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Un Camino Construido Sobre Ruinas Perdidas En El Tiempo por HikaSu

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Notas del capitulo:

¿Cómo fue el primer encuentro entre Tahiel y Guilmer (el supervisor)?

El supervisor nos contó que desde que él tenía memoria, su mamá siempre conversaba alegremente con su mejor amiga sobre cómo sus pequeños crecerían y se convertirían en marido y mujer.

—Definitivamente Guilmer y Miriam están destinados a estar juntos —decían mientras reían.

Las familias del supervisor y Miriam vivían en una zona totalmente rural de Kleidi, en donde las casas estaban distanciadas por kilómetros, eran muy pobres para ir a la escuela e ir a ella significaba recorrer a pie un camino durante 4 horas, por ello, los padres de ambos niños preferían mantenerlos en casa para que ayudaran a cultivar verduras o cuidar de los animales.

El supervisor no tenía otro amigo más que Miriam, y Miriam no tenía otro amigo más que el supervisor, además, llevándose solo un año de diferencia, siendo el supervisor el mayor, los pequeños crecieron con un enorme apego y cariño por el otro, lo hacían todo juntos y se cuidaban mutuamente, tenían una relación muy linda, y cuando fueron creciendo, aún con la idea de que terminarían casándose, comenzaron a expresarse cuánto se querían mientras planeaban un futuro juntos.

Desde que el supervisor tenía 10 años, su padre había hecho que lo acompañara al centro del pueblo en donde, con ayuda de varias personas, habían montado un pequeño mercado, y desde entonces, su padre lo había hecho ahorrar el dinero que ganaba en el mercado para cuando se casara con Miriam. Así, cuando el supervisor cumplió 18 años, sus padres y los de Miriam organizaron una enorme fiesta tras casarlos por la iglesia, aún tenían que esperar un año para casarse por el civil, ya que Miriam aún era menor de edad, pero con el dinero que había juntado el supervisor, pudieron construir una casita en la colina en la que siempre solían jugar a bajar rodando como troncos cuando niños, y dieron inicio a su vida de casados.

Al siguiente año, no solo celebraron su boda por el civil, sino también el nacimiento de su primer hijo, Alan. Habiendo convertido a su padre en abuelo, el supervisor se convirtió en el supervisor de los camiones de carga, posición que le dejó su padre, y con ese nuevo cargo, pudo garantizar una buena vida para su nueva familia. Por otro lado, durante el siguiente año, Tahiel se unió a la mujer que quería matarme. Y dos años después… aquella organización adoptó el nombre de REVENISH y pasó de tener como líder a la mujer que me quería matar, a Tahiel.

(Universo 2, E10, 53 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

REVENISH se había convertido no solo en un grupo de personas que cazaban a familias adineradas, muchos delincuentes seguidores de Tahiel, usaban el nombre de REVENISH para causar estragos en los pueblos grandes, medianos y chicos, robando y secuestrando a personas. Esto último era lo que más miedo causaba, pues según los rumores, cuando REVENISH secuestraba a una persona pidiendo una cantidad exagerada de dinero, daban un plazo corto para intercambiar el dinero por la persona, por lo que casi siempre mataban al secuestrado, por otra parte, si los familiares de la persona secuestrada lograban juntar el dinero, cuando devolvían al secuestrado, lo devolvían lleno de marcas de tortura, muchos de los antiguos secuestrados se volvían locos y por lo general terminaban por acabar con sus vidas ellos mismos.

Para la muy mala suerte del supervisor y Miriam, ésta última fue secuestrada por ellos mientras ella se dirigía al mercado a ver al supervisor y comprar algunos ingredientes para la cena de esa noche. Cuando la madre de Miriam, quien estaba cuidando de Alan mientras su hija salía a hacer las compras, le dio la noticia al supervisor, él sintió cómo el mundo se le caía encima. Esperó la visita de los secuestradores pidiendo recompensa, el supervisor estaba a tal nivel de desesperación, que incluso si tenía que robar o matar, haría lo que fuera necesario para juntar el dinero y tener de regreso a su esposa, y sin importar cuanto la torturaran, él se encargaría de llenarla de amor para evitar que Miriam tomara su vida.

