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Hiperventilación. Volumen 1, 2 y 3 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Lee Myung no podía creer lo que había hecho hoy. Con un puño en su frente, como si estuviera enojado, se golpeó una y otra vez hasta producirse dolor. Pero no ayudó.

"Soy un tonto."

Caminaba despacio, frotándose la frente. El clima había resultado ser muy caluroso, su cuello estaba obstruido y su fuerza cayó al punto en que se sentía como si estuviera en un desierto ardiente en lugar de en el patio de recreo.

"Soy un tonto."

Su largo suspiro estuvo lleno de arrepentimientos. Aunque igual ya había perdido la oportunidad. Sus pasos se hicieron más rápidos, los gritos de los estudiantes reunidos en el auditorio sonaron en todas direcciones, pero Lee Myung-eun se dirigió a la puerta de la escuela sin prestarles atención.
En lugar de caminar a casa, simplemente se paró en la parada del autobús durante minutos enteros hasta calmarse. Si se va a casa así, seguramente va a ser algo muchísimo peor y su mente no se va a aclarar.

Hubo un incidente hace un momento.

Han Seon-ho aclaró una pequeña disputa en la que Myung estuvo envuelto en el salón de clases y después, además de que lo ayudó, fueron a un comedor de camino a casa. Los dos juntos. Él ciertamente no tenía mucha hambre, pero para no decepcionarlo, comió tanto como lo había hecho Seonho. Lee Myung se equivocó con su pensamiento inicial porque el capitán fue amable con él. Todo el tiempo. La ilusión de que podría haberse convertido en una relación ligeramente similar a algo de"amigos" le pasó por la cabeza. Se metió la tarjeta de invitación en el bolsillo y lo pensó cien, mil veces durante una semana. Al final, se la puso en el escritorio tomando el mayor coraje posible... Pero si se iba a sentir así, no debió dárselo en primer lugar.

Se quejó y se quejó hasta ocasionar que una abuela mirara hacia atrás con una expresión de sorpresa impresionante. De hecho, pensó que nunca podría llegar a sentirse bien con lo que había hecho, pero finalmente apareció el sentimiento que había estado buscando y una sonrisa amistosa le sonrojó las mejillas. Había esperado durante mucho tiempo una oportunidad como esta, y fue el propio Lee Myung quien la provocó al final.

Myung suspiró, sin saber cuántas veces lo había hecho en un día, y se subió al autobús para sostenerse del tubo de uno de los asientos. Sin embargo, sin importar cuantas veces se sacudiera o se golpeara, los lamentos seguían repitiéndose sin que los pudiera parar.
Pasó tres paradas, se bajó y deambuló por los callejones para ir y abrir las sucias puertas de vidrio del edificio. Después de eso, subió dos pisos de las escaleras de un centro comercial donde había un olor maloliente. Llegó frente a una puerta con un gran letrero de cartulina cortada y pegada y descubrió después un pequeño montón de platos amontonándose para ser entregados. Cuando abrió la puerta, escuchó un tono de llamada desagradable y el olor a cigarrillos en el aire picando su nariz.

En las tarde, de lunes a viernes, había cuatro personas que se reunían siempre para jugar Go. Uno estaba deambulando por allí, y otros tres, incluído el director Jo Jung-hwan, estaban sentados en el sofá para respirar el aire de un ventilador destartalado. Ninguno miró hacia la puerta.

"¡Nuestra celebridad está aquí! Bienvenido, Lee Myung 3 Dan."

"Es cierto, el niño es guapo. Parece un actor de televisión."

"Lo es, definitivamente es una estrella. Después de todo, le he enseñado desde que tenía nueve años"

"El orgullo de tu vida."

Lee Myung inclinó la cabeza ante el director Jo y el hombre desconocido que no dejaba de hablar, y entró lentamente al cuarto del centro comercial. Mientras se sentaba en la silla de cuero negro más alejada del lugar, el director Jo se rió como si le pareciera gracioso que fuera tímido.

"Oh, sigues teniendo el mismo carácter".

"Los genios son siempre tan extraños".

"Seungbin, ¿Qué estás haciendo? Debes tener más educación."

El director Jo sacudió los pies en el aire, dejó caer su pantufla y pateó el trasero de su sobrino hasta empujarlo. Jo Seung-bin, un niño que también estaba sentado en el sofá jugando en su teléfono móvil, se levantó con un aire molesto.

