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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Extra 1.8 Chapter Text

Ya pasó aproximadamente un mes.

Félix tenía miedo de que la florería estuviera tan lejos así que le instaló una tienda un poco más cerca de casa. El área era grande y limpia y el tamaño de la nueva tienda era considerable. En realidad, se trataba de un lugar excelente. Tenía una gran ventana que hacía que la luz del sol se filtrara y provocaba que el interior fuera muchísimo más brillante. Había demasiado trabajo que hacer para que se sintiera como algo suyo y todavía estaba muy desordenado para su gusto, pero podía decirse que era un proceso divertido.

Era un deseo honesto. Estar en su pequeña tienda desde la mañana hasta la noche. Haciendo ramos, y moviendo sus macetas de barro. Además se sentía bien, operar la tienda libremente sin que nadie lo molestara y sin ser perseguido por un hombre demente. Ahora Benjamin y su madre pueden vivir junto a él y... El niño ya puede estar con Félix. Su padre. Se preguntaba si estaba soñando despierto... Un sueño tan feliz que definitivamente no quiere despertarse.

Isaac, mirando por la ventana, encerrado en un pensamiento verdaderamente agradable, pronto se da cuenta de que está actuando como un adolescente enamorado así que decide intentar olvidarse de eso haciendo algo más. Con agitación, comienza a mover una olla pesada para cambiarla de la puerta de la entrada a la puerta de atrás... Cada que se movía en la tienda llena del deslumbrante sol de la mañana, la música de la radio parecía seguirlo y escucharse igual de fuerte sin importar que estuviera allí o allá. Y, aunque la temporada hacía que el sudor se formara con frecuencia en su frente, la verdad es que sentía que era una mañana lo suficientemente tranquila como para que eso pudiera llegar a molestarlo.

Hasta que... Alguien entró a la tienda y comenzó a abrazarlo por la espalda.

"¡...!"

Una fuerza extraña se envuelve alrededor de sus hombros y hace que su cuerpo se incline por completo hacia adelante. Isaac, confundido, agarró el brazo del hombre, se inclinó un poco más y entonces lo tomó y lo tiró hasta terminar tumbandolo contra la pared. Fue una acción involuntaria así que, en un abrir y cerrar de ojos, ya tenía al sujeto tirado en el suelo. A un par de pasos del mostrador...

Dos ojos azules se entrecierran y luego, el hombre frunce el ceño como si eso le hubiera ocasionado demasiado dolor.

"¿Félix?"

"A... Uch ."

"Dios, Félix.".

"Estoy bien... Mi pulmón ya estaba colapsado de todas maneras".

Isaac estaba allí, completamente congelado. Viendo como Félix se ponía de pie y se sacudía la ropa igual a si todavía le costara horrores coordinar... Había pensado que era un ladrón ¿¡Quién hubiera dicho que era él!?

"No te  defendiste ..."

Isaac murmuró esto porque fue lo primero que le llegó a la cabeza. En realidad, lamentaba mucho haberle hecho eso pero no encontraba las palabras adecuadas para expresarlo.

"Es porque no pensé que fueras a atacar..."

"¡Entonces debiste entrar normalmente! ¿Qué es eso de venir hacía mi como un idiota? "

"Estaba tratando de sorprender... Ok, olvídalo. Ya no lo haré más." Las palabras de Isaac llevaron a Félix hasta el punto en que comenzó a aparentar una completa rendición. Elevando ambas manos en el aire. "Aprendí mi lección, lo siento."

"No, fue mi culpa. Me moví inconscientemente." 

"Fui yo el culpable, cariño. Ya no hace falta que nos pasemos la carga."

"¡Pero casi te rompo el brazo!"

"¡¡Ya me lo rompiste!!"

Félix sacudió la cabeza. No, no era necesario volver a sacar ese tema otra vez cuando era obvio que deseaban conversar sobre otra cosa. Isaac se encogió de hombros.

"¿Entonces qué pasó? ¿Cómo estuvo el primer día de Benjamin? ¿Si entró?"

En lugar de responder, Félix, que estaba todavía intentando acomodarse los huesos de la espalda, contesta algo como un "Umm..." Bastante largo. También se sentía como el comienzo de una larga excusa.

