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Angra Mainyu por Mascayeta

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Los planes de Draco y Ronald estaban saliendo de acuerdo a lo esperado, el Wizengamot había mostrado su total apoyo a la Ministra encargada iniciando de manera soterrada una persecución contra los simpatizantes de Dennis Creevy. De un momento a otro, las noticias de ataques a los puntos donde los seguidores del joven mago se reunían, ocuparon las páginas de El Profeta, el Quisquilloso y de varias revistas que mantenían a la comunidad mágica al tanto de las mentiras sobre quienes eran los perpetradores, esto generó que varios Sangre Pura mostrarán su apoyo al chico en su campaña, así como mestizos qué tenían un fuerte poder en otros campos de la sociedad mágica, y que Malfoy Co. participará sin ser demasiado evidente.


En medio de este caos, Dennis siguió destapando los entuertos que se manejaban debajo de las narices de Shacklebolt, secundados o liderados por personal del Misterio, y cuyas identidades serían entregadas a una comisión del C.I.M. Los resultados de sus investigaciones sobre casos vinculados con los sobrevivientes de la guerra que apoyaron a Voldemort, Reportes de negligencia médica en San Mungo, desvío de fondos y malos tratos en los orfanatos, de empresas que fueron drenadas con impuestos, haciendo énfasis que los dueños eran de todos los orígenes, y colocando como principal ejemplo la de los Malfoy, el aumento de casos de acoso escolar, fueron una parte de las denuncias. Por primera vez, en mucho tiempo, la credibilidad del Ministerio tambaleaba.


No obstante, Dennis también hizo pública una lista que valoraba a los magos y brujas que luchaban por la igualdad y mejorar las condiciones de la generación llamada de la guerra, y sus descendientes, el nombre que más sobresalía era el de Minerva McGonagall junto al de Kingsley Shacklebolt.


Draco estaba sorprendido de la tenacidad de Creevy, nada que ver con su hermano mayor Colin. Levantando la mirada de la nota publicada en El Profeta, trató de recordar al chico en el colegio, estaba en cuarto año cuando Dennis ingresó, era difícil borrar la imagen de un niño envuelto en el abrigo de Hagrid diciendo que cayó en el lago como si fuera lo mejor que le había pasado en toda su vida. La siguiente memoria fue cuando Umbridge lo castigó y los gemelos curaban su mano tratando de minimizar la cicatriz de la frase que aún se veía levemente en el dorso de esta, y que delataba su origen, "Sangre Sucia".


Para séptimo año lo vio despedirse de su familiar y amigos con otros de los primeros cursos, aunque el rostro que permanecía en la cabeza de Draco era el de Colin, la voz de Dennis diciéndole que volviera a casa llegaba a sus oídos mezclada con el ruido de los coches que se disponían a volar impulsados por los Thestral. Una promesa que no pudo cumplir cuando entre los fallecidos se encontraba el joven fotógrafo.


Exhaló procurando evadir el sentimiento de culpa que aún llegaba a su pecho por su intervención en esos eventos, no pudo luchar porque Potter le quitó tanto su varita como la de Narcissa, y en plena disputa con Voldemort se enteró que también fue despojado por el “cara rajada” de la de Sauco, así que ese día tuvo que esconderse como una rata cobarde y rogar por su vida en más de una ocasión tanto a mortífagos como a magos de la luz.


Continuó la lectura, era claro que la audacia del candidato amenazaba el anuncio que el Wizengamot estaba por hacer, la siguiente denuncia de Creevy tenía nombre propio, asociaba a Hermione Granger con el grupo que atacó a los sangre pura en el lanzamiento de las campañas, las pruebas eran contundentes ya que provenían del mismo despacho de Shacklebolt.


Draco se dio cuenta que Dennis corría peligro junto a su familia, se comunicó con Pansy para que lo buscará, y le apoyara por completo, él y Ronald irían al mundo muggle a encontrarse con el padre del muchacho, Alan Creevy.


Al aparecerse en la calle del barrio dónde los Creevy tenían la pastelería, una fuerte explosión retumbó en el lugar dejando ver humo y varias personas que salían del local que comenzaba a incendiarse.


