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Mes del amor por shiki1221

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Notas del capitulo:

Perdón por la tardanza, es que escribí no sólo varios días sino también algunas actualizaciones sólo que aun no me decido en que orden las iré subiendo XD

Día 2: Cupido

Ser el hermano mayor jamás había sido sencillo. Después de todo apenas tenía trece años y consideraba demasiado complicadas muchas cosas que implicaban su rol para con los gemelos. Eran varias las ocasiones en las cuales les fastidiaba a modo de broma a sus hermanitos, pero la mayoría del tiempo debía ejercer como un chico serio y responsable. Justamente en lo último estaba fallando al perder de vista a Charasuke y por salir a buscarlo, a Sasuke también. Era un desastre, pero consideraba que aun podía arreglarlo si encontraba a su hiperactivo familiar. Juraba que en cuanto lo viera tendría una larga y tendida charla fraternal entre él y Charasuke con un jalón de orejas incluido. El menor tenía muy en claro que sus padres le dieron la libertad de castigarlo o regañarlo según viera conveniente. Cualquier réplica que no fuera capaz de justificar, sólo le traería el doble de problemas. Por lo mismo muchas veces los gemelos no se quejaban si Itachi era el que daba las reprimendas, y de hecho, a veces hasta lo preferían.

El jalón de orejas me lo voy a llevar yo si no encuentro a ese malcriado pronto”.

Pensó preocupado. No tanto por las reprimendas hacia su persona. La raíz de su ansiedad se debía a los peligros a los cuales podría exponerse su hermanito. Con tanta gente era fácil perder a un niño de vista y para malintencionados llevárselos tampoco sería problema. Conocía de casos en los cuales sólo bastaba con despistarse unos momentos para perder a un familiar para siempre. Y él no estaba dispuesto a formar parte de la lista de personas que buscaban un niño perdido. Caminó entre varios puestos preguntando a vendedores o a adultos. Muchos lo ignoraron por estar muy ocupados con sus propios asuntos, entre los cuales estaban niños pidiendo ir a juegos. Entendía lo difícil que era prestar atención a algo cuando tenías a un menor insistiendo en que se cumpliera su capricho. Y de los pocos buenos samaritanos que se detuvieron a escucharlo, ninguno supo darle alguna pista de utilidad. Agradeció su tiempo por educación y siguió su camino.

Buscó y buscó entre las multitudes de personas y niños sin éxito alguno. Soltó un largo suspiro temiendo por él. Sólo le quedaba volver donde sus padres esperando que los haya encontrado y pedido dinero. De ser ese el caso volvería en breve al puesto de algodón de azúcar dónde había dejado a Sasuke. Regresó por donde llegó y vio a un niño rubio haciendo escándalo por un dulce. Sin embargo, le sorprendió que su estoico hermanito le compartiera el propio. En realidad no debería sorprenderlo. El algodón de azúcar era demasiado dulce para gusto de ambos. Sólo a Charasuke parecía gustarle esa bomba de diabetes. Notó a su hermano darle la mano al niño rubio y lo miró enternecido por el gesto. Había pensado en intervenir antes, pero de hacerlo se habrían perdido esos tiernos momentos. En su lugar esperó hasta que lo creyó conveniente. Se acercó caminando lentamente esperando no causar sobresalto entre los menores.

―Nii-san ―llamó Sasuke soltando la mano del blondo casi al instante de verlo―. ¿Y Chara? ―preguntó mirando a los lados del mayor.

―No lo encontré ―respondió Itachi viendo al niño de ojos claros.

Uzumaki no quiso decirlo en voz alta e hizo lo posible por ocultar su decepción al sentir el vacío de su mano. Mas, el puchero en sus labios era perfectamente visible para Itachi. Por mucho que su hermano menor y ese niño “pelearan” había pequeñas señales inequívocas de que a Sasuke no le disgustaba. Conocía a la perfección a los gemelos. Si el menor no quisiera al de ojos azules cerca suyo, habría sido capaz de sacarlo a patadas de su espacio o área. Aun tenía el problema de buscar a Charasuke y no pensaba dejar dos niños solos. Tendría que llevarlos con él y buscar a sus padres. Podría llevar a uno en cada mano como solía hacer con los gemelos, pero en vista del buen trabajo del rubio haciéndole compañía a Sasuke, prefirió dejarlos un poco más juntos.

―¿Y qué haremos? ―preguntó el gemelo que quedaba―. ¿Le diremos a nuestros padres?

―Así es ―asintió el mayor mirándolo seriamente―. Iremos con nuestros padres. ―Se detuvo y observó al Uzumaki―. Tus padres estaban con los míos, puedes venir con nosotros ―ofreció sonriendo con amabilidad.

―¿En verdad? ―cuestionó el blondo mostrándose muy ilusionado―. Hace mucho rato que no los veo. Aunque seguramente me regañaran. ―Se quejó un poco sabiendo lo que le esperaba con el “habanero sangriento”.

―Apúrate, Dobe o te dejaremos atrás ―ordenó Sasuke haciendo un puchero por ver esa sonrisa tan grande provocada por Itachi.

