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Idiotas en la escuela [Kimetsu no Yaiba] por Wan chan

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Notas del fanfic:

ADVERTENCIAS:

 

—Omegaverse

 

—OoC (out of character), pecando demasiado de esto.

 

Espero tomen en cuenta las advertencias y sin más que decir, disfruten este fanfic.

 

 

 

DISCLAIMER:

 

La siguiente "obra" está basada en el anime Baka to test escrita por Kenji Inoue, y los personajes usados de Kimetsu no yaiba no me pertenecen, son obra y creación de Koyoharu Got?ge.

Notas del capitulo:

¡Publico este fanfic también en Wattpad! Ahí mi pseudonimo es parecido: "Wannchann"

La Academia Kimetsu es una escuela que ha optado por implementar un nuevo sistema educativo. La primera parte de este sistema es el Examen de Invocación en Batalla. Las batallas se llevan a cabo entre Seres Invocados de diferentes clases, los cuales reciben su forma gracias a lo último en tecnología.

Otro elemento clave del sistema son los salones de clases que corresponden directamente a la habilidad de las personas. Los estudiantes toman un examen de ubicación el final de cada año escolar, y son divididos en seis grupos, desde la A hasta la F, según su puntuación.

Sin embargo, para los hermanos Soyama y la joven Koyuki fue imposible tomar dicho examen en el ciclo pasado debido a la súbita transferencia en el trabajo de su tutor, por esa razón estaban en esa escuela presentando el examen durante las vacaciones.

Un pequeño jadeo, la respiración pesada y el sonido del lápiz rodar por el suelo sonó en el silencio del salón.

—¡Koyuki!

Más rápido de lo que el profesor pudo reaccionar, Hakuji Soyama sostenía el delicado cuerpo de la joven y delicada Koyuki.

—¡Profesor! ¡Ella está con mucha fiebre, debe ir a la enfermería!

— Abandonar el salón en medio del examen de asignación corresponderá a un cero automático.

Pareciera que el profesor no tenía corazón, pero reglas son reglas.

Desde su asiento, Akaza miraba como su hermano alzaba el pequeño cuerpo de la pelinegra y salía corriendo del salón.

Hakuji haría cualquier cosa por su pequeña y dulce omega.

 

 

—Afortunadamente sus resultados llegaron a tiempo.

El profesor de artes, Uzui Tengen extendía unos pequeños sobres a ambos hermanos. Hakuji tomó también el de Koyuki.

El examen de asignación lo habían tomado tres días antes de entrar al ciclo escolar, por lo que sus resultados llegaron el primer día de clases.

—Tenía grandes expectativas sobre Hakuji y Koyuki, sin embargo, salieron del salón antes de concluir el examen.

No había opción, Hakuji reprobaría mil veces a tener que dejar a Koyuki a su suerte.

—Pero Akaza, ¿eres realmente un idiota?

La letra asignada a los tres estaba escrita en un papel adentro del dichoso sobre, sobre el papel la tinta escribía una enorme F para ellos.

—¿Es enserio? —cuestionó Hakuji al ver la letra dada a su hermano.

—Solo estudié literatura —confesó Akaza.

Tengen no les dio tiempo para hablar más entre ellos, de inmediato se colocó de pie y con un simple movimiento de cabeza les dio a entender que lo siguieran.

Desde la sala de profesores hasta el salón 3F había una considerable distancia, después de todo, el salón era el último en el plantel.

Justamente al pasar a un costado por el salón 3A, ambos hermanos se sorprendieron.

Las instalaciones del privilegiado salón eran cinco estrellas, había un área designada para su propia cafetería. Akaza juró ver una enorme fuente de agua y plantas decorativas, también un candelabro.

—Este es su salón —anunció Tengen.

Frente a ellos, se encontraba una delicada puerta shoji, en algunas esquinas se lograban apreciar pequeños orificios, la madera estaba vieja y la agarradera era un trozo de cuerda. El anuncio que indicaba el número y la letra del salón, era una hoja blanca escrita con tinta negra pegada a un trozo de madera a punto de romperse.

Se escuchaban ruidos de pláticas y uno que otro videojuego que provenían desde adentro del salón.

Tengen abrió de golpe, haciendo temblar a la pobre puerta.

—¡Guarden silencio pequeñas basuras!

Todo el salón se quedó viendo al profesor, pero solo se logró escuchar una voz femenina a modo de queja.

