Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Propiedad por Eira Baker

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

¡Volví y con un nuevo fic que surgió mientras veía un vídeo raro en facebook! Vaya que fue extraño que me saliera algo que no fuera yaoi o.o ufff en fin, espero que lo disfruten~ y probablemente hoy suba otro fic pero de comedia n.n 

Notas del capitulo: Disclaimer: Death Note es propiedad de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. Oh y cuando digo "fic borrador" me refiero a que no está corregido por mi beta u.u cuando ella tenga tiempo libre se encargará de eso y lo subiremos por wattpad... Pero no ahora u.u 

 

Propiedad.

 

—No parece que lo quieras... —la voz sería de Mello logró asustar al pequeño que estaba debajo suyo.

 

—L-lo quiero... enserio lo quiero —repitió el pequeño albino con la voz entrecortada por el miedo, intentando ponerse menos tenso y aflojar su cuerpo.

 

Mello suspiro exasperado y se alejó del cuerpo semi desnudo del chico pálido, deslizando su pene fuera, pero este lo agarró de los brazos para detenerlo, completamente desesperado.

 

—No, Mello, no te vayas... —suplico con las lágrimas a punto de derramarse de sus ojos. Realmente no quería hacerlo, al menos no así, con Mello alcoholizado. Near sabía que quería a Mello, él era gentil y no lo golpeaba o lastimaba... No quería que se aburriera de él y lo devolviera a ese horrible lugar en dónde estuvo cautivo, en dónde le tocó ver como todas las mujeres eran usadas y abusadas, bruscamente y sin delicadeza. Todavía recuerda como una de ellas se opuso a ser vendida y luchó, pero fue en vano, como castigo fue violada por todos esos matones que cuidaban el lugar. El recuerdo de sus gritos agonizantes y su fuerte llanto seguían presentes en su memoria, junto a la imagen demacrada de esa chica… Cuando esos matones dejaron de divertirse con su cuerpo, ella había regresado con la ropa rasgada, cara sucia, cabellos desordenados, lágrimas deslizándose por sus mejillas, ojos rojizos, marcas y mordeduras por todo el cuerpo, y lo que le hicieron en su parte íntima... Fue literalmente desgarrada.

 

Near nunca tuvo suerte en su vida. 

 

Ni nunca ha tenido una vida fácil.

 

Casi muere cuando era un bebé, su mamá lo había descuidado en una cuna cerca de una ventana abierta, en pleno invierno. A los cuatro años fue testigo de cómo murió su madre, una adicta a las drogas y la prostitución, porque le debía dinero a unos narcotraficantes. A los cinco años le tocó vagar por el mundo solo y valerse por su cuenta, intentaron abusar de él pero logró huir, aunque terminó con el hombro dislocado. 

 

Prácticamente vivió su niñez en la calle, robando ágilmente o comiendo de los contenedores de basura, ya acostumbrado a andar por las calles. Al cumplir trece años sobrevivió cómo pudo, hasta que fue capturado por unos hombres con apariencia de matones y siendo llevado a la fuerza a un prostíbulo.

 

Él tuvo suerte. Tuvo suerte de haber sido comprado por una buena persona y no por uno de esos cerdos mastodontes de sonrisas repugnantes y asquerosas, que les gustaba jugar rudo y golpear a sus parejas sexuales, como el que compró a su compañera Linda, tirando de su delgada muñeca con cero delicadeza para jalarla directamente a un cuarto. Linda solo tenía catorce años. Él tuvo suerte... porque Mello lo compro permanentemente antes de que lo obligarán a ejercer la prostitución como a sus compañeras. Antes de irse recuerda que un chico llamado Matt lo agarró del brazo y le dijo con mucha seriedad: <<No debes quejarte cuando te lo meta>> y también: <<Debes dejarlo satisfecho, que no te regrese, serás la puta de todos si vuelves. Haz que se sienta feliz contigo>>. Él solo asintió en respuesta y se colgó su pequeña mochila en el hombro, caminando hacia su dueño. 

 

Mello, aquel joven apuesto de cabellos rubios y brillantes ojos azules, solamente le dijo que lo siguiera fuera de ese lugar, y él obedeció, internamente agradecido de salir de ahí, deseando que Matt logré salvar a Linda y que los dos también puedan abandonar ese infierno. Mello le abrió la puerta de un lindo auto y él subió ansioso, deseando alejarse ya y llegar a la casa del chico mayor. 

