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Liar por Sora Hatake

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Desde que Sasuke había abandonado la aldea, Naruto se había ido a entrenar con Jiraiya y Sakura estaba ocupada en su entrenamiento con Tsunade, Kakashi se encontraba aburrido. Iba y venía a misiones con el único fin de distraerse de la soledad que sentía al estar separado de su querido equipo 7. Ni siquiera había opción de salir con sus amigos a divertirse, porque ellos si tenían a sus equipos completos así que seguían con sus misiones en equipo cotidianas.

A veces iba a charlar con Obito de lo solo que se sentía, a veces buscaba a Tenzō, pero incluso él estaba ocupado con sus cosas de ANBU, así que el Hatake estaba a la deriva.

Tsunade noto que Kakashi estaba algo desanimado tras todo lo que ocurrió, por lo que le asigno una misión que sabría lo tendría distraído de todo aquello.

—Tenemos informes de que un extraño sujeto esta rondando al sur de la aldea, necesito que vayas allá a investigar de quien se trata —explicó la Hokage entregándole un par de documentos.

— ¿Solo eso? Cuando dijo que seria una misión muy importante pensé que seria algo más que investigar a un rarito —Kakashi estaba algo disgustado con aquella misión, esperaba algo más emociónate que ir a ver un pueblito en el sur porque había un sujeto que a los aldeanos les parecía extraño.

—Lo es, sé que quizá no te parece la gran cosa, pero es serio Kakashi, hace poco el reinado sangriento de la aldea de la niebla termino, así que estamos intentando contactarnos con el nuevo kage, el sur de Konoha es lo más similar que tenemos a una frontera con la aldea, no podemos permitir que un “rarito” interfiera en nuestras negociaciones, así que ve a encargarte de él. Necesito toda la información que puedas obtener, pero no puede saber que el ninja que copia va tras de él, si es alguien peligroso me temo que las cosas no resulten tan bien, así que intenta mantener oculta tu identidad.

Kakashi soltó un suspiro, no tenía nada mejor que hacer, quizá podría ver aquella misión como unas vacaciones ya que no creía que aquel rarito fuera realmente alguien importante o de temer, de seguro solo eran cuentos de la gente del pueblo.

Fue a su casa a empacar lo necesario, probablemente pasaría un par de semanas en aquel lugar investigando así que debía se asegurarse de llevar lo indispensable; Su preciada colección de Icha Icha Paradise claramente no podía faltar, un par de pergaminos por si tenía algún mensaje que enviar. Cuando iba a meter su ropa en la maleta noto un abrigo café y sonrió recordado la vez que lo uso, fue cuando buscando que su equipo se uniera más, se vistió como "Sukea” y los ayudo a investigar “el verdadero rostro de Kakashi”, aquellos días habían sido realmente divertidos, en aquel entonces estaban todos juntos, incluso por un motivo tan tonto como ver su rostro, hasta el mismo Sasuke se había unido a “aquella misión especial”, deseaba que esos días felices regresaran, pero como iban las cosas con su alumno sumido en la oscuridad, lo dudaba. Quizá aquel traje le serviría, al fin y al cabo Tsunade le dio que su identidad debía ser secreta.

Una vez que todo estaba listo se acerco a regar la pequeña maceta que tenía en frente a su ventana y observo los portarretratos que tenía al lado. No solo extraña los días felices con el equipo 7, también los extraña con su equipo original, nunca creyó que lo diría, pero en serio extrañaba escuchar las estúpidas excusas que daba Obito cuando llegaba tarde, la voz de Rin buscando hacer que se llevaran bien y a su sensei guiándolos por el duro sendero de ser ninjas en plena guerra. Quizá, si esa guerra no hubiera ocurrido, si él no hubiera sido tan estricto, si le hubiera dado una oportunidad a Obito de llevarse mejor desde un inicio, las cosas serian tan diferentes.

De nada servía lamentarse ahora, eso no traería de regreso a ninguno de ellos. Tomo sus cosas, apago todas las luces de su apartamento y salió del lugar para emprender camino a aquel pueblito en el sur de Konoha.

Lo primero que hizo fue recorrer el lugar buscando una posada donde quedarse el tiempo que fuera necesario, mientras lo hacia visualizaba todos los rostro de los aldeanos, ninguno de le parecía extraño y el informe decía que aquella persona usaba una máscara naranja, no entendía porque, si fuera un enemigo era uno muy estúpido ya que aquella mascara lo convertiría en un objetivo fácil.

Dejo sus cosas en la posada donde se alojaría y salió para recorrer mejor el lugar, con un radical cambio de look, siendo ahora un castaño de ojos cafés y maquillaje morado en su rostro con la intención de ocultar su cicatriz.

Pasaron uno, dos, tres días, y no notaba absolutamente nada extraño en el pueblo, comenzaba a creer que aquello era una perdida de tiempo hasta que buscando un lugar donde cenar lo encontró, pudo ver a lo lejos a aquel hombre con mascara naranja caminar por las calles del lugar. Desde lejos si que se veía sospechoso, ya que iba cubierto con una capa negra, definitivamente era un villano, uno muy idiota que llamaba la atención como alguien de desconfiar.

Entro en su papel de fotógrafo que iba curioseando el lugar buscando seguirlo, aquel hombre enmascarado entro a un bar, y claramente él entro también.

—Una botella por favor —dijo para sentarse en la barra poniendo su cámara al lado.

—No es peligroso que dejes eso ahí, podría ocurrir un accidente —dijo una voz ronca a su lado, Kakashi, o mejor dicho Sukea se giró a verlo, era él, su objetivo.

—Tienes razón, será mejor que lo guarde —contestó con una sonrisa y fingiendo torpeza para guardar el aparato.

