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Una Flor Para Tony. por Sabaku_No_Akemi

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Notas del fanfic:

Hola a todos!!!

Despues de mucho tiempo me he animado a volver con esta historia que no solo he añorado poder escribir, si no que también ame.

Y asi como yo la amé espero que ustedes pudean hacerlo también...

Notas del capitulo:

Disclaimer: Como todos ustedes saben, ninguno de los personajes aqui descritos me pertenece, yo solo los utilizo para mis locas ideas.

La enfermedad de Hanahaki es una enfermedad nacida de un amor uniteral (o no correspondido), donde el paciente lanza y tose pétalos de flores cuando sufren un amor no correspondido.
La infección puede ser removida o eliminada a través de una cirugía donde se deshacen de la flor desde la raíz llevándose consigo los sentimientos para siempre.
O en algunos casos se puede curar sin efectos secundarios sólo cuando los sentimientos comienzan a ser mutuos.

Si alguien se hubiese tomado el tiempo de preguntarle a Peter que es lo que más le gustaba de la época navideña, habría respondido sin dudar el clima, y no es que las luces parpadeantes o los santas esparcidos por la ciudad pidiendo donativos para las buenas causas no lo llenaran de alegría; pero, por alguna razón ver a la gente en un grueso abrigo, con coloridos gorros y algunos creativos guantes, correr de un lado a otro le causaba cierta sensación de calidez.

Diciembre era el mejor mes para disfrutar de un café o un chocolate caliente mientras se tomaba la libertad de imaginar que es lo que contenían las cajas perfectamente envueltas que llevaba la gente que pasaba delante de él. Quizás la muñeca con la que soñaba alguna pequeña, o el mejor amigo de felpa que tendría algún pequeño por el resto de su vida ¿Habría algún cachorro debajo de algún árbol este año? Sabía que estaba mal tratar a los animales como juguetes, pero también sabía que muchos solitarios pequeños encontrarían esperanza y compañía en un peludito ser que les regalaría todo el amor que merecían.

Navidad significaba esperanza y unión según su tía May y aunque una gran parte de él pensaba que también significaba consumismo, su parte romántica le obligaba a pensar en que estas eran las fechas perfectas para dar la excusa de reunir a la familia.

Una sonrisa escapo de sus labios al ver a un pequeño y muy emocionado niño aferrarse a unas hermosas rosas cuando pasaba delante de él, mientras sostenía fuertemente la mano de su madre.

-          ¡Mamá! ¿Crees que a la abuela le gusten las flores? – dijo el pequeñito con alegría en un tono bastante alto, mostrando así sus buenos pulmones. - ¡Yo solito las corte para ella!

La amable mujer se detuvo un instante para arrodillarse frente a su niño y volver a reacomodar el gorro color azul en su pequeña cabeza.

-          Yo creo que la hará muy feliz tu regalo mi amor – dijo ella con calma pasando ahora a revisar el cierre del abrigo del pequeño. Ante las palabras de su madre la sonrisa del niño se ensancho, provocando el mismo efecto en la mujer.

Peter se encontraba tan absorto en la escena que no le dio tiempo a reaccionar cuando un nuevo ataque de tos llego. Las ganas de vomitar lo invadieron y sin tiempo de haber tomado su pañuelo la sangre que salía de su boca salpico toda su mano, manchando de paso la manga de su chamarra. Para cuando pudo recuperar un poco el aire Peter noto que el té de menta que había estado tomando hacia un momento atrás se había derramado sobre la acera, por lo que con un suspiro y una expresión de resignación tomo el vacío vaso entre sus manos.

La gente iba y venía, por desgracia, aun con los constantes ataques de tos que el joven de cabellos castaños estaba experimentando nadie reparaba en el chico que estaba sentado en la parada del autobús.

