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Hiperventilación. Volumen 1, 2 y 3 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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El cielo estaba gris. 

El pronóstico del tiempo decía que estaría nublado, no que llovería. Myung observó las nubes oscuras inflarse, sosteniendo mucha agua dentro de sus cuerpos pero sin rociar ni una sola gota. Era como si el clima pudiera expresar sus sentimientos. Aunque podía ver el cielo todo el tiempo y no había nada nuevo en él, Lee Myung giró deliberadamente la cabeza fuera de la ventana.

Porque estaba consciente de que hoy era el final. 

"Todos han trabajado duro."

Las palabras del maestro de aula, conociendo que los padres esperaban fuera, parecían ser especialmente cariñosas ese día. Aunque eso no significaba que cambiara su indiferencia habitual. No había ni un rastro de calidez real en su voz y, aunque a Lee Myung le gustaba la gente cálida y brillante, mostrar bondad inventada le hacía tener ganas de burlarse con fuerza.

Como era la última ceremonia del año escolar, pensaba que definitivamente sería necesario concentrarse en el presente y estar centrado, pero sus sueños extraños continuaron infinitamente. Cuando miró por el pasillo, observó el enorme ramo que sus padres y su hermana menor le habían traído junto con una pancarta que decía, "Felicidades." Un estuche de diploma de textura aterciopelada tocó su piel en cuanto comenzó a recorrer el bordado dorado con su dedo índice. Se sentía, tan diferente a lo que imaginó. Una textura extraña. Este documento establecía que había completado sus estudios de acuerdo con el plan.

No había aprendido nada.

¿No fue el proceso demasiado lento para decir con orgullo que hizo algo?

El conocimiento escrito en los libros de texto, el maestro, la disciplina de la escuela, se había formado una pequeña sociedad dentro del salón y no quedó nada para Lee Myung. Todo lo que le dio la escuela, se lo puso de mala gana en la boca pero no pudo masticarlo. No estaban interesados en que tuviera nuevas habilidades, el maestro no quería acercarse, los niños no le hablaban y terminó por parecer un animalito asustado en el medio del salón.

Pero no estaba triste por eso.

"Los chicos que van a ir a la universidad, felicidades ¡Beban solo lo suficiente para no morir!"

La razón por la que su estado de ánimo se hundió como el clima húmedo, no tenía nada que ver con la escuela. Era más bien... Algo que tenía que incluía un montón de conceptos abstractos como responsabilidad, pura buena voluntad y compasión. Además del hecho de que una persona oscura como él había comenzado a sentirse atraído por algo brillante como el capitán de la clase.
Incluso con los ojos bien abiertos, su vista corriendo contra el amplio patio de recreo estaba increíblemente borrosa. Veía una camiseta blanca envuelta alrededor de unos anchos hombros. El olor del verano. También recordaba la apariencia de unos chicos gritando a todo pulmón, con un balón de fútbol en sus pies. Recordaba una sonrisa brillante. Un rostro que le rompía el corazón en la medida en que incluso se sentía miserable...

Todo había terminado ahora.

"Líder de la clase..."

Myung se volvió hacia la derecha en un instante. En medio del aula, cuando el niño al que habían llamado se puso de pie, todo pareció volverse un poco más brillante. El chico alto, con sus padres de pie fuera de la puerta trasera, abrió la boca:

"Atención." Su voz se escuchó un poco cortada así que tosió con nerviosismo. "Gracias por su esfuerzo y, felicitaciones. A todos."

Seonho tenía cosas que Myung nunca tendrá, como esa voz profunda y cortés y esa alegría por disfrutar pasar un buen rato con sus amigos. Además de ser tan responsable como para llegar a tener el respeto de un profesor tan amargado como aquel.

Los niños se despertaron ruidosamente y se pusieron a mover sus sillas, pero Myung se sentía muy sentimental. Tanto que no podía levantarse. Ni siquiera tenía amigos para recordar ni nadie que quisiera compartir algunas palabras a su lado. Pensó que tal vez podría saludar a los niños sentados cerca pero todos se fueron rápidamente después de aplaudir. El último día fue el mismo que el primero, solitario.

"De acuerdo... Al menos todavía queda él."

Myung respiró hondo y se levantó de su asiento... Pero en el momento en que estaba a punto de girar a la derecha, la puerta principal se abrió y un grupo de padres entusiasmados entraron corriendo apresuradamente al salón. El alboroto hacía que para Myung fuera natural volver a sentarse.

"Maldición, Solo ve y habla, ¿Por qué sentarte como un tonto?"

