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I Can't Live Without You [LUCA one-shot] por N3K0-Ch4N

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Notas del fanfic:

Autora: N3k0-Ch4N.
 
Género: Angst/Romance/Drama/Hurt-comfort.
 
Pareja: Alberto Scorfano/Luca Paguro.
 
Advertencia: Contenido gore, ligera homofobia, celos y muerte de un personaje.
 
Nota: Me estoy demorando más de lo que pensaba con el desarrollo del nuevo songfic titulado "Pacify Her" para este fandom, y además quiero trabajar en un nuevo two-shot basado en el cortometraje 'Ciao Alberto' y en un fanfic que leí hace unos meses que (por cierto) me gustó muchísimo, pero la verdad es que mi cerebro no me ha estado respondiendo bien, no ha estado en condiciones para trabajar en nuevos proyectos y tampoco tengo muchas ganas de pensar en eso, seguiré trabajando en el songfic cuando tenga una idea de cómo estructurar todas las ideas que tengo almacenadas en mi cabeza, por alguna razón, mi mente ha estado en modo vacaciones según mi mamá, y por unos días voy a estar así, por lo menos hasta que regrese mi motivación para seguir escribiendo, dibujando o trabajando en nuevos fanfics.
 
A diferencia de los one-shots anteriores, este va a estar ambientado en una de las escenas menos esperadas pero más impresionantes y destacadas de toda la película LUCA, además de incluir ligeros cambios que surgieron en mi mente y también gracias a unos fanarts (o mejor dicho, fan cómics) que encontré tanto en Tumblr como en Instagram.
 
Como siempre, LUCA y sus personajes no me pertenecen sino a Enrico Casarosa y Pixar Animation Studios, pero este one-shot es de MI propiedad.

El sol ya se ocultaba detrás del horizonte tiñendo el cielo en un tono naranja-rosado para cuando el trío de amigos conocido como "los Relegados" volvía a casa luego de un largo día entrenando para la Copa Portorosso con el propósito de vencer a Ercole de una vez por todas, incluso si sus métodos de entrenamiento no eran tan buenos, Giulia estaba convencida de que ella y sus nuevos amigos, Luca y Alberto, ganarían la carrera de ese año, solo necesitaban pulir un poco más su entrenamiento y en unos días estarían listos. A pesar de sentirse ansioso y emocionado por practicar para la carrera, muy en el fondo de sí mismo, Alberto sentía que con cada minuto que Luca pasaba cerca de Giulia ya sea hablando con ella o aprendiendo cosas nuevas de ella, comenzaba a alejarse cada vez más de él, es más, el pequeño había empezado a adquirir una personalidad demasiado curiosa y aventurera, algo que no podía negar que le desagradaba pero a su vez amaba, espera ¿qué? eso no estaba bien, definitivamente eso no estaba bien, se suponía que no debía tener ese tipo de pensamientos hacia el pequeño monstruo marino azul verdoso que era su primer y único amigo en ¿quién sabe? años, tal vez ¿décadas? Como sea ¿qué estaba pasando con él? además, dudaba que Luca tuviera los mismos pensamientos que él.

-Buen trabajo, equipo-el chico de ojos verdes salió de sus propios pensamientos apenas escuchó la voz de Giulia hablándole a él y Luca-se han ganado un plato de pasta esta noche-

-¿Puedo comer con las manos?-le preguntó Alberto a la pelirroja mientras caminaban a la casa, Luca estaba a punto de ir tras ellos pero se detuvo apenas oyó un sonido familiar que venía de lejos, el menor desvió la mirada y pudo ver a sus padres no muy lejos de donde estaba, eso (por alguna razón que desconocía) lo hizo sentir aterrado y preocupado al mismo tiempo ¿cómo lograron encontrarlo? Estaba cien por ciento seguro de que jamás irían a la aldea humana para buscarlo ¡pero ahí estaban! Observando a unos niños que jugaban en la piazza, y uno de ellos estaba dentro de la fuente, Luca supuso que su madre lo había arrojado allí creyendo que era él pero no tuvo éxito desenmascarándolo.

-¿Dónde podrá estar?-dijo Daniela observando su alrededor.

-Bueno, al menos ganaste, creo-dijo Lorenzo quien estaba de pie junto a su esposa.

-Sí, supongo que sí-dijo la monstruo marino azul verdoso, aún si ganó el juego, no se sentía feliz, no lo estaría hasta encontrar a Luca-cómo sea, sigamos buscando-

El pequeño rápidamente tomó la puerta del patio que también conducía a la casa y la cerró enseguida antes de que sus padres pudieran verlo allí, luego de eso, camino hacia donde estaban sus amigos para poder cenar con ellos, Giulia entró y Alberto estaba a punto de hacer lo mismo pero antes de que pudiera entrar a la casa, sintió que algo se aferraba a su muñeca, el chico de ojos verdes desvió su mirada para toparse con Luca detrás de él, sujetándole la muñeca para evitar que se vaya.

-¿Luca?-dijo Alberto mirando a su mejor amigo un poco confundido-¿estás bien? ¿qué sucede?-

-Uh… ¿Alberto?-dijo Luca elevando su mirada lentamente, encontrándose con los ojos de su mejor amigo-creo que pude ver a mis padres-

-¿Qué? de ninguna manera-dijo Alberto sin poder creer lo que decía Luca-ya te lo dije, no van a venir hasta aquí-

-Pero ¿y si lo hicieron?-preguntó el monstruo marino azul verdoso en su forma humana, sintiendo el temor y los nervios apoderarse de él-¿y si ya saben que estoy aquí?-

-Oye, cálmate-dijo Alberto hablando despacio pero de forma tranquilizante-yo estoy aquí contigo y nunca dejaré que tus padres te lleven ¿de acuerdo?-

-E-está bien…

-Genial, ahora entremos, Giulia nos está esperando ¿no? y también quiero comer la pasta que hemos ganado.

-S-seguro.

La cena transcurrió con normalidad, Alberto comió demasiado para el asombro de Luca, pero asumió que solo lo hacía porque estaba practicando para la carrera y no porque tuviera hambre, Giulia se encargaba de distraerlo con una conversación para que no se enfocara tanto en su amigo, ya que no era normal que el menor lo mirara por tanto tiempo, y algo en el fondo de su ser le decía que esos dos compartían una conexión especial más allá de ser solo mejores amigos, pero trató de no darle importancia y siguió comiendo, Luca intentó imitar a la pelirroja al querer comer su pasta con un tenedor pero no pudo hacerlo, así que por esa noche seguiría usando sus manos como lo hacía Alberto. Por otro lado, el chico de ojos verdes no podía dejar de mirar a Luca quien parecía estar muy entretenido escuchando hablar a Giulia, no sabía lo que tenía ni lo que sentía, pero de un segundo a otro, Alberto comenzó a sentir que su sangre hervía, una gran ira se apoderaba de su cuerpo mientras su mano se aferraba con fuerza al mantel casi rasgándolo, tuvo suerte de que ninguno de sus otros dos amigos, especialmente Luca, hubiera notado su extraño comportamiento, de lo contrario le preguntarían que estaba pasando y ni él sabía muy bien que responder, por lo que optó seguir comiendo su pasta con las manos porque aún no sabía cómo usar un tenedor.

Más tarde esa noche, Luca y Alberto salieron de la casa y regresaron al escondite de Giulia para que ambos pudieran descansar bien, mañana tendrían otro largo día de entrenamiento y necesitaban reponer sus energías, pero antes de irse a dormir, ambos se sentaron en la plataforma de madera a conversar un poco, más que nada, Luca era el que necesitaba hablar, porque aún le preocupaba lo que había visto en la tarde, no podía creer que sus padres estaban allí buscándolo ¿qué le pasaría si lo encontraban? ¿lo enviarían de regreso a casa o a las profundidades? ¿lo obligarían a permanecer separado de Alberto?

-Luca, Luca, ¡hey, Luca!-el menor salió de sus propias dudas, parpadeó un par de veces y volvió la mirada hacia Alberto que estaba sentado a su lado-¿qué pasa? ¿te encuentras bien?-

-U-uh… ¿s-sí? ¿p-porqué me preguntas eso?-le preguntó Luca.

-Porque has estado muy pensativo desde que llegamos aquí-respondió el chico de ojos verdes al tiempo que se inclinaba hacia atrás apoyando sus codos contra el piso de madera-¿sigues pensando en tu familia acaso?-

-Es solo… es solo que estoy preocupado por haber visto a mis padres-dijo Luca-sé que me dijiste que no se atreverían a venir aquí pero ¿y sí están aquí?-su voz comenzó a temblar al tiempo que la ansiedad y la preocupación se apoderaban de su cuerpo-si me encuentran, no hay dudas de que me enviarán a las profundidades y nunca te volvería a ver-

-Oye, escúchame, está bien-le dijo Alberto tranquilizándolo mientras colocaba sus manos sobre los hombros de Luca-solo, relájate. Nunca va a pasar y si eso sucede, intentaré protegerte de ellos-

-Grazie, Alberto-dijo Luca sonriendo levemente, el chico de ojos verdes correspondió su sonrisa pero ese momento se vio interrumpido por alguien que trepaba el árbol hacia donde ellos estaban sentados, ambos monstruos marinos en sus formas humanas voltearon sus miradas y se encontraron con Giulia quien estaba trepando a la cima del árbol.

