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Tierra (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Noah, que estaba solo, se quedó mirando la pila de ropa que se había quedado en su silla. No tenía nada más que hacer durante la noche así que pensó que era un buen momento para sacar el juguete y ponerse a jugar. Es decir, ya estaba de mal humor, pero cuando Félix apareció, la fiebre subió y no pudo soportarlo ni un minuto más.
Le dijo a Sasha que utilizaría el huevo en su ausencia y que no quería que lo molestara cuando regresara a casa... Pero realmente no había hecho nada significativo o pervertido estando sin él. Fue así desde que dejó la mansión porque, en primer lugar, las ganas de usarlo desaparecieron rápidamente gracias a su horrible depresión.

Pero no podía quedarse así. Necesitaba algo para cambiar su estado de ánimo así que, si utilizaba el huevo, entonces era seguro que se aliviaría muy rápidamente. Esa idea era mejor que la de quedarse quieto y sentirse irritable y deprimido por el resto de la noche.

"El estrés es la raíz de todas las dolencias."

Noah sacó el huevo rosa, que estaba atascado entre su ropa, y lo sostuvo firmemente entre sus manos. Luego se apresuró a subir a la cama, se quitó los pantalones, la ropa interior y se enrolló la camiseta para dejar al descubierto sus genitales. Nunca había tenido sexo decente, por lo que tenía un color claro incluso cuando cumplió los treinta y dos. Y ya fuera porque era un omega, o tal vez porque originalmente era de esta manera, el tamaño no era excepcionalmente grande. Era un pene recto y estirado sin ninguna curvatura. Bonito, delicado... Pero a Noah no le gustaba ni un poquito. Cuando estaba en la escuela secundaria, Félix, que por casualidad vio su pene en el baño, se rió abiertamente de él diciendo que era igual al de un niño y comenzó a hacerle burla. Después de eso, nunca salió y nunca lo mostró. JAMÁS. Fue algo traumático.

"Maldición. Cuanto más lo pienso, más me enojo."

Félix era un tipo horrible en cada sentido de la palabra. Noah sostuvo sus genitales en sus manos pero, en lugar de frotarlos suavemente para sentirse bien, escupió una palabrota dedicada a su primo y se puso a pensar en cada una de las maneras de torturarlo con dolor. Luego, intentó borrar por la fuerza sus pensamientos y también, en las ganas que tenía de patearlo y, con calma, empujó el huevo muy dentro de él.

El juguete se metió sin dificultad porque, comparado con el consolador que utilizaba habitualmente en casa, este tenía un tamaño tan pequeño que podía compararse con un palito de pan. Luego, apretó las nalgas y lo manipuló utilizando las puntas de los dedos con el único fin de que pudiera quedar tan cómodo como para sentarse correctamente. Suspiró al sentirlo pero, desafortunadamente, no le brindó la satisfacción que había estado esperando en primer lugar. Noah respiró hondo y se recostó sobre su espalda. Bajó la mano hacia su cadera y agarró la cuerda que estaba saliendo de su agujero. Era un inconveniente que el controlador estuviera colgando del extremo de la cuerda en lugar de estar hecho con un mando a distancia. Sin embargo, tan pronto como tuvo la cuerda en la mano, lo levantó para presionar el número 2 desde el principio y dejó que el huevo vibrara lanzando un zumbido mecánico que sonó desde el interior de su pared interna.

Mientras se estimulaba, el pene de Noah se puso rígido de repente, despegando su piel y mostrando a la perfección la forma de su glande. Frotó la punta con el pulgar y al mismo tiempo, aumentó más la vibración que le estaba otorgando el huevo. Inmediatamente después hubo otro fuerte zumbido y, cada vez que se movía para adelante y para atrás, era como si sus anchos muslos y su cintura también se pusieran a temblar como gelatina. Lógicamente, se sintió aliviado de que no hubiera nadie en casa, por lo que sus gemidos se filtraron a voluntad. 

La mano que frotaba sus genitales se aceleró y en el momento en que la sensación de eyaculación lo inundó, la figura de Sasha se dibujó a la perfección frente a sus ojos cerrados.

"Um..."

Pero incluso después de que los abriera, la imagen frente a él pareció seguir siendo exactamente la misma. También estaba esa pequeña vocecita, que lo presentó como "su novio" mientras lo abrazaba por los hombros, ese rostro que de repente sonrió dulcemente cuando se volvió hacia él, y su imagen sonriendo alegremente en el auto. Cada cosa, una por una, le estaban llegando a la mente muy vívidamente. También estaba su olor corporal, mezclado con colonia, y la forma en la que lo tocaba con la punta de sus dedos. Todo se sintió tan claro que hasta pensó que estaba frente a él en este momento.

Que estupidez.

La mano que sostenía su pene para sacudirlo, dejó de moverse. Noah no podía hacer esto ni aquello y al final, se mordió el labio porque nunca antes había estado tan confundido como se sentía ahora. Después de recibir el huevo como regalo, lo utilizaba bastante a menudo con el único fin de sentirse bien... Pero nunca pensó en Sasha mientras lo hacía. Era un hecho claro que hubo momentos en los que sintió un impulso sexual increíblemente intenso por él pero nunca quiso llevarlo a su esfera privada. Consciente de lo peligroso que era quererlo, construyó una pared para no dejarlo entrar y, aún así ¿Por qué estaba haciendo esto hoy? No lo tenía planeado, pero su cabeza hizo un dibujo de él completamente fuera de su voluntad. Quería borrarlo, por supuesto, pero su imagen nunca desapareció ¿De verdad se volvió loco? ¿Qué le pasaba a su mente? Y luego, el huevo que se había detenido por un momento vibró con fuerza dentro de su pared interior.

"¡Ah!"

Noah dejó escapar un gemido aterrador cuando se puso de pie de un solo salto. Lo había invadido una fuerte sensación de eyaculación pero, irónicamente, no se sentía como si pudiera llegar a hacerlo. Sus genitales se pusieron rígidos como si estuvieran a punto de vomitar semen y sin embargo, su cabeza, la que no hacía más que pensar en Sasha, ya se había enfriado tanto que lo había dejado sin saber que hacer.
Noah estaba tan avergonzado por esta situación absurda que tiró del cable sin siquiera pensar en apagarlo, y lo jaló fuera de su agujero de un solo golpe. No obstante, quizá debido a la sensación, su estimulación fue terriblemente fuerte después.

Noah, que estaba sentado, negó con la cabeza y notó que la vista frente a sus ojos se ponía en color blanco. Levantó las caderas hacia adelante, agarró sus genitales y se masturbó otra vez, haciendo que el zumbido mareara su mente y que el éxtasis creado por las vibraciones de la máquina, dibujara la cara de Sasha nuevamente frente a él.

"Maldita sea..."

Noah se cubrió la boca pero, aún así, el nombre de ese sujeto fue empujado a la punta de su lengua al mismo tiempo en que el semen caliente mojaba sus muslos. La palabra "Sasha" estaba floja... Y flotaba en la palma que cubría sus labios una vez, y otra vez, y luego más fuerte. Era una sensación de vergüenza que se elevó antes de su orgasmo.


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