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Angra Mainyu por Mascayeta

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Sigmund Maxwell esperaba la respuesta de la abogada de los Malfoy, Pansy leía con calma cada uno de los pergaminos en los que aparecían las pruebas en contra de Granger y Ginevra.

El abogado movía la pierna impaciente, la mujer no decía nada y él creyó que fue un error haber confiado en Greyback, el hombre lobo era el cazador de la señora Potter, así que podía ser una trampa, más cuando llevaban meses engañando a la criatura con respecto al paradero de su hija.

Parkinson dejó los documentos en la mesa sin transmitir ningún tipo de emoción en su cara, los ojos verdes observaron la rigidez del jurista, el temor se reflejaba en su rostro y en la manera como respiraba, hubiese querido jugar un rato con el estado de ánimo del tipo, pero la verdad era que debía preparar con Draco lo de la mudanza a la casa de Potter.

—Un boleto sin vuelta a un lugar donde no lo reconozcan, la condición es evitar cualquier acción que permita localizar su firma mágica —Maxwell asintió, al menos no era casado, sus cuentas era lo único que necesitaba—. Confiaré en que son los originales, aproveche a realizar todo lo que requiera hoy, mañana se marchará y le aseguro, que ni los Inefables darán con el paradero hasta que se resuelva la situación de sus antiguos contratantes.

—Las pruebas son reales, si requiere más documentos, puedo sacarlos de la oficina de Potter.

—¿Qué tanto sabe Harry Potter de esto? —Maxwell negó con la cabeza explicando que el heredero Black se le ocultó gran parte de las acciones en contra de los Malfoy, que si de algo era culpable, era a lo referente a Scorpius, tanto que planeaba la adopción mágica, pero Granger intervino sobre el asunto—. ¿Alguna prueba de esa afirmación?

—En los papeles que firmó el señor Malfoy, en esos aparece que la Ministra es la prometida de Potter, y que una vez se casen, adoptarán al niño.

—Es mejor que acompañe a Greyback, él le dará todo lo necesario para irse, pero quiero ser clara —Pansy le sonrió con una mueca que hizo temblar al abogado de los Potter—. Ni se le ocurra traicionarnos, porque lo que le pasó al médico de Lucius y a Flikiers, no será comparado a su final.

—¿Me mataran igual que a ellos? —esto último lo dijo mirando al hombre lobo que ni siquiera parecía interesado en el final que tuviese su vida.

—No, pero rogará para que eso hubiese sucedido en vez de sufrir nuestra venganza. ¡Sácalo de aquí Fernir!

Al abandonar los dos magos la oficina de Pansy, ingresaron Draco, Cameron y Ron, que recibieron lo entregado por Maxwell. Los documentos fueron revisados en silencio, uno que se rompió cuando el platinado dijo que era demasiado tarde y debía alistar la maleta para su traslado a la casa de los Potter. Además, que los Aurores programaron una visita nocturna para confirmar que no introduciría nada que afectara a la familia del Salvador del mundo mágico.

Los tres entendieron que Draco se sentía culpable y merecedor de todos los castigos que recibió por parte de Hermione. Sin embargo, lo que no comprendía, era porqué, si a quien más hirió fue a Ron, él le perdonó convirtiéndose en buenos amigos, mientras Ginevra parecía odiarlo con delirio.

Por su parte, Cameron pasó algo de su magia a Ron para tranquilizarlo, en los papeles se demostraba como Ginny, Molly y Hermione confabularon en contra de Draco, pero también, sin decir que era una víctima, de la manera como manipularon a Harry.

No daba crédito a que alguien pudiese guardar tanto rencor en contra de una persona, Draco le hizo la vida imposible en Hogwarts, pero en especial a él y a Hermione, con comentarios insultantes y que los por de bajeaban debido a la situación de sus familias, incluso en el Ministerio, Lucius atacó a Arthur menospreciándolo, pero no fueron los únicos. Además, si se cree en que hay una justicia mágica o divina, pagaron sus crímenes con todo lo que les hicieron Voldemort y los mortífagos desde dos años antes de la Batalla en el colegio.