Peter comenzaba a perderse nuevamente en sus pensamientos cuando, inesperadamente alguien coloco un vaso de unicel frente a su rostro, al levantar la vista sin entender muy bien que estaba sucediendo se encontró con el serio rostro de una chica castaña quien le estaba tendiendo una bebida.

Sin saber muy bien que debía hacer o quien era ella tomo lo que le entregaba con una tímida sonrisa murmurando un avergonzado “Gracias”.

Al dar su primer sorbo, Parker descubrió que se trataba de chocolate caliente, por instinto coloco sus manos alrededor tratando de obtener la mayor calidez posible del vaso, mientras tanto la desconocida se sentaba al otro extremo de la pequeña banca que el estudiante había estado ocupando.

-          Trabajo en la cafetería de enfrente – dijo la mujer de pronto.

Fue entonces que Peter se tomó el tiempo de volver a analizarla. Era joven, no tanto como para ser una adolecente, pero sin dudas era joven. Su corto cabello castaño le hacía lucir unas mejillas más redondas de lo que había percibido en un primer instante, y aunque su expresión era seria pudo percibir ese toque amable que estaba seguro tenia.

-          Seguro es una mesera-  pensó – Gracias por el chocolate, mi té tuvo un accidente – admitió el chico.

-          Lo se… Aunque ya debía estar helado – la “mesera” señalo la barra de la cafetería, como queriéndole decir cómo es que lo suponía - llevas más de una hora aquí.

-          Yo… - Parker rápidamente se sitio avergonzado al verse descubierto. Había pensado que el bullicio de la ciudad lo volvería invisible.

Las arcadas lo atacaron nuevamente, esta vez la chica fue más rápida y logro entregarle un pañuelo mientras trataba de ayudarlo a respirar correctamente.

Vomitar fue inevitable, los grandes pétalos rojos salían de la boca de Peter provocándole una horrible sensación de ahogo. Si tan solo la flor que escupía fuera más pequeña no dolería y lo sofocaría tanto ¿Por qué no habían podido ser flores de manzanilla? ¡La manzanilla era buena para la salud! Aunque si escupir flores estaba siendo una sentencia de muerte no veía la bondad de la misma.

-          Nochebuena… -susurro ella mientras lo ayudaba a incorporarse.

-          Qué rápido pasa el tiempo, ¿no? –Peter trato de lucir alegre y bromear un poco para restarle importancia a la situación. – Ya es 24 de Diciembre.

-          Hablo de las flores…

No fue necesario decir más. Ella podía sentir la delgadez que el chico ocultaba tras la gruesa chaqueta, suéteres y bufanda, así como también pudo distinguir las pronunciadas ojeras ocultas tras un mal maquillaje. Incomodo, Peter trato de distraerla.

-          ¿Sabías que los mexicas la utilizaban en sus rituales para sus guerreros caídos? – La voz del castaño sonaba rasposa debido al esfuerzo de seguir hablando después del vómito.

La mesera lo incito a beber un nuevo trago del chocolate. En ese momento se comenzó a preguntar si el agua no era mejor opción.

-          No es común encontrar a alguien tan tonto que padezca de hanahaki, al menos no a este nivel. – El suave cabello de la chica se meció al mismo son que tocaba el viento mientras hablaba.

-          Ese soy yo. El idiota más grande que algún día conocerás – Declaro Peter con burla al mismo tiempo que la castaña volvía a acomodarse a su lado en la banca.

-          ¿Cuánto tiempo…? – La expresión de ella era claramente de interés cuando se animó a preguntar, aunque al momento se vio arrepentida. - ¡No tienes que responder si no quieres hablar de ello!

El estudiante negó suavemente antes de atreverse a hablar.

-          ¿…Me queda? No mucho ¿O te refieres a cuanto llevo así? – antes de que su acompañante pudiese responder continuo hablando – Desde que cumplí 16.

Ella no sabía cuál era la edad actual de Peter, pero debía suponer que eran alrededor de 4 o 5 años.

