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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo por HikaSu

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Notas del capitulo:

¿Qué llevó a Camila y a Frank a abandonar sus "hogares" para irse lejos de ahí?

(Universo 2, E10, 57 años desde el nacimiento de lo hijos de Junuem)

¿Pues qué crees que pasó con mi primo Sasha al año siguiente? Él tuvo que enfrentarse a una situación que le hubiese gustado evitar a toda costa. Romina acababa de cumplir 11 años y sus padres pensaron que ya venía siendo hora de contarle acerca de su prometido, porque, no sé, ¿qué mejor regalo de cumpleaños que hacerte saber que no vas a poder elegir al hombre con el que pasarás el resto de tu vida? Y bueno, los señores Hagelyn les pidieron a mis tíos que llevaran a Sasha a su casa para presentarlos.

Aunque los primeros días luego de escuchar la noticia, Sasha pudo librarse de ir fingiendo que estaba enfermo, un clásico, su excusa no duró eternamente, y al final tuvo que ser arrastrado a la casa de los Hagelyn. Los padres de Romina no podían estar más sorprendidos cuando vieron a Sasha, pero no mencionaron ni una palabra de lo que él había estado haciendo durante los últimos 4 años, porque vieron que Sasha estaba muy nervioso y no quería que sus padres hicieran un escándalo al saberlo, y como estaban agradecidos con él por ser como un hermano para su hija, guardaron silencio como un favor para él.

Todos parecían felices con la idea del matrimonio, mis tíos porque ganarían más fortuna, los padres de Romina porque tendrían como yerno a Sasha, quien se había ganado su cariño y agradecimiento por cuidar de su pequeña, y Romina, porque no se casaría con un desconocido, sino con alguien que, de hecho, quería mucho. Pero Sasha no estaba feliz, él de verdad quería a Romina, pero pensaba que ella merecía más, creía que ella debía de ser amada y atesorada por alguien que la amara con todo su corazón, y él no se sentía capaz de hacerlo con Arley en sus pensamientos.

—Entonces, eres mi prometido~ —dijo la pequeña Romina con una sonrisa tímida, justo cuando sus padres y mi tíos salieron al jardín, dejándola sola con Sasha.

—Sí. —Le devolvió la sonrisa, aunque un tanto forzada.

—Creo que yo sería la más feliz del mundo si tú te conviertes en mi esposo.

Él negó con la cabeza—. Dices eso ahorita, pero quizás luego conozca a alguien mejor que yo. Yo no soy un buen partido en lo absoluto.

—Para mí sí eres un buen partido. Incluso si encuentro a alguien más guapo, con más fortuna que tú, con mejores modales… para mí tú siempre serás el número uno.

La miró conmovido, aunque luego bajó la cabeza con culpa y esbozó una sonrisa—. Eso es muy tierno de tu parte, pero sigo diciendo que tus palabras son ingenuas, aún eres muy joven, te falta mucho por vivir, algún día conocerás el amor, y puede que lo encuentres en alguien que no sea yo.

Romina suspiró—… ¿En alguien como la señorita Bowie?

—¿P-por qué mencionas a Arley? —farfulló nervioso.

—… Yo sé que la quieres, Sam —, negó con la cabeza—… Sasha… también sé que me quieres a mí, pero no como a ella, yo solo soy… la lamentable niña a la que no pudiste evitar ofrecerle compañía. Cuando dije que sería feliz si tú fueras mi esposo, no lo dije porque esté encaprichada contigo, mi primer amigo verdadero, sino porque me gusta la idea de ser tu esposa, de decirte que te amo, de tomarnos de las manos, de tener a tus hijos… seré una ingenua niña de 11 años, ¿pero qué no tú tenías 11 años cuando te enamoraste de la señorita Bowie? Es por eso que entenderás que incluso a esta edad, uno ya es capaz de sentir amor.

—Romina —susurró.

Ella le volvió a sonreír—. Te quiero, Sasha. Por eso quiero que seas feliz, así que vete, huye de este matrimonio, escapa antes de que regresen nuestros padres, te daré tiempo diciendo que estás en el baño, así que corre y dile a la señorita Bowie que la amas.

—… Yo —, se acercó a ella y besó su frente—… vendré a visitarte siempre que pueda, ¿está bien?