En medio del desorden Malfoy percibió la magia de Greyback, el platinado pidió a Weasley ir con el padre de Dennis, él debía hablar al hombre lobo.


No fue muy difícil encontrarlo, a pocas calles en un callejón posterior a la salida de dos restaurantes del sector, Fenrir le aguardaba.


—La sangre sucia sabía que vendrías. Eres predecible cuando se trata de proteger a alguien.


—¿Así que ahora estás al servicio de los magos de luz? —el exmortífago alzó los hombros como si de nada le importará, respondiendo que de algo debía vivir sin ser apresado.


Greyback analizó al descendiente de los Malfoy, su lobo gruñó por el aura de muerte que lo rodeaba.


—Azkaban te cambió cachorro, por lo visto, los rumores son ciertos —el gesto arrogante de Draco hizo sonreír al lobo—. Luces como el día que te dije que serías mi amante, pero tu alma huele a un espíritu con siglos de vida.


El ojigris se limitó a analizar el comportamiento del hombre lobo, a diferencia de la lealtad ciega que profesaba a Voldemort, lo que decía de trabajar con Granger por sobrevivir era cierto, se veía más delgado, y con nuevas cicatrices. Draco acercó sus dedos desnudos al corazón de Greyback, las imágenes de tortura, de un calabozo en una casa que reconoció como una de las cabañas de los Black, más lamentos, gritos, una manada…


—¿Tienes una hija? —Fenrir se apartó con recelo—. Es por eso que te uniste a ellos, para protegerla.


El lobo no le gustó ser descubierto tan rápido por el cachorro de Lucius, trató de mantener la frialdad que lo caracterizaba para responderle con una velada suplica, una que sabía que Draco podría cumplir.


—Aléjala de este infierno, y mi lealtad total será contigo, quien quiera que seas, tienes el poder de hacerlos pagar, incluso a mi por los muertos que cargo en mi conciencia.


—¿Darías tu vida por ella? —el hombre lobo asintió.


No hablaron más, la magia de un grupo de Aurores inundó el sitio haciendo que Draco retrocediera, Fenrir lo miró camuflarse dejándole la sensación de que lo sucedido fue una ilusión.


Ronald percibió a Draco, pero siguió como si nadie los acompañara, los demás miraron por encima de su hombro, y continuaron mostrando los papeles del embargo por la falta de pagos de la hipoteca, los cuales el señor Alan Creevy aseguraba realizó en las fechas indicadas.


Una simple acotación de revisar los recibos que mantenía en su poder el propietario calmó los ánimos, pero la presencia de los Aurores dejó en claro que ese accidente no era aislado.


La noticia del arresto de Dennis por los cargos que el supuesto agente especial mencionó frente a los muggles hizo que Alan Creevy fuese abucheado, los murmullos y señalamientos aumentaron con leves acusaciones sobre alimentos en mal estado y condiciones poco salubres en la pastelería. La sonrisa mal disimulada de Largman, fue suficiente para que Ronald entendiera que todo estaba planeado para destruirlos.


Weasley le solicitó al señor Creevy ir con los Aurores, él se encargaría de la hipoteca y lo relacionado con el local, los trabajadores del hombre lo miraron con desesperación, sabía que era eso, lo vivió durante años cuando su padre no podía costearles algo porque estaba la zozobra de ser despedido por las influencias de Lucius.  Era claro que despedir a los empleados era un daño colateral que no le importó a Hermione en su necesidad de acabar con la competencia por el puesto a Ministra.


El padre de Dennis le entregó las llaves de su casa a Ronald, y le dijo que él sabría donde encontrar las pruebas, en tantos años el señor Creevy aprendió que a reconocer a aquellos que eran igual que su hijo, además, el mago delante de él era uno de los héroes de guerra que tanto apreciaba Colin. Alan avanzó con Largman desapareciendo al dar vuelta en una de las esquinas, Draco los siguió, su visita al Londres muggle era para hablar con don Alan y proponerle irse para Nueva York, sin embargo, las cosas no salieron como esperaba, por eso no podía quedarse con Ron, así que le solicitó al pelirrojo saldar las deudas, necesitaba a los Creevy libres de cualquier compromiso económico en Londres.


