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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Incluso cuando la alarma no sonó, pareció despertarse automáticamente

Kim San, que estaba con los ojos casi en blanco, miró que había un collar de perro atado a la cama así que, sin darse cuenta, parpadeó como si no pudiera comprenderlo y pensó ¿Por qué hay una correa en la cabecera? Sin embargo, Kim San, que estaba confundido, recordó que Isaac le había puesto una correa alrededor del cuello de la que tiraba en ocasiones para mantenerlo pegado a él. Y por supuesto, también estuvo el hecho de que Lee Taek e Isaac le confesaron que lo amaban...

Kim endureció su cuerpo y miró a su alrededor. Afortunadamente, los niños no estaban allí.

San miró cada parte de la habitación y finalmente bajó de la cama sin importar sentir que su cuerpo estaba enfermo. Le dolía el interior de las nalgas y el abdomen así que no tuvo más remedio que reprimir el gemido que estaba saliendo de su boca.
El collar estaba bien amarrado en la cama y aunque era bastante largo, lo detuvo en seco cuando estaba ya cerca de llegar a la puerta. Cuanto más intentaba avanzar, más lo tiraba del cuello y no podía seguir caminando. Además, la correa tampoco tenía mucho espacio contra su piel y, ya que se ajustaba casi perfectamente a su cuerpo, si se movía mal o intentaba ser terco, se clavaba y se clavaba hasta que lo comenzaba a asfixiar.

Kim San se sentó, con la espalda apoyada en la cama. Quizá los niños todavía tenían conciencia así que tal vez se sentirían mal por verlo así y se lo llevarían para lavarle el cuerpo. Sin embargo, las huellas de sus hijos permanecieron intactas sobre él y su abdomen, que antes era como una pizarra en blanco, ahora estaba manchado de semen y sudor. Por no hablar de los muslos, los tobillos, el pecho y las muñecas en particular. En la medida en que si alguien lo viera, seguramente pensaría que había estado preso durante meses, no días.

"Por Dios..."

La realidad se percibía más claramente ahora que en la noche anterior así que las lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. Se arrepentía tanto de no haberse dado cuenta de como las cosas habían llegado hasta este punto. No quería criar criaturas iguales a Choi Hee-seo así que ¿Por qué nacieron niños tan parecidos a Hee-seo? Pensó en el pasado de los pequeños paso a paso, pero no pudo encontrar una sola respuesta ¿Qué tenía que hacer ahora? ¿Debería intentar convencer a los niños para que los liberaran? Aunque eso sonaba estúpido. Ya había leído el deseo que estaba en los ojos de los dos y estaba seguro de que ambos tenían una obsesión más fuerte que Choi Hee-seo y más amor por su padre de lo que podía imaginar. Y si ya era así ahora, eventualmente lo iban a embarazar.

Kim San tembló al imaginarse embarazado de los hijos de sus niños. Su rostro se puso blanco porque solo con una imagen en su cabeza, era espeluznante. Entonces, ¿El bebé debería llamarse su hijo o su nieto?

Kim San, que había estado pensando en ese momento futuro, se mordió el labio con muchísima fuerza. El sexo con sus propios hijos era un problema, pero el embarazo sería algo muchísimo peor. Si se daba, los niños no podrían vivir una vida buena después de eso. ¿Que iban a decir de ellos? Eran como pequeñas joyas, forjadas con trabajo duro por sus propias manos así que no podía destrozarlos solo por algo que parecía un problema producido por sus mentes ¿Debería huir? Pero, ¿Sería capaz de escapar de ellos? Es decir, los jóvenes le hicieron esto y fueron crueles con él pero, igual parecía que el amor que les tenía estaba influyendo terriblemente con todas sus desiciones.

Kim San hundió el rostro entre sus rodillas ante la triste realidad a la que se estaba enfrentando y entonces, la puerta se abrió incluso sin poder definir si hacer esto o aquello.

Era Isaac quien había golpeado la madera para poder entrar. El niño, que se había bañado, se acercó con una sonrisa tan brillante como la imagen de una flor en pleno crecimiento. Y había un plato con pizza y papas en sus manos.

"Papá, tienes que comer".

"…  Isaac."

Isaac sonrió suavemente ante la voz baja que llamaba por su nombre. Y como si hubiera pensado en todo, incluso sacó unas toallitas húmedas y limpió bien las manos de su padre, su cara y su boca, y le entregó la pizza.

"Te gusta la pizza ¿Verdad? Compré una con pepperoni así que come."

El niño también llevaba un botecito con pepinillos muy finos así que los colocó frente a su padre. Eran familia así que conocía perfectamente los gustos de Kim San. Por supuesto, al ver esto, quedó claro que el niño lo amaba todavía con demasiada fuerza porque, sin este sentimiento, no podría haber hecho esto para empezar. Apoyándose de ese pensamiento, San Kim extendió la mano para tomar la de su niño. Solía ​​ser una pequeña manita antes. Una palma que sostuvo su dedo el día en que nació, pero que ahora había crecido tanto como para volverse similar a la suya.

Isaac miró a su padre sosteniendo su mano así que sus ojitos se volvieron cálidos como un día de primavera.

"Por favor, detén todo esto ahora."

