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Home is where the heart is por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del fanfic:

Hola~

Si se preguntan ¿Qué es esto? pues decidí participar en un tober; específicamente este: Flufftober. Lo que significa que estaré subiendo un capitulo diario  por todo el mes de octubre, con una temática asignada al día. 31 capítulos. Si no lo subí a punto final (donde tengo mis oneshots) es porque esto es un poco diferente.  No es una historia secuencial (pero algunos pueden hacer mención a otros), los protagonistas seguirán siendo ellos. No son capítulos largos. 

Disfrutenlo <3     

 

Notas del capitulo:

Día 1: Eye Conyac/Contacto visual 

Intento caminar hacia el otro extremo del local, pero hay tantas personas que apenas puedo moverme sin tocar, y hablando de tocar ¿nadie tiene algo de pudor aquí? espero que sean accidentales los roces que siento. 


No puedo ver a mis amigos ¿no estaban en esa mesa? es la que está junto a la columna, bajo la lámpara. Hay gente sentada pero no veo ningún rostro conocido ¿me equivoque de mesa? no, estoy seguro de que es la mesa donde estábamos sentados. Espero que estén bailando por aquí por solo fui al baño y si me dejaron…


— ¡Hey!— mi voz no se escucha, y no veo quien me empujo. No tengo mensajes en mi teléfono, ni una llamada, intento escribir un mensaje, pero los empujones no paran y no puedo escribir ni caminar. Ahora ya no me parece buena idea haber venido, pero es viernes y quería salir ¡Al fin termine el mensaje!  No sé si es mi imaginación pero por cada paso que doy retrocedo cuatro. No veo cómo voy a encontrar a mis amigos aquí, y es más fácil retroceder hasta el baño.  Y justo en el mejor momento, me llaman— ¿Dónde están?


— No lo sé, recorriendo locales.


— Evelyn…


— ¿Dónde estás tú? ¿Estás en un local? ¿Olvidaste algo?


— ¡Solo fui al baño!— la puerta se abre y entran dos chicos. Bajo la voz, e intento no molestarme, no lo logro. La escucho decir excusas a las que no le pongo atención, el espejo del baño me muestra que no estoy logrando mucho control de mi enojo: tengo la cara roja y el ceño fruncido. Mi cabello esta levantado de la frente de las veces que me he pasado las manos. Cuelgo el teléfono sin responderle. No tiene caso quedarme más y no quiero buscarlos ahora. El enojo me da la fuerza que me faltaba para abrirme camino entre la multitud. Me iré a casa.


… ¿Por qué? ya estoy aquí. No los buscare pero eso no significa que no pueda divertirme por mi cuenta. Miro alrededor, ya no buscando a mis amigos, sino algo nuevo que hacer. Sé que si me muevo y bailo, no pasara mucho para encontrar quien me acompañe, para hacer eso necesitare primero tomar algo, entonces, Oliver, el primer destino sera la barra. A empujones, me dirijo hacia mi objetivo, y mientras intento llegar, mi mirada se cruza con otra: un chico que intenta caminar hacia el centro con dos vasos. Desvió mi atención a las personas que están en la barra ¿puedo acercarme o no? solo un momento antes de buscar de nuevo a… me está mirando, y esta vez no puedo apartar la mirada.


No lo conozco.


¿Me conoce?


¿Por qué no puedo dejar de mirarle?


Debería hablarle.


Un empujón me regresa a la realidad donde no solo estoy yo y un guapo desconocido mirándonos. Otro empujón me hace golpear con otra persona.


— mierda, mi teléfono— nadie me escucha, con los empujones solté mi teléfono ¡Y va a terminar destrozado si no lo encuentro! No me arrojo al piso porque está sucio, la luz es tan tenue que no puedo ver casi nada— allí—me lanzo entre la gente con violencia, no me importa soltar manotazos y patadas para llegar y rescatarlo ¡A salvo!— ay, no…— un empujón más, cuando me estoy enderezando me tira al piso. Alguien me pisa una mano. No puedo pararme, aunque grite, siempre hay alguien que me empuja… y entre la desesperación y el enojo, una mano aparece frente a mí. La tomo, desesperado por ponerme de pie. Mi mirada se cruza con la de mi salvador para agradecerle y… mis palabras no salen. Otra vez solo estamos él y yo, mirándonos. Siento más empujones pero no quiero romper con lo que sea que esté pasando ahora. Aun  no suelto su mano ni él suelta la mía, es él quien rompe el contacto visual para acercarse a mí.


— ¿estás bien?— habla en mi oreja. Muevo la cabeza para decirle que sí ¿Por qué no puedo hablar? Me empujan, para variar, contra él. Su ropa esta mojada y tiene un fuerte olor a alcohol. Me siento tan torpe, sin moverme mientras él me sujeta. Cuando le miro me hace una seña para que le siga, cosa que no es necesaria porque aún tenemos las manos juntas. Ahora que no estoy embobado con sus ojos, veo que es un poco más alto que yo, su cabello es rizado y largo,  casi hasta los hombros.


