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Una noche más por only_hope

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Notas del capitulo:

Edité el capítulo mientras la fiebre me estaba matando... por lo que, si hay algún error una disculpa, cuando me encuentre mejor lo cambio :(

Oscuridad.

¿Qué tanto podía aguantarla ahora? ¿Qué harían ahora esas pesadillas que no dejaban de torturarlo?

Se levantó una vez más sintiendo que no había dormido nada, se talló los ojos, notando que esta vez el reloj que indicaba que eran las doce que no había sonado y que, por muy buena noticia que eso pudiese parecerle, la oscuridad le recordaba que no había despertado, seguía dentro de esa enorme pesadilla sin fin.

Se levantó de la cama, buscando en el buró la linterna. Notando que… ahí no estaba el buró de siempre. - ¿Ah? – Balbuceó, tanteando entonces la cama, hasta dar con el objeto de metal que estaba buscando, dándose cuenta de que la colcha se sentía diferente. Encendió la linterna, y… esa no era su habitación, habitación.

-¿Qué… estoy haciendo aquí? – No era el cuarto que tenía ahora, pero si uno que había sido suyo, el cuarto que tenía en su vieja casa y que de vez en vez veía en sus sueños. Esos sueños eran siempre recuerdos, y no habían animatrónicos que quisieran comérselo, pero de todas maneras aluzó la cama para que los mini Freddys no trataran de salir. Checó el closet y se acercó a la única puerta que tenía el cuarto.

Pegó sigilosamente la oreja a la puerta, pero no escuchó los pasos de nadie, ni las respiraciones, iluminó el pasillo, sin ver a nadie pasar.

-¿No hay nadie?... – Su corazón se paralizó al escuchar unos pasos. Sintió miedo, pero… sería por la extrañeza de esa pesadilla, que decidió salir a investigar.

Tal vez, si Fredbear estuviera por ahí le diría que eso era lo que los niños valientes hacen, le daba por pensar. Si el sueño había cambiado de metodología, entonces tal vez podría ganar esta vez sin tener que caer en otra pesadilla casi exactamente igual. Después de todo… la pesadilla negra le había prometido algo parecido… si lograba pasar las dos noches en las que aparecía…

Iba pensando todo eso mientras salía de la habitación y recorría el pasillo. Iba para el living cuando escuchó unos pasos que casi hacen que se orine encima.

-Ha… ¿hay alguien ahí? – Oh… si se trataba de alguna de esas pesadillas seguro había sido su peor error el haber hablado, delatando que no estaba más en el cuarto, en una sala de estar donde no había ya más puertas, camas o armarios qué utilizar…

Los pasos, que antes se dirigían a otro pasillo se detuvieron en seguida, antes de resonar, esta vez más cercanos e impacientes. Sus manos temblaron al sostener la linterna, que había captado una silueta humanoide irse acercando. Kenny dio un grito al tener a la persona en frente de él.

¿Persona?

-¿Kenny? – Alex no podía creer lo que veía. El niño castaño le iluminaba con una linterna, le recorrió con la mirada: no estaba usando el pijama del hospital, ni habían vendajes en su cabeza… no había sangre por todos lados tampoco… - ¡Kenny! – Dijo sin poder evitarlo, abrazándole.

El niño se paralizó con aquello. La persona que le abrazaba la conocía. ¿Y cómo no conocer al otro castaño? ¿Si se trataba de uno de los mejores amigos de su hermano mayor? ¿Y una de las personas que más le asustaban durante el día?

Y esa última era una de las razones por las que no entendía del todo por qué le abrazaba.

-¿Estás bien? – Sentía que la voz se le rompía al preguntarlo. Pasó una mano por el pelo del niño sólo para comprobar que no había ni una cicatriz, y respiró aliviado. - ¡Estás bien! - ¡Entonces no había matado al niño!

Espera…

-¿A-Alex? – El muchacho le soltó del abrazo. – N-no creas que me incomoda esto, pero… ¿qué haces aquí? Y… ¿a qué te refieres con si “estoy bien”? - ¿Por qué no habría de estarlo?...

-¿Cómo que a qué me refiero? – Soltó – Estabas... estabas en el hospital, en un coma y… - Sólo entonces el muchacho terminó de reparar en lo que estaba haciendo antes de toparse con el niño: Había despertado en la sala de una casa que no era suya, sin interruptores y con el temor de despertar a alguien que pudiese llamar a la policía por ello.

Le quitó la lámpara a Kenny, viendo entonces mejor el lugar. - ¿Dónde estamos?

