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Pops por lady_chibineko

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Título: Pops

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: La franquicia de Fast & Furious es propiedad intelectual de Gary Scott Thompson, Universal Pictures y los respectivos productores de cada película. Esta historia entra después de la película Fast & Furious 8 (The Fate of the Furious) y el spin-off Hobbs & Shaw.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

Nota: Happy birthday Pogue! This little oneshot is dedicated to you not only because of your birthday, but because you were one of the firsts supporters of this series. Thank you! Hope you've had a great day!

~.~.~.~.~.~

Sam bajó con impaciencia del asiento trasero del jeep de su tío Jonah, y miró con satisfacción la gran cantidad de vehículos aparcados alrededor de la casa de Sefina Hobbs en Samoa.

¡Bien!

Estaban todos los que debían de estar: Las familias Hobbs y Shaw en pleno, así como el clan Toretto y algún que otro conocido, como lo eran el tío Victor (o tío Locke), el señor Don Nadie, el oficial Dinkley, entre otros.

Eso era bueno. Era el cumpleaños 53 de Deckard, el cual en sí tal vez no era un evento tan memorable como lo fue la celebración de sus 50 años (papá tiró la casa por la ventana ¡Y eso que fue antes de que se casaran!) pero igual era un día para celebrar, y además... Sam tenía un regalo bastante especial, o por lo menos esperaba que Deckard lo considerase así.

Suspiró tratando de calmar la pequeña oleada de nervios que la invadió.

- ¿Todo bien por allí, muñeca?- preguntó Deckard con el ceño ligeramente fruncido.

- Sí, pops. Todo está perfecto.- respondió la joven con una sonrisa antes de apegarse al lado de Deckard y rodear la cintura del hombre con un brazo.

Sam llevaba ya un tiempo llamándolo así, y sentía gran felicidad al ver la sonrisa del hombre en cada ocasión.

Deckard por su parte le rodeó los hombros con un brazo y besó su cabeza. Y ambos esperaron unos segundos a que Luke y Jonah llegasen al otro lado de Sam para comenzar a avanzar hacia la casa de la matriarca de la familia Hobbs.

- Miren eso...- dijo Luke con satisfacción, mirando alrededor la cantidad de vehículos, justo como lo había hecho su hija unos minutos antes- Toda esta gente viniendo a celebrar un año más de vida de mi amado.- y le ofreció a Deckard una sonrisa brillante como final a aquella frase.

Deckard rodó los ojos.

- Cumplir 53 no es un evento especial, campanita. Algún día vas a tener que admitir que todo este barullo es el resultado del hecho de que a tu familia y a la mía les gusta tener excusas para armar fiestas interminables.

La risa de Jonah se escuchó, profunda y alegre.

- Como que mi cuñado dio en el clavo, uso.

Luke, como respuesta rió también.

Sam volvió a ser embargada por una ola de felicidad. Esperaba que el día, al final, fuese uno para recordar.

~.~.~.~.~.~

Tal y como Deckard lo sugirió, Sefina Hobbs y Magdalene Shaw se dieron el lujo de tirar la casa por la ventana con una celebración que seguramente iba a durar hasta el día siguiente.

Deckard se había pasado algunos minutos renegando ante ese hecho con la abuela Sefina y nana Queenie, pero no duró demasiado.

Además, había algo que su pops no sabía... Sam tenía un regalo extra para el hombre que había entrado a su vida y a la de su papá seis años atrás, y la había transformado tan solo para mejorarla.

Nana, la abuela, tía Hattie, tía Emere, tío Ted y por supuesto papá estaban al tanto, y le habían ayudado a organizar aquél día de tal manera que todos aquellos que tuviesen aunque sea cierto grado de importancia para la pequeña familia de tres, estuviesen presentes.

La idea pasó de manera fugaz por la mente de Sam el día que papá y pops amarraron el lazo, pero se asentó con fuerza unos meses después, cuando Sam tuvo que ser admitida de emergencia en el hospital a causa de una apendicitis.

El dolor la había asaltado en medio de la clase de química, y tuvo que ser llevada a emergencias mientras el personal del colegio trataba de manera desesperada de conseguir a su papá, a Deckard o a tía Emere.

El problema era que papá estaba fuera de país en una de esas misiones que le daba su jefe, el señor Don Nadie; y la tía Emere estaba una vez más en una convención de consultores en San Diego, donde como representante de Los Ángeles no podía faltar; en especial porque como siempre, su jefe le había encomendado el recabar datos de los consultores representantes de los otros estados vecinos, y tía Emere siempre se tomaba muy en serio su papel.

