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Cosecha de cerezas, tomo 1 y 2 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Tan pronto como regresaron al hotel, Hee-seo se aventó sobre la cama y comenzó a llorar con demasiada fuerza. Hee-gyeom, que lo siguió, se sentó a su lado y lo comenzó a mirar con una clara mueca de preocupación sobre la cara. Había instalado una aplicación de "ciclo menstrual" en su teléfono inteligente para verificar siempre los ciclos de su hermano por lo que, obviamente, sabía muy bien que iba a comenzar a menstruar pronto. No esperaba que fuera tan deprimente para él.


"Ah... Estoy tan enojado."


Un grito ahogado salió de entre su boca. Pareció estar muy triste de que el tan esperado viaje con su hermano comenzara precisamente con la noticia de su menstruación. Hee-gyeom, que no sabía nada sobre lo que se sentía sangrar o tener cólicos, consoló a su hermano menor con una de sus manos en lugar de apresurarse a decir una palabra. Sus hombros, que habían estado temblando, se calmaron gradualmente, y su cabeza, que había sido enterrada por completo en la almohada, se volvió con lentitud hasta quedar de frente a él. Hee-gyeom arregló sus cabellos desordenados uno por uno y lo besó justo en la boca. Heeseo solo murmuró:


"Quería nadar..."


"Lo haremos más tarde, tenemos tiempo".


"Quiero decir, quería hacerlo hoy..."


Era una voz triste que pareció a punto de estallar en llanto. Hee-gyeom limpió suavemente el área húmeda de sus ojos con el pulgar y comenzó a acariciarlo como siempre lo había hecho. Hee-seo se quejó de su hermano mayor y le pidió que se detuviera.


"¡No es solo nadar! Quería darme un baño en la bañera de hidromasaje. Y mañana... No puedo. No puedo hacerlo al día siguiente o al día siguiente. No puedo hacer nada."


"Sí, por eso Heeseo está tan triste. Lo entiendo".


"No, no entiendes. ¡Es molesto! Además, me temo que mancharé las sábanas cuando duerma aquí y... De verdad es tan..."


Heeseo encogió los pies. Al contrario de cuando trataba de fingir ser un adulto, ahora estaba lo suficientemente enojado como para intentar tranquilizarse o encontrar las palabras correctas que decir ante la situación. Hee-gyeom hubiese deseado retrasar su período pero, por supuesto, era imposible.


"¿Trajiste toallas?"


"Lo hice".


Pero cuando le dijo eso, solo se echó a llorar con mayor intensidad. Y fue ese el momento exacto en que sintió que todo el trabajo duro que había estado haciendo para consolarlo fue una enorme perdida. Es decir, a menudo lloraba o se quejaba pero nunca lo había visto tan desconsolado como ahora. Hee-gyeom habló muy despacito, como si estuviera avergonzado:


"Hee-seo..."


"Te odio, hyung. Soy un hombre, ¿Entiendes? Soy un hombre y de todos modos menstruo y... No quiero hacerlo. Y tú estás allí, mirando y solo... Solo siento que te estás burlando de mí como si no fuera ya lo suficientemente difícil."


"Perdón."


"Ah..."


Las lágrimas cayeron gota a gota sobre sus mejillas rojas y brillantes. Hee-gyeom, sin saber que hacer, abrazó rápidamente a su hermano menor y comenzó a frotarle la espalda en pequeños circulitos. Sin preocuparse por mojarse las manos, se enjugó con cuidado las lágrimas que fluían y luego trató de tragarse incluso el hipo. El corazón de Hee-gyeom pareció latir con más fuerza ante los ojos húmedos que lo estaban mirando como si le pidieran una solución.


"Si sigues llorando, hyung se enfadará. Ya no lo hagas." El labio inferior del hermanito, que tenía hipo, tembló mientras trataba de contener el llanto con todas sus fuerzas. Nunca había visto al niño llorar así. El pecho de Hee-gyeom se estaba debilitando y volviéndose débil como una gelatina. "Todo va a estar bien ¿De acuerdo? Heeseo solo está cansado. Vayamos a la cama temprano esta vez. Te daré algo para el dolor. No llores, ¿De acuerdo? No llores."


"Umm... Sí."


"Entonces cepillate los dientes y lávate la cara. ¿Está bien? ¿O vas a llorar un poco más?


Preguntó Hee-gyeom, tocando unas mejillas que se habían calentado debido a la fiebre del llanto. El hipo había continuado a pesar de que se había mordido el labio inferior para intentar que desapareciera y el temblor de sus manos era completamente evidente incluso pese al calor que intentó darle.


Sosteniendo a Hee-seo, colgando de sus brazos, Hee-gyeom le acarició suavemente la espalda una vez más.


Comenzó a calmarse.


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