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Amour éternel por Eira Baker

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Notas del fanfic:

Aaah, me siento muy feliz, siempre me pongo muy feliz por estas fechas jsjsjs aunque también me siento algo triste porque no ví ningún especial de navidad súper tierno de Mello y Near :c con mis amigas pensamos en escribir uno y sería con Mello siendo visitado por los fantasmas de las navidades pasadas, lo típico de navidad xD esa idea fue de nuestra querida Vale, pero note que las fans del LawLight nos ganaron ewe (que también yo soy fan de esa pareja) y al final no pudimos hacer nada u.u pero para el próximo año si, ya lo verán uwu ¿No les encanta mis resumenes súper cortos? Que no se me muera la creatividad xD

Notas del capitulo:

Death Note es propiedad de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata.

Oooh, ¡casi lo olvido! Cuando digo que esto es un "fic borrador", me refiero a que no está corregido por mi beta u.u ella está súper ocupada y no tiene tiempo, pero su versión corregida será subida a mi cuenta de wattpad... Pero eso no será pronto jejeje :'3 listo, solo eso, nos leemos más abajito n.n



Amour éternel.

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oOo

Sé que nuestro amor será eterno porque, cuando te miro, pienso en ti como en ese lugar en el que quiero envejecer. – Marta Salas.

oOo

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Cuando Mello entró a la cocina, rascando con flojera su abdomen y conteniendo un bostezo con su mano libre, supo que algo extraño ocurría. Inmediatamente sonó la campana de alerta en su cabeza cuando vio a su Near sentado en la pequeña mesa que tenían ahí, con su taza favorita con forma de gato entre sus delgados y blancos dedos, dando pequeños sorbos a su leche tibia y con el semblante pensativo y ausente, con el pijama aún puesto y con una bata blanca cubriéndolo. 

 

—Buenos días, amor —lo saludó intentando actuar con normalidad, acercándose a él para darle un suave beso en su pequeña nariz y revolviendo sus cabellos albinos con cariño. 

 

—Buenos días… —hablo bajito, con la taza apoyada contra sus labios rosados que lucían brillosos por la leche.

 

Mello tuvo deseos de lamer los labios de su pequeño esposo y hacerlo suyo en la mesa, pero se contuvo. Esa extraña atmósfera que se sentía en esa habitación lo estaba asfixiando y asustando. 

 

—Ya dime, ¿a qué viene esa cara de tragedia? —interrogó mientras sacaba una barra de chocolate de la alacena para calmar sus nervios, que por suerte supo esconder muy bien. Vivir tanto tiempo con Near le enseñó a saber ocultar muy bien sus emociones. 

 

Mello vio por el rabillo del ojo como el albino depositaba la taza en la mesa y se quedaba unos momentos en silencio, delineando con la yema de sus dedos la figura de gatito que tenía su taza. Luego suspiró suavemente y separó los labios para finalmente decir algo...

 

—Mello… necesitamos hablar.

 

Y ahí estaban esas aterradoras palabras...

 

 

Los ojos del rubio se ensancharon con espanto y horror, perdió la voz y la respiración por breves segundos, quedando paralizado en su sitio con el chocolate en la mano que previamente estuvo a punto de llevar a su boca.

 

Mello dejó su chocolate con brusquedad en la mesada y se acercó precipitadamente hacia Near. 

 

—¡No me abandones! ¡prometo cambiar! —grito, agarrando los frágiles hombros del menor en un desesperado y angustiado apretón. 

 

—Mello… 

 

—No lo hagas, Near... ¡Llevamos cinco años casados! ¡Cinco, Near! ¡No puedes tirar todo ese tiempo a la basura! —siguió suplicando el joven de cabello rubio —. Sé que estás molesto porque pise tu robot y lo destruí… ¡Pero fue un accidente! ¡Eso te paso por dejarlo abandonado en la entrada! —ahora adoptó una faceta seria y molesta, finalmente soltando a Near y apuntandolo con su dedo índice en reproche.

 

—No estoy molesto por eso —Near reprimió una sonrisa. Mello se veía gracioso con la mano puesta en su cadera.

 

—¿Estás molesto porque tiré por error tu Tomic Robot man? Pensé que era basura. 

 

—No, Mello. 