Sin embargo, pasaron los días y nunca fueron a pedir recompensa por Miriam, el supervisor no quería creerlo, pero temía que la vida de su amada esposa ya hubiera sido tomada, pero entonces, unas dos semanas después, mientras el supervisor se encontraba deshojando maíces, vio acercarse a tres hombre junto con su esposa. Gran parte de él quería correr, matar a esos tres hombres y recuperar a su esposa, pero miró los ojos temblorosos de Miriam y supo que tenía que pensar con la cabeza fría.

El supervisor entró dentro de la casa y le pidió a su suegra que se llevara a Alan y lo escondiera lo más lejos que pudiera, tuvieron que salir por la ventana para no ser vistos, y luego el supervisor se quedó parado frente a la puerta, listo para hacerle frente a los hombres.

—¡Buen día, señor Montecaso~! —lo saludó Tahiel luego de tirar la puerta de una patada—. Oh… parece que nos estaba esperando. Voy a ir al grano, tengo conocimientos sobre el poder que tienes, también del de Miri. Y si papá y mamá tienen poderes, estoy bastante seguro que el pequeño Alan debe tener uno también. Dejaré vivir a los tres si se unen a mí, ¿trato?

El supervisor lo miró con rabia y apretó tanto los puños que los dedos se le pusieron blancos—. ¿Crees que estoy dispuesto a trabajar con unas basuras como ustedes?

Tahiel suspiró—… Que aceptes o no, no me quitará el sueño, te estoy dando la oportunidad de vivir porque tu poder me parece interesante y útil, de hecho, ¿sabías que tengo el poder de manipular a las personas? Si yo pudiera, usaría mi poder para obligarte a venir conmigo, pienso que eso nos haría las cosas más fáciles a todos, pero hice un trato con Miriam y no puedo hacerlo, ya que soy un hombre de palabra. Así que escoge: sigue mis órdenes o muere.

—Escojo matarte —gruñó.

Tahiel sonrió—. ¡Ja! Casi me haces reír. Bueno, tú lo pediste.

Creo que el poder del supervisor es bastante increíble, incluso si recibe una herida mortal, puede curarla en unos segundos, y no solo eso, si pone la palma de su mano sobre la herida, además de sanarla, absorbe el dolor en su mano, con ello es capaz de golpear a alguien y hacerle sentir diez veces el dolor absorbido en su mano. Estoy bastante seguro que además del Tipo Fuerte, no hay nadie que pueda hacerle frente al supervisor en un combate cuerpo a cuerpo. Sin embargo… uno de los dos hombres que acompañaban a Tahiel podía manipular el agua, y siendo un poder que podía manipular a distancia, el supervisor no pudo ni acercarse a ellos.

Luego de unos minutos, ya cuando el supervisor estaba débil y a punto de perder la conciencia, el otro hombre que acompañaba a Tahiel se acercó al supervisor y tocó su cabeza, y con ello, logró leer sus pensamientos y averiguar por dónde se había ido la mamá de Miriam con Alan.

—¡Ya es suficiente! —gritó Miriam tratando de contener sus lágrimas. Aferró sus manos a su falda y miró a Tahiel—. Yo… prometo trabajar para ti, prometo nunca tratar de huir, siempre estaré a tu lado sin importar qué… solo… nunca les hagas daño a mi esposo y a mi hijo, ni los inmiscuyas con tu perversa organización.

—No, Miriam —se opuso el supervisor con dificultad desde el suelo.

Tahiel sonrió satisfecho—. Con una condición más.

Ella se limpió las lágrimas que se le habían escapado—. ¿Qué quieres?

—Tengamos otra competencia, si esta vez puedo ganarte, tendré permitido usar mi poder en ti.

—Haz lo que quieras, solo —, bajó la cabeza—… no uses tu poder para que yo le haga daño a mi familia.

Tahiel chasqueó la lengua—. Bien, bien, lo prometo. —Extendió su mano hacia ella—. ¿Tenemos un trato?

