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Una habitación en silencio. (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Isaac y Lee Taek despertaron a su padre, que había estado durmiendo durante mucho tiempo en la sala de espera, y lo subieron de inmediato a un taxi que los pudiera llevar a la casa. Cuando el taxista vio a sus hijos, elogió a Kim San y dijo que eran "De verdad muy guapos" así que Kim San apretó los puños en lugar de reírse de esas palabras en su cara. Además, Lee Taek estaba sentado a su lado mientras le frotaba el pene en los asientos de atrás. Era algo que un hijo no debería hacerle a su padre, pero también era algo por lo que Kim San no tenía que reaccionar. Su rostro se puso pálido y sus puños se tensaron en un intento por no soltar ni un solo gemido. Además, estaba tan en blanco, que el taxista que lo vio le preguntó si estaba bien.

"Está bien, no se preocupe."

Lee Taek sonrió y dijo esto en el lugar de su padre. Por supuesto, la mano del joven todavía estaba tocándole el pene.
Kim San apenas reprimió el gemido que estaba a punto de estallar y luego bajó la cabeza solo para descubrir que sus piernas estaban temblando. Su cuerpo, que no había comido nada, estaba tan agotado que, mezclado con la energía que ocupó cuando se escapó, sintió que estaba lo suficientemente débil como para desplomarse en el sillón justo ahora. Las lágrimas brotaron de las esquinas de sus ojos y luego incluso comenzó a quejarse por tener un cuerpo tan horriblemente lascivo y débil. El taxista inclinó la cabeza porque era extraño ver al hombre, temblando y con la cabeza gacha todo el tiempo. Isaac, que estaba sentado a su lado, miró a Kim y dijo que no era gran cosa.

"Está enfermo."

"Ya ¿Qué tiene? Digo, si puedo preguntar. Es que se ve muy pálido."

El taxista tenía una voz muy bondadosa, así que San Kim quería decir que no era así. Abrir la boca y confesar que su hijo estaba obligando a su pene a levantarse utilizando las manos. Quería rogar por ayuda, para evitar que los niños intentaran embarazarlo justo como lo querían pero, como era de esperar, ahora pensó que lo único que saldría de su boca sería un gemido.

"Está enfermo del estomago."

Taek pareció estar muy concentrado en tocarle el glande, por lo que sus piernas temblaban como locas y su agujero comenzó a quejarse por estar vacío. Era como si estuviera deseando que un palo largo, duro y cálido perforara las paredes internas de su culo rápidamente.

"Llevamos a nuestro padre al hospital y ahora nos vamos a casa. Vamos a hacer que tome un descanso."

"Sus hijos son maravillosos, señor. Siempre es bueno que alguien se preocupe por uno."

Le dijo el conductor a Kim San, quien sonrió como para tragarse las lágrimas. Como para hacer que respondiera rápidamente, Lee Taek le quitó la mano de los genitales y lo aproximó un poquito más a él mientras lo miraba atentamente para alentarlo a ser amable con el señor. Kim San, que todavía se estaba retorciendo en el placer que pareció ir y venir por su verga, bajó la mano que cubría la comisura de su boca y finalmente habló:

"Ah... Sí. Tiene razón..."

El taxista miró a Kim como si sintiera pena por él y luego les dijo a Isaac y Lee Taek que cuidaran bien a su padre.

El coche llegó al complejo de apartamentos en veinte minutos. Cuando Kim demostró que no podía caminar bien debido a su cuerpo tembloroso, Lee Taek se aproximó y levantó al hombre entre sus brazos justo como si fuera un costal de papas. Kim comenzó a llorar porque se estaba sintiendo honestamente horrible. Aunque comió gimbap triangular y descansó muchísimo en el pabellón del neuropsiquiatra, sintió que se le estaba retorciendo el estómago tan fuerte que tal vez hasta iba a vomitar. Kim se acomodó mejor contra él y dijo:

"Me duele mucho el estómago..."

Y mientras murmuraba esto, Lee Taek finalmente chasqueó la lengua.

"¿Por qué comiste eso, papá? Por eso te hemos dado cosas ligeras. Era obvio que te iba a caer de peso."

Lee Taek palmeó el trasero de su padre, como un niño que se había portado mal, y comenzó a hablar de nuevo sobre lo enojado que estaba de que se escapara y lo preocupado que se sintió cuando ya no lo vio allí. Las yemas de los dedos de Kim San se movieron un poquito para arriba y descansaron en la nuca del hijo que ahora era un hombre perfecto. Kim San, que enterró su rostro, murmuró:
 
"Dijiste que me ibas a dar arroz ¿Verdad? Tengo hambre..."