Era una palabra que se sentía similar a golpearse la frente con el puño. Myung colocó sus manos en su pupitre vacío, miró hacia adelante, fingiendo estar organizando algo y preparó entonces un segundo plan de acción. El ambiente estaba muy desordenado. La escuela estaba ruidosa con los niños y los familiares y el profesor de aula hablando sobre aquello y sobre esto más. Entre los adultos esperando en la fila para recibirlo, estaba su mamá. Al parecer permanecía de pie, con una canasta de cecina que recibió Myung como regalo del periódico de la ciudad. Cuando sus ojos se encontraron, sonrió levemente y lo saludó con un movimiento de sus manos. Adelante de ella, una mujer alta y con gafas, que estaba hablando con el maestro de una manera muy animada, finalmente comenzó a hacer señas para llamar a su hijo. Han Seon-ho se levantó de un salto y caminó hacia allí, con una sonrisa bastante tierna sobre su rostro. Seon-ho inclinó la cabeza frente a la mesa de la escuela y el maestro le cubrió entonces los hombros. Dijo algo con una sonrisa y su madre le dedicó una mirada cálida. El líder de la clase era amado por todos. El maestro parecía ser su amigo y su familia se veía como si no pudiera con la emoción. Era una visión poco realista, como si fuera a aparecer en un anuncio de televisión. Lee Myung imaginó una imagen de él mismo de pie en el lugar de Han Seon-ho. Una actitud fría, una expresión firme que hacía que las personas que le rodeaban comenzaran a sentirse incómodas. Entonces la madre diría "el niño es tímido" y pondría excusas con un repertorio extenso como "es introvertido por su enfermedad."

Myung nunca podría imitar el comportamiento natural de los imponentes peces del mar.

Un sentimiento ambiguo, ya fuera de celos o de envidia, despertó en Myung, que no se había movido de su asiento en un buen tiempo. Tomó su mochila del piso y la ajustó en su hombro cuando le dio la espalda a un mundo al que nunca había pertenecido... Aunque le pareció que los restos emocionales desorganizados se cerraban y tiraban de su tobillo con fuerza hacia abajo. Una parte de él quería darse la vuelta y llamar su nombre en voz alta, pero para una persona sin coraje, el deseo de hacer algo arriesgado como eso era un dolor en sí mismo. Como una nube de lluvia que no podía tirar su agua.

Afuera de la puerta trasera, su hermana Jung, con ambas manos metidas en los bolsillos acolchados, se paró en frente de él y le dijo:

"¿Cómo te sientes, graduado?"

Jung preguntó en broma. Lee Myung estaba tan deprimido que el mero hecho de graduarse no le hacía sentir nada diferente. Sin embargo, se las arregló para darle a Jung una respuesta ingeniosa. Sentía la responsabilidad de hacerlo.

"Ya lo verás cuando sea tu turno, si es que logras hacerlo."

Mientras sacaba la lengua, Jung le golpeó el hombro con el puño. Fue un puñetazo sin poder, por supuesto. Papá los miró durante un rato y sonrió amablemente.

"Sufriste durante tres años, pero estoy feliz de que lo lograras".

Lee Myung pudo ver que su padre estaba realmente orgulloso de él. El hombre era alguien que creía que debía estudiar para ser alguien en la vida y en ese sentido, Lee Myung siempre pareció a punto de comenzar a decepcionarlo. El diploma que trajo esta vez satisfacía a su padre más que cualquier premio de competencia que hubiera ganado a lo largo de su carrera. Era una suerte que hubiera al menos una persona que se beneficiara de esta graduación.

"¿Deberíamos ir a comer para celebrar?"

"¿Vamos al buffet papá?"

"¿Buffet?"

"El buffet de mariscos y cangrejos ¿No te parece bien a ti también, hermano?"

Mamá salió por la puerta principal antes de que Myung respondiera algo. Como si ella fuera la graduada, les mostró a todos una expresión de alivio impresionante.

"¡Fue duro, hijo mío!"

La frase "Así que centrémonos en el GO ahora" estaba oculta detrás de las palabras de su madre, así que simplemente asintió. Mamá era una mujer que creía que debía recibir el apoyo de una forma que lo mereciera. Y el diploma de Lee Myung ahora decía que su hijo había estado perdiendo el tiempo.

"Cariño, vamos al buffet de mariscos".

"¿Qué buffet? ¿Donde es eso? Es la ceremonia de graduación y tenemos que darle lo que quiera comer".

"Estoy bien, en serio".