— ¿Eres nuevo por aquí? No te había visto por este lugar antes

—Si, estoy haciendo un reportaje sobre la playa de este lugar para una revista de lugares turísticos que visitar

—Si quieres un buen lugar mejor busca otro, aquí no creo que encuentres nada —dijo atrayendo miradas molestas de la gente del lugar

El bartender se acercó para poner el trago de Sukea y una botella a su lado. —¿Qué vas a querer Tobi? De nuevo vienes solo a molestar clientes —soltó molesto

—Dame lo de siempre

Tobi, era un nombre bastante curioso, y por lo visto si que llevaba tiempo rondando aquel lugar, pero ¿por qué? ¿Por qué le había hecho la plática? ¿Ya había descubierto que lo seguía? Si ya llevaba tiempo ahí, el suficiente como para que el cantinero lo conociera, entonces ya estaba familiarizado con la gente del lugar, era normal que desconfiara de Kakashi que era nuevo.

— ¿Y tú? ¿Eres de aquí? —preguntó Sukea antes de tomar su trago

—No, estoy… de vacaciones —respondió vagamente Tobi

— ¿Entonces elegiste este lugar para vacacionar, pero no me lo recomiendas?

—Pues no, ya me di cuenta de lo aburrido que es —de nuevo atrajo miradas molestas, el cantinero se acercó para dejarle un plato de bocadillos solamente.

— ¿Y por qué sigues aquí entonces? ¿No deberías buscar un mejor lugar? Como la isla de la luna, ese lugar sí que está lindo —recomendó Sukea metido totalmente en su papel

—Lo que tiene de aburrido lo tiene de tranquilo, y es justo lo que busco de momento —Tobi tomo unos bocadillos, Sukea veía atento, quizá así podría ver quien era bajo esa mascara en forma de remolino, pero no, los metió por el agujero de su ojo provocando que arqueara una ceja confundido.

— ¿Tú no quieres un trago? —preguntó Kakashi mientras se servía más.

—No gracias, no bebo, solo vengo aquí porque me gustan los bocadillos.

—Ah, entiendo —Sukea tomo el trago de golpe, aquella situación era bastante extraña, bueno, el tipo a su lado lo era y eso provocaba que todo el ambiente lo fuera. —Pues ya que parece que tú conoces este lugar, ¿qué tal si me muestras un poco de lo aburrido que es? —quizá era una táctica un poco arriesgada, pero sabía que Tobi se negaría, si era un “villano”, claramente no iba a querer cerca  un desconocido.

—Solo si prometes invitarme la comida —respondió Tobi tirando todos los cálculos que Kakashi había hecho, definitivamente él no era alguien peligroso a quien tuviera que investigar.

Soltó un suspiro resignado—Bien, todo sea por mi reportaje

 —Eres muy profesional… eh, ¿Cuál era tu nombre?

—Sukea, solo Sukea

—Bien Solo Sukea, entonces veámonos mañana y te llevaré a los lugares más aburridos que este pueblo tiene por ofrecer —dijo Tobi ahora en un tono más juguetón

—Una critica más a este lugar y te largas de aquí —amenazo el cantinero viéndolo.

—Lo lamento…—dijo Tobi agachando su cabeza—Lamento que tengas que vivir en este horrible y aburrido lugar

—Te he aguantado muchas cosas, pero ya no lo haré más —el cantinero fue molesto hacia la salida de la barra

—Rápido, vámonos de aquí —Tobi corrió hacia la salida y jalo el abrigo de Sukea quien se levantó y fue a la salida. —Los bocadillos, ¡tráelos!

El castaño regreso, tomo el plato con bocadillos y su botella y salió corriendo del lugar, alcanzo a ver que el cantinero iba tras ellos con un cuchillo.

— ¡Corre más rápido! —gritó Tobi girándose a verlo.

—Hago lo mejor que puedo—contestó Sukea, que era una mentira, en realidad iba lento, pero debía ocultar su verdadera identidad como ninja.

Tobi se metió a un callejón y jalo a Sukea consigo, ambos se metieron a lo profundo y oscuro del lugar, mientras respiraban agitados vieron al cantinero pasar furioso mientras corría derecho.

—Eres todo un caso —dijo Sukea mientras respiraba agitado

—A veces es divertido hacer este tipo de cosas para compensar lo aburrido del lugar

Sukea sonrió de lado—Bueno, si fue divertido, aunque creo que ya no podremos regresar ahí después de esto—levantó la botella y le dio su plato de bocadillos a Tobi

—No importa, hay más lugares a donde ir, mañana que me lleves a comer te los muestro —Tobi le restó importancia para comer por el agujero de su máscara.

—Bien, estoy curioso por saber a que lugares de mala muerte me llevaras —dijo sonriendo para luego tomar de la botella que llevaba en mano.

En aquel callejón oscuro, sus voces hacían un contraste curioso, la voz gruesa de Tobi, con la voz suave de Sukea.

La capucha negra que llevaba el enmascarado había caído al correr, dejando ver una cabellera negra y larga.

—Bueno Sukea, nos vemos mañana —Tobi tiro el plato vacío y se despidió haciendo un gesto con la mano.

— ¿Dónde nos veremos? —preguntó Sukea bajando la botella, pero Tobi ya no estaba. —Vaya, eso fue rápido. —Salió de callejón y regreso a la posada en la que dormía.

Iba ya un poco mareado, no es que tuviera poca resistencia al alcohol, sino que en el camino de regreso se termino la botella de sake. Se dejo caer en la cama y vio al techo, no sabía si era por el alcohol o si lo que vio era real, pero a través del agujero de la máscara, ¿lo que había visto era el sharingan? Quizá solo estaba borracho alucinando, si, solo había tres personas con sharingan, él y los hermanos Uchiha, era imposible que alguien más lo tuviera. Cerro los ojos, y tal y como estaba mal acomodado y usando su disfraz se quedó dormido.

Tobi iba caminando por las oscuras calles, llego a la cueva donde se quedaba, La había adaptado para que fuera su lugar de descanso mientras permanecía en aquel lugar. Se quito de la capa negra y también retiro su máscara mostrando su verdadera identidad al solitario lugar que era alumbrado por velas.