No había puesto una cara así mientras estaban solos, pero ahora con su hermano hasta parecían brillarle los ojos. ¿Lo prefería a él? Se sintió un poco desplazado por la presencia del mayor. Y para colmo, Charasuke tampoco aparecía. Aunque no quisiera demostrarlo, no saber dónde estaba lo ponía irritable por la preocupación. Eran varias emociones juntas y no tenía la capacidad de manejarlas; preocupación por su gemelo, celos por la sonrisa de Naruto a su hermano mayor y una muy oculta felicidad por permanecer otro poco junto al rubio. También le era contradictorio agradecer la impulsividad de Chara a cambio de esa oportunidad de acercarse al Uzumaki. ¿Eso lo hacía mala persona? Tal vez si su “réplica”, como solía decirle, aparecía sana y salva se sentiría menos molesto.

―Vayan ambos de la mano ―sugirió Itachi repentinamente.

―¿Por qué? ―interrogó el menor de los Uchiha viéndolo con los ojos entrecerrados.

―Comieron algodón de azúcar ―señaló con obviedad mientras les sujetaba una mano por la muñeca―. Tienen una mano limpia y una pegajosa.

―¿Y qué tiene eso? ―Esta vez fue Naruto quien emitió la pregunta.

―Es mejor si ambos van de la mano limpia y yo detrás ―explicó sonando muy convincente para los pequeños―. Necesito tener mis manos libres por si aparece Charasuke, ¿entienden?

Itachi sabía bien que no era muy lógicas sus palabras, pues podría sujetar a cada uno de la mano limpia y ya. Aunque tampoco le molestaba demasiado ensuciarse un poco. Sin embargo, sus razones eran obvias. Naruto se puso triste por no sentir la mano de su hermanito y Sasuke, tal y como predijo, se soltó del otro niño ante su presencia. No lo estaba atrapando haciendo algo malo ni nada similar. Tal vez era vergüenza de parte del pequeño. Eso último se le hacía muy tierno. Sólo quería hacerles ver que no había nada de malo en seguir con lo suyo pese a su presencia. No es como si fuera a enojarse o hacerles algo por llevarse bien. Dada la personalidad de Sasuke era difícil que mostrara abiertamente sus sentimientos, pero si quería tener un amigo debía darle aunque fuera alguna oportunidad.

―Vamos, Dobe ―ordenó el azabache extendiendo su mano hacia el rubio―. Ya oíste a Itachi nii-san.

―¡Claro! ―gritó emocionado apretando su mano entre la suya antes de jalarlo con fuerza.

―¡Quieto, Dobe! ―protestó el pequeño moreno mientras intentaba hacerle bajar un poco la velocidad de sus pasos―. Me vas a arrancar el brazo.

―No pueden perderse de mi vista hasta que lleguemos donde nuestros padres ―advirtió el mayor viéndolo de manera seria.

El niño de ojos claros se sintió un poco culpable por su entusiasmo. Había prácticamente celebrado que podría estar un poco más junto a Sasuke y se olvidó de que éste seguramente estaba preocupado por su gemelo perdido. Hizo memoria de lo aconsejado por sus padres al respecto de esas situaciones y pensó en “¿Qué me gustaría que me dijeran si me pasara a mí?”. Cuando tuvo claro las palabras que le subirían el ánimo se detuvo delante del otro niño y lo miró cara a cara.

―¿Qué te sucede, Usuratonkachi? ―cuestionó el menor de los Uchiha sin entender el raro comportamiento del otro.

―Yo te ayudaré a buscar a tu hermanito ttebayo ―aseguró poniéndose la mano libre en su propio pecho en la zona del corazón―. Nada le pasara te lo prometo ―afirmó serio.

El moreno no entendía a qué venía eso. Si bien su hermano estaba perdido, supuso que estaría bien. Quería creer que nada malo podía pasar con tantos adultos y familias cerca, pero Itachi les había explicado que era malo separarse solo. Estuvo a punto de decirle que todo estaba bien y que no necesitaba de sus promesas, mas al verlo tan serio al respecto, no pudo. Había tanta sinceridad en sus palabras y un deseo genuino de ayudarlo aunque no fuera su problema, que simplemente no pudo. Le hizo sentir un agradable calorcito en el pecho y las mejillas saber de su disposición por tenderle una mano.

―Gracias ―murmuró el azabache apretando un poco su mano―. Cuando encontremos a ese idiota lo golpearé ―gruñó queriendo romper la atmosfera cursi alrededor de ellos.

―Je, je, je ―rio Naruto sin saber si decir algo en favor o en contra del gemelo perdido.

Itachi iba caminando detrás de ellos vigilando que no se perdieran y viendo como sus manos permanecían unidas en todo momento. Ni siquiera tuvo que esforzarse en desaparecer de la vista del menor. Sasuke prácticamente se había olvidado de su presencia al igual que el rubio. Ellos iban caminando mientras intercambiaban algunas frases de vez en cuando. Se abstuvo de participar y prefirió centrar sus esfuerzos en localizar a Charasuke, pero no dejaba de estar atento a los otros dos. Se veían bastante tiernos.

 

“¿Será que cupido los flechara cuando crezcan o acaso ya lo hizo y no se dieron cuenta?”. Pensó Itachi con una pequeña sonrisa en los labios. “Mientras mi hermanito sea feliz, todo vale”.

 


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