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Weisser Schnee por Yakinori

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Notas del capitulo:

¡¡Laliho Mina!! Yakinori-chan ha vuelto,
Quiero confesar que estoy un poco insegura si mi forma de escribir este causando confusión o si le este gustando hasta ahora, me encantaría escuchar la opinión de mis lectores, ya saben que es mi primer fanfic y aún estoy aprendiendo y toda ayuda me viene bien, pero dejando mi indecisión aparte les dejo la siguiente parte :D
¡Disfruten del siguiente capítulo! 
 

Era Abril, las flores sonreían en todo tipo de tonalidades, la hierba crecía verde y el sol calentaba agradablemente el ambiente, era un clima perfecto. El ambiente era tan perfecto que todo estudiante de la academia Cross lo aprovechaba… caminando por los pasillos exteriores del edificio, descansando en el césped, sentados en los bancos, comiendo el desayuno cuando tenían descanso de una de sus clases, charlando animadamente con otros compañeros… así pasaban el día los estudiantes de la clase diurna. Pero había algo más… un ambiente cursi que se podía sentir, oler y ver a kilómetros de ahí, parece que cupido hiso de las suyas este año ya que habían tantas parejas melosos ahí abajo que al castaño le recorría un sentimiento de incomodidad por el cuerpo, no es que estuviera en contra del amor, pero él no estaba pasando por los mejores momentos.
Si había algo que Kaname apreciaba de su despacho eran la vista que tenía desde el gran ventanal detrás de su mesa llena de papeles, la ventana daba con el patio interior y jardines de la academia Cross, así podía vigilar a su pequeña Yuuki… y otras cosas, como el problema que estaba pasando ahora mismo ante sus ojos, sentándose contra uno de los árboles para seguramente descansar de las horas agotadoras de las clases. Kiryuu Zero. Durante toda la semana lo evitaba, siempre que el cazador estaba a punto de cruzarse en su camino, este daba media vuelta, giraba la mirada a otro lado o simplemente pasaba de largo, pero que más podía pedir del peli plateado, después de lo que le había hecho. Él mientras tanto se hacia el indiferente delante de Zero, como si no se acordaría de aquella noche. Pero la realidad era otra… se acordaba de cada segundo de aquel amanecer en el cuarto del peli plateado, del tacto de su piel, de sus reacciones y de los gritos de dolor. Un suspiro salió de su boca ¿Cómo es que había acabado en esa situación? ¿Era acaso culpa del alcohol? Ahora que lo pensaba… hasta Takuma le había advertido que dejara de beber.
 
Flashback 
-Hey Kaname- decía el atractivo rubio colocando amigablemente un brazo sobre el hombro de este –Si sigues bebiendo así te meterás en algún problema seguro- reía el ojos esmeralda – No me vengas a buscar después para arrastrarte a tu cuarto jajaja- seguía riendo el rubio también bajo los efectos de la bebida.
-Mira quién habla- decía el castaño – como si tú no estuvieras pasado de copas-
- Venga, deja de hacer esa cara de amargado y vamos a bailar con una de estas hermosas jóvenes-
- Paso… sabes que solo tengo ojos para Yuuki- decía mirando a su linda princesa desde ahí.
- Yuuki, Yuuki…todo para ti es Yuuki… ¡Kaname, si sigues así te vas a quedar seco para siempre!…sino te la llevas finalmente a la cama acabaras violando a alguien de la frustración sexual jajaja-
Fin de flashback
 
¡El idiota había predicho sus acciones!, se deprimía el castaño al llegar a esa conclusión.
Derrotado se froto la nuca. La próxima vez tendría que hacerle caso a las “sabias” palabras de su amigo.
Pero volviendo a su actual problema ¿Qué haría ahora con el cazador?  Bueno, no le tenía ningún tipo de cariño y tampoco le importaba su estado, ¡ni siquiera sabía porque se comía la cabeza con esta situación!, así que lo mejor sería dejar las cosas como están, como si nunca hubiera pasado nada… sería mejor así. Aun así mantendría un ojo encima del cazador, porque todavía no estaba seguro de las intenciones que tenía este con su Yuuki. Y hablando de la princesa, ahí estaba Yuuki y como no… acercándose donde el peli plateado.
 
