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Home is where the heart is por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Dia 4.- Indirect Kiss/ Beso indirecto. 

Intento no reírme de la expresión de Oliver. Ha tenido la misma expresión desde que vio el letrero en la entrada del restaurant. Ahora que la mesera dejo el elegante menú frente a nosotros, su expresión no ha cambiado.


— Isaac…


— ¿si, Oliver?


—… no me dijiste que este lugar era…— balbucea, me he dado cuenta de que lo hace cuando se pone nervioso. Hemos salido algunas veces con nuestros amigos, y a lugares muy públicos. Y otras veces nos invitamos a comer a restaurants familiares. Hoy quise cambiar un poco las cosas. Oliver es un gran torpe.


— dije que iríamos a un restaurant ¿no?


— sí.


— y aquí estamos, no sé cuál es el problema— respondo inocentemente. Él me mira, con la cara roja. Desde que conocí a Oliver, tuve esta atracción extraña por él y digo extraña porque nunca había sentido algo como eso al conocer a alguien. Quería conocerlo y lo hice. Cada que salimos, nos conocemos un poco más y ahora si estoy convencido de que la atracción es mutua, por eso no puedo evitar molestarle un poco.


— estamos en un restaurant para parejas.


— oh ¿eso?— intento no sonreír— siempre quise la probar esta comida pero es caro, y tienen esta promoción para parejas y pensé ¿Por qué no? no me sentiría cómodo pidiéndoselo a uno de mis amigos— sé que algunos aceptarían sin dudarlo solo para venir a comer pero no le diré eso— ¿o dirás que no?


— no… yo… solo…


— ¿sí?


— no diré nada.


— ¡Gracias!... pero mira esto: hay tantas cosas para probar. Me gustaría pedir uno de cada uno pero no tengo ni el estómago ni el dinero para hacerlo.


— podemos venir después. Si quieres puedo acompañarte de nuevo.


— eso me gustaría mucho— remarco el “mucho”. Oliver se oculta tras su hoja de menú. Para ser alguien tan grande no esperaría que fuera tan tímido. Hoy se ha sujetado el cabello, no es la primera vez que le veo el cabello así y aun no puedo decidir cómo me gusta más— ¿Qué pedirás tú?


— no estoy seguro. Los postres.


— no puedes pedir primero un postre— Él me mira, su cara aun esta algo sonrojada pero está sonriendo y tiene algo de malicia en su mirada.


— es un restaurant. Si pido un pastel, tienen que darme un pastel.


— Anotación para ti. No tengo como debatir eso— alzo las manos. Oliver al fin baja el menú y me sonríe— creo que pediré el especial de pollo— me decido. Como si nos hubiera escuchado, la mesera se nos acerca justo ahora. Repito mi pedido, Oliver pide pescado— entonces ¿Qué te parece el lugar?


— suenas a una película cliché de citas— intento no soltar una carcajada— pero el lugar es bonito. Me gusta la decoración.


— te gusta la decoración…— repito, murmurando— ¿te fijas en esas cosas?— él se encoje de hombros. Yo apenas me he fijado en cómo está decorado, pero ahora que lo menciona dos un vistazo a mí alrededor: no hay separaciones ni muros, puedo ver con claridad las demás mesas, todas con un elegante mantel rojo con servilletas rojas. Sillas de madera, el piso lustroso y negro, las paredes de ladrillo rojizo, con lámparas de luz amarilla.


— a veces. Es por la arquitectura— ah, sí, ya hemos hablado de sus estudios aunque no se me paso por la cabeza que la arquitectura tuviera relación con la decoración de interiores— ¿en qué te fijas tú?


— solo estaba pensando en conseguir la oferta. Y en qué tan buena es la comida. Es que es importante, si no me gusta ¿volveré? Claro que no. no vendría a un lugar donde no me guste la comida.


— ya veo.


— pero ahora que lo veo, el lugar esta bonito.


— y aun así es incómodo.


— ¿Qué es incómodo?— me inclino en la mesa hacia él. No hay nada incomodo en este lugar, ni siquiera las sillas.


— es porque pueden verme— volteo a las demás mesas. No está lleno, porque el lugar es caro, y porque no es fin de semana— me incomoda que me observen.


— nadie te está mirando ahora.


—lo hicieron cuando llegamos— suena como un niño pequeño quejándose. Yo ni siquiera me fije que alguien nos mirara, así que tal vez si lo hicieron, tal vez no ¿ha pasado antes? No recuerdo que mencionara esto antes o verle ponerse incomodo por eso… pero no hemos ido a un lugar tan privado a solas.


— entonces deberíamos ir al cine. Nadie puede verte allí— Oliver estira la mano para tomar una servilleta de papel y se pone a doblarla— ¿hay algún problema?— ahora estoy un poco más preocupado. Oliver me gusta, pero no quiero salir con alguien que va a ocultarse o que le avergüence estar conmigo.


