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Home is where the heart is por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

*Día dos: Hand Holding/tomarse de las manos. 

Es un día soleado. Un  buen día de otoño para pasear. Isaac aun no llega, fue él quien me llamo para vernos hoy. En algún momento de las salidas este parque término siendo un punto de encuentro cuando no sabemos a dónde ir, si no tenemos planes para otra cosa este es el lugar en el que nos encontramos. Hay muchas familias en el parque, y niños jugando. Me entretengo viendo un pequeño partido de futbol entre los niños.


— ¿esperaste mucho?


— llegue temprano, termine antes.


— se me hizo tarde, y el autobús venia retrasado— Isaac se sienta casualmente a mi lado— ¿Qué estás viendo? Parecías concentrado.


— juegan futbol— mientras él se concentra en los niños, yo le miro. Trae un suéter negro y algo ajustado, que a mi parecer  se ve muy bien con el gris de sus ojos.


— ¿Quién gana?


— no lo sé, no creo que estén jugando por ganar. Así son los niños ¿Qué haremos hoy?


— lo mismo que hacemos todas las noches, Ollie.


— ¿sentarnos a besarnos?— él se ríe. Es fácil hacer reír a mi novio y eso me gusta. Se levanta, aun sonriendo.


— ven, encontré algo interesante— me levanto, Isaac me da un jalón y me hace seguirlo— pasé en el autobús el otro día y tuve que investigar, pero no está lejos de aquí. Es una feria. 


— ¿una feria?


— o exposición, algo de eso. Se veía bien desde donde lo vi,  y si hay una feria hay cosas divertidas.


— soy bueno con los juegos de tiro ¿sabías?— me da un empujón con el hombro.


— ¿Cómo iba a saberlo si me lo acabas de decir? creo que solo estas alardeando y tienes mala puntería— si tengo buena puntería, sería fácil seguir hablando de eso pero solo sonrió, ya le mostrare cuando lleguemos, incluso podría hacer que apostemos— ¿Cómo fue la entrevista que tuviste?


— ni idea. Esperare que llamen.


— tenías una buena propuesta— nos detenemos en la calle para cruzar— así que si ellos no lo quieren puedes buscar en otro lugar. A alguien debe gustarle— Isaac siempre simplifica las cosas, o tal vez yo soy quien lo ve así, pero todo es menos problemático cuando lo hablo con Isaac.


— ¿estamos muy lejos? No he visto ninguna feria cerca.


— eso es porque tu casa no está cerca de aquí. Ni la mía, pero me quede dormido en el autobús y pase mi parada, así que termine en otro lugar… vamos, ríete, sé que quieres hacerlo— intento no hacerlo pero imaginar a Isaac despertando de pronto en el autobús…


— pero encontraste algo interesante.


— eso espero. Mira, de aquí puedo verlo— al final de la calle alcanzo a distinguir algunos puestos de comida y luces de colores. Isaac camina un poco más rápido, no hay mucha gente andando por la calle así que no hay ningún problema— vamos, eres muy lento, Ollie.


— la feria no va a moverse— eso no detiene a Isaac. Me sonríe con malicia y luego toma mi mano y corre. Y como no tengo tiempo para pensar en otra cosa, también corro. Llegamos a la feria jadeando y riendo, algunas personas nos miran. Me rio más, y las risas de Isaac me acompañan— ¿Por qué hiciste eso? pude detenerte ¿sabes?


— pero no lo hiciste— ahora que estamos aquí su mano me suelta. Hay una gran fila de puestos, comida, ropa y otras cosas que no alcanzo a ver. Nunca escuche de algún festival de este tipo, para ser una feria me parece pequeño y no veo juegos mecánicos— ¿Qué esperamos?


—  respirar normalmente— hay música, una variedad de géneros que no distingo ni una sola canción. Entramos a la calle, a los primeros puestos.


— ¡Mira, mira! ¡Manzanas de caramelo!— lo alcanzo cuando está tomando las manzanas de un puesto y se gira hacia mí, extendiendo una de las manzanas— ¿te gustan?


— si ¿no quieres comer algo?— comento, porque estamos pasando por unos puestos que están vendiendo comida— comí hace un rato, pero podemos ir.


— no, también acabo de comer. Prefiero los dulces— agita su manzana y sigue caminando— esto está bien, me gusta. Llegue a venir a algunas ferias como estas cuando era niño, siempre comía estas manzanas, tenía años sin comer una.


— nunca vine a un lugar así pero si he comido las manzanas— de hecho, es bastante dulce y crujiente. Nos detenemos en los puestos de ropa y algunos que venden objetos. No compramos nada, pero reímos mucho viendo algunas cosas. Esta atardeciendo pero el día sigue siendo hermoso, las luces de los puestos y del sol mientras caminamos es relajante— ¿Qué haces?


— ¿Umm?


— ¿estas aburrido?