Ya pasaba de las seis de la tarde, así que dejaron todo listo para entregar a primera hora a la asesora Vogel los documentos, ellos se quedarían con una copia, de ahí partirían con Draco a la casa Prewett donde ahora habitaban los Potter, la Lady lo informó al finalizar la Asamblea de los Veintiocho, una que ratificó a Cameron en el puesto, pero ya no como representante de Isolt, sino que este le cedió el liderazgo en lo que ahora se denominaba el Conclave, quedaba únicamente la elección de quien iría al C.I.M. y eso estaría sujeto a la fecha en que se elegiría el nuevo Ministro. Los candidatos seguían siendo investigados, y de los resultados obtenidos se determinaría, siempre y cuando ellos desearan seguir con el proceso, la votación.

En Malfoy Manor, Narcissa y Lucius veían a su hijo comer con desgano, Draco les solicitó que lo acompañaran y ayudaran a prepararse para su mudanza a la hacienda Prewett, ya que esa noche sus amigos tenían compromisos previos. Fue así como los Malfoy se enteraron de cómo lo poco que quedó de su fortuna seguía siendo manejada de manera apropiada por aquellos que se convirtieron en los escuderos de su pequeño Dragón.

Los Stevenson irían a un evento en uno de los orfanatos que la clínica del exAuror visitaba con la brigada de salud; por su parte, Cameron, Ronald y Hugo, estaban en uno de los partidos de la Liga de Quidditch, Krum los mantenía informados de los movimientos con el equipo, y se convirtió de alguna manera, en la mano derecha de Weasley en lo referente a sus inversiones en el deporte. Eran un buen equipo de trabajo al que se unió, con algo de reticencia Cameron, quien no le gustaba mucho el juego, pero desde que se comprometió con el pelirrojo, prometió secundarle el gusto, siempre y cuando tuviese tiempo.

Lucius continuó con la charla improvisada tratando de simular interés, hasta que al fin obtuvo la oportunidad que permitió a Draco comentar el miedo que sentía por enfrentarse y convivir con las mujeres que tanto daño le hicieron en Azkaban, no sabía si poseía la fuerza para soportar el tiempo suficiente para sacar ileso a Scorpius de ese lugar, pero también le preocupaba el destino de Albus, el niño de Potter no tenía la culpa de nada de lo que su familia tramaba, así que de alguna manera, se sentía responsable por el bienestar del menor.

—Amor, confía en ti y en tu protector, él no permitirá que nada te pase, lo ha demostrado cada vez que necesitas su ayuda.

—Hoy en la asamblea percibí otra esencia, una tan fuerte como la de Angra —expuso Draco a los mayores, y de ahí provenía el otro temor—, la expedía Potter, pero era diferente a la mía, más como si él…como si se tratase de un hechizo.

Narcissa comprendió a donde quería llegar Draco, la aprensión era por si aquello que tenía el heredero Black, pudiese derrotar o controlar al espíritu que residía en su interior.

—Draco, pienso que es momento que hables de las razones que tuvo Angra para buscar justicia —el menor de los Malfoy sintió como su cuerpo se comenzaba a enfriar, desde que salieron de la reunión con Vogel, la divinidad parecía dormida, pero por lo visto, el tema le estaba causando malestar—. No sé que tanto conoces del origen del ente que convive en tu interior, pero es necesario, ahora que vas a estar en contacto con las Weasley, que puedan actuar en común acuerdo, no puedes seguir huyendo cuando te sientes débil o que las cosas te sobrepasan.

Draco se miró el brazo, el hermoso tatuaje que alguna vez fue la marca tenebrosa le recordó que la situación era diferente, sus padres tenían razón, debía hablar con su benefactor.