 
Una semana había pasado desde esa horrible noche que a Zero le gustaría borrar de sus recuerdos, en toda esa semana había intentado evitarlo como sea, pero Kaname ya no era un estudiante de la academia Cross, sino el presidente y rey de la comunidad de vampiros y con eso tenía diferentes horarios que atender, la mayoría del tiempo lo pasaba en su despacho personal, o en el despacho de Cross… de vez en cuando salía junto a Cross a alguna reunión que otra, en todos esos momentos apenas lo veía… pero de vez en cuando, el mismo Kaname daba sus rondas alrededor de las aulas o pasillos de las clases nocturnas o vigilaba las salidas de los vampiros de camino de sus cuartos hacia academia y también lo había visto descansar en el mismo jardín en el que se encontraba ahora ¿Pero es que no tenía tiempo libre? ¡¿No lo podía dejar en paz y desaparecer de su vista?! En todas las ocasiones lo intentaba evitar lo mejor que podía, ignorándolo… pero de parte del castaño tampoco había reacción ninguna, le trataba tan indiferente como siempre ¿acaso estaba esa sanguijuela tan bajo los efectos de alcohol que no se acordaba de lo que había hecho? Por lo menos eso es lo que le hacía entender.
-¡Zero!...- gritaba una voz alegre, sacándolo de sus pensamientos. Acordándose ahora que todavía no había hablado con Yuuki… a la mejor sería este un buen momento.
-Yuuki, ¿Qué tal?- decía el pelo plateado con media sonrisa. No podía estar enfadada con ella por algo que no era su culpa. No quería preocupar a la pequeña, así que intentaba aparentar como siempre… aunque por dentro estaba dolido.
-¡Bien! ¡Mira…traje unos bollos! ¿Quieres uno?- sonreía feliz la castaña enseñándole un caja con los dulces.
-Eh… no gracias, sabes que no soy muy fan del dulce Yuuki-
-Con todos lo que me esforcé para conseguirlos- bufo, -…pero bueno ¡más para mí!- y con eso se sentó a su lado mordiendo uno de los bollos en un modo infantil.
El mayor sonreía con la escena, pero so volvió acordar de sus intenciones -…ne, Yuuki…- empezaba algo nervioso –sabes, me gustaría saber cómo me vez a mí en un futuro…quiero decir… en qué tipo de relación te ves conmigo- la miraba intrigada, pero serio.
-En qué tipo de… ¡como mi amante!- reía de pronto la princesa.
-¡Yuuki… esto no es gracioso!- la regañaba el chico.
-Ya, ya…lo siento- se quitaba una lagrima de las risas, cuando al tranquilizarse le sonrió – sabes Zero… te quiero mucho…- empezaba la menor, cuando Zero quería saltar para cambiarla de idea, ella levanto una mano para acallarlo, -te quiero Zero… tanto como a mi hermano Kaname- Le sonreía la castaña, dejando a Zero perplejo. ¿Entonces… la quería a los dos?
-Se te ha escapado algo… dije mi “hermano” Kaname- pero Zero aun la seguía mirando con cara de póker. Yuuki suspiro -¡escucha a lo que te digo idiota!- le decía chasqueándole los dedos en la frente de Zero.
Yuuki giro la mirada hacia una pequeña flor que crecía entre el césped ahora más seria– sabes Zero… cuando mis recuerdos volvieron a mí al despertarme como vampiro… me di cuenta de todo…  todo el amor incondicional que tenía hacia Kaname, todo eso…era porque es mi hermano…lo quiero mucho… pero solo como un hermano… igual que a ti Zero- decía la menor volviendo la mirada hacia el ojos amatista.
Este la miraba sorprendido –pero eso quiere decir…-
-que tendré que vivir bajo la ley por la cual nací… como sangre pura que soy… casarme con mi hermano- decía la chica y sus ojos se volvieron tristes.
Zero pasó un brazo alrededor de la castaña, parecía tan frágil ahora. Lo que le hiso el vampiro no era nada en comparación con lo que haría con ella, que cruel era eso…casarse por culpa de una ley de hace millones de año.
-¿porque no hablas con él? A la mejor te entiende.- lo dudaba mucho, pero podría intentarlo al menos, pensó Zero.
-¡NO! ¡Por favor no le digas nada! ¡Si mi hermano se entera de la verdad…no lo aceptaría, su orgullo como sangre pura no lo permitiría!- decía la joven asustada
Zero la miraba algo triste, no sabía cómo ayudarla… suspiro largo y pesadamente – ¡vale!, aunque estés atada a una ley de lo más idiota, eso no evitara enamorarte de alguien, ¿verdad?- le sonreía Zero pícaramente, intentando animarla.
-Yo…- la cara de Yuuki era un poema, se volvió rojo vivo, sonrojándose.
-¿QUE?- decía el chico sorprendido,… - ¡¿Quién?!- preguntaba intrigado, pero en ese momento sonaba la campaña, dando el aviso de la siguiente clase.
La joven se tomaba las mejillas en las manos y se levantó – ¡No!... ¡No te lo voy a decir!- y salió corriendo hacia los dormitorios ya que ella no tenía clases hasta la noche.
-¿Qué? ¡Espera Yuuki!- y también Zero se levantó corriendo detrás de ella con la intención de sacarle aquel secreto aunque se tenga que saltar una clase.
Todo y cada movimiento fue observado por el mismo Kaname, que seguía parado en el gran ventanal de su despacho.
 
