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Hiperventilación. Volumen 1, 2 y 3 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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"Oye, ¿Por qué tienes un traje de gimnasia?"

Lee Myung estaba en su asiento cuando escuchó esta pregunta por parte de un estudiante que parecía estar bastante sorprendió de su uniforme. Miró hacia arriba. Era un niño de ojos rasgados y labios gruesos. Nunca habían mezclado palabras.

"Tengo que usarlo".

"Hoy vamos a hacer carreras... Y de todos modos, no puedes correr". Escupió sin rodeos "¿De qué sirve darle un uniforme de gimnasia a personas como tú?"

Eso era correcto. Lee Myung trataba de sentarse a la sombra de un árbol en cada clase de educación física aunque por supuesto, eso no significaba que no tuviera ropa de gimnasia guardada en su gabinete. Era algo que venía en el paquete escolar, después de todo.

"De todos modos, tengo que ponérmelo ."

Lee Myung sacó su traje deportivo de su bolso y se puso de pie con él en una mano. Cuando llegó al fondo del aula, se escuchó un murmullo desde atrás diciendo:

"Es una perra molesta."

El pie de Myung se detuvo por un momento, pero decidió fingir no escuchar el sonido y deslizarse todavía por la puerta trasera...

En el baño siempre había olor a suciedad y a trapos podridos. Dos estudiantes varones, que no parecían utilizar bien el urinario, charlaban uno al lado del otro mientras Lee Myung pasaba junto a ellos para abrir la última puerta del compartimento y entrar. Tomó la ropa de gimnasio, la colocó en una percha y desabrochó su camisa de un modo bastante sencillo. Myung siempre se cambiaba de ropa en el baño así que era bueno en eso. Hasta que estuvo en la escuela secundaria, simplemente se avergonzaba por quién vería las marcas quirúrgicas restantes entre su pecho y su costado. No parece obvio si estás lejos, pero cuando te acercas...  Bueno, podía decirse que era complicado. 
Odiaba que alguien viera su pobre y feo cuerpo y del mismo modo, ni siquiera quería ver los cuerpos sanos de otros niños de su misma edad. Ahora, no era tanto por comparación, sino por el hecho de que le gustaban mucho los chicos. No podía ver el cuerpo desnudo de un hombre sin sentir que era incómodo.

Cuando regresó al salón de clases después de cambiarse de ropa en el pequeño compartimento del baño, los niños se estaban reuniendo y murmurando cosas como:

"Oh, estoy en segundo lugar".

"¿Dónde? Tu nombre no es este, ¿Debería bajar más?"

Mientras todos estaban ocupados hablando de los exámenes parciales, Lee Myung se sentó solo y pensó en lo que estaba a punto de hacer. Nuna había estado en una clase de educación física correctamente porque hasta el año pasado, estaba realmente mal de los pulmones. Hoy hay una prueba de aptitud física y aunque no puede, pensó que hoy quería correr como los demás niños lo hacían. Puede que sea imposible hacerlo por mucho tiempo pero tal vez, esté bien correr unos 100 m. Excepto por una o dos veces que había estado tosiendo, estaba bien. Se sentía sano. A nadie le importaba pero si podía terminarlo, al menos la mitad, parecía que sería algo significativo para darle entrada a una nueva vida también.

Pronto, los niños que se cambiaron la ropa de gimnasia salieron corriendo del aula. El dobló su ropa, tomó fuerzas y siguió a todos los demás...

Era un caluroso día de verano normal. La luz del sol le pegaba en la espalda y la humedad parecía entumecer sus extremidades. Myung decidió correr inesperadamente así que estaba tan nervioso que incluso dar un paso se sentía terriblemente pesado. Como si lo arrastraran hacia abajo mientras su corazón palpitaba y palpitaba.

"¿En qué lugar llegaste el año pasado?"

"En el 13".

"Yo hice 12 segundos".

"¡11 segundos!"

"Joder, ¿Todos son jamaiquinos o qué?"

Cuando escuchó las conversaciones de otros niños, diciendo que lo máximo que habían tardado en terminar la carrera fue 15 segundos, Lee Myung estaba tan asustado que comenzó a temblar. Nunca había hecho un récord en su vida ¿Y si hace más de 20 segundos? Entonces todos lo mirarían con burla. ¿Y si se vuelve peor y se cae? La mirada clavada en la parte delantera de sus zapatos de deporte comenzó a ponerse borrosa. El frente de sus ojos se volvió oscuro y comenzó a sudar muy frío. Demonios ¿Qué está haciendo? Es Myung después de todo, un chico que es tratado especialmente por el maestro de aula, un chico al que no se le regaña aunque no haga nada. Un chico enfermo y débil,
alguien que siempre necesita ayuda y alguien deficiente.