De verdad quería comer arroz caliente con mucha salsa de soya. Quería dejar de tragar semen alguna vez y definitivamente ya no soportaba el sexo. Lee Taek dejó escapar un pequeño suspiro insoportable cuando vio a su débil padre reflejado en sus pupilas y, muy por el contrario, Isaac, que estaba de pie detrás de él, negó con la cabeza y dijo que "todavía no podían permitirse actuar así".

Finalmente Isaac y Lee Taek decidieron llevar a Kim San a la habitación, lo acostaron en la cama, lo agarraron de la correa, que le habían puesto alrededor del cuello, le acomodaron la cabeza sobre el colchón y se turnaron para darle un montón de besitos en la cabeza. Kim San abrió los ojos cuando sintió que estaba volviendo a ser atado. Además, Lee Taek se estaba quitando la ropa lentamente con... Un par de intenciones bastante claras. Kim San agarró la muñeca de su hijo y rogo:

"¿Tenemos que hacerlo hoy? De verdad me gustaría comer algo..."

Como si el sonido de "tener hambre" estuviera funcionando, Lee Taek sonrió y le acarició la mejilla:

"¿Te doy algo de comida, mi amor? ¿Quieres el arroz?"

Ante la palabra "arroz", los ojos de Kim San se abrieron como platos. Asintió con la cabeza con impaciencia y volvió a pedirlo "por favor". Lee Taek seguramente quería consentirlo, porque desapareció en la cocina sin decir nada más y dejó que su hermano Isaac llenara la vacante. El joven le quitó la ropa, le colocó un antidepresivo en la boca, que recibió del neuropsiquiatra, y le hizo tragar mucha agua para hacer que le llegara bien al estómago. Luego Kim San, quien tomó la medicina dada por su hijo sin poner ningún "pero", frunció el ceño cuando se dio cuenta de que estaba tocando su pene otra vez. Era difícil aceptar los dos genitales de sus niños al mismo tiempo, pero tocarlo incluso cuando estaba tan cansado, era lo mismo que decirle que esperaba que se muriera.

Mientras Kim San comenzaba a mover sus piernas y las torcía para todos lados, Isaac le hizo curvar un poco la espalda para llevar la mano más arriba de su pene. Sus mejillas se tornaron rojas y pronto comenzó a existir una atmósfera hechizante entre los dos, algo íntimo y sexual que fue exactamente igual que en otros días y que ocasionó que un suave gemidito escapara de la boca de Kim. Fue agradable tener una mano cálida envolviendo su pene tan delicadamente y fue mucho mejor cuando tocó justo la parte que estaba punzando. Por supuesto, también llegó un momento es que se sintió preocupado por poner su propio placer antes que su vergüenza.

Cuando la mano que había estado frotando su pene, llegó hasta sus testículos, Kim San agarró la almohada con fuerza y ​​sollozó:

"¡Ah! ¡Isaac...!"

"Solo estaba viendo a Lee Taek tocándote en el taxi así que, yo también me estaba muriendo por hacerlo mi amor..."

El niño apretó el glande de papá, como si lo estuviera aplastando contra la cama, y luego el cuerpo de Kim San tembló con fuerza, soltó un pequeño "Umm..." Y justo después, Isaac, que estaba acariciando muy suavemente su verga, sonrió y se levantó para sentarse cómodamente entre las piernas de papá. Kim sintió que se estaba derritiendo cuando probó ese aliento húmedo y cálido en la punta de su pene y de hecho, poco después, fue como si la membrana mucosa de su culo comenzara a gotear.

Cuando sacó la lengua y acarició su glande en pequeños circulitos, Kim San no pudo soportarlo más y torció la parte superior de su cuerpo justo como lo haría un gusano. La saliva goteaba de su boca abierta y las lágrimas parecieron brotar de las esquinas de sus ojos para fluir completamente hacia el colchón. Isaac agarró los muslos de su padre, los abrió más de la cuenta e intentó que su pene bajara más abajo de su garganta. En realidad, Isaac era muy malo dando mamadas así que se le hizo un nudo y sintió la necesidad de querer escupirlo de inmediato, pero ya que quería ver a su papá jadeando y llorando, siguió moviéndose de arriba para abajo una y otra vez.

"Ay, Isaac… Isaac, espera un momento."

Kim no duró. Su cuerpo ya había sido estimulado por Lee Taek en el taxi así que alcanzó el orgasmo en unos cuantos segundos. Isaac hizo una mueca extraña, sostuvo el semen de su padre en su boca y lo tragó hasta que un sabor amargo comenzó a asentarse por completo en la base de su lengua. Por otra parte, Kim suspiró profundamente ante la sensación de agotamiento que le vino justo después de la eyaculación. Miró al techo, pero solo descubrió que la casa daba vueltas y vueltas porque su cabeza estaba mareada hasta el infinito.