Soltó un suspiro y lo empujó con delicadeza—. Vete de una vez.

Sasha corrió hasta la cocina y cuando vio ahí a Arley, la tomó de la muñeca y se la llevó un momento fuera.

—Sabía que tenías muy buenos modales como para ser un niño de la calle —se bufó Arley—. ¿Qué quieres de mí, señorito Miraini?

Él la tomó del rostro y lo atrajo hacia él para besarla—. Te amo.

Arley soltó una carcajada—. ¡Interesante~! ¿¡Quieres tener una aventura conmigo!?

—No me voy a casar con Romina, me voy de aquí… no te pido que vengas conmigo, pero…

—Jamás iría contigo, pero las puertas de mi casa están abiertas para ti en cualquier momento.

Sonrió ampliamente—. ¡Gracias! —Volvió a besarla y luego se echó a correr para irse—. ¡Te amo! —exclamó antes de desaparecer de su vista.

Sasha sabía que no podía quedarse en la ciudad por mucho tiempo, sus padres definitivamente lo iban a buscar hasta debajo de las piedras, por lo que primero fue a su casa por algunas cosas con las qué sobrevivir unos días… aunque, ¿huir era lo mejor? Hasta hacía un momento, él estaba seguro de que un matrimonio con Romina era definitivamente un error, él estaba convencido que aunque ambos se querían y eran buenos amigos, no podrían ser felices como algo más, pero… tal vez eso solo era lo mejor para Sasha, más no para Romina.

Sus pasos que iban de prisa en dirección a Trela, una ciudad vecina, se volvieron más lentos cuando la duda lo comenzó a carcomer, hasta que se detuvo por completo, tuvo la fuerte sensación de que estaba cometiendo un enorme error y que debía regresar cuánto antes, pero justo cuando decidió dar media vuelta, alguien apareció delante de él, alguien con quien Sasha tuvo una breve plática y le dio el empujón que necesitaba para marcharse de ahí.  Una vez en Trela, consiguió dinero trabajando como el ayudante de un mecánico y luego de escuchar rumores de que estaban buscando a un niño rico desaparecido, se fue de esa ciudad a la siguiente.

De la misma forma que lo hicieron los hermanos Rowing, mi primo terminó llegando a Kleidi, y se terminó encontrando con el supervisor en su paso por el mercado, pidió trabajo como cargador o que al menos que lo ayudara a poner un puesto para hacer sus predicciones, aunque ésta última opción no le permitiría quedarse ahí mucho tiempo, pero al menos le permitiría ganar el suficiente dinero como para seguir viajando.

—¿Puedes predecir el futuro? —le preguntó el supervisor con sorpresa.

—Sí, siempre se cumple lo que digo, así que lo difícil solo es atraer a los primeros clientes, después ellos comenzarán a llegar solos —aseguró levantando su pulgar.

—… Hey, ¿quieres venir a mi casa? Si lo que dices es cierto, hay algunos chicos que son iguales a ti ahí.

Luego de eso, Sasha se unió a los hermanos Rowing y comenzó a vivir con el supervisor en la misma habitación que ellos.

(Universo 2, E10, 58 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

Luego de otro año, yo cumplí 10 años. La rutina de mi vida no cambiaba en lo absoluto si te tengo que ser sincero; iba a la escuela, llegaba a casa, comía las sobras del almuerzo de mi familia de sangre y apariencia, corría a mi habitación, saltaba al árbol fuera de mi ventana, iba a la casa de mi familia de corazón, me ponía mi ropa de trabajo, recogía la basura de algunas personas por centavos, porque, oh sí, conseguí algunos clientes, iba al mercado a roba… buscar algunas cosas que viera tiradas por ahí, esperaba a que dieran la 5:00 y comenzar a meter cosas a los camiones, iba con el supervisor a que me diera algo para almorzar, regresaba a casa de mamá Sandra junto con César, le daba las cosas que me encontraba a mamá Sandra, me regresaba a mi casa, caminaba cuidadosamente con la señora Clara hacia la ducha, cenaba las sobras de mi familia de sangre, dormía.