Pero la sonrisa de Isaac solo se profundizó. No se enojó, no lloró, Isaac solo miró a papá y escuchó lo que dijo. Kim tragó saliva.

"Si esto se sabe, ustedes van a ser vistos mal por la sociedad. Y yo no..."

"No pasará nada. Lo tenemos todo planeado."

Isaac habló con un tono dulce, como en una fantasía.

"¿Sabes cuántos años hemos estado pensando en esto? 7. No es un plan simple, papá".

La expresión de Kim San se endureció cuando entendió que sus niños tenían 14 años cuando comenzaron a planearlo todo. De hecho, la expresión de Isaac era tan cálida y suave como la brisa primaveral, pero había empezado a tener un poco de miedo de él. Entonces Isaac comenzó a acariciar el cabello de papá hasta acomodarlo detrás de su oreja:

"Supongo que realmente amamos mucho a papá. No existe nadie más para nosotros, no hay mundo para alguno sin ti."

"… Isaac."

"Entonces ¿Por qué me estás diciendo que me detenga? ¿Por qué deberíamos parar? Solo... Te amamos mucho, papá. Y queremos que quedes embarazado porque nuestro sueño es formar una familia junto a ti. Además, papá también nos ama ¿No es cierto?"

La expresión de Kim San estaba distorsionada como un papel arrugado. Isaac miró a su padre un momento más y luego suspiró y cruzó los brazos:

"Dijiste que estas son cosas que haces con las personas que quieres".

Les había dicho en el pasado que las personas que se amaban tenían sexo, que era natural. Pero esto no era a lo que se refería. Aunque se amaban, era en realidad un afecto entre un padre y sus niños:

"Este... Este no es ese tipo de amor."

"Somos ese tipo de amor".

Isaac sonrió y agregó:

"Cuando te vemos, nuestro pene crece. Es como dijiste que pasa cuando ves a alguien que amas. Este no es un amor normal entre un padre y un hijo, yo lo sé."

Isaac entonces cerró los ojos. Y así, con los párpados abajo, se veía tan hermoso como un ángel dormido. Fue ridículo pero, incluso en medio de esto, Kim San sintió que su corazón latía con fuerza ante la hermosa apariencia de su hijo. Lo amaba con toda su fuerza, esa era la increíble realidad así que, Kim suspiró y cerró los ojos también. Y cuando finalmente se movió, se encontró con que los labios de Isaac lo estaban tocando para darle un beso. Era el sabor de un vino tan dulce como ese alcohol de miel que vendían en su ciudad. Un beso ligero como el toque de una pluma. 

Con sus frentes presionadas una contra la otra, el niño lo besó varias veces más antes de abrir lentamente los ojos. Las olas revoloteaban en sus pupilas marrones, que estaban cerca del ámbar, hasta que las emociones se reunieron y se convirtieron en un tsunami.

"Creo que serás mi primer y último amor."

Los ojos de Kim San se abrieron ante la apasionada confesión del niño. Isaac lo abrazó con fuerza hasta que comenzó a temblar entre sus brazos y entonces le dijo al oído:

"Solo te amaré a ti por el resto de mi vida."

Los labios de Kim San temblaron, pero era un hecho claro que la voz que salió estaba haciéndolo con más rabia que eso.

"Por favor..."

"Entonces, papá solo tiene que amarnos igual de fuerte."

"Por favor deja que... Deja que yo..."

¿Por qué había pasado algo como esto? 

Kim San abrazó a Isaac mientras lloraba con fuerza y el niño pareció completamente decidido a no soltarlo nunca. Luego, el joven, que no respondió ni "sí" ni "no" a las palabras sobre dejarlo ir, lo soltó y le limpió la cara con otra toallita húmeda. Trató de consolarlo diciendo que todo estaría bien y que no iban a lastimarlo, pero no funcionó como lo había pensado y al final, papá solo pudo ver al niño con una enorme cara de decepción.

Isaac apoyó tiernamente su rostro en el hombro de Kim y murmuró, acariciando sus músculos moteados:

"Come tu comida."

Los labios de su hijo, que se pegaron a su mejilla, estaban increíblemente cálidos. Y cuando esos labios alcanzaron también los de Kim, se dio cuenta de que sus pestañas habían comenzado a temblar. El jovencito estaba nervioso como un niño en el primer beso de su vida, frente a su primer amor quien era su padre. Era divertido que lo tratara sin piedad durante el sexo y temblara al besarlo. Se pegaba a la parte superior de su cuerpo y lo chupaba muy lentamente. Entonces, cuando levantó la cabeza, Kim San hizo contacto visual con su hijo y bajó la mirada al sentir vergüenza.

"… ¿No vas a comer pizza? Lo elegí para ti."

"No quiero comer".

Kim San lo cortó con una simple palabra así que Isaac se levantó y agarró la pizza. Tenía una actitud firme de que no quería comer, así que pensó que no iba a obligarlo. Y después de ordenar la habitación y ver que todo estuviera bien, Isaac miró a su padre y dijo amablemente: "Buenas noches." Antes de cerrar la puerta.

Kim San ni siquiera podía respirar ante este nuevo sentimiento de desesperación que se estaba aferrando a su pecho.


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