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Querido B. tomo 1 (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Cuando Isaac abrió los ojos, eran las 6 de la mañana en la hora del Este.

Después de comer un poco de pastel de carne, simplemente se fue al baño para darse una ducha de agua helada. Curó cada una de sus heridas, se vistió, y luego fue a sentarse en el asiento de siempre... Inmediatamente después tuvo muchísimo sueño, así que los pequeños y rígidos ojos de Isaac se cerraron y permanecieron así por un buen tiempo.

Ahora se estaba frotando los párpados. El interior del avión se había quedado en silencio, y solo se escuchaba el sonido ahogado del motor. Las luces estaban en una tonalidad tenue, habían colocado su asiento todo para atrás y, además, lo habían cubierto con una manta de lana... Félix estaba frente a él, sentado, pero con la cabeza ladeada y los ojos cerrados. Su corazón se siente pesado cuando lo ve dormir allí, tan incómodo. Había una habitación al lado, con una cama que podía haber ocupado... No había deseado dejarlo solo, posiblemente. Y cómo resultado iba a despertar sintiéndose adolorido y sin poder mover bien la cabeza.

Isaac se sentó en silencio, mirando su rostro con forma de escultura. Esperando que, si seguía así el tiempo suficiente, él abriría los ojos y le miraría para decir alguna de sus frases ridículas... Pronto, sin embargo, el avión privado se sacudió ligeramente y comenzó a prepararse para aterrizar. Estaban a punto de llegar al aeropuerto Charlotte, así que levantó la cortina y miró atentamente por la ventanilla una última vez. El cielo negro, que había causado su miedo durante gran parte del viaje, de repente se estaba volviendo azul claro. Había una luz brillante, preparada para expulsar toda la oscuridad del ébano.
Isaac levantó la vista y recordó a Benjamín, quién se convirtió en la luz de su vida. ¿Qué está haciendo ahora? ¿Lograría dormir? ¿Le darían de comer? ¿Estará llorando? Cuanto más pensaba, más dolor tenía dentro del pecho y más insoportable se sentía el respirar. Isaac levantó la mano y se cubrió los ojos. El niño gritaba en voz alta incluso cuando intentaba no pensar en eso.

Entonces la altitud del avión cae bruscamente y se produce la sensación de hormigueo en sus oídos. Con ansiedad, Isaac respiró hondo debido a la sensación y lentamente volvió a elevar la mirada. Su pupila oscura se refleja en una ventana que ahora parece inclinada. Como siempre, no hay ni siquiera una gota de emoción.

"Te encontraré pronto mi amor. Y te abrazaré con fuerza... No llores, espera por mí un minuto más."

Susurrando como para alcanzar a Benjamín en la distancia o tal vez como una promesa para sí mismo, Isaac apretó su puño tan fuerte como le fue posible.

 ***

Cuando sale del aeropuerto y observa la espalda de Isaac, caminando derecho rumbo al taxi, Félix comienza a sentir la misma sensación que tuvo antes de que secuestraran al niño. Era una señal tan incómoda que pronto estaba allí otra vez, masticando su dedo hasta casi destrozarlo.

Estaban en el lugar donde se alineaban todos los taxis. Félix, que ya no podía soportarlo, caminó un poco más rápido y sujetó la muñeca de Isaac con más fuerza de la necesaria. Su boca no se movía, aunque realmente deseaba decirle un montón de cosas en ese momento. Estaba sudando y se sentía tan fuera de lugar que, en realidad era honestamente aterrador.

Cuando la sensación delicada de la piel de Isaac llega hasta la punta de sus dedos, su corazón está casi totalmente inconsciente. ¿Por qué está tan incómodo? ¿Por qué está tan asustado? Nunca se había preocupado tanto por el fracaso en su vida. No había nada que temer, nada que perder... Pero ahora se siente como si hubiera cientos y cientos de cosas que podrían ir terriblemente mal.

"... ¿Tienes algo que decir?"

Pero, como siempre, Isaac miraba en silencio a Félix. Una cara indiferente y sería. Como si estuvieran en caminos contrarios y en sintonías completamente distintas también. Una atmósfera excesivamente contrastante que lo hacía sentir como un tonto. Por fin, Félix frunció el ceño y murmuró amargamente: "No, no hay nada". Pero todos los sentimientos tristes se soltaron en cuanto soltó la muñeca de Isaac... Fue en ese instante en que levantó la mano de nuevo y luchó contra todo lo que tenía encima con tal de sostenerle de la barbilla y aproximarlo un poquito más a él.

La cara de Isaac golpeó frente a sus ojos y sus pupilas negras finalmente se enredaron con las suyas... Félix inclinó la cabeza y superpuso sus labios sobre aquellos que estaban bastante heridos.

