Estoy detrás de este aburrido escenario, escuchando el ruido de personas insoportables que me molestan.
Teniendo que usar este tipo de ropa, que claramente me hace lucir bien, pero no es mi estilo para nada andar de traje no es lo que considero lo mejor del mundo.
Tener que guardar silencio gran parte de tiempo, para que instrumentos molestos suenen, aburriéndome de lo lindo.
Comportarme adecuadamente a la situación y educadamente con los demás.
Aunque me gusta a veces solo mirarlos con mi hermosa sonrisa, que por alguna razón dicen que les doy miedo.
¿Qué va?
Si soy muy agradable.
En esos momentos me da tanta risa, cómo reaccionan, simplemente me gusta jugarles bromas con mi apariencia.
Obviamente debo lucir como un “Matón”.
Es mi trabajado mantener el orden y seguridad, bueno… Solo de una persona.
Las luces comienzan a apagarse, las personas por fin saben que deben callarse, apagar sus celulares y estupideces.
Posan sus ojos al frente justamente donde el escenario es iluminado, para dejar ver a alguien, a una persona que... Es a quien debo proteger.
-Wow, el joven Degel… Es maravilloso-
-Sí, sus melodías son preciosas-
-No solo eso, sino que él es completamente perfecto-
-Ja, ja, ja, sí que lo admiras-
Escuchar a esas mujeres, que una piense que tiene oportunidad con él, ja… No me hagan reír.
Mi vista la dirijo hacia donde estas.
Tocas el piano tan bien, esa música que haces, es suave y relajante… No es precisamente de mi agrado lo clásico, pero tú, por alguna razón lo haces bastante agradable para mí.
Tus cabellos verdes, sueltos, que se mueven con los que haces al momento de presionar esas reglas o lo que sea…
Los ojos violetas que posees, fijos en tus manos, los lentes que usas no te molestan, de seguro estás acostumbrado, cuatro ojos.
¿Por qué me debo fijar en ese gesto que haces?
Abres siempre ligeramente la boca…
¿Entiendes que eso es tentador para cualquiera que pueda verte de cerca?
Es verdad, me molesta tanto que muchos te vean como un simple objeto de deseo y tentación…
Ja, ¿Pero qué digo?
Si yo te veo igual.
Aunque yo por nada del mundo te dejaría ir, quiero que me pertenezcas, sin embargo, no me miras de esa forma, y no puedo estar molestándote todo el tiempo.
Temo que algún día te artes de mí, y decidas por lo cual reemplazarme con otro.
¿Por qué siendo un simple guardaespaldas, sueño tan alto?
Al menos este trabajo me da la oportunidad de estar cerca de ti… Tengo el privilegio de llevarte a casa, cuidarte y acompañarte a todo lugar que desees ir…
No cualquiera lo puede hacer.
Alguien tan importante como tú, con ese talento y seducción, no debería ir jamás solo…
Me he quedado tanto tiempo viéndote, que ni me he dado cuenta cuando todo se ha acabado, escuchando los aplausos de aquellos que han venido a escucharte tocar las piezas necesarias para este evento.
Levantándote de tu asiento, con una tenue sonrisa, les agradeces su presencia.
Y el telón baja.
Con lo cual al fin puedo verte de frente, caminando directamente hacia mí.
Claro que no me hago ilusiones, lo haces por que debes salir del escenario por este lado, sin embargo quiero tu atención.
-Cuatro ojos, lo has hecho bien- Te demuestro una sonrisa, y te doy una botella de agua, pensado que debes tener sed.
-Kardia…- Al parecer quieres decirme que no te diga asa, pero en vez de eso, solo suspiras y aceptas lo que te doy, para abrirlo y beberlo.
No me equivoque, tienes sed.
Me gusta verte hacer eso, tus ojos cerrados, concentrado en una acción tan normal, noto que algunas gotas de agua salen de las comisura de tu boca.
Es demasiado sexy este espectáculo…
Oh Degel, ¿Qué pensarías, si supieras que te quiero llevar a mi cama y acerté gemir mi nombre toda la noche?
Tranquilo, no ataría tus manos las necesitas para tocar, pero… Aprisionaría tus muñecas con mis manos sobre tu cabeza, para hacerte mío.
No te dejaría escapar…
-Vamos, quiero volver a casa pronto- Me dices con un tono de voz tranquilo.
Ya te has despedido de quienes debías, saludaste a las personas que se te indica y tu trabajo ha concluido.
Ahora el mío sigue, llevarte hasta tu hogar, protegerte de los locos fans que te deben estar esperando afuera…
¿Cómo a tantos les puede agradar la música clásica?
Simplemente no lo entiendo.