 

—¿Por tu mindstorms? Te juro que ya pedí uno nuevo, lo traerán el próximo martes. 

 

—No estoy molesto por eso. 

 

—¿Es por que cambie tus supresores por unos vencidos? 

 

—Que no estoy… ¿Que hiciste qué? —Near lo miró con sus enormes ojos grisáceos mostrando sorpresa, abriendo ligeramente su boca. 

 

—Emmm nada… —Mello sonrió nervioso y culpable, desviando la mirada y enfocandola en cualquier parte que no sea el rostro de su pareja, inevitablemente recordando los días de delicioso sexo que tuvo con Near por haber cambiado sus supresores. Su tierno esposo se volvió un animal en celo, completamente empapado y entregado a él, suplicándole por más con un rostro verdaderamente erótico y seductor —. Pero entonces, ¿qué sucede? —pregunto tratando de desviar el tema antes de que tuviera un enorme problema con la parte baja de su cuerpo al recordar aquellos días.

 

Near se quedó mirándolo unos segundos más con sus profundos e intimidantes ojos grises de acero brillante, haciendo que el rubio se pusiera más nervioso y comenzará a sudar un poco. 

 

—Mello… —el pequeño dejo de estrujarlo con la mirada y agarró la mano del ojiazul, colocándola en su vientre aun plano —. Estoy esperando un hijo tuyo. 

 

Al acabar de decir aquellas palabras, Near no apartó la mirada del rostro de su pareja, apreciando cómo sus ojos azules se iban ensanchando, reflejando asombro y sorpresa, y como movía los labios pero sin poder pronunciar ninguna palabra.

 

Finalmente algo pareció hacer "click" en la cabeza de Mello. 

 

¿¡QUÉ!?

 

Mello estaba seguro de que su grito se escuchó por todo el vecindario, y que de seguro dejó sordo a su pequeña motita blanca, pero realmente esa noticia lo tomó por sorpresa.

 

—¡Mihael! —chillo Near tapándose los oídos con las manos, cerrando sus ojos y frunciendo levemente el ceño. 

 

Mello aún estaba en estado de shock, repitiendo las palabras de su adorable esposo en su cabeza una y otra vez… luego de estar más de un minuto así, una enorme sonrisa apareció en su rostro, sintiendo una inmensa alegría envolver su cuerpo, provocando que quisiera reír por siempre y a la vez llorar de dicha. Sus piernas flaquearon, sintiendo un enorme deseo de tocar a Near, besar esos labios rosados y estrujarlo entre sus brazos. 

 

¡Sería padre! ¡Iba a tener un hijo!

 

¡Near, su amado omega, estaba esperando un bebé! 

 

¡Una criatura se estaba formando en el vientre de su pareja!

 

—¡Estás embarazado! —Mello no perdió más tiempo y envolvió la pequeña cintura de Near con sus brazos, levantandolo de la silla y apegandolo a su cuerpo para hacerlo girar. 

 

Near lo abrazó del cuello y ocultó su rostro en el hombro de Mello, ver la habitación girar a su alrededor lo estaba mareando. 

 

—Mello, bájame, por favor… —pidió cuando sintió que quería vomitar. 

 

—¿Eh? —Mello lo depositó con cuidado en el suelo y lo sostuvo porque Near no se podía parar —¿náuseas? —preguntó apretandolo gentilmente a su cuerpo.  

 

—Si, ya pasara… —respiró profundo y recostó su cabeza contra el pecho de Mello, relajándose inmediatamente al escuchar los latidos de su corazón; el sonido más hermoso que había escuchado en su vida. 

 

Mello se sentó en la silla donde anteriormente estaba sentado Near y lo acomodo en su regazo, abrazándolo suavemente y besando su cabeza. 

 

—¿Cuántos meses? 

 

—Apenas llevo dos... 

 

Mello sonrió y sujetó del mentón a Near, haciendo que lo mirara a los ojos. 

 

—Gracias… gracias por estar a mi lado y hacerme cada día más feliz. 

 

Near le devolvió la sonrisa y lentamente se fueron acercando para besarse en los labios con movimientos suaves y gentiles.

 

—Te quiero conmigo en el momento del parto, ya estás avisado —informó Near una vez que se separaron, abrazándolo del cuello y sonriendo feliz, apoyando su frente con la de Mello. 