"Es un puto neumotórax andante."

Pero no quería volver a oír eso nunca. 

Quería estar en pie, como alguien digno del hombre que amaba. Solo una vez...

Myung dio fuerza a su espíritu, levantó la cabeza y en ese momento, el silbato sonó como una revelación. El maestro estaba de pie y el líder de la clase estaba pasando a los estudiantes de dos en dos frente a la línea de salida... Myung levantó los brazos y colocó su palma sobre sus cejas para cubrir la luz del sol. La pista de 100 m parecía muy larga así que podía imaginarse cayendo en medio o perdiendo el aire antes de escuchar el sonido de salida.

"¡Seis y siete!"

Y entonces, los niños salieron corriendo mientras levantaban una brisa de arena. Cuando escucharon el silbato, los números "Ocho y nueve" empezaron a adentrarse a la pista como si fuera algo bastante natural y luego los "Diez y once" comenzaron a calentar. Parecía algo simple pero que no era familiar para él. Se sentía como que era el único que estaba luchando. En los competidores, uno es más rápido que el otro y uno parece ir con pereza mientras que su competencia está centrada. Sin embargo, nadie parecía preocupado por si podrían terminar la carrera o no.

La larga fila frente a él disminuyó gradualmente y ahora no había nadie que le bloqueara la vista. Lee Myung se sentía como un soldado al borde de la guerra.

"No importa si es lento, siempre que llegue al final".

Sus ojos estaban brillando de motivación. Se sentía como si su sangre girara rápido y su corazón se hubiera convertido en una piedra. Alguien lo golpeó en el hombro:

"Ah. Eres tú, neumotórax. Tienes que salir de aquí ¿Por qué estás en clases? Si no te vas, correrás como los demás niños. ¿Eso se puede?"

Pero Han Seon-ho no dijo nada, ni siquiera cuando vio su nombre en la lista. Más bien, estuvo quieto durante todo el tiempo, esperando su destino.

El profesor de educación física, parado en la línea de meta, hizo sonar su silbato nuevamente: "Es tu turno, número trece."

Lee Myung asintió y se paró frente a la línea. Lo haría, definitivamente lo haría. Aunque nadie estaría interesado, era importante para él.

"¡Hey, Capitán! ¿Qué has estado haciendo? Dales la señal"

El maestro preguntó desde la distancia. Han Seon-ho no llamó a la siguiente persona, así que la pista número dos seguía estando vacía. El número 14 era un estudiante "especial" como Lee Myung, un jugador de fútbol profesional que rara vez venía a la escuela.

"No está... Entonces que corra con el número 15."

Lee Myung se volvió levemente y miró la cara del niño con el que debería tocarle. Pero la linea a su derecha fue ocupada por Seonho.

Seonho era el número 32, no el número 15.

"..."

En un instante, su cara se puso increíblemente roja. Nunca esperó algo como esto. Correr con el líder de la clase. Correr los dos juntos. Estaba tranquilo hace un rato, pero de repente estaba tan nervioso como al inicio. ¿Qué tiene que hacer exactamente? Estaba terriblemente confundido acerca de dónde estaba, lo que hacían sus manos y las de él e incluso estaba increíblemente al tanto de su respiración. Tenía la ilusión de que sucedían varias cosas al mismo tiempo y aunque ni siquiera habían comenzado, ya estaba sin aliento y cansado. Estaba sintiendo demasiada emoción.

¡Bip!

Se tambaleó y volvió a la realidad con el sonido de un silbido agudo. Han Seon-ho salió corriendo y le mostró su espalda tan pronto como comenzó, pero Lee Myung-eun todavía miraba hacia la línea de meta. Sacudió la cabeza y apretó los puños, pero igual había comenzado bastante tarde... El primer paso fue sorprendentemente refrescante. Le gustaba la sensación de patear en el aire, lo dulce que era sentir el frío contra su estómago. Estaba abrumado, pero sus pies seguían estando rectos sobre la arena y hasta entonces, parecía ir bien, bastante bien. Pero en poco tiempo, cada vez que daba un paso, se abrumaba un poco y le picaba en la garganta. Desde que era muy joven, no había corrido nunca así que este parecía ser el resultado final. Sin embargo, Myung no quería darse por vencido. La amplia espalda del chico frente a él lo hizo correr incluso cuando estaba viendo todo oscuro. Como si fuera la luz en su túnel. La ilusión de que corre al lado del único hombre que parece no pensar que es invisible. El acto de correr se sintió sublime cuando pensaba en eso y comenzaba a sentir que podía hacer cualquier cosa. Era una confesión secreta que solo Lee Myung podía lograr articular.

