Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

"Cariño, relájate".

Félix le susurró esto a Isaac, que estaba rígido y completamente tenso sobre la cama. Al mismo tiempo, su dedo empapado en gel se deslizó dentro de su agujero...

Incluso con un solo dedo, su cuerpo se endurece como una piedra.
Sus dedos se balanceaban dentro sin dudarlo nunca. Eran alargados, con nudillos gordos y sobresalientes. El dedo, se adentra en el agujero y lo estira tanto como puede... Entonces el número de dedos que frotan su membrana mucosa aumentan uno por uno hasta sentirse como si tuviera toda la mano adentro, aunque realmente no podía contar cuántos habían entrado.

Lo asfixió la sensación de que se había abierto lo suficiente. Más que nunca antes.

Agarró su muñeca inconscientemente. Es como si solo escupiera tonterías con una voz temblorosa: "¡Alto!" Sin embargo, Félix no le hace caso y dobla la punta de sus dedos para frotar y acariciar cada parte de la pared interior hasta que una corriente terriblemente excitante fluye dentro de su membrana. La que se ha vuelto sensible al roce y a la agitación.

"¡Oh! ¡Oh, Dios mío!"

Isaac agitó la espalda y vomitó un gemido largo. Luego, mordiendo su dorso, descubrió que Félix había retirado los dedos del camino...

Cuando los dedos que llenaban el interior de Issac, desaparecen, de inmediato comienza a quejarse:

"¿Por qué...?"

"Oh cariño, yo estoy tan emocionado como tú."

El gel, que se derritió en la punta de los dedos de Félix, se derrama a lo largo de su brazo mientras escupe una que otra blasfemia y agarra su muslo para abrirlo otro tanto. Su mirada era muy obscena, terriblemente hambrienta... Tanto que Isaac tuvo que cerrar los ojos otra vez.

Su pene, duro, se clavó con fuerza en su entrada. El entorno oscuro se transformó en puro blanco...

Parecía que sus piernas se habían vuelto más elásticas de un momento para otro. Hubo un grito silencioso saliendo de su boca y, sin embargo, una vez que invadió su interior, Félix comenzó a gruñir y a gritar como una bestia completa. Se escucha el "Puck, puck" de cada vez que chocaba sus genitales contra su trasero y también de cuando su pene erecto pegaba contra su propio estómago. Ni siquiera podía respirar ¡Sentía que todos sus intestinos estaban siendo aplastados!
Isaac tuvo que arrancar la sábana... Es peligroso cuando una persona que generalmente no habla mucho y se mueve lento es llevada hasta el límite en unos insignificantes segundos. Sentía que se estaba volviendo loco.

"Huh, espera... Por favor. Solo, un poco más lento..."

Lloró y lloró más fuerte, pero los gestos de Félix se volvieron feroces. De alguna manera, incluso verlo tan desprotegido, lo volvía loco de placer.

"Félix..."

Una vez a la semana. Se odiaba completamente por decirle que podía hacer con él lo que quisiera una vez a la semana. Si supiera que no lo iba a escuchar y que lo penetraría así de fuerte, ni siquiera hubiera abierto la boca... ¡Hubiese preferido huir! Fue entonces cuando Isaac, que estaba temblando, mareado y con la espalda curvada, sollozó otra vez. Fuerte y como un animalito desprotegido.

Parecía que era difícil calmarse cuando un Alfa estaba hasta el tope de la lujuria... Pero Félix se detuvo de repente y comenzó a besarlo. Era tierno al inicio, pero después pareció estar a punto de masticar y tragarse sus labios. Ni siquiera sabía que Isaac estaba tratando de meter dentro de su nariz todo el oxígeno que le fuera posible. Tuvo que abrir la boca, los labios hinchados, mordidos y llenos de saliva y jadear con toda su fuerza una y otra vez.
Cada que se frotaban las lenguas, un sonido brillante fluía obscenamente por toda la habitación. Isaac, que ya tenía los ojos rojos, inconscientemente levantó los brazos y rodeó el cuello de Félix. Luego, bajó la cabeza un poco hasta la parte media de su cuello y de la nada, comenzó a besarlo justo allí.

"Uff..."

La cintura de Isaac saltó otra vez, como un pez que se asfixiaba...