-Muy bien chicos-les dijo Giulia apenas se sentó junto a Luca y Alberto doblando una pierna por debajo de la otra mientras los observaba-hoy lo hicieron bastante bien, pero ahora debemos hablar de la técnica-

-¡Oigan, ragazzi! Necesito ayuda con las redes-dijo Massimo interrumpiendo lo que la pelirroja estaba a punto de decirles, el trío dirigió sus miradas al hombre que estaba apoyado en la puerta del patio trasero-tú, el grande y fuerte. Andiamo-

-Vuelvo enseguida-dijo Alberto, bajo de un salto de la casa del árbol y salió siguiendo a Massimo, no pudo evitar sentirse un poco mal por dejar a Luca solo con Giulia pero lo que sea que tuviera que hacer sería rápido ¿no? luego de que el chico de ojos verdes se fuera, Luca finalmente pudo soltar un suspiro para luego recostarse de espaldas en la plataforma de madera, no se dio cuenta de que Giulia se había posicionado junto a él y lo estaba mirando intensamente.

-¿Por qué estabas suspirando?-le preguntó Giulia a Luca, el menor desvió su mirada hacia su nueva amiga y se sobresaltó un poco cuando la vio recostada junto a él.

-¿Q-quién? ¿yo? no estaba suspirando-respondió Luca sintiéndose un poco nervioso e incómodo por la intensa mirada de la pelirroja sobre él.

-Sí, lo estabas. Te oí suspirar no hace mucho-le dijo Giulia-¿a qué se debe ese suspiro? ¿es por Alberto quizás?-

-¡N-no! por supuesto que no ¿por qué crees…?-Luca intentó hablar pero fue interrumpido por Giulia.

-Oh, por favor. Non mentirmi, sé lo que está pasando aquí-dijo la pelirroja, Luca comenzó a sentirse tenso y un poco nervioso mientras algo de sudor empezaba a correr por su cuerpo, solo esperaba que no lo hiciera revelar su verdadera forma-alguien tiene un pequeño punto débil por Alberto ¿no es así? ¿o me equivoco?-

-¡¿Q-qué?!-exclamó Luca al tiempo que un suave sonrojo teñía sus mejillas en señal de vergüenza-¿q-qué clase de cosas dices, Giulia? No siento nada por Alberto, al menos no de esa…-

-Jajaja-el menor dejó de hablar apenas escuchó a Giulia reír a carcajadas mientras sostenía su vientre con ambos brazos-oye, tranquilo, no lo dije en serio… ¡solo estaba bromeando! Quería ver la cara que pondrías cuando lo preguntara ¡y funcionó! jajaja-

-Ow ¡no debiste haber hecho algo así! casi me la creo ¡eso fue muy cruel!-le dijo Luca a la pelirroja.

-Lo siento, pero, pongámonos serios un momento. Necesito saberlo ¿sientes algo por Alberto?

-¡Claro que no! No siento nada por él más allá de una simple amistad y deja de hacer preguntas tan incómodas.

Ninguno de ellos se percató de que Alberto estaba escuchando un poco de su conversación, no sabía lo que le pasaba y no sabía porque pero sintió su corazón encogerse cuando oyó que Luca no sentía nada por él más que una simple amistad, en cierta forma eso lo lastimaba.

-Está bien, solo quería asegurarme-dijo Giulia, luego de eso se recostó junto a Luca y ambos comenzaron a observar el cielo nocturno en silencio por breves segundos hasta que la pelirroja volvió a hablar-oye, pase lo que pase, estoy segura de que ganaremos la carrera y obtendrán su Vespa…-dejó de hablar y desvió su mirada hacia Luca-repito ¿para qué quieren una Vespa?-

-Oh, porque va a ser increíble-le dijo Luca con entusiasmo y felicidad irradiando de sus ojos marrones mientras hablaba-todos los días, Alberto y yo iremos a algún lugar nuevo y en las noches, dormiremos bajo los peces-

-¿Los peces?-dijo Giulia riéndose secamente ante la ocurrencia de su amigo-está bien-

-Y ¿qué hay de ti?-le preguntó el menor-¿qué harías si ganaras?-

-Me parare delante de todos y les diré "¡Les dije que ganaría!"-exclamó Giulia con entusiasmo en la voz.

-Sí ¿y luego qué?

-Bueno, eso es todo-concluyó la pelirroja, se posicionó para poder ver a Luca con más comodidad-mira, durante la escuela vivo con mi mamma en Génova y todos los veranos que vengo aquí, todos creen que soy una niña un poco rara que no encaja-

-Creo que sé como te sientes-dijo Luca mientras suspiraba una vez más.

-¿En serio?-dijo la pelirroja mirando a su amigo un poco asombrada pero luego recuperó la compostura y regresó al tema principal de la conversación-entonces, por eso tenemos que ganar, el pueblo gritará nuestros nombres ¡la vida de Ercole se arruinará!-jadeó ante lo que dijo-lo siento ¿fue demasiado? Mi mamá a veces dice que suelo exagerar-

-Claro que no. Al menos, no para mi-dijo Luca haciendo que Giulia se riera un poco, luego de eso, volvió a mirar el cielo nocturno junto a él.

-¿Sabes? esos no son peces ¿lo sabías?

-Claro que lo son-le respondió Luca-Alberto me lo contó todo-

-Creo que hay un par de cosas que necesitas aprender-pensó Giulia, se levantó de la plataforma de madera de la casa del árbol y comenzó a alejarse, no sin antes desviar su mirada hacia Luca una vez más-ven conmigo-después de decir eso, ambos salieron de la casa por la ventana de su habitación y caminaron por el tejado, Giulia estaba al frente mientras que Luca caminaba detrás de ella, ambos caminaron por algunos tejados de las casas del pueblo hasta llegar a un balcón en que había un objeto cubierto por una sábana, la pelirroja llevó una mano a la sábana y la retiró revelando el objeto debajo de ésta-esto es un telescopio, el signor Bernardi me deja usarlo, hace que las cosas lejanas parezcan cercanas, mira-Luca no dudó en lo que su amiga le decía por lo que se acercó al telescopio y echó un vistazo a lo que ella estaba viendo-¿ves algún pez ahí arriba?-

-Y ¿qué son todas esas?

-Estrellas, como el sol-explicó Giulia-¡bolas de fuego gigantescas e intensas!-

-Entonces, Alberto estaba equivocado.

-Y las estrellas están rodeadas de planetas-continuó explicando Giulia al tiempo que abría el libro que había traído consigo y le mostró a Luca una imagen sobre el sistema solar, le entregó el libro al menor quien lo observó con curiosidad, la pelirroja posicionó el telescopio y se hizo a un lado-mira-Luca dejó de ver la imagen de aquel libro y volvió a mirar por el telescopio-ese es Saturno, es mi planeta favorito. Es el más ligero de los planetas, dicen que si hubiera un océano lo suficientemente grande para contenerlo ¡flotaría en él!-

-Whoa-exclamó Luca. Más tarde, ambos estaban de regreso en la habitación de Giulia viendo los diferentes libros que la pelirroja conservaba, el monstruo marino azul verdoso en su forma humana estaba asombrado de todas las cosas que podía ver y aprender de éstos-así que ¿así es como vuelan las máquinas?-

-.

-¿Y hay grandes pueblos llamados ciudades?

-.

-¿Incluso más grandes que Portorosso?

-¡Como Génova!-le dijo Giulia-literalmente son veinte veces más grandes-

-Y todos estamos en una gran roca redonda-dijo Luca mientras tomaba una vez más el libro que su amiga había llevado con ella cuando fueron a usar el telescopio-¿flotando alrededor de una estrella en el "sistema solar"?-

-Genial ¿no es así?

-Y ¿hay algo más allá del sistema solar?

-Solo una galaxia llena de sistemas solares.

-¿Y luego qué?

-¡Un universo repleto de galaxias!-exclamó la pelirroja haciendo que Luca se riera emocionado ante esta idea.

-¿Y entonces qué?-le preguntó el menor con curiosidad.

-Y luego… no lo sé. Pero el año que viene tendré Astronomía Avanzada, usaré el telescopio de mi escuela, así que tal vez lo averigüe. Esa cosa es enorme, solo desearía poder mostrártelo.

-¡Solo prométeme que me contarás todo lo que veas!-exclamó Luca emocionado mientras se acercaba a la pelirroja quien estaba sentada en su cama, pero luego se retractó de lo que dijo y de lo cerca que estaba de su amiga-lo siento ¿dije demasiado?-

-Nunca-respondió Giulia mientras se reía para luego echarse ambos a reír sonoramente; sin embargo, ese momento se vio interrumpido cuando vieron algo asomarse por la ventana de la habitación y ambos amigos pudieron ver a Alberto.

-Hey, Luca. Te he estado buscando por todas partes-dijo el chico de ojos verdes.

-Lo siento.

-No importa, solo, ven. Vámonos.

-¿Podría tomar esto prestado?-le pregunto Luca a Giulia mientras tomaba el libro sobre el universo y lo aferraba en sus manos-es solo por esta noche-

La pelirroja no respondió, en su lugar se levantó de la cama, abrió la portada del libro y con un lápiz escribió el nombre de Luca en una de las páginas justo encima del suyo, luego cerró el libro bajo la asombrada mirada del menor.

-Puedes tenerlo-dijo Giulia-jaja ¡l'universo è letteralmente tuo!-

-Wow ¡gracias!

-¡Luca!-lo llamó Alberto, el pequeño salió de su trance apenas vio a su mejor amigo asomado otra vez desde la ventana de la habitación.

-Está bien, ya voy-le dijo Luca, Alberto dejó de mirarlo para elevar su mirada hacia la pelirroja, le envió una mirada como si quisiera matarla o algo así, Giulia dejó de sonreír apenas se percató de la forma en que el chico la miraba. Luca se giró sobre sus pasos y salió por la ventana luego de que Alberto se fue, ambos salieron de la casa de Giulia y comenzaron a caminar por las calles del pueblo, el menor estaba un poco dudoso respecto a dónde se dirigían, es más, no podía dejar de pensar en lo que había pasado hace unos segundos atrás, la forma en que Alberto miraba a Giulia lo hacía sentir un poco ¿confundido? ¿aturdido? Cual sea que fuera el caso, sintió que algo andaba mal con Alberto y necesitaba averiguarlo, necesitaba una explicación de porque había mirado a la pelirroja como si quisiera matarla-¿a dónde vamos?-

-Vamos, tengo algo que mostrarte-simplemente respondió el chico de ojos verdes mientras seguía caminando.