"¿Quieres decir que no se pudo? ¿No te dejaron inscribirlo? O... ¿No te gustó la escuela?"

Isaac preguntó de nuevo, quitando la suciedad de sus manos para dejarla toda en su delantal. Su voz es la misma de siempre, pero, como era un tono grave de por si, Félix evitó a toda costa hacer contacto con su mirada. Además, estaba el hecho de que sus ojos negros eran bastante amargos.

Al final, sin embargo, no tuvo más remedio que hablar.

"Pues… ¿Qué haces cuando tu hijo está llorando y diciendo una y otra vez que quiere ir a casa?"

Isaac, mirando la cara preocupada de Félix, exhaló profundamente antes de pensar en algo adecuado que decir. La verdad es que había pensado que no tendría ningún problema porque era maravilloso cuidándolo y creyó, que definitivamente sería un padre estricto. ¿Pero qué pasa si un niño llora y en lugar de ser estricto el papá se pone a llorar con él? Porque el hombre tiene los párpados inflamados.

Cada vez que cree que tiene la solución a algún problema, Félix viene y le muestra que no es así.

"Bueno... Si hubiera sido yo, lo habría dejado en el salón con su profesora. Incluso aunque hubiera estado llorando." Isaac, que todavía miraba a Félix, habló con una voz bastante firme. "Me despediría y, solamente saldría de allí antes de que todo se pusiera peor".

"Es algo inteligente. No lo había pensado."

Félix murmuró como si bromeara, pero era obvio que seguía estando muy nervioso.

"Pero, creo que es algo bueno que lo regresaras a casa si sentías que era lo mejor para Benjamin. Después de todo, es solamente el primer día."

"¿Qué...? ¿Qué fue lo que hiciste tú?"

"Pues... Cuando Benjamin fue a la guardería por primera vez, yo lo llevé junto con mi madre. Pensé que era natural que se pusiera a llorar así que lo dejé hacerlo tanto como quisiera. Lloró y lloró, por dos días... Pero mejoró y comenzó a hacerlo bien sin necesidad de pedírselo. Escuché que tienes que acostumbrarlo poco a poco a que... Será así a partir de ahora. La escuela es un buen cambio."

Isaac suspiró, recordando el día que llevó a Benjamin a la escuela por primera vez. Llorando tanto. Ah. Realmente lo dejó aunque estaba así de mal. Llorando y gritando y él, solo salió y regresó hasta la tarde. Claramente surge un sentimiento complejo al pensar... Que aunque parece estar seguro ahora esa vez no lo hizo nada bien. Se siente culpable, de hecho. Tan inexperto como Félix. Es decir, esa vez ni siquiera podía tomar al niño correctamente entre sus brazos.

"Yo fuí... Muy frío, tal vez."

"No. Te entiendo. Es que... Es tan difícil tratar con un niño pequeño. Más aún cuando está asustado y llorando. ¡El mismo hombre de la recepción me dijo que lo dejara allí! Pero, no me gusta ¿Sabes? Me rompe."

Isaac lo escuchó... Y de inmediato una esquina de su pecho comenzó a hacer cosquillas. Incluso se sentía cálido. Criar a un niño es difícil. Tienes que aprender mucho de todo y necesitas tener demasiada paciencia y poner el doble de esfuerzo del que ya pones siempre... Le hacía bien tener a Félix a su lado, ver su expresión y escuchar su experiencia porque, eso significaba que en realidad no había una respuesta correcta en ningún lado ¿Verdad? No era... Completamente un fracaso.

"¿Qué tal... Si nos saltamos el preescolar y la primaria y lo dejamos ir cuando llegue a la universidad? De todas  maneras  la casa está llena de gente que le enseñaría de todo con tal de mantenerlo a salvo. Yo podría mostrarle un método para aprender a leer y, Tony es excelente con las matemáticas."

Por supuesto, la idea de Félix no es del todo la mejor ni la más razonable, pero es bonito que se esté contemplando a si mismo en algo que incluye el futuro del niño. Como si estuviera despertando la parte paternal que no sabía que tenía.

"Es bueno tenerte".