Miriam estrechó su mano con la de él—. Sí…

Y así, mientras lloraba inútilmente, el supervisor vio con impotencia como se llevaban a su esposa sin que él pudiera detenerlos. Esa fue la última vez que la vio.

En realidad no era muy difícil localizar el paradero de Tahiel, no tenían algo así como una base secreta, quizás era base, pero de secreta no tenía nada. Años atrás, en el mismo año que la mujer que quería matarme y el hombre rayo se encontraron, se llevó a cabo la masacre de una de las familias más poderosas del país, la familia Cannatela de la ciudad Dynami; la noticia se expandió rápidamente por todos los rincones y se le atribuyó la masacre a la mujer que me quería matar, sin embargo, el verdadero responsable de ello fue Tahiel.

Él se deshizo de los cuerpos y cuidó de la casa para hacerla suya, y aunque hubo algunos que quisieron entrar a ella para investigar el incidente de la masacre u otros que tenían intenciones de apropiarse de ella, Tahiel y el Tipo Fuerte siempre la protegieron con celo, prohibiéndole a todos su entrada y matando a cualquiera que pusiera un pie dentro.

Obviamente esto lo supe mucho después, el incidente de los Cannatela se hizo tan famoso que incluso, aunque pasó antes de que yo naciera, se siguió escuchando entre los chismes de las sirvientas hasta llegar a mis oídos, y no fue hasta que me vi involucrado con la mujer que quería matarme y el hombre rayo que supe la verdad de los hechos, aunque para llegar a eso, todavía me faltaban un años.

Perdón, me estoy saliendo un poquito del tema.

Aquella casa fue ocupada únicamente por Tahiel, el Tipo Fuerte y una mujer ciega, esto permaneció así durante 4 años hasta que Tahiel le dio la bienvenida a la mujer que quería matarme y todos sus seguidores. Nunca ocultaron que esa casa era su lugar de descanso, pero nadie se atrevía a acercarse, todos temían del poder del Tipo Fuerte y del hombre rayo, y los pocos valientes que iban en su busca motivados por alguna venganza, terminaban totalmente deshechos en un parpadeo.

Aun teniendo ese conocimiento, el supervisor fue en busca de Miriam sin importarle que tuviera que morir en el proceso. Le ponía las cosas difíciles a Tahiel, quien le había prometido a Miriam no matarlo ni usar su poder en él, fue por eso que el Tipo Fuerte, quien era el único capaz de ponerle un alto sin matarlo o que lo matasen a él, se convirtió en el encargado de noquear al supervisor con cuidado y tirarlo cerca de nuestro pueblo. Eso ocurrió una, y otra, y otra, y otra, y otra vez. La tenacidad del supervisor se convirtió en tal molestia en Tahiel, que se ganó su odio, y aunque nadie era consciente de ello, el supervisor se había vuelto inmune al poder de manipulación de Tahiel, fue la quinta persona en lograr ser inmune a él, y la primera en lograrlo de la forma en que lo hizo, más adelante te explicaré con mayor detalle de esto.

Luego de 3 años, el supervisor cayó en la cuenta de que no podría recuperar a su esposa él solo, necesitaba buscar ayuda, requería de personas con poderes que pudieran acabar con Tahiel y todos los de REVENISH, pero no tenía ni idea de cómo y por dónde debía buscar. Desesperado por respuestas, salió a beberse su angustia con alcohol, en el bar en el que conoció a los hermanos Rowing, los primeros en unirse a su causa.

La ganadora de la competencia de «Quién puede beber más», Yannel Rowing, escuchó con atención la triste historia del supervisor y «conmovida» por ésta, le ofreció su ayuda a cambio de un lugar en el que ella y su hermano menor pudieran dormir. Ambos hermanos había huido de su casa por motivos que prefirieron callar, y habían estado vagando sin motivación alguna, solo esperaban la llegada de algo interesante a sus vidas, algo que los empujara a quedarse quietos por fin en un lugar, y le agradecieron al supervisor por darles tan motivo. O eso fue lo que le dijeron.