-Oye, no vas a creer esto. Esos no son peces.

-¿Qué?

-Sí-dijo Luca mientras abría el libro que Giulia le dio-Giulia me lo explicó, son fuegos pero como un millón de veces más grandes-

-Uh, no, no lo son-le dijo Alberto-en realidad son peces, y sé lo que te digo porque es verdad-

-No, eso no es verdad-dijo el menor-mira, si me dejas explicártelo, tal vez lo entiendas mejor…-

-¡Eso no me importa!-exclamó Alberto, dejó de caminar para desviar la mirada hacia su mejor amigo-a propósito ¿qué está pasando entre Giulia y tú? ¿desde cuándo son tan cercanos? ¿estás más interesado en ella que en mí? o quizás… quizás tu… ¿ella te gusta?-

-¿G-gustarme? Bueno, sí, quiero decir, me gusta porque ella también es mi amiga, pero…

-¡No! no me refiero a ese tipo de gustar-dijo el chico de ojos verdes interrumpiéndolo-el tipo de gustar del que hablo es completamente diferente, es el tipo de gustar cuando tienes ciertos sentimientos hacia alguien-

-¿Qué? ¡no! ¿qué tiburones pasa contigo? ¿primero Giulia me pregunta eso y ahora tú?-dijo Luca, en eso, recordó aquella mirada que el chico le dirigió a la pelirroja en su habitación-por cierto ¿qué fue esa mirada que le diste a Giulia antes de que nos fuéramos?-

-¿Qué mirada? No sé de que estás hablando.

-No te hagas el tonto conmigo ¿por qué la mirabas como si quisieras hacerle daño? No me digas que…-dijo Luca, se detuvo y volvió a hablar cayendo en cuenta de lo que sucedía con su amigo-no me digas que tú estás celoso-

-¿Qué rayos estás diciendo? Estoy bien-respondió Alberto queriendo negar que en realidad si se sentía un poco celoso de la cercanía que formaron Luca y Giulia y eso que solo la conocían de apenas unos días-¡yo no estoy jeloso!-

-Está bien, está bien. Solo quería saber, pero si dices que no estás "jeloso" entonces yo…-dijo Luca con voz tranquilizadora pero fue interrumpido apenas oyeron un sonido no muy lejos de ellos, resultó que solo se trataba del maullido de un gato por lo que ambos monstruos marinos en su forma humana continuaron caminando por las calles del pueblo en medio de la noche hasta llegar a la tienda donde divisaron la Vespa oxidada.

-Pronto serás nuestra, dulce Vespa-dijo Alberto observando por la puerta de la tienda con Luca mientras suspiraba, luego se apartó, sacó un trozo de papel del bolsillo de su short marrón-mira esto, pensé en cada cosa que vamos a necesitar, y también añadí unas llamas-

-¡Eso es tan genial!-exclamó Luca mirando el dibujo-¡oh! ¡y también podemos traer un telescopio!-

-¡Sí! ¡Eso dispara rayos!

-No, no, no-lo detuvo el pequeño-se puede ver a través de él, Giulia dice que hay uno aún más grande en su escuela. Espera ¿y si la visitamos allí?-

Y ahí estaba otra vez con el tema de Giulia, Alberto no podía entender que rayos veía Luca en ella o que le veía de especial, a fin de cuentas, la niña era tan solo una humana ordinaria, no era muy diferente de otros humanos que hubiera visto o conocido antes.

-¿Por qué querrías hacer eso?-le preguntó Alberto al pequeño mirándolo con el ceño fruncido.

-Se oye un poco interesante-dijo Luca tratando de convencer a su mejor amigo pero no tuvo buenos resultados.

-La única razón por la que compraremos una Vespa es para vivir solos. No necesitamos la escuela, no necesitamos a nadie.

-¿No podemos simplemente intentarlo? ¿solo por unos días?

-Luca, los monstruos marinos no pueden ir a la escuela-le explicó el chico de ojos verdes de la forma más razonable posible-¿qué crees que vaya a pasar cuando vean tu cara de pez?-

El monstruo marino azul verdoso en su forma humana se rindió pensando que Alberto tenía razón en eso y suspiró un poco, pero, de pronto, apareció un arpón que se clavó contra una pared haciendo que se sobresaltara ligeramente, Alberto desvió la mirada notando que no estaban solos allí, Ercole, Ciccio y Guido se acercaban a ellos, éstos últimos llevaban arpones consigo.

-Oye, mira quién esta aquí y sin Giulia para esconderse-dijo Ercole con voz sarcástica.

-Vámonos, vámonos-le dijo Luca a Alberto mientras lo sujetaba del brazo para alejarlo de allí.

-No-respondió Alberto al tiempo que colocaba al pequeño detrás de él con intención de protegerlo.

-Aw ¡miren eso! ¡Piccoletto se esconde detrás de su novio!-comentó Ercole con un tono burlón, aquellas palabras hicieron que Luca se sonrojara un poco por lo que intentó esconder su rostro detrás de su libro sin éxito-algo huele mal con ustedes dos, quiero decir, además del aroma a pescado. Ocultan algo ¿no es así?-

-¿Será que somos más listos que tú?-respondió Alberto mientras adoptaba una posición defensiva pero protectora manteniendo a Luca cerca de él-quiero decir, en realidad no estamos ocultando eso, es algo obvio-

-¿Saben? La gente cree que soy un buen tipo-dijo Ercole-siempre bromeando, pero lo cierto-empujó a Alberto haciendo retroceder a Luca, éste cayó al suelo y el libro se zafó de sus manos-es que no soy así-

-¡Detente!-dijo Luca mientras se acercaba a ellos, pero Ercole lo empujó apartándolo.

-Espera tu turno, Piccoletto. Quiero que les quede algo muy claro, este es mi pueblo, numero uno…-dijo Ercole mientras golpeaba a Alberto en el estómago haciéndolo toser-y número dos, no quiero a un par de maricas en él-

-Dije… ¡dije que te detengas!-exclamó Luca mientras sujetaba el arpón que había sido clavado previamente en la pared y le apuntaba a Ercole.

-Baja esa cosa, Piccoletto. Podrías lastimarte.

-¡Déjalo ir!-exclamó Luca, Ciccio y Guido soltaron a Alberto quien gruñía un poco adolorido del golpe que recibió no hace mucho y se alejó, Luca rápidamente tomó su libro con una mano mientras sujetaba el arpón con la otra.

-Lárguense. Ahora, antes de que cambie de opinión-les dijo Ercole acercándose de forma amenazante, Ciccio y Guido caminaron detrás de él, Luca soltó el arpón, tomó a Alberto de la muñeca y ambos se echaron a correr lejos de allí-¡nadie quiere a un par de desviados aquí, idioti! ¡Sigan corriendo!-

Ambos continuaron corriendo, jadeando pesadamente hasta llegar a la puerta del patio trasero de la casa de Giulia, apenas llegaron, Alberto y Luca se detuvieron un segundo para tomar aire.

-¿Por qué lo hiciste enojar?-le preguntó Luca al chico de ojos verdes-debimos irnos cuando se presentó la oportunidad-

-No, no, no. Todo está bien, lo tengo todo bajo control-le dijo Alberto-todo lo que debes hacer es seguir mi ejemplo ¿recuerdas?-

Luego de decir eso, Alberto abrió la puerta y entró al patio trasero de la casa, Luca, por otra parte, se quedó ahí de pie sujetando su libro, dudando que quizás no era muy buena idea seguir el ejemplo de Alberto, pero lo estaba haciendo por su bien ¿verdad? sacudió su cabeza para despejar sus pensamientos, miró a su alrededor asegurándose de que nadie los hubiera seguido hasta allí y una vez hecho esto, entró cerrando la puerta tras él.

Esa misma noche, Luca no pudo dormir, daba vueltas en su lugar en esa plataforma de madera que componía la casa del árbol y se aferraba a su almohada buscando una posición cómoda para su cabeza pero no había caso, su mente estaba prediciendo que algo terrible iba a pasar entre él y Alberto si continuaba con su idea de querer ir a la escuela en lugar de viajar por el mundo como lo habían planeado en un principio.

-¡Ayuda! ¡no nos lastimes!-gritaba y suplicaba Giulia dirigiéndose hacia Luca.

Alberto le había revelado su verdadera forma no porque quisiera que ella supiera la verdad, sino que fue por simples celos, por impulso, por Luca, para enseñarle como reaccionarían los humanos si supieran que él era una criatura acuática como él. Luca estaba asustado y confundido, no tenía idea de que hacer ¿qué podía hacer? ¿calmar a Giulia y decirle la verdad? ¿explicárselo? No tenía idea, esas preguntas nunca habían cruzado por su cabeza antes, estaba en blanco, hasta que su cuerpo reaccionó por si solo.

-¿Ves? Sabía que esto pasaría…-Alberto fue interrumpido, su voz se ahogó apenas escuchó algo que lo dejo en shock.

-¡Monstruo marino!

-¿Luca?-esas palabras, esas dos simples palabras le desgarraron el corazón a Alberto y arrojándolo al suelo, la cabeza le dio vueltas, Luca… no podía creer que el monstruo marino a quien veía como su mejor amigo y la única persona por la que se preocupaba y amaba más que nada y nadie en este mundo se había vuelto en su contra, sus grandes ojos marrones estaban llenos de repulsión y temor, una mano temblorosa lo señalaba-¿por qué?-

Pudo ver cómo Luca daba un paso atrás apenas Giulia sacó una vara de la arena y la apuntó hacia el monstruo marino en un intento por ahuyentarlo.

