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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Era una noche oscura cuando abrió los ojos.

Félix se había sentado en la silla que estaba junto a la puerta de entrada... Y tenía a Isaac, descansando justo sobre sus muslos. 
No tenía pantalones, sus piernas estaban desnudas y empapadas de semen mientras que Félix, solo tenía puesta su camiseta. La cabeza del florista permanecía inclinada sobre su hombro. Era tan vergonzoso que ni siquiera podía mirarlo correctamente...

Cuando Félix notó que no quería subir la mirada, bajó la cabeza y tocó de inmediato la línea pegajosa que corría entre sus nalgas. Isaac frunció el ceño ante el inesperado dolor. En realidad, era tanto que tuvo que dibujar un arco con su espalda otra vez...

"Debido a que te desmayaste de la nada, no pude limpiarte como hubiera querido". Esa voz suave y perfecta se dispersa de inmediato sobre su cabeza. "No hay un lugar para que podamos acostarnos aquí, ¿Verdad?"

Con el brazo sobre el reposabrazos de la silla y la barbilla apoyada en su mano, Félix lo miró un minuto más antes de decidir inclinarse un poco contra su cuerpo...

Isaac estaba mirando hacia abajo. Es difícil soportar una postura tan extraña cuando además estás completamente desnudo. 
Con mucha dificultad, trata de bajar de sobre sus muslos.

"Wo, despacio... ¿Estás bien?"

Félix no lo deja ir.

Con los brazos apretados alrededor de su cintura, volvió a acercarlo para hacerlo descansar correctamente contra su pecho. Isaac volvió los ojos en lugar de intentar bajar otra vez. Félix dijo:

"Cada vez que actúas así y comienzas a aferrarte a mí, me preocupo..."

"¿Qué te preocupa?"

Cuando intentó preguntarle apropiadamente, descubrió que le dolía bastante la garganta y el paladar. Tal vez gritó demasiado o quizá, el problema era que había llorado más de la cuenta.

"¿Cuánto tiempo más vas a mentirme? Hace un momento, perdiste la cordura... ¡Lo que dije sobre creer que eres un Omega no es una mentira!"

"No perdí la cordura".

"Por favor... Sé lo que dije sobre los Omegas pero, no es tan malo si se trata de ti ¿O es qué hay otra razón para que actúes así conmigo ahora?"

Soltando con dificultad las palabras finales, Félix sostiene su barbilla para atrapar a Isaac en su campo de visión... Lo ve fijamente, con sus hermosos ojos color azul oscuro.

En realidad, parecía una escena bastante espeluznante.

"¿Qué pasó la semana pasada?"

"... ¿Eso que tiene que ver con perder o no la cordura durante el sexo?"

Entonces Félix, muy suavemente, comenzó a recorrer sus mejillas con las puntas pegajosas de sus dedos.

De verdad parecía un hombre preocupado, sus cejas se pusieron todas juntas y rectas...

"¿Por qué bajaste de peso de esta manera? Solo ha pasado una semana desde la última vez que te vi, pero tu cara se puso pálida y flaca... ¿Qué pasó? ¿Por qué no estás comiendo adecuadamente?"

"Oye..."

"¿Por qué hablas como si me fueras a dejar?"

No pudo contestar en absoluto. Cerró los ojos para respirar e intentar ordenar sus ideas... Pero entonces sintió el inmenso calor que se extendía desde la punta de los dedos que todavía lo estaban tocando.

Sí, se saltó las comidas.

Y sí, se va a ir.

¡Todo era completamente cierto!

"... Estoy comiendo".

"He lidiado con muchas cosas terribles en el pasado... Pero esta es la primera vez que siento que alguien me está lastimando de verdad. Y sin hacer nada realmente."

Ante esa voz, Isaac volvió a quedarse sin palabras...

¡Qué mierda!

"¡No tienes que preocuparte por mí!"

Pero es imposible que pueda mirarlo a la cara y gritarle la misma oración con una voz honesta... Así que giró la cabeza, apartó la mirada y volvió a intentar bajar de sus muslos. Esta vez Félix dejó de sostenerlo.

Mientras Isaac miraba a su alrededor, encontró que sus pantalones, su ropa interior y su camiseta estaban todas arrugadas y esparcidas al azar cerca del mostrador. Chasqueó la lengua por la escena y por los recuerdos tan escandalosos.

"Más bien ¿Qué está pasando contigo, Félix? Vienes el sábado, sin hacer una llamada antes"

Isaac, que caminaba frente a la pila de ropa sucia moviendo las piernas temblorosas e ignorando el hecho de que sus nalgas y sus muslos estaban húmedos, de pronto volteó a verlo una última vez... Félix lo miraba como si tratara de grabar cada uno de sus movimientos. Buscando un error o alguna clase de indicio que le diera justo lo que necesitaba.