 

Las reglas de Mello eran simples: no podía hablar con nadie de dónde salió, no podía intentar huir o recibiría un castigo, no haría nada para dañarse a sí mismo, y estaba prohibido negarse a cualquier orden suya. En caso de desobedecer cualquiera de esas reglas, Mello le aseguro que lo lamentaría mucho y desearía jamás haberlo hecho. Luego de eso podía hacer lo que quisiera, vagar por el jardín, ver los programas que le parecieran interesantes en la televisión, comer lo que le gustará, y si quería salir tenía que hacerlo con él. Lo cual no era malo, la verdad tenía miedo de salir solo y terminar otra vez en aquel lugar tan horrible y espantoso.

 

Near se extrañó muchísimo cuando Mello no lo hizo suyo esa mismísima noche que llegó a su casa. Creyó que Mello lo estrujaria en la cama y tendría que tener sexo con él, pero no fue así. Mello no le puso las manos encima hasta que cumplió los dieciocho años. Lo esperó cinco años, en dónde solo le daba suaves besos en los labios y acariciaba sus mejillas, pero más de eso no. El día de su cumpleaños número dieciocho… tuvo sexo por primera vez… y no fue una experiencia desagradable. Lo hicieron suave y lento. Mello fue gentil en sus toques y lo hizo sentir muy bien con cada caricia y movimiento de sus caderas. 

 

Es por eso que no quería hacer que Mello se disgustara con él, porque se sentía feliz ahí, junto a él y con Wilson, el pequeño gatito negro con blanco que recientemente adoptaron. 

 

Near suspiro y se forzó a posar sus suaves labios contra los de Mello, presionandolos juntos y envolviendo el cuello del rubio con los brazos, sus piernas abriéndose más para dejarlo acercarse a su cuerpo. 

 

Necesitaba complacer a Mello. 

 

—Métete dentro, Mello… Hazme el amor —gimió dulcemente en su oído, para que supiera que lo disfrutaba y que le encantaba ser tocado por él. Lo cual era verdad. 

 

Mello lo jalo de los cabellos blancos y lo beso con fogosidad, devorando su boca mientras se metía de golpe y se movía inmediatamente, acelerando los movimientos de su cadera. Near se tragó el sonido de reproche y correspondió como podía a esa boca que parecía querer comérselo, soportando el horrible sabor a alcohol.

 

No le gustaba hacerlo así, con Mello en ese estado. Estaba asustado y se sentía como un juguete. Cómo una persona sin voluntad, fácil y completamente débil, cediendo a todo por miedo, dejándose usar. Solamente suplicaba que Mello no fuera brusco, que le diera algunas caricias tiernas, eso era lo único que pedía, pero la boca abandonando sus labios y presionandose con fuerza contra su barbilla y cuello, junto a los besos y mordidas bruscas en esa zona, con unas manos vagando ansiosas por cada rincón de su cuerpo, arrancándole la poca ropa que llevaba puesta... Le daba a entender que Mello está vez no lo haría lento y con cuidado. 

 

Iba a ser rudo, sería brusco y se pondría salvaje. 

 

Near se acomodó en la cama, mirando el techo de color azul oscuro con estrellas dibujadas por doquier, perfectamente sintiendo cuando Mello saco su pene de su entrada, solamente dejando la cabeza de la erección, brillosa y lubricada, apoyada contra su agujero rosado. 

 

—Eres hermoso, muy hermoso… —Mello ejecutó un brusco movimiento de su cadera y lo llenó profundamente, hasta que sus testículos chocaron contra las perfectas nalgas de Near.

 

Near se mordió los labios y su ceño se frunció ligeramente. 

 

Mello acomodo sus piernas para un mejor ingreso y Near decidió cerrar los ojos, suspirando superficialmente para calmarse y relajar su cuerpo, así evitaría el dolor. Subió lentamente sus brazos hasta la cabecera de la cama, cuando Mello se entusiasmaba se movía tan salvajemente que Near a veces se golpeaba la cabeza cuando empujaba en su interior con embestidas frenéticas y profundas, por eso aprendió a poner los brazos ahí, para impedir nuevos golpes. 

 

Near gimió suavemente cuando el chico mayor encima suyo balanceó sus caderas hacia adelante y atrás con rapidez y fuerza. 

 

—Aah… M-Mello… mngh… se siente b-bien… ah—gimió para él, recibiendo como respuesta una mordida en su cadera, una lengua mojando su torso y subiendo hacia uno de sus pezones, mordiendo el botón rosado bruscamente y luego pasando la lengua para calmar el dolor, chupando y besando. 

