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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Harbour Drive: El lugar donde se detuvo el sedán después de correr libremente por un buen rato...

Estuvo aquí hace algún tiempo. La primera vez que Félix secuestró a Benjamin. Era un lugar que lo ayudaba a calmarse y pensar. Un sitio alejado, pero Isaac ni siquiera necesitaba del GPS para llegar así que se detuvo justamente en el sitio perfecto.

Ambos estaban en silencio. La cara de Isaac, incluso en la oscuridad, se veía miserable. Ojos, labios y sangre, todo hinchado y desgarrado. Una frente brillante de sudor con un montón de pequeños moretones iluminados bajo una lámpara amarilla.

"Nunca pensé que venir aquí me daría tanto..."

La pupila azul, que vagaba por la cara aplastada de Isaac, parece iluminarse cada vez más y más a medida que recuerda los sucesos de la florería. Sin embargo, el hombre junto a él todavía mantenía la boca cerrada así que el suspiro de Félix se dispersó fuertemente...

"¿Quiénes eran esos bastardos? ¿Qué relación tienen contigo?"

"..."

"¿Nada? De acuerdo ¿Estuviste en SWAT verdad? ¿Fue por mucho tiempo? Seguro allí te enseñaron a utilizar metralletas. Disparar es mucho más sencillo que hacer un ramo de flores, ¿Verdad?"

La pregunta era sencilla... Sin embargo, incluso esta vez, Isaac ni siquiera volteó a mirar. Su expresión era tan directa como de costumbre. Fría, como cuando les disparó con la ametralladora.

Félix no dio un paso atrás en su intento, incluso lo miró más persistentemente. Al final, Isaac se volvió hacia él:

"Te lo diré más tarde".

Era una voz enterrada de cansancio. El desastre que habían ocasionado en la florería también era una herida, aunque no sangrara ni se viera sumida o supurante. Suspiró, se frotó los ojos con ambas manos porque llevaba ya demasiado tiempo sin dormir adecuadamente...

No era para nada la respuesta que buscaba, pero Félix respiró hondo y asintió ante lo inevitable. Tampoco es como si quisiera saturarlo de preguntas en un solo instante.

"Bien, no voy a preguntar sobre la situación así que ¿Por qué no vamos a caminar para respirar un poquito? Te prometo que solo caminaremos..."

Fue en el momento en que Félix abrió la puerta que Isaac se permitió decir:

"No. Voy a tener que dejarte. Lo siento, pero tomaré prestado este auto por el momento."

Félix dejó de moverse, sin atreverse a seguir abriendo la puerta del auto... Miró a Isaac, como si pensara que era muy estúpido decir tan orgullosamente que quería robarle el vehículo. Una actitud absurda, ciertamente. ¿Qué está intentando hacer? Félix quería ponerse serio y decir "No me voy a bajar ¿Está claro?" Pero se da cuenta de que no puede... ¿Por qué no puede?

Félix que miraba los tercos ojos de Isaac, se tragó lo que quería decir.

"No."

"Abajo."

"¿¡Estás loco!? ¿A dónde vas a ir luciendo así?"

Sin embargo, los esfuerzos para calmar su ira fueron absolutamente inútiles. No pudo evitar que su voz se elevara con todo el dolor que tenía reprimido... Si lo deja ir, entonces definitivamente va a perderlo para siempre. Era un problema mayor al de antes, cuando le dijeron que no estaba en la casa y sintió que estaba tan triste como para desmayarse.

Después de suspirar, se frotó la frente arrugada con la punta de los dedos y volvió a intentarlo.

"No me voy."

"¡Félix!"

Pero Félix ya no podía moverse así que miró por la ventana... Fue entonces, cuando escuchó un sonido metálico justo en su cabeza. Lentamente, giró la cara solo para ver qué le estaba apuntando con una pistola semiautomática.

"Tú..."

No se lo podía creer, aunque no era de extrañar ver a Isaac sosteniendo una Beretta en la mano. El hocico se coloca en medio de sus cejas así que los ojos de Félix miran alternativamente a Isaac y a la pistola.

"¿Qué estás haciendo...?"

La voz extrañamente triste y baja de Félix llenó el auto de inmediato.

"Bájate. Puedo cuidarme solo"

"Isaac... ¿Sabes quién soy y lo que puede pasar si aprietas el gatillo?"

"Por supuesto que sí. Supongo que lo sé mejor que nadie. Así que bájate."

"No."

"Si no lo haces, te prometo que voy a disparar".

Isaac enfrentó al Alfa con una mirada profunda de naturaleza desconocida. Pero Félix también insistió:

"Isaac, no puedo dejarte ir otra vez"

"Bájate".

"¡Prometí no preguntar nada! Prometí quedarme al margen ¿O no es cierto? Entonces, ¡Entonces solo tenemos que seguir justo como antes!"

