bien ahora."

Había visto a su papá escupir espuma al mismo tiempo en que la máquina hacía un fuerte anuncio de que su corazón se había detenido así que no, no podía entender qué estaba bien o por que mierda lo estaría después de esto. 

Jesaja tocó la mano de Dennis cuando esta se acercó hasta su brazo.

"Dennis..."
 
"Dime".

Dennis vestía el uniforme de un equipo de fútbol. Pero solo hacía eso porque no parecía haber jugado ninguna clase de partido el día de hoy. Es decir, se veía muy bien para alguien que había estado haciendo ejercicio. Incluso olía fresco, igual a si se acabara de bañar.

"Durante dos meses, oré con sinceridad."

"Lo sé."
 
"Entonces ¿Por qué la condición de papá solamente empeoró?"

La expresión de desesperación de Jesaja se sintió tan dura como si le clavaran una espada envenenada justo en el medio del pecho. Pero Dennis envolvió sus hombros entre las manos y murmuró:

"El Señor en ocasiones manda situaciones necesarias para probar nuestra fe..."
 
"Deberías haberme dicho eso de antemano... Que esta solo era una prueba".

Jesaja de repente arrugó la frente y se dejó abrazar. Sintiendo la nariz de Dennis soltar todo el aire contra su nuca.

"Dennis, quiero ser feliz."
 
"Puedes serlo."

"Pero ahora todo está mal ..." Un aliento agotador le hizo cosquillas en el tendón del cuello cuando Jesaja se volteó para hundir su cara justo contra él. Su rostro estaba tan pegado al suyo que incluso cualquier intento por confortarle también desapareció. "Papá era el único que me amaba..."

Las palabras de Jesaja penetraron la piel de Dennis y bajaron hasta su corazón en un intento por sacudirlo.

"Estoy tan solo y asustado".
 
"No estás solo."

"Dennis..."

Jesaja respiró hondo contra sus labios, empapándose del refrescante aroma de Dennis hasta que el pobre muchacho sintió que le robaban hasta el alma. De alguna manera, incluso estaba todo mareado.

"Bésame, Dennis..."
 
"Ah..."

Dennis trató de empujar a Jesaja para quitárselo de en frente... Sin embargo, fue difícil porque la sangre fluía al revés y su cabeza había conseguido nublarse hasta un nivel de verdad aterrador. Debe haber sido una prueba divina. Y no importa lo fiel que fuera Dennis o que tan grande se viera su sueño de seguir al señor... Esto pareció ser tan doloroso que ni siquiera sentía que lo pudiera evitar.

"Vamos a besarnos".

Satanás viene cuando estás más indefenso y susurra las más dulces tentaciones justo en tu oreja. Esta es, una de las pruebas del señor y como tal, tenía que negarse a como de lugar.

"Dennis..."

Tenía que negarse..

Su boca invadió lentamente la boca de Dennis, pero igual se sintió como la descarga de un enorme rayo. Fue una sensación de conmoción y excitación impresionantes que le sacudieron el cuerpo hasta hacer que dejara de respirar e incluso, que dejara de sentirse un humano.
Dennis era un muchacho de 17 años que tenía una gran devoción y una fe fuerte e inquebrantable como la madera de un imponente roble, pero al mismo tiempo, había sido fácilmente arrastrado por las olas de su propia naturaleza oculta.

Jesaja lo besó apasionadamente para disfrutar de la vergüenza que sentiría cuando volviera en si. Lo acarició, dejó que dos lenguas largas y húmedas se entrelazaran como el nudo de una cuerda y... Después le abrió la puerta a ese sonido exigente, pegajoso y húmedo que le provocó comenzar a jadear.
Durante el beso, Jesaja abrió los ojos y observó a Dennis. El lindo, lindo, Dennis. Con los ojos cerrados y las pestañas temblando como las alas de un pajarito. El color que siempre era pálido en sus mejillas había cambiado a un rosa fuerte y su expresión... Ah, se veía tan feliz mientras su lengua se movía contra la suya que tuvo ganas de reírse frente a él. Un hombre en éxtasis.

Eso fue suficiente para hacerlo sonreír. 

"Dennis..."
 
"... Jesaja".

La respiración de Dennis, aún con pulmones sanos, era difícil por alguna extraña razón.

"¿Qué pasa si no apruebo las pruebas de Dios?" Los dedos de Jesaja atravesaron su cabello rubio cenizo hasta apartar los pequeños mechoncitos que estaban esparcidos sobre su frente como un campo de juncos atraídos por el viento. "Desearía hacer mis propias pruebas".

"La misericordia de Dios es..."

"Yo puedo ser tu Dios... Al menos de esa manera, papá, Dennis y yo seríamos muy felices por toda la eternidad."

Jesaja fijó su mirada en el cuerpo visiblemente tembloroso que tenía adelante. Contrario a sus palabras, Jesaja no creía en Dios ni en la misericordia de Dios y obviamente no quería ser algo parecido al suyo... Solo deseaba, jugar con él hasta que pudiera sentir el mismo dolor que estaba dentro de su cuerpo.

"Dennis, nos vemos el domingo".

Jesaja se puso de pie con una palabra absolutamente seca y se llevó con él todos los sentimientos agotadores que le había dejado con ese beso. Lo convirtió en un hombre tan en blanco que Dennis ni siquiera pudo contestar, ni saludar, ni mucho menos respirar... Solo se quedó mirando fijamente la desaparición de sus labios a la distancia.
Cerró los ojos para intentar contenerlo, pero la oscuridad se volvió cabello negro y sobre él, se pintaron los rasgos de Jesaja. Ojos grises, nariz recta, labios rojos...

Labios rojos como el infierno.


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