"¡Oh, no me toques con los pies!"

De hecho, Seung-bin no era un "simple sobrino" sino también, un jugador profesional que se había incorporado apenas este año, pero que ya contaba con la energía y la técnica suficiente como para vencer a quien se le diera en gana. Tanto así, que en el evento final de autógrafos se agregó también el autógrafo del Cho Seung-bin junto al suyo. Volviendo al muchacho en el segundo mayor orgullo de Jo.

"Ah, estaba tan aburrido. Que bueno que llegaste".

Se sentó en la silla opuesta a Myung mientras se quejaba y sin decir una palabra más, recogió las piedras negras del tablero y las colocó arriba a la izquierda, abajo a la izquierda, arriba a la derecha, abajo a la derecha y cuatro más esparcidas en el centro. Es descarado pensar que este hombre esperaba matar el tiempo presenciando un partido profesional entre su sobrino y él, pero igual Myung se quedó en completo silencio y sacó sus gafas. No había venido a tener un gran juego de todos modos y de hecho, hoy no estaba completamente interesado en ganar o perder. Estaba más bien, tan frustrado que necesitaba a alguien que le sacara los pensamientos constantes con una dosis de Baduk.

Bajando los cristales hasta su nariz, vio en detalle el rostro contundente del chico de 15 años que tenía de frente, hasta sus pecas.

"No estoy de buen humor hoy, Seungbin. Creo que es tu oportunidad de ganar".

"... ¿Qué?"

"Pero me alegra verte."

Seungbin se rió cuando lo escuchó.

"Lo que te pasa, es que no puedes tener suerte con esos horribles lentes".

Seungbin era el típico oponente que sabía exactamente lo que tenía que hacer para provocar. Además, también era un genio. La historia detrás de esto siempre alimentaba su sentido de inferioridad: Los dos comenzaron el Go en el mismo año, pero bajo condiciones diferentes. Jo Seung-bin, de 6 años, era conocido como un niño genio. Myung, de nueve años, siempre fue conocido como uno de los niños que comenzaron Go tarde y que, lógicamente, en ese entonces era un normal perdedor ante Seungbin de varias maneras. Sin embargo, Myung de 10 años peleó contra un niño de 7, luego Myung de 11 se enfrentó a un niño de 8 y desde entonces nunca había perdido ante Seung-bin. Hoy no es así, se siente triste. En realidad, hasta parecía hundirse por dentro.

Myung abrió el camino. El sonido de las piedras blancas apiladas es pequeño comparado con la mano de Seungbin, colocando 1000 wones.

"¿Qué dices ahora?"

Seungbin murmuró esto en broma, pero pronto su sonrisa desapareció y se puso todo serio. Quería ganar limpiamente y eso era más bien, un anhelo. Cuando Seungbin colocó la piedra blanca en el tablero, Myung respondió de una manera constante. La consideración era siempre un lujo y se tenían que poner sus deseos personales por encima de cualquier otra cosa. Sin preocuparse por el futuro. No había errores en el sistema y propósito del Baduk. Todos los números eran en si mismos la voluntad del jugador y Myung siempre jugaba como si incluso fuera parte de su propia alma. El rostro de Seungbin estaba avergonzado cuando Myung atacó de una manera que nunca antes había visto. Cauteloso, pero a la defensiva. Y él tenía prisa por detenerlo. Sin embargo, debido a su orgullo, no podía decirle nada por lo que siguió moviéndose como si siguiera confiando bastante en sus propias habilidades.

"Es malo".

La gente, que jugaba al baduk en otras mesas, vino y miró atentamente lo que ocurría entre ellos. Uno negó con la cabeza y chasqueó su lengua. El director dijo con orgullo:

"¿No es el apodo de nuestro tercer Dan "Lluvia que cae" ? Nadie sabe en que dirección salpicarán sus piedras..."

