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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Tan pronto como Isaac salió de la habitación, el teléfono en su bolsillo comenzó a sonar escandalosamente... Félix, que todavía lo estaba mirando marcharse, tardó demasiado en contestar:

"Dime"

Cuando respondió con voz baja y malhumorada, la explicación de Tony comenzó a fluir sin descanso por el auricular. En silencio, Félix, que escuchaba cada una de las palabras, de repente torció los labios y puso una expresión bastante sangrienta.

"Voy ahora, así que diles que esperen".

Eso fue todo. Félix vuelve a meter el teléfono en el bolsillo de su pantalón y camina por el pasillo por donde Isaac acaba de pasar. No lo vio por ninguna parte, pero estaba lo suficientemente enojado como para que eso no importara.

Después de un tiempo, llegó a un viejo almacén cerca del centro de San Diego. Jack está internado en el hospital y le ordenó a Tony que llevara a Isaac al aeropuerto así que en esta ocasión tiene guardaespaldas diferentes.

Cuando el auto se detiene, le abren la puerta y lo guían al interior del lugar, bajando unas cuantas escaleritas. Aunque el sol estaba en lo alto, el interior del almacén no tiene ventanas así que está tan oscuro como si fuera de noche. Hubiera sido un espacio invisible si no fuera por las bombillas viejas que estaban esparcidas por aquí y por allá. Además olía bastante a moho, a humedad y a sangre... Félix caminó a través de cristales rotos y pedazos de basura y, mientras lo hacía, sacó el revólver y giró el cilindro una y otra vez.

A veces, este tipo de revólver clásico es mejor que una pistola automática.

Dentro del espacioso almacén, varios hombres enfundados en trajes negros estaban en línea recta... Y entre ellos, ensangrentado de la cabeza a los pies, uno estaba atado en una silla metálica. Su cara estaba aplastada y ya era completamente irreconocible. Sin embargo, tan pronto como vio a Félix, se aterrorizó tanto que comenzó a temblar:

"Jefe... ¡Jefe! Por favor, espere ¡Déjeme explicarle! ¡Fui amenazado!" Él comenzó a derramar un montón de lágrimas que se mezclaron de inmediato con sangre y mocos. Después gritó con una pronunciación extraña porque sus dientes estaban todos rotos "¡¡Jefe!! ¡¡Piedad!!"

De pie, a uno o dos pasos de donde se sienta el chico, Félix chasquea la lengua y pone una expresión de asco... Esa clase de gritos son los que ocasionan que le duela la cabeza.

"Mira, si tenías tanto miedo de morir entonces no debiste haber actuado estúpidamente en primer lugar."

Su voz no era diferente de la habitual, pero su pupila azul es completamente espeluznante. Se sentó a su lado.

"Pero..."

"¿Por qué crees que vine aquí? ¿Para escuchar tus excusas? ¿Para salvarte? ¿Me viste cara de sacerdote o qué?"

"Jefe..."

"Solo vine a ver la cara del hombre que se atrevió a vender toda nuestra información. La de Isaac, la de tus compañeros, la mía".

La voz fría de Félix vuelve al gran roble un sauce llorón que tiembla a la espera de que no lo derriben. Ahora solo está allí, gritando "Jefe" "Jefe" llora con los labios rotos, tomando toda la energía que puede.

Félix suspira y se levanta. Le apunta.

"Pero hablando en serio ¿Cómo fuiste tan estúpido como para atreverte a vender información?"

"¡Ya se lo dije! ¡Eso fue inevitable porque estaba amenazado! ¡En serio!"

Félix, giró rápidamente el cilindro.

"¡¡No quiero morir!!"

"Pues que lastima, porque no creo que vaya a fallar. Es decir ¿Sabes cuántas balas hay en este revólver?"

Félix preguntó, como si estuviera bromeando con él... Y luego "Tang" en su pie, y "Tang" En su abdomen. Todo lo que se escuchaba en la habitación era el "Tang" "Tang" y los gritos terribles hasta que, finalmente, el hombre terminó colocando los ojos en blanco. Un agujero enorme en su cabeza había hecho que la sangre oscura se derramara en forma de una línea recta perfecta y luego, se cayó para el frente.

Félix, se guardó la pistola en el bolsillo interior de la chaqueta.

"... Estaba todo lleno, es solo que no había una verdadera razón para vaciar todo en él. Todavía las necesito, ya saben."

Desde el principio había surgido la pregunta de cómo era que Cole había dado con Benjamin en tan poco tiempo. Es decir, justo ese día. Cuando estaban sus hombres, cuando Isaac desapareció y los iban a mover a su casa. ¿Cómo sabía que eran tan pocos? Significaba evidentemente que todo fluía desde adentro. Una puta rata entre sus perros... Cuanto más lo pensaba, más apretados volvía sus dientes.

Igual, todo había sido su culpa por no verificar debidamente desde un inicio. Si hubiera sido un bien líder no hubiesen vendido la información de Isaac en primer lugar, Benjamin y Jessica Parker habrían sido transferidos con seguridad y... El hombre que amaba no estaría a punto de partir.

"Isaac... Debes haber estado conteniendo la respiración tan fuerte como pudiste hasta que no lo  soportaste  más ¿Verdad?"

"¿Señor?

"Sácalo".

Dio una breve orden a los subordinados que estaban de pie y se volvió de inmediato hacía la puerta trasera. Estaba tan tenso que incluso la mandíbula le había comenzado a doler, apretaba los dientes como si esa fuera la única opción que evitaba que se pusiera a gritar.

Fue entonces... Cuando un teléfono comenzó a sonar en alguna parte

Félix les ordenó a todos sus subordinados que no tuvieran teléfonos celulares al entrar allí, y no pensaba que tuvieran tantas agallas como para desobedecerlo después de haberle visto meter una bala en la cabeza de uno de sus compañeros... ¿O si las tenían?

Félix escuchó el tono de llamada atentamente. El sonido fluía del pecho del hombre muerto, el que seguía inclinado en la silla y rodeado de un montón de manos. De alguna manera, se sentía como algo malo

Todos los ojos se posaron en Félix

"Denme el teléfono".

Los hombres obedecieron, detuvieron sus movimientos y le pasaron a Félix un teléfono celular descontinuado que todavía sonaba ruidosamente. Félix mira por la pantalla y luego, contesta.

<¿Por qué tardaste tanto?>

La voz que llenó el cobertizo, como era de esperar, era una bastante familiar

"Bueno... Está algo indispuesto hoy. Creo que le duele la cabeza. Una jaqueca terrible"

El otro lado del teléfono estaba en silencio... Sin embargo, luego hubo una leve risa.

<Dios mío, Félix, ¿Eres tú?>

Félix cerró los ojos. No pensó que solo una risa lo pusiera tan enojado.

"Sí ... Ha pasado mucho tiempo, coronel Cole Patricks. No, ya no se llama así. Ahora es el secuestrador de bebés. ¿Qué se le ofrece?"

 


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