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Ella y su mundo. por Rather be

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Capitulo 2. 

 

El uniforme era bastante decente, una camisa color azul con un cuello largo de color blanco que caia por sobre mi clavicula. una falda del mismo color qué la parte superior. y un delantal de color blanco cubriendo desde la cintura hasta la mitad de la falda. 

Lo primero fue abrir el armario y sacar varias cosas. y adentrarme en aquel baño junto a la habitación de la misteriosa hermana de Isabel. Ya qué aún desconocia su nombre. 

 

Isabel estaba en la parte superior y me pidio qué no la interrumpiera. Supongo qué la niña estaria haciendo lo mismo en la cocina, ya qué le dijo a su tia. Qué se quedaria un rato más jugando, hasta la hora del almuerzo. 

 

Debía apresurarme. Ingrese al poco higiénico baño, con una bolsa grande de desechos, tire todo lo qué veía, cajas vacias de pizzas,  asquerosamente condones usados, y una cantidad abrupta de botellas, dentro. 

junte la ropa en otra bolsa y los deje fuera del baño. tras cerrar la puerta abir la ventana y sin dudarlo tire baldes de agua con lavandina, por todo el lugar y luego con un limpiador deje impecable el suelo de “mugre”. con un desinfectante repase el resto.

No era mucho, pero luego de un rato secaría.

con las dos bolsas en mano sali rumbo hacía la lavadora y secadora autonomaticos. La ropa la dividi por color, porque ya cometi ese error antes.  Lo más delicado, lo lavaria a mano. Después de todo en el patio habia un cobertizo donde habia un lavamanos más rústico y demás cosas útiles. Camino hacía fuera, la veo a la niña hablandole a sus muñecos, y tomando un té imaginario. 

 

Abro la puerta del cobertizo y de la nada mis piernas sienten un peso extra. no podia moverme. la niña malcriada se habia sujetado tan fuerte qué no me dejaba dar un paso más. 

-ehm, pasa algo?

- no. 

-podrias dejarme entonces. tengo qué lavar unas cosas y necesito llegar ahi. Le apunto con la mirada - vamos sera un segundo. La niña me mira, pero no cede. ¿Podre golpearla? No. definitivamente iria presa. suspiro y luego le susurro. 

-sí no me sueltas tu tia, se pondra muy enojada. Y no queremos qué pase eso verdad?

- está bien.

 

la niña se suelta muy poco convencida. No tenia tiempo para esto. pero ya qué la niña no se fue de mi lado, es más tocaba todo. ¿Por que hacen esos los niños?

 para distraerla le saque un tema de conversación. 

 

-entonces… qué quieres comer hoy?

- hamburguesas!

-¿con queso o sin queso?

- con queso

- ¿con tomate?

- Sí! sí!. 

-Bien

 

Un viento frío, y poco amigable cerró la puerta tras nosotras. Después del abrupto golpe, la niña se asustó y dio un grito de terror.

-está bien… está bien, mira puede abrirse de nuevo. Sal así puedes seguir jugando con tus muñecos.

-No quiero, tengo miedo.

-sólo fue el viento, ... el cielo estaba comenzando a oscurecerse y un fuerte viento movía las hojas de los árboles de alrededor del cobertizo un tanto espeluznante.

-Escucha, escúchame vicky…¿Qué te parece sí vas juntando tus muñecos así los metemos a la casa? lloverá en cualquier momento y no queremos qué se resfríen, verdad?

-ok

 

Deje las cosas en su lugar y acompañe a la niña. Lo qué menos necesitaba en este momento era una niña qué estuviera llorando. 

 

De camino a la puerta empezó a llover, corrí junto a vicky, por suerte la llovia sólo me mojo un poco. Vicky y sus peluches estaban cubiertos por el mantel y secos.  

Literalmente habían pasado 10 segundos. 

Hoy se suponía qué era mi día. 

 

Dejé a la niña en la cocina, mientras me familiarizaba un poco con los utensilios. empecé a cocinar las dichosas hamburguesas. Eran poco más de las 12. No me perdonaría qué el primer día hubiera un error. hice suficiente como para tres. aún cuando ninguna estaba presente en la habitación como lo dijo Isabel. 

 

Isabel, 

Dios, aún...

aún no caigo en lo qué está sucediendo.  

Sólo fue un segundo en la qué nuestras miradas se encontraron.  

Sus ojos café de nuevo me mostraban aquel brillo. Aquella chispa qué vi aquel dia.  

pero era imposible verdad? ella es tan… y yo soy tan…

Cuando vi qué abrió la puerta, parecía como sí nada más existiera. se detuvo el tiempo.

Sus cabellos estaban atados por una pequeña cinta de color roja. Alrededor de su rostro le caían tres mechones locos rizados. Qué la hacen increíblemente atractiva. 

Sí. lo admito. Estoy totalmente colocada por ella. 

Cuando la vi de pie, esperando a qué entrara. Dios!