 
Pasaron casi dos meses desde aquel día y las cosas en la academia seguían su rumbo, pronto llegaría la hora de los exámenes y las vacaciones de verano  estaban a la vuelta de la esquina, vacaciones que significaba para muchas chicas no ver a sus ídolos de las clases nocturnas hasta después del verano, tristes para algunos… alivio para otros, como para el pelo plateado, que no tenía que aguantar más gritos de parte de las fans, solo dos semanas más y era libre de esta tortura… aún le quedaba algo de trabajo por delante y ahí es donde se encontraba, delante del gran portón que daba a los dormitorios de los seres nocturnos, intentando mantener un orden entre tanto chillido.
A Kiryuu le explotaba la cabeza, ¿las chicas no podían bajar la voz de vez en cuando? Sobre todo hoy que no se encontraba de la mejor forma, desde hace algunos días sufría de estos dolores de cabeza, pero hoy era especialmente horrible, solo quería ir a la cama a descansar y que todo el mundo lo dejara en paz, como aquel idiota que estaba recostado contra el árbol ¿es que Kuran no podía simplemente explotar en mil pedazos? Otra vez se encontraba ahí, para supuestamente vigilar a su gente, pero el sabia mejor que nadie que solo estaba ahí para ver a Yuuki…  lo que no sabía Kuran es que Yuuki ya tenía a otra persona en su corazón y él sabía exactamente quién era ya que al final le saco a Yuuki su pequeño secreto. Cuando Kuran se entere de la verdad, sufriría. Sonrió para sí. Que sufra, por todo lo que le había hecho, por eso y mucho más. Pero volviendo al momento, parece que la puerta estaba a punto de abrirse ya que los gritos de aquellos  sacos de hormonas se volvieron más audibles y pasos se escucharon detrás de la puerta de madera. Zero puso una mano encima de su cabeza y tuvo que fruncir el ceño. El dolor de cabeza se volvía cada vez más intenso. 
La puerta fue abierta y detrás de ellos aparecieron los dueños de la noche, brillando en todo su esplendor como mismos príncipes, como modelos salidos de revistas, haciendo derretir corazones… eran tan bishounen que muchas de las damas se desmayaban ante tal vista y un gran “Kyaaaa” se escuchó en todo el lugar, dejando sordo al pobre Zero.
 
-¡¡Minaa!! ¿Han dormido bien sin mí?- Eran las palabras de Aidou que como siempre era el primero en salir por ese portón.
-¡¡¡I-Idol-sempai!!!- chillaban a todo pulmón emocionadas las fans.
-Aidou, compórtate un poco- decía Akatsuki Kain con su voz tranquila caminando al lado del pelo rubio.
-Oh vamos Akatsuki, ¡disfruta un poco!, que no hay mejor momento del día que ver a tantas bellezas juntas… ¿verdad chicas?- un “Kyaa” o “te quiero idol-sempai” se escuchaba entre otro y el rubio giño el ojo haciendo desmayar a algunas. 
Los vampiros pasaban entre las chicas de camino hacia la academia, pasando al lado de Kiryuu, algunos lo ignoraban, otros lo saludaban silenciosamente como Takuma que le levanto la mano animadamente y otros como Yuuki se le quedaba mirando extrañado…  ¿acaso tenía algo raro en la cara? Sinceramente se encontraba fatal ¿pero tanto se le notaba?
-Zero ¿te encuentras bien?- creo que era la voz de Yuuki, pero se sentía tan lejos. Veía una persona acercarse, pero ya era demasiado tarde porque las piernas le empezaron a flaquear y las imágenes ante él se movía, cuando su ultimo pensamiento era caer contra el suelo sintió unos fuertes brazos atraparlo cuando ya su mente se volvió de un color negro y la inconciencia le envolvía.
 