Lee Myung sonrió cuando las fichas del adversario, como caballos negros que habían sido amenazados de muerte, cayeron ante su arco. En lugar de deprimirse, Seungbin, que estaba en la parte inferior, empujó su espada hacia las fuerzas que había formado cuidadosamente... Myung solo estaba pensando en el pequeño trozo de papel que le envío a Seonho, unas notas de nada en lugar de confesarle que le gustaba. Es un chico patético que llevaba sufriendo una semana entera aunque en el tablero fuera un carnicero aterrador y un verdugo sin sangre ni lágrimas. Luego, incluso se convirtía en un francotirador mezquino o un cazador que ponía trampas deliberadamente... A diferencia de la realidad de tener que renunciar a muchas cosas después de pensar, en el tablero, podría hacer cualquier hazaña que se le viniera en mente. Lee Myung amenazó a las fuerzas de la línea de Seung-bin y observó como su rostro se volvió terroso.

"Estás haciendo que me ponga de mal humor."

Murmuró. Pero Lee Myung tomó una piedra blanca, espoleó el ataque sin dudarlo y abrió los ojos. Puso sus fichas una frente a la otra en el momento en que Seungbin hacía rodar dos piedras negras en su mano para detener la ofensiva. Fue un gesto desesperado para reducir el daño, pero Myung no se demoró cuando ¡Pam! Una de las piedras fue casi arrojada de la punta de sus dedos, haciendo un sonido impresionante.

"¿Que pasó? ¿Entonces es cierto que hasta tú puedes enojarte?" A menudo se decía que los niños que jugaban al Go parecían crecer antes de tiempo. Este tiene 15 años, pero imita bastante bien a un adulto. Parecía un anciano en realidad, porque tenía una mala postura cuando se sentaba en el sofá. Levantó ligeramente la barbilla y murmuró' "Dime ¿Estás de buen o de mal humor? ¿Estás agitado por algo?"

"..."

"Porque cuando eso pasa, comienzas a dejar muchas lagunas en el tablero".

Seungbin se rió con malicia mientras cantaba sobre todos los errores técnicos que había hecho Myung. Al mismo tiempo, fue un buen truco para distraerlo. Si fuera un juego profesional, sería suficientemente doloroso perder la compostura en un instante tan crítico. Pudo haber sido por sus pensamientos o porque Seungbin había dado en el clavo, pero Myung pronto se topó con una trampa.

"Mira nada más... No hay nada que hacer ¿Tu estrategia se basa únicamente en ocupar el tablero como saco de boxeo? Si vas a hacer esto tan fácil, entonces de verdad no tiene chiste".

Seungbin saltó de la silla y soltó quejas como si su personalidad le pareciera increíblemente injusta. Dos personas, cruzadas de brazos, se levantaron y se acercaron hacía él:

"Si apuestas dinero, tienes que cumplir."

Luego, señalaron en dirección al tablero. Estaba bastante en blanco y pensaba que no había sido justo aceptar dinero de menores de edad. Menos cuando lo había animado a apostar 10.000 wones.

"Vamos, paga niño."

A su madre no le gustaba que Myung fuera al centro comercial. Primero que nada, olía a cigarrillos. Y la segunda razón era porque tenía miedo de que se volviera uno de esos... Tipos vividores y apostadores al Go. Sin embargo, él nunca había apostado en un juego que no lo incluyera y ahora parecía que estaría bien pagar porque se trataba de una cantidad relativamente pequeña. De todos modos, no era como si el director Jo recibiera un centavo de Lee Myung alguna vez.

"Espere un minuto, veré si tengo algo de efectivo".

Myung se metió la mano en el bolsillo, sacó el contenido y abrió la palma. Tiene, algunos cupones por valor de 1.000 wones cada uno y unos recibos que estaban arrugados y feos.

"No creo que sean 10,000 wones ".

"Ah, tengo ganas de decir algo al respecto. Pero no lo haré. Yo digo que fue un empate y que ambos pierden, así que..."

El director sacó una tarjeta de 10,000 wones de su billetera y la colocó a un lado del tablero. Seungbin miró a su tío como si fuera un absurdo mientras que Lee Myung continuaba estando bastante ocupado arreglando los papeles que tenía en sus manos hasta el punto en que incluso se vio obligado a bajar de la silla y ponerse en cuclillas. Suspirando, recogió los papeles para tirarlos en la cesta... Pero entre todos esos papeles, sobresalía algo más que un simple recibo. Myung, en el suelo, todavía en cuclillas, recogió un papel cuadrado que estaba doblado en dos. Estiró las manos con cuidado y ante él, aparecieron unas letras bastante alargadas y ordenadas:

 

¡Claro que acepto! Iré al departamento de audiovisuales a la hora acordada ^^
- Seonho.