— no— me muerdo el labio para no continuar con esta platica o la comida será muy incómoda. No voy a dejarlo pasar, es mejor terminar con todo antes de llevar las cosas a un nivel más serio.


— creo que pediré un pastel de chocolate como postre— hablar de los postres nos lleva a otras conversaciones mas ligeras, cuando traen la comida me cuesta concentrarme en las conversaciones para no llevarlas a ese tema, porque Oliver no habla demasiado.


— dios…— dejo la cuchara a medio camino a mi boca para mirar a Oliver— esto es… muy bueno— es lo único que dice porque se lleva la mano a la boca ¿está intentando ocultar los gemidos de placer por la comida? Suelto una risa.


— ¿acabas de tener un orgasmo culinario?— un leve golpe en mi pierna me hace reír más. aun estoy sonriendo cuando pruebo mi comida— oh por… esto es delicioso— Oliver me sonríe con las cejas alzadas. Tuve exactamente su misma reacción— vale, lo admito, esto esta tan bueno y mi burla de hace un momento ahora ya no es graciosa.


— vengamos otra vez. Ahora también quiero probar todo.


— …


— ¿Isaac?


— ¿te avergüenzas de que te vean con otro chico?— pregunto antes de que pueda meterme otro bocado y pensar en otra cosa para decir. Al menos no le dije que si se avergonzaba de que le vieran conmigo. Su tenedor cae a su plato, haciendo mucho ruido.


— ¡No!


— ¿no? entonces… tu dijiste que te incomodaba que te vieran ¿tus conocidos saben que te gustan los chicos?


— lo saben. Todos saben, se los dije hace años, te lo juro. No me avergüenzo de salir con alguien…— sus labios se aprietan y pasa su mano por el cabello— me incomoda que me vean, en general. No es porque este con alguien.


— …


— soy muy tímido.


— eso lo he notado ¿Cómo logras hacer las presentaciones escolares? Todos tienen que mirarte— hace una mueca.


— puedo hacerlo si no tengo mas opción. A veces me cuesta hablar pero lo logro después de que comienzo. Es una tortura para mi cuando me ponen a hablar sin aviso— no me causa gracia.


— eso no suena bien ¿si sabes que tendrás que hablar la mayor parte del tiempo si quieres llegar a algún lado? En la vida, me refiero.


— suenas un poco como mis terapeutas. Si, lo sé y estoy trabajando mucho en eso.


— ya veo— no sé qué más decir— ¿tus amigos lo saben?


— no lo sé, quizá. Saben que soy tímido, pero no sé hasta qué punto lo imaginan. Puedo hablar con las personas cuando las conozco, entre más conozco a alguien es más fácil hablar— añade antes de que yo se lo pregunte. Le creo, porque he visto como se pone nervioso y como balbucea cuando intenta hablar. No tiene motivos para mentir y la mayoría de las personas no reconoce que tiene un problema y esta asistiendo con un terapeuta antes de tener una relación— ¿me crees?


— te creo— vuelvo a comer. Saber eso me relaja bastante— solo hay dos opciones, o eres un buen mentiroso o me dices la verdad.


— no soy un buen mentiroso.


— lo supuse— comemos en silencio un rato. Cuando la mesera se acerca a preguntarnos si todo esta bien, aprovecho y pido el postre. Oliver también lo pide. No tarda en regresar con los platos: un pastel de chocolate para mí y un tiramisú para él.


— ¿estas molesto?— la pregunta me sorprende.


— no. estaba pensando. Me alegra que me contaras eso, imaginaba que tu no querías ser visto con un chico.


— no, de ningún modo— el pastel de chocolate es suave y muy dulce. Pero el plato que pidió Oliver también se ve increíble, sea lo que sea un tiramisú. Le veo tomar un trozo con cuidado usando una cuchara— ¿Isaac?


— ¿Qué harías si hago esto?— la mesa no es tan grande, así que puedo quitarle la cuchara de la mano y robarle una gran cucharada de lo que tiene. Hago una mueca, el chocolate es muy intenso y esto no me sabe mucho, solo noto un toque de alcohol— el chocolate es muy dulce. Dame más— tomo otro trozo, ahora si me da un poco más el sabor de la harina, licor y café. Le sonrió a Oliver. El me esta mirando, casi con la boca abierta— espero que esa expresión no sea porque no quieres darme.


— tú tienes… tienes una cuchara.


— lo sé— sus ojos van de su plato a mi mano y a mi rostro. Pasan unos momentos, hasta que estira la mano y me quita la cuchara, su cuchara, y la hunde en su postre. No me mira, pero se la lleva a la boca.


— me gusta— sonrió, y ahora si tomo mi cuchara.


 — beso indirecto— murmuro. Se que me escucho porque su cara se pone roja. No dice nada. Yo tampoco digo nada más. por ahora, es más que suficiente para ambos.   


 


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