 
Voces…escuchaba voces, había alguien hablando, solo duro un momento ya que el silencio lo volvió a inundar, centrando ahora su atención en la molesta luz, haciéndolo cerrar los ojos con más fuerza, para después intentar abrir los ojos lentamente, parpadeando un par de veces hasta acostumbrase a la iluminación de la habitación… se encontraba en una habitación, pero no era la suya… si su mente no lo confundía entonces diría que estaba en la enfermería de la academia… ¿Qué había pasado? ¿Se había desmayado?, la segunda vez en dos meses que se encontraba en la misma situación. Puso una mano encima de sus ojos ya que la luz seguía siendo molesta.
-Veo que al fin despiertas- una voz lo saco de sus pensamientos, asustado se intentó incorporar.
-¡Que haces tú aquí!-  pregunto alterado Zero pero se tuvo que agarrar la cabeza con las dos manos ya que se incorporó demasiado rápido ¿pero qué carajo hacia Kuran en la enfermería?
-la pregunta debería ser ¿Qué haces tú aquí? ¿No?... Vuélvete a recostar, todavía estas débil- eran las palabras de Kuran el cual se encontraba recostado contra la pared frente la cama, ¿El castaño lo había estado vigilando durante todo el tiempo que se encontraba inconsciente? Mejor pregunta ¿Cuánto tiempo estuvo inconsciente? Seguro que era de noche, ya que las luces de la habitación estaban encendidas y según sus recuerdos la enfermería estaba bastante iluminada durante el día.
-… Ya puedes irte, me encuentro mucho mejor- gemía Zero por el dolor de cabeza.
-Lo dudo…- decía seco Kaname -que te parece si comes algo- señalando al plato de comida que había al lado de la cama de Zero.
Zero miro al lado de la cama, pero al ver el plato se tenía que aguantar una arcada… no quería comer, le daba asco.
-Hable con la doctora, parece ser que te desmayaste por anemia- entonces eso eran las voces que escuchaba antes. ¿Se desmayó por anemia?...  puede ser, en las últimas semanas no había comido lo suficiente, le revolvía el estómago cada vez que daba algún bocado, comía por simple necesidad aunque se tenía que aguantar las arcadas.
-¿Puedo saber el por qué no comes Kiryuu?- le sacaba de su pensamiento Kaname.
-¿Y a ti que te importa?- gruño Zero. Si no lo había matado aún era porque parece ser que Kuran no se acordaba de lo que había pasado, pero eso no significaba que tenía que hablar con él y contarle sus problemas, bastante tenía con verlo.
-¡No quiero discutir contigo Kiryuu!- sintió la mirada penetrante del castaño como si quisiera regañarlo, haciendo estremecer al ojos amatista…. –Vamos a dejarlo así, por el bien de los dos… pero solo para tu información la doctora por prevenir te saco sangre para un análisis, infórmate cuando venga y come algo- decía Kuran ahora indiferente con intención de irse, al colocar una mano en el pomo se volvió a girar –La próxima vez quiero ver algo más de gratitud por tu parte ya que fui yo el que te cargo hasta aquí- sonrió triunfante saliendo de la habitación… dejando a un Zero atónito…  ¡¿QUE HABIA QUE ?! Un intenso rojo apareció en sus mejillas y por reflejo había agarrado uno de los cojines y lo tiro contra la puerta recién cerrada, ¡pedazo de idiota!, ¡había preferido haber caído al suelo antes que ser cargado por el imbécil chupasangre!. Ahora tenía que vivir con aquella vergüenza. La puerta volvió a ser abierta, volviendo a Zero a la realidad ya que este en sus pensamientos estaba matando una y otra vez al vampiro. La doctora se asomó.
-Oh Zero-kun, veo que ya estas despierto- sonrió la doctora -¿Cómo te encuentras?- pregunto acercándose a él y colocando un termómetro debajo de su brazo.
-Me he sentido mejor en otras ocasiones- bufo Zero irónico, aun con mal humor gracias al castaño.
-Veo que fiebre no tienes- decía ella mirando el termómetro que pito señalando la temperatura –El análisis llegara en aproximadamente una semana, quiero que descanses hasta entonces y que comas cada 5 horas máximo, ya que te desmayaste por anemia Zero-
La sola palabra comida ya le revolvía el estómago, -Lo intentare, gracias-
-Vale, descansa aquí un rato más y te puedes ir a tu habitación, vuelve en una semana y si te encuentras peor pues vuelve a verme, mejórate- sonreía otra vez, volviéndose hacia la puerta, dejando a Zero solo en aquella blanca habitación. 
 