Isaac susurró esto de repente. Una confesión extraña.

"¿En serio? Bueno... No es del todo una sorpresa que lo digas."

El hombre arrogante habitual acababa de regresar y, en realidad era mejor tenerlo así que con una cara desesperada y los ojos irritados. 
Una leve sonrisa se instaló en los labios de Isaac.

"Cuando pienso en mi infancia, recuerdo a mi padrastro. Él actuó como un soldado conmigo, siempre exigiendo más y más, todo el tiempo... Entonces, a veces siento que hay momentos en que presiono muchísimo a Benjamin o que incluso lo estoy tratando mal." La sonrisa en la punta de sus labios de pronto se volvió amarga. "Así que... ¿Sabes qué? Si yo soy el padre que lo deja llorar, por favor sé el que lo trae de vuelta a casa. Continúa siendo amable con Benjamin como lo eres ahora".

"Isaac..."

"Además, tú lo dijiste. Criar a un niño es muy difícil".

Cuando Isaac se rió, Félix envolvió sus mejillas suavemente entre sus manos. Era algo tan tierno que los pensamientos que tenía en la cabeza, incluso los más complejos y aterradores, se esfumaron de inmediato en forma de un suspiro profundo... Parecía que había mucho más por aprender en el futuro, pero estaba bien aprenderlo junto a él.

"Entonces, ¿Dónde está Benjamin ahora?"

Félix lanzó una respuesta rápida:

"En el auto. Está jugando con Jack."

"¿No lo dejaste en casa?"

"Lo traje porque pensé que ibas a querer verlo".

Isaac, que estaba desconcertado con el Félix que ahora, HASTA AHORA, le había dicho que Benjamin estaba aquí, se quitó de inmediato el delantal y los guantes sucios y los dejó aventados por allí. Estaba arreglando sus plantas y colocando la tierra en cada una de sus macetas, ¿Pero que importa eso ahora? Isaac sale rápidamente de la tienda desordenada y busca el automóvil de Félix por todos lados...
Mientras tanto, mirando la espalda de Isaac, Félix solo chasquea la lengua y cruza los brazos sobre su pecho. No puede ganarle al niño. Incluso si le dice las palabras más tiernas del mundo y lo deja medio matarlo, él reacciona de inmediato ante la más mínima mención de Benjamin.

Solo corre y lo busca...

En un carro que es difícil de ver, Jack mira hacia el frente y rápidamente baja la ventanilla para poder hacerle señas con las manos. Entonces Benjamin saca la cabeza y grita: "¡Papá!'" Con una cara tan brillante como ninguna otra.

"¡Benjamín!"

Isaac abrió la puerta apenas llegó y abrazó a Benjamin con todas sus fuerzas. Todavía tiene marcas de lágrimas secas bajo sus pestañas, su nariz está roja y sus párpados están completamente hinchados. El niño se ríe mientras deja que su papá frote los labios contra su mejilla una y otra vez.

"¿Lloraste mucho?" Isaac abrazó al niño con ternura y le preguntó esto mientras le revisaba cuidadosamente la cara. Benjamín parece avergonzado de que se hubiera dado cuenta, así que dice que no, muy bajito. "Seguro estabas muy nervioso... ¿Quieres que vayamos a comer algo rico? ¿Quieres ir a pasear a algún lugar hasta que te sientas mejor?"

Mientras Isaac lo consuela y le acaricia la espalda en pequeños circulitos, el niño se emociona de inmediato y levanta la cabeza para decir que eso lo haría muy feliz. Luego, comienza a contarle todos los lugares a los que quiere ir, las cosas que quiere comer y cada plan que quiere cumplir con él antes de que se haga de noche.

"¿No querías ir al parque Balboa, Isaac? Dijiste eso una vez, que deseabas ir de picnic con Benjamin allí... Y también a Disneyland."

Isaac se sorprendió cuando escuchó la pregunta de Félix detrás de su espalda ¿Cómo es que sabía eso? Fue solamente una mención pequeña en un momento extraño así que es increíble que todavía lo recuerde.

"Sí. Era... Otro sueño. Ir de picnic con Benjamin sin tener que preocuparme por nadie más."