Se había acercado a aquel tipo porque sintió como lo seguía, temía que Konoha se hubiera dado cuenta finalmente de su presencia en el lugar y mandaran a un ninja a investigar, pero no, solo era un reportero idiota. Aunque ese maquillaje morado en su rostro, le había recordado a Rin. Sacudió su cabeza negando para quitar esos inútiles recuerdos de su mente. Estaba ahí descansando antes de ir a la siguiente parte de su plan, se tomó un descanso después de controlar a Yagura y convertir su aldea en un maldito infierno, y ese pueblo aburrido fue el mejor lugar que encontró.  Una vez que estuviera listo tocaba seguir a la siguiente fase, unirse a Akatsuki formalmente, pero aún quería descansar otro poco para prepararse adecuadamente ante todo lo que se acercaba, quizá podría divertirse un poco con ese tal Sukea, estando cerca de él, si resultaba ser una amenaza solo terminaría rápido con él y listo, sino, solo haría de su descanso menos aburrido.

.

.

.

Sukea recorría las calles del lugar tomando fotos a diferentes puestos de artesanos que veía, si Tobi lo encontraba, sería mejor que lo viera “trabajando”. Se acercó a un puesto de comida callejera, tenía hambre ya y no pensaba esperar más al enmascarado.

Compro un pan relleno y se sentó a comer tranquilamente bajo la sombra de un árbol.

—Así que empiezas a comer sin mí —dijo Tobi que estaba sobre una rama

¿De dónde había salido? ¿En qué momento? Ni siquiera sintió su presencia acercandose, quizá si era un poco peligroso.

—Perdón, pero tardas mucho y me moría de hambre—contestó manteniendo su tranquilidad mientras comía. —Pero ¿qué te gustaría comer? ¿Quieres uno de estos? No saben tan mal

Tobi bajo del árbol de un salto para ponerse al lado de Kakashi—Mmmm quiero, ¡Dangos!

— ¿Dangos? —Repitió confundido el castaño—Pero si vamos a desayunar, eso es un dulce

— ¿Y qué? Es lo que yo quiero, y tú dijiste que me comprarías la comida

—Bien, bien, vamos —Sukea se levantó, Tobi lo guio a una casa de té donde pidió su orden de dangos mientras el castaño pidió un té.

— ¿Y a qué lugares te gustaría ir? Esta la playa, hay un santuario subiendo la montaña, también un par de lugares donde vale la pena comer

—Empecemos por el santuario, me gustaría ir allá —respondio Sukea para beber su té.

—Bien, en cuanto termine con esto, vamos —Tobi iba metiendo más dangos por su ojo

— ¿Y no te lo picas? —pregunto Kakashi señalando la acción

Tobi saco el palito vacío para comenzar a reír.

— ¿Qué? Me da curiosidad como comes, es normal que lo pregunte

—Si, pero la forma en que lo dijiste fue rara

— ¿Si no te lo picas? —repitió Sukea haciendo reír a Tobi de nuevo, analizo sus palabras y se dio cuenta del doble sentido. —Ah, vamos yo me refería a tu ojo, no seas así

—Eres divertido Sukea, me agradas —Tobi tomo su última brocheta de dulces para comerlos

—Es bueno escucharlo, al menos así tendré un conocido mientras haga mi reportaje.

Un conocido, Tobi repitió aquello en su mente y vio a Sukea quien bebía tranquilamente su té. Desde que Madara había muerto, el único  a quien podía llamar “conocido” era Zetsu negro, puede que incluso a Itachi, pero luego de la masacre del clan no lo volvió a ver. Quizá no estaba tan mal tener un compañero un par de días, sirve que seguía con sus planes de vigilarlo.

Sukea pago todo, y ambos partieron hacia la montaña.

—Creo que es un mal día para venir abrigados, ¿no? —comentó Sukea viendo el resplandeciente sol sobre ellos.

—Me he acostumbrado a estar así —Tobi comenzó a subir las escaleras que los guiaban hacia el santuario.

—Y bueno, ¿qué harás después de tus vacaciones? —preguntó Sukea buscando conocer más sobre el enmascarado.

—Pues quizá vaya a realizar un trabajo, pero no sé si resulte como lo estoy planeando

— ¿Qué tipo de trabajo?

—Estas muy curioso hoy, ¿no? —Tobi se giró a verlo

—Ah, lo lamento, es para que nos conozcamos mejor, pero si no quieres decir nada está bien —Sukea le sonrió amablemente para darle confianza

—Gracias —contestó Tobi mientras seguía la subida. — ¿Qué hay de ti? ¿Dónde vives?

—Bueno, soy un freelance así que no tengo un lugar fijo, voy y vengo al lugar donde requieran mi trabajo, una editorial en Konoha me contrató para promocionar este lugar como sitio turístico pero creo que no funcionara bien con lo poco que hay

—Así que trabajas para Konoha —aquello sonó en un tono más serio al que hablaba habitualmente Tobi

—Eh, bueno, solo por este servicio —contestó Sukea

—Y ¿por qué no desconfías de alguien como yo? Podría estarte llevando a tu muerte segura y tú vas muy confiado

Sukea se giró a verlo nervioso para detenerse—Bueno, porque…sería muy cruel que hicieras algo así después de que te invite unos dangos, ¿no?

Tobi igual se detuvo y se giró a verlo para reír. —Es broma, es broma, no te pongas nervioso —dijo dándole unos golpecitos en la espalda. —Solo que me pareció curioso que confiaras tan rápido en mí, pero de seguro por tu trabajo vas conociendo mucha gente incluso más extraña que yo

—Ah, sí, en Konoha conocí a un tipo muy raro, vestía con un pans verde bien pegadito pero lo más extraño eran sus cejas, estaban demasiado pobladas, creo que eran más grande que sus ojos

Tobi comenzó a reír al hacerse la imagen mental. — ¿Y qué podría hacer alguien así de raro?

—Creo que era un ninja, me siguió diciendo que le recordaba a alguien, se pegó mucho a mí, fue incomodo

—Quizá le gustaste

— ¿Eh? ¿Crees eso?

—Pues te ves lindo

Sukea se sonrojo levemente para ver hacia otro lado. —Gracias, tú tienes…—vio de nuevo a Tobi

—Vamos, no intentes devolver el cumplido, no puedes —Tobi negó con la cabeza

—Tienes linda voz, supongo

Tobi soltó una carcajada de nuevo—Es la primera vez que me hacen un cumplido así

— ¿Te hacen cumplidos? —preguntó Sukea

La risa del enmascarado se detuvo—No

—Pues ahí tienes uno, ¿quieres otro?