 
El cazador de vampiros caminaba por los pasillos de la academia, encontrándose con estudiantes sentados por todas partes, que parecían estudiar desesperadamente. Si había una semana donde los pasillos eran silenciosos eso era en la época de exámenes, en esa semana no había mucho trabajo para él y se podía relajar un poco. Él no era una persona que se tenía que preocupar por los exámenes ya que estudiaba con antelación y no dejaba todo para última hora, así que este año como todos los otros sacaría una nota de lo mejor, no por nada fue adoptado por el mismo Cross Kaien… director de una academia de lo más prestigiosa y si había algo de temer al director aparte de ser legendario cazador de vampiro eso eran sus métodos de estudios, era muy estricto con ellos, tanto que hasta Zero tenía miedo cada vez que Cross estudiaba con ellos, Yuuki era un caso diferente, ella era torpe por naturaleza y Cross-san necesitaba más paciencia con ella… hablando del loco director, ahora mismo se encontraba de camino hacia la oficina de este.
Llegando junto a la puerta del despacho en el que se suponía que estaba el director, toco la puerta por pura cortesía, esperando no encontrarse ahí también con Kuran. Cuál era su alivio cuando escucho un “pase” entro en el amplio lugar y solo se encontró con su padre adoptivo.
-Zero-kuuun- Zero esquivo como siempre con gran habilidad el intento de abrazo del mayor, que caía rechazado al suelo, parece mentira que ese hombre era un legendario cazador.
-Buenos días Cross-san- eran las palabras de respeto hacia el mayor.
-Es oto-saaan- decía con lágrimas el hombre con gafas.
-Como sea…- rodo sus ojos y cruzo sus brazos ante el pecho -para que me querías- 
-Quería saber cómo te encuentras- el mayor se volvió a sentar en la silla detrás del gran escritorio, ahora más serio. Vale, si había algo peor que un padre estricto por los estudios, era un padre preocupado por la salud de sus hijos. Claro que Cross se había enterado del desmayo de Zero y desde ese día no lo dejaba en paz, intentaba tomarle la temperatura a cada hora por si tenía fiebre, le cerraba bien la camisa porque decía que se podía resfriar y lo peor… aparecía cada 5 horas ante él con un gran plato de comida, Cross se tomó muy enserio las palabras de la doctora, tanto que hasta irrumpió la clase del otro día, apareciendo con una ración de frutas, Zero estaba tan enfadado que lo mando a volar por la ventana, pero el mayor insistía y después de cuatro días así Zero no podía más y tuvo que llegar a un acuerdo con el director… ir tres veces al día a su despacho para que este verifique que se encontraba bien hasta que llegarían los resultados del análisis, así que ahí es donde se encontraba ahora, en su último control rutinario ya que esta tarde llegarían al fin los resultados.
-Me encuentro mejor…- decía al final Zero esperando que esto calmaría la preocupación del mayor.
-¿Ya comiste?...si no comiste todavía entonces aquí tengo unas galletas recién horneadas- sonreía el director sacando de quien sabe dónde una bandeja de galletas.
Zero se tuvo que poner una mano delante de la boca, aguantándose otra arcada – No gracias… ya comí… enserio- llego a decir el pelo plateado mirando a otro lado. Si había algo que lo llevaba fatal eso era la comida, hiso caso a la doctora y comía cada 5 horas como mucho pero en pocas cantidades y con unas ganas increíbles de devolverlo todo. No se explicaba el porqué, esperaba que los resultados le ayudaran a aclarar esa duda.
-Aunque no quieras tienes que comer Zero- volvió a decir el de las gafas. Claro que Cross se había dado cuenta en estos días que al menor le sentía fatal la comida – Si no lo supiera mejor diría que estas embarazado jajaja- reía el mayor por la broma.
- Ya déjate de tonterías,- Llevaba repitiéndole esa broma toda la semana…claro él y embarazado y los cerdos vuelan por supuesto. Pensaba Zero con ironía. 
-Ya comí con Yuuki, pregúntale a ella si no me crees, ¿así que puedo irme?- solo quería salir de ahí y descansar un poco más antes de que empieza la siguiente clase.
-Vale, vale… no te enfades Zero-kun- sonreía ahora el mayor – puedes irte, pero infórmame después de los resultados y come algo ¿vale?-
-Vale…- decía indiferente – hasta después- y con eso salió del despacho dirigiéndose al jardín para acostarse un rato en el césped, todavía le quedaba un día largo por delante.
 
 
Toc toc –… ¿Se puede?- El pelo plateado asomo la cabeza por la puerta de la enfermería.
-Oh Zero-kun… pasa por favor- sonreía la doctora de pelos negros al joven cazador
-Gracias- decía Zero pasando al interior.
-Ven, siéntate aquí- señalando el asiento junto a la mesa. Zero se sentó como dicho. 
La chica ya se encontraba con una hoja entre las manos cuando había asomado la cabeza por la puerta y el hecho que tenía cara de pensativa le ponía a Zero más nervioso de lo que ya estaba. Solo quería salir de esta pronto y aclarar sus dudas.
-Bueno Zero-kun…tus resultados ya están aquí- decía ella señalando la hoja que tenía entre sus dedos –te puedo tranquilizar, por lo que dice esto no tienes ninguna enfermedad- Zero soltó el aire aliviado, soltando la tensión que tenía encima de sus hombros. Le había dado vuelta una y otra vez, pero… si no tenía nada ¿Por qué tenía entonces esas nauseas horribles? ¿Tenía que ver algo con su condición de nivel E y las pastillas?
La mirada de la doctora se volvió algo más seria–Si hay una cosa…no me es fácil creerlo y le sigo dando vuelta al cómo ha podido salir un resultado así, pero antes de esto, ¿te puedo hacer una pregunta personal?- Zero se volvió a tensar y asintió.
-necesito saber si te has acostado en los últimos meses con un hombre- decía ella dejando a Zero en shock. ¿Para que necesitaba ella saber algo así?... ¿Qué si se había acostado con un hombre?...  ¡NO! No se había acostado con ninguno… ¡lo habían violado literalmente!, ¿pero qué le diría ahora a ella?, ¿le creería si le dijera que el gran Kuran Kaname le había violado? Lo dudaba seriamente, Kuran es demasiado querido.
La doctora se dio cuenta que Zero estaba metido en un debate mental, mirando al suelo con los puños apretados… en un intento de calmarlo puso su mano encima de la del cazador –no hace falta que me respondas, tu mejor que nadie sabe la verdad, pero escúchame muy bien Zero… según estas hojas que tengo en mis manos estas embarazado- 
Zero abrió los ojos en total estado de shock, mirándola de lo más sorprendido. No podía ser verdad, simplemente no lo podía ser, ¡era hombre por dios! ¡Era verdad que sentía nauseas, se había desmayado y lo más importante había sido violado!… ¡todo señalaba a un embarazo! Pero aceptar ese hecho era otra cosa… tenía que haber otra causa a su malestar. ¿Esa mujer seriamente le estaba diciendo que estaba esperando un bebe de Kuran Kaname? ¡No podía ser cierto! 
Totalmente enfadado y desconcertado se levantó, jalándole literalmente aquella hoja de la mano a la mujer y apretándola fuertemente entre la suya, respiro hondo y la miro.
-Sabe mejor que yo que esto no puede ser cierto,- se intento defender Zero de la situación.
-Pero hay un pequeño porcentaje…- quiso explicar la doctora.
-Nunca me he acostado con ningún hombre, así que le pido por favor que se olvide de esa idea y que nunca vuelva a salir de esta habitación esas palabras- decía Zero intentando mantener la calma –Simplemente me desmaye por no haber comido bien, ahora me encuentro mejor, así que vamos a olvidarnos de esta conversación… gracias por todo- hiso una reverencia, se dio la vuelta y salió de la habitación dejando a la doctora sorprendida.
 
