-Taemin, no creo que sea buena idea que vayas el día de hoy.- Minho agarraba fuertemente la mano de su novio, no comprendía su obsesión con ese bosque, la necesidad que tenía el chico por ir ahí todo el tiempo era exagerada.
-Por favor, Min, no me pasará nada. Nunca pasa.- Taemin cubrió su boca y rio bajito, con aquella sonrisa en los ojos que lograba calmar momentáneamente a su novio.
-No, Tae, hoy hay amenaza de tormenta...Además, vienes todos los días, puedes volver en cuanto el lodo se haya secado.- Minho en realidad no quería que Taemin entrara al bosque, tenía un mal presentimiento.
-Minho...- Taemin le abrazó, hundiendo su rostro en el cuello del mayor. -¿Cuándo me ha pasado algo?- Susurró bajo. –Amo el bosque, pertenezco ahí. Tengo que ir.
Minho miró a Taemin. No. No lo entendía y jamás lo llegaría a hacer. Dudó; en realidad dudo mucho si dejarlo era lo correcto. Y aún así lo hizo. Lentamente dejó ir la mano del chico, a pesar de no querer, pero esa sonrisa en el rostro ajeno le convencía lentamente.
-Taemin...-Minho sostuvo a último momento la mano del menor. –No quiero que te vayas, no hoy.
Taemin le sonrió.
-Minho tonto, no me iré, estaré aquí contigo.- Le tomó por la mejilla y le regaló un corto beso. –Sólo iré por algunas hierbas medicinales, veré como están las cosas allá, no te preocupes por mí.
-Siempre me preocuparé.- Insistió, con la boca fruncida. No, simplemente ese día nada se sentía bien. –Amor, por favor, tengo un mal presentimiento.
Otra sonrisa.
-Tú siempre tienes malos presentimientos.- Podía sentir el fuerte agarre de Minho. -¿Qué tengo que hacer para que me dejes ir a mi adorado bosque?
-No ir, por lo menos no hoy.
En realidad no podía dejarle ir tan fácilmente.
Minho jamás había sido celoso, tampoco era un novio desinteresado, su defecto era ser sobreprotector. Abrazó a Taemin, como si no fuese a volver a verle, no quería que entrara al bosque, siempre lo hacía, y no entendía por qué; como si Taemin no fuese capaz de comprar medicinas o de tener un vivero de tres hectáreas. No, Taemin siempre estaba dentro del bosque, buscando plantas medicinales, observando el verde, cuidando de él. Cuando el bosque se enfermaba, Taemin sufría con él, por eso, siempre estaba al pendiente de ello.
-Oh Min, eres tan malo, me quieres para ti solo.- Rio. –¿Te parece si esta noche vuelvo antes?
-No es mejor...Pero está bien.- Terminó por acceder. -¿Volverás para la cena?
-Claro, nada mejor que cenar con los padres de mi novio.- Taemin sonrió. –Ahora, ¿me sueltas? Quisiera irme ya, para no demorarme tanto.- Besó la mejilla de Minho y agregó. –Nos vemos después, Minho ah.
Minho suspiró, ese muchacho iba a matarlo del susto un día de estos. No pudo hacer más que sonreír y ver como la figura de aquel chico era cada vez más borrosa entre la maleza.
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