Al llegar al Ministerio ya Pansy le esperaba con el reporte, como no había pruebas el Wizengamot puso una fianza de varios miles de galeones, Draco firmó la autorización del desembolso para ingresar —aprovechando su camuflaje— a la sala donde tenían retenido a Dennis. El joven candidato preguntó por su padre, el Auror a cargo le dijo que tendría noticias de él tan pronto como aceptara la acusación, nada le pasaría al muggle, su mente sería borrada y nunca lo extrañaría mientras él se pudría en Azkaban.


Creevy cogió el documento, leyendo lo que se le imputa.


—Esto es mentira, revisen mi varita, yo jamás he utilizado una imperdonable.


—La Ministra se encuentra muy malherida por su ataque, y en cuanto a la varita, ya fue revisada y dio positivo para el cargo —dijo el Auror sin quitar la mirada de los ojos azules del joven mago—. La pena será menor si aceptas, además, con la multa que deberás pagar por los otros cargos, creo que el negocio de tu padre servirá para saldar la deuda.


El Auror le dio quince minutos a Dennis para alistarse antes de ir a la rueda de prensa, quería ver la confesión firmada antes del anuncio de que las elecciones se detenían, ya que Hermione Granger sería nombrada interinamente en el cargo de Ministra al no existir competencia alguna, porque él se retiraba de la contienda tras asumir sus crímenes.


Al quedar solo, Creevy movió la pluma sobre el pergamino varias veces, si aceptaba su padre comenzaría una nueva vida lejos de todo lo que era el mundo mágico, no tendría que arrastrar el dolor de un hijo muerto y otro en prisión.


No lo hagas, el señor Creevy está al otro lado de esa pared viendo y escuchando lo que ellos quieren que crea.


—¿Quién eres? ¿Por qué no te muestras?


Por protección, una que quiero brindarte a cambio de dos favores.


Dennis se levantó y caminó con el documento en la mano como si analizara lo que estaba leyendo, se aproximó al lugar de donde provenía la voz para encontrarse con Draco Malfoy, que lo jaló hacia sí, hasta que sus frentes se tocaron. Los eventos de esa tarde irrumpieron en la mente de Creevy demostrándole que podía confiar en él.


Decídelo, y piensa que aún no es el momento para el cargo que quieres, pero qué has hecho un buen trabajo denunciando.


Creevy se dejó caer en el suelo, no sabía que le estaban proyectando a su padre, así que daba la misma si se sentaba en la mesa o se quedaba allí, al poco tiempo entró la abogada de los Malfoy junto al Auror que torció la boca al ver el papel sin firmar, con rudeza le encadenó para presentarlo en la rueda de prensa.


—Aceptó su propuesta —susurró Dennis a Pansy que asintió con la cabeza sin modificar la expresión de su rostro.


En su mente Parkinson se sintió satisfecha, un nuevo aliado en el descabellado plan de Draco y Weasley, pero sobre todo, una manera de hundir por completo a Potter.


Los periodistas se ubicaron frente a la tarima, sobre la cual se distribuían los puestos para las importantes personalidades del mundo mágico londines. El grupo aguardaba por el anuncio del presidente del Wizengamot, sobre la suerte de Dennis Creevy tras haber lanzado una maldición imperdonable a Hermione Granger en un intento desesperado de eliminarla de la competencia electoral. 


Draco entró luciendo una túnica negra con ribetes plateados, que formaban un diseño hermoso de serpientes enlazándose. Saludó a los presentes sin perder de vista a Greyback, si cumplía con la prueba que le puso sin despertar sospechas, confirmaría la lealtad que le prometió por salvar a su hija. Lo vio acercarse a Rita Skeeter tropezando casualmente con la rubia, le entregó un pergamino que la periodista recibió no sin antes reconocer al hombre lobo que con un simple gesto la obligó a callar. el exmortífago se despidió con una pequeña reverencia confundiéndose entre el público. 


