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Monsters Among US [LUCA Three-shot] por N3K0-Ch4N

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Notas del fanfic:

Autora: N3k0-Ch4n.
 
Género: Drama/Supernatural/Tragedy.
 
Parejas: Ercole Visconti/Luca Paguro (leve y no correspondido), Alberto Scorfano/Luca Paguro.
 
Advertencia: Gore, violación implícita, maltrato y abuso psicológico, lenguaje vulgar, uso de drogas, tortura, contenido hardcore explícito, muerte de un personaje por asfixia y desmembramiento.
 
Nota: Creí que este verano podría enfocarme en avanzar los fanfics que me quedaron inconclusos o trabajar en nuevos capítulos, pero lamentablemente, eso no se pudo hacer, entre que me estuve trabajando en algunos fanarts y dibujos solicitados para la escuela de arte, trabajar en una presentación para medios audiovisuales, sumando el hecho de que ya comencé el cuarto y último año, me fue muy difícil enfocarme en escribir o actualizar los fanfics.
 
Apenas encontré algo de tiempo los días previos a comenzar la escuela de arte para desarrollar el borrador de un nuevo three-shot que logré escribir gracias a que una canción de tango la cual me inspiró no solo para trabajar en el borrador sino también en un fanart del universo alterno [Alternate Universe] en el que está ambientado.
 
También me gustaría dejar algunas aclaraciones:
 
I_ Puede que parte de la historia de trasfondo de Luca llegue a estar basada (en parte) en la canción que me inspiró, incluso dejaré la letra para que la lean cuando sea su debido momento.
 
II_ Al ser un three-shot ambientado en un Circus AU! que encontré en Instagram y Tumblr, la historia transcurrirá entre los 50 o 60's, tiempo en el que esta desarrollada la trama de la cuarta temporada de "American Horror Story: Freak Show [2014-2015]" además de que puede contener referencias a la película japonesa "Midori: La Niña de las Camelias" basada en el manga del mismo nombre creado por Suehiro Maruo en cuanto al contenido fuerte que se verá durante la trama.
 
III_ En este universo alterno, Giulia y Alberto no serán hermanos, de hecho, ella también forma parte del elenco de fenómenos en el circo de Ercole, será una de las pocas artistas que intentará proteger a Luca de sus maltratos y también es la ex "amante" de Ercole, pero ella logró liberarse de su control y maltrato hacia su persona ya que, al igual que Luca, descubrió sus intenciones y también sabe cómo es en realidad detrás de aquella fachada de hombre correcto y distinguido que es cuando realiza los shows.
 
IV_ Puede que incluya algunas escenas de celos por parte de Ercole debido a la cercanía y sentimientos que Luca y Alberto han llegado a compartir a lo largo de la trama.
 
V_ Cambiaré un poco las