Aun que se puede decir que luces serio y reservado eres tan amable con todos, les dedicas sonrisas con tranquilidad y por eso eres tan admirado.
-Bien, el chofer debe estar ya esperándote…- Hablo sin mucho interés, aunque mi sonrisa se mantiene de forma discreta.
-Por favor, no empujes a los demás con tanta brusquedad- Me pides que sea amable con los locos que a veces se quieren acercar de más…
Ja, eso no lo puedo permitir, debo manteneros lejos de ti tanto como pueda, eres importante para mí, y no solo porque sea mi trabajo protegerte.
-Lo siento Degelcito, pero no me contrataste para ser amable, sino para cuidar de ti- Respondo con burla, pues va contra mi naturaleza tratar bien a los demás.
-Mínimo inténtalo, no me gustaría que piensen que eres una mala persona-
Muy bien, eso sí que no lo esperaba…
-¿Porque te importaría como me ven o piensan los demás de mí?- Confundido por esas palabras tan curiosas.
Al parecer que te haga esa pregunta te ha hecho sobresaltarte de repente, girando tu cabeza hacia otro lado para que no te vea.
¿Acaso te has sonrojado por eso?
Degel, ¿Qué es lo que te está ocurriendo ahora?
-Oh, al parecer te importo tanto que no quieres que me vean como el lobo del cuento, ja, ja, ja- Lanzo mis carcajadas sonoras, mientras tú solo parecer enfurecer más.
Acomodándote esos lentes, frunciendo el ceño, quieres callarme –Eso no es cierto. ¡¡¡LO QUE QUIERO ES QUE NO ASOCIEN MI IMAGEN DE PIANISTA, CON UN HOMBRE CON CARA DE LOCO!!!-
Luces tan lindo cuando te avergüenzas, y más cuando te enojas, te hago desatinar.
Me gustas Degel, eres radiante y precioso…
¿Por qué no eres mío de una vez?
Después de caminar dentro de ese edificio, llegamos hacia la puerta en donde sé que te están esperando algunos de tus fans…
Debo verme intimidante como siempre, para que habrán pasó.
Mientas te dedican palabras de ovación… Diciéndote lo fabuloso que eres, lo genial y guapo…
Tsk, me enferma todo eso…
Tu les sonríes, agradeces, algunos sacan fotos cerca de ti, aunque no te puedes detener, tu andar es más despacio para complacerlos…
Eres demasiado atento con ellos, me pongo algo celoso, me molesta, pero es tu trabajo y el mío es ir cerca de ti para protegerte de cualquiera.
Sin embargo algo sucede… En esta ocasión alguien está mirándote más de la cuenta, puedo ver de reojo a esa persona que se nota sospechosa entre la multitud.
Está lejos de ti aun, pero… Su forma de andar, puedo entender que quiere llegar a ti…
Estaré alerta, no estamos lejos del auto, estando dentro estarás completamente a salvo.
No logro ver ese rostro que posee, su capucha lo cubre bien, igual que el color negro que usa, no lo perderé de vista, si debo defenderte lo hare, es obvio… Pero no porque sea mi trabajo, sino porque deseo hacerlo.
-Gracias a todos por venir- Hablas con suavidad, dedicándoles a todos una sonrisa.
-Degel, eres el mejor-
-Que guapo-
-Tocas como los ángeles-
Bla, bla, bla… Palabras estúpidas que te dicen, Tsk…
¿Porqué de ellos, si son aceptados esos halagos?
Y ¿Por qué de mí, te enojas si digo algo así?
Asientes con la cabeza tan tranquilo, tu traje de color violeta oscuro, te queda bien…
Me recuerda a algo eso… Pero…
Por distraerme con algo tan idiota, que no era el tiempo… Esa persona que actuaba sospecha se acerca a ti.
La velocidad con la que actúa es sorprendente, sujeta tu muñeca izquierda con suma fuerza, sorprendiéndote a ti y a todos los demás.
Incluso yo no pude hacer nada por detener que te sujetará.
-Pero, ¿Qué?- Rápidamente replicas, e intentas zafarte, girándote hacia esa persona.
Me molestó tanto que alguien te esté tocando de esa manera, que voy directamente contra él…
Y es allí que su capucha se cae, demostrando quién es en realidad…
Ese maldito sujeto de nuevo…
Quien se obsesionó contigo, creí que ya estaría lejos… Pero… Volvió, no dejare que te haga daño.
No será rival para mí, con mis fuerzas, lo alejo de ti, dándole un golpe con mi antebrazo en el cuello, necesito que primero te deje libre, lastimarte por un jaloneo no es siquiera opción.