—No, con ese es suficiente, gracias —dijo Tobi

—Ah, mira la puerta es bonita—Sukea saco su cámara para tomar una fotografía a la puerta del santuario. —Vamos a entrar

—No, yo me quedo aquí, no creo que a los dioses les guste mi visita —dijo Tobi

— ¿Por qué no?

—Yo no he sido una persona muy buena últimamente —Tobi se arrepintió en el instante en que dijo eso, de seguro Sukea lo iba a bombardear de preguntas, ah, quizá si había sido mala idea acercarse a él.

El castaño se acercó y sujeto la mano cubierta por el guante negro de Tobi.

—Yo tampoco fui una buena persona, he cometido muchos errores, pero podemos purificarnos aquí.

Se dejó guiar por Sukea sin oponerse, bajo su mascara tenía una sonrisa burlona, ¿purificarse? Que estupidez, sabía que nada podría limpiar los pecados que había cometido, estaba cubierto de sangre, dejaba huellas rojas al caminar, sabía que no merecía perdón por lo que había hecho hasta ahora, y tampoco lo pedía, al contrario, el mundo debía disculparse con él por quitarle todo, por convertirlo en el monstruo tras la máscara que era justo ahora.

 Por su parte, Kakashi, cuando hacia el ritual de purificación veía sus manos manchadas de sangre, la sangre de Rin, él también lo sabía, que nada lo limpiaría, pero aun así debía fingir que lo hacía para poder vivir de forma normal.

— ¿Vas a rezarle a los dioses o dejarles alguna ofrenda? —preguntó Tobi mientras observaba a Sukea tomar fotos.

—No, de momento no tengo nada que pedir, ya tuve suficiente suerte con encontrarme a alguien que me guiará en este lugar —Sukea giro su máscara y apunto a Tobi

—No tomes fotos, no me gustan —dijo levantando su mano para cubrirse

—Está bien, no hay problema —Sukea aparto la cámara y le sonrió.

De regreso la noche ya había caído, ambos hombres caminaban por las calles alumbradas por luces de los puestos callejeros que abundaban en aquel pequeño pueblo.

—Mañana vayamos a la playa —dijo Sukea

—Bien, lo haremos después de ir a desayunar dangos

—Sigo creyendo que eso no es nutritivo

—No lo es, pero igual me gusta.

Sukea visualizo una tienda y entro. —Dame un momento

—Espera, ¿a dónde vas? —preguntó Tobi

Tras unos minutos el castaño salió con una bolsa de compras y se acercó al enmascarado.

—Toma, es para ti —dijo extendiendo la bolsa. —Si no te quieres quitar tu máscara y comer frente a mí está bien, pero por favor, come algo más sano

Tobi lo tomo, sabía que Sukea no podía ver nada tras su mascara, incluso la ranura de ojo estaba oscura, pero sentía calor en sus mejillas, estaba sonrojado, nadie había tenido un gesto así con él desde hace años, desde la última vez que vio a Rin.

—Nos vemos mañana —dijo Sukea despidiéndose con la mano para regresar a la posada donde se alejaba.

Tobi camino hacia un callejón, y ahí uso el Kamui para transportarse a su cueva. Se quitó la máscara, tenía los ojos húmedos.

—Estúpido Sukea, no seas lindo conmigo —maldijo viendo la comida que le había dado. Sentía Que era normal estar algo sensible, al fin y al cabo hace años que una persona fue amable con él, desde que ocurrió lo de la tercera guerra, se había mantenido en las sombras, sin crear ningún nuevo vínculo con nadie, y ahora, se había acercado a Sukea, en un inicio porque lo seguía, luego lo vio a detalle, le noto cierto parecido a Rin; el cabello castaño, los ojos, el morado en su rostro, la forma amable en que lo trataba. Que estúpido se sentía por ponerse así con una persona que conoció una noche antes en un bar, pero le gustaba, le gustaba volver a ser tratado como un humano.

Mientras degustaba su comida pensaba en lo que le había dicho, sobre el tipo de Konoha con cejas enormes, quizá se había topado con Gai, su ex colega, encajaba perfecto en la definición que le dio. ¿Qué estarían haciendo ahora sus antiguos compañeros? Ellos debían ser felices, siendo amigos, compartiendo cosas juntos, quería hacer eso, quería sentirse como una persona normal un poco más.

Kakashi cerró bien todas las ventanas y la puerta, se dio una ducha y decidió que era momento de escribirle a Tsunade-sama un pequeño informe sobre la misión.  No había nada sospechoso en el lugar, Tobi le parecía inofensivo, pero aún no quería irse, se la estaba pasando bien.

“Aún no encuentro al sujeto que provoca desconfianza en las personas, pero aun así me quedaré un par de días más para investigar a fondo”. Escribió, era una nota breve pero funcionaria, mañana, antes de ir al té, la enviaría a Konoha a través de Pakkun. Tomaría esa misión como unas pequeñas vacaciones, se las merecía.

Al día siguiente, Tobi era quien ya lo estaba esperando en el puesto de té.

— ¿Te caíste de la cama? —bromeó Sukea al verlo.

—Para nada, es solo que me gusta ver el amanecer, conozco un lugar donde se ve lindo —contestó Tobi

—Me lo debes mostrar también.

—Claro, te llevaré ahí luego —Sukea no lo veía, pero había una sonrisa amable bajo la máscara de Tobi.

Ambos desayunaron tranquilamente, luego fueron a la playa.

—No está nada mal, aunque he visto unas más lindas —dijo Sukea tomando fotos.

—Pues es lo que hay

Caminaron un poco por la playa y luego ambos se detuvieron para observar el extenso mar frente a ellos.