Félix puso sus manos debajo de las rodillas de Isaac, dobló su cuerpo por la mitad y comenzó a embestirlo de nuevo. Su pene fue empujado hasta llegar a la raíz solo para retirarse y meterse de nuevo. El cuerpo de Isaac es golpeado hacia arriba y de nuevo para abajo, chocando en la pared interior hasta que suena justo como un chapoteo... Finalmente, lo empujó hacia la cabecera de la cama y sostuvo su nuca para evitar que se golpeara contra la madera.

Isaac estaba mareado, temblando... Cuando se mordió los labios con fuerza y soportó la intensa sensación de ardor, como un fuego saliendo de su ano agrandado, una ráfaga de calor extremo surgió desde su interior y se extendió como si ahora fuera un tsunami que golpeaba sus pulmones... Félix gimió con tantas ganas, tan fuerte, que solo entonces ambos se dieron cuenta de que había eyaculado.

Isaac suspiró y extendió sus extremidades.... Sus brazos, que sostenían su espalda, se cayeron y rebotaron en la cama. Su corazón iba tan rápido que su aliento era áspero y tenía tanto calor que todo su cuerpo había conseguido llenarse de sudor.
Isaac cerró los ojos e intentó respirar lento, pero Félix ni siquiera parecía pensar en quitarle el pene del trasero.

Gimió: "Se... Se acabó. ¿No es así?"

Cuando le preguntó, con una voz absolutamente cansada, Félix se rió como si hubiera escuchado una broma.

"¿Se acabó? Ni siquiera hemos comenzado realmente, ¿Cómo preguntas si se acabó?"

"Entonces... Al menos hay que tomar un..."

No pudo decir la oración completa... Y allí estaba otra vez ese "Puck, Puck". El pene caliente e inmenso fue empujado de un solo golpe hasta el fondo, como si estuviera intentando rasgarle la entrada. Se estaba ahogando... Cuando Isaac se inclinó y comenzó a gritar "Dios mío, Dios mío." Félix barrió el cabello sudoroso de Isaac para quitárselo de los ojos.

"¿No dijiste que podía hacer lo que quisiera contigo, bebé?"

"Oh, pero de esta manera... Así..."

"No pasa nada, todavía estás bien".

Se levantó, salió de él y se puso sobre sus rodillas para agarrarle el trasero y levantarlo hasta una altura que considerara aceptable... Luego solo se inclinó y comenzó a chuparle el pene como si estuviera determinado a sacar algo de adentro. Sus mejillas estaban rojas cuando el esperma salió de su boca y se filtró por su barbilla y su cuello con un sonido lujurioso. Era una imagen complicada. Isaac no quería verla y aun así se sentía bastante curioso... Félix era un Alfa famoso por su hermosa apariencia. Aun estando tan desordenado, con los ojos azules nublados, el cabello pegado a la piel, todo mojado y manchado de semen. Lamiéndose los labios.

Isaac había olvidado por un momento... Que así es como se sentía estar con él.

Ya han pasado cuatro años, y los recuerdos de su primer y último encuentro sexual se habían desvanecido gradualmente... Pero de alguna manera, parecía que las cosas que había olvidado de esa noche se estaban desarrollando ante sus ojos otra vez. Como si volviera justo a ese momento.

"... Isaac".

Cuando las escenas del pasado y la realidad se superponen, lo único que ve ahora es al hombre cantando dulcemente su nombre. Solo entonces, Isaac se despertó del pensamiento y lo dejó de lado... Sus manos grandes y duras agarraron su pene y lo frotaron.

"Hmm... ¿Por qué....?"

Isaac miró hacia atrás, con los ojos en blanco. Ese hombre es tan arrogante que sacude su pene solamente porque parece disfrutar de las expresiones de su cara.

"Deja de... Burlarte de mí..."

"De hecho, es realmente bueno probar el agujero de tu culo... Pero quería ver tu rostro cuando te estuvieras muriendo de placer".

"... Félix."

"No llores, bebé... ¿Qué pasa? ¿Te duele mucho? ¿Es por qué estoy acariciando tu pene de esta manera?" Félix se inclinó: "Dime, o no podré corregirlo..."

Mordiéndole el lóbulo de la oreja, una corriente emocionante fluye mientras envuelve su pene y frota las grietas del glande con la punta de sus dedos. Sus dedos gruesos. Sus dedos bonitos... Isaac tuvo que morderse los labios para no eyacular en lugar de responder.

Sin embargo, mientras las manos de Félix continuaban, sus testículos solo podían hincharse de impotencia.

No puede soportarlo.