Isaac estaba nervioso, pero igual intentaba actuar lo más casual posible.

Cuando se inclinó, se revelaron sus caderas enrojecidas y las líneas apretadas de sus muslos.

"¿Cuándo me he puesto en contacto contigo para venir aquí?"

Esa era una voz desagradable, muy fría y terriblemente triste... Solo así, Isaac se dio la oportunidad de intentar bromear un poco:

"No estoy haciendo un espectáculo de striptease privado, deja de mirar".

"Nunca he visto un striptease más estimulante que el tuyo."

"¿Aunque solo me esté poniendo la ropa interior?"

Isaac pareció quejarse otra vez, pero Félix solo puede ver el muslo expuesto de Isaac. Estaba... Lamiéndolo con la mirada a tal punto que literalmente parece una visita a un espectáculo de striptease.

"Así es. Me excita mucho ver que mi semen baje por tus muslos y que en lugar de limpiarte, solo te pongas casualmente la ropa interior encima... Y la manches, y la mojes. No sabía que eras así de obsceno."

Sus murmullos bajos han hecho que los muslos de Isaac realmente comiencen a temblar...

Es cierto que quedaron algunas marcas secas y es verdad que el semen no se ha secado correctamente... Por lo que fluye con lentitud hasta sus rodillas. La parte inferior de su boxer ya estaba mojada y teñida de un color oscuro. No tenía un lugar para lavarlo dentro de la tienda así que pensó que no estaría tan mal si solo se la ponía mientras tanto. Solo para salir ¡Pero la cosa es que se siente absolutamente incómodo! Era un recordatorio constante de que había sido cogido.

Isaac miró a Félix con una expresión molesta: "Ya no vamos a hacerlo aquí nunca ¿Bueno?"

Félix se encogió de hombros, igual a si estuviera diciendo que no importaba.

"Antes de entrar, vi pasar a un hombre. Estaba sosteniendo un ramo de rosas. Molesto, tenía la cara toda arrugada porque, bueno, supongo que era lo normal... El ramo de rosas era un desastre." Félix, que todavía miraba a Isaac con la barbilla sobre la mano, de repente parecía muy concentrado en sus recuerdos del día "Pude ver de un vistazo que, aunque eres un asco arreglando ramos... Ese no... No se veía como algo tuyo."

"..."

"Y... Me preocupé mucho. El ramo decía  "Auxilio"  en cada una de sus hojas".

Antes de que entrara, un cliente ordenó un enorme ramo de rosas... Estaba nervioso, así que era cierto que no podía concentrarse en el arreglo. Sus ojos y su corazón, no estaban en el mismo lado por lo que el resultado final se veía como un completo revoltijo sin sentido.

Isaac tragó saliva a través de una garganta ardiente...

Cualquier emoción, en cualquier momento y en cualquier lugar, parecía ser algo tan familiar para Félix que su corazón comenzó a latir con infinita furia. No puede controlar tantas cosas ocurriendo al mismo tiempo.

"Isaac, si me ocultas algo... Yo no voy a poder ayudarte cuando empeore ¿Entiendes?"

"..."

A diferencia de su boca, que se estiraba en una sonrisa, sus ojos azules se habían puesto tan fríos como la hoja de una cuchilla.

Se paró sin siquiera hacer un esfuerzo por cubrirse las piernas... La mirada de Isaac parecía estar absolutamente perdida así que incluso con tan poco, siente que su mente está siendo tomada por completo.
Esta vez, se acerca más... Con los pies descalzos y el pene flácido oculto bajo una leve mata de vello púbico del mismo color que el cabello sobre su cabeza.

En lugar de avergonzarse, Félix parecía divertirse mucho cuando Isaac, con dedos temblorosos, volvió a inclinarse para levantar y pasarle su pantalón y su bóxer.

"Isaac, hubo un día en que me dijiste que hubieras preferido darme dinero a tener sexo conmigo ¿Recuerdas? Pero ahora, te pones sobre tu mostrador, abres tus piernas y me dices que te tome porque lo necesitas ¿Cómo puedo pensar que todo está bien?"

"Es que descubrí que igual no importa lo que quiera o no".

Realmente pensó que se iba a volver loco de nervios, pero cuando respondió con calma y tan serio como siempre... Félix esbozó una sonrisa.

"Tal vez tienes razón."

La luz que sale de la ventana se derrama sobre su rostro perfectamente esculpido, haciendo que las líneas de sus expresiones sean más visibles que antes.

Isaac lo miró, como si necesitara recordar cada pieza de su figura hasta que no hubiese más alternativa que terminar con su cara fundida en la córnea...

La sensación de ansiedad e irritación no se desvaneció. En su lugar, se posó sobre los hombros de ambos como una manta gruesa.


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