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Vivir- Banana Fish por aheijiletssingashu

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Notas del capitulo:

Practicamente, esta historia se la dedico a Ash, por hacerme querer superar mi pasado; y a mi, por que estos ultimos 3 dias siento que lo estoy logrando. Está historia esta disponible en Wattpad, bajo mi seudónimo Natsunoxx_

Tres años y un mes habían pasado y aun así, se sorprendía.

Recordaba cómo tomó la decisión de dejar este mundo, creyendo que la persona que ama estaría a salvo de su ser lleno de heridas.

¿Ya había dicho que fue de una forma tonta y sumamente egoísta?. Lo supo cuando el nipón, quien estaba en estado de recuperación y en silla de ruedas, se abalanzó a él apenas recuperó la conciencia, temblando y sollozando por el miedo que sintió al casi haberle perdido.

El miedo que muchas veces este le recalco que no sentía por su presencia, sino por la falta de ella. No lo estaba salvado con su muerte, lo estaba llevando consigo.

"Mi alma está siempre contigo"

No pudo evitar aferrarse a él. Sintiendo culpa por el estado del nipón, y felicidad de estar allí para sentirla. Su pasado no solo lo estaba rompiendo a él, también a su amado.

Si no podía superar esto para él mismo, lo haría por Eiji. El chico no merecía pasar por esto, la única culpa que tenía era amarle incondicionalmente,amarlo tanto, tanto como para llevarlo a Japón, tanto como no irse de su lado a pesar de la situación, tanto como para sostenerle en brazos cuando se sentía vulnerable, y un millón de cosas más que no sería nunca suficiente para agradecerle. Sabiendo eso ¿Como se atrevió a hacer aquello?.

—Las almas rotas también pueden tener una segunda oportunidad,Aslan —. Le comento el nipón, aquella vez en aquel hospital, estando ambos heridos de muchas formas.

Y tomó la decisión de vivir.

Una vez habían sanado sus heridas y fue dado de alta. Retomaron el plan inicial, ir a Japón y empezar de cero juntos.

Max y Jessica no podían estar más aliviados, sobretodo el mayor quien había sido lo más cercano a un padre verdadero, éste último le hizo prometer que llamaría con regularídad. Y tal vez, en un tiempo pudiera volver para navidades, Michael estaría muy contento con ello.

Se sintió abrumado de mil formas. Un nuevo país, una nueva vida. Por ello, Eiji le regaló un departamento, (quien sabe de dónde habrá sacado la plata) alegando que era un regalo de Bienvenida.

—No te sientas obligado a estar conmigo, no quiero eso —Mencionó cuando le entregó las llaves —Me basta con que estés aquí.

De allí, todo fue platónico. Eiji venía de vez en cuando a visitarlo, en ocasiones con el Señor Ibe, en otras con la madre y hermana de éste. Todos con la intención de ayudarle con la ideología e idioma del lugar.

¡Aunque ahora era Eiji quien se reía de su acento!

El chico de cabellos oscuros sostenía su estómago mientras se retorcía de la risa. Mientras él soltaba un sonoro bufido.

—Perdón, solo trata de no poner tanto peso en las palabras — Explicó Eiji más tranquilo.

Así hizo, teniéndolo otra vez riendo. El asiatico no supo cuando se le subió encima atrapandole, y susurrandole al oído

-—Ahora te daré una razón para reír ,Ei-chan —Advirtio el americano. Eiji no tuvo chance cuando una manos se posicionaron en sus costados haciéndole cosquillas.

—¡Basta,basta! ¡Me rindo! —Le pido, casi gritando a gritos, no puedo evitar reír también, el nipón aprovechó esto para posicionarse arriba de él, con la misma intención. Solo que, este olvido que trataba con él, Ash Lynx, y casi al instante captó su acción deteniendo sus muñecas, no puedo evitar sonreír por la expresión del otro, perdiéndose en esta.

Soltó una de sus manos, para llevar la suya a la mejilla derecha del chico, este dio un gesto de retroceder pero fue bloqueado por otra mano en su cadera. El nipón encontró sus manos encima del pecho del rubio, y las manos de este empujando el acercamiento.

—No escapaste antes, no lo harás en este momento — .Afirmó para luego darle un ligero beso, la presión de sus labios era suave.

—Ahora no tienes razón para irte — Volvió a decir, acariciando sus mejillas, mientras este le sonreía.

—Nunca la tuve.

No, no fue una formalización. Solo eran pequeños momentos donde esos sentimientos que tenían desde hace tiempo se desbordaban .Porque estos nunca necesitaban expresarse, no entre ellos dos, ya lo sabían pero esto no significaba que no formalizarían el algún momento.

Especialmente para la familia Okumura que no entendían bien lo que se traía este par. Al menos para los padres, la hermana menor de Eiji se hacía una idea de lo que pasaba, más de una vez se le encontró soltando una risilla cuando ambos estaban juntos.