-          ¿Cómo resististe tanto? – pregunto dudosa, ella sabía que no era común soportar tanto. Por eso es que más del 98% de personas prefería operarse.

-          Medicamento… - Peter contuvo un nuevo ataque de tos antes de seguir hablando, aunque la sangre que escupió no pasó desapercibida para ella. – Los primeros dos años de enamoramiento estuve bien, tanto que pensé solo era algo pasajero, un amor estudiantil ¿Me entiendes? – la castaña asintió levemente como respuesta- Cuando se casó fue el verdadero problema…

Parker pareció hundirse en sus pensamientos, recordando aquel día en que sintió el dolor por primera vez.

 

*FlashBack*

 

Peter se encontraba en medio de un hermoso jardín, vestido en el traje más elegante que utilizo alguna vez. El blanco reinaba a su alrededor mientras que él trataba de buscar el mejor lugar para ocultarse sin ser demasiado obvio, por desgracia se vio atrapado en medio de su misión por el anfitrión de aquel evento.

-          ¡Parker, ese no es tu lugar!

Un guapo hombre de hombros anchos y barba perfectamente recortada lo reprendió cuando estaba a punto de escoger uno de los lugares del rincón del jardín, uno que sabía nadie querría porque un enorme arreglo de flores obstruiría la vista de la hermosa novia, aunque para él era perfecto.

-          Tú vas a lado del mago de la fiesta, niño.

Anthony Edward Stark apareció de la nada, haciendo que los sentidos de Peter se vieran perdidos en el momento en el que el menor lo observo. El traje a la medida le quedaba más que perfecto, y la elegante figura solo se veía opacada por la gran sonrisa en el rostro del mayor.

-          ¡Señor Stark! Y-yo no, yo… no – Peter dejo de tartamudear y se quedó paralizado en el momento que sintió los brazos del mayor rodearlo con fuerza.

-          Me alegra que estés aquí. – le susurro Stark antes de llevarlo a su lugar, uno de los primeros en la fila de asientos.

La ceremonia resulto ser tan hermosa como la decoración. La novia lucia más radiante que nunca y Tony se encontraba tan feliz que muchos sentían que en cualquier momento se soltaría a llorar. Fue cuando Stark pronuncio el “Acepto” que un fuerte dolor se instaló en su pecho. Stephen Strange, quien se encontraba a su lado se percató de inmediato, llevándolo a otra sala para examinarlo, aunque por desgracia no encontró nada en ese momento.

-          Ve a mi consultorio para hacerte algunos estudios y estar seguros – el medico extendió una tarjeta con su dirección mientras hablaba. Realmente estaba preocupado por el chico.

 

*Fin FlashBack*

 

-          Tarde más de un año en ir con el doctor – confeso Peter, pues al principio solo eran leves dolores que jamás relaciono con el hecho de ver a su mentor.

Aceptar que amas al esposo de alguien más no había sido un proceso sencillo, Peter adoraba a la señorita Potts y tener ese sentimiento egoísta de querer a Tony a su lado lo había hecho sentir terriblemente mal, fue por eso que después de aquella boda decidió hacer su propio camino y poner un poco de distancia con el mayor.

Al principio fue sencillo pues al entrar a su último año de preparatoria sus esfuerzos como fotógrafo habían dado resultado, consiguiéndole un empleo a medio tiempo en “El Clarín” un pequeño periódico local. Su nuevo trabajo, sumado a su graduación y a los exámenes de admisión lo habían dejado sin tiempo si quera para dormir. Los primeros meses había sido sencillo evitar a Tony por completo. O al menos al Tony de carne y hueso, pues al que aparecía en sus sueños no podía echarlo aun cuando se despertaba rogando porque se fuera. Que Peter tratara de imaginar cómo se sentirían sus labios o recordar la calidez de su tacto al cerrar los ojos hacia que ese dolorcito en el pecho incrementara cada vez más.