—¿¡Eeeh!? ¿el profesor Uzui es nuestro tutor?

—¡Ja! Ya quisieran.

Un suspiro de alivio grupal se dejó escuchar con fuerza.

—Menos mal, mi alma descansa.

—¡No estés buscando problemas iniciando el ciclo, pequeña punk! —gritó Uzui, momentos después empujó a los hermanos Soyama a su nuevo salón—. Diviértanse.

El profesor de artes desapareció rápidamente del lugar, dejándolos completamente a merced del peor grupo, sin embargo, a nadie parecía interesarle su presencia, hasta que la voz de la chica que se quejó de Uzui llamó su atención.

—No puedo creer que tengamos otros gemelos. Esta escuela parece capturarlos a todos —la chica puso sus manos sobre su cadera y sonrió —, por cierto, me llamo Ume Shabana, pero me dicen Daki. Son libres de sentarse donde quieran.

Aunque no era como que tuvieran de donde escoger.

El salón se encontraba deteriorado, la pizarra era verde, de esas viejas que usan gis, de hecho, se encontraba manchada.

Las paredes eran viejas, con manchas y restos de los que parecían haber sido panfletos pegados en ellos. Todo el salón parecía hecho sobre tatami.

Los pupitres, no había, en cambio lo que fungía como pupitres eran mesas de té y cojines, por lo que prácticamente se sentaban en el suelo.

Hakuji puso cara de descontento.

Akaza simplemente bostezo.

De repente, un flash iluminó sus rostros. El autor de la fotografía bajó la cámara y puso su mano sobre su mejilla mientras su rostro se tornaba preocupado. Los rasgos delicados y finos lo hacían parecer de repente una chica.

—Esto es malo, ¿tu cabello es así de rosa?

Akaza pasó su diestra sobre sus cabellos, la expresión seria y algo salvaje hicieron saltar al chico y sonrojarlo un poco.

—Lo es —contestó sin mucho ánimo.

—Espero no tengas problemas con el comité moral.

—Al menos él no se tiñe de colores como tú, Enmu.

El nombrado volteó molesto a su agresor verbal, quien se encontraba acostado en el suelo a lado de su mesa de té.

—Y esa es la razón por la que Zenitsu es mejor que tú, Kaigaku.

—¿Quieres pelea, Gyutaro? —reclamó Kaigaku.

—Oye viejo, no te alteres.

—¡No te metas con mi hermano! —chilló Daki.

—Bueno, al menos espero que tu si te gradúes, Daki —la melodiosa voz de un chico rubio y de ojos como el arcoíris resonó en el lugar.

—Te recuerdo que tú también estas en el salón F, Douma.

—Eres la única omega aquí, tonta —dijo Kaigaku.

—¡Enmu también es omega! —replicó Daki.

—¡Pero si eres la única mujer! —gritó Enmu.

Se hizo un silencio sepulcral justo después de eso, el ligero sonido de una brisa se dejó escuchar.

¡Idiota! Gritó todo el grupo al unísono, en un segundo todos estaban discutiendo en voz alta. Douma, Daki, Enmu y Kaigaku alegaban entre ellos; un grupo de personajes secundarios, peleaba sobre quién era el mejor omega; otro grupo debatía sobre la sexualidad de Enmu y solo dos chicos rezaban un mantra esperando a que todo terminara.

—Una bola de monos —susurró Hakuji.

El sonido de alguien deslizando la puerta de shoji hizo a todos callar de inmediato.

Quien entraba por ella era un hombre alto, con un rostro carismático, ojos grandes y un cabello tan llamativo que, si se tuviera que comparar, era idéntico al de una flama.

—Sus corazones arden jóvenes, ¡sin embargo!, la clase va a comenzar.

Tomando su lugar en el pequeño estrado de madera, el profesor de historia, Kyojuro Rengoku, sonreía ampliamente iluminando el salón con su aura positiva.

Hakuji jaló la manga del uniforme de su hermano, pero este no se movió. Extrañado, volteó a ver a Akaza y sinceramente se sorprendió de verlo tan quieto y con las mejillas sonrojadas.

Para Akaza, el profesor brilló más de lo esperado.

En su mente, se encontraba en una montaña viendo la puesta del sol en una cálida tarde de verano después de una ligera lluvia dada por una extraviada nube. El olor a petricor, pino y café llegó momentos después, como si se encontrase en un pequeño e íntimo campamento.