Eiji le había explicado que estaba esperando que el tiempo pasara, quería darle espacio al joven lince, quién disfrustaba de su anhelada libertad, pesé que aún tenía pesadillas nocturnas e insomnio, al despertar y encontrarse en aquella habitación de estilo tradicional con ligero aroma a incienso ( que quema Eiji, según él tenia efecto relajantes) sabía que podía estar en calma, todo habia pasado.

Paso un largo tiempo.

No fue sino hasta el San Valentín, si, un día cliché. Para Ash sería vivir algo que estaba en la normalidad de la gente, nunca tuvo tiempo para pensar en la celebración en sí. Los árboles de sakura desbordaban en la ciudad, los corazones,palabras cursi y chocolates, animaban el ambiente, y él se sintió animado.

No pensaba en nada en especial.

Pedirle a Eiji que fuera su pareja, súbitamente, no estaba en el plan del día. Y es que, no quería forzar nada. Sabía que el asiatico le daba su espacio para su sanación propia. Si le pedia eso el de cabellos negros sentiria que le esta obligando.

—Lamento la demora —Se disculpó.

—Vaya, pensé que pasaría mi primer San Valentin solo —Bromeó, aunque no lo pensó realmente, se sintió aliviado. Eiji río mientras negaba con la cabeza.

—Pues, no estarás solo y tampoco no obtendrás nada —. Dijo mientras busco en el bolsillo del pantalón y le entregó una tarjeta, en esta se hallaba un pase para una biblioteca y una notita:

"Aslan Jade Callereense, ¿me haría en el honor de ser mi novio?,pues ya has aceptado mi sentimientos"

—Si, lo pides así,no me puedo negar — Una sonrisa se extiendo en los labios de Ash, no pensaba que ese día tendría una confesión como las demás personas, parecía que ambos se contagiaron por el furor de aquel mes, compartieron un cálido beso y le dieron nombre aquello que surgió en aquellas calles de New York hace poco más de un año.

—¿Por que el pase? cariño,me gusta leer tus libros de fotografía, me recuerdan más a ti —. Confesó mientras jugaba con aquella tarjeta con sus dedos.

—No necesitarás mis libros de fotografía para estudiar medicina —Se notaba la emoción en su voz al decir aquello. Gracias a ciertas conexiones de Ibe-san y uno que otro papeleo por para de Max, quién se postulaba a alcalde ese año. Lograron hacer paracer que el chico de ojos jades era un estudiante con bachillerato. No hace mucho Aslan solicitó realizar el examen de una universidad ubicada en Tokyo.

—Ash, si te aceptaron, estoy tan orgulloso de ti  —. Él también se sintió así mientras estrechaba a su novio e sus brazos.

Pasaron dos años más desde entonces, un tiempo donde podía mirar hacia atrás sin detener el presente o el futuro. Pudo perdonarse por cosas a las que no tuvo alternativa, y a dejar de pensar que no era merecedor de nada.

Que no merecía esta nueva vida, para renacer de la oscuridad , con el apoyo de aquel chico japonés que leía sobre su regazo.

Aún faltaba mucho por sanar y por aprender, pero sabía que no estaba solo, si hubiera sabido que algún día iba a conocer a la maravillosa persona que era Eiji Okumura, como la razón por la que sigo luchando y al final, hubiera sido ser reconfortado por él, terminar siendo un nuevo ser por su amor, entonces podria decir nunca estuvo solo y jamás lo estaría otra vez.

Por eso...

—¿Te casarías conmigo,Eiji Okumura? Pues, siempre has aceptado mis sentimientos y heridas — Preguntó, mientras sostenía una de sus manos y mostraba el anillo con una hermosa gema oscura que al ser expuesta por el sol cambiaba a un ligero tono verde.

Estaban bajo la sobre de un parque en Tokyo, solían venir a reunirse para almorzar y charla un poco antes de volver, Aslan a la universidad quien cursaba su último año, y Eiji de su trabajo, en una pequeña empresa de periodismo, como fotógrafo.

Casualmente quedaba en el punto medio a ambos lugares. Pero hoy, era un sábado, Aslan le había sugerido realizar a un pequeño picnic en aquel rincón del parque que era suyo, que ahora era testigo de la propuesta.

—He llegado hasta aquí, no me puedo negar ahora, entonces es un si —Tuvo que ponerse de puntillas para darle un beso ligero. El rubio había crecido unos centímetros más pesé hacer el menor de los dos, quién siempre le recordaba ese detalles al de más bajo.

—Gracias, por darme una segunda oportunidad —Expresó, colocando el anillo en el dedo correspondiente, Eiji sintió el frio del metal mas la calidez en su corazón, sellando así su amor y su decisión de haber escogido vivir.


 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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