Mientras la familia caminaba por el pasillo discutiendo qué comer, Myung simplemente miraba hacia atrás. Quería saludarlo, al menos una última vez. ¿No estuvo presionando su deseo de hablar con él una o dos veces? Hasta ahora, su corazón finalmente se estaba revelando de una forma que ni siquiera él conocía... Lo había estado escondiendo porque rendirse era tan natural como respirar y mirar desde la distancia. Estaba acostumbrado a ello y aún así, ahora lo necesitaba.

Poco a poco, se fue quedando atrás de su familia mientras le echaba un vistazo al salón de su antigua clase. Sin embargo, la persona que buscaba no estaba a la vista.

"Nunca te volveré a ver."

Tan pronto como terminó la ceremonia, hubiera sido bueno caminar hacía él y decir una palabra. Cualquier palabra. El arrepentimiento creció y cubrió su mente. Realmente se acabó... Se acabó para siempre.

"Oppa, tu expresión es mala. ¿Estás triste?"

Jung preguntó esto mientras descendía las crujientes escaleras de madera.

"No estuvo en esta escuela los tres años, pero estoy seguro de que incluso uno también es suficiente para hacerte sentir triste".

Papá dijo con seguridad la respuesta incorrecta.

"Lo siento, ¿Pero estamos hablando del mismo niño? Él siempre gritaba sobre lo mucho que odiaba ir a la escuela".

"¿Era la escuela un lugar al que no quería ir o al que no le dejabas ir? Tienes esa extraña forma de pensar que..."

"Oh, mira ¿Qué tiene de extraño ver por sus sueños?"

Estaba comenzando de nuevo. Jung se puso entre su madre y su padre con los brazos cruzados.

"¿Disculpen? No creo que sea bueno pelear en un día tan bueno como este. Vamos a comer, ¿De acuerdo?"

Cuando, naturalmente, cerraron la boca y comenzaron a caminar de nuevo, Lee Myung-eun se quedó solo en un estado de ánimo increíblemente solitario. Caminó lentamente por el pasillo deshabitado de la planta baja, por las aulas de primer grado que ahora estaban vacías. Junto a las vallas publicitarias y las paredes limpias, descubrió que los únicos rastros de que existieron niños alguna vez, eran los garabatos que dejaron en el escritorio. También había tomado clases aquí, y ahora no le quedaban recuerdos. Era increíble. Su primer año fue lo peor de su vida. Su salud estaba horrible y la pubertad tardía hizo su mentalidad inestable. En la familia, las peleas de pareja eran constantes y provocaron que Jung se escapara de casa. El ambiente era tan malo que naturalmente tuvo una depresión severa que le drenó toda clase de energía y en la competición de Go anual, cometió un montón de errores que casi le quitan el puesto. Pero todo cambió desde la segunda vez. Como una mentira, las cosas mejoraron y dejó de sentirse miserable.

Myung soltó un suspiro tan profundo que incluso el pasillo pareció temblar. La sensación oscura, como el clima afuera, apretó su corazón. No decirle adiós, era triste ¿Por qué todo lo que es fácil para otros es difícil para él? Caminó, con los pies casi arrastrando... De todos modos ¿Qué cambiaría esto? El chico iría a una buena universidad y ya no tendrían contacto. Luego, racionalizó lo que significaría si dijera algunas palabras para él. Una perdida de tiempo, definitivamente. Era un amor no correspondido que parecía difícil de manejar. Era tímido e introvertido y él, un chico más que perfecto. Ni siquiera podían correr juntos y además, ambos eran hombres. Los sentimientos que habían crecido en su pecho estaban destinados a ser enterrados para siempre en el lugar más oscuro que conociera...

"Myung tarda mucho."

"Está bien, el niño es muy relajado porque se parece a ti".

Escuchó un rugido proveniente de las escaleras de madera y acomodó entonces su abrigo. La ceremonia de graduación de la otra clase acababa de terminar y las familias y los niños con flores en los brazos se estaban reuniendo en el patio de recreo.

"¿No tendríamos que tomar una foto conmemorativa?"

"Bueno, papá dijo que ha pasado mucho tiempo desde que estuvo en esta escuela así que me parece adecuado."

"Ven, Myung."

Lee Myung se paró torpemente, sosteniendo un ramo con ambas manos mientras miraba a la lente. Hicieron una sesión de fotos de esta manera y luego su papá le entregó el teléfono celular a un estudiante que no conocía para pedirle tomar una foto familiar.

"¡Uno, dos, tres! ¡Sonrían!"

E hizo click.

La imagen no pareció salir bien. En ese momento, las nubes de lluvia cubrieron la luz del sol en el patio de recreo y una sombra los oscureció.

"¡Aquí, vean si salió bien!"

"Gracias. Um, la cara de Myung es tan mala. No parece que estemos en una ceremonia de graduación, sino en un funeral. ¿Podrías volver a tomar la foto?"