Los ojos de Rita se abrieron cuando notó la información que tenía en sus manos, la sonrisa de satisfacción de la bruja, fue suficiente para Draco que asintió con la cabeza a Greyback que lo miraba desde la puerta, el hombre lobo se marchó para más tarde reencontrarse con una salida más prometedora para su hija, la que tuvo con aquella mujer que tanto le recordó su principal e imposible obsesión.


Regresando su atención a la tarima, Malfoy comprendió que significaba servirse en bandeja de plata, si quería que Potter se aprovechara al verlo en desventaja, debía ayudar a la situación, llamó a Pansy explicándole su plan, a la pelinegra le brillaron los ojos como pasaba en Hogwarts cuando molestaban al Trio Dorado, ahora debía esperar por el espectáculo.


Llegó al lugar designado para encontrar que el único puesto disponible quedaba al lado de Potter, el heredero Black se levantó para correr la silla saludándolo con más cortesía de la que esperaba.


—¿Y tu esposa Potty? —Draco se aproximó hasta quedar cerca del oído del azabache que tembló al sentir el cálido aliento del rubio, lástima que las palabras que emitió fueron una bofetada a confianza—. Aunque me imagino hay espacios en que prefieres compartir sólo con tu amante Mione, y dejar de lado a la estúpida comadrejilla.


Los ojos verdes de Harry se clavaron en los grises que le mostraban el mismo cinismo de su juventud, la voz del Jefe de Seguridad Mágica Joseph Largman se escuchó sacándolos de su enfrentamiento no verbal. Potter sintió la adrenalina que el rubio siempre le hacia correr por sus venas, la ansiedad de ganar el reto con tal de verlo sonrojado, pero como siempre que se metía con él,  derrotado. 


Largman resumió las acusaciones en contra de Dennis Creevy en Concierto para delinquir, Asociación para crímenes en contra del Estado, Secuestro y Tortura. Draco entornó los ojos por el descaro al que podía llegar Hermione por obtener el poder, fijó la mirada en la puerta falsa que se abrió para mostrar a una Hermione Granger golpeada, con claros signos de la maldición Cruciatus, con dificultad y ayudada por los Aurores, la Ministra Encargada subió al atril para iniciar su alocución.


«Comunidad mágica. 


Llegué a los once años a este lugar, y me prometí luchar contra la injusticia y por la igualdad entre los magos de todos los orígenes. Durante siete años combatí contra un demente purista como los Sagrados Veintiocho que actualmente son liderados por uno de los servidores más cercano a Tom Riddle, y que le ha lavado la cabeza a aquellos como Dennis Creevy, jóvenes a quienes la guerra dejó secuelas tan graves, que ha decidido tomar venganza, con un acto tan vil como del que fui víctima, para entregarles el poder a esos que nos desprecian por ser mestizos, criaturas mágicas o nacidos de muggles.


El hermano de Dennis Creevy junto con otros estudiantes murieron en la Batalla de Hogwarts, él nos culpa, principalmente a mi porque Colin... —las lágrimas resbalaron por las mejillas de la castaña mientras su voz se quebraba, Largman se acercó con un pañuelo que la bruja aceptó limpiando su rostro—. Porque Colin Creevy me defendió recibiendo la maldición asesina de un mortífago que está libre entre nosotros».


Draco sintió como era señalado por algunos de los presentes, Granger no le quitaba los ojos de encima, exhaló mostrándose aburrido porque seguían achacándole asesinatos que jamás cometió, ¿Acaso no tenían otra cosa en que entretenerse?, pero viéndolo desde otra perspectiva, lo que la mujer hacía ponía de manifiesto que acercarse a Potter sería más fácil de lo que creyó.


«Es momento de cambiar, acabar con la discriminación que aún siguen teniendo magos sangre pura, y que provocan desmanes como del que fui víctima. Dennis Creevy ha firmado la confesión de su crimen, irá a Azkaban y denunció a quienes le patrocinaron y urdieron las mentiras que ustedes han leído en los diarios, culpables que regresaré a prisión para ser ejecutados por su reincidencia».


Los aplausos retumbaron en el lugar, que culpaban a los arribistas Sangre Pura y los Mestizos que aprovechaban su dinero para manipular a la sociedad, se escuchó maldiciones contra los burgueses del Callejón Diagon, de repente, usando un encantamiento Amplificador, Rita Skeeter detuvo las alabanzas y juzgamientos.