-En una pesadilla… creo… - Balbuceó el niño, notando la mirada contrariada del otro. – P-pero… nunca antes había soñado contigo… o… no directamente, no esta clase de sueños, al menos y… ¿estoy en coma?... – el sueño que había tenido hacía un par de noches apareció en su cabeza entonces, su hermano y sus amigos… metiéndolo en la boca del Fredbear real para que “le diera un gran beso”… - estoy en coma… - susurró.

Y tenía sentido… ¿cuánto tiempo llevaba ya en la pesadilla? ¿Cuánto tiempo llevaba con dolores de cabeza, dificultad para respirar…? Todo se le venía encima ahora, pero… - Tú… ¿qué estás haciendo aquí?

Alex lo razonó también, sintiendo algo de pena entonces. – Bueno, creo que entonces no es tu pesadilla, sino… la mía. Pero… yo nunca había soñado cosas así – Negó. ¿Por qué soñaría, además, con el hermano de Mike? Si, se sentía mal por haberlo casi matado, pero...

Kenny alcanzó a ver una sombra pasar a lo lejos, gracias a la linterna que aún seguía prendida. Una sombra horrible, con forma de conejo, que se acercaba a Alex. - ¡Cuidado! – Gritó, señalándola.

El castaño mayor miró sin entender lo que el menor señalaba. No pudo verlo bien sino hasta que el destrozado animatrónico azul entró al campo de visión de la lámpara, dando un grito bestial que a cualquiera asustaría.

Alex gritó también, empujando a Kenny hacia atrás y retrocediendo también, aluzando al conejo directamente a los ojos.

-¡¿Qué demonios haces, Nightmare Freddy?! – Se quejó el conejo destrozado que con dificultad reconoció como Bonnie, después de haberles gritado y asustado casi de muerte.

Alex le miró aterrado, no sabía en qué punto se había aferrado al niño que temblaba bajo sus brazos, casi como si quisiera protegerlo (o protegerse a sí mismo también) del animatrónico.

Este los vio unos segundos, se quitó la máscara en frente de ambos, por primera vez en frente de su creador y sintiéndose molesto por tener que hacerlo gracias a los extraños arranques de uno de sus compañeros.

-¿Quién… qué eres? – Se corrigió, viendo que, frente a sus ojos, ese horrible conejo destrozado y de dientes enormes… se había convertido en Brian…

-Nightmare Bonnie… - Susurró Kenny, viéndolo por primera vez de esa forma.

-¿Lo conoces? – Miedo y confusión eran los que predominaban en la voz del adolescente.

-Claro que me conoce, idiota. ¿Y tú por qué te comportas así? – Curiosamente, titubeó en sus palabras al notar un par de cosas del chico que estaba con Kenny en el living. Sus ojos no brillaban, ni traía ese ridículo sombrero negro o la pajarita del uniforme de Freddy… y su ropa era de otros colores a los de siempre…

-Es… Nightmare Bonnie – Indicó Kenny. – Es… una pesadilla. Bueno, eso creo, nunca… lo había visto así.

-¿Qué está pasando aquí? – Preguntó “Nightmare Bonnie” entonces, viendo a ambos sin entender. Señaló al castaño más grande. – Tú… ¿no eres Nightmare Freddy?

-Oh, amigo. Si quieres saber qué está pasando. Vas a tener que hacer fila – Negó Alex, fijando su atención en el niño que presuntamente había sido mordido hacía ya poco más de una semana y dejado en coma.

Kenny se llevó una mano a la cabeza, que ocasionalmente seguía punzándole de dolor. Quiso acomodar las ideas de su cabeza, antes de empezar. – Ustedes… ¿estoy teniendo una pesadilla o no? ¿Estoy en coma?... ¿Por qué te pareces a Brian? ¿Y… tú sí eres Alex? ¿O eres Freddy? Y… ¿qué está pasando? – Soltó confundido.

-Pues, hasta donde yo sé, soy Alex. Nunca he dejado de serlo. Y no sé qué está pasando aquí – Respondió el muchacho, y entonces se fijaron en el peli azul.

Suspiró. – Esta… es mi forma cuando no te asusto, Kenny – Explicó. – Estoy basado en Brian, y como Brian usa una máscara de Bonnie para asustarte, pues también estoy basado en Bonnie. No se supone que debas verme así, ni tampoco que dures tanto tiempo dormido… pero las cosas son así…

-Llevas en coma durante un buen rato… - Admitió Alex. – Por nuestra culpa…

-¿Eres Alex? – Soltó la pesadilla, incrédula. – Eso no es verdad. Estos son los sueños de Kenny, si eres real no puedes estar aquí.

-Sí, puede ser peligroso – Añadió Kenny, sin terminar de comprender a qué se estaba refiriendo Nightmare Bonnie.

-No, quiero decir, literalmente – Se explicó este, entonces. – Es el subconsciente del niño…

-¿Y cómo sabes que no es el mío? – Contra atacó Alex.

