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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Su cuerpo blanco, hermoso y desnudo, que se sentía como si hubiera sido creado por Dios, estaba completamente manchado con el semen de otra personas. Su cabeza estaba empapada en sudor, sus ojos bien cerrados todavía parecían húmedos por las lágrimas y tenía manchas colgando hasta de la punta de sus cejas. Sus genitales estaban exhaustos y sus labios habían sido mordidos y chupados hasta un punto en que quedaron tan rojos como si hubiese ocupado lápiz labial. Había un rastro claro de ataduras en sus muñecas y sus piernas, que estaban abiertas, parecieron todavía estar cubiertas de un líquido turbio y lascivo. 


Choi Hee-seo, que trabajó duro mientras sostenía la cámara con una sola de sus manos, abrió las nalgas de Kim y tomó una captura detallada de su agujero hinchado. Luego puso su dedo dentro, en el punto que le había dejado casi morado, y permitió que el semen fluyera lentamente hasta caer contra el colchón. Luego, al penetrarlo un poquito, el agujero apretó deliciosamente los dedos de Choi Hee-seo así que terminó de filmar.


Choi Hee-seo se levantó, dejando a Kim San, que se había desmayado, completamente tendido sobre su cama. Y mirando por la ventana, mientras caía el crepúsculo, llamó entonces a Yoo Se-han y pidió que no se demorara.


Cuando llegó, unos minutos más tarde, se encontró con Choi Hee-seo con las piernas cruzadas y fumando uno de esos cigarrillos que olían a menta. Y a pesar de los rastros de sexo increíblemente provocativo que tenía alrededor, Yoo Se-han entró con calma e inclinó la espalda hasta que Choi Hee-seo le sonrió levemente y luego, incluso le hizo mirar a Kim San, que dormía sin conocer nada de lo que estaba pasando en ese cuarto. Le tendió la cámara:


"¿Eres bueno envolviendo regalos?"


Confundido por la repentina pregunta, Yoo Se-han asintió. Choi Hee-seo sacudió la cabeza como si estuviera satisfecho con esto y después de un tiempo, se levantó y regresó con un papelito en la mano. Yoo Se-han lo revisó rápidamente y observó que allí estaba la información personal de unos niños llamados "Isaac Kim" y "Taek Kim". Choi Hee-seo frotó el cigarrillo en el cenicero y sacó una botella de vino del gabinete de abajo. Lo bebió igual a si estuviera muerto de sed, se limpió las comisuras de la boca y dijo:


"Empaca bien este vídeo y envíaselo a los niños."


"¿No era esto solo para que lo vieras tú?"


Yoo Se-han, que conocía bien la personalidad de Choi Hee-seo, preguntó esto rápidamente así que el hombre le contestó con una expresión bastante salvaje. Y a medida que el estado de ánimo de Hee-seo se agudizaba, Yoo Se-han se asustó tanto que hasta sacudió la cabeza.


"Lo siento, jefe. Fuí presuntuoso."


"... Me caso en 4 meses. Tendré esposa y quién sabe que otras cosas más así que, no me parece seguro tener un vídeo mío durmiendo con otro hombre. Imagínate el caos."


Choi Hee-seo bebió vino otra vez, luego se limpió los labios con la bata y sacó otro cigarrillo que se puso de inmediato en la boca. Yoo Se-han encendió el filtro por él así que tuvo que aguantar que Hee-seo lo mirara todo el tiempo con una expresión increíblemente sería, al punto que le costaba creer que fuera un hombre que practicaba sexo violento.


"No soy una mala persona."


Hee-seo Choi se levantó, sacó el edredón y cubrió a Kim San completamente. Después, tocó su cabeza de una manera bastante tierna y lo besó.


"¿Verdad?"


Y luego Choi Hee-seo, que había estado cepillando el cabello de Kim San durante mucho tiempo, vio a Yoo Se-han otra vez y pintó en su boca una de esas enormes sonrisas que lo caracterizaban.


"Solo es un regalo. Para que los niños vean que sé compartir lo que tengo. Es mi último regalo como padre en realidad."


Hee-seo Choi murmuró esto mientras miraba los dedos de Kim, que estaban completamente azules y magullados.


"Es un regalo muy especial así que espero que lo disfruten. Es más, pon eso en la tarjeta de presentación"


Al escucharlo, Yoo Se-han sintió curiosidad y abrió la boca con cuidado:


"... ¿Por qué le das estos regalos a tus hijos? Suena cruel. Creo que los niños no lo necesitan."


"No, no. Van a quedar muy satisfechos. Te lo aseguro."


Hee-seo respondió sin quitar su sonrisa y levantó la botella de vino hasta ponerla a contra luz. Y con la espalda apuntando a la ventana, colocó una mano en su cintura y dejó salir un suspiro bastante aterrador. Sin embargo, cuando reía, era casi como si un puñado de brillo se hubiera derramado sobre él.


"Son unos bastarditos. Y así hay que tratarlos a veces para que vean quien manda."


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