Zero caminaba a gran paso por los pasillos, como si eso cambiaría la noticia recién escuchada, totalmente frustrado seguía apretando la hoja de papel en el puño, arrugándola… no sabía a donde se dirigía, le daba igual, solamente quería tranquilizarse y pensar en una solución o en una explicación, sabía que no la encontraría, porque lo dicho por la doctora era la única explicación lógica por los problemas sufridos hasta ahora, ¿pero cómo era posible que un hombre podría concebir? Vale… no era ningún secreto que un muy pequeño porcentaje entre los hombres tenía esa cualidad, muchos de esos hombres no lo sabían y la mayoría de ellos nunca se enterarían ya que no era homosexual…pero claro, él había sido violado y no siendo el destino feliz con ello, ahora tenía que sufrir las consecuencias. Si tan solo lo hubiera sabido antes que él era uno de los poco con una cualidad tan extraordinaria entonces habría mordido a Kaname hasta dejarlo sin sangre, olvidándose de su orgullo de cazador, si tan solo lo hubiera sabido antes…. un momento. Zero se paró en seco como si habría visto una visión, mirando sorprendido al verde césped, ya que ahora se encontraba en el jardín exterior. 
Un recuerdo le cayó como un rayo. ¡Ahora lo comprendía todo!
 
Flashback
Zero y su hermano gemelo Ichiru se encontraban en el salón de la casa, jugando en la alfombra delante de la chimenea, tenían siete años recién cumplidos y ahora estaban disfrutando de sus juguetes nuevos. Hace unas horas había llegado una carta a casa y desde entonces se encontraba el padre de los gemelos caminando de un lado a otro diciendo cosas como “son demasiados inocentes y lindos” o “si alguien le pone un dedo encima le corto lo que tiene de hombre”  y la madre lo intentaba tranquilizar diciendo cosas como “es su futuro” o “ellos deciden”, todo eso a los pequeños niños le importaba poco, no era la primera vez que escuchaban las disputas entre los mayores, era algo normal siendo sus padres cazadores de vampiros.
De pronto el padre de los gemelos se sentó junto a ellos, los pequeños dejaron de jugar y miraron a su padre intrigado. La madre se apoyó detrás del sofá, también intrigada, pero más por como quería su marido explicarle “eso” a sus hijos.
-Niños…tengo que hablar seriamente con ustedes- empezaba el mayor que estaba sentado con las piernas cruzadas, apoyando sus manos en ellas. Los dos niños le miraban con los ojos grandes e inocentes, ahora más curiosos que nunca, su padre raras veces hablaba con ellos de esa forma.
-Zero…Ichiru… prométanme que nunca… pero nunca se dejen abrazar por un hombre- decía totalmente serio el padre, los niños lo veían ahora muy sorprendido.
-… ¿Entonces papa nunca nos volverá a abrazar?- decía inocentemente Zero ahora triste y lágrimas se empezaron a asomar por su lindos ojos. La madre mientras tanto se estaba intentando aguantar las ganas de reír.
-¡NO ZERO! ¡Claro que los voy a abrazar, los quiero mucho!- intentaba rectificar el padre para tranquilizar a su hijo.
-Pero papi acabas de decir que…snif- Zero se frotaba los ojitos con la mano.
-Por favor no llores Zero, papi se explicó mal… solo quiero que me prometan que nunca se casaran con un hombre- pensando que con eso habían quedado contento, pero ahora también empezaba a llorar el pequeño Ichiru.
-¿Entonces nunca me puedo casar con Zero?- decía Ichiru llorando y el padre desesperado abrazo a los dos, mientras, la madre no podía aguantar las risas.
-Te lo dije que todavía es muy pronto para que lo entiendan y además eres malo explicando - reía la madre y también se sentó junto a su familia.
-Escúchame Zero…Ichiru, lo que su padre les intenta decir es que hay muchos hombres malos ahí afuera que les quieren hacer daño, así que tengan mucho cuidado y no confíen en ningún extraño- sonreía la madre acariciando las cabecitas de sus hijos y ellos ahora la miraban más tranquilos, asintieron –Vale- decían los dos al unísono.
Fin de Flashback
 