Por suerte Deckard se encontraba en casa ese día en lugar de estar trabajando de manera presencial en el sistema de seguridad de alguna empresa de la larga lista de espera de su propia compañía, preparando aperitivos para el equipo de fútbol de Sam pues tenían partido al día siguiente que caía sábado; así que como era de suponerse el hombre llegó ataviado con cómoda ropa de casa y rastros de harina en el rostro y manos, preguntando desesperadamente por Sam mientras tenía un oído pegado al teléfono móvil, por donde trataba por todos los medios de localizar a su esposo o a su cuñada.

- ¿Puedo ayudarlo?- preguntó el enfermero en el módulo de información de emergencias.

- Samantha Hobbs. La ingresaron hace poco aquí.

- Efectivamente ¿Cuál es su relación con la paciente?

- Padrastro... Soy su padrastro.- dijo sacando su licencia de conducir, donde se mostraban sus datos, incluyendo su dirección la cual era la misma donde vivía la paciente.

El enfermero confirmó estos datos y rápidamente guió al inglés hasta el exterior del cubículo donde estaban auscultando a la jovencita.

Deckard perdió todo el color en el rostro.

- ¡Oh, Sammy!

- Por favor, espere aquí mientras el doctor termina.- pidió el enfermero, antes de volver a su puesto en el módulo de información de emergencias.

Efectivamente, unos minutos después el doctor que había estado revisando a Sam tomaba conciencia de la presencia del nuevo adulto en las cercanias.

- ¿Viene por Samantha Hobbs?- preguntó mirando al hombre, y Deckard asintió raudo.

- ¿Qué sucede con Sam?- preguntó Deckard con premura, entablando por fin contacto visual con la adolorida adolescente.

- Apendicitis.- fue la respuesta corta y precisa- Sin embargo se le ha detectado a tiempo. Lo recomendable es operar.- el doctor observó con detenimiento a Deckard- ¿Y usted es?

- Su padrastro.- volvió a repetir Deckard una vez más.

El doctor asintió.

- ¿Es usted apoderado de la niña o es necesario esperar a su esposa?- fue la primera pregunta y aquello no le gustó a Deckard, porque la verdad ni Luke ni él habían considerado siquiera la necesidad teniendo en cuenta que Emere era apoderada en caso de emergencias sobre Sam, y que faltaban muy pocos años para que la joven cumpliese la mayoría de edad.

Deckard exhaló.

- Mi esposo está fuera de la ciudad al igual que la tía de Sam, y ellos son los tutores legales; pero ¿Tal vez puedan adelantarse con el procedimiento mientras localizo a alguno de ellos?- pidió Deckard casi oliendo el escenario que estaba a punto de darse, sobre todo por el obvio respingo del doctor ante la afirmación de que ninguno de los que podían dar el permiso se encontraban siquiera en la ciudad. Los Estados Unidos era un país muy complicado en cuanto a temas legales y ni que decir de su sistema de salud, y eso nunca fue tan cierto para Deckard como en aquél momento- No hay problema por los gastos, yo cubriré todo lo que el seguro no cubra.- se apresuró a decir Deckard con la esperanza de que algo se pudiese hacer lo antes posible.

El ceño fruncido del doctor estaba echando por los suelos las esperanzas de Deckard de que la situación se solucionase rápido, y las palabras del galeno solo confirmaron sus sospechas.

- Me temo que sin la autorización de los tutores legales presentes, eso será imposible.- y sin darle tiempo a Deckard ni de suplicar unos segundos más por algo de ayuda, el hombre procedió a darle instrucciones a la enfermera de emergencias que lo estaba ayudando con Sam, antes de ir al siguiente paciente que necesitaba atención inmediata.

Un gemido de Sam desde la camilla le impidió a Deckard perseguir al doctor, y en su lugar se puso al lado de la joven de inmediato, tomando su mano y asegurándole que todo iba a estar bien mientras volvía a poner el teléfono móvil en funcionamiento y trataba de localizar a Luke o a Emere lo antes posible.

La enfermera presente miró a Deckard y Sam con verdadera pena, pero el inglés ni lo notó pues toda su atención se concentraba en Sam.

- ¿Pops?- preguntó la muchacha con una mueca de dolor, y Deckard sintió sus ojos humedecerse una vez más- Duele.

- Lo sé muñeca. Ya te van a atender... sólo debo de encontrar a tu tía y todo estará bien.- dijo con delicadeza el británico, mientras marcaba una vez más y sentía que el corazón se le hundía en el pecho.

Pops era el nombre que Sam le había designado desde la boda y que Deckard consideraba el mejor regalo de todos, y cada vez que la escuchaba llamarlo así se sentía el hombre más afortunado sobre la Tierra.