Y el supervisor, él estaba encantado de que ambos hermanos poseyeran poderes tan increíbles que fueran más allá de lo visto en una historieta de súper héroes, poderes complicados y completamente útiles que guardaban historias oscuras en ellos, creo que fue eso lo que hizo más fácil que él se tragara el cuento de Yannel. Recuerdo que esa tarde en que el supervisor nos invitó a comer para explicarnos todo eso, él estaba por contarnos sobre dichos poderes, cuando mamá Sandra lo interrumpió.

(Universo 2, E10, 61 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)

—Es una historia muy triste —comentó ella—, y tiene toda mi simpatía, sin embargo, señor Montecaso, ¿usted nos está contando todo esto con la intención de hacer que mis chicos se unan a usted y se vayan a matar con ese tipo llamado Tahiel?

El supervisor la miró con pena—… Si lo dice así, suena un poco…

—¿Por qué mis hijos deberían arriesgarse a ese nivel? —cuestionó cruzando sus brazos—. Mire, le estoy muy agradecida por darles empleo a César y a Massiel, por darnos un poco de comida de vez en cuando, ropa, trastes, entre otras cosas, créame que me encantaría ayudarlo, pero usted mismo acaba de aclararnos el tipo de personas con las que se quiere enfrentar, usted y su hijo no tienen de qué preocuparse, a ustedes no los van a matar, pero no creo que se tienten el corazón para matar a mis niños. Lo siento, pero no dejaré que ellos vayan al campo de batalla donde morirán sí o sí. —Suspiró—. Nada bueno trae usar sus poderes de ese modo, los poderes son algo que ni siquiera deberían de existir… solo traen desgracia, para la mayoría de las personas que no poseen uno, aquellos con poderes son lo mismo que monstruos, y como tal… deberían esconder sus poderes y actuar como una persona normal.

—Lamento que piense de esa forma.

—No lamente nada, solo le pido, por favor, que no trate de convencer a mis niños de pelear, de lo contrario me veré en la obligación de llevármelos lejos y hacer que nunca más se crucen nuestros caminos.

El supervisor hizo una mueca, pero entendió la postura de mamá Sandra, después de todo, él también tenía un hijo—. Bien. Al menos, ¿podría dejar que César y Massiel vengan de vez en cuando a mi casa? Hay algunos chicos con poderes que se han unido a mí, todos son muy jóvenes, creo que les haría bien la compañía de sus hijos.

Mamá Sandra entornó los ojos—. Si esto es para convencerlos…

—No —se apresuró a decir—, no… solo quiero que sean amigos. Incluyendo a mi hijo, es un poco amargado, necesita aprender a socializar de forma correcta.

—¡Te escuché, papá! —gritó Alan desde la cocina.

El supervisor sonrió—. Sigue en pie la invitación a cenar, ¿qué dicen?

César y yo volteamos a ver a mamá Sandra.

Ella suspiró—. Bien, mis hijos no han tenido una buena cena en mucho tiempo.

Un rato después, el cielo comenzó a oscurecer, y los grillos comenzaron a cantar, la sala estaba inundada en el silencio, así que los grillos y ruido que hacía Alan al cocinar nos daban un poco de paz a César y a mí. Al poco rato aparecieron por la puerta tres chicos un par de años más grandes que César y yo, sus voces atravesaron la puerta, dos de ellos parecían estar discutiendo mientras que la otra voz, la voz de una chica, trataba de calmar al más exaltado de los chicos. Cuando finalmente la puerta se abrió y se toparon con nosotros, logramos ver que se trataba de los hermanos Rowing y mi primo Sasha. Los que discutían eran Yanis y Sasha, y era Yannel la que trataba de calmar a su hermano menor.

El supervisor se puso de pie—. Déjenme presentarlos: ellos son los hermanos Rowing. Yanis acaba de cumplir 20 años, él es un tanto~… gruñón, a veces… bueno, siempre, pero es un buen chico… al menos cuando su hermana lo pone en su lugar; Yannel es la hermana mayor, tiene 22, es bastante simpática, así que no creo que tengan problema con llevarse bien con ella.

—Yannel no tiene por qué llevarse bien con nadie —masculló Yanis.

Yannel le dio un codazo y nos sonrió—. Un placer.