 

Mello se maravillo con la piel blanca como la nieve de Near, se veía tan mágico y algo fuera de este mundo por el brillo que tenía en medio de la oscuridad. Ese pequeño que estaba debajo suyo, temblando debajo de su cuerpo y gimiendo de esa manera que lo ponía más duro… no era simplemente bonito… Era exquisito. Se agachó y ocultó su rostro entre los cabellos de Near, aspirando el suave aroma de ellos.

 

Near estaba gimiendo dulcemente el nombre de Mello, él mismo moviendo sus caderas hacia abajo cuando Mello empujaba. 

 

Fue recordando...

 

Ese día Mello había llegado con olor a alcohol y caminando tambaleante, farfullando algunos insultos. Instantáneamente eso puso a Near en alerta, quien quiso ir al baño a encerrarse pero Mello lo detuvo, agarrándolo de la muñeca para luego jalarlo hacia su cuerpo y abrazarlo, cuidadosamente colocando los brazos alrededor de su cintura. Mello estaba detrás de Near, apartando un poco de su suave y blanco cabello para depositar besos húmedos en el cuello del menor. Near se incómodo y su corazón latio deprisa mientras sentía las manos del rubio bajar de su cintura hasta sus nalgas, dónde Mello las apretó y acarició. Después de eso, lo besó y lo fue empujando hacia la cama, en dónde estaban ahora. Mello le había bajado los pantalones y los bóxers con rapidez… Sentir como sus piernas eran abiertas tan violentamente fue horrible para el albino, se sentía tan expuesto y vulnerable… Con unos hambrientos ojos azules mirando atentamente su pequeño cuerpo con lujuria. Near se tragó su malestar y se obligó a permanecer quieto, gimiendo suave, como una bella muñequita de porcelana. Pero cuando Mello se presionó contra su trasero desnudo, estando piel contra piel, sin que se pusiera un condón, se sonrojó profundamente... Near se quedó desconcertado y apenado, pero se obligó a dejar salir de sus labios hinchados, a causa de los besos, el nombre de Mello en un largo gemido mientras el rubio se iba deslizando dentro suyo… En un momento fallo y sollozo adolorido… Mello no lo había preparado previamente, por eso dolía. Y por eso fue el reclamo de Mello al inicio, por suerte ya se acostumbró al dolor y pudo seguir. 

 

—M-más... Quiero más... —pidió, curvando la espalda para pegar su cuerpo al de Mello, quien rió bajito y se inclinó para besarlo apasionadamente. Near gemía contra su boca, con los labios conectados, y su mano se agarró del brazo de Mello, sujetándolo con fuerza mientras su boca era devorada por el rubio, jugando con su lengua y robándole el aliento, con sus caderas moviéndose cada vez más rápido, golpeteando contra su cuerpo con una fuerza increíble.

 

Mello beso sus labios reiteradamente, sin dejar de mover sus caderas, y encargándose de marcar cada parte del frágil cuerpo del menor. Su pene se sentía muy bien siendo envuelto por la resbaladiza, caliente y húmeda entrada de Near. 

 

—Se siente tan cálido y tan bien… —jadeo Mello, aumentando la velocidad de sus embestidas —. ¿No se siente bien sin condón, Near? —preguntó con una sonrisa divertida, mirándolo atentamente.

 

Near tenía los ojos entrecerrados, nublados por el deseo, su rostro sonrojado y una pequeña sonrisa apareció en sus labios rosados.

 

—Si... Está resbaloso y caliente… —gimió Near, sintiendo mucho placer.

 

—Entonces creo que ya no me lo pondré… —susurro lascivo, atrapando los labios de Near con los suyos en un beso demandante. 

 

Las embestidas se volvieron fuertes y frenéticas, tanto así que la cama se movía junto a las estocadas de Mello. El rechinido de la cama era tan fuerte que había asustado al pequeño Wilson, quien se escapó por la puerta abierta.

 

Todo el cuerpo de Near se sacudió cuando Mello se sumergió hasta el fondo, tocando su próstata, y rompió el beso para gemir fuertemente. 

 

—Voy a correrme dentro de ti pronto... —Near solo escuchaba a medias, estaba más ocupado dejándose llevar por el placer, gimiendo con los ojos cerrados, simplemente sintiendo cada intensa arremetida contra su frágil cuerpo que lo complacía enormemente —. Voy a lanzarlo todo dentro de ti… Near...

 

Aquellas palabras hicieron que una sensación muy intensa de placer recorriera su cuerpo entero. Los músculos de su ano se contrajeron y apresaron la hombría de Mello. 