"Oh..."

El gemido de Isaac, mezclado con una respiración entrecortada, estimuló a Félix tanto como si fuera el efecto de una droga. En un instante, los labios que había sentido absolutamente fríos ahora estaban manchados de calor, mojados, cosquilleantes... Un sonido húmedo fluía justo en el medio y, aunque la mirada endurecida de Isaac estaba llena de vergüenza y de dudas, no lo rechazó.
Félix, lo besaba y lo besaba. La textura de sus labios era sedosa y la saliva se sentía tan dulce que no pudo evitar beberla. Estaba... Tan hambriento, tan infinitamente necesitado que lo chupó hasta sentirse loco y mareado. Una sed que definitivamente no podía saciar.

El beso que se derrama mientras sostiene las mejillas de Isaac con ambas manos, continúa por otro minuto entero. Gradualmente, comenzó a fluir entre ellos una enorme cantidad de sonidos obscenos, entre labios que se lamían violentamente y chupadas que se ofrecían cada tanto a la lengua. Ah, definitivamente estaba fuera de sí, demente y excitado en medio del camino al aeropuerto.

Había pasado, tanto tiempo desde que lo tuvo así. De verdad demasiado...

"Ah, ah... Félix..."

Al final, Isaac empujó los hombros de Félix un par de veces. Él le mordía, lo chupaba, lo tocaba y lo olfateaba tanto como si fuera un depredador real... Su corazón había sido sacudido por ese beso tan violento. Le dice: "¡Alto!", pero Félix no lo deja ir. Finge no escuchar y luego, solo lo ataca de nuevo.

"Te digo que...  Ugh , detente. ¡Detente por favor!"

"Isaac. ¡Maldita sea!"

Solo entonces se separó y dejó al descubierto unos labios repletos de saliva y de sangre... Isaac comenzó a limpiarse la boca bruscamente con la manga de su ropa.

"¡¿Qué diablos te pasa?! ¡¿Cómo haces esto en medio de la calle?!"

"Isaac... ¡¿Por qué no puedes ver lo inquieto que estoy justo ahora?! Nunca... Había sentido esto así de intenso así que, es como si estuviera a punto de morir. Es un sentimiento desagradable que no desaparece, solo aumenta y aumenta y... Quiero decir, creo que yo... Siento que... ¡Debería tomarte y volar de regreso a San Diego justo ahora! Debería...  Ocultarte  en algún lugar para que no... ¡¡Maldita sea!!"

Después de expresar una ansiedad que pensaba tragarse, Félix respiró lo más profundo que pudo y luego, comenzó a llorar con fuerza. Se estaba limpiando las mejillas, una y otra vez. Aguantando el aliento para ya no emitir ningún otro ruido... ¡Esto era tan patético, por Dios! Después de todo, era una persona que podía controlar sus emociones mejor que nadie. Era fuerte y era completamente capaz de realizar una misión como esta sin sudar. Sin embargo, si suelta su mano así, la ansiedad solamente crece y comienza a comérselo.

Parece que va a desaparecer frente a sus ojos, que es una despedida y que nunca más va a volver a tenerlo junto a él. Nunca podrá abrazarlo de nuevo, ni sentir sus manos o... Tener su cabello pegándole en la cara.

"Maldición, no creí que me pasaría algo igual a esto alguna vez... Perdón. En serio."

Estaba temblando, con la cara hundida entre sus manos porque no conocía la manera correcta de controlar sus nuevas emociones... No quería decir nada porque sabía que Isaac estaba nervioso y que necesitaba concentrarse al máximo en salvar a su hijo... Pero el corazón que sigue latiendo con miedo no deseó hacerle caso.

"Félix... Mírame, Félix."

Incluso antes de bajar sus manos para descubrirse los ojos... Un calor suave y confortable le golpeó los labios. Ni siquiera podía arrojar ningún sonido, o pestañear o al menos mover la punta de sus dedos. Isaac estaba allí, besándole. Con un brazo envuelto alrededor de su boca y la otra mano en su mejilla empapada. Era... Un dulce beso. Un enrojecimiento extendido.

Cuando Isaac empujó la lengua a través de sus labios, sintió que los brazos que había acomodado alrededor de su cintura se volvían terriblemente débiles y temblorosos. Sus lenguas estaban enredadas y mezcladas. La saliva pasaba de un lado para otro y a veces, incluso comenzaban a morderse como si no les importara... Pero en realidad, pese a todo eso, todavía podía catalogarse como un "beso tierno". Tierno, pero vertiginoso. Algo que continúa hasta que los dos finalmente se pierden.

