Dennis miró cada parte de la casa y barrió el cabello que le estaba goteando por la frente. Entonces, directamente en su campo de visión, apareció Jesaja, que había desaparecido en algún lugar pero había vuelto con un par de toallas de mano.
"Cámbiate la ropa, te prestaré una camiseta y también un pantalón".
"Así estoy bien, gracias."
Dennis se envolvió el cabello con la toalla que había recibido de Jesaja y después, la ocupó para secarse la cara al igual que el resto de su cuerpo. Sin embargo, todavía llevaba la ropa completamente empapada en agua de lluvia...
"Por Dios, solo quítate todo eso y sécate bien".
Jesaja, quien había dicho esto con una voz de verdad pequeñita, se quitó de la camiseta a los calcetines como si nadie estuviera mirando y luego, colgó la ropa sobre el calentador y apretó un pequeño botoncito para llevar la temperatura casi al límite... Dennis miró entonces al cuerpo expuesto de Jesaja: A pesar de que era alto y su silueta era delgada, fue inesperado encontrar la cantidad adecuada de músculo pegado a su esqueleto. Su cuerpo se veía muy saludable, a excepción de los pinchazos rojos y azules que estaban claramente expuestos en su piel blanca. Además, incluso en pleno invierno, se convenció de inmediato de que Jesaja debía ser excepcionalmente fuerte si incluso vestido con ropas finas no se resfriaba.
Dennis, que parecía estar poseído por su hermoso cuerpo desnudo, se apresuró a desviar la mirada cuando hizo contacto visual con Jesaja y puso la toalla sobre el calentador. Luego, sin pensarlo demasiado, se quitó la ropa mojada que se le pegaba a la piel, una por una hasta terminar por extenderla entre sus manos.
"Jesaja, ¿Dónde está el baño?"
"Sal por el pasillo y ve hasta el final. Es la primera puerta a la derecha".
La mirada de Dennis cayó de inmediato a la ropa que Jesaja había aventado al suelo. Se estaba formando un charco enorme así que inmediatamente después se aproximó para preguntar:
"¿Puedo tomar tu ropa y ponerla a secar?"
"Claro."
Después de intentar limpiar el charco con la misma ropa, Dennis se volvió para ir al baño... La mirada de Jesaja, que había decidido sentarse en el sofá, siguió en secreto la espalda de Dennis, quien estaba vistiendo solamente su ropa interior: Hombros rectos y anchos, una espalda con músculos hermosamente extendidos, una cintura que cae suavemente y unas piernas delgadas y largas que dividen sus músculos con cada nuevo paso. No es como si hubiese intentado ocultarse con la ropa alguna vez, pero ver su cuerpo completamente expuesto ante él podía describirse como algo que iba más allá de su imaginación...
Entonces, después de que Dennis desapareció por completo en el baño, Jesaja silbó. Abrió la tapa de la caja de madera que siempre colocaba en la mesita de té y sacó hojas de tabaco, papel largo, un filtro y hojas de cáñamo. Hizo una tira larga con hábiles movimientos de sus manos y después, se la puso en los labios, lo encendió e inhaló el humo con bastantes ganas...
Ayer, Timor y él se bebieron dos botellas de vodka, uno para cada uno. No sabía como había llegado a casa pero, cuando se despertó, ya estaba en su cama.
Tan pronto como se levantó, se dió la vuelta y entró al baño, el teléfono empezó a sonar con bastante fuerza. En realidad sonó y sonó bastante persistentemente mientras se duchaba, pero él había decidido que simplemente lo iba a ignorar. Al final, la persona que llamaba ganó la batalla y Jesaja salió del baño sin lavarse de la manera que hubiese deseado hacerlo, aventó un montón de malas palabras en todos los idiomas que conocía y respondió el teléfono mientras tenía todavía un cepillo dental en la boca.
"Hola".
"Este es el Hospital Martha María. Estoy buscando al tutor del señor Winn Joo ¿Jesaja? ¿Es usted el señor Yesaiah?"
Su papá está muerto.
No fue una convulsión, ni una falsa alarma, esta vez está muerto de verdad. Lo había imaginado innumerables veces hasta tal punto que sufrió un montón de pesadillas al respecto así que, en realidad no debía ser una gran sorpresa... Sin embargo, lo que Jesaja sintió ante la triste noticia fue una sensación inmensa de depresión y vacío.
Incluso después de colgar, Jesaja no corrió directamente al hospital. Se sentó en el sofá y fumó hierba, justo como ahora. Después de haber terminado de fumar, vomitó unas cuantas veces y, tras tomar otra ducha para quitarse el mal olor, fue inmediatamente al hospital para ver el cuerpo.
Al regresar a la sala de estar, Dennis arrugó las cejas, seguramente por el olor del cáñamo. Sin embargo, en lugar de quejarse o regañarlo, el chico corrigió rápidamente su expresión y colocó la ropa mojada sobre la calefacción. Luego, solo se sentó frente a él y le tomó de las manos. Jesaja está triste y se lamenta fumando marihuana, porque ciertamente las drogas lo hacen olvidar su sufrimiento. Dennis no se atrevió a detenerlo porque racionalizó su descarrilamiento a la perfección. Un chico malo que perdió a su padre. Es decir, era una vergüenza estar al margen del pecado, pero Dennis tenía un grado de "flexibilidad" para este tipo de situaciones.
"La lluvia... ¿Cuándo crees que parará?"
Preguntó Jesaja de repente. En un instante, el cielo brilló y la habitación se llenó de un terrible color blanco.
"Pronto. Solo hay que ser pacientes."
Dennis respondió brevemente. La mirada de Yesaiah, la que le dedicaba todo el tiempo, era algo desconocida y vacía así que se vió obligado a tragar saliva para quitar el ardor.
"Duerme conmigo."
"¿... Qué?"
Los ojos azules, temblando de agitación, se movieron hacia la ventana para intentar apartarse de los salvajes de Yesaiah... Pero, de repente, se encontró besando a Jesaja como si la vida se le fuera en eso. Su boca contra la suya, la sensación de su saliva mezclada con agua de lluvia y también... Estaba allí el peligroso sabor de la marihuana. Dennis se apresuró a mirar al suelo. La nuca, su cuello y sus mejillas estaban completamente calientes.
"Hazme el amor..."
"No digas... No podemos..."
Finalmente, Dennis parecía estar hundiéndose en el descarrilamiento de Jesaja. Se sentía tan emocionado por sus palabras que, lo rechazó cobardemente. Fue un rechazo a la orden de ir a la cama, una determinación para no repetir un pecado.
"Dennis..."
Jesaja frotó el cannabis acortado en la mesa de té y lo apagó utilizando los dedos. Extendió las manos hacia Dennis y las colillas terminaron por caer hasta descansar sobre sus muslos. El hombre le dio la espalda:
"Iré a la catedral".
"En cambio, si papá se pone más enfermo y muere, serás el único responsable y voy a correr detrás de ti hasta el final de los tiempos."
"... ¿Qué?"
"Vamos, Dennis, ¿Olvidaste nuestra conversación?"
Dennis, que era sabio, recordó la respuesta que le dio e incluso el momento exacto en que lo dijo.
"Para nada."
"Se responsable de tus promesas falsas". Una pequeña risa salió de sus labios rosados "Se responsable y acuéstate conmigo."
Hubo un trueno.