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Home is where the heart is por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Día 12: Promise Rings/ Anillos de promesa

— no lo hare.

— Ollie…

— no… yo no puedo— intento no poner los ojos en blanco. Aunque para mí no parezca una gran cosa o una noticia mala, sé que para Ollie lo es.

— puedes hacerlo— sus ojos me miran con miedo.

— es… no estoy preparado.

— lo estás. Sé que lo estás pero no voy a intentar convencerte de que aceptes o no, eso debe ser cosa tuya. Si no quieres hacerlo está bien— quiero decirle todo lo contrario, eso es lo que yo haría si me ofrecieran un ascenso: aceptaría sin dudarlo. Para Ollie no es tan sencillo— pero al menos dime que vas a pensarlo mejor, cuando no estés tan alterado.

—… puedo hacer eso.

— bien— le sonrió— ¿vamos a comer ya?— como casi siempre estaba esperando a Ollie para ir a comer en nuestro tiempo de descaso, cuando llego estaba tan abrumado que tuvo que repetirme tres veces lo que pasaba ya que no le entendí. Ollie asiente. Nos dirigimos al auto.

No puedo dejar de pensar en el ascenso de Ollie. La empresa de arquitectura donde trabaja tiene muchas áreas, eso es lo que he entendido, y él está en un equipo que realiza diseños y planos de obras, como las llama él, y que están bajo el liderazgo de una persona. Esa persona renuncio. Y le están ofreciendo su puesto a Ollie porque esa persona lo recomendó ¡lo que daría yo porque me pasara eso! quiero gritar de emoción y saltar de alegría… pero a Ollie le aterra eso. Le miro, conduciendo. Aún tiene una mirada de pánico. Quiero preguntarle qué es lo que está pensando, que es lo que le da miedo de aceptar, no creo que sea el momento. Lo conozco, estoy noventa por cierto convencido de que el asunto es que no quiere ser el líder del grupo: tendría que hablar en las  reuniones e ir a presentar los diseños que hacen ante muchas personas. Supongo que también el hecho de que tiene menos de un año trabajando allí, básicamente un novato, y le están dando un puesto importante. Casi puedo escucharle ¿y qué dirán los demás? Ahora quiero gritar pero de frustración. Tengo que recordarme que no es mi trabajo, y es asunto de Ollie.

No mentí al decirle que no iba a presionarlo para que aceptara o no. si quiere quedarse como un empleado promedio, está bien. Han pasado algunos días,  no hemos vuelto a tocar el tema de su trabajo aunque yo lo recuerdo constantemente, tampoco le veo con el miedo que le vi ese primer día.

— Umm ¿Ollie?— el levanta la mirada de su teléfono. Estamos bastante cómodos en la cafetería, pero tengo que preguntarle— sobre la oferta que te hicieron ¿tienes una fecha límite?— ah, se ha puesto serio. 

— sí. Tienen que tener un encargado pronto.

— ¿y lo has pensando? 

— si… más o menos… un poco— me dice, desviando la mirada. Eso es casi un no— no puedo dejar de pensar en las cosas que podrían pasar.

— ¿Quieres hablar de eso? quizá podría ayudarte a poner las cosas en perspectiva. 

— ¿tú qué harías?— me mira. Tengo que concentrarme en agitar mi café para no responder inmediatamente y fingir que lo pienso.

— aceptaría. Es una gran  oportunidad. No creo que se presente pronto algo como eso.

— sí…— estiro la mano y tomo la suya. Le doy un apretón y le sonrió, no burlándome.

— está bien si no quieres hacerlo. Eso es lo que yo pienso, pero es tu trabajo ¿tú quieres hacerlo? ¿Quieres tener ese trabajo?

— lo quiero. Es… importante y no espere tenerlo tan pronto. Pero es mucha presión.

— ¿por el trabajo? Siempre eres impecable, y terminas a tiempo. Sabes lo que haces ¿temes tener más trabajo? ¿hacerlo mal?— sacude la cabeza.