Había mucha gente yendo y viniendo por el aeropuerto, pero ahora parecía que solo quedaban dos personas en el mundo entero. Y a pesar de que el beso duró lo suficiente como para que los labios de ambos se sintieran heridos e hinchados en un fuerte color rojo... No parecía que quisieran separarse esta vez.

"¿Lo olvidaste...? ¿Qué nos pertenecemos?"

Isaac dijo esto en voz baja, ahora con ambos brazos descansando alrededor de su cuello... Félix comenzó a reír, pero las lágrimas todavía estaban temblando en sus pestañas.

"No me dejes..."

"Te doy permiso de  ignorarme ."

"¿Isaac...?"

"Ve y  encuéntrame ."

"... Por supuesto que lo haré."

La voz era lenta mientras Félix intentaba evitar que sus manos cayeran... Isaac, finalmente le limpió las mejillas con la punta de los pulgares y volvió a aproximarse para chupar el labio inferior del Alfa una última vez, aunque eso solo había provocado que sintiera mucho más frío por la separación.

Isaac se veía más fuerte que nunca al meterse dentro del taxi, con una maleta en un hombro y la cara todavía bastante sería. Nunca miró hacia atrás... Pero Félix si lo miraba atentamente, curva tras curva hasta que desapareció.

Posiblemente hubiese continuado congelado si su teléfono celular no hubiese comenzado a sonar con tanta urgencia.

El momento exacto, ciertamente.

"... Dime."

"Félix, el GPS está funcionando."

"Ah."

"¿Ah? ¿Es todo lo qué vas a decir? ¡Debes comenzar a agradecerme de rodillas porque es obvio que soy demasiado bueno hasta en cosas que no me interesan!"

La voz juvenil de Noah, que suena completamente opuesta a lo que siente, se eleva hasta hacer que le duela el oído... Solo entonces Félix comenzó a recuperar la compostura.

"Deja de hablar y dime a dónde va."

"Tomó la autopista hacia la playa".

"Él me dio una dirección falsa... Sigue pensando que solo seré una carga más. Dime ¿Quién se cree que es?"

"Alguien inteligente."

"Quizá."

No fue difícil plantar un GPS en Isaac. Solo tuvo que poner una pequeña cantidad de pastillas para dormir en la comida del avión y luego, esperar a que estuviera inconsciente para comenzar a insertar un tubo en su esófago, como una laparoscopía en la que empujaba una cápsula hasta adentro. Por supuesto, hubiese sido más fácil si hubiera pedido su consentimiento, pero este plan discreto era mucho más emocionante. Además, él necesitaba dormir. Tenía una cara pálida y fea, con ojeras enormes y oscuras. Definitivamente no importaba cuántas noches hubiese entrenado con los DevGru, no podía llegar muy lejos si su fuerza mental estaba por los suelos.

"Cole... ¿Dónde vive la perra?"

"Yo te voy a ir guiando."

"Necesito que entregues unos documentos por mí antes, ¿Está bien? Te los envío de inmediato."

Félix, que habló por última vez, colgó y guardó nuevamente el teléfono en el bolsillo de su abrigo.

"Tienes razón, Isaac. Tenemos que eliminarlo por completo para poder respirar en paz otra vez. Si dejamos las raíces de la planta entonces no sabremos ni cuándo ni cómo aparecerá nuevamente... Es una lástima, porque si lo hubiera matado hace cuatro años entonces esto no habría sucedido con ninguno de los dos."

Pero, aunque estaba profundamente arrepentido, la verdad es que no tenía ningún chiste ver por algo que no podía corregirse ya. Solo le quedaba encontrar consuelo en la idea de que ya le llegaría su revancha. Su momento para matarlo correctamente y reírse por ello.

Tony, que lo estuvo esperando todo este tiempo, finalmente se acercó.

'Los hombres que contrató están listos para empezar, señor."

"Bien. Vamos a asegurarnos de que ninguno de ellos cometa nuestros mismos errores."

Fue en el momento en que un sedán negro se detuvo justo en frente de él, que Tony caminó rápidamente para abrirle la puerta.

"Jefe, ya que las cosas se han vuelto así... Hay algo importante que tiene que saber."

Pero cuando iba a continuar, Félix levantó la mano y lo bloqueó de golpe.

"Tendrá que ser en otro momento, ahora no tengo ánimos para absorber ninguna otra cosa más."

Su voz parecía bastante determinada así que Tony, quién solamente lo miró, no tuvo más remedio que callar y asentir.

Miró a Félix una última vez, reflejándose en el espejo lateral del automóvil... El bello rostro, el que parece como si se hubiera salido de una postal navideña, se torció perversamente en una sonrisa extraña cuando habló sobre una imagen futura, en la que Cole se desangraba justo debajo de su pie.

Tony se asustó con solo mirar, así que cerró la boca y volvió la cabeza.


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