No había ninguna expectativa de que fuera recompensado. Han Seon-ho, a quien anhelaba, siempre miraba hacia adelante. En primer lugar, no tendría por qué mirar en su dirección y si ahora puede correr a su lado, eso es suficiente. Más que suficiente.

La distancia a Han Seon-ho se incrementó naturalmente y cuando pasó de la mitad de la pista, parecía que lo hacía cada vez más y más dificultosamente. No tenía sentido esforzarse. Lee Myung fue un perdedor desde el momento en que comenzó esta carrera, lo sabía. Pero no le importaba mucho que digamos... Todas las preocupaciones que tenía en su cabeza antes y la vergüenza de no llegar en 20 segundos, se habían ido. Pero incluso después de que Han Seon-ho terminó de correr, la carrera de Lee Myung continuó. Le faltaba el aliento y el sudor le fluía como lluvia sobre los párpados, pero igual seguía moviendo las piernas, mirando la línea de meta y estirando las manos para llegar. La velocidad fue mucho más lenta que la primera vez y la mirada del maestro de educación física se sintió entonces increíblemente ardiente.

Cuando se acercó a la línea de meta, fue más como caminar que correr.  Respiraba rapido y tan pronto como inhaló y forzó a sus pulmones a exhalar aire, sus miembros fueron sacudidos por el movimiento. El sudor se le acumuló tanto en las pestañas que ya ni siquiera podía ver bien y mientras parpadeaba, la línea de meta se puso borrosa también. Solo quedaban 5 m. Así que el profesor hizo una seña como si estuviera aburrido. "Date prisa, muchacho." Era lo mismo que escuchar el sonido de sus compañeros, sólo que no tan agresivo. Lee Myung avanzó mientras se tambaleaba con la convicción de que de alguna manera, terminaría esta carrera... Pero, en ese momento, pisó algo que hizo que se le doblara el tobillo. Se aplicó un dolor agudo por todo el ancho de su piel y el cuerpo se le fue de lado. La brutal gravedad tiró de su cuerpo y en el momento en que cerró los ojos, sus brazos desnudos se frotaron en la arena áspera. Ni siquiera podía sentir el dolor debido a la frustración. Tocó el suelo con la palma para levantarse de nuevo pero no había fuerza en su brazo... Y era tan tímido que sintió que iba a llorar. Fue patético que no pudiera terminar la carrera, así que allí se había acabado la oportunidad de correr juntos y de asombrarlo. Estaba enojado porque odiaba sentirse así. Estúpido.

Han Seon-ho, cuyo rostro se puso blanco, parece haberse aproximado muy rápido sin que se diera cuenta. Tiró de su brazo y levantó la parte superior de su cuerpo hasta juntarlo al de él. El sonido de todo lo demás desapareció en un instante y solo sus labios abiertos parecían provocar pequeños soniditos cuando tragaba saliva. Han Seon-ho puso los brazos de Myung alrededor de su cuello y le gritó algo al profesor, haciendo que sus músculos se movieran rápidamente hacía la derecha... Y Myung podía oler su sudor, muy de cerca y muy profundo. Sentir la manera en la que inflaba sus pulmones.
Myung respiraba con dificultad, pero ahora por razones diferentes. Y mientras chillaba, su piel caliente se extendía hasta la parte inferior de su muslo de una manera que no podía soportar. ¡Han Seon-ho empezó a correr sin razón alguna así que Myung estaba muy avergonzado porque ni siquiera le dio la oportunidad de explicarle nada! Solo veía sus hombros altos y anchos moviéndose de un lado a otro junto con esa mirada increíblemente desesperada. La postura de envolver y sostener la parte interna de su pierna con la mano izquierda parecía bochornosa. Los hombros de Myung estaban en ese pecho y los muslos en su estómago así que constantemente chocaban. Lo más intolerable fue que Han Seon-ho estaba malinterpretando su situación. Myung estaba bien y en realidad, no tenía ninguna clase de dolor. Su tobillo estaba un poco torcido, pero no era grave. Simplemente le había sido difícil seguir y ahora estaba siendo confundido por algo más. Era más vergonzoso que feliz estar abrazado por Han Seon-ho. No esperaba un final como este. Lee Myung solo quería correr con él y demostrarle que era fuerte. Digno de amarlo. Quizá eso fue demasiado codicioso.