-¿Quién lleva más tiempo soñando aquí?

-¿Cómo voy a saber eso?

-¿Cómo voy a saber yo que no eres un recuerdo?

-¿Eso siquiera tiene sentido? – Kenny los observaba discutir sobre eso, antes de pasear la mirada por algo que no había notado antes; las ventanas de la casa. Fue acercándose de a poco a una de ellas, sin que los otros dos se dieran cuenta, tal y como siempre pasaban con los verdaderos ellos.

La calle era distinta a la del barrio de su nueva casa, y aunque eso debería tener sentido ya que se habían mudado hacía un tiempo… esa calle tampoco se parecía del todo a la del barrio donde antes vivían. Había…

-Oigan… - Balbuceó.

-¿Por qué habría yo de imaginar algo? Hazlo tú primero, a ver – -Aunque quisiera, genio. Eso no se puede. Ni los recuerdos, ni las pesadillas tenemos el dominio de eso. Inténtalo tú, si dices que esta es tu cabeza.

-Oigan…

-¿Y qué si Kenny lo hace, mejor? Él también tiene que probar algo…

-Chicos…

-Esta es la cabeza de Kenny, ¡todo lo que ves aquí es gracias a él!

-¡¡Cállense!! – Tal vez fue el hecho de que no estaba acostumbrado a ordenar cosas o porque una parte suya se confiaba de que era un sueño, pero sonrió al ver que los dos guardaron silencio.

Lástima que esa confianza no le duraba mucho, desvió la mirada, señalando lo que veía. - ¿Ya vieron esto?

Nightmare Bonnie frunció el ceño, acercándose junto con el presunto amigo de Michael hacia la ventana en la que estaba asomándose su creador.

Muros. Muchos de ellos. Uno enorme, que se cernía desde un extremo de la calle y se perdía a lo lejos. Se vieron entre ellos, alcanzando a ver, todavía más lejos de ahí una luz que venía desde el cielo.

Alex silbó. – Sí – Asintió, poniendo su mano en el hombro de Kenny. - ¿Sabes qué? Creo que tú ganas, es tu imaginación. Yo no suelo soñar con cosas tan extrañas… ¿qué sugieres hacer?

-¿Y-yo? – Le miró entre conmocionado y asustado. No sabía si era un sueño también, pero lo cierto, que el chico que tenía su mano en su hombro, a diferencia de “Nightmare Bonnie”, era exactamente igual al Alex que conocía. No había diferencias de cabello, de ojos… nada.

Y ahora, frente a su decisión, ¿qué podía “sugerir”? –P-pues… - Titubeó. – Hay… ¿que salir?

-Salgamos, entonces – Accedieron, poniendo más nervioso a su “guía”, quien se fijó, pues, en el de cabellos azules.

-¿Ahora qué hacemos? – Le preguntó, sin tener más ideas, cosa que medio molestó a Alex, ya que de los tres, era el que más a simple vista se le notaba que era parte del sueño.

Nightmare Bonnie paseó la mirada por el lugar, suponiendo que esa era mucha presión para el pequeño castaño, se encogió de hombros. – Pues, hay que buscar a las demás pesadillas.

-¿Hay más? – Preguntó Alex, yendo detrás de Kenny que iba detrás de ese Brian extraño que caminaba hacia el muro ese.

-Nightmare Freddy, Nightmare Chica, Nightmare Foxy, Fredbear, Plushtrap y yo – Informó. – Ellos estaban conmigo antes de que esto pasara… tal vez entre todos sepamos qué hacer,

Kenny asintió, teniendo ganas de opinar al respecto quiénes eran pesadillas ahí; ¿y el oso negro que había visto las dos noches anteriores a esa?... más no opinó nada, siguió caminando detrás de él asintiendo a lo que decía.

-Hay que entrar ahí, entonces- Razonó Nightmare Bonnie, refiriéndose a aquel muro, en tanto vio una puerta que les daba entrada. - ¿O ustedes qué dicen?

-Pues… sí, hay que entrar – Accedió el niño.

Alex frunció el ceño.

-¿Tan así como así vamos a entrar? ¿Qué tal si es peligroso? – Había tenido sueños donde lo más seguro siempre terminaba siendo lo peor.

-¿Qué sugieres tú, entonces? – Retó Nightmare Bonnie, ya empezando a ir en esa dirección.

El adolescente hizo una mueca, volteó para ver el otro lado de la calle. Pero de ese lado no había más que oscuridad. Horrible e intimidante oscuridad…

-A… ¿Alex?... – El mencionado avanzó con más prisa hacia la puerta que Nightmare Bonnie había sugerido.

-No te quedes atrás, Kenny – Le respondió al llamado del niño mientras entraba, siendo seguido de cerca por este.

 


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