El dolor empeoro un día en el que gracias a la sobrecarga de trabajo el menor había colapsado en medio de la clase de química. El director había llamado varias veces a May Parker, pero al no lograr contactarla termino por echar mano del contacto de emergencia que quedaba.

Happy Hogan había llegado corriendo a la escuela para recoger al sobrino de su actual novia, pero para sorpresa de todos no llego solo. Tony había estado con el cuándo llamaron de la escuela, y preocupado había insistido en acompañarlo a recoger a su pupilo.

Aun en medio de los delirios que la alta temperatura había causado en él, Peter podía distinguir a la perfección las firmes manos que lo ayudaron a recostarse, las mismas que cambiaban el paño húmedo de su frente cada cierto tiempo, aquellas que pertenecían al mismo hombre que lo regañaba entre murmullos por tener tan poco cuidado a su persona. Tony sabía que era un tanto hipócrita culparlo por no cuidarse cuando el llevo una vida de excesos en su juventud, pero había algo en el chico que le resultaba imposible no preocuparse por él.

Aquel día Tony se despidió con un ligero beso en la sien del menor… ¿Qué había motivado a Stark a hacer aquello? Nunca tuvo el valor de preguntar.

Un poco de fiebre fue excusa suficiente para que el millonario se aferrara a llevarlo a trabajar con él. Al principio trato de negarse, pero como era bien sabido a Anthony Edward Stark no se le dice que no a nada, y después de un constate acoso por parte del hombre (quien comenzó a recogerlo a diario de la escuela y trabajo) termino por ceder.

El cambio de trabajo no fue fácil, pues si bien ahora ganaba más y estaba en un laboratorio todo el día, la segura distancia que había creado con su mentor desapareció de golpe, disparando sus sentimientos a límites que no había experimentado antes… entre ellos la culpa, pues cada que disfrutaba de un ligero acercamiento de parte del mayor, la imagen de Pepper lo acuchillaba recordándole quien reinaba en el corazón que el anhelaba para sí mismo.

Al menos hasta que un día Peter decidió que no dañaba a nadie amando a Tony. Estúpidamente pensó que podía guardar esos sentimientos hasta que desaparecieran.

Pero aceptarlo fue aun peor que negarlo.

-          ¿Alguna vez pensaste en confesarlo? – pregunto su desconocida acompañante con interés. - Quizás no era la mejor solución, pero habría sido lo mejor.

-          ¿Habría ganado algo con ello? – un breve silencio se instaló antes de que el joven fotógrafo volviese a hablar- Solo alejarlo de mi lado… y  al menos quería estar con él tanto como pudiera.

-          ¿Sabías que tenías antes de ir con el doctor? - el castaño negó con tristeza

-          No, pero sabía que no era normal escupir flores en el inodoro.

Cuando Tony cumplió  los 45 años todos los cercanos al hombre se reunieron para celebrarlo. La pequeña fiesta había marchado de maravilla, Tony había estado tan feliz que el momento de abrir los regalos se había postergado hasta casi la media noche… Hora en que como regalo de cumpleaños Pepper le informo que estaba embarazada.

-          ¿Alguna vez has escuchado una rama de apio romperse? – pregunto Peter con curiosidad mientras que hacia el movimiento de trozar algo en el aire tratando de dar énfasis a sus palabras. – Te juro que escuche que mi corazón hizo el mismo ruido al escucharla decir “Tengo dos meses”

Esa ocasión Stephen Strange había vuelto a auxiliarlo después del repentino ataque de tos que le había dado. Fue el medico quien lo escolto hasta el baño cuando escupió la primera flor en su vida. La garganta le ardía y de no haber sido por el hombre, se habría vuelto loco del pánico al ver el pequeño brote de flor roja con sangre.

El doctor incluso lo había salvado cuando Tony estaba por llamar a la doctora Cho, pues Strange lo calmo diciéndole que solo era una bronquitis mal tratada y que él se encargaría.

