Al ingresar por el portal blanco de aquel consultorio, Masashi podía sentir el intenso olor que el mismo desprendía y que parecía descomponerlo, estaba agotado de visitar cuanto doctor con bata impecable, para que todos le dijeran lo mismo. Arrugó la nariz, mientras el dichoso doctor le pedía que tomara asiento, Tora lo hizo con una mueca pintada en los labios que era imposible de borrar. El especialista tomó asiento frente a él, los separaba apenas un escritorio que era relativamente pequeño o eso parecía, dada que estaba lleno de papeles por todos lados. Por alguna extraña razón no podía dejar de notar que este doctor era bastante desordenado, punto que de por sí, le incomodaba bastante.
A los pocos minutos, el doctor tomó una pluma y comenzó a hablar, repasando algunas hojas mientras sus labios no paraban de murmurar aspectos a los que él por su parte estaba hasta la coronilla de escuchar. Tora no prestaba demasiada atención hasta que llegó a entender que el susodicho tenía su historial médico y ello fue proporcionado por su mejor amigo (una razón más para golpear al castaño que lo esperaba fuera) su atención al fin se dirigió al hombre que hablaba con elocuencia.
- Dígame Amano, ¿Qué es lo principal que le incomoda de tomar sus medicinas? –- Preguntó con ávido interés, logrando que el pelinegro negará ligeramente.
- No es algo que a usted le importe… ¿Cómo dijo que se llamaba?—Inquirió con desdén, mientras intentaba leer el cartel que indicaba su nombre.— ¿Sakamoto?
- Exactamente, me llamo Sakamoto. Al menos su vista aún no está tan consumida como su corazón Amano. – Expresó, respondiendo con la misma soltura con que Tora había llegado a responderle. Tora se mantuvo en silencio por unos cuantos segundos, a lo que el doctor volvió a retomar la palabra.— Mire Amano, no busco para nada que usted se muera, ni mucho menos. Sepa que usted me importa, ¿sino quién pagará mis cuentas?— Expresó con una media sonrisa, mientras observaba cómo reaccionaba a sus palabras.
- Al menos es más sincero de lo que esperaba.— Replicó, mientras se acomodaba en su asiento y se cruzaba de brazos, pero aún sin responder a la principal pregunta.
- Su amigo me habló de cómo ha surgido su patología, por lo que vi en su historial médico, no es algo tan grave. Sólo que si usted deja de tomar sus pastillas, puede agravarse. Ello sumado a su vida rutinaria, y su poca colaboración con la dieta.— Tora emitió un gruñido, al notar hasta donde había llegado Ohara para contarle todo a un desconocido.—Amano-san tenga en cuenta que le hablo de su medicaciones para poder tomar su problema de raíz. Principalmente sé que no todas las medicinas reaccionan de la misma forma frente a los diferentes organismos. Usted no es el primero al que le ocurre que un medicamento no le sienta bien o usted no se siente cómodo con ello. Pero para eso existen formas y formas de afrontarlo, como por ejemplo comenzando a cambiarlo, buscar un medicamento que cumpla con las mismas funciones que necesita, pero que quizás contengan otros componentes. Podemos ir probando.
- ¿Como si yo fuese una especie de rata de laboratorio?— Inquirió hasta cierto punto molesto, frunciendo sus labios en una mueca que al doctor le pareció de lo más adorable. Había tenido pacientes de todo tipo, pero Amano rompía la regla de todos los que había atendido.
- Piense lo siguiente ¿Que pierde con intentarlo?— Añadió mientras jugaba con la lapicera en sus manos.— Voy a hacerles unas preguntas, luego un pequeño examen e intentamos partir con el cambio de su medicación. Por ejemplo, qué es lo que menos le gusta de ella.— Pregunto, escondiendo en sus labios una pequeña sonrisa, puesto que le causaba gracia su forma de actuar para un hombre de casi 40 años.
- Está bien...Pero esto no funciona y usted y yo no nos vemos más la cara.- Añadió, en un tono que parecía amenazante mientras emitía un suspiro frustrado. — Normalmente cuando las tomo me siento demasiado cansado. Quiero dormir todo el día, y en algunas ocasiones no siento que me calmen, al contrario parece que me afectan más y me llega a doler parte del brazo izquierdo.— Pronunció aquello, percatándose como el doctor anotaba aquello y luego revisaba los papeles que tenía en una carpeta, comparando ambas cosas. El semblante del mismo había cambiado a uno de completa concentración. Por primera vez de los minutos que llevaba en aquella sala, había comenzado a prestar más atención a Sakamoto, notando que probablemente tenían la misma edad o quizás era más joven, puesto que su aspecto era un tanto juvenil. Sin duda era bastante atractivo, incluso cuando su nariz era bastante prominente, pero incluso aquello le daba un tono más gracioso a su rostro que parecía esculpido. Tora se perdió en sus pensamientos, hasta que escuchó cómo era llamado varias veces por su apellido, despertando de sus pensamientos distorsionados.
- Amano-san parece que es cierto que sus medicinas lo duermen.— Bromeo sutilmente, volviendo a ponerse serio.— Haremos una cita para mañana, díganme un horario que le quede cómodo, para hacerle unos exámenes. Sólo le voy a pedir que se venga con ropa bien cómoda.— El doctor aclaró aquello, a lo que Tora asistió y juntos ajustaron un horario donde podrán coordinar para hacer dichos exámenes. Con ello dieron por finalizada la consulta.
Al salir del consultorio, Tora se encaminó hacia donde Shou lo esperaba, este llevaba en sus manos un café. El castaño pudo notar como su amigo parecía bastante tranquilo, sintiéndose más aliviado de que al parecer no iba a matarlo. Pero en cuanto estuvo cerca lo miró de forma asesina para luego sonreírle suavemente. Juntos salieron del hospital para poder desandar el camino y regresar a la casa. En el camino el más alto se dedicó a contarle todo lo que había hablado con el especialista y cómo al día siguiente estaba citado para unos exámenes. Shou aplaudió agradecido de escuchar como él mismo estaba dispuesto a continuar, pero Tora le advirtió que aquello sólo sería si ve los resultados esperados. Si no abandonaría el barco sin más. Aparte el doctor le parecía bastante agradable, que decir le resultaba hasta atractivo pero esto último Tora no se lo mencionó, prefirió guardárselo para sí mismo.