— ¿Te vas a meter? —preguntó Tobi

—No, me da miedo el mar

— ¿En serio te da miedo? —Tobi sonaba incrédulo

—Si, solo míralo, es tan extenso

—Ah, vamos, si te da miedo por eso entonces también tendría que darte miedo el cielo —dijo Tobi levantando la mirada

—Pero el mar te atrapa y una vez que te hunde no hay forma de subir, ¿no te asusta? —Sukea se giró a ver a Tobi

—No…creo que llegue a ese punto donde no me da miedo nada, ya he estado en el mismísimo infierno —Tobi agacho la cabeza un poco, lo que veía con su sharingan, el agua del mar no era azul, era roja, lo llevo a aquel momento, donde en un ataque de ira masacro a los ninjas de la niebla, donde vio como Kakashi mato a Rin. Sintió una mano sobre su hombro que lo saco de sus pensamiento y se giró a ver al castaño a su lado.

—Entonces me tranquiliza tener a alguien tan valiente a mi lado, creo que estando contigo el mar no me da tanto miedo. —dijo de forma suave dedicándole una sonrisa.

—Yo evitare que te lleve —contestó Tobi sujetando la mano de Sukea.

Ambos caminaron otro poco, Sukea levanto una caracola para verla y ponerla en su oído.

— ¿Qué haces? —preguntó Obito

—Ponla en tu oído, para que escuches el mar—le dijo Sukea dándole la caracola

Tobi llevo la caracola poniéndolo al lado de su oído, pero no podía escuchar nada, de repente sintió un pinchazo en su oreja.

—Ups, creo que es la casita de alguien —dijo Sukea riendo

— ¡Tramposo! —Tobi quito el pequeño cangrejo de su oído, — ¡Me las vas a pagar!

—Solo es una bromita —dijo Sukea sin parar de reír

— ¡Ven aquí! —Tobi se acercó a Sukea quien comenzó a correr — ¡Te voy a lanzar al mar!

— ¡Acabas de decir que me protegerías! —gritó sin parar de correr o de reírse

—Fue antes de que un cangrejo me pinchara la oreja —Tobi se lanzó sobre Sukea haciendo que ambos rodaran un poco en la arena al caer

El castaño no paraba de reír por su travesura, Tobi lo jalo de la oreja.

—Ah, vamos fue divertido —se defendió Sukea mientras seguía riendo

—Me voy a vengar, ya lo veras —Tobi soltó la oreja y se levantó para sacudirse.

—Oye, ¿no me vas a ayudar? —dijo Sukea en el piso

—Ven aquí bromitas —Tobi estiro la mano para que Sukea la tomara y pudiera levantarse

—Ha sido divertido —comentó Sukea para levantarse

—Solo para ti —soltó Tobi en queja

—Hagamos algo que te divierta a ti, ¿qué te gustaría hacer? 

— ¿Lo qué sea? —preguntó Tobi pensativo para luego ver a Sukea fijamente

—¿Qué pasa? ¿No se te ocurre nada?

—Es que ya estoy haciendo algo que me gusta al estar contigo

—Entonces sigamos juntos un poco más —dijo Kakashi para sacudirse la arena, noto que Tobi parecía verlo así que le sonrió.

Cuando Kakashi estaba solo pensó en lo que había dicho, tenerle miedo al mar, ¿qué tontería era esa? Él era Kakashi Hatake, el ninja que copia, claramente no le tenía miedo a nada, aunque bueno, cuando estaba usando la peluca y no traía su máscara solo era Sukea, y estaba bien que Sukea si tuviera miedos, ¿no? Incluso si eran tan ridículos como tenerle miedo al mar, también estaba bien que Sukea fuera amigo de aquel tipo. Siendo Sukea se había olvidado de lo solo que se sentía en Konoha, de cómo le había fallado a su equipo, Sukea solo iba por ahí tomando fotos y divirtiéndose, y ahora, siendo amigo de Tobi, quien evitaría que el mar lo hundiera a lo profundo de la soledad.

— ¿Qué harás cuando termines con tu reportaje en este lugar? —pregunto Tobi mientras ambos recorrían un sendero de flores.

—No lo sé, quizá vaya a otra aldea —contestó Sukea que iba apreciando el paisaje.

— ¿Qué aldea?

—Pues quizá vaya a la nube o a la arena

— ¿Qué hay de la niebla y la tierra? —cuestionó curioso Tobi

—No me agradan mucho esos lugares, no tengo buenos recuerdos ahí

—Ah, vaya, parece que tenemos algo en común —dijo Tobi recordando como esas aldeas fueron los lugares donde ocurrieron los episodios más traumáticos de su vida.

Kakashi estaba curioso por saber que le había ocurrido a Tobi, por su parte fueron los lugares donde perdió a Obito y Rin. No es que las otras aldeas fueran mejores, igual eran horribles, pero la aldea de la roca fue la culpable de la muerte de Obito y la aldea de la niebla provoco todo el trágico suceso con Rin. Se detuvo un momento para ver sus manos, aun con el pupilente sobre su sharingan la podía ver, la sangre de Rin estaba en ellas. Una flor roja fue puesta en sus manos.

—No sé mucho de flores, pero esa es linda, como tú —dijo Tobi  orgulloso de su acción

—Es una Lycoris radiata, o mejor conocida como la flor del infierno —comentó Sukea viéndola. —Hay una leyenda que dice, que si conoces a una persona a la que nunca volverás a ver, estas flores crecerán a lo largo de su camino, unos amantes prometieron encontrarse después de su reencarnación, pero ninguno cumplió con su promesa.

— ¿Eh? ¿En serio? ¡Entonces tírala, te buscaré una mejor! —dijo Tobi para agacharse a revisar las flores y buscar otra, era un idiota, ¿por qué le dio una flor con un significado tan triste?

—No, me gusta esta —Sukea la levanto para apreciarla mejor

—Pero

—Me gusta, porque me la has dado tú —Sukea le sonrió levantando alegre su flor. —Mejor deja de tocar que una de esas puede ser venenosa y te morirás apenas toque tu piel

— ¿Venenosa? —Tobi se giró a las flores y las soltó asustado.

Sukea comenzó a reír—Tienes guantes, eso no va a pasar 

Tobi vio sus manos para reír también. Era un completo idiota, pero parecía que Sukea no tenía problema con ser amigo de uno.

Los días divertidos siguieron pasando para ellos, iban de un lado a otro divirtiéndose como si se conocieran toda la vida, no entendían como o porque, pero sentían un lazo tan íntimo, a pesar de que sabían poco o nada del otro.