En la punta de su glande, que estaba bloqueado todavía por esos dedos, un resbaladizo líquido blanco comenzó a filtrarse de poco a poco...

"¿Te gusta? ¿Aquí?"

Cuando le preguntó persistentemente por el lugar que le hacía sentir bien, Félix aprovechó el momento de descuido para morderle otra vez la nuca. 
Otra vez mete y saca su pene para luego dejarlo descansando entre sus nalgas. Sin embargo, no lo hace con un movimiento violento... En realidad es un péndulo corto y ligero acompañado de una masturbación precisa y perfecta.

"Oh, diablos, diablos, maldita sea, detente. ¡Detente!"

Isaac sostuvo su muñeca para intentar que la mano de Félix se alejara y trató de levantarse también, tirando de sus caderas hacia adelante... Pero no pasó absolutamente nada. La mano dura de Félix se aferra a su pene y no parece que quiera dejarlo ir. Pasa lo mismo con el pene que está incrustado en su interior desde el comienzo del sexo y sin embargo, lo que realmente avergonzó a Isaac no fue el placer de ser frotado como en una masturbación, ni que estuviera muy adentro de su recto... Fue, que su cuerpo entero lo reconociera y lo aceptara como suyo. El estímulo olvidado hace mucho tiempo atrás, el calor que no sabía que necesitaba extendiéndose por dentro... ¡Todo eso lo amaba, y odiaba infinitamente hacerlo!

El interior del agujero, que sostiene todavía el pene del Alfa, tiembla terriblemente. Isaac exprimió la sábana con cada uno de sus dedos y de repente se sintió incómodo con el placer que se extendía por todo su cuerpo. Félix, que estaba mirando su reacción, agarró y tiró de la cintura de Isaac... Y luego continuó entrando y saliendo a placer. "Puck, puck" los movimientos implacables de Félix hicieron que Isaac volviera a agarrarse del colchón y provocó que sus caderas, que se balanceaban solas, le ofrecieran ahora una sensación de placer completamente diferente al anterior.

Apretó su ano, como deseando aspirar el pene todavía más y más adentro... La búsqueda instintiva del placer no parecía algo propio de él.

"Isaac, Isaac... Tú, estás realmente más allá de mi imaginación. Mira lo hermoso que te pusiste ¿De qué se trata todo esto? No me sueltas, ¿Verdad? ¿Tanto te gusta tenerme? Maldición. ¡Malditos tú y tu trasero perfecto!"

Aunque lo había murmurado con una voz llena de emoción, desafortunadamente Isaac no escuchó nada. Él solo estaba tendido, jadeando y sintiendo como si de pronto estuviera más que borracho. Félix chasqueó la lengua.

"Mira que cara estás haciendo..."

Gruñó y sacudió su cintura violentamente como si no pudiera soportarlo ni un momento más. En respuesta, Isaac también sacude su trasero...

El cuerpo, que se seca de placer, se mueve libremente de arriba para abajo, desordenando todo. La saliva se derrama de una boca entreabierta que solo está escupiendo palabras extrañas: "Oh, ah, ah... Un poco más... Félix, allí. ¡Por favor, allí!"

Las oraciones que no había pensado adecuadamente, saltaron de inmediato a las orejas del Alfa... Como una bestia, Félix y el pene que estaba en el trasero del florista, estallaron con todo su poder.

Isaac eyaculó una vez más aunque ni siquiera estaba allí una mano.

"¡Joder! ¡Realmente me estás volviendo loco!"

No importa cuánto mienta y diga que es un Beta, tampoco importan todos los inhibidores que consuma o las veces que elimine sus feromonas con un desodorante... A medida que la feromona Alfa fluye del semen que está en su interior y se extiende por todo su cuerpo, pierde racionalidad y se vuelve una persona absolutamente diferente. Había fingido que estaba bien, que no le importaba, que era un trato y que solo lo hacía por el bien de su niño... Y aun así, sacude su trasero como una puta mientras pone la cara contra una sábana arrugada y pide por más.

Isaac, empapado de placer, ha dejado el control de la razón como si su cabeza y su cuerpo estuvieran jugando el partido por separado... Es irónico. Justo como había sugerido la primera vez, Félix lo arruinó toda la noche para hacer con él lo que se le dio la gana.

De nuevo se acabó la madrugada y llegó el amanecer del día siguiente. Isaac solo estaba llorando mientras Félix lo consolaba y lo besaba tan suavemente como le era posible.

Había sido una noche muy larga.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).