Me gustaba mi rutina, podía ver a mamá Sandra y César todos los días, ellos hacían que los días no fueran tan malos. Pero entonces, un día me enfermé, me resfrié y me subió muchísimo la temperatura, sin embargo, tenía que ir a trabajar, además de que yo quería ver a mi familia de corazón, así que salí de casa aun cuando no debía hacerlo... admito que no fue lo más inteligente de mi parte, pero pues, ya ves cómo soy. Se me había hecho tarde para recoger la basura, pero aún estaba a tiempo de trabajar como cargador en el mercado, sin embargo, me encontraba tan mal que ni siquiera pensé en ir a casa de mamá Sandra por mi ropa de trabajo y fui al mercado directamente con mi ropa bonita.

—¿De dónde te robaste esa ropa? —me preguntó uno de los hombres que trabajaba para el supervisor.

—¿Eh? —Bajé la cabeza y me percaté por fin de que no me había cambiado, «¡Demonios! ¡Mi ropa! ¡Si seré estúpido!», pensé mientras tragaba saliva.

Al poco rato apareció el supervisor, yo tenía miedo de que luego de que él viera que no provenía de una familia pobre, me corriera del trabajo, ahora veo que esa era una razón absurda por la cual tener miedo, ya que el supervisor jamás me correría por algo así, pero en ese momento, tenía tanto miedo que cuando él se acercó a mí, agaché la cabeza y me quedé mirando al suelo aún después de que me llamara por mi nombre.

—Vete de aquí, no me sirves así —ordenó de forma cortante y luego me dio la espalda para marcharse.

Creí que esas palabras eran porque ya no deseaba que continuara trabajando con él, me sentí tan apenado y triste que perdí la fuerza en mis piernas y caí de rodillas, luego me tiré al suelo, me hice bolita y me puse a llorar. Entonces escuché la voz de César.

—Joder, Massiel, estas hirviendo —dijo preocupado mientras tocaba mi frente con su mano.

—Estoy despedido —balbuceé aun llorando.

—Claro que no. El supervisor me avisó que estabas enfermo, me pidió que te llevara a casa y no te dejara regresar al trabajo hasta que te sintieras mejor.

—¿Entonces no estoy despedido?

—Claro que no, tonto.

Volví a llorar, esta vez de alivio.

—Realmente eres un llorón —dijo riendo ligeramente—. Hey, ¿qué hora es? ¿No deberías estar yéndote a tu casa a estas horas?

Miré mi reloj, eran las 7:13, me tomaba media hora ir desde el mercado a mi casa, y si no quería meterme en problemas, debía bañarme antes de las 7:45—. ¡Ah! ¡Estoy muerto! ¡Debo irme ya! —Traté de ponerme de pie, pero la fiebre me había subido más y perdí el equilibrio.

César miró con preocupación el nivel de desesperación que se reflejaba en mi cara—. ¿Tanto miedo te da tu mamá?

—¡Sí!

—… Bien —, se puso en cuclillas frente a mí—, sube a mi espalda.

Me hubiese gustado negarme, porque no me gustaba darle problemas a los demás, pero en esa situación no podía hacerlo, así que dejé caer todo mi peso sobre su espalda y luego él con su delgado cuerpo me levantó, creo que César había ganado algo de fuerza desde que comenzó a trabajar como cargador, pero seguía siendo un flacucho y a mitad de camino parecía que ya se estaba muriendo, y para nuestro pesar, el verdadero reto no fue llegar a mi casa, sino subirme a mi habitación. César miró con asombro lo imposible que sería subirme, quizás él podría saltar como yo lo hacía a la ventana de la biblioteca del segundo piso, pero conmigo en su espalda era un poco…

—M-Massiel —farfulló—… ¡Massiel! ¡No vas a creer esto! ¡Hay un niño igualito a ti viniendo hacia acá…! ¡Massiel, tu clon se acerca! ¡Massiel! ¿¡Massiel!?

Eso fue lo último que escuché antes de desmayarme. Cuando desperté, la voz en pánico de César invadió mi cabeza, seguro que tú ya debes de imaginarte por qué sentí tanto miedo en ese momento, todo parecía indicar que César se había encontrado con Román. Pasaron algunos días en los que no salí a trabajar, cada mañana despertaba esperando que Griselda me gritara hecha una furia, pero ella me trataba con el nivel de agresividad acostumbrado, era raro que todo estuviera tan normal, así que le pregunté a Clara si había ocurrido algo, entonces ella me contó que Román había ido a buscar su ayuda con otro niño, quien me sostenía en su espalda, y entonces ella me cargó hasta mi habitación.

