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Home is where the heart is por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Día 5: Coffe Shop/Cafetería

Ollie frota sus manos otra vez. Olvido su chaqueta y está haciendo frio.  No puedo prestarle una mía porque vamos, él es más grande que yo.


— ¿quieres ir a otro lugar?


— estoy bien. Caminar me hará entrar en calor— me inclino contra él, pegando mi brazo con el suyo y busco su mano para entrelazar mis dedos con los suyos. La calle está llena de hojas amarillentas y cafés debido al otoño, crujen con cada paso que damos— ¿tú no tienes frio?


— ¿si digo que si me darás un abrazo?— le siento reír, pero se detiene y me abraza— Uff, mala idea, no podemos caminar así— siento que me caeré tropezando con mis pies, o los de Ollie. 


— ¿Qué dices?


— suéltame, no está funcionando— me suelta, pero aún me toma de la mano antes de seguir caminando— tu mano esta fría.


— podemos ir a mi casa, o la tuya— no me convence, estoy muy cómodo con esta salida pero tampoco quiero tener a Ollie soportando el clima— o… podemos ir allí— me cuesta entenderle esa última frase que fue más un balbuceo. Ollie está mirando sobre mí,  y cuando me giro lo primero que veo en la calle es una cafetería.


— café… ¡Vamos!


— no te gusta mucho el café.


— pero tienen postres, y esos si me gustan. Además, deben vender té también. Beber algo caliente es justo lo que necesitamos— le sonrió y me estiro para besarle. Sus labios también están fríos— ¿la habías visto antes?


— es la primera vez que la veo. No es una calle que frecuente— y tampoco es que a Ollie le gusten las cafeterías más que para entrar y salir ocasionalmente. Es increíble lo que el frio puede hacer en las personas, por ejemplo, Ollie rara vez toma la iniciativa para invitarme a un lugar nuevo. cruzamos la calle, hay mesas afuera que ignoro ¿Por qué nos sentaríamos afuera si estamos escapando del clima? En otro momento sería un buen lugar.


— ¿quieres sentarte afuera?— le digo, burlándome. Ollie solo sacude la cabeza y abre la puerta. El olor a café y la calidez me hacen suspirar.  Hay una fila de mesas frente a un amplio exhibidor, solo hay dos mesas ocupadas, un par de chicas hablando entre risas y una pareja demasiado demostrativa. Ollie se frota las manos otra vez.


— hola ¿puedo tomar su orden?— la sonriente mesera es tan pequeña que no parece tener la edad para estar trabajando.


— quiero un latte— la pizarra sobre el mostrador tiene tantas cosas que me quedo leyendo, sintiendo la mirada de la mesera.


— pastel de fresa. Y un Té chai, con leche— Ollie me dirige a la mesa más alejada. Estamos junto a una ventana. Las mesas son pequeñas, con sillas acolchadas— ¿Qué piensas de este local?


— ¿Qué?


— sobre su arquitectura.


— tiene unos bonitos arcos. Hacen que las luces resalten— señala al techo, donde colgaron luces navideñas amarillas aunque no es temporada. Supongo que solo es por decoración— no se ve que sea viejo, así que no tenemos que preocuparnos por un accidente.


—¿un accidente?


— que se desprenda el techo, por ejemplo— le miro, esperando que me diga que es una broma, se ría o algo. Está hablando en serio. por reflejo miro al techo.


— vale, eso ha sido más espeluznante de lo que esperaba. No entrare a ningún lugar de la misma manera.


— no deberías. Hay más accidentes de los que imaginas. Rara vez son mortales.


— Wow, estoy alucinando. Que tema de conversación más extraño para una cafetería— Ollie sonríe y se encoje de hombros.


— tú me preguntaste, solo respondí.


— ¿ya no tienes frio?— suelto, y eso si le hace reír. Sonrió, mis cambios de tema no son sutiles en ocasiones.


— no, estoy muy bien ahora— una carcajada de las chicas de la otra mesa nos interrumpe. Tienen una risa muy contagiosa, me dan ganas de reír solo de escucharlas— me recuerdan a mis primas.


— ¿también son ruidosas? O te refieres a su aspecto físico.


— ruidosas. Me molestaban mucho en navidad cuando nos reuníamos en casa de los abuelos.


— Evelyn a veces ríe de esa forma, creo que es común en las chicas. Quieren hacer una reunión esta semana ¿quieres venir?


— Si.


— genial, pasare por ti si quieres o podemos vernos en algún lugar y luego ir, aun no me dicen donde será. Espero que no sea un bar, le perdí el gusto a los bares abarrotados de gente los fines de semana.


— si no quieres ir podemos hacer otra cosa.


— uh, eso me interesa más ¿Qué sugieres?— la cara de Ollie se pone roja, espero que por mi tono sugerente. La mesera se acerca con nuestros vasos. El latte de Ollie tiene la figura de un corazón entre la espuma.  Me quedo mirándolo.


—  si necesitan algo más estaré allá— ni siquiera note cuando me dejo el pastel.