 
Si sus padres seguían vivos en estos momentos entonces les daría la bronca de sus vidas, vale que tenían siete años cuando eso, pero deberían habérselo explicado mejor o explicarlo cuando tenían más edad, ahora tenía que sufrir las consecuencias, aunque siendo sincero consigo mismo no lo podía haber evitado tampoco. 
Resignado lo tenía que aceptar, iba a tener el hijo de Kuran Kaname. Poso su mano en su vientre y algo inexplicable le recorría su cuerpo, el solo pensamiento de que una criatura crecía en su interior lo hacía temblar de la emoción. Una pequeña sonrisa se asomó por la comisura de sus labios y un gran sentimiento de protección se hiso presente en su cuerpo. ¿Qué haría ahora? ¿Se lo podía contar a alguien?...  ¿A quién? ¿Yuuki, Cross? Se tuvo que sentar de tantas preguntas que le invadían, mirando el papel que tenía aun regañado entre sus dedos, aquella hoja que contenía su destino.
Si se lo decía a alguien, entonces también tenía que dar explicación de quien era el padre… ¿y qué pasa si Kaname con eso se volvería acordar de lo sucedido y le intentaría quitar al niño? Asustado ante esa conclusión se volvió a levantar. ¡Tenía todas a perder!, él en el mundo de los vampiros era un simple Nivel E, alguien que ya debería estar muerto y Kaname no solo era un sangre pura sino era el rey de los vampiros, si le reclamaba a su hijo, entonces no podía hacer nada, aunque tenga el apoyo de la asociación de los cazadores, no sería suficiente, Kaname le podía arrebatar al pequeño ser que todavía no había nacido. Si antes despreciaba al vampiro, ahora lo odiaba con todo su ser. ¡No dejaría que se lo arrebatara, el vampiro no tenía derecho! ¡Lo había violado!.
Furia crecía en el interior del pelo plateado y sus ojos amatistas brillaban con rencor. Tenía que alejarse de aquel vampiro, lo más lejos posible, tenía que construir un plan y rápido.
 
 
Otra semana había pasado, por fin termino la época de los exámenes y los estudiantes ya podían relajarse del estrés sufrido durante el último mes, disfrutando de los últimos días en la academia y empezando a recoger sus pertenencias ya que la gran mayoría volvería a sus respectivas casas dejando a una minoría en la academia, Kuran Yuuki junto a su hermano Kuran Kaname, Hanabusa Aidou, el director o Kiryuu Zero se encontraban entre esa minoría. Kiryuu Zero desde hace una semana estaba de lo más extraño, se podía decir hasta que era amable con todos…vale, casi todos, cada vez que se encontraba con Kuran lo fulminaba con la mirada. Pasaba mucho tiempo con Yuuki y hasta había llamado a Cross Oto-san, dejando a este boquiabierto. Pero lo que no sabía nadie eran las intenciones ocultas del ojo amatistas.
 