Sukea había aprendido a no preguntar más, con lo poco que Tobi le contará le bastaba. Apreciaba mucho que se abriera aunque sea un poco a él. A Tobi le agradaba que Sukea respetara su privacidad, aunque cuando el preguntaba Sukea le contará todo, sobre los viajes a distintos lugares que hizo. Fue al país de la nieve y vio una hermosa primavera, visito el país de las olas y cruzo por el puente llamado “Naruto”, también visito la isla de la luna y disfruto de un espectáculo de circo, fue al valle del fin y vio las increíbles estatuas de Madara y Hashirama. Mientras él estaba en la oscuridad, viendo lo peor del mundo, Sukea se había divertido recorriendo lugares lindos, deseaba acompañarlo a uno de esos lugares y que siguieran divirtiéndose juntos.

—Hoy sí que nos la pasamos bien —dijo Sukea mientras caminaban de regreso por la aldea.

—Si, eres bueno pescando —Tobi vio la pequeña cubeta llena que traía en la mano, todo eso era suyo, Sukea se lo dio.

—Es un pasatiempo que pocos conocen

—Oh, y tengo el honor de hacerlo entonces, gracias —Tobi se detuvo frente a una tienda de ropa que exhibía una bufanda verde

— ¿Te gusta? —preguntó Sukea

—No, es solo que…me recordó a alguien —contestó mientras la seguía viendo

—La comprare para ti, así ambos tendremos una —Sukea señalo su bufanda

—No es necesario —Tobi intento detenerlo

—Si lo es, por mi amigo —el castaño entro a la tienda y salió con la bufanda en manos para entregársela.

—En serio…no era necesario —Tobi la tomó avergonzado por el gesto

—Piensa en mi cuando la uses —dijo Sukea mientras le sonreía, ah, esa estúpida sonrisa amable que hacia temblar a todo su ser.

—Ustedes dos —los llamo un hombre a sus espaldas

Los dos se giraron extrañados a ver que sucedía para ver un grupo de personas rodeándolos a sus espaldas.

—Queremos que se vayan —habló el hombre que parecía el líder del lugar

— ¿Por qué? No hemos hecho nada malo —contestó Sukea

—El santuario fue destruido, es algo que no había pasado nunca hasta que llegaron

— ¿Por qué haríamos algo así? Hoy ni siquiera nos acercamos a ese lugar, estuvimos en el río al lado contrario del santuario —habló esta vez Tobi

—Tú eres un problemático desde que llegaste, incluso pedimos a Konoha que enviará a alguien pero nos ignoraron, solo llegue ese estúpido reportero a hacerte compañía —dijo esta vez el cantinero

Tobi y Sukea se dieron cuenta de lo mismo, ellos claramente no habían sido, y el único con quien realmente tuvieron un pequeño conflicto fue ese señor, de seguro él lo provoco buscando que la gente los ahuyentara.

—Y si no nos vamos, ¿qué harán? —preguntó Tobi, en un tono profundo e intimidante

—Haremos que se vayan —dijo quien parecía el líder levantando un tubo de metal

Sukea analizo la situación, eso no se veía bien, si había un conflicto grande la gente mandaría de nuevo quejas a Konoha y entonces se darían cuenta de que no estaba investigando nada.

—Tobi déjalo y—su frase fue interrumpida cuando sintió un golpe lanzado desde sus espaldas, por instinto su cuerpo reacciono haciendo que lo esquivara y pateara al hombre lanzándolo contra la pared.

—Que buenos reflejos —Tobi retrocedió un paso sorprendido

—Ten cuidado—advirtió Kakashi viendo como un hombre lanzaba un golpe con un palo de madera hacia su amigo quien no se inmuto, el palo lo atravesó como si fuera invisible.

—No tiene sentido pelear, vámonos —Sukea tomo la mano de Tobi y comenzó a correr

—Pero te llamaron idiota, no dejaré que esto se quede así

—No importa como me llamen, vámonos —insistió sin detenerse

 Ambos corrieron hasta llegar a la posada donde Sukea se hospedaba, el castaño lo guio a su habitación.

—Aquí nadie nos molestará

—No teníamos que huir, les podía patear el trasero fácilmente, y por lo mismo tú también —habló aun serio. —Sukea, ¿quién eres realmente?

— ¿Eh? Te lo dije desde un inicio, un reportero freelance —contestó lo más tranquilo posible, aunque estaba nervioso por el cambio de humor de su amigo

—Un reportero freelance no tiene esos reflejos tan buenos, ni esa fuerza

Sukea soltó un suspiro mientras se quitaba la bolsa donde guardaba su cámara para ponerla sobre su escritorio.

—Este bien, te lo diré, antes era un ninja, pero me retire de eso hace muchos años —Ah, odiaba mentirle, pero no podía revelar su identidad…o quizá sí, Tobi era su amigo, podía confiar en él.

— ¿Por qué te retiraste? —pregunto Tobi sentándose en la cama de la habitación

—Perdí mucho como ninja, a muchas personas importantes para mí, no era la vida que deseaba —respondió con sinceridad, incluso si era mentira, si había perdido mucho siendo un shinobi.

—Este mundo esta podrido, ¿no? —soltó Obito recordando todo lo que había pasado

—Si, pero incluso en este mundo podrido y aburrido, te encontré —Sukea se sentó a su lado y le entrego unas hojas. —Mira, ese es mi exclusivo reportaje, tienes el honor de leerlo antes que nadie, espero que te ayude a pasar el mal trago de hace rato.

—Bien, lo leeré —Tobi tomo las hojas

—Sabes…creo, que ya casi es hora de que me vaya

— ¿Ya? ¿Seguro? —Tobi se giró de inmediato a verlo

—Bueno, no ya mismo, primero, quiero ver el hermoso amanecer contigo —contestó Sukea

—Vamos mañana, te veo en la entrad de pueblo —Tobi se levantó con las hojas en mano y fue hacia la ventana

—Claro, te veo allá  

—Te devuelvo esto mañana, ¿no hay problema? —preguntó levantando las hojas

Sukea negó con la cabeza—Esta bien, disfruta la lectura

—Bien, hasta mañana, que descanses —dijo Tobi antes de saltar por la ventana y perderse entre los tejados

Kakashi soltó un suspiro. No quería irse, pero tampoco quería meterse en problemas y arrastrar a Tobi con él, se quedaría solo un poco más a seguir disfrutando de la felicidad que Tobi le daba.