-¡Quédate atrás!-exclamó la pelirroja mientras lo apuntaba con aquella vara.

-Mostro marini-una voz particularmente conocida sonó no muy lejos de donde el trío de amigos se encontraba, era Ercole, quien con sus dos secuaces, saltaban de roca en roca cargando sus propios arpones hasta llegar a donde estaba Alberto quien tenía su corazón hecho pedazos-ragazzi, ¡ahora!-

-¡No!-exclamó Luca, enseguida cubrió su boca con ambas manos en señal de puro temor. Ercole, Ciccio y Guido prepararon sus arpones con firmeza, echando los brazos hacia atrás para tener la fuerza suficiente para lanzarlos a quien intentaba huir de allí, el primer arpón falló cayendo al agua, el segundo arpón por desgracia dio en el torso del monstruo marino azul violáceo, Luca gritó y Alberto miró hacia abajo solo para encontrarse con aquel arpón atravesándolo, su cuerpo comenzó a temblar al tiempo que llevaba sus manos a la herida en un patético intento por detener su hemorragia, el tercer arpón también falló y cayó al agua. Habiendo permanecido allí unos pocos segundos, el arpón de Ercole lo había alcanzado, llegando a atravesar su cuerpo por el área del torso, el monstruo marino azul violáceo se había paralizado tras recibir ese ataque en su cuerpo, no sentía nada, no sentía nada en absoluto al menos no hasta que bajó la mirada hacia sus manos, apenas lo hizo, notó que estaban manchadas de sangre, de su propia sangre, comenzó a sentir que le fallaban las fuerzas, sobre todo en sus piernas hasta que cayó al agua.

-No puedo creerlo…-murmuró Ercole con un ligero asombro en su rostro pero enseguida ese asombro se esfumo para dar paso a una casa de pura emoción-¡lo golpeé! ¡Io vingo!-Giulia desvió la mirada hacia el chico y sin pensarlo dos veces, le dio un fuerte puñetazo que por poco le rompe la nariz-ouch…-el chico notó que algo de sangre salió de su nariz y desvió la mirada hacia Giulia completamente furioso y molesto-¡¿por qué hiciste eso?!-

-¡Eres un stolto!-gritó Giulia-¡Alberto no era un monstruo! ¡era más humano que cualquiera de nosotros!-

Al ver lo que había hecho, Luca entro al mar sin pensarlo exponiendo una parte de lo que realmente era, un monstruo marino. Los demás se sorprendieron al ver lo que sus ojos anhelaban ¡Luca también era uno de ellos! Pero a él ya no le importaba si se enteraban, no le importaba nada, solo quería intentar salvar a su mejor amigo. Una vez que se acercó a Alberto, Luca lo ayudó a incorporarse, pero estaba tan débil que terminó de rodillas en el agua, llevó su mano escamosa a la mejilla del monstruo marino azul violáceo y la acarició mientras las lágrimas se asomaban por sus ojos.

-Oh, no… Alberto, yo… lo siento, lo siento mucho-se disculpó Luca-puedo arreglar esto. Está bien, vas a estar bien. Solo… yo… traeré vendas y…-

-Luca…-dijo Alberto con voz débil-Luca, por favor, detente. Ya se acabó-

-No ¡no digas eso!-gritó el monstruo marino azul verdoso, algunas lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas dejando delgados rastros de escamas-¡vas a estar bien! Alberto, yo…-inesperadamente, Luca atrajo a Alberto hacia él abrazándolo, envolviendo sus brazos alrededor de sus hombros, el monstruo marino azul violáceo correspondió su abrazo lo mejor que pudo-no puedo vivir sin ti, yo… te amo tanto que no podría dejarte ir-

-Pero nunca estarás sin mi-le dijo Alberto, a pesar de que su voz salía bastante débil y quebrada cuando hablaba-r-recuerda, la próxima vez que le digas a Bruno que no te moleste… también estaré allí, yo siempre estaré ahí… te perdono y… yo… yo… también te amo-

-No, Alberto, por favor. No hagas esto, intenta mantenerte despierto-dijo Luca entre sollozos, pero ya era demasiado tarde, el monstruo marino azul violáceo cerró lentamente los ojos al sentir como la vida se le escapaba del cuerpo-¡no! ¿por qué? ¿por qué lo hiciste?-abrazó el cuerpo sin vida del monstruo marino en un intento por mantenerlo cerca de él al tiempo que las lágrimas comenzaban a caer sin control de sus ojos marrones-no me dejes… no me dejes, por favor… no quiero estar solo… eres mi mejor amigo y te amo-

Luca...

¡Hey, Luca!

¡Luca!

¡LUCA!

-¡Aah!-el pequeño despertó súbitamente al darse cuenta de que todo no fue nada más que un mal sueño, miró a su alrededor percatándose de que se encontraba en la casa del árbol de Giulia y que no faltaba mucho para que amanezca, desvió la mirada para saber quien lo había despertado y se encontró con Alberto junto a él observándolo con preocupación.

-¡Luca, despierta!-dijo Alberto haciendo que Luca parpadeara un par de veces para que pudiera percibir mejor las cosas a su alrededor-¿estás bien? no dejabas de patalear y gritar, y comenzaba a preocuparme por ti-

-¿A-Alberto?-dijo Luca aún confundido por lo que estaba pasando pero cuando notó que el chico de ojos verdes lo miraba con preocupación, no hizo otra cosa que sonreír y sentirse aliviado-¡Alberto! ¡estás vivo!-añadió al tiempo que se levantaba para abrazar a su mejor amigo con fuerza.

-Uh… ¿Luca? ¿estás seguro de que te sientes bien?-preguntó el chico de ojos verdes mientras correspondía el abrazo de su amigo.

-¡Por supuesto que estoy bien! ¿por qué lo dices?

-Uh, bueno… porque…-dijo Alberto mientras se apartaba del abrazo y un suave sonrojo teñía sus mejillas en señal de vergüenza-esto sonará extraño pero… pude oírte murmurar algo mientras dormías-

-Espera ¿qué?-dijo Luca, ahora era su turno para sonrojarse, no podía creer que Alberto lo hubiera escuchado hablar en sueños-y-y ¿qué tanto escuchaste?-

-Bueno… no mucho, recuerdo que en cierto punto dijiste mi nombre y creo que también un te amo-dijo el chico de ojos verdes, Luca no respondió, en cambio bajo la mirada al tiempo que un violento sonrojo comenzaba a formarse en su rostro por la vergüenza que sentía, en eso, sintió unos dedos lo sujetaban por la barbilla y elevaban su mirada de forma que se conectara con los ojos de su mejor amigo en todo momento-Luca… ¿tienes algo que decirme?-

-Uh… ¡n-no! ¡no, no tengo nada que decirte!-Luca respondió simplemente mientras se separaba de su mejor amigo-solo…-fingió un bostezo-mejor deberíamos irnos a dormir, nos espera un largo día-

-Bien, si tu lo dices-dijo Alberto restándole importancia, se encogió de hombros y se volvió a dormir en su lugar junto a Luca, esta vez dándole la espalda, por un par de minutos ninguno de ellos habló ni se molestó en voltearse para ver al otro, hasta que el menor se volteó para ver a Alberto directamente, aunque éste estuviera de espaldas.

-Hey, Alberto.

-¿Qué?

-¿Tú crees que esto valga la pena?-preguntó Luca, Alberto se volteó para verlo arqueando una ceja en señal de confusión y no entender de qué estaba hablando-quiero decir ¿arriesgar tu vida solo para poder estar aquí conmigo?-

-El riesgo es solo por diversión, cada segundo que paso contigo hace que valga la pena.

-Pero ¿y qué pasaría si nos obligaran a separarnos?

-Bueno, incluso si nos separamos, aún seguiríamos juntos-dijo el chico de ojos verdes, llevó una mano al pecho de Luca apoyándola justo donde estaba su corazón-¡justo aquí! aun así, tendrían que pasar por mis puños antes de que puedan atraparnos, por ahora estamos a salvo-

Después de decir esas palabras, Alberto se volvió a dormir, Luca imitó su acción y se acomodó dándole la espalda a su amigo; sin embargo, permaneció despierto unos segundos más pensando en lo que había dicho, de algún modo, la pesadilla le había parecido tan real pero era imposible que algo así pasara ¿verdad? si tan solo supiera que esa pesadilla no estaba muy lejos de hacerse realidad, pero tal vez, solo tal vez, podía cambiar el curso de las cosas y de esa manera evitaría que Alberto muriera por su culpa. Los días que siguieron, la rutina fue la misma que los días anteriores, Luca, Alberto y Giulia practicaban para ganar la Copa Portorosso, aunque a veces tenían que dejarlo para después ya que el chico de ojos verdes tenía que ayudar a Massimo mientras Luca se encargaba de hacer las entregas junto a Giulia en su bicicleta, en tanto eso sucedía, Lorenzo y Daniela continuaban recorriendo el pueblo con la esperanza de encontrar a Luca, pero por mucho que intentaban, sus esfuerzos por dar con él eran en vano.

Hasta que una mañana, Luca y Alberto se habían quedado dormidos hasta tarde porque ayer estuvieron entrenando todo el día, más de la cuenta, y realizando las tareas que Massimo les asignaba. Estaban tan profundamente dormidos que ni siquiera oyeron cuando Giulia abrió la ventana de su habitación con el propósito de despertarlos como lo hacía todos los días desde que llegaron al pueblo.