Los gritos de Félix eran más desesperados que nunca antes. Estaba ansioso, asustado... ¿A dónde irá? ¿Qué hará? ¿Qué le pasará? ¡Y pensar en eso era tan aterrador que provocaba que sus sentimientos se desparramaran en todas direcciones!

"Hay cosas que tengo que resolver por mi cuenta... Si vienes, todo va a joderse. Para ti y para mí."

"Dime cuál es tu situación... Lo resolveré. Lo juro, yo... Arreglaré cualquier cosa que te moleste."

La voz angustiada provocó que se le congelara la espalda. Incluso en la oscuridad, incluso en esa situación, los brillantes ojos azules se ven salvajes y determinados como siempre...

"No. Tienes que entender que este es un asunto personal en el que no debes intervenir... Después de esto, completaremos de alguna manera el contrato y te pagaré de la forma que quieras que te pague. Así que por favor, dame tiempo ahora."

"¿Cuál es el asunto personal?"

"Deja que termine con esto para que pueda contarte..."

Isaac se mantuvo firme. "No te metas con mi historia". "No es bueno hablarlo ahora". "No es algo que te importe"... Fue el momento en que sintió cómo el calor del enojo aumentaba considerablemente dentro de él. ¿¡Cuál es la maldita razón para construir un muro así de alto!? Estaba lleno, repleto de cosas que no podía entender... Pero que deseaba le compartiera.

"¡Isaac!"

"No te diré nada más..."

"Entonces...  Dispárame . Porque de otra manera no voy a dejarte ir."

"Félix..."

 Dispárame , maldita sea! ¡ Dispárame  para que puedas deshacerte de mí tanto como quieres!"

Al final, el hocico realmente terminó apuntando hacia el interior de su muslo. Significaba que solamente tenía que dispararle en el fémur para terminar. Entonces quedaría mal... Pero podría recuperarse en algún tiempo.

Cargó la pistola, pero Félix no se movió aunque inconscientemente el sudor frío había comenzado a fluir por su columna vertebral.

Entonces, "Tang" Isaac apretó el gatillo sin dudarlo.

Sus tímpanos y su cabeza se sacudieron, pero, al final de tanta confusión, las piernas de Félix todavía estaban igual. La bala, que salió del camino, quedó atrapada bajo la ventana del automóvil.

Félix miró la puerta rota, pero igual no se movió.

"Sabía que no ibas a disparar..."

" Dispararé  de verdad para la próxima."

"Pues anda".

"Bájate".

Como la pistola se pegó nuevamente a su cara, Félix se vio obligado a levantar ambas manos... Solo mirando los ojos de Isaac y ese brillo intenso, supo que esta vez definitivamente iba a apuntar a su pierna. También entendió que definitivamente iba a terminar disparando. Ya no era como antes, no había temblores, ni dudas.

Cuando abrió la puerta del pasajero, el viento del frío amanecer le llegó de golpe... Solo entonces se dio cuenta de que olía a pólvora y de que había notas muy intensas de sangre. Ni siquiera podía pensar en apartar el cabello que se mecía de un lado a otro por su cara.

Félix puso los dos pies en la acera.

"¿Estás satisfecho ahora?"

Incluso desde la tosca puerta del automóvil, Félix se permitió mirar ferozmente a Isaac.

"Lo siento... Piensa que esto es por Benjamin ¿Sí? No puede perder a los dos."

Isaac, quien enfrentó los ojos enojados de Félix, cerró la ventanilla antes de que pudiera contestarle y después, colocó la Beretta junto a él. Félix sonrió... Porque incluso en momentos así pensaba en lo mejor para su hijo.

"¡Me debes mucho!"

Gritó.

"Lo sé".

"¡Tienes que regresar de inmediato para pagarme, o aumentaré los intereses!"

"... Ya veo."

Isaac respondió gentilmente.... Parecía que ya no sabía que hacer así que Félix, a su lado, marcó muy bien la forma de sus labios al momento de decir "Vete".

Los faros del Sedán se apagaron mientras avanzaba....

Tan pronto como fue absorbido por la oscuridad y desapareció.... Félix se quedó de pie, esperando a que volviera.

Cada vez que sopla el viento, su cabello de hilos dorados se sacudía de aquí para allá, sus ojos bien abiertos. Sus labios secos.

"Isaac, la próxima vez tendrás que darme cada parte de ti si quieres pagarme adecuadamente."

Era una palabra que apenas se había escuchado, pero que tenía más hielo y rabia que la brisa fría del amanecer.

Félix, que miraba todavía hacía adelante, logró girar su cuerpo aunque tenía los puños cerrados y las piernas rígidas. Hasta ahora, este ha sido sin duda el amanecer más terrible de su vida.


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