Myung, que leyó la nota, abrió mucho los ojos y parpadeó un par de veces antes de leer la nota nuevamente y luego, volverla a leer. Sin embargo, no importaba cuanto mirara, no podía encontrar ni un pequeño signo de ira en ella. No había nada en realidad. Y había hecho que su corazón latiera rápidamente. Lee Myung miró las palabras "Seonho" y lo bien que encajaba el nombre en el papel. Ya había pensado en ello. ¿Qué significaba el pequeño ^^ del final? ¿Lo hizo para imitarlo? Porque es tan tierno que hasta parece verlo sonreír...


Hasta hace un tiempo, su ánimo se había hundido hasta el suelo. Ahora parecía como si se hubiera elevado por encima de las nubes.

"¿Qué estás haciendo? ¿Aún no lo has recogido todo?"

El cabello de Seungbin apareció debajo de la mesa. Myung se puso rápidamente la nota en el bolsillo y dijo:

"¿Está bien apostar sólo 4.000 wones? Solo tengo eso".

Lee Myung sacó el dinero, lo puso a un lado del tablero y entregó la tarjeta por 10,000 wones al director Jo.

"Gracias, pero está bien".

Mientras que el director elogiaba a Myung por ser tan educado, Seung-bin parecía todavía bastante enojado con él. Se quedó mirando el rostro de Myung y luego puso cuatro cartas de 1000 wones y apostó también en su nombre antes de cruzarse de brazos nuevamente.

"Olvidemos lo anterior... E intentemos todo de nuevo."

Lee Myung rodó la piedra blanca que sostenía en su mano y volvió a mirar en dirección al tablero. El mundo se veía diferente debido al pequeño incidente que había tenido antes. Uno, dos, tres, cuatro fichas... En una esquina de su cabeza, puede tener sus antiguas estrategias y también, contar las debilidades propias y ajenas para aprovecharse de eso. Y después de bastante trabajo duro, Lee Myung hizo su primer movimiento serio del día.

Los hombres dijeron "wow" y exclamaron: "¿Qué mosca te picó el día de hoy?"

Seungbin, que llevaba los brazos cruzados, igual a si fuera un hombre aburrido, se sentó con la espalda recargada completamente en la silla. Myung respondió sin quitar los ojos del juego.

"¿Qué significa esa cara?"

"Tu energía es diferente a la de antes. Ni siquiera pareces enojado".

Las piedras blancas y negras se colocaron alternativamente en el tablero. No lo hacía de un modo involuntario, como antes, sino que parecía haber encontrado su propio ritmo especial... Lee Myung simplificó sus pensamientos y comenzó a creer que solo debería hacer lo mejor que pudiera porque quería ganar de acuerdo con la naturaleza del Go ahora que no había otro propósito más que ese.

Durante un rato, solo el sonido de piedras que se mueven en silencio de forma intermitente, comienza a romper en las paredes. Hay personas sentadas o de pie pero todos estaban terriblemente silenciosos. El blanco y negro rompe y corta con el paisaje en un fuerte enfrentamiento y las personas parecen volverse increíblemente concentradas en la guerra. Luego, en algún momento, Seungbin bajó la parte superior del cuerpo y secretamente susurró:

"Lo que viste antes, ¿Era una carta de amor?"

"¿Eh? No."

Myung negó con la cabeza e hizo el movimiento número 121 de la noche...

Una carta de amor estaría bien, pero desafortunadamente no era el caso. Y mientras Cho Seung-min sostenía una piedra negra, los pensamientos de Lee Myung abandonaron el tablero por un tiempo: No importaba si no era una relación, de verdad se sentía muy bien con lo que había logrado. Estaba feliz, incluso si terminaba siendo un pequeño sueño. Estaba emocionado y no sabía qué hacer porque incluso si decía eso ¡Ni siquiera había soñado con tener citas nunca en su vida! Mirando desde una distancia razonable, después de pensar un poco mejor, pudo dar un paso fuerte y acercarse. Y debería estar muy feliz por eso.

Lee Myung regresó al tablero de ajedrez, con el sonido de la piedra negra de fondo golpeando el tablero de pino.

Su mundo con 361 lugares y muchos más caminos, no es tan hermoso como la realidad. Myung extendió la mano y colocó una piedra blanca entre los dedos índice y medio...


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