—Ustedes dos deben ser los nuevos —habló el profesor —, soy Kyojuro Rengoku, su profesor de historia y su tutor este año.

Aplausos, silbidos y gritos de celebración no se hicieron espera.

Cualquiera era mejor que el profesor Uzui.

—Tomen asiento en donde gusten —agregó Kyojuro.

Hakuji hizo una reverencia con la cabeza y arrastró a su hermano hasta un par de mesas desocupadas. Enfrente de él dejó a Akaza y él tomó la mesa que se encontraba en la esquina.

Al momento de sentarse, sus rodillas impactaron directamente con la deteriorada madera del suelo.

—¡Profesor! —habló alzando la mano —mi cojín no tiene relleno.

—Aguántalo, por favor —dijo Kyojuro.

De repente, una brisa fría hizo estremecer el cuerpo de Hakuji, la ventana estaba rota y una corriente de aire entraba por ahí.

—¡Profesor! —habló alzando la mano —hay una ventana rota y el viento es demasiado frio.

—Aguántalo, por favor —dijo Kyojuro.

Hakuji gruñó.

En cuanto dejó caer su mochila sobre su mesita de té, esta se quebró de una pata.

—¡Profesor! —habló alzando la mano —mi mesa se rompió.

—Aguántalo, por favor.

—¿¡Qué!?

Rengoku soltó una sonora carcajada, en cuanto se calmó sonrió ampliamente.

—Esa era una pequeña broma —del único cajón de su deteriorado estrado sacó un botecito blanco —ten un poco de pegamento para que pegues la pata de tu mesa.

—¿Es una broma, cierto?

No hubo respuesta.

 

 

—Bien, una vez explicado todo acerca de sus horarios, procederemos a otro punto importante.

Kyojuro levantó la cabeza de los papeles, de toda la hora que había pasado ahí no había podido sentarse, ¿razón? En su lugar no había silla.

—¿Ya tienen a alguien en mente para ser su representante?

El grupo de inmediato señaló a un solo punto.

O más bien a una sola persona.

Justo en medio del salón se encontraba un chico sentado perfectamente al estilo seiza, su cabello largo amarrado a una coleta iba de la mano con su porte serio y refinado.

Por cada uno de los poros de su ser gritaba que es un alfa, aunque no era el único en el salón ciertamente se imponía su presencia.

—Tomaré la responsabilidad, profesor Rengoku.

—Excelente, me alegra saber que tiene el apoyo de sus compañeros para ser reelegido por tercera ocasión, joven Tsugikuni.

“No es como que quiera ese puesto” fue el pensamiento colectivo.

El timbre sonó y Kyojuro dio por terminada la clase, anunciando que los vería después del descanso para su clase de historia.

Hakuji se extrañó por el comportamiento tan raro que había presentado su hermano durante la clase, así que caminó hasta él y en cuanto estuvo de su lado comenzó a picar su mejilla con un lápiz.

—Eres molesto.

—Y tu asqueroso. ¿Qué diablos te pasó cuando llegó el profesor?

Akaza no contestó, simplemente despeinó su cabello con ambas manos y ahogó un pequeño grito de frustración.

Su cabeza había tenido esa imagen tan repentina, de hecho, durante la clase no dejaba de fantasear con esa escena. Al pequeño campamento en su mente se agregaba el profesor Rengoku, quien pasaba amablemente una taza con café mientras le sonreía ampliamente.

En una de sus manos logró distinguir un bonito anillo de bodas, eso hizo perder más la cordura a Akaza.

—Me abdujeron los alienígenas —respondió Akaza.

 

 

La ultima hora había terminado, por las viejas y sucias ventanas se podía observar que el comienzo del atardecer.

Hakuji se puso de pie y caminó directo a Tsugikuni, hizo una reverencia rápida con la cabeza antes de hablar.

—Tsugikuni-san, me gustaría hablar con usted.

—Así se dirigen los profesores a mi hermano, por favor, llámame Kokushibo.

El nombrado se puso de pie y caminó junto a Hakuji hasta la parte más lejana del salón, aprovechando que la mayoría de los compañeros ya se habían retirado.

—Seré directo, Kokushibo.