No obstante, eso sería después de la visita de los Aurores que llegaron a la hora indicada, revisaron que no hubiese algún objeto oscuro o con magia peligrosa, definieron la hora del traslado y se despidieron.

Acción que repitió el menor de los Malfoy, deseando a sus progenitores buenas noches con un beso en la frente, subió hasta la habitación que desde niño le perteneció, esperó con paciencia a que Angra se hiciese presente, la esencia parecía en un estado de sopor que no le daba el punto de conexión necesario para conversar.

Cerca de la medianoche, observó un resplandor en el lago, así que se colocó un abrigo y salió con cuidado de que nadie lo escuchara, caminó por el sendero percibiendo a los Dementores que le escoltaban, sólo uno, el que siempre había estado a su lado desde Azkaban, se acercó para flotar sobre él.

Recordó la burla que le hizo a Potter en tercer año, ahora podría hacerlo con más conocimiento de causa, ya que eran sus guardianes.

«Pensé que no habías notado mi ausencia»

—Difícil no hacerlo cuando llevas un año viviendo en mi interior —respondió Draco a la cortante frase de la figura que tenía al frente—. ¿Qué fue lo que pasó hoy con Potter y la comadrejilla?

Angra se hundió en el lago, Malfoy se dirigió al gazebo para esperar por el espíritu que minutos después emergía en una forma más parecida a la que conoció la primera vez que se vieron.

El hombre se sentó al lado suyo, el frío que expedía era tan reconfortante para Draco como el calor que emanaba lo que estaba en Potter.

«No te confundas Dragón, lo que tiene tu destinado es muy diferente a lo que nosotros compartimos»

—Gracias por lo de todos estos días, de no tenerte sería muy difícil sobrellevar cada encuentro con él —Draco pudo percibir la incomodidad en Angra—, se nota que no estás acostumbrado a que te agradezcan.

«Normalmente eso es para mi hermano, no para mi»

—Quiero ayudarte, y para eso debo saber qué buscamos en esa hacienda —la divinidad hizo una mueca de complacencia—, no me considero cobarde, pero sí alguien con alto sentido de conservación, la única manera que ceda a convertirme en héroe, es por mi familia o las personas que quiero, que como te puedes dar cuenta no son muchas, las ayudo tal como lo haría con cualquiera que sabe que la lealtad es una de las virtudes más preciosas de la que se puede gozar. Y tú, Angra, eres de las primeras, mi amigo y protector. Por eso, considero que debes contarme a que nos enfrentamos.

El espíritu aceptó con un suspiro la petición, hacía tiempo no pensaba en su origen, y menos en la relación con su hermano, pero cuando se embarcó hace ya casi tres décadas en la búsqueda de su complemento, sabía que tarde o temprano, este momento llegaría. Asintió, y tomando la mano de Draco, se transportaron a donde todo dio inicio.

«Soy hijo del Tiempo, el último que vivió en lo que se conocía como el universo primario o el Caos.

Tengo un hermano gemelo, llamado Aramazd, con quien llegué para gobernar el mundo. Sin embargo, al momento de nacer, padre dijo que sólo uno podría llevar ese título, tener el poder y la responsabilidad de liderar la creación.

Me llené de ira, y mentí suplantando a mi hermano, pero padre era inteligente, vio más allá de mis palabras castigándome, declarando mi condena con la oscuridad y el hedor, mientras a mi hermano lo ensalzó con la luz y el aroma.

Desde mi soledad, observé a mi gemelo crecer en conocimiento y bondad, crear el sol, la luna, las estrellas, favoreció a los humanos con la razón y el descernimiento, alimentó el mundo con seres que sostienen el equilibrio de lo que conoces como vida.