"Ah, sí…"

Papá se paró a su lado y levantó la comisura de su boca con los dedos.

"Es un momento único en la vida, así que tienes que reír, Myung-ah".

Lee Myung de repente levantó la cabeza y miró al cielo. Las nubes oscuras son incomparablemente grandes ahora. Hubo un sonido de aire aplastando y rasgando el espacio y luego, comenzaron a caer gotas de agua.

"¡Lo tomaré! Uno, dos… ¡Tres!"

Miró al frente. Todo estaba terriblemente oscuro, húmedo y pensó que ahora sí que podría capturar exactamente como se sentía. Tanto así, que incluso se rió un poco.
Papá corrió y trajo el celular y dijo que estaba mucho mejor que antes.

Tuk, tuk. La lluvia golpeó su mejilla. Lee Myung volvió a mirar al cielo:

"Uh, está lloviendo ¡Papá! ¡Está lloviendo!"

"¿Eh? En pleno invierno..."

Las fuertes gotas de lluvia pronto se hicieron notablemente más gruesas así que la multitud que llenaba el patio de recreo se dispersó de inmediato. Algunos empezaron a correr de repente, otros volvieron al edificio y otros muchos emprendieron una carrera hacía el auto. Mientras tanto, había algunas personas sacando sus paraguas tranquilamente. Su madre era una de ellas.

"Ahora, Myung y Jung, vengan aquí.  Cariño, trae el auto. Esperaremos frente a la puerta principal."

"De acuerdo entonces."

Papá se quitó el abrigo, se lo puso en la cabeza y corrió hacia la puerta principal.

"¿Qué está pasando de repente? Es la ceremonia de graduación, pero el clima es ..."

"Oh, si supiera que sería así, hubiera traído un abrigo más grande... Oppa, ¿Qué estás haciendo? Ven."

Jung lo instó a que se metiera bajo el paraguas, pero Lee Myung estaba mirando fijamente al cielo. Las nubes no dejaban de derramar lluvia sobre él, gota a gota. Mojando su cabello, cabalgando sobre su sien, sobre sus mejillas y fluyendo hacia abajo. Un anhelo desconocido lo inundó junto con la sensación de humedad.

Lee Myung se dio cuenta de que había dejado algo en el aula.

"Mamá, tengo un paraguas en el casillero".

"¿En serio? Pues ve a traerlo, niño ¿Qué esperas?"

"Estaré aquí pronto."

Con un coraje que no sabía de donde venía, Lee Myung se volvió hacia la puerta principal. Había tomado una decisión, y ahora su corazón latía con fuerza.

"Ah, ¿Pero qué...? ¿Está nevando o lloviendo?"

Los estudiantes se quejaban mientras caminaban junto a él. Myung tenía gotas de lluvia que goteaban desde la coronilla hasta sus hombros. Caminó a la derecha, cruzó el patio de recreo y llegó hasta donde guardaban los zapatos. Caminó por el pasillo, por la sala de salud, subió las escaleras y llegó al pasillo de tercer grado. Pasó, pero no había ningún estudiante en uniforme escolar... Parecía que todos habían salido al patio de recreo.

"Es demasiado tarde..."

Dejó caer la cabeza con decepción. Había sido muy lento...  En el juego de Go, nunca se había quedado sin tiempo, pero en la realidad siempre fue un tremendo asco.

Lee Myung se limpió el cabello con una mano y miró su antiguo salón de clase, donde no había nadie presente. La puerta trasera estaba abierta de par en par, como si el último chico que había salido lo hubiera dejado así al irse corriendo. Pero de pronto, salió una risa cínica:

"Ah, soy un tonto."

En el medio del aula, en el asiento que se podía ver desde cualquier posición, había un niño que se destacaba desde cualquier ángulo. Lee Myung, quien suspiró y atravesó la puerta trasera, se detuvo en alto antes de dar otro par de pasos. Y parpadeó un par de veces ante la visión tan poco realista. El aula sin iluminación estaba sumergida en la oscuridad pero, cuando hicieron contacto visual, sus ojos oscurecidos se abrieron de par en par y un poco de luz del sol brilló en el rostro del niño. Hubo un trueno desde fuera... El corazón de Myung latió tan fuerte como el sonido de las gotas de lluvia que colgaban de las puntas de su cabello. No fue una pérdida de tiempo y ahora, la última oportunidad estaba ante sus ojos. La oportunidad de decir cualquier cosa sin ser molestado. La única oportunidad de mostrar gratitud al niño y bendecir su camino. Una oportunidad para abrir la sinceridad que estaba escrita y escondida dentro de él.