¡Qué vestido! de color rojo muy ceñido al cuerpo. 

Medirá… ¿cuánto 1.75?. Si, y qué elegancia. Admito qué cuando me mostró el segundo piso deje qué subiera primero las escaleras para mirarle…

¡Ay qué estoy pensando! ¡Paula concentrate! 

 

Bien, ahora ¿qué?

Miro por la ventana la tormenta estaba empeorando, de dos pasos cierro las cortinas y le enciendo la tv, a Victoria qué estaba justo a mi lado mirando como realizaba mis tareas. 

Una vez que me saqué de encima a la niña, preparé la mesa, y trasladé los dibujos a un lado, donde no pudieran ensuciarse por accidente. 

 

El dibujo era sobre tia Be, Vicky y Má. 

 

La curiosidad no me dejaba tranquila, hacía más de unas 5 horas qué estaba en la casa y aún no sabía nada. Tampoco había nadie con quien hablar. Excepto Vicky claro, pero…el viento y un trueno bastante fuerte, la tenía aterrada. 

 

le puse la cena en la mesa, la llamé y en silencio la vi comer. 

-¿Qué tal está?

-Rica.

 

Un rápido correteo por la casa y un par de golpes, me puso en alerta. De repente la puerta se abrió y entró una mujer semi desnuda, con apenas unas bragas diminutas cubriendo su zona íntima. Los cabellos revueltos, descalza y sin nada qué la cubriera en la parte superior.

 

-Ya despertaste mami!-

-Shh, cielo, a mami le duele la cabeza. bajito- susurra mientras toca la cabeza de la niña.

La mujer se da cuenta de mi presencia y me mira. 

-¿Y tú quién eres?

-Paula, me contrataron hoy.

-Ah, está bien- eleva los hombros, toma el plato de la cocina ya preparado y se sienta junto a Vicky. 

No veía motivos para quedarme ahí. 

-Sí necesitan algo más, estaré en la cocina.-susurro mientras ya caminaba hacía allí. 

No sabía qué me sorprendía más, la total indiferencia de Vicky por tener qué ver los pechos de su madre, ebria, o el hecho de qué la niña estaba tratando de animar a su madre a comer. 

-Deberías llevarle el plato a su oficina, ella no baja ni comparte su preciado tiempo con su familia. Procura qué se lo coma. 

-de acuerdo- digo mientras me pongo en marcha. 

 

En un bandeja, junto al plato, un agua, unas servilletas y los cubiertos. 

golpeo sólo una vez.

escucho su voz del otro lado.

-Pasa!

-el almuerzo.-susurro mostrándole la bandeja.-no sabía qué debía traerlo aquí.

-No te preocupes... ¿mi hermana está despierta? me sorprende son las 14!!.- de un salto empieza a ponerse como loca. -Ay no, no.. se me hace tarde para la reunion!! Maldición-gritó mientras recogía sus cosas y salía velozmente por la puerta. 

 -Escucha… Paula- se asoma por la puerta- come tu y luego nos vemos sí?... -dice mientras se coloca los zapatos y se retoca frente al espejo del pasillo- Ah y prepara a Vicky para su siesta. Le gusta qué le lean un cuento- me señala una pila de libros infantiles cerca de su escritorio- elige cualquiera y por favor!! en serio… ignora a mi hermana ¿sí? ¿Sólo déjala estar si?- su mirada cambió.

-entendido.

Sale corriendo, a los pocos segundos, un motor de auto de ultra gama se escucha en el patio, de un acelerón sale y se aleja hasta qué de mis oídos desaparece. 

 

-¡Cielos! ¿qué le dijiste a mi demente hermana para qué saliera así?

-tenia una reunion-

-con quien?

-no me dijo-

-Entonces Paula, y bien ¿qué te parece mi hermana?

-agradable-

-Aja ¿y?-

-Nada más-

-Umm ¿no eres muy conversadora verdad? Cierro mis ojos, no puede ser ¿donde había escuchado eso antes?

Me acerco a la cocina mientras lavo los trastos, devoró la hamburguesa, no me había dado cuenta de lo hambrienta qué me encontraba. 

-por dios mujer, sí te puedes tomar tu tiempo comiendo. Ven siéntate.

-lo siento, pero no tengo tiempo. debo realizar muchas tareas qué tengo. 

- relax, no le hagas caso a mi hermana. Ella tiene un ritmo de vida acelerado, pero no hay porque acelerarse también.

-no se llevan bien eh?

-La amo, pero a veces siento que está bastante lejos de ser mutuo.-se queda en silencio y suspira. Luego golpea sus manos y mientras sonríe dice lo siguiente -En fin lo hecho, hecho está. Te encargas de Vicky eh! bye.

 

Y desaparece de la cocina.  Vicky qué estaba a un lado mirando como caen las gotas por la ventana. Sonríe cuando compartimos miradas. 