En cambio, en mi creció el resentimiento, el odio porque Aramazd era amado, reconocido por todos, y cuando mi padre me nombraba sólo sentía el dolor de haberle defraudado…»

Draco comprendió ese sentimiento, él lo tuvo muchas veces mientras trataba de demostrarle a Lucius que era más inteligente que Granger, más valiente y mejor jugador de Quidditch que Potter, con cada derrota lo que obtenía era una sonrisa, una frase amable recordándole que tendría una nueva oportunidad, pero era algo que para él significaba decepción, y el recordatorio de que nunca sería un buen Malfoy.

Angra continuó llevando al ojigris en un viaje mental por lo que fue su pasado.

«Así que comencé a hacer mi propia obra, si era oscuridad pues tendría lo contrario a los seres de luz, si Aramazd era creación yo sería destrucción, si él era amor, yo sería odio, nos conocerían como las dos caras de una misma moneda, y siempre el hombre recordaría que no podría existir una sin la otra.

Un día nos encontramos cara a cara con mi hermano, lo ataqué con la intención de asesinarlo, no me importaba desaparecer en el intento, pero como siempre se superpuso con ayuda de mi padre, dejándome en claro que los dos éramos demasiado diferentes para si quiera considerarnos nacidos de la misma esencia, desterrándome al Seol o al Inframundo. Desde allí lo vi nombrar al primer sacerdote del fuego, ese que controlaría y protegería lo que él consideraba su máxima creación, uno que permitía a la tierra avanzar, modificarse y daba vida donde antes había soledad o abandono. Uno puro, sin humo, sin cenizas.

Entré al sitio donde lo custodiaban, lo corrompí y con esto traje el hambre y la enfermedad, el dolor, el deseo y la muerte. Pero Aramazd fue más listo y puso un tiempo a su propia obra, nadie podía ser eterno igual que nosotros, Les dio un tiempo para vivir, la inmortalidad no volvería a existir.

De esa forma, controló los deseos de destrucción y venganza. Aramazd consideró que ese era mi mejor castigo».

Para Malfoy la situación de los gemelos era similar a la historia de los muggles de Caín y Abel, o en su propio mundo, la de Merlín y Morgana, agradeció ser hijo único. Sin embargo, en la historia faltaba por qué Angra quería vengarse.

Casi ignorándolo, la divinidad extendió su brazo como queriendo tocar los recuerdos, para seguir con el relato.

«Fueron años de ver morir a los humanos, guerras, enfermedades, hambrunas, y de observar líderes codiciosos que a su vez eran combatidos por otros que ostentaban palabras y acciones con los ideales de Aramazd. Asimismo, en la medida que las sociedades cambiaban, fuimos relegados al panteón de la mitología, es decir, éramos parte de una historia que nunca ocurrió, la creencia de pueblos que con el tiempo se catalogaron como paganos.

Al comienzo fue difícil, pero con el pasar de los siglos entendimos que esa era nuestra condena, una en la que yo tuve mucha culpa, y que también alimentó mi gemelo por la falsa humildad con que a veces escondía su soberbia. Eso significó convivir a la distancia, como siempre le dije, los dos somos las caras de la misma moneda».

—¿Qué sucedió tan grave para que se separaran?

—Hace poco menos de treinta años el sentimiento de tristeza se comenzó a volver más evidente en Aramazd, pensé que se había cansado de existir sin hacerlo, por eso cuando de un momento a otro mi cuerpo sintió la calidez de su alegría, supe que recuperó el interés y la fe en su creación, sin embargo, cuando traté de saber el motivo de su estado de ánimo, simplemente se esfumó.

La voz de Angra se escuchó baja, tan fría como la de Lucius cuando trataba a sus enemigos o a quienes no estaban a su nivel. Draco lo vio llevarse la mano al pecho y continuar con su narración.

—En ese instante una parte de mí fue arrancada, el calor que complementaba mi esencia se desvaneció, al principio creí que era una ilusión, con el pasar de los días el lazo que nos une como gemelos se disolvía con rapidez. 