Después de mudarse a la mansión de Félix, a menudo salían a caminar al parque cerca de casa o al zoológico que estaba cruzando la estación. Pero, a parte de eso, no han ido a ningún parque temático y tampoco habían comido juntos sentados en el jardín... De hecho, casi lo había olvidado.

"Vamos ahora."

La propuesta de Félix fue inesperada así que Isaac solo alcanzó a sostener con un poco más de fuerza a Benjamin... El hombre se inclinó, miró al niño y le hizo una pregunta con una voz bastante suave: "Benjamin, ¿Quieres tener un picnic en el parque Balboa con tu papá y conmigo?" Parecía el espécimen perfecto de un padre ejemplar.

"¡Sí! ¡Vamos!"

Benjamin asintió vigorosamente porque era mil veces mejor estar con ellos que ir al prescolar. Pero Isaac, que todavía parece algo confundido, solo miró a Félix y abrió la boca aunque no podía decir nada. Era una persona muy ocupada así que ¿Realmente estaba bien para él estar con ellos así como si nada?

"¿No está llena tu agenda?"

"Tony se encargará de eso".

Aunque había preguntado de un modo bastante ansioso, como siempre, Félix solo arrojó una respuesta rápida y desinteresada... Entonces lo ve, y se da cuenta de que el atuendo que lleva encima es uno bastante ligero. Algo que definitivamente usaría para dar un paseo. 
Que sospechoso.

"Entonces, voy a cerrar la tienda."

"Por supuesto, te esperaremos justo aquí."

Félix, quien tomó al niño de los brazos de Isaac, rápidamente lo colocó en el asiento trasero para hacer que Jack comenzara a amarrarle el cinturón. Benjamin ni siquiera sabía realmente lo que era el parque Balboa, pero estaba tan emocionado que no dejaba de moverse de un lado para otro.

Mientras Jack lo acomoda, le explica a Félix como ajustar la sillita de bebés para que pueda hacerlo por su cuenta en el futuro:

"No, esto se encaja aquí. Justo... En esa hendidura."

"¿Esta? ¿Aquí?"

"Sí. ¡Es allí! ¡Allí!"

Isaac está escuchando la voz de Benjamin, alabando a su padre para luego regañarlo:

"¡Tienes que cerrar la puerta con seguro!"

"Por supuesto, ¿Puedes explicarme eso también?"

"¡Sí!"

La sonrisa se extendió en su cara.

Al igual que los días brillantes y soleados, su vida también se sentía extrañamente confortable justo ahora. ¡Todo iba tan bien! Su florería se estaba organizando a su antojo, Benjamin crecía sano y brillante, su madre parecía estar recuperando su estado mental normal y su buena salud física... Y, sobre todo, estaba Félix. Que los amaba y se preocupaba por ellos más que nadie. 
Es una infinita paz, donde está con su preciosa familia y puede disfrutar del tiempo sin ningún tipo de miedo absurdo. Siente que incluso está flotando en un nuevo sueño con los ojos abiertos.

Sí, tal vez es hora de pellizcarse las mejillas y volver a la realidad.

Isaac fue a cerrar la puerta de la tienda, bajó la cortina y volvió la cabeza hacia el auto: Bajo un cielo azul sin nubes, Félix está allí de pie Esperando por él. Con la cabeza inclinada y esos hermosos ojos azules.

"¿Estás listo, cariño?"

De repente, en una tienda alineada al otro lado de la calle, como si fuera una jodida broma o la escena de una película extranjera, escuchó la canción de Louis Armstrong. "What a wonderful world"

I see trees of green, red roses too (Veo árboles de color verde, también rosas rojas.) 
I see them bloomfor me and you (Las veo florecer, para ti y para mí.) 
And I think to myselfwhat a wonderful world (Y pienso... que mundo tan maravilloso)

Una voz audaz, una melodía de jazz lenta y letras llenas de felicidad. Cuando piensa en el sentimiento, incluso alguien cómo él tiene ganas de cantar sobre lo bien que se siente en ese mismo momento. Un hombre hermoso, con los brazos abiertos, diciéndole cariño... 
Isaac tiene una sonrisa más brillante que nunca antes, así que casi corrió hacia él.


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