La tensión entre ambos alfas afloró, esa sensación de pelea territorial llamó la atención de Akaza quien esperaba a su hermano. De alguna u otra manera tenía que descargar los sentimientos explosivos que se arremolinaban en su cabeza. Si Hakuji se iba a pelear con alguien, por supuesto que también participaría.

La hora de historia fue un martirio al tener que poner atención a lo que decía el profesor, cada movimiento que hacía el alto rubio producía un aroma tan relajante que parecía que Akaza era el único en ese miserable salón que lo percibía.

Y eso lo confundía.

—¿Qué sucede? —preguntó Kokushibo.

—Estuve pensando, ¿acaso la escuela no es una representación de la sociedad? ¿No es acaso esto una clara discriminación hacía las personas? No estoy dispuesto a permitir semejante sobajes a un grupo de personas que solo han cometido un error en sus vidas.

Akaza alzó una ceja, ¿Qué pretendía Hakuji con semejante discurso?

—Estoy dispuesto a pelear de manera justa y directa, para así obtener el derecho de hablar acerca de nuestras inconformidades. Y el mundo sabrá que no somos marginados sin aspiraciones.

—Así que ya sabes todo acerca del examen de invocación en batalla. No podría esperar menos de un recomendado de la escuela del Norte.

Hakuji guardó silencio, apenado, llevó su mano hasta su nuca para rascarla.

—Estaba tratando de que sonara como una causa noble, no por conveniencia propia.

—Estoy al tanto de los problemas de salud de tu novia, un salón como este solo causará problemas en ella.

Hakuji alzó la mirada, frente a él estaba un alfa en quien se notaba podía confiar de alguna u otra manera.

Una sutil sonrisa apareció en el rostro de Kokushibo, volteando a ver a ambos hermanos. A diferencia de él con su propio gemelo, Yoriichi, ellos parecían ser más cercanos.

—Siendo honesto, estaba pensando lo mismo. Sin embargo, a diferencia de ti, yo quiero probar a todo el mundo que no tienes que ser bueno en todo como esta escuela exige.

Akaza estaba confundido ¿qué diablos estaba pasando?

—¿Qué es un examen de invocación en batalla? —preguntó.

Los otros dos miraron directamente al chico de cabello rosa. Hakuji lo suponía, Akaza no se había molestado en leer el reglamento interno de la escuela.

Claramente podían escuchar alguien gritar a la lejanía un idiota­~

 

 

Al día siguiente habían pedido la hora de tutoría a Kyojuro, y aunque Akaza no se sentía mentalmente de acuerdo con su hermano y el representante del grupo, el profesor terminó accediendo en cuanto le explicaron sus intenciones.

Kokushibo tomó lugar en el pequeño y deteriorado estrado, mientras los hermanos Soyama lo flanqueaban como guardaespaldas. De hecho, traían lentes de sol.

—¡Escuchen todos! —la dura e impecable voz de Kokushibo sonó por todo el salón, alzándose sobre los murmullos y el sonido de los videojuegos, digna de un gran alfa—, como representante del salón quiero proponer un examen de invocación en batalla.

La tarde anterior Hakuji se la pasó dándole a Akaza una catedra rápida, sintetizada y con dibujos sobre que era un examen de invocación de batalla.

La Academia Kimetsu tiene un sistema llamado Examen de Invocación en Batalla o EIB, en el cual, bajo la supervisión de un profesor los estudiantes pueden invocar a un ser con poderes de ataque según su puntaje en el tema determinado -el tema es dado por la materia de cada profesor-.

Se puede retar a otros grupos usando a estos seres. Si alguien de un grupo inferior derrota a alguien de un grupo superior, cambiarán de equipo y salón de clases.

En otras palabras, si derrotamos a algún grupo su salón nos pertenecerá, y Koyuki podrá venir a estudiar sin problemas” pensó Hakuji.

Solo tengo que aplastarlos en una pelea. Pan comido” pensó Akaza.

—¿No es demasiado precipitado, viejo? —cuestionó Gyutaro.

Kokushibo se hizo a un lado, dando paso a Douma. El joven alfa de cabellos rubios y ojos como el arcoíris aclaro su garganta y extendió sus brazos antes de empezar su discurso.

—La escuela ha dado su veredicto acerca de nosotros y nos lo muestra con hechos. Mesas de té, cojines sin relleno, ¡los profesores no tienen en donde sentarse! Para ellos no somos más que escoria, lo último de la cadena alimenticia, basura sin derecho a quejarse, mentes perdidas en el libertinaje sin la capacidad de mostrar de que son capaces. Caballeros y Ume, aquí es cuando yo les pregunto, ¿están contentos con estas horribles instalaciones?