— no, no ¡Para nada! Estoy disfrutando mucho contigo— ah, está bromeando. Su sonrisa maliciosa está en su cara, y me da un codazo en las costillas.


— el clima es bueno ¿eh?  Me gusta. Y mira, allí están los juegos ¿no estabas presumiendo sobre tu puntería?


— aún no lo hago— me dirijo a los juegos. No veo ningún juego mecánico pero si hay muchos juegos de tiro y otras atracciones para niños— ¿Por qué no juegas contra mí?


— ¿y que ganaría?— Me encojo de hombros.


— te dejo elegir el premio— él sonríe, pero no me dice que es lo que obtendrá el ganador. Se adelanta a uno de los puestos de tiro y pregunta el precio aunque ya está tomando el arma de aire comprimido. Hay un montón de muñecos de peluche colgados en el puesto, los premios para los que logren derribar los objetivos. 


— voy a ganarte, Ollie.


— suerte con eso, Isaac— le paso el dinero al hombre que atiende el puesto y tomo otra de las armas. Siempre tan desesperado, él inicia los tiros. Algunas de las figuras que tiene que derribar caen, más de la mitad. Yo me tomo mi tiempo, disparando una vez para hacer la prueba. El arma está un poco desviada y en los siguientes tiros ajusto mi puntería. Cuando termino, escucho el silbido de admiración de Isaac— ¿ahora si puedo presumir?  


— no me dijiste que eras un tirador— me rio— ganaste.


— eso parece…


— puede elegir un premio— el hombre parece algo indiferente. La mayoría de los peluches son muy femeninos. No tengo una hermana para regarlo, pero… Isaac está revisando su teléfono  ¿si le doy el peluche a él? esto siempre es típico en las películas.


— ¿no te gusta ninguno?— uno, solo debo elegir uno. Ninguno rosa, ni los unicornios ¿y si le gustan los unicornios? Nunca le he preguntado— ¿Ollie?— Señalo uno,  un perro. Apenas lo sostengo, se lo extiendo a Isaac. Ay, por favor, no puedo hablar, debería decirle algo pero no se me ocurre nada.


— para ti.


— siempre de pocas palabras ¿eh?— el peluche deja mis manos— es un lobo muy bonito.


—… creí que era un perro— Isaac se ríe. Siento la cara roja, y aún más cuando me besa. Soy más alto que él así que se tiene que estirar y pasar sus manos por mi cuello para poder besarme.


— creo que habrá una exposición de baile por allá ¿vamos mientras me dices que querrás por ganar? Que perdí y termine con el premio.


— quiero…— me quedo callado al notar que hemos llamado la atención. No me di cuenta de que nuestra demonstración de tiro atrajo las miradas, y ahora estamos dando una demostración diferente.  Isaac no se avergüenza por estas cosas, yo… bien, mi problema es solo que me miren. La mano de Isaac se cierra en la mía. Sus dedos se entrelazan con los míos, se siente cálida. Y aún más que me hace caminar y alejarme de las personas que nos miran. No es la primera vez que nos tomamos de las manos aunque siempre intentamos que no sea en lugares con mucho público.


— si no me lo dices entonces no te daré nada— no puedo recordar de que estábamos hablando. El agarre de su mano es firme y no parece tener intención de soltarme. Yo tampoco quiero que me suelte.


— una cita.


— ay, Ollie, tenemos muchas citas, pídeme otra cosa— no puedo reprimir una carcajada.


— te quiero.


— lo sé ¿y bien?


— no pensé en un premio… ¿una cena hecha por ti?


— eh… bien, pero no acepto reclamos— nos detenemos solo para yo pueda comprar algodón de azúcar antes de llegar al lugar donde están haciendo una representación de teatro, no bailes. Aún estamos tomándonos las manos, Isaac no para de robarme trozos del algodón de azúcar y su mano sigue sin soltar la mía.


— ¿estas feliz?


— ¿Qué? sí, estoy feliz. Fue una buena idea venir ¿no?


— si— aunque me gustaría cualquier lugar siempre que Isaac me acompañe— aunque es mejor por la compañía— Isaac no dice nada.


— ¿aun si nos están mirando? Ollie, si no te sientes cómodo tomándome de la mano lo voy a entender ¿bien? no me voy a molestar porque sé que no te gusta que te miren demasiado.


— ¡no! yo…  ah, dame un momento…— no sé qué decir. Aunque no me gusta que me miren, me siento bien cuando camínanos con las manos juntas, me gusta cómo se siente su mano en la mía. Y me gusta que sepan que estamos juntos, que nos vean y sepan que no somos amigos a pesar de que a la vez, preferiría que no me miraran. No sé cómo expresarle todo eso— tu mano es la mejor decisión que he tomado— ¿Por qué se ve tan sorprendido? ¿Fue demasiado? debí  decir otra cosa.


— Entonces eso significa que puedo tomarte de la mano siempre— me dice, con una sonrisa tan irresistible, que solo puedo responderle con un beso.


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