—no, no sobre elaborar planos y diseños. Las presentaciones. Tener que hablar con el equipo— lo sabía. Hace ya algún tiempo que no me decía tener estos problemas, al menos no los tiene conmigo.  Suspiro.

— entiendo. Es tu trabajo, no se trata de lo que yo o alguien más haría, se trata de lo que tú quieres— le sonrió— el mundo no va a terminar si dices que no. tampoco si dices que sí— me encojo de hombros. Ya casi es hora de regresar— ¿nos vemos en la noche? En mi casa— me gustaría hacer algo mas por Ollie, tanto si acepta como si no lo hace.  Como no tengo mucho trabajo estos días, me quedo pensando sobre eso.

No le vuelvo a mencionar el tema en los dos días siguientes, no quiero darle la impresión de que estoy presionándolo, pero es evidente que está preocupado y pensando algo. Cuando estoy llevando unos documentos a otras oficinas, me quedo mirando los edificios, y la iluminación viene a mí. Saco mi teléfono.

— Ollie ¿estas ocupado esta noche?— suelto, sin dejar que él hable.

no.

— perfecto, ¿vienes a mi casa? es urgente e importante.

— está bien ¿quieres que pase por ti?

— no. te espero allá. Nos vemos— corro hasta las oficinas, y aunque todos se me quedan viendo, yo solo sonrió. Tengo poco tiempo— Heather, necesito irme, surgió un asunto personal importante.

— está bien. Te cubro— ella se ha marchado varias veces, me lo debe.

— gracias— tomo mis cosas y salgo. Tengo que pasar por el centro comercial y regresar a la calle donde estaba, a la joyería exactamente. Estoy nervioso, pero emocionado a la vez. La inquietud hace que quiera dar saltitos. Le hare un regalo a Ollie, tal vez no le ayude a tomar una decisión pero quiero que sea algo que tenga significado.  Me paseo entre los cristales, viendo collares y aretes llenos de cristales y diamantes. Los aretes están descartados, y Ollie no es de los que usan collares. Eso me deja buscando brazaletes. Son bonitos y pueden grabarse, podría hacer que grabaran alguna frase de ánimo…— disculpe ¿puede mostrarme ese?— es un anillo. Antes los descarte porque los anillos me parecen algo femeninos o muy comprometedores ¿un anillo de compromiso? No lo creo. Pero este es diferente. La mujer sonríe y saca la caja con un anillo negro, con una franja azul al centro. Me gusta mucho…  para mí. pero una imagen de nosotros con anillos a juego me hace querer derretirme en un charco de babas. Hay otro idéntico, solo que con una franja roja. Son perfectos. No puedo evitar ponerme el anillo azul y mirarlo alzando mi mano. Se ve tan genial ¿pero le quedara a Ollie? Si mano es mas grande que la mía pero sus dedos no son muy anchos. Miro los demás, hay otros anillos con la franja de color en verde, rosa, morado, plata…— quiero dar un regalo, pero no se si va a quedarle ¿hay la posibilidad de hacer un cambio si no le queda?— la chica me mira.

— ¿te llevaras ese?

— me llevare dos.

— ¿a juego?— sonríe, pero asiente— si no es grabado, puede hacerse. En esos no hay posibilidad de hacer un ajuste.

— no, sin grabado— por si las dudas, tomo uno un poco mas grande para Ollie y los pago. He perdido mas tiempo del que esperaba aquí, así que vuelvo a correr cuando salgo, pero esta vez estoy sonriendo mas emocionado que nada. 

La ciudad de ve increíble desde la azotea. Tengo como veinte minutos esperando, por suerte no hace frio y no está nublado. Golpeo la barandilla con impaciencia. La puerta se abre y pego un brinco de sorpresa. Ollie está aquí, mirando confundido hacia afuera con la nota que le deje en mi casa diciéndole que viniera arriba.    