—¡Claro que no! —gritó todo el grupo.

—¿¡Por qué soy a la única que excluyes, cabrón!?

Pero Douma no le hizo caso, así que siguió hablando.

—Si ganamos un EIB, su salón nos pertenecerá. Lentamente iremos tomando fuerza, verán que no somos solo escoria y cuando menos se den cuenta, el salón 3A será completamente nuestro.

Todos quedaron aturdidos, ¿las fabulosas instalaciones del salón 3A? por supuesto que cualquiera se apuntaría por tremendo botín.

—Si nosotros ganamos, podemos despedirnos de este miserable sitio ¿Qué dicen? ¿Quieren quedarse opacados en el lodo o brillar cual diamantes?

Un grito de guerra resonó por todo el salón.

—El primer paso será declararle la guerra al salón 3E —, Kokushibo retomó la palabra, extendió su mano y señaló a uno de los gemelos Soyama —, te dejaré el importante papel de embajador a ti. Ve y declara la guerra al grupo E, Akaza.

—¿Yo?

Hakuji se sentía tan sorprendido como su hermano. Akaza es un idiota temperamental que solo entiende a los golpes la mayor parte del tiempo, un papel tan delicado e importante como un embajador no podía ser dado a su hermano menor.

—¿Qué no les pasan cosas malas a los embajadores de países inferiores cuando ellos declaran la guerra? —susurró Kaigaku al grupito de personas que se encontraba con el jugando póker.

—¿Tu como sabes eso? —cuestionó Enmu.

—Lo leí en una novela erótica que tiene mi viejo. “Las pasionales guerras de las amazonas” o algo así se llamaban.

Hakuji ignoró el resto de la conversación que tuvo ese par, solo se quedó con la pregunta de Kaigaku, pero de inmediato cayó en cuenta de que su hermano era carne de cañón. Esperaba que su aspecto de delincuente y su género de alfa le ayudaran a sobrevivir.

Aun así, Akaza se encontraba indeciso ante semejante papel.

—Akaza —, Kokushibo posó sus manos sobre los hombros del chico, su voz se tornó gentil pero decidida —, eres el único que puede hacer esto por nosotros.

En ese momento Hakuji se dio cuenta de lo terrorífico que podía ser Kokushibo. Él nunca habló, dejó a Douma hacer el lavado de cerebro a todo el grupo, incitándolos a una guerra que pueden perder. Parecía convencer a su hermano y todo esto sin ensuciarse las manos.

Vaya mente siniestra que tiene.

—Si te hace sentir mejor, finge que te engañé.

Akaza asintió decidido.

Definitivamente Kokushibo era de temer

 

 

La ultima campana había sonado, la luz naranja del atardecer inundaba el salón 3F.

Kokushibo y Hakuji tenían una amistosa partida de shogi mientras tomaban té. Douma les hacía compañía pues había sido sobornado por Kokushibo para dar tremendo discurso.

¿Su paga? Una foto reciente de la joven Shinobu Kocho de la clase 3A tomada por Enmu.

La delicada puerta de shoji fue abierta de golpe, por ella entró Akaza, un par de golpes se dejaban ver en su rostro y en definitiva le habían destrozado la camisa.

Douma se le quedo viendo, sí, es un alfa, pero sabe reconocer la belleza cuando la ve, y Akaza Soyama tenía la belleza de un leopardo de las nieves; misterioso, salvaje y encantador. Lo más llamativo eran esos dos tatuajes de líneas alrededor de cada brazo enmarcando sus bíceps, tatuajes que de seguro le causarían severos problemas con el comité de moral.

Una amplia sonrisa adornó el rostro de Douma, y sus mejillas se ruborizaron ligeramente. Akaza tenía una anatomía envidiable y bien pulida.

—¡Me engañaste! —gritó el recién llegado.

—Pensé que esto sucedería —contestó Kokushibo.

—¡Lo sabías!

—Solo tomé mis precauciones. Saliste prácticamente ileso.

El sonido del techo resquebrajándose les hizo voltear de inmediato, del ducto de ventilación caía el cuerpo de Gyutaro, sirviendo como colchón para Enmu quien cayó por el mismo hoyo.