El Uchiha llego a su cueva, se quito su ropa y puso su bufanda a un lado para sentarse a leer el escrito de Sukea.

“Reportaje especial del gran Sukea.

Me han enviado a una aldea fronteriza del país del fuego, es un lugar sin mucho que ver, en todo el tiempo que he estado aquí solo he podido apreciar un par de cosas encantadoras. El Santuario es uno de ellos, perfecto para purificarse de los pecados cometidos por errores. También tiene una linda playa que normalmente está vacía. Hay algunos lugares con comida deliciosa, perfecta para compartir.

Aunque en este viaje descubrí algo importante. No son los lugares lindos los que hicieron de mi viaje agradable, fue el tener un buen amigo con quien compartirlo. Conocí a “un buen chico” en este lugar, y convirtió este aburrido pueblo en una de mis aventuras más divertidas.

Si viajan, no importa si es un pueblo sin nada que ver, o si es una increíble isla paradisiaca, incluso si es el mismo infierno, háganlo con alguien que los hagas felices, con quien puedan compartir todo tipo de aventuras. Porque lo mejor de mi viaje, fue eso, la compañía de alguien que me hizo vivir muchos momentos felices.”

—Ojala pudiera ir de viaje contigo, para seguir viviendo momentos felices, porque desde que perdí a Rin, has sido la única persona que me ha hecho feliz —murmuró Obito para sí mismo mientras sentía las lagrimas bajar por su mejilla.

Ojalá pudiera haber hecho lo que Sukea, retirarse de ser ninja y tener una vida feliz, desconocía que tenía opciones, creyó que solo le quedaba seguir una senda oscura de venganza, ahora deseaba haber sido más fuerte, no dejarse manipular por Madara y seguir su vida.

Quizá, si tan solo hubiera conocido en el pasado a Sukea, las cosas serían distintas ahora. Él no sería el villano que era, no habría matado a su Sensei, ni llevado al infierno a una aldea entera. Estaría siendo feliz como Sukea, quería seguir al lado de Sukea.

— ¿Cuánto tiempo más piensas seguir jugando a esto? —preguntó una voz gruesa apareciendo en el lugar

—Eso no es de tu incumbencia —contestó Obito

— ¿De nuevo regresaste a ser un llorón? Solo te deje un par de semanas y mira el desastre que estas hecho —del suelo surgió una figura negra que se acercó a Obito — ¿Cuándo piensas continuar el plan? ¿O debo recordártelo?

—Me estoy tomando un maldito descanso, ¿crees que fue fácil controlar a Yagura tanto tiempo para hacer una mierda su aldea? —soltó molesto sin ver a aquel ente que apareció

—Por favor, si estas jugando a los amiguitos con ese fotógrafo, pero quien esta jugando mejor es él, debe divertirse mucho contigo —Zetsu negro se paró frente a Obito, viéndolo con superioridad.

— ¿A qué te refieres? —cuestionó confundido para levantar la mirada y verlo

—Los he observado, he estado investigando quien es él, y te ha estado mintiendo todo este tiempo, debe burlarse de lo estúpido que eres

Obito se levantó rápido y quedo de frente con el zetsu. — ¿Qué mierda estás hablando? Sera mejor que no te acerques más a Sukea

—Yo no haré nada, cuando lo descubras vas a acabarlo con tus propias manos —dijo mientras regresaba a la tierra —Solo paso a recordarte, que no olvides el plan que Madara dejo para este mundo

—Estúpido Zetsu, solo se apareció para arruinar mi día —dijo para sí mismo Obito mientras se sentaba de nuevo. —Sukea es… la única persona que me ha tratado bien, incluso si me oculto tras una máscara, él…es como si me conociera de siempre —tomo la bufanda verde que le había regalado.

En la tienda la veía fijamente porque le llego un recuerdo, Kakashi usaba una parecida cuando niño, pero esta bufanda era especial, no tenía nada que ver con ese traidor, esa bufanda se la dio el primer amigo que tuvo en muchos, muchos años, no era igual a aquel que mato a su amada Rin. Podía confiar en él, quizá, podría mostrarle su verdadera identidad y hacer un viaje juntos.

—Ah, que hermoso —decía Sukea viendo el amanecer.

—Te lo dije, este es el perfecto lugar para verlo —contestó Tobi

—Gracias por traerme a este lugar…y por todo —dijo Sukea sin despegar su vista del amanecer

—Oye, Sukea… tú y yo…somos amigos, ¿verdad? —preguntó Tobi

— ¡Claro que lo somos! —contestó sin dudar el castaño

—Entonces, ¿puedo confiar en ti?

—Si, puedes confiar en mí cualquier cosa —dijo Sukea sonriéndole

—Antes de que te vayas, me gustaría tener una comida contigo, sin tener nada que ocultar

Sukea abrió los ojos sorprendido. ¿A qué venía eso de golpe? ¿Lo descubrió? ¿Descubrió su verdadera identidad y aún así confiaba en él? —Esta bien, que sea nuestra última comida antes de que me vaya —contestó. Su viaje había llegado a su fin, ¿Qué más daba mostrarse tal cual es? Confiaba lo suficiente en Tobi como para revelarle su identidad.

—Bien, entonces veámonos en el té de siempre, esta vez yo invito —dijo Tobi

—Me agrada la idea, amigo. Por cierto, tengo un último regalo para ti —Sukea busco entre sus bolsas—Estira tu mano.

Tobi hizo caso y puso su palma abierta frente a Sukea, quien le coloco algo pequeño en esta. El pelinegro observo el objeto.

—Es un amuleto de buena suerte, no sé qué harás después de que tus vacaciones terminen ni cuales son tus planes, pero espero que lo logres, me gustaría que nunca más vuelvas a estar en el infierno

No lo merecía, Obito lo sabía bien, no merecía aquello, lo que haría terminaría con el mundo como lo conocían, no merecía que alguien le deseara suerte en su plan, era repudiable.