— ¿Por qué tu café tiene un corazón?


— ¿Qué?— Ollie me mira— no lo sé, yo solo pedí un latte. Supongo que es así como lo sirven— y yo supongo que no.


— ya sé que no lo pediste tu— soplo mi propio té ¿estoy haciendo una rabieta por un café? casi me rio de mí mismo.


—  ¿quieres probarlo?— Ollie está muy confundido, y eso si me hace reír.   


— no, está bien— las risas de las chicas siguen aunque ahora son más bajas. Y la pareja sigue en su propio mundo. Me molesta un poco. El pastel de fresas esta bueno,  aunque no es de los mejores que he probado. Ollie mueve un poco su café.


— me da algo de pena moverlo, se va a desbaratar.


— si lo quieres beber eso pasara— finalmente se lleva la taza a los labios. Descubro a la mesera mirando hacia la mesa. No estoy muy seguro de si está mirando a Ollie o yo me estoy montando toda una historia en mi cabeza— el pastel es bueno ¿quieres probarlo?


— ah, si…— Ollie toma la cucharita que tiene, pero yo ya me adelanté y le extendí mi cuchara llena de pastel— Isaac…


— abre la boca— se queda inmóvil, lo que daría por saber que está pensando en este momento ¿tal vez fue demasiado? Desvía la mirada a la ventana, y con la cara aun sonrojada, abre la boca y se inclina hacia el frente— ¿está bueno?


— si.


— te lo dije— no puedo dejar de sonreír. No puedo controlar lo que siento, no quise ponerme celoso de algo que no fue culpa de Ollie, porque sé que él no estaría interesado en la chica, que no se conocen. Pero es la primera vez que veo que alguien le coquetea. le vuelvo a extender la cuchara, aún sigue sin mirarme pero deja que le dé pastel.


— me gusta más el de chocolate.


— Umm, quizá podamos pedir una rebanada de pastel de chocolate otra ocasión. Me gusta el lugar y podría volverme cliente frecuente.


— ¿en serio?


— ¿Por qué no?— ahora yo como del pastel— más importante, no me dijiste que podríamos hacer si no vamos a esa salida.


— no tengo nada planeado— dice, rápidamente. Le miro.


— ¿seguro?


— muy seguro.


— entonces ¿puedo hacer los planes por ti?... no, no me gusta. Siento que todo lo que hago es obligarte a hacer lo que yo quiero. Abre la boca— le extiendo otra vez la cuchara, esta vez sí me mira, y sonríe— esto no cuenta, es solo pastel.


— si tú lo dices.


— solo di lo que quieras hacer. sí es complicado podemos planear juntos algo— eso me gustaría— podemos ir a un acuario, o al zoológico.


— no al zoológico.  


— bien, aun si es solo ver películas en el sofá comiendo pizza y palomitas está bien ¿sabes? También me gustan las series y las palomitas.


— voy a pensarlo— ahora yo hago una mueca. Ollie sonríe, se lleva la taza a los labios para ocultarlo— quiero más pastel— miro mi rebanada. Ya solo queda la mitad de lo que tenía.


— es mío, compra uno si quieres— la carcajada de Ollie suena más fuerte que las chicas, y sin duda llama la atención de los demás. No me giro para ver si voltean o no— ya, solo bromeaba con lo del pastel— le extiendo la cuchara de nuevo— ¿Por qué no pediste un postre?


— ¿también quieres que te de comer?— aún no respondo y ya me quito la cuchara. Hace un pequeño desastre en el plato cuando toma el pastel, no me importa mucho cuando me lo está ofreciendo.  Aún estoy saboreando el dulce en mi boca, Ollie me sorprende con su otra mano, un dedo que pasa por mi mejilla dejándome una sensación fresca y pegajosa. 


— ¿¡Ollie!? ¿acabas de…? ¿me pusiste betún en la cara?— y se está riendo. Me limpio con una mano y con la otra hundo los dedos en el betún e intento alcanzar a Ollie. A él le resulta muy fácil detenerme, pero no me rindo y casi me subo a la mesa, entre risas, para vengarme. Al final termino con mis dos manos atrapadas.


— parecemos niños.


— tu empezaste— Ollie se ríe. Como estoy inclinado hacia él, me inclino más— pero ¿a quién le importa lo que parecemos?— le beso. Pienso en que ahora nosotros estamos dando el show de novios pero no me importa. Mis manos se sienten libres, las muevo y sujeto el rostro de Ollie. Él se aparta, luego se ríe. Sus mejillas tienen el betún de mis dedos. Sonriendo satisfecho, regreso a mi lugar. mi cara no debe estar mejor que la de él.


— eso fue trampa.


— no hay reglas… espera— me levanto y camino hasta su asiento. Me siento encima de él y nos enfocó con mi teléfono.  Mi mejilla y mi nariz tienen betún, las mejillas de Ollie también— es una foto linda, lo pondré de fondo de pantalla— la mano de Ollie se aferra a mi cintura, y como estamos tan cerca, me besa otra vez.


Es un beso dulce de fresas y café. 


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