—Entonces… ¿Román te ayudó? —te has de preguntar.

Pues… eso parece. Y escribo «eso parece» porque aún al día de hoy me cuesta trabajo creerlo. Román no me agredía como Griselda, pero siempre ignoró mi existencia como Santiago, él fue quien más atestiguó los maltratos que recibí en esa casa, pero jamás hizo el más mínimo esfuerzo por ayudarme, y aunque ahora me parece algo comprensible ya que él era un niño igual que yo, en ese entonces creí que me ignoraba por gusto, así que, recibir ayuda de su parte… jamás hubiera creído que él sería capaz de hacerlo. Esa fue la primera vez que algo de mi rutina cambió.

Pero mi rutina no fue la única en cambiar. Unos días después de aquello, la rutina de Camila también cambió. La violencia de su padre hacia su madre duró más de lo usual, y… su padre se fue. Normalmente, él se quedaría dormido, pero ese día salió de casa y la madre de Camila gritó. Normalmente, ella lloraría en silencio… pero esa noche sus gritos fueron más fuertes que los ronquidos de su padre. Y algo más cambió. No usó la almohada para asfixiar a Camila esa noche.

—¡Muere! —gritó mientras apretaba con fuerza el delgado cuello de su hija—. ¡Muere! ¡Solo Muérete! ¡Si no fuera por ti, mi vida no sería una mierda! ¡Si tan sólo no existieras!

Aunque Camila dejó caer sus manos…

—¡Todo por tu culpa!

… su madre no se detuvo. Camila comenzó a perder el conocimiento, esta vez era en serio… y todo se oscureció.

—C-Camila… ah… no… ¡No! No… no mueras… no, mi vida… ¡¡No!! ¡¡¡Abre los ojos!!! ¡¡Respira!! ¡¡Respira, por favor!!

Cuando Camila volvió a comenzar a escuchar la voz de su madre, abrió los ojos lentamente mientras sentía algo que nunca antes había sentido, los labios de su madre y su aliento, y… los brazos de un monstruo. Completamente aterrorizada, Camila tomó una de las botellas de alcohol vacías que su padre había dejado en el suelo y la estrelló contra la cabeza de su madre. El suelo se pintó de carmesí, Camila tembló al mirar sus manos del mismo color mientras se ponía de pie, y luego fue hacia la puerta para salir corriendo de ahí.

Mientras tanto, Frank se encontraba viendo cómo su madre hacía las maletas, uno de sus clientes le había pedido matrimonio, y por supuesto, Frank no estaba incluido en sus planes. Mientras metía prendas de su ropa en la maleta, aquella mujer se regocijó y se bufó del niño sentado en el suelo, que abrazaba sus piernas con el anillo barato que le había dado años atrás dentro de su puño. Frank vio a su madre atravesar la puerta mucho más feliz que nunca, luego se levantó y se acercó a la ventana para ver desde ahí a esa mujer salir del edificio y tomar un taxi, haciendo de ese momento la última vez que la vería.

—Realmente espero que esa perra de pudra… ¿Camila? —Observó a su amiga corriendo a toda velocidad hacia su edificio.

Cuando ella lo vio parado enfrente de la puerta, se abalanzó llorando a los brazos de Frank, pegó su cara al pecho de él y aferró sus manos manchadas de sangre a la playera azul del chico, trató de ahogar su llanto, y, tan claro como su temblorosa voz le permitió, le rogó a su amigo que se la llevara lejos de ahí.

—… Está bien —respondió él.

Notas finales:

Creo que ya les había mencionado que el nombre de las ciudades son palabras griegas, por ejemplo, la ciudad donde viven Massiel, César y el resto, se llama Kleidi y significa "Llave", y ya que ustedes ya conocen un poco más sobre Sasha y Camila, es hora revelarles el significado de las ciudades natales de ellos.

Sasha es de Mellón, y el significado de esa ciudad es... "Futuro", creo que es algo que se puede ver venir :v

Camila y Frank son de la ciudad Bromia, que significa "Suciedad", le puse ese nombre porque es una ciudad peligrosa en donde se lleban a cabo un montón de trabajos sucios.

Gracias por leer.


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