—¡Eso fue peligroso! Casi muero intoxicado por químicos.

—Viejo, pesas.

Enmu se quitó de encima, y en cuanto notó la presencia del resto, su vista de inmediato se fijó en el aspecto de Akaza, su rostro explotó en vergüenza. Algo maravilloso estaba enfrente de sus ojos.

Douma lo notó de inmediato, un rival. Enmu sintió la amenaza en los ojos arcoíris de Douma. Una tensión que solo ellos dos sintieron se formó.

Enmu no dejaría que Douma se acercara a Akaza, así que lanzó un ataque.

—Tu foto de Shinobu, se nota que te gusta mucho.

—Solo aprecio la belleza de las personas.

Ah~ sáquenme de aquí” pensó Gyutaro, pues recordó malos momentos cuando esos dos se pelearon por un chico del salón 2E que usaba una estúpida cabeza de jabalí.

Hakuji suspiró, se quitó su saco y se lo dio a su hermano para que se cubriera hasta llegar a su hogar. Akaza había olvidado el suyo.

Molesto, Akaza tomó el saco y se lo colocó, sin pedir permiso se sentó cerca de la mesa y tomó el té Kokushibo para beberlo de golpe.

—Maldita sea, al menos actúa como si lo lamentaras, representante.

Al alzar la vista vio que Douma y Enmu le sonreían, pareciera que pequeñas flores y brillos estaban alrededor de ellos. Eso a Akaza le dio repelús.

—No hay vuelta atrás. Es lo que querías ¿Hakuji?

El pelinegro sonrió, sus ojos azules como el cielo se volvieron decididos. Akaza reconoció esa determinación en su hermano, iba a darlo todo.

—Estoy listo —dijo Hakuji.

 

 

La directora de la academia Kimetsu es una mujer seria y justa. Su cabello blanco como la nieve sumado a sus ojos negros daban a su rostro una expresión apacible.

—¿Así que los de tercero han declarado un EIB al inicio del ciclo?

Frente a ella se encontraba el profesor de historia, Kyojuro.

—Tienen la valentía, la pasión y sus razones para ser los primeros del semestre.

Amane Ubuyashiki sonrió, gustaba de ver el entusiasmo de sus estudiantes.

—Es lo que mi esposo hubiera querido.

Ella tomó el permiso del EIB y lo selló aprobatoriamente.

—Espero la enseñanza en esta batalla sea favorable para ellos.

Notas finales:

¡Hola!


Es la primera vez que escribo para el fandom de Kimetsu no Yaiba, así que espero gusten mucho de esta historia.


El AU escolar me gusta mucho, y por lo que estuve leyendo de fanfics acerca de esta pareja, es demasiado solicitado jajaja así que les traigo otra más para la colección, también tomo el AU de gemelos Soyama, porque pues, me pueden mucho esas dos versiones del personaje jeje


Esta historia va más para el AkaRen/AkaKyo (Akaza x Rengoku), pues es la primera pareja que me ha llegado a gustar y no puedo dejarla. Me han inspirado para hacer esta historia, y más con ese AU escolar que me recordó a una vieja serie de comedia llamada Baka to test la cual me divertía mucho. De hecho, los primeros cuatro capítulos están inspirados (y de hecho copiados, con el fin de dar a entender sobre el EIB y el sistema de invocaciones) de ese anime.


Aunque voy a tocar y desarrollar a la pareja principal de esta historia, más que romance o drama, espero sea comedia, algo para pasar el rato y que les haga reír. También está hecha para burlarnos un poco de las 6 lunas superiores y los demonios.


Cabe aclarar que habrá más parejas. Unas con más protagonismo que otras. También hay parejas hetero, y parejas que tal vez no sean muy populares.


Decidí que esto fuera un omegaverse solo porque sí, pero no habrá dramas acerca del celo o problemas con la sociedad (de esos problemas que hacen mucho drama), por lo que espero esto termine siendo una historia barata, sin muchos giros, fácil de leer y con estupideces al mil por hora.


Es una comedia simplista con un montón de sucesos convenientes para la trama, con posiblemente alguno que otro chiste sexual, y sin llegar a nada más que insinuaciones. Aun así, espero poder traerles una historia sexual aparte, pero no esperen mucho de mi jajaja


Ojalá hubiera un apartado para Kimetsu en esta plataforma :'c


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