-¡A levantarse!-dijo la pelirroja una vez que se asomó por la ventana pero los chicos no se despertaron luego de que ella los llamó-solo quedan dos días para la carrera-la sonrisa en su rostro se desvaneció apenas vio que aún seguían durmiendo y roncando un poco, Giulia se quedó pensativa por breves segundos hasta que tuvo una idea de cómo podría despertar a sus amigos. Sin despertarlos del todo, la pelirroja arrastró a ambos monstruos marinos en sus formas humanas hasta la cocina, ya allí los ayudó a sentarse frente a la mesa y les dio unas tazas pequeñas con un líquido oscuro en ellas, Luca y Alberto observaron esto aún cansados pero con una expresión confusa en sus rostros sin tener idea de que era ese extraño líquido que les habían ofrecido-bébanlo, es espresso, los ayudara a mantenerse despiertos-

Ambos monstruos marinos gruñeron y perezosamente se acercaron a las tazas para probar aquel líquido extraño en ellas, apenas sus lenguas tocaron el espresso servido en las tazas, Luca y Alberto sintieron como las energías regresaban a sus cuerpos, poniéndose más ansiosos y excitados que de costumbre, lo que provocó que comenzaran a correr y hacer todo tipo de saltos y otras cosas más alrededor de la pequeña cocina, todo eso sucedía mientras Giulia bebía su taza de espresso despreocupadamente, después de todo, ya se había acostumbrado al comportamiento extraño que tenían sus dos amigos, además suponía que era la primera vez que probaban café y por eso estaban tan sobrecargados de energía. Luego de esa incómoda pero a su vez graciosísima escena, el trío retomó su entrenamiento para la carrera, Luca estaba practicando con la bicicleta de Giulia como siempre, cuando pasó junto a un grupo de niños que estaban comiendo gelato, éstos comenzaron a animarlo, algo que no pasó desapercibido por Ercole, quien se acercó a ellos luego de que el pequeño se alejara de allí.

-¡Oigan, lo animen!-exclamó a los niños allí presentes, todos jadearon y continuaron comiendo sus gelatos con algo de miedo en sus rostros, pero Ercole comenzó a gritarles a los niños lo que hizo que éstos se bajaran de las cajas y barriles donde estaban sentados y se alejaran corriendo de allí. Mientras eso sucedía, Daniela estaba sentada en unas escaleras de piedra que llevaban a un estrecho callejón, Lorenzo, en cambio, se entretenía con un sifón de soda que encontró entre todas aquellas cajas apiladas en el lugar.

-¡Ja, ja! ¡whoo!-exclamó Lorenzo mientras se reía y continuaba rociando soda por todas partes, casi mojando a la monstruo marino azul verdoso en su forma humana-tienes que intentar esto ¡es divertido!-

Pero tuvo que detenerse de un segundo a otro ya que un hombre lo estaba regañando por desperdiciar soda y también para que el monstruo marino verde oscuro dejara de hacer eso, éste escondió el sifón detrás de su espalda mientras sonreía de forma penosa. Para cuando Luca, Giulia y Alberto terminaron de entrenar, ya era hora de comer y ahora se encontraban de vuelta en la pequeña cocina de la casa comiendo con Massimo quien a su vez le estaba enseñando a Alberto como usar un tenedor apropiadamente para el día de la carrera, al principio, el chico de ojos verdes tuvo problemas para manipular el utensilio e incluso algo de pasta se caía de éste, pero luego de prestarle atención a la forma en que el hombre lo usaba, imitó su acción y logró recoger un poco de pasta en él.

-¡Hey! ¡lo logré!-exclamó Alberto desviando la mirada hacia Luca-Luca, mira lo que…-

Dejo de hablar al ver que el menor no estaba poniendo la más mínima atención en lo que hacía, en cambio, estaba más concentrado en ver un libro con Giulia, ambos lo miraban mientras la pelirroja explicaba lo que sea que estuviera plasmado en él al tiempo que Luca reía un poco.

-¡Esto es increíble!-le dijo Luca, ambos rieron al mismo tiempo mientras continuaban observando las páginas del libro, el chico de ojos verdes no pudo evitar gruñir un poco comiéndose la pasta que logró recoger con el tenedor, al tiempo que los observaba a ambos con los ojos entrecerrados, pero más que nada observaba a Giulia porque gracias a ella, Luca lo estaba ignorando-oh ¡wow!-

Massimo pudo reconocer que algo andaba mal con el chico de ojos verdes por la forma en que observaba a su hija y a Luca quienes se habían vuelto muy cercanos, pero prefirió no preguntarle que pasaba, porque intuyó que el chico era demasiado terco y orgulloso como para querer admitir lo que le pasaba pero también pudo sentir que estaba un poco celoso de la cercanía entre Luca y Giulia.

Lorenzo y Daniela ahora estaban en la piazza, la monstruo marino azul verdoso en su forma humana ahora se encontraba sentada en el borde de la fuente que decoraba el centro de la piazza mientras su esposo estaba subido en la base de la estatua buscando a Luca, suspiró con tristeza mientras una expresión melancólica se dibujaba en su rostro por no poder encontrarlo, un niño paso caminando por allí con un gelato en la mano pero apenas reconoció a Daniela y a Lorenzo, jadeó y se alejó rápidamente de ahí.

-No lo sé, Lorenzo-dijo la monstruo marino azul verdoso mientras bajaba la mirada hacia sus manos aferradas en el delantal de su vestido-¿fui demasiado dura con él?-

-No. Solo estabas tratando de mantenerlo a salvo-le dijo Lorenzo mientras se bajaba de la estatua y lentamente tomaba asiento junto a su esposa-es mi culpa, no le he prestado suficiente atención-

-Pero yo fui quien trató de enviarlo lejos-dijo Daniela suspirando-nunca creí que haría algo como esto, ni en un millón de años-ninguno de ellos se percató de que en ese momento, Luca, Giulia y Alberto pasaron junto a ellos mientras Luca pedaleaba la bicicleta de la pelirroja-es como si no supiera…-

-¡Puedes hacerlo, Luca!-exclamó Giulia alentándolo mientras continuaban su recorrido-¡vamos, vamos!-

-Quien es él…-dijo Daniela pero detuvo su oración y jadeó apenas vio a un pequeño niño de cabello marrón rizado y ojos del mismo color andando en una bicicleta pero no estaba solo, otro chico y una niña pelirroja iban con él, tan pronto como vio al menor de ellos, supo que se trataba de su hijo, Luca desvió la mirada a la fuente pero apenas vio a sus padres sentados en ésta, la sonrisa en su rostro se desvaneció y comenzó a pedalear lejos de allí.

-¡Luca!

-¡Luca!-exclamó Lorenzo, se levantó de la fuente y se echó a correr detrás de su esposa en un intento por querer alcanzar al pequeño quien seguía pedaleando pero más rápido esta vez, tratando de perder de vista a sus padres.

-¡Luca, detente!-dijo Daniela sin dejar de correr-¡Luca!-

-¿A dónde vamos?-preguntó Giulia al notar que el menor disminuía un poco la velocidad.

-Uh… es un atajo-respondió Luca mientras reanudaba su trayecto pero esta vez con la velocidad un poco más moderada.

-Terreno más empinado, riesgoso…-murmuró la pelirroja pensativa-me gusta-desvió la mirada hacia Alberto quien estaba sentado al final de la bicicleta-¿por qué no estás entrenando?-

-Siempre estoy entrenando-dijo Alberto con la boca llena de pasta mientras observaba a Giulia con un semblante molesto en su rostro. Luca continuó pedaleando cuesta arriba por la colina del pueblo mientras jadeaba debido al esfuerzo de tener que llevar a sus dos amigos detrás de la bicicleta, continuó su trayecto hasta que los tres llegaron a la cima de la colina, justo donde se encontraba la Torre Antica.

-Bravo, Luca-lo felicitó Giulia para luego sacar un cronómetro mostrándole a Luca el tiempo marcado-hasta ahora, has ido más rápido-dejó de hablar y desvió la mirada al escuchar el silbato del tren sonar desde la distancia-oh ¡chicos, miren eso!-señalo la dirección de donde venía el sonido y los tres vieron un tren que se alejaba y entraba en un túnel-ese es el tren a Génova-

-¿Eso va a tu escuela?-le preguntó el menor.

-Sí-respondió ella, Alberto bufó al escuchar eso.

-Me preguntaba si ¿tu escuela está abierta para todos?

-Bueno, cuesta un poco de dinero. Pero supongo que…-dijo Giulia, no obstante, fue interrumpida por Alberto.

-Estupendo. Gracias, Giulia por mostrarnos la cosa aburrida que nos llevará a ese horrible lugar-le dijo el chico de ojos verdes, luego caminó hacia Luca y lo empujó un poco-ahora ¿podemos concentrarnos en lo que importa? si perdemos esta carrera, no iremos a ninguna parte-

-Santa mozzarella, la bajada-murmuró Luca luego de posicionar la bicicleta, miró hacia el camino final que debía recorrer si quería ganar la carrera.

-Mira, sé que da miedo-le dijo Giulia tranquilizándolo mientras colocaba su mano sobre la del menor intentando infundirle ánimos, Alberto no pudo evitar sentir que los celos se apoderaban de él una vez más mientras observaba eso con el ceño fruncido-pero esto es lo que debes saber…-

-¿Quieres dejar de darle ordenes?

-Estoy tratando de calmarlo-respondió Giulia un poco cansada del extraño comportamiento del chico de ojos verdes-¿cuál es tu problema conmigo?-

-Soy su amigo-le dijo Alberto mientras colocaba una mano en el hombro de Luca-sé lo que necesita-

-Oh ¿sí? bien, entonces ¿qué es lo que necesita?

-A mí. La montaremos como lo hicimos en la isla, juntos-dijo Alberto quien se colocó en la parte delantera de la bicicleta-andiamo-

-¡No! ¡Alberto, detente!-exclamó Luca con miedo mientras bajaban por la colina a toda velocidad.