 

-bien, ¿me ayudas?- digo mientras extiendo mi mano para tomar la suya. 

-ok.

 

No me arriesgaría a qué las cámaras de seguridad de la casa. Me filmaran y me dejarán tildada como vaga. 

porque se qué existen..

 

Entonces comencé la segunda tarea pendiente. Ahora qué el día estaba arruinado y la ropa no secaría. Me decidí por las habitaciones. 

El segundo piso tenía como dije antes, la habitación de la niña, la habitación de Isabel, su oficina y dos baños. 

No me llevo mucho tiempo, la habitación de Isabel estaba bastante prolija, tendí su cama, limpie su alfombra, tire un poco de desodorante ambiente.

Su escritorio tenía dos o tres papeles qué acomode dentro de una carpeta. Vacíe su tacho de basura. Cerré la ventana qué daba al patio, ya qué la lluvia entraba. seque el agua del suelo. 

 

En la habitación de la niña se complicó un poco más. 

Ya qué la condenada no paraba de saltar, cantar, gritar y ya mi cabeza estaba qué iba a estallar. 

Le propuse un trato, la dejaría escuchar su música y vería como baila ya qué había traído su ropa de danzas de no se donde. Y no paraba de gritar hace diez minutos al respecto. Sí me dejaba terminar de acomodar sus cosas y limpiar su baño.  

Cedió, pero eso no impidió qué fuera un dolor de cabeza. 

En no más de una hora, ya estaba todo listo. Limpieza y show a partes iguales. 

Como Vicky se la pasó tan bien, y ya era hora de su siesta le di un baño. la cambien, le sequé el pelo, luego le cepille el pelo y la prepare para dormir no sé dos o tres horas tal vez?.

 

El problema era la otra persona qué quedó en la casa. Que se paseaba desnuda por la casa. No me malinterpreten, pero tiene un cuerpo que deja sin aire a cualquiera. Pero por dios, si me lo hubieran mencionado antes, me ahorraría está situación. 

 

desciendo por las escaleras, y me acerco a la oficina, ahi estaba milagrosamente vestida con unos lentes de marcos negros, un poco anchos y poco elegantes. Ella me mira y me dice que continúe a la habitación. 

 

Luego de tres horas, el tiempo justo para despertar a Vicky, aparece en la puerta. La dichosa madre.

 

-wow, excelente trabajo. Le diré a mi hermana qué te quedes con nosotras. 

Yo qué aún terminaba de recobrar el aliento, transpirada y agotada, me limité a asentir con la cabeza. 

-Puedes utilizar cualquier baño para asearse. Qué te explotemos no significa qué debes estar sucia. Tomate tu tiempo, sí dulzura?

-por favor, no me llame así- dije tratando de recuperar la respiración. Sí estaba agotada y no toleraría apodos. 

- ¿por qué no? sí eres una dulzura.- se acerca a mi oído derecho y susurra- te he visto como has mirado al suelo o mi bello rostro, tratando inútilmente de no mirarme los pechos ni el trasero.  

-Yo… no vi nada- 

-cuanto más lo niegues menos te creo- dice sonriente mientras se lanza sobre la cama y me mira. 

-Bien. entiendo. ¿Qué es lo qué quiere, señorita?- endurecí mi rostro. Ya no puedo más con esto. Sí quería chantajearme adelante. 

Suspiro resignada...Adiós a mi primer día tranquilo y en paz. 

-Virginia me llamo, ¿cómo puede ser qué no lo sabías? Luego hablaré con mi hermana.- el monólogo de la mujer está me estaba cansando. 

Trato de salir de la habitación, pero ella se interpone ya que de un salto, se cruza en la puerta y toma mis manos. 

-Ven hagamos un trato- dice mientras aún me sujeta de las manos y me lleva hasta la oficina. 

No tenía un buen presentimiento, pero aún así la seguí. ¿Tenía alguna opción?

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Caída la tarde, Isabel llega a casa. Estoy ahí junto a la puerta, recibo sus cosas, entre las qué se encuentran: cartera, llaves, calzado, abrigo y paraguas mojados.

-¡Odio los días lluviosos!- dice mientras se va quitando la ropa y queda en ropa interior justo frente mis ojos.  

¿Qué le pasa a está familia y la ropa?

Mira alrededor y como no ve a nadie. se acerca y me pregunta la pregunta del millón.  

-Espero que mi hermana no te haya hecho sentir incómoda.  

-No, para nada. 

-Ja, seguro- dice Isabel girando los ojos. 

-bueno deberia retirarse ya, es tarde y...

-Espera.....-se acerca y con un gentil roce coloca su mano sobre mi hombro.

-Descansa.. a una cosa más Paula, no te enamores de ella ¿está bien? Sólo saldras lastimada. Lo sé. 

Asiento con la cabeza, mientras en silencio ambas estábamos mirándonos a los ojos. Abrí la puerta y salí de esa casa. 

Primer día completado. pero ¿A qué costo?.


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