Sé que no debería siquiera hacerlo, pero sujetarte por la cintura, para atraerte a mí, seré tu escudo sin importar que pasa.
Obviamente tengo permitido usar armas de fuego, estoy trabajando, la gente se alarma y claramente se aleja para no salir heridos.
No dudare en tirar del gatillo si es necesario, aunque no sería suficiente para matarlo.
Se compone nuevamente, no fue suficiente para derribarlo, debo admitir que también posee algo de fuerza física, pero eso no me intimida, si debo salvarte.
Sonrió, emocionado por tener la oportunidad de darle fin a un imbécil como ese.
Ese imbécil rubio, con una cara más desquiciada que la mía, obsesionado con herir a Degel, solo porque no acepto sus sentimientos.
Es una persona importante en la alta sociedad, pero se ha rebajado a querer hacerle la vida difícil a mi Degel.
No era la primera vez que nos enfrentábamos, sin embargo, sentía que si sería la última vez…
En su mirada puedo ver, ese deseo y sed de muerte… ¿Acaso piensa…?
-¡¡¡RADAMANTHYS!!! ¡¡¡¿QUÉ ES LO QUE QUIERES AHORA?!!!- No tienes por qué dirigirle la palabra, no merece siquiera.
-Te dije que no te dejaría ir tan fácilmente- Responde ese sujeto, observándonos con esos malditos ojos oscuros.
-Ja, ¿Desde cuándo te pertenece?- Respondo con mi falsa sonrisa, que esta vez estoy enfurecido… Lo quiero acabar -¡¡¡DEGEL, NUNCA HA SIDO TUYO!!! ¡¡¡ASÍ QUE LÁRGATE!!!-
-Si no es mío, no será de nadie- Esas son sus palabras, dirige sus pasos hacia nosotros.
No le daré advertencia alguna, disparo, asustando a los demás, incluso a Degel, el cual en vez de alejarse como los demás, ir de nuevo al teatro aún permanece a mi lado.
Idiota, debes protegerte, mientras yo lo detengo…
Sé que le dispare, pero no se detiene.
¿Acaso consumió algo para que no le afecten los disparos?
Puedo ver algo destellando entre sus manos, que no parecer detenerse, quiere llegar hasta Degel, incluso no se detendrá con heridas de esa índole.
Lo entiendo, quiere…
Sin pensarlo más, empujo con fuerza a Degel lejos de aquí, sé que está mal que siquiera lo pensara, pero debía hacerlo, alejarlo, para que ese idiota no lo toque, pero… Me termina dando a mí.
Soy fuerte, pero nadie que está en sus cinco sentidos, es incapaz de sentir dolor cuando un cuchillo atraviesa la carne de su abdomen.
Aun con ello, no me detendré.
Se dio cuenta que me ha dado a mí, y quiere seguir con lo que pretende, pero no lo dejare, sostengo su mano que aún está hiriéndome, me burlo de su idiotez, pues mi arma lo apunta directamente hacia la cabeza.
El disparo suena, no me importa asesinar con tal de proteger a mí cuatro ojos…
Al fin de cuentas, es el trabajo de un guardaespaldas entregar todo por quien trabaja, aunque… No solo es por eso…
-¡¡¡KARDIA!!!- Escucho tu voz asustada.
Duele un poco… Siento la sangre escurriendo de mi herida, fue mala idea que sacara ese cuchillo, la hemorragia no se detendrá…
Mi cuerpo tambalea, siento que caeré en cualquier instante…
Mi vista se está tornándose oscura, un frio raro me está recorriendo, me siento bien, pues ese loco no se te volverá a acercar.
Estas a salvo, no permitiré que llores… Pero es difícil decirlo, si de mi boca está brotando sangre…
Te has acercado a mí, me estas sujetando con tus brazos.
¿Cuándo fue que caí también?
-Oye… Si… Me sujetas así… Te mancharas…- Como siempre, mis bromas no pueden faltar, aunque creo que ni son graciosas ahora.
-Estarás bien…- Me dices esas palabras, que apenas puedo escuchar.
Me siento como un idiota, solo un cuchillo logro hacerme esto, pero creo que fue muy grande, atravesó más que mi carne, mis órganos… También están sangrando, no sé si estoy en lo cierto…
Sin embargo…
-No llores… Degelcito… No te queda bien…- Sonrió al verte tan cerca de mí, es mi privilegio por protegerte –Sin tus lentes, luces más lindo… ¿Lo sabias?-
Claro que te desconciertan mis palabras, pero… Creo que es lo último que puedo decir…
Mis ojos se cierran y no escucho nada más…
Solo siento, como algo helado cae en mis mejillas.
¿Son tus lágrimas?