¡Nunca pensó relacionar ese apelativo a un momento tan doloroso!

Volvió a intentar una vez más con el número de su cuñada. Emere era sin duda alguna la persona que necesitaba localizar, pues dudaba que Luke pudiese terminar la misión y llegar al hospital en menos tiempo que su hermana.

De pronto la llamada entró y por fin Emere contestaba en un momento de descanso de la convención, disculpándose por no haberlo hecho antes, pero con el móvil silenciado no se había dado cuenta de las llamadas.

Deckard descartó aquello y le explicó de manera apresurada lo que sucedía. Emere le dijo que tomaría el siguiente vuelo a Los Ángeles de inmediato, y que estaría en un máximo de 2 a 3 horas en el hospital. Además le aseguró que trataría de contactar con Hattie, quien se encontraba trabajando junto a Luke en aquella ocasión.

Deckard ni siquiera había pensado en Hattie con toda su atención puesta en Sam, pero de momento se sentía tan desgastado que tan solo agradeció a Emere y colgó, tomando de nuevo una mano de Sam con la diestra mientras que con la mano izquierda peinaba suavemente el cabello de la adolescente y le aseguraba que pronto todo iba a estar bien.

Cuatro horas después Samantha se encontraba siendo intervenida, mientras Deckard y Emere se encontraban sentados en la sala de espera, con la mujer despotricando sobre el sistema de salud del país, sin importarle las miradas que obtenía tanto del personal de salud como del resto del público presente en el lugar. Claro que aquello ni se comparó a la visión de Luke llegando lleno de sangre, pólvora y preocupación 24 horas después, cuando Sam ya estaba en plena recuperación.

Por supuesto, luego del episodio Luke se aseguró de tener listos lo antes posible todos los documentos necesarios para evitar algo similar en el futuro, haciendo que Deckard compartiese derecho legal como tutor de Sam ante cualquier adversidad (aunque sinceramente todos los implicados esperaban con fervor que esto nunca fuese a ser necesario).

Pero para la joven protagonista principal de todo el entuerto, nada de aquello fue suficiente.

Como ya se dijo, la idea inicial había surgido definitivamente durante la boda de su papá y su pops, pero no fue hasta después de salir del hospital y comenzar su recuperación en casa que comenzó a reunir toda la información necesaria para llevar a cabo su idea; y finalmente tras un par de meses ya con toda la información reunida, incluyó a su papá, tías, tío y abuelas en ello.

Afortunadamente la respuesta de la familia fue unánime. Todos estaban emocionados y vibrando ante la idea; y gracias a los contactos tanto legales como no tan legales, Sam fue capaz de juntar todo y realizar los trámites necesarios en menos tiempo del usual, de tal manera que para el siguiente cumpleaños de Deckard tendría todo listo.

Y finalmente el día llegó, lo que nos lleva de nuevo al presente.

Todos pudieron observar con claridad como Deckard aguantó estoicamente el que los presentes intentasen armonizar lo suficiente para cantar la tradicional canción de cumpleaños (énfasis en la palabra 'intentar'), y luego sopló las 53 velas prendidas sobre el pastel (previa amenaza de muerte a Owen, quien no parecía muy preocupado ante la perspectiva de que de pronto Deckard fuese el único varón entre los hijos de Magdalene Shaw), para finalmente sentarse a ver que alguien más partiese y repartiese dicho pastel en partes que no eran estrictamente iguales (de nuevo, Owen estaba ganando a pulso ese espacio 3 metros bajo tierra), recibir el primer pedazo, probarlo y ¡Por fin! el que comenzase el desfile de paquetes, tarjetas, sobres y demás medios de entrega de presentes.

Ante cada nuevo regalo Sam sentía que su paciencia se acababa, y a cada regalo abierto era la ansiedad la que carcomía a la muchacha.

Cada vez faltaba menos tiempo.

Y... Y... El momento había llegado.

Deckard agradecía con una enorme sonrisa por todos los regalos, asegurando que no debieron tomarse la molestia pero que sin duda le encantaban todos y cada uno y que no dejaría ni uno solo sin utilizar (sí, incluyendo la ropa interior sexy comestible que Owen le había regalado). Sam tomó aquellas palabras como el momento exacto para intervenir en el discurso del inglés.

- ¿Pops?- interrumpió la joven.

Deckard por supuesto se dejó interrumpir, poniendo toda su atención y una sonrisa sobre Sam.

- Yo... aún tengo un presente más para ti.

Deckard abrió los ojos con sorpresa.