Se abalanzo sobre Sukea para abrazarlo.

—Gracias, gracias por todo —su voz parecía haberse quebrado, y aunque su rostro lo ocultara una máscara, Sukea tenía la impresión de que Tobi estaba llorando. Correspondió el abrazo con fuerza, quería quedarse más tiempo a su lado.

Se separaron y fueron a prepararse para su última comida antes de la inminente despedida.

Kakashi guardo todas sus cosas y entrego la habitación. Era la última vez que se vestía como Sukea, pero estaba listo para quitarse la peluca y el maquillaje frente a Obito, de mostrarle quien era en realidad.

Tobi, por su parte, se había cortado el cabello. Soltó un suspiro cuando se vio en el espejo, se parecía más al Obito del pasado, el que soñaba con volverse Hokage, el niño lleno de esperanza, Sukea lo trajo de regreso, le regreso un poco de esperanza en ese podrido mundo.

Dejo su capucha atrás, se puso la bufanda y luego su habitual máscara. Estaba listo para quitársela frente a Sukea, y confiarle uno de los más grandes secretos, Obito Uchiha estaba vivo.

Estaba muy ansioso, así que apenas termino de arreglarse fue a la tienda de té y espero a su amigo. Pasaron 10 minutos, luego 15, media hora. Comenzó a preocuparse, Sukea nunca llego tarde, siempre estaba puntual. Decidio buscarlo al lugar donde se hospedaba, si no estaba ahí entonces ya tenía que estar en la tienda de té.

Se asomo por la ventana pero el lugar estaba vacío, entonces regreso pero Kakashi no llegaba, ahora estaba aún más ansioso, no se pudo haber ido sin despedirse, ¿o acaso no quería mostrarle quien era en realidad.

Recorrió la aldea buscando a su amigo, visito todos y cada no de los lugares que le mostro y entonces una corazonada lo llevo al bar, a aquel lugar donde se conocieron la primera vez.

La puerta estaba abierta, en la entrada vio una mancha de sangre así que se apresuro a entrar.

En medio del lugar, lleno de hombres tirados en el suelo y jadeando, estaba él.

— ¡Sukea! ¿Estás bien? —Tobi corrió hacia su amigo

—Lamento llegar tarde, se me atravesó algo en el camino —Sukea se giró, había sangre bajando de su cabeza.

—Estos malditos desgraciados, debiste dejar que terminara con ellos ayer —reclamó Tobi molesto

—Está bien, ya me encargue —Sukea camino con pasos torpes hacia su amigo —. Solo que, estoy un poco oxidado

Tobi recorrió el lugar con la mirada, todos tenían solo un par de golpes, Sukea se había encargado de noquearlos sin provocarles gran daño, ¿por qué? Solo debió patearles el trasero, acabar con ellos como se debe.

Cuando iba camino al té, aquellos pobres sujetos arrastraron a Sukea al bar sin saber que se trataba de un experimentado ninja, que quería evitar problemas. No importo que ellos golpearan fuerte, Kakashi solo los noqueo, no buscaba dañarlos más, se supone que debía protegerlos, había sido enviado ahí para eso, no pensó que se convertiría en su enemigo.

Tobi llevo su mano al rostro de Sukea, coloco su guante sobre su mejilla y limpio la sangre que se había mezclado con el maquillaje morado, al hacerlo se dio cuenta de algo…de la cicatriz que ocultaban las marcas moradas.

Al estar tan cerca, Kakashi lo vio, aquello que creía fue una alucinación por estar borracho era verdad, el único ojo visible de Tobi, era el sharingan.

Ambos se apartaron uno del otro rápidamente.

— ¿Quién eres? —preguntaron al otro como si estuvieran sincronizados.

—Quítate la máscara —ordenó Kakashi dejando de ocultar su verdadero tono de voz

—Primero muéstrame quién eres en realidad —respondió Tobi

Al amanecer ambos confiaban plenamente en el otro, pero ahora, ahora mismo desconfiaban de quien tenían al frente.

Sukea llevo su mano a su cabello, le temblaba, estaba nervioso de hacerlo. Tobi, al ver aquella acción llevo la suya a su máscara.

Kakashi se quitó la peluca mostrando su característico cabello plateado; Tobi se quitó su máscara, dejando ver su rostro con cicatrices.

—Obito, tú —Kakashi estaba sorprendido pero no pudo decir nada más, un golpe llego a su cabeza por sus espaldas derribándolo.

Estaban tan ocupados en lo suyo que no notaron que había una persona aun consciente que ataco por detrás al ninja que copia que se encontraba distraído.

Obito apretó los puños furiosos, no podía ser cierto, tenía que ser una maldita mentira. Todo ese tiempo, todos esos momentos felices, la persona que le sonreía amablemente, era Kakashi.

El tipo que noqueo a Kakashi se abalanzo sobre él, Obito lo tomo del cuello antes de que si quiera lanzará el golpe y lo apretó hasta que dejo de moverse. Lanzo su cuerpo a un lado y camino hacia el inconsciente Hatake.

Limpio el maquillaje de su rostro por completo, ya sabía que era él, pero aun así debía confirmarlo, abrió su ojo izquierdo y quito el pupilente dejando ver el sharingan que le regalo.

Todo era falso, todo. Golpeo furioso justo al piso, justo al lado del rostro de su ex amigo.

A su alrededor todo se tiño de negro y rojo, llevo sus manos a su cabeza, los recuerdos lo golpearon violentamente, se mezclaron en su mente, los tratos y discusiones que tuvo con Kakashi en el pasado, el momento en que lo vio matar a Rin, estaban mezclados con la sonrisa de Sukea, la forma amable en que le hablaba, las risas que compartieron juntos en esos días.

Odiaba a Kakashi, ¿por qué siempre debía quedar inconsciente en los momentos críticos?

Respiro hondo para calmarse, había solo una cosa que podía hacer, era algo arriesgado, pero quería hacerlo, era lo mejor.

Notas finales:

A partir de aquí podrán elegir el descenlace de esta histoVayan a la lista de capítulos y elijan el final que deseen


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