No importaba cuanto tirara del brazo fuerte del chico, no hubo ningún movimiento. Han Seon-ho nunca lo observó a la cara porque simplemente corrió y siguió corriendo. Después de llegar al edificio principal, ingresó directamente sin cambiarse los zapatos. Saltó y empujó con brusquedad la puerta corrediza de la sala de salud.

"¡Maestro! ¡Maestro!"

Cuando se aseguró de que no hubiera nadie dentro, hubo un gruñido bajo saliendo de su garganta.

"¿¡Por qué diablos no estás aquí nunca!?

Nunca lo había visto tan enojado. El pecho, en contacto con sus codos, subió y bajó mucho, y de su boca salió ahora una exhalación caliente. No fue solo la sensación, realmente parece que donde sea que lo toqué, lo estuviese quemando. Es decir, hacia calor. Un bochorno impresionante, y Lee Myung solo había alcanzado a tirar de su brazo para intentar alejarse de eso. Han Seon-ho abrió los ojos al sentir su tacto y como si finalmente hubiese recordado que lo tenía encima, lo dejó en el suelo y se apartó lo suficiente para provocar un terrible silencio durante un buen rato. Myung quería esconderse en un agujero, como ratón, pero tenía que poner una excusa antes de eso. Sentía la necesidad de hacerlo.

"Oye... Estoy bien."

"..."

"Es solo que mis piernas se sintieron débiles. Estoy realmente bien. Lamento haberte sorprendido tanto"

No sabía cuántas veces había perdido el aire mientras completaba esa breve oración. Era un escenario terrible. El líder de la clase corrió a la sala de salud con él entre sus brazos porque ya antes había mostrado problemas para respirar. Tomó aliento por un momento y dijo en voz baja:

"Ha sido demasiado. El profesor de aula dijo que si corres..." 

"Está bien, solo me caí. Supongo que me esforcé demasiado".

Parecía como si las lágrimas cayeran mientras hablaba.

"Lo siento, Myung. Yo solo..."

Han Seon-ho se disculpó bastante, igual a si hubiera sido su culpa. Sus palabras le hicieron sentir todavía más calor del que ya tenía.

"Confía en mí, no pasa nada. Ni siquiera necesito una puntuación de educación física ¿Bueno?"

Lee Myung lo dijo y se dio la vuelta. Y tan pronto como lo hizo, las lágrimas se derramaron por sus mejillas sin parar. Caminaba con calma, tratando de no hacer ningún ruido. Por suerte Han Seon-ho no lo siguió esta vez o no podría explicarlo... Cualquiera a su edad tendría una experiencia en la que el trabajo que intentaron hacer no pareció funcionar así que tal vez, no tenía ni la edad, la experiencia, ni era el momento para llorar por eso. En particular, alguien que había sufrido innumerables altibajos como él. Sin embargo, el hecho de que esto no fuera nada para los demás, le molestaba. Eran 100 m, estaba decidido y tenía un montón de sentimientos de emoción en su interior. Igual a si fuera lo más valiente que hubiese hecho en su vida. El hecho de que fuera patético frente a los demás y que le causara malestar a la persona que le gustaba, fue suficiente para aplastar un corazón pequeño y secreto y reventarlo como una uva.

Para cuando el letrero del baño más cercano se comenzó a ver muy borroso, la cara de Myung ya estaba llena de un montón de lágrimas. Se coló en el último compartimento, se sentó en el inodoro cubierto y lloró con todas sus fuerzas.

"¿No escuchaste algo extraño aquí?"

"Es aterrador ¡Detente!"

Dos estudiantes golpearon la puerta varias veces y, después de mucho tiempo, lo dejaron solo el tiempo suficiente como para que pudiera calmarse. Salió, se lavó la cara... Todavía era hora de clases, por lo que la mayoría de los estudiantes debían ir ya en dirección al aula de recreo. Lee Myung fue a la oficina del maestro de segundo grado y le dijo que se iría temprano.


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