- ¿Otro? Sam, no era necesario.- dijo el hombre con un suspiro- Pero ahora quiero ver que tienes para mi.- dijo haciendo movimientos de agarre con manos ansiosas y juguetonas.

La gente alrededor rió divertida. Papá puso al tío Jonah a grabar con la cámara de su móvil mientras se acercaba con sigilo hasta donde su esposo, y lo mismo hicieron la abuela Sefina con otro de sus tíos, tía Emere y tío Ted con uno de sus primos, y tía Hattie y nana Queenie con el tío Owen.

Sam tomó una caja semi plana que había tenido escondida en su mochila, y que estaba primorosamente envuelta con un brillante papel color azul y adornado con un enorme moño blanco.

Deckard tomó el paquete y sonrió emocionado, comenzando pronto a abrir el papel de regalo, y luego la caja que éste envolvía.

Por supuesto ni bien abrió la caja y vio el contenido, la respiración del británico se cortó y sus ojos se llenaron de lágrimas; lo que hizo que Sam aspirase aire de manera nerviosa por la boca.

Papá le dio una sonrisa de aliento y Sam exhaló de manera casi temblorosa. Miró a Deckard y éste le sostuvo la mirada con lágrimas corriendo por sus mejillas.

¿Tal vez si simplemente empezaba, las palabras vendrían a ella?

- Pops... Deckard, llegaste a mi vida un día al lado de mi papá y, a diferencia de las otras personas que me trataban como un medio para simpatizar con él, tú me trataste desde el primer día con respeto y como a una persona a pesar de mi edad... y eso me gustó. Luego me diste tu cariño y te ganaste este lugar enorme en mi corazón, y eso es genial y te quiero dejar allí para siempre. Dejaste de ser el novio de papá y te transformaste en mi pops ¡Y estoy tan orgullosa de que sea así que quiero que todo el mundo lo sepa!... Así que... si te parece bien... ¿Aceptarías ser no solo mi pops, sino también mi otro papá? ¿Puedo ser, legalmente, tu hija?- terminó la joven con aquella pregunta con voz trémula y una actitud tímida que realmente era rara en ella.

Deckard sorbió fuertemente antes de comenzar a asentir con la cabeza, mientras abría los brazos, listo para albergar a Sam en ellos. Y la muchacha no se hizo de rogar.

Entre lágrimas ambos se abrazaron, poco conscientes de los vítores, aplausos y lágrimas que se daban de manera generosa alrededor.

- ¿Eso es un sí?- preguntó Sam aún dentro del abrazo.

Deckard besó su cabeza y su rostro con ternura.

- ¡Por supuesto que sí, muñeca!- respondió con voz ronca y acuosa, antes de volver a besar la mejilla de Sam y comenzar a mirar alrededor- ¡¿A quién demonios tengo que matar para conseguir un condenado lapicero?! ¡Denme un lapicero! ¡Ahora!- exigió el hombre, lo que generó risas en más de uno mientras Luke sacaba un lapicero que había traído especialmente para el momento.

Un par de minutos después, los papeles estaban firmados y listos para ser ingresados al sistema apenas volviesen a casa, y Deckard, Sam y ahora también Luke estaban fusionados en un fuerte y lacrimoso abrazo, rodeados de personas que consideraban familia.

¿Y Sam?

Sam no cabía en sí de la alegría, porque por fin sentía que su familia estaba realmente completa; no solo porque había crecido de manera increíble en los últimos años, sino porque por fin la base de ésta estaba completa.

Base formada por ella, y por sus dos papás.


The End


Notas de la autora:

Ok, debo confesar algo.

Esta fue la idea original con la que comenzó esta serie. Soy fan de ver videos en Youtube, y los videos de adopciones de adolescentes y adultos siempre me hacen soltar una lagrimita, porque generalmente se dan entre padres e hijos que llevan años siéndolo aunque la ley no los reconozca de esa forma... y unos meses (más de un año) atrás me vino la idea de querer que Sam le entregase los papeles de adopción a Deck, y fue así como este oneshot (o la idea de este oneshot) nació.

Pero luego quise ponerlo más en contexto porque ¿Cómo así de pronto Deck se convertiría en el nuevo papá de Sam? (es aquí donde admito que tengo muchas más ideas para ese escenario, pero por ahora vayamos con el de la adopción). Luego de un par de días, una serie de 8 oneshots estaba armada en mi cabeza. Faltan 3 ladies and gentleman, esto no acaba hasta que berrea la gordita.

Gracias a quienes hayan leído hasta aquí y nos leemos en la siguiente parte.

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

~.~.~.~.~.~

Campaña de NO AL PLAGIO

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