—Por eso me elegiste, alguien con el vínculo roto.

—Si y no, de tu unión con Potter me enteré mucho después. Te elegí porque cuando supe que mi hermano estaba en el mundo mágico, fuiste una tentación—, la ceja levantada al mejor estilo de los Malfoy provocó una leve risa en Angra—. En algunos de los guardias que te rondaban estaba la esencia de Aramazd, te comencé a vigilar desde el día que los Dementores regresaron a Azkaban, se me hacía imposible que un ser tan vacío como yo, tuviese tantas ganas de vivir. Fue cuando en esa Nochebuena, noté que el recuerdo y el amor a tu familia y a tu hijo, te mantenía de pie.

—¿Cómo Aramazd llegó a manos de los Weasley?

—No tengo idea, lo que sí sé, es que el motivo debió ser demasiado puro para que mi hermano se dejara manipular, y deseado con todo el amor desinteresado que puede sentir alguien por otro.

Para Draco las cosas se despejaron con facilidad, el motivo y el culpable. Habían regresado del viaje por los recuerdos de Angra, el platinado se levantó para caminar mientras daba su discurso de las pruebas y cómo encajaban para determinar que el embarazo de la mujer fue el regalo de Aramazd.

—Angra, Molly pidió tener una hija, a Ginevra, la única mujer de seis varones, ese fue su deseo.

Con un ademán la esencia le pidió acercarse, una vez lo tuvo al lado, Draco percibió que ese ser de Oscuridad le brindaba una especial calma.

—Príncipe, lo importante es saber qué corrompió el trato —dijo Angra procurando que su recipiente dimensionara el riesgo al que se enfrentaría de decidir ayudarlo—. Necesitaré mantenerte dormido la mayor parte del tiempo, mientras lo encuentro y liberó.

—Ni se te ocurra, la muerte siempre me ha acompañado desde hace mucho —pronunció tranquilo Draco, sabía que esa era una de las opciones si las cosas no salían como las tenían planeadas—. Por eso quiero que me permitas vivir con mi hijo todo el tiempo posible.

El antiguo espíritu le sonrió, nunca sintió la necesidad de conocer a los humanos como lo hizo Aramazd, eran inferiores, incluso fáciles de manipular, de sacar lo peor de ellos con tal facilidad, que no comprendía porque su hermano insistía en protegerlos y favorecer a aquellos que consideraba dignos, con los deseos de su corazón.

No obstante, Draco siempre fue diferente, por eso le llamó la atención, esa necesidad de proteger a los que amaba iba más allá de los defectos que poseía, engreído, soberbio, caprichoso, y otros tantos que demostraban su estatus de hijo único.

—Te faltó decir que soy rencoroso y vengativo, detesto madrugar, me fascina ser el centro de atención, jamás acepto un NO por respuesta cuando quiero algo.

—¿Seguro que no eres un hijo negado de mi padre? —preguntó Angra con una sonrisa.

Los hombros del chico se elevaron pronunciando un “quizás”, era cierto, hasta el momento habían sido un buen equipo, así que no podía negarse.

Un elfo apareció de repente pidiendo al hijo de los Malfoy regresar a la casa, una visita inesperada lo necesitaba urgente. Draco le solicitó a Angra que lo acompañara a la sala donde le esperaba la persona que llegó a esa hora tan inapropiada.

—Buenas noches joven Malfoy.

—Hola Kingsley, me alegra que hayas vuelto tan pronto.

Fue una sorpresa para el moreno ver al chico acercarse y darle un abrazo sincero, la magia de Draco se percibía limpia, con su verdadera firma. Al separarse el platinado le ofreció comida y una habitación, lo escucharía mientras se alimentaba correctamente, además, le presentaría a Angra, la esencia que lo salvó.

Una hora después con una Shacklebolt arreglado y satisfecho por la cena, comenzó a narrar lo que descubrió de la honorable Molly Weasley.


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