El trueno sonó.

Incluso si el cielo se partiera, el rugido le dio un valor misterioso. Era algo que ni siquiera podía imaginar, pero que ahora estaba sucediendo.

"Myung".

"Seonho".

Se llamaban al mismo tiempo y por eso se callaban al mismo tiempo. En el momento en que llegó un nuevo relámpago, el rostro del niño estaba cubierto de un blanco pálido. Han Seon-ho levantó ligeramente las pupilas y miró a Myung atentamente. Fue una mirada que sorprendió a una persona enamorada y que provocó que su coraje se rompiera en 10 segundos.

"Felicitaciones por tu graduación, Myung".

Fue él quien primero rompió el silencio. 

Hoy había estado escuchando muchas palabras vacías como esta pero, cuando salió de su boca, sonó como si fuera auténtico. Es el más dulce y genial del mundo. Fue un caballero.

"Gracias."

"¿Qué piensas hacer en el futuro?"

"Yo... Um... ¿Qué vas a hacer tú?"

"¿Eh?"

"¿Qué vas a hacer en el futuro?"

Sus labios dibujaron ahora una sonrisa inocente que curvó sus ojos hacia abajo.

"Iré al departamento de Ciencias Políticas y Diplomacia. Aunque según mi padre, solo voy a morir de hambre".

"Felicidades."

Cuando lo escupió, sonó como una estupidez. Lee Myung agregó apresuradamente. "Quiero decir, no por morir de hambre. No es que te vayas a morir de... Felicitaciones por ir a morir. A la universidad. Oh no. Felicitaciones por la graduación."

Lee Myung cerró la boca. Fue un desastre. Terrible desastre. Cuanto más luchaba, más se hundía. Estaba oscuro, pero aún así, Han Seon-ho vio que su rostro se ponía rojo.

"Gracias, Myung".

La conversación terminó sin ser recompensada por todo su esfuerzo y un silencio incómodo se prolongó durante un rato. Luego se oyó el ruido de arrastrar una silla. Han Seon-ho puso su mochila en el escritorio y caminó hacia Myung. La silueta oscura se acercaba cada vez más y más y cuando extendió la mano y la punta de su dedo estuvo a punto de tocarlo, se detuvo a una distancia razonable. Amigos, nada más. La relación de Lee Myung y Han Seonho no podría ser más que esto.

Han Seon-ho pasó junto a Lee Myung.  Los pasos lentos se alejaron gradualmente y luego frente a la puerta trasera, nuevamente se pararon. Han Seon-ho puso la mano en el marco de la puerta y giró un poco el cuerpo en dirección a Myung.

"¿Regresaste porque dejaste algo? Es una ceremonia de graduación, así que debes estar muy ocupado".

"Mi paraguas..."

Myung no lo miró a los ojos y señaló su casillero.

"¿Cómo lo dejas cuando sabías que iba a llover?"

Myung se agachó y abrió su casillero de par en par para hacerle ver que realmente había regresado a la clase por un paraguas. Sin embargo, para su sorpresa, el casillero estaba vacío.

"¿Uh? Yo... Lo había dejado aquí."

Se escuchó una risa baja. Han Seon-ho señaló hacía el otro lado con el dedo.

"Eres el número 13".

¡Oh, que estúpido!

Lee Myung cerró rápidamente la puerta del casillero con la etiqueta "Número 10". Y abrió su propio casillero. Allí si estaba su paraguas. Sin embargo, en lugar de sacarlo de inmediato, se quedó mirando el lugar como si quisiera darle el tiempo necesario para irse. Han Seon-ho permaneció en silencio todo el tiempo, mirándolo. Fue gracioso que se decidiera a confesar algo tan estúpido con un hombre tan inalcanzable como él... Minutos más tarde, no tuvo más remedio que enfrentar la mirada que había estado evitando y, ser valiente. Enfrentar los ojos del amor de su vida ¿Cómo cambiarán esos ojos si dice que le gusta? No importaba lo bondadoso que fuera, quizá le daría asco y lo golpearía al final.

"Para celebrar la graduación, yo quería... Hablar contigo."

"¿Cómo es eso?"

Han Seon-ho se quedó quieto, mirando como Myung se acercaba gradualmente hacía él. En el momento en que quedaron cara a cara, su corazón comenzó a latir como loco y su estómago sintió un pinchazo por dentro. Era un sentido común de amor no correspondido.

"Quería decirte... Gracias por ser amable conmigo. Y que, me gustas ."

Lee Myung caminó rápido lejos de él, tragándose un grito que le quedaba en la garganta.


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