Stephen había tardado un par de días en descubrir exactamente cuál era la planta que comenzaba a crecer en los pulmones de Peter,  la preocupación del hombre había sido tanta que se ofreció a realizar la cirugía de extracción el mismo, aunque todo lo que obtuvo fue un rotundo NO cada que preguntaba.

Peter nunca se atrevió a preguntar si el neurocirujano sabía quién era el causante de su enfermedad, pero siempre le agradeció la discreción que tuvo al haberlo cubierto durante tanto tiempo.

 

-          ¿Y porque no aceptaste la cirugía?

-          Al principio fue por falta de dinero…  pero después me di cuenta de que la sola idea de olvidar mi amor me aterraba – Confeso Peter por primera vez. Nunca antes lo había dicho en voz alta.

-          ¿Y el dolor es necesario para recordar? –Ambos estallaron en risa ante el comentario de la castaña -A eso le llamo masoquismo.

Quizás sonaría anticuado decirlo, pero en la actualidad nadie amaba al grado que Peter lo hacía en ese momento. Los sacrificios de dolor ya no eran comunes y morir por amor era mas considerado una estupidez que un noble acto de devoción. Pero para el castaño no era así.

Había cosas que Peter realmente disfrutaba de amar a Tony, y se negaba a pensar que algún día jamás volvería a hacerlo.

El café con donas que ambos compartían por las mañanas no se sentiría igual sin la calidez que le llenaba, las largas discusiones por todo y nada que tenían no tendrían la misma importancia en su vida sin su amor, las tontas apuestas que casi siempre perdía se volverían un fastidio e incluso, admirar al millonario trabajar se convertiría en una actividad aburrida en lugar de fascinante. No sabría qué pasaría con la emoción que despertaba en su ser la penetrante mirada café y si por un instante perdiera la melodía al escuchar a Tony reír se sentiría desolado. Parker amaba la terquedad de su mentor así como disfrutaba en su vida el característico sarcasmo del mayor, una vida sin sus largas explicaciones de otro idioma le dejaría de tener sentido y sin lugar a dudas un Tony Stark era algo que Peter se negaba rotundamente a soltar, pues sin su amor sería como un muñeco vacío, sin vida y roto.

-          Stephen dijo que nadie valía tanto como para que muriera de amor… pero el vale cada pétalo.

Más aun cuando el millonario se había convertido en la razón de sus esperanzas y alegrías.

El vómito era cada vez más frecuente en Parker, y aunado al estar horas en esa pequeña banca en medio del frio su cuerpo comenzaba a sentirse entumido y con sueño. Gracias al cielo aquella desconocida estuvo con él cada que las flores y la sangre luchaban por salir de su cuerpo.

-          ¿Entonces es mejor resignarse a morir por él que vivir sin él?

-          Lo amo tanto que prefiero unos días a su lado que una vida sin él.

Si… definitivamente ese chico era el idiota más grande que conocería.

Tony se encontraba desesperado, era nochebuena y llevaba llamando a Parker todo el día, pero el mocoso no se dignaba a contestar el teléfono.

-          “Soy Peter, deja tu mensaje después del tono” – escucho Stark por centésima vez en el día.

Después de un “Te dije que me llamaras” el genio arrojo el teléfono en el sofá con frustración. La falta de respuesta del menor comenzaba a inquietarlo.

Harto de no tener respuesta Tony tomo las llaves de su auto y salió en busca de su pupilo. El GPS de su teléfono lo ubicaba en su departamento, pero no tardó mucho en descubrir que no se encontraba ahí. Tony condujo a casa de Ned a toda velocidad cuando el casero le informó que había visto salir al castaño muy temprano en la mañana.

El genio sabía que algo iba mal con su alumno hacia un tiempo atrás, pero había querido no ser entrometido, pues estúpidamente lo había atribuido a la muerte de May a manos de un loco. Después de ese suceso Stark se había convertido en un sobreprotector con el niño, por lo cual se negaba a dejarlo solo.