—Olvidé decir que Yanis tiene un complejo de hermana —continuó el supervisor—. Sé que Yannel es bonita, pero no intenten coquetear con ella si no desean ser asesinados a manos de Yanis —dijo mirando a César, y es que, wow, a César se le caía la baba por Yannel.

Yo, por mi lado, me pregunté cómo ese par podían ser hermanos teniendo rasgos tan diferentes. Yannel, era preciosa, guapísima, parecía la imagen de una diosa, su pelo era negro y ondulado, largo, y tenía un brillo muy bonito, su piel estaba bronceada y lucía de un tono parecido al dorado, nunca había visto un color de piel así de bonito, sus ojos eran color ámbar, y no sé si era intencional, pero siempre que sonreía los enternecía de forma muy coqueta, sus labios también lo eran, tenían un color rojizo natural muy bello, y todo su cuerpo, aunque era esbelta, estaba lleno de curvas por todas partes, incluso para un niño que no estaba interesado en el amor como yo, Yannel sin duda hacía peligrar la normalidad de los latidos de mi corazón… pero obvio tú eres un millón de veces más guapa.

Por otra parte, Yanis tenía la piel casi tan pálida como la mía, tenía el pelo súper lacio y de color castaño claro, tenía unos ojos muy bonitos, eran de color azul, y debajo del ojo derecho se ubicaba un lunar que alguien que no quiero escribir adora… es una lástima que use ojos tan lindos para fulminar a la gente, puedo contar con los dedos de una mano las veces que lo he visto sin el ceño fruncido. En resumen, a excepción de que ambos eran guapos, no logré encontrar nada en lo que se parecieran.

—… Y este chico de aquí es Sasha Miraini —continuó el supervisor—, tiene 19 años, fue el segundo en llegar a esta casa.

«Miraini», pensé con asco al recordar a la vieja Ruth.

El supervisor nos miró—. Chicos, mis invitados de hoy son dos de mis trabajadores, los más jóvenes por cierto, y su madre. La señora Sandra, César y Massiel.

—¿Massiel? —Sasha se acercó a mí— ¡Ah! ¡Eres hijo del tío Santiago!

Lo miré sorprendido—. Entonces… ¿eres hijo de la tía Alim?

Sonrío ampliamente—. ¡Sí! Wow, qué coincidencia, ¿también escapaste de casa?

—S-sí…

—¿Cuántos años tienes?

—13.

—Vaya, eres valiente, yo lo hice hasta los 15.

—Perdón por interrumpir —habló el supervisor mientras veía a mi primo y a los hermano Rowing—, ¿dónde está Cabellos Rojos?

Yanis se encogió de hombros—. Quién sabe, debe estar en algún árbol o cazando insectos —dijo mientras se sentaba al lado mío, dejándome un poco muy aterrado, ya que ese tipo me daba una enorme vibra de peligro.

—¿Alguien puede salir y ver si está en un árbol?

—Yo iré —se ofreció Sasha, luego volteó a vernos a César y a mí—. ¿Quieren acompañarme?

—¡Sí! —contestamos, yo un poco más feliz que César, porque, incluso si teníamos que buscar en cada árbol, eso o cualquier otra cosa era mejor que permanecer en el incómodo ambiente en el que habíamos estado expuestos minutos atrás.

Notas finales:

Ay, no sé ustedes, pero a mí me caga cuando las mamás hacen eso de emparejar a sus bendis, a mí me tocó que una vecina tenía un hijo de mi edad y se la vivía diciendo que un día ese niño y yo nos íbamos a casar, y era bien incómodo porque como yo lo conocía desde casi que nací y pasábamos mucho tiempo juntos porque su hermana era mi mejor amiga, yo lo veía como un primo o casi mi hermano, se sentía más como mi familia, ¿saben?

Ese niño decía que yo sí le gustaba, pero en mi opinión, creo que solo decía que yo le gustaba de tanto que su mamá le dijo que me iba a casar con él. Y miren, actualmente a nuestros 22 años ya ni nos hablamos jajaja. Si ustedes tienen hijos no hagan eso, para los niños no es agradable, o al menos yo lo odiaba.

Gracias por leer.


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