"¿Qué pasa con ustedes dos? ¿Se están divirtiendo sin mi?"

Lee Taek, que había preparado la comida, entró refunfuñando a la habitación así que Isaac sonrió y se limpió el semen de la boca.

"Sí. Tú y papá también se estaban dando amor en el taxi sin mi."

Kim frunció el ceño ante la palabra "amor" ¿Fue un acto lo suficientemente dulce y adorable como para llamarlo así? No lo era en absoluto. Era un juego torpe de unos jóvenes desequilibrados que tenían prisa por satisfacer sus deseos sexuales con él.  

Isaac trajo la una mesita de noche y Lee Taek decidió colocar entonces la bandeja justo allí. No era arroz. Solo había sopa de dongchimi y un huevo estrellado junto con pedacitos de pan. Sin embargo, igual quería comer, así que levantó los ojos en su dirección y abrió la boca. Al ver el deseo sincero en sus ojos, Isaac puso una hermosa sonrisa en su cara y le besó la frente un montón de veces mientras decía que era un buen niño.

Negó con la cabeza y apartó el huevo y el pan:

"Tranquilo. Si comes muy rápido, tu estómago no lo aceptará. Toma unas cucharaditas de sopa y cuando te mejores, te daré algo más pesado".

¿Era realmente cierto? Kim San, que miró la cuchara, murmuró:

"¿No están tratando de hacerme perder fuerza solo dándome sopa?"

Ante el susurro muy bajo y silencioso de su padre, Lee Taek se rió a carcajadas y luego se tapó la boca y sonrió como un niñito inocente. Lee Taek miró la cuchara:

"¿Crees que haríamos algo como eso, mi amor? ¿Crees que seríamos tan crueles?"

Lee Taek agarró la barbilla de su padre y lo atrajo un poquito más hacia él. Kim San, que había sido atrapado por las garras de su hijo, apretó los dientes y trató de mirar para otro lado. El niño lo sacudió:

"Habla."

Sus ojos estaban distorsionados y tan fríos como un cubito de hielo.

"Dilo. Di "Me equivoqué, mi señor"."

Kim San no abrió la boca en un buen rato, así que Lee Taek decidió mirar a su hermano. Isaac entonces se levantó y recogió la mesa. Al darse cuenta de que la comida se alejaba lentamente, San Kim trató de decir que había cometido un error y que esperaba que lo perdonaran, pero ya era demasiado tarde para eso. Lee Taek suspiró:

"De eso se tratan las lecciones. Tendrás que pasar más hambre para mejorar".

Pensó en esos momentos en que tenía un hambre terrible y también recordó que sus niños se turnaban para venir por la mañana y decirle que comiera un poco de semen en su lugar. Su estómago ya estaba revuelto solo de pensarlo.

"No…"

"No puedes evitarlo aunque no te guste. Fue porque papá no escuchó para empezar".

En lugar de sopa, apareció el pene de Taek. Él sacó la cabeza de su padre de la cama y lo hizo acostarse con el cuerpo completamente erguido en su dirección. Su cuello estaba doblado y aunque ya había dicho muchas veces que le dolía la espalda, el niño presionó su cuerpo para abajo en un intento por obligarlo a abrir la boca aún así. Instantes después, los genitales, que habían raspado la lengua y el techo de su boca hasta llegar a su úvula, entraron y entraron y ocasionaron un sonido ahogado mezclado con un sonido sofocante que pareció un tanto aterrador. Kim San empujó la sábana con los pies, levantó la mano y le golpeó el muslo para que se alejara de él, pero igual Lee Taek no hizo caso y en su lugar, solo tiró de la correa.

Al mismo tiempo que se tensaban las venas de su cuello, los genitales penetraban y atormentaban su delicada mucosa hasta volverla muy caliente e insoportable. Quería escupir el pene de su boca, pero en realidad, el niño pareció seguir obligándole a tragar profundamente sin que le importara cuanto intentara dejar de hacerlo.

"¡Umm!"

Cuando su rostro se puso rojo por no poder respirar, Lee Taek sacó sus genitales y, como en otras ocasiones, le hizo tomar un respiro bastante pesado. Pareció que la mandíbula ya se la había puesto lo suficientemente rígida como para poderla cerrar después.

"Te voy a dar de comer, papá".