— ¿Isaac?

— hola— agito la mano. Sus ojos recorren la azotea, que he llenado de velas y luces de colores. Al montón de cajas con el que improvisé una mesa baja y le puse un mantel, los cojines que traje desde mi casa para sentarnos.

— ¿estamos celebrando algo y me olvide?— me mira con una expresión de cautela que me hace reír.

— no. solo es una cena en la azotea— Ollie sonríe, siento que hace tanto no le veo sonreír relajado que solo eso vale la pena el esfuerzo.

— ¿con hamburguesas y papas fritas?— me dice, señalando la bolsa. Me rio, caminando hasta él para besarle.

— dije cena en la azotea, no cena elegante en la azotea— cierro la puerta tras él, no encuentro nada para bloquearla en caso de alguien quiera subir. Ojalá nadie quiera subir. Le tomo de la mano para llevarlo a mi creación. Le paso una hamburguesa y le muestro las bebidas con poco alcohol que compre.

— es genial— así que allí estamos, comiendo y riendo en la azotea ¿Por qué nunca se me ocurrió? Ollie se ve tan feliz y yo me siento tan feliz también. Es un momento perfecto.

— también traje chocolates— digo, cuando terminamos la comida.

— oh, te quiero tanto— suspiro. La ciudad se ve increíble desde aquí, no estamos muy alto, pero aun así tiene una vista hipnótica.

— Ollie, estuve pensando…— muevo la mano, y una caja de anillos se me resbala y cae en la mesa. La miramos.

— joder… ¿no vas a pedirme matrimonio o sí?— el tono de pánico total de Ollie me hace reír.

— ¿Qué pasa con ese tono? Estoy indignado ¿tan mala es la idea de casarse conmigo?— su cara se pone roja.

— no, eso no… solo…— me rio, pero es demasiado para él ya.

— no es un anillo de compromiso, puedes respirar— no puedo contener mi sonrisa— pero si es un anillo. Se que estas algo… preocupado por tu trabajo. y quería darte algo significativo. Por eso la cena— abarco el lugar con la mano.

— oh…— abro la caja y le muestro el anillo.

— solo… es para que tengas presente que pase lo que pase, elijas lo que elijas voy a apoyarte. No tienes que demostrarme nada, ni intentar algo que no quieras. Solo prométeme que serás tú— Ollie sigue mirando el anillo. Mis dedos se sienten torpes cuando lo saco y le lo extiendo. Él no lo toma.

— ponlo tu— su voz es baja, pero extiende su mano hacia mí. las mejillas me arden, pero le pongo en anillo. Siento que le queda un poco grande, pero no me dice nada. Se mira la mano— yo no tengo nada para ti.

— bueno… puedes ponerme este— le muestro la otra caja— es que me gusto para mí— Ollie no me regresa la sonrisa cuando toma el anillo con la franja azul.

— te prometo que lo hare ¿me prometes que me dejaras quedarme contigo todo el tiempo que me quieras? Tal vez no un para siempre, pero… tu entiendes— desliza en anillo por mi dedo. No sé cómo esto se volvió tan íntimo, me da escalofríos.

— lo prometo— le sonrió y alzo nuestras manos para mirar los anillos— me fascinan.

— voy a decir que sí. Al trabajo.

— ¿en serio?— mueve su cabeza para decirme que sí— eso está bien. Felicidades por tu acenso… hagamos una celebración como se debe cuando sea oficial— y ya estoy pensando en lo que podría hacer ese día— pero sin anillos de matrimonio al parecer.

— ¡Isaac! me tomo por sorpresa— suelto una carcajada.

— entonces ¿tengo que avisarte con anticipación si quiero darte un anillo de compromiso? qué curioso, pensé que esos se daban como sorpresa— me burlo, Ollie me abraza, empujando las cajas de la mesa y me besa.             

     


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