Era una noche cálida y agradable invitando a más de uno a pasear. Pero Zero no tenía tiempo para un paseo, ya que tenía otras cosas en mente. Lo había decidido, iba a huir de la academia, a muchos eso le puede parecer de cobarde, pero para él era necesario si quería ver crecer a su hijo en SUS brazos, así que no le quedaba otra que ocultarle el niño al vampiro e irse del lugar que era hasta ahora su lugar de residencia…ni siquiera lo podía llamar hogar, ya que su hogar murió junto a sus padres, por eso no echaría muchas cosas de menos, solo dos cosas…Yuuki y Cross. 
Zero se encontraba  junto a Yuuki en la entrada de la academia, despidiendo a Cross y a Kaname los cuales tenían que asistir esa noche a la fiesta de la asociación de cazadores y de los vampiros, como presidentes tenían que acudir por pura obligación. Kaname decidió dejar a Yuuki en la academia porque según él, era una fiesta de puro hombres y solo habían borrachos. A Zero le recorrió un escalofrió cuando el mayor menciono la palabra “borracho”, gracias a esa condición se encontraba ahora en la situación en la que estaba. Zero también se quedó en la academia porque según Cross aún no estaba del todo curado ya que seguía rechazando comida, aunque la doctora le dijo a Cross que Zero se encontraba bien, este no hacia caso y seguía de sobreprotector. Zero agradecía muchísimo que la doctora no había mencionado lo hablado, haciendo más fácil su huida.
El coche que llevaría a los presidentes había llegado.
-Vale mis hijos…nos vemos mañana y Zero come algo- decía Cross abrazando a Yuuki y mirando a Zero como padre regañando a su hijo. El mencionado rodo sus ojos, había escuchado esas palabras tantas veces que hasta le aparecían en sueños.
-Lo que tú digas- decía resignado Zero y el mayor soltó con una sonrisa a su hija adoptiva y se dirigió al coche.
-Bueno nii-san ya nos vemos mañana entonces- sonreía la pequeña Yuuki a su hermano.
Este también sonreía cálidamente –Adiós Yuuki, no te vayas a la cama muy tarde y duerme bien- paso una mano por su mejilla, parándose delante de ella. Pero Kuran noto una mirada penetrante sobre él, esa mirada la sentía últimamente muy a menudo, no sabía porque del repentino interés de Zero hacia su persona,  seguramente pensaba que el vampiro no se daba cuenta, pero no por nada era sangre pura y sentía todo lo que pasaba a su alrededor. Así que alzo su vista, mirando directamente a los ojos del cazador y una sonrisa se hiso presente en sus labios, una sonrisa solo para Zero.
-A ti también buenas noches Kiryuu… cuídate- el mencionado se quedó petrificado, eran las primeras palabras dirigidas hacia el después de lo de la enfermería y no sabía cómo tratarlas, así que se le quedo mirando desafiante. El vampiro satisfecho con eso se dio la vuelta con intención de subirse al coche. Zero se quedó contemplando su gran espalda y un nudo se le formo de repente en su pecho… se acaba de dar cuenta de un detalle muy importante, si su intención era irse esa misma noche, entonces esta sería la última vez que vería la cara del padre de su hijo, sintió un gran vacío y cuando se dio cuenta ya tenía agarrado por la manga al vampiro.
Kaname se giró por ver quien lo retenía y abrió los ojos sorprendido al ver al pelo plateado agarrándolo por la manga, con una mirada, como decirlo…¿triste, desesperado?, el castaño no lo sabía exactamente, solo que en ese momento tenía una ganas tremendas de abrazar al cazador y no sabía porque.
Zero cuando se dio cuenta de lo que había hecho volvió a la realidad y se sonrojo tremendamente, avergonzado soltó la manga de Kaname y miro al suelo.
-Yo…solo quería desearles un buen viaje- decía Zero y un rubor le recorría la mejilla. ¿El embarazo lo volvía acaso vulnerable?
El mayor asintió –gracias…adiós Kiryuu- dejando zanjado el tema pero aun sorprendido por la imagen que había ante él. Mirándolo bien se podía decir que el cazador era hasta…lindo. El vampiro ahora si se giró y se sentó en el coche.
-Adiós…Kaname- salía en un susurro las palabras de Zero y vio partir aquel coche con una mirada triste. 
-Qué te parece si vamos a por un chocolate caliente, ¿eh Zero?- Yuuki se había dado cuenta del pequeño acercamiento entre los dos enemigos por naturaleza, no sabía que pasaba por la mente del cazador pero tenía que animarlo.
Zero que aun seguía en su pensamiento volvió en sí y ahora sentía vergüenza ¿Qué es lo había hecho? ¿Y porque sentía tristeza al ver partir el coche?, ¿será porque no volvería a ver a Cross?, pero entonces ¿Por qué había retenido a Kuran? Casi había echado a perder su plan por la tontería. Intentando olvidarse de lo recién pasado giro la mirada hacia Yuuki y sonrió.
-Vale, vamos- quería aprovechar su último momento junto a la chica, la echaría de menos.
 
Dos días pasaron, dos días que ya llevaba caminando sin rumbo ninguno. Después de que Yuuki se fuera a dormir a los dormitorios nocturnos, él había agarrado la pequeña mochila con sus pocas pertenencias, el dinero que tenía hasta ahora ahorrado y dejo una nota encima de la cama de Cross, con eso desapareció silenciosamente de la academia. Caminando sin saber a dónde o llevado de vez en cuando por amables granjeros encima de sus carruajes a algún pueblo, lo único que quería era ir lejos… lejos de las garras del vampiro. Descansaba por las noches en posadas y comía de las provisiones que compraba en los pueblos. Al tercer día ya se encontraba cansado y paro al medio día en otro de los tantos pueblos, no sabía en donde estaba y a cuanto estaba la academia de donde se encontraba, solo esperaba que muy lejos. Se sentó a descansar y bebió algo de agua y masajeo sus piernas cansadas para después cerrar los ojos e intentar dormir.
-¿Zero?... ¿eres tú?- una voz lo saco de su merecido descanso, abrió sorprendido los ojos porque alguien lo llamaba y más sorprendido se quedó al ver quién era la persona que se encontraba ante el…. ¡no podía ser!
 

Notas finales:

¿Qué? ¿Sorprendidos? Jijiji seguro que más de uno se había imaginado que iba en camino un mini Kuran, ¿pero que pasara ahora?... ¿Quién es la persona que le habla a Zero en el pueblo? ¿Conocerá Kaname a su hijo? ¿Se volverá loco Cross porque no le puede controlar las comidas a Zero?... ¿Es Takuma un sabio?...  ¿Dejare de hacer preguntas algún día? Y lo más importante ¿No les parece que Kaname da miedo cuando está parado delante del gran ventanal de su despacho?  Todo esto y más…en el próximo capítulo… gracias por haber elegido Yakinori *reverencia*


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