 

—Estaré a tu lado con una banderita blanca que diga: "go, bebé, go" —prometió Mello con una sonrisa divertida, dándole besos cortos en los labios y sujetándolo de su pequeña cintura. 

 

—Solo no te desmayes… 

 

—No me digas que hacer —bromeo Mello con una sonrisa traviesa, haciendo que Near soltará una pequeña risa. 

 

Ambos permanecieron abrazados, disfrutando del calor del otro y de su relajante aroma, porque estar juntos lograba calmar su mente y cuerpo, los llenaban de una paz que difícilmente podían obtener cuando estaban separados. 

 

—Si es niño se llamará Víctor y si es niña será Jazmín —dictó firme el pequeño albino, acariciando con la yema de sus dedos los labios delgados y perfectos de su amado rubio de ojos vivaces. 

 

—¿Ya tenías pensado los nombres? —se rió, encantado por la expresión adorablemente obstinada de Near —¿Y acaso yo no tengo voto? —preguntó divertido, con deseos de llevarle la contraria.  

 

—Estar embarazado no es nada lindo, Mello. Sufriré mucho… creo que merezco decidir cómo se llamará nuestro bebé. 

 

El rubio puso expresión dolida. 

 

—¿Nada lindo? 

 

Near lo miró con seriedad. 

 

—Es lindo en mi corazón, hermoso, algo especial y mágico para mí. Pero me dolerán partes del cuerpo que no sabía que podían doler así, sufriré de constantes vómitos y dolores de espalda, y además mis pies se van a hinchar, ¿quieres que siga? 

 

—No, ya me quedó claro —Mello hizo una mueca al imaginarse todo eso, se anotó mentalmente no dejar que su omega hiciera esfuerzos de más. Tenía que cuidarlo y atenderlo, no permitiendo que su pequeño sufriera. Near no estaba solo. Él estaría presente y a su lado, y no permitiría que Near padeciera de dolor o cansancio. Él se encargaría de brindarle mimos y abrazarlo para reconfortarlo. 

 

—Mello.

 

Esa suave voz lo sacó de sus pensamientos.

 

—¿Qué pasa, cariño? 

 

—Quiero un pastel de chocolate…

 

Mello lo mantuvo abrazado un poco más, aspirando lo más que podía el aroma de Near que ahora estaba más suave, más dulce. Su alfa interno chillaba emocionado y se revolcaba entre flores de cerezo. 

 

—Dame cinco minutos, cariño —Mello lo cargó como a una princesa y caminó hacia la recamara de ambos. 

 

—Podría acostumbrarme a esto —Near esbozo una pequeña sonrisa divertida, acurrucándose contra el pecho de su alfa.

 

—Si antes no caminabas tanto y te la pasabas la mayor parte del día en el suelo, ya puedo imaginarme cómo disfrutarás esto… ¿Tendré que cargarte por siete meses?

 

—Si —respondió Near dulcemente, con sus mejillas coloreadas —. No se vale decir nada con respecto a mi peso. 

 

—No quiero morir joven, gracias. 

 

Near rió suavemente y se sintió somnoliento, junto a Mello sus sentidos se calmaban y todo su cuerpo era embargado por una sensación de paz. 

 

—Te amo, Mello… Siempre, a ti, siempre… —dijo Near con un hilo de voz, luchando un poco para no quedarse dormido —. Me despiertas cuando hayas traído mi pastel de chocolate... y también quiero galletitas saladas, no las olvides —su voz fue muriendo hasta quedarse plácidamente dormido en los brazos de su alfa. 

 

Mello miró como los párpados de Near se iban cerrando, acercándose más cerca suyo antes de caer dormido. 

 

—También te amo, Near… y a nuestro hijo, ya sea niño o niña, lo amaré de igual forma… Me has hecho la persona más feliz del mundo, amor...

 

.

 

.

 

.

The end.

Notas finales:

Y ustedes tipo: "¿Qué demonios fue eso? Dx" y yo les digo, ¿Qué acaso Mello no puede ser tierno? Dx ya todos saben que entre todos, Mello es quien tiene más corazón (?), lo decía en palabras diferentes pero era algo así xD jejejeje que pasen un hermoso año nuevo :3 no sé olviden de comprar uvas xD 


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