—Señorita Granger, en su discurso permítame decirle que veo una patética copia del Señor Tenebroso, la única diferencia es que no se nombra a los muggles sino que se incita a ir contra los Sangre Pura —Hermione miró a Largman para que detuvieran a la bruja por el atrevimiento—. Antes de que me encarcelen, yendo en contra de la libertad de prensa, podría decirnos, ¿Por qué el Ministerio aceptó el pago de la fianza por 70.000 galeones para dejar en libertad a Dennis Creevy? Cantidad que fue, por cierto, pagada por el ilustre Salvador del Mundo Mágico.


El documento se presentó en una pantalla, una nueva lluvia de cuestionamientos se hicieron, pero esta vez al presidente del Wizengamot, Harry observó el documento con su firma, una mala falsificación que volvía a poner en entredicho la lealtad de las personas que le rodeaban.


Potter apartó a Granger con un poco de fuerza, para dirigirse a la audiencia.


—Colin Creevy fue uno de los tantos héroes de guerra que nunca se han nombrado, la suma que se pagó es nada comparado con una vida —dio media vuelta y pidió la presencia de Dennis en la tarima, una vez a su lado Harry concluyó la intervención—. Hemos cometido errores, no estoy de acuerdo con la forma que los evidenciaste, pero no mereces una estadía en Azkaban.


Un aplauso se escuchó detrás de Potter, de pie y con un gesto de admiración, Draco Malfoy felicitaba al azabache por la muestra de reconciliación y justicia. El platinado avanzó hasta su excompañero de estudios para abrazarlo, retirando un poco colocó su mano en la cálida mejilla del ojiverde pronunciando un gracias que fue inmortalizado en fotos mágicas, alabanzas y vítores al niño-que-vivió-y-venció.


El Jefe de Aurores procedió a liberar a Dennis, quien agradeció a Potter estrechando su mano, pidió permiso para retirarse y dar paso a la declaración del presidente del Wizengamot, que llegó después de que Malfoy regresara a su puesto con una gran sonrisa, porque Harry al llegar a su lado le extendió su mano la que sostuvo durante el resto de la ceremonia. Una vez calmado el auditorio, el mago procedió a decir el verdadero motivo de la convocatoria, por dimisión de la competencia, Hermione Jean Granger era la nueva Ministra oficial del mundo mágico.


Finalizada la rueda de prensa, Creevy esperó a su benefactor, Draco le extendió la mano que el chico aceptó preguntando por su padre, al saber que se encontraba bien Dennis respiró tranquilo.


—No entiendo señor Malfoy que fue lo que pasó allá dentro, y menos creo que el dinero salió de las arcas del imbécil Harry Potter, pero tenga por seguro que yo sé agradecer los favores.


—Eso es suficiente para mí.


Con un acuerdo tácito, se aparecieron en el área de Trasladores, Dennis encontró a Alan junto con un hombre que reconoció como un exmortífago y a una chica de más o menos su edad, rubia y con ojos miel iguales a los de Greyback, que le sonrió agradeciéndole por hacerse cargo de ella, y prometiéndole no causarle problemas. A los pocos minutos apareció Ronald con todos los papeles en orden, que los acompañaría para guiarlos en el comienzo de su nueva vida en América.  


A las ocho de la noche, despues de un buen baño, Draco se encontraba frente a la chimenea de Malfoy Manor leyendo una carta de su padre sobre la fotografía de él abrazando a Potter. Draco se prometió darles una sorpresa visitándolos una vez se comunicara al día siguiente con Pansy, la verdad es que en ese mes demasiadas cosas habían sucedido. No obstante, quería contarle a sus padres lo que tenía planeado, más cuando Granger le declaró abiertamente la guerra, si quería vencerla debía jugar en su territorio y sacar del camino a los estorbos.


El plof del elfo doméstico avisando de una visita sacó al ojigris de sus pensamientos, recibió la tarjeta de presentación y dio la orden para que el extraño entrara. Una vez teniéndolo frente a él, preguntó.


—¿En qué puedo servirle? Cameron Sandoval.


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