-¡Ese es Bruno hablando!

-¡No! ¡Estoy bastante seguro de que solo soy yo!-respondió Luca, ambos monstruos marinos en su forma humana continuaron descendiendo por el pueblo a toda velocidad, tratando de esquivar personas y objetos, un gato maulló mientras se alejaba de su camino-¡detente, Alberto! ¡suéltalo!... ¡cuidado!-

Ambos gritaron al llegar al final de la colina y también la calle, la bicicleta se atascó y Luca y Alberto cayeron al agua.

-Porca paletta ¿qué fue eso?-dijo Ercole bajando unos binoculares que llevaba consigo mientras miraba a su alrededor.

-¿Huh?-dijo Ciccio sosteniendo un sándwich frente a él, pero Ercole lo apartó de un manotazo.

-¡Bah! ¡ahora no, Ciccio! ¡mantengan la vista en el agua!

-¡Oh no!-Giulia se acercó al lugar donde habían caído sus amigos, comenzó a hablar al tiempo que su voz se apagaba debido a que éstos se encontraban en el agua-¡Luca! ¡Alberto!-

-Nos va a ver-le dijo Luca a su mejor amigo-¡vámonos!-

Sin más tiempo que perder, ambos monstruos marinos comenzaron a nadar lejos del pueblo. El sol se posaba sobre la orilla del mar dándole paso al atardecer y provocando que en el cielo aparezcan tonos naranja-rosado, el sonido del mar fluía y las olas golpeaban levemente las piedritas en la arena de la playa, aquel ambiente era sumamente relajante; sin embargo, esa paz fue interrumpida repentinamente por algunos chapoteos, los cuales fueron provocados por dos seres marinos que caminaron a la superficie, retirándose de esas tranquilas aguas, uno estaba más molesto que el otro.

-Mira, solo estaba tratando de mostrarte como hacerlo bien-habló Alberto mientras se acercaba a Luca quien ni se inmutó en verlo.

-¡No sabes cómo hacerlo bien!-exclamó el monstruo marino azul verdoso secándose y volviendo a su forma humana.

-Hice que bajáramos la colina ¿no?

-¡Te estrellaste! ¡en el océano!

-Está bien-dijo Alberto irónicamente mientras se secaba volviendo a su forma humana pero fue interrumpido por el menor frente a él.

-¡Nada está bien! ¡mis padres me vieron!

-Luca, tus padres no están aquí.

El tono de sus voces era demasiado notorio, el menor estaba paranoico mientras que el chico de ojos verdes se veía y se oía indiferente ante la situación, creía que simplemente estaba exagerando.

-¡No sabes de lo que estás hablando!

-Mira, este pueblo te está volviendo loco-le dijo Alberto mientras se señalaba su propia cabeza como si sus palabras no fueran suficientes para describir lo que pasaba con él o incluso comprenderlo-solo tenemos que ganar esa Vespa e irnos de aquí-

-¡Eso no hará ninguna diferencia!-dijo Luca-no quiero…-se detuvo y respiró profundo pensando en lo que iba a decir a continuación-quiero ir a la escuela-

-¿Otra vez con eso? no podemos ir a la escuela.

-Tienes miedo de no poder hacerlo-exclamó el menor mientras lo señalaba con un dedo, Alberto se mofó de esto.

-No tengo miedo-dijo el chico de ojos verdes mientras soltaba una risita-tu eres el que tiene miedo-

-¡Cállate!-gruñó Luca, ambos monstruos marinos en su forma humana gruñeron y así comenzó su pelea.

Alberto mordió la mano del menor haciéndolo gritar un poco, se empujaron más fuerte que las veces anteriores, la furia se reflejaba en sus rostros todo porque tenían opiniones diferentes, aunque tuvieran motivos para estar en desacuerdo, eso no era la mejor forma de resolver un problema, pero ¿qué se podía esperar de un par de niños? los dos aún eran jóvenes y aún tenían muchas cosas que comprender, los quejidos se hicieron más frecuentes al golpearse hasta que cayeron al suelo, rodando sobre él hasta estar nuevamente cerca de la orilla, Alberto había quedado encima de Luca, sus ojos verdes lo miraban con furia mientras lo tomaba de los hombros y lo sacudía, el rostro de Luca, en cambio, reflejaba miedo y temor en él, Alberto ya no se parecía en nada a ese chico que había conocido en la isla días atrás.

-¿Qué pasará cuando ella te vea?-preguntó Alberto mientras empujaba a Luca contra el suelo, provocando un quejido en el menor debajo de él-¿cuándo todos te vean?-

-¡Suéltame!-gruñó Luca peleando por liberarse del agarre que Alberto ejercía en él hasta que finalmente lo logró, justo cuando se puso de pie (o al menos trataba de hacerlo) el chico de ojos verdes echó hacia atrás su mano derecha que estaba cerrada en un puño listo para golpearlo; no obstante, cuando estaba a punto de atestar su golpe soltando todo su enojo y frustración, escuchó una voz familiar y femenina que interrumpió su pelea.

-¡Están vivos!-exclamó Giulia mientras se acercaba a ellos y los atraía hacia ella en un abrazo, suspiró feliz de saber que estaban bien-¡oye! Nunca más te permitiré usar mi bicicleta-agregó señalando a Alberto con una sonrisa burlona-mejor concéntrate en comer, grandote-añadió al tiempo que la pelirroja se ponía de puntillas logrando despeinar un poco el cabello del chico pero en respuesta recibió un gruñido-uh ¿qué está pasando contigo?-

-Nada, estoy bien-respondió Alberto queriendo ocultar sus celos-volvamos a entrenar-

-La verdad, tenemos algo que preguntarte-dijo Luca abruptamente mientras miraba a Giulia quien estaba parada frente a él-nos preguntábamos si podemos ir a la escuela contigo-

Santo pecorino! ¡es la mejor idea que hayas tenido!-exclamó Giulia-¡sí! ¡por supuesto!-añadió al tiempo que reía entusiasmada.

Ambos, Luca y Giulia, comenzaron a saltar y gritar felizmente mientras Alberto los observaba desde lejos, no pudo evitar volver a sentir ese dolor en su corazón que sintió aquella noche cuando Luca le dijo a la pelirroja que no sentía nada por él más que una simple amistad, pudo oír su conversación, sus risas y lo feliz que se sentía Luca de poder ir a la escuela con aquella "chica entrometida", una vez más, el chico de ojos verdes pudo sentir la sensación de abandono y quedarse solo otra vez, pero esta vez sería por la persona por quien más se preocupaba y amaba.

-Piacere Girolamo Trombetta-el enojo que Alberto sentía se convirtió en tristeza cuando oyó aquellas palabras salir de la boca del menor, ese era el saludo, su saludo especial, aquel que le enseñó ese día que lo conoció en la isla, sintió un nudo formarse en su garganta mientras trataba de retener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos.

Ya fue suficiente!-pensó el chico de ojos verdes, una vez más, los celos se incrementaron y se volvieron cada vez más notorios, apoderándose de él e impidiendo que pensara con claridad-uh, Giulia-se volteó para ver a la pelirroja con una sonrisa falsa en su rostro-tu escuela ¿acepta todo tipo de personas?-dio un par de pasos hasta que estuvo a una distancia considerable de ellos-quiero decir, ¿qué pasaría si algunos de ellos no son humanos?-

-Alberto…-murmuró Luca entre dientes, queriendo decirle a su manera que se detenga y no siguiera hablando del tema, pero Alberto hizo caso omiso.

-¿Y si algunos de ellos fueran, oh, no sé, monstruos marinos?

-¿Monstruos marinos?-preguntó Giulia claramente confundida y sin entender a que se refería el chico de ojos verdes.

-Dudo que tu escuela acepte monstruos marinos ¿verdad?-dijo Alberto mientras sonreía irónicamente y arqueaba una ceja esperando una respuesta por parte de la pelirroja, Luca se interpuso entre ellos, apartando a Alberto de Giulia fingiendo reír.

-Ah, eso es una broma muy extraña, Alberto-comentó el menor mientras se reía nerviosamente.

-Sí, lo sé, es un poco difícil de imaginar-dijo Alberto tocando el hombro del menor frente a él con su puño-¡así que déjame mostrarte!-

-¡No!-exclamó Luca intentando detenerlo, algo en su mente le decía que eso no era una buena idea, que su pesadilla de alguna forma volvería a repetirse, lo mismo sucedió en aquella pesadilla y Luca temía que lo que había visto esa noche se hiciera realidad, sin pensarlo dos veces, Alberto corrió hacia el mar y entró en él, lo que hizo que Luca se sobresaltara y jadeara, Giulia solo rodó los ojos elevando su mirada al cielo.

-Vámos-dijo suspirando, dirigiéndose al mar para tomar al chico de ojos verdes quien tenía su torso asomado en el agua.

-¡Giulia, espera!-exclamó Luca tratando de detenerla.

-No tenemos tiempo para estas tonterías-le dijo Giulia a Alberto mientras se paraba junto a él tomándolo del brazo para sacarlo del agua, Luca comenzó a temer por lo que iba a pasar después-¿huh?-la pelirroja bajo la mirada al notar algo muy inusual, su brazo (por alguna razón) se sentía más suave y resbaladizo, al verlo de cerca, gimió y dejó caer el brazo de nuevo al agua, retrocedió, tropezó cayendo de espaldas en el agua con el miedo reflejado en sus ojos, la piel ya no cubría el cuerpo de Alberto sino escamas azul violáceas. Luca cerró los ojos con miedo a lo que pudiera suceder, Alberto se levantó del agua lentamente mostrando sus puntiagudos dientes con una mirada amenazante en su rostro-¡ayuda! ¡no nos lastimes!-

El monstruo marino azul verdoso en su forma humana abrió los ojos al ver que lo que había visto en su pesadilla volvía a repetirse, Alberto había revelado su verdadera forma no porque quisiera que ella supiera la verdad, sino que fue por simples celos, por impulso, por Luca, para enseñarle como reaccionarían los humanos si supieran que él era una criatura acuática como él. Luca estaba asustado y confundido, no tenía idea de que hacer ¿qué podía hacer? ¿calmar a Giulia y decirle la verdad? ¿explicárselo? No tenía idea, esas preguntas nunca habían cruzado por su cabeza antes, estaba en blanco, hasta que su cuerpo reaccionó por sí solo.