Lee Taek, quien le mostró una sonrisa bastante amable, puso su pene en la boca de Kim San una vez más. La verdad era que le dolía terriblemente la garganta por el esfuerzo y el sabor de su semen había comenzado a darle muchísimas ganas de vomitar. Su cara blanca se puso roja, esa mancha se extendió hasta su cuello, hasta el inicio de su pecho y después, le hizo jadear y jadear en un intento por conseguir aire. Estaba luchando por evitar esta sensación agarrando la sábana con ambas manos, pero fue imposible.

Lee Taek fijó su mirada en el pecho de su padre y tranquilamente saboreó la forma de su boca. Sus labios calientes eran como otro ser vivo y, a diferencia de su pared interna, tenía que decir que la membrana mucosa de su boca era húmeda y suave y envolvía sus genitales a la perfección. Pareció que se iba a rasgar y a sangrar si lo empujaba un poco más fuerte... Y la verdad era que pensar en eso lo estaba volviendo loco.

"¡Um!"

Después, Lee Taek hizo un movimiento más y eyaculó dentro de él. El semen se acumuló en su garganta así que cuidó de Kim todo el tiempo hasta que finalmente se lo tragó.

Él tuvo que chupar, lamer e incluso mamar los genitales de su hijo en una postura que pareció bastante pornográfica así que, cuando se terminó, Kim San se acostó boca abajo, respirando igual a si todo el oxígeno de la habitación no fuera suficiente. Y mientras bajaba la cabeza y recuperaba el aliento poco a poco, una mano fuerte agarró su cabello para poder levantarlo de nuevo en su dirección. Además, vio unos genitales acercándose a su cara. Un pene diferente.

"¡Por favor, basta! Me equivoqué, lo siento ¡Realmente me equivoqué!"

Kim San no pudo superar el dolor y lloró y rogó por la piedad de sus niños. Isaac acarició el cabello de su padre y luego, como si se estuviera burlando de él, le dio una bofetada en la cara con su pene.

"¿Quieres comer, mi amor?"

Kim San, que había sido golpeado en la mejilla con el pene de su hijo, se mordió los labios con muchísima fuerza. Era humillante que le hicieran eso, pero quería comer. Si pudiera comer bien, entonces tendría fuerza y tarde o temprano podría golpear a sus hijos y se escaparía de aquí. Quizá los niños lo sabían y por eso no le daban de comer. Demonios ¡Claro que lo sabían! Después de todo, eran jovencitos muy inteligentes. ¿Pero qué tenía que hacer? ¿Cómo podía salir de esta situación? E incluso tales preocupaciones no importaban porque, de nuevo, era muy poco lo que podía hacer en una situación en la que no podía comer nada. Kim San dejó de pensar y agarró el muslo varonil de su hijo. Sus labios rojos se abrieron y una súplica salió de ellos junto con lágrimas.

"Me equivoqué, mi señor."

"Sí, amor. Lo hiciste. Papi ahora solo necesita comer lo que le damos y ser muy, muy obediente con nosotros. Ni siquiera tienes que ganar dinero porque juntaremos lo suficiente para que puedas descansar aquí, criar a nuestro bebé y vivir a nuestro lado eternamente."

La voz del hijo estaba llena de felicidad. Pero Kim San dejó que las lágrimas fluyeran ante ese horrible futuro que había dibujado para él.

"Te amamos mucho, mi amor."

Él niño estaba sonriendo, pero fue algo triste y doloroso para él. Luego, su hijo finalmente se arrodilló y limpió los labios y la cara de San Kim igual a si hubiera aceptado su disculpa. Las toallitas frías y húmedas limpiaron rápidamente el semen y la saliva y luego se hicieron una bolita para caer contra el suelo. Lo besó:

"Te daremos de comer todo lo que quieras ¿Está bien? Es tu recompensa por ser tan buen chico."

Su hijo le cepilló el cabello, lo acomodó detrás de su oreja y finalmente lo levantó para sentarlo en la cama. Poco después, olía a sopa caliente y a huevo frito así que su cabeza sombría se aclaró un poco y la boca le comenzó a babear. Kim San se levantó y tomó la cuchara con manos temblorosas. Era un tazón de sopa de verduras con arroz que estaba medio lleno. Obviamente un adulto como él no iba a llenarse con eso, pero Kim San no tenía tiempo de pensar bien. Solo tenía hambre.

Tomó la cuchara y se la llevó a la boca de inmediato, aunque pareció un poco salada por las lágrimas. Era una sopa muy sencilla pero, la comida que había probado por primera vez después de morirse de hambre por días, era más deliciosa que cualquier otro festín. Isaac y Lee Taek mostraron expresiones indiferentes incluso cuando Kim San lloró sobre su tazón.


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