Y llegamos a la salida.  El aire se siente fresco, no me había dado cuenta de lo sofocante que estaba todo allá dentro. 


— ah, al fin— inhalo profundo.


— ¿estás bien? parecías en problemas.


— lo estaba, perdí mi teléfono y casi muero aplastado. Así que eres mi héroe— le sonrió. Y está sonrojándose— gracias.


— eh, si…— levanta su mano, la que está sujetando la mía, su cara se pone más roja cuando me suelta, pero sus ojos siguen fijos en los míos. Balbucea cosas que no entiendo, y no para. No entiendo ni una palabra. Alzo la mano para pedirle que pare.


— Soy Isaac.


— Oliver.


— Oliver— le sonrió— gracias por la ayuda, tampoco podía llegar a la salida.


— ¿ya te vas?


— pues no tengo motivo para quedarme. Mis amigos se fueron y me dejaron— añado, otra vez siento el enojo, aunque no tan intento como hace un rato— tú debes estar acompañado ¿no? tenias dos bebidas.


— me empujaron y me las tire encima— ah, por eso tenia la ropa mojada y el olor a alcohol— y no tengo buena compañía. También debería irme— se lo incomodo que es estar en su situación, y aunque quiero decirle que podríamos ir a otro lugar, tal vez este no sea el momento indicado.


— entiendo… entonces… me voy por allá. Gracias otra vez— doy unos pasos hacia la calle, choco con alguien y me disculpo varias veces. Oliver me sigue mirando, ahora sonriendo. Me hace una despedida con la mano. La calle esta llena de personas, es viernes en la noche en la zona roja.


¿en dónde están mis amigos? Hay tantos lugares… quizá debí quedarme. Oliver estaba interesado, si es que aun puedo notar cuando alguien está interesado en mí. nunca he tenido un ligue en un bar producto de todas las veces que me decían lo peligroso que es conocer a alguien aquí, el mercado negro de órganos es lucrativo al parecer, así que siempre vine con conocidos y nunca me embriague… aunque ahora pienso que no todos son vendedores de órganos. Ah, lastima que ya es un poco tarde para arrepentirme porque si regreso ¿Cómo voy a encontrarlo? No pude encontrar a mis amigos, encontrar a un desconocido…


Aun así me detengo y volteo, quizá pueda mirarle otra vez, no creo que haya caminado mucho y había fila para entrar. Pff la fila ni siquiera se ve desde aquí por la cantidad de gente que hay en la calle. Ni hablar, a casa.


— ¡Issac!— antes de pensarlo ya me gire, ojalá que no sea otro Isaac porque que pena voltear y que no me llamen a mí. todas las personas están moviéndose, caminando de un lado a otro y no veo… él. Oliver esta intentando alcanzarme, como si nadara contra la corriente solo que es una multitud. Hacemos contacto visual otra vez, y otra vez es como quedar atrapado en un mundo donde solo estamos nosotros. cuando llega a donde estoy, ya estoy sonriendo.


— ¿sí?— frente a frente, mirándonos fijamente.


— a veces no se muy bien que decir… o sea… yo quería invitarte a bailar…— hace una mueca, como un puchero— si ya te vas está bien, porque en serio esta ropa apesta y no es agradable. Pero ¿puedo pedirte tu número de teléfono?


— sí, puedes pedirlo— me quedo callado, intento no reírme mientras espero. A Oliver le está tomando tiempo entenderlo, si tengo que explicarlo no es gracioso.


— ¿me dices tú número de teléfono?— lo dice tan rápido que suena como si rapeara, ya no me aguanto la risa, y entre risas le dicto mi número. Él lo repite mientras se lo digo.


— llámame para tener el tuyo— levanto mi teléfono cuando suena y le muestro la pantalla— Listo.


— espera— aun no me muevo, pero que va— ¿puedo llamarte?


— para eso es un numero de teléfono ¿no? si no quisiera que me llamaras no te lo hubiera dicho— me sonríe con vergüenza, y otra vez pasa la mano por su cabello,  los rizos hacen que quiera pasar mis dedos entre ellos.


— tienes razón. Es que no soy bueno invitando a alguien a salir.


— no estuvo mal. Llámame— digo eso a modo de despedida aunque no me muevo. Aún seguimos mirándonos. Tal vez después— fue un placer conocerte, Oliver. Mi noche no fue tan mala al final— Suspiro y con toda la decepción el mundo me toca romper el contacto visual. Me doy la vuelta para seguir mi camino, solo me giro una vez más— estaré esperando esa llamada— Oliver sonríe, tiene hoyuelos en las mejillas.


— nos veremos pronto, Isaac— un último contacto visual, y ahora si camino, con una sonrisa boba estoy seguro. No sé lo que tiene Oliver, nunca me había pasado esto de quedarme atrapado en una mirada. Curioso. Ahora, en la calle y fuera de las luces intermitentes y de colores, pude ver sus ojos mejor. No son azules, ni verdes, pero son los ojos más hermosos que he visto. Y me gustan.

Notas finales:

Nos leemos mañana <3 


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