-¿Ves? Sabía que esto pasaría…-Alberto fue interrumpido, su voz se ahogó apenas escuchó algo que lo dejo en shock.

-¡Monstruo marino!

-¿Luca?-esas palabras, esas dos simples palabras le desgarraron el corazón a Alberto y arrojándolo al suelo, la cabeza le dio vueltas, Luca… no podía creer que el monstruo marino a quien veía como su mejor amigo y la única persona por la que se preocupaba y amaba más que nada y nadie en este mundo se había vuelto en su contra, sus grandes ojos marrones estaban llenos de repulsión y temor, una mano temblorosa lo señalaba-¿por qué?-

-Y-yo…-Luca trató de hablar pero fue interrumpido por Giulia quien sacó una vara de la arena y apuntó al monstruo marino con ella en un intento por ahuyentarlo.

-¡Quédate atrás!-exclamó la pelirroja mientras lo apuntaba con aquella vara.

-Mostro marini-una voz particularmente conocida sonó no muy lejos de donde el trío de amigos se encontraba, era Ercole, quien con sus dos secuaces, saltaban de roca en roca cargando sus propios arpones hasta llegar a donde estaba Alberto quien tenía su corazón hecho pedazos-ragazzi, ¡ahora!-

-¡No!-exclamó Luca intentando detenerlo, pero Ercole lo empujó lejos golpeándolo con su codo-¡ouch!-

-¡Fuera de mi camino!-gritó Ercole sosteniendo su arpón con una mano, Ciccio y Giudo prepararon sus arpones con firmeza, extendiendo sus brazos hacia atrás para tener la fuerza suficiente para lanzarlos a quien intentaba huir, el primer arpón falló cayendo al agua, Luca cubrió su boca con ambas manos en señal de puro temor al ver como el segundo arpón se acercaba peligrosamente a Alberto, creyendo que quizás sucedería lo mismo que en su pesadilla, que volvería a repetirse y que éste terminaría matándolo, afortunadamente, el arpón de Ercole solo llegó a rozar el brazo derecho, provocándole un profundo corte y un dolor agudo.

-¡No!-gritó Luca mientras las lágrimas se asomaban por sus ojos marrones, se escuchó un quejido de Alberto quien ahora sostenía la herida en su brazo manchando su mano de sangre. El tercer arpón también falló cayendo al agua al igual que el primero, el monstruo marino azul violáceo comenzó a retirarse lentamente de allí aún sujetando su herida, volteó su mirada por última vez hacia Luca con sus ojos verdes reflejando dolor y tristeza, luego de eso, se alejó nadando de allí.

-Ah, idioti ¡dejaste que escapara!-le dijo Ercole a Luca con enojo, desvió su mirada hacia Ciccio y Giudo quienes estaban junto a él-¡a los botes! Vamos a matar un monstruo marino-

Tras decir eso, los tres matones se retiraron de la playa dejando a Luca y Giulia solos, el pequeño se quedó allí aún cubriendo su boca con ambas manos mientras sus ojos marrones reflejaban shock y miraba al mar, no podía creer que había hecho lo que acababa de hacer, casi revivió su pesadilla y Alberto por poco había muerto por su culpa, pero no iba a dejar las cosas así, claro que no, se había prometido a sí mismo que cambiaría el curso de las cosas e iba a hacerlo sin importar qué.

Esa misma noche Alberto estaba sentado en el techo de la torre, luego de haber sido herido y traicionado por quien creía que era su mejor amigo, se había retirado nadando de regreso a la isla donde todo comenzó, estaba nuevamente solo, como un comienzo debía ser. Una pequeña fogata estaba encendida, iluminando tenuemente el lugar, la herida en su brazo seguía sangrando y el monstruo marino ahora en su forma humana sintió un dolor agudo y ardor en ésta debido a que estuvo en contacto con el agua salada, llevó una temblorosa mano a la herida tratando de cubrirla mientras las lágrimas que previamente aparecieron en sus ojos verdes, comenzaban a deslizarse lentamente por sus mejillas. Nunca había llorado antes y no tenía por qué hacerlo ahora, no era alguien emocional, no lloró cuando su madre desapareció, ni cuando su padre lo abandonó, pero por alguna razón que desconocía, en ese momento quería llorar, necesitaba hacerlo, quiso soltarse y dejar ir todo el dolor, sufrimiento y angustia que cargaba con él desde hacía mucho tiempo, necesitaba quitarse esa horrible sensación que sentía dentro de él y ya no podía más, en su rostro se podían observar rastros de escamas azul violáceas debido a las lágrimas, en ese momento se prometió llorar todo lo que quisiera y si Luca volvía a la isla para arreglar las cosas con él, haría lo que siempre hacía, fingiría que no le pasaba nada y apagaría sus emociones. Ya había destruido la habitación dentro de la torre y desechó la mayoría de las cosas humanas que había coleccionado, todo dentro de esa habitación le recordaba a su padre y a Luca, no podía mirar nada de lo que había allí sin querer derrumbarse y llorar otra vez. Así que hizo lo que haría cualquiera en su lugar, tratar de seguir adelante.

-¿Alberto?-el chico de ojos verdes salió de sus pensamientos al escuchar la suave voz de Luca llamándolo, apenas lo oyó, todo lo que había pasado esa tarde regresó a su mente y le dolía horriblemente.

-¿Qué quieres?-preguntó Alberto sin ver al otro monstruo marino en su forma humana de pie detrás de él-¿qué haces aquí?-

-Lo siento, yo…-Luca suspiró-nunca debí hacer eso…-

-Sí, como sea, lo sientes ¡ahora vete!-le dijo Alberto murmurando aquella última frase-creo que ya has hecho suficiente-

-Estás herido…-dijo el menor, sacó un rollo de vendas que había traído consigo-mira, le pedí unas vendas a Giulia así que… déjame ayudarte…-

-Mira-Alberto se volteó levemente para ver al menor de pie detrás de él con una expresión triste reflejada en su rostro-ya lo entendí ¿de acuerdo? solo… vete…-

-Sabes que no voy a hacer eso-dijo Luca con un tono firme pero decidido en la voz pero aquellas palabras solo hicieron que Alberto se sintiera más enojado y herido que antes.

-Ugh… ¡solo vete de aquí!-exclamó el chico de ojos verdes volteándose por completo para ver mejor a Luca-¡no pienso decirlo otra vez!-llevó su mano una vez más a su brazo herido sintiendo un intenso dolor atravesarlo-y-yo estoy bi…-

No pudo terminar su oración porque el dolor que sentía producto de la herida era tan fuerte que había terminado colapsando en el suelo de madera quedando inconsciente.

-¡Alberto!-exclamó Luca preocupado, rápidamente corrió hacia el monstruo marino que era su mejor amigo y la persona que más le importaba y amaba, así es, finalmente pudo reconocerlo, finalmente había comprendido que lo que sentía por Alberto era algo más allá de un simple cariño de amigos, era amor. El menor lo tomó del brazo ayudándolo a incorporarse lentamente, a pesar del dolor que sentía Alberto por el corte, se confundió un poco creyendo que Luca se marcharía y lo dejaría a su suerte; sin embargo, ese no fue el caso, apenas estuvo de rodillas nuevamente, Alberto desvió la mirada del pequeño frente a él, no podía arriesgarse a que Luca lo viera en esa condición, pero esta vez no supo cómo disimular su tristeza. Luca quiso decirle algo al chico de ojos verdes, cualquier cosa, lo que sea, pero las palabras no salían de su boca, por lo que se concentró en tratar la herida de Alberto comenzando por desenrollar las vendas que había traído.

-Sé lo que dije ¿de acuerdo?-dijo el pequeño mientras comenzaba a envolver la herida en un intento por detener el sangrado-yo… entré en pánico y…-su voz comenzó a quebrarse cada vez más mientras hablaba, las lágrimas comenzaron a deslizarse de sus ojos y rodar por sus mejillas-no era mi intención-Alberto desvió su confundida mirada hacia Luca-ja… ja… quería tanto hacer esto y… tenía miedo de no volver a verte nunca más-el chico de ojos verdes no respondió porque entendía el dolor del menor, sabía bien por lo que estaba pasando, por eso actuó como había estado actuando cuando veía que estaba cerca de Giulia, no solo porque estaba "jeloso" de su cercanía sino porque también tenía mucho miedo de perderlo y que querría dejarlo para poder ir a la escuela con ella. Salió de sus pensamientos en cuanto vio que Luca ya había terminado de vendar su herida, por unos segundos, ninguno de ellos habló, solo se dedicaron a mirarse fijamente o apartar la mirada a otro punto del lugar donde se encontraban hasta que el pequeño decidió volver a hablar para romper aquella atmósfera tensa-¿Alberto? ¿qué eran aquellas marcas en la pared?-Alberto se congeló apenas Luca le hizo tal pregunta-dime de que se tratan-

-Empecé a hacerlas cuando mi papá se fue-respondió Alberto intentando ignorar aquel hecho de su pasado, en parte porque aún se sentía herido por el abandono de su padre, por mucho tiempo lo había estado esperando pensando que algún día regresaría pero a medida que pasaban los días, semanas y meses hasta convertirse en dos años enteros, llegó a la conclusión de que no volvería, se sintió culpable por un tiempo e incluso se preguntó que fue lo que había hecho mal para que su padre hubiera decidido irse sin él.