 

—M-mierda… —gruño Mello, moviéndose con más entusiasmo dentro de Near y aprovechándose de su estrechez para adentrarse cada vez más, jadeando de placer. 

 

Su pene se siente muy bien... Siento que pronto voy a correrme —pensó Near, no resistiendo la tentación de arrojarse al chico mayor y abrazarlo —. Lléname... Arruíname... Te amo, Mello...

 

El placer de la follada frenética, con el miembro atacando una y otra vez su vientre, fue demasiado para Near que llegó al clímax repentinamente, derramándose entre ambos torsos con un gemido prolongado saliendo de sus labios. 

 

La respiración de Mello se agitó, clavó sus dedos en las caderas de Near, y luego de unas cinco furiosas y duras embestidas, de su pene brotó una enorme cantidad de semen espeso y viscoso en el interior del joven pálido. Near sintió sus mejillas enrojecer cuando ese líquido caliente llenó sus entrañas. Quiso gemir su nombre pero los labios de Mello se impactaron contra los suyos de golpe y se lo impidieron. 

 

Cuando Mello abandonó sus labios luego de besarlo largamente, Near gimoteo, aún podía sentir el sexo caliente del rubio palpitando en su sensible interior. 

 

Por esa noche estuvieron follando por horas, en diferentes posiciones y haciendo mucho ruido. Desde la habitación se podía escuchar el vulgar sonido de las bofetadas de los testículos de Mello chocando contra el trasero descubierto de Near, junto a sonidos de puro placer y gemidos que eran cada vez más desenfrenados y fuertes. 

 

—¡Ah! —Mello colapsó encima de Near una vez que se corrió en su interior, jadeando en busca de aire. 

 

La habitación ahora apestaba a sexo. 

 

—Mello… —habló débilmente el albino, removiendose en la cama un poco incómodo y agotado.

 

—Lo sé —Mello beso sus labios gentilmente y con un suspiro de satisfacción se alejó de él, deslizando su pene ya flácido fuera del agujero abusado de Near, mirando con satisfacción cómo su esperma salía de aquel agujero de color cereza. 

 

Increíble, su caliente cosa está saliendo dentro de mí...—pensó el menor, mirando débilmente aquel espectáculo tan obsceno. 

 

Near suspiró bajo, sintiendo el cuerpo adolorido y cansado, además de sudoroso, se giró un poco hasta quedar acostado de lado en la cama. Mello se acomodo detrás de él y apoyó sus labios en la piel de alabastro del pequeño, envolviendo la cintura de Near con uno de sus brazos posesivamente.

 

—Te amo, Near… —susurro adormilado, besando su delicado hombro y acurrucandose contra él. 

 

Near sonrió débilmente y un ligero rubor apareció en sus mejillas normalmente lechosas. 

 

Su vida mejoró cuando Mello lo compró. Supo lo que era dormir en una cama suavecita y cómoda. Supo lo que era no sufrir de frío o hambre. Supo lo que era sentirse a salvo. Más importante… supo lo que era sentirse amado… Había algunos desacuerdos, pero dentro de todo era feliz. Era feliz con Mello. Aquel hombre que tenía ojos azules y serios pero que no sé veían peligrosos o malvados. Al menos no con él.

 

Mello podía ser tosco y frío, pero jamás le pegó o le gritó. Tenían sexo, si. Pero jamás hizo algo que lo dañara de gravedad en sus encuentros sexuales.

 

Near sonrió amorosamente, colocando sus manos sobre las de Mello con cariño. 

 

Finalmente tenía suerte en su patética vida. 

 

The end.

Notas finales:

Vaya, como que terminó algo extraño xD perdón, es el calor que me hace delirar jsjsjsjs espero que les haya gustado y perdonen lo de Linda ;-; para su alivio, Matt pudo salvarla a ella y a las demás personas que estaban a la fuerza en ese lugar, haciéndolo volar a pedazos y escapando con Linda a Japón uwu sinceramente aún no se con quien poner a Matt ;-; está Beyond, Linda, Misa... No sé a quién elegir ;-; y necesito pensarlo bien porque los tres me gustan y cuando me decida por una, le seré fiel a esa pareja y solo escribiré sobre ella... Cómo Mello y Near, yo soy una meroneísta de corazón y jamás escribiría un fic de mis bebés con otros personajes, dios no, jamás, prefiero que muchos rinocerontes pasen sobre mi e.e 

Eso es todo, Eira los ama! :D GRACIAS POR LEER. 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).