Peter no estaba en casa de Ned, tampoco en la de Harry o MJ. ¿Quizás algún edificio del que le gustara la vista?

Estaba en su tercera vuelta por la cuidad cuando lo vio sentado en la parada del autobús. Sin dudarlo y con un ligero alivio el millonario se aparcó en la cafetería de enfrente para poder acercarse él con calma.

-¡Peter! – llamo al instante de que bajo del vehículo, aunque no recibió respuesta.

El castaño se encontraba recargado en uno de los tubos que le daban soporte al endeble techo de la parada, por lo cual Stark pensó que se había quedado dormido esperando su transporte.

Cuando el semáforo cambio y Tony pudo cruzar por fin, hecho a correr. No sabía cuánto tiempo llevaba su pupilo en ese lugar, pero si seguía ahí estaba seguro que pescaría un terrible resfriado.

Tony se encontraba quitándose la chaqueta para colocársela a Peter cuando pudo notar las manchas de sangre y pétalos en el suelo, así como el pañuelo que aun sostenía.

En cuanto el millonario tomo entre sus brazos el cuerpo del joven pudo sentir lo frio que estaba.

-          ¡Peter! Despierta… – pedía el mayor mientras agitaba levemente al chico. – No me hagas esto ¡despierta por favor!

Lagrimas se acumulaban en el rostro del genio mientras que la desesperación comenzaba a llenarlo más y más. Los histéricos y ahogados gritos de Stark comenzaron a llamar la atención de los transeúntes, quienes se acercaron curiosos.

Algunas personas preocupadas llamaron a emergencias mientras que Stark trataba de limpiar inútilmente los rastros de sangre de la boca del chico. En ningún momento dejo de llámalo y suplicarle que lo mirara.

-          No puedes hacer esto. Abre los ojos – Las lágrimas de Tony resbalaban por las mejillas de Peter, mientras que inútilmente el mayor trataba de limpiarlas con delicadeza- Te lo suplico.

La ambulancia no tardó en llegar.  Por desgracia fue tarde, Peter había muerto ahogado con la sangre y los pétalos que no había podido vomitar.

La policía trato de acercarse, pero Tony, quien aún insistía en colocarle su chamarra al cuerpo sin vida entre sus brazos, se negaba a dejar que los paramédicos se lo llevaran, alegando que Peter solo tenía frio y estaría bien.

Algunas personas aseguraron ver al chico solo en la parada, solo un hombre que vivía en las calles afirmo verlo a lado de una mujer, aunque la policía desestimo su declaración al considerarlo inestable mentalmente.

Los sollozos de Tony se escuchaban por toda la calle y solo a unos pasos de distancia, en medio de los copos de nieve que comenzaban a caer del cielo se podían ver a dos castaños observarlo todo.

-          Nunca me dijiste cómo te llamas – alego Peter con los ojos llorosos. No quería irse dejando a Tony de esa forma, pero había llegado su hora y debía hacerlo.

-          ¿Eso importa? – La mesera desconocida comenzó a caminar en sentido contrario, dejando a Peter unos pasos atrás- Si sabes que él también te amaba ¿No?

-          Si… pero jamás de la forma en que yo lo hacía. – Admitió Parker al alcanzarla.

Al menos había dado su último suspiro amándolo, y la flor de nochebuena tatuada que estaba comenzando a aparecer en el antebrazo de Tony lo confirmaba.

Notas finales:

Si llegaron hasta aqui solo me queda decirles ¡Muchas gracias por darse el tiempo de pasar por aqui y una oportunidad a este OneShot dedicado a una de mis parejas Favoritas!

Y como suelo decir, no olviden comer chocolate, el chocolate como el Yaoi son buenos para el alma!

Feliz navidad y feliz año nuevo!!!


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