-¿Has estado viviendo aquí solo… durante todos esos días?

-Simplemente dejé de contar después de un tiempo-confesó Alberto mientras sollozaba-dijo que ya tenía edad suficiente para vivir solo, pensé que quizás…-suspiró-que quizás algún día cambiaría de opinión-pudo escuchar a Luca acercarse a él-honestamente; aun así, lo entiendo. Él está mejor sin mí y tú también-

-¡Eso no es cierto!-exclamó Luca quien comenzó a llorar más fuerte, se podían ver rastros de escamas verdosas en sus mejillas mientras gritaba-¡cállate! Solo… ¡cállate! ¡deja de hablar así! Silenzio Bruno, esa es solo la voz tonta en tu cabeza-

-Sí, lo es-gritó Alberto-tú no eres como yo, eres un buen niño y yo solo soy quien lo arruina todo-

Eso fue todo, su fachada comenzaba a resquebrajarse y a romperse, necesitaba apagar sus emociones, apagarlas definitivamente y no volver a dejarlas salir nunca más.

-Alberto…-la voz de Luca lo sacó de sus pensamientos otra vez, pudo sentir la mano del menor secar las lágrimas de su rostro.

-Lo siento, no puedo seguir ocultando esto por más tiempo, no puedo…-gritó Alberto, pequeños sollozos se escapaban de su garganta, el rostro de Luca se suavizo y sonrió de manera reconfortante.

-Está bien, Alberto… lo que sea que te este molestando, no es necesario que lo sigas guardando para ti-le dijo Luca mientras Alberto desviaba la mirada e intentaba esconder su rostro entre sus manos, pero el menor lo detuvo sujetando sus muñecas, luego movió sus manos para sostener las de Alberto entre las suyas-si hay alguien aquí que deba sentirse mal y arrepentido por lo que pasó, ese debería ser yo, así que, está bien-

-Ya no puedo seguir ocultándolo-resopló Alberto, soltando una de sus manos del agarre de Luca para intentar secar sus lágrimas y de esa forma quitar cualquier rastro de escamas.

-Y ¿qué es?-preguntó Luca tratando desesperadamente de averiguar que le pasaba al otro monstruo marino en su forma humana.

-T-tengo que decirte algo-masculló Alberto encogiéndose de dolor, aunque la herida ya estaba vendada, el chico de ojos verdes aún podía sentir ese dolor punzante-necesito que sepas que… que te amo, más que nada, tú… mi vida ha sido mucho mejor desde que estás en ella y…-se detuvo pensando en las palabras que quería decir a continuación, estuvo así unos segundos hasta que otra vez volvió a hablar-y quería agradecerte por ser mi amigo, lo eres todo para mí, ti amo, Luca Paguro-

-Alberto yo…-Luca suspiró, tomó al chico de ojos verdes frente a él por los hombros y sin detenerse a pensar en las consecuencias o en cómo reaccionaría su amigo, el pequeño se acercó y unió sus labios con los de Alberto en un beso, un beso que desafortunadamente el de ojos verdes no alcanzó a corresponder debido al shock, pues Luca se separó rápidamente avergonzado de lo que había hecho-lo siento, siento mucho lo que hice pero no encontraba otra manera de mostrarte cuanto me importas y que… creo que te amo ¿de acuerdo?-

-¿En serio?-preguntó Alberto con escepticismo-entonces… entonces ¿por qué le dijiste a Giulia que no sentías nada por mí más que amistad? ¿huh? Porque si llego a enterarme que solo estás jugando conmigo, te juro que yo…-

-Te amo ¡y lo que estoy diciendo es en serio!-dijo Luca llevando sus manos al rostro del chico de ojos verdes acunando sus mejillas entre ellas-esa noche cuando Giulia me preguntó si sentía algo por ti, no estaba seguro de mis sentimientos por ti así que le dije eso para que se calle y ya no insistir en hablar más del tema-

-Pero… creí que en realidad no te gustaba de la misma forma-murmuró Alberto bajando la mirada. La sonrisa reconfortante de Luca se desvaneció de su rostro-creí que preferías a Giulia antes que a mí y que querías ir a la escuela con ella… no quería alejarte de eso…-

-Eres más importante para mí que la escuela o cualquier otra cosa que jamás lo será-explicó Luca presionando su frente contra la de Alberto-te amo, te amo tanto que no me importa nada más, no me importa si tengo que faltar a la escuela solo para poder estar contigo, además, puedo aprender cosas nuevas aquí y también estaré contigo… solo si tú estás de acuerdo con eso-

-¡Por supuesto!-respondió Alberto colocando sus manos en los brazos de Luca al tiempo que le regalaba una pequeña sonrisa-realmente no quería que te fueras pero mientras seas feliz no me importa lo que hagas, así que si tú dices que vas a ser feliz conmigo entonces me alegra saber que te quedarás porque te amo mucho, Luca-añadió para luego cerrar la corta distancia entre ellos y darle un beso al menor, se separaron luego de breves segundos para mirarse a los ojos y reír suavemente.

-¿Qué dices si nos ganamos una Vespa?-preguntó Luca una vez que se separaron de su beso-¡así podremos huir juntos! ¡tal como lo planeamos!-

-¿Y cómo haremos eso exactamente? Giulia me tiene miedo ahora y ninguno de los dos puede nadar sin que nos atrapen y…

-¡Alberto! Escucha lo que te voy a decir ¡Giulia no te tiene miedo! ¡descubrió que también soy un monstruo marino y tampoco me tiene miedo!-explicó el menor.

-Entonces ¿qué estamos esperando?-le dijo Alberto levantándose del techo de la torre, ayudó a Luca a ponerse de pie y ambos comenzaron a caminar para salir de allí-vamos, hay que ganar esta cosa-

-¿Qué?-dijo Luca mirando al chico de ojos verdes con una ceja arqueada, Alberto detuvo sus pasos al darse cuenta de lo que había dicho, se retractó y volvió a hablar.

-Sí ¡sí!

-¡Y luego la Vespa será nuestra! ¡y nos iremos juntos!-exclamó Luca emocionado con una sonrisa en su rostro que reflejaba aún más su felicidad.

-Luca, eso es una locura-dijo Alberto sin poder creer lo que decía el menor, normalmente Luca no era tan atrevido, algo que asombró un poco a Alberto.

-Bueno, tal vez estoy loco-dijo Luca mirándolo y sin dejar de sonreír-pero solo por ti-

Aun sintiéndose atrevido, Luca se acercó a Alberto y le dio un pequeño beso en la mejilla haciendo que el chico de ojos verdes se sonrojara un poco, había visto a otras personas en Portorosso dandole esas muestras de afecto a quienes amaban, al igual que él lo hacía con su abuela, pero esta vez, quería darle esas muestras de afecto al chico que amaba, así que supuso que debía ser algo normal. Después de eso, el pequeño monstruo marino azul verdoso en su forma humana tomó la mano de Alberto y comenzó a caminar con él hacia la salida de la torre, ahora estaban más que decididos a volver a Portorosso para competir en la carrera de mañana, ayudar a Giulia a derrotar a Ercole, poner fin a sus injusticias y ganar la Vespa que tanto deseaban.

Estaban seguros de que ganarían esa vieja Vespa oxidada cueste lo que cueste.

Notas finales: One-shot finalizado el 07/02/2022
 
¡Feliz año nuevo atrasado! espero que la hayan pasado bien con sus familias, siendo honesta, no sentí como que algo haya cambiado ¿y ustedes?
 
Espero que les haya gustado el one-shot, dejo a su criterio si quieren que siga escribiendo o trabaje en una segunda parte donde Luca y Alberto se quedan en Portorosso reparando su Vespa para poder ir a visitar a Giulia a Génova mientras ella se encuentra en la escuela. Como que hubiera sido un gran final alterno para la película ¿no lo creen? pero, como dije antes, eso se los dejo a su criterio y si llegó a tener muchas respuestas afirmativas, posiblemente convierta este one-shot en un two-shot o publique la segunda parte por separado, no lo sé.
 
Aún les debo el songfic del que les hable en la nota de autor del comienzo, pero es que necesito encontrar el momento adecuado, la motivación e inspiración para querer trabajarlo, hasta entonces continuaré trabajando en la traducción del one-shot "Ephémère" para poder publicarlo en la página "Boxer & Rice" una vez que lo tenga listo. Además, estas vacaciones no solo me dedicaré a escribir de vez en cuando, sino que también debo trabajar en proyectos que me quedaron atrasados de la escuela de arte y diseñar unas fichas de personaje para la clase de Dibujo IV.
 
Ojalá puedan disculparme si llego a demorarme en terminar el songfic, publicarlo y también en terminar de corregir el one-shot "Ephémère" pero con todo lo que debo hacer no es nada fácil encontrar el momento para avanzar, la motivación e inspiración necesarias.
 
En fin, hasta entonces me despido, les mando un saludo virtual y un abrazo de comienzo de año, nos veremos en otra ocasión.
 
N3k0-Ch4N. 
 
P.D: Antes de que me olvide... comparto este video de uno de los episodios de la webserie "Bravest Warriors" creada por Pendleton Ward (así es, el mismo que creo "Adventure Time") de ahí fue que saqué lo del término "Jeloso", es que así tradujeron la palabra Jelly en los subtítulos, me hizo reír un poco, y no encontraba en dónde usar esa traducción... hasta ahora. 
 
https://www.youtube.com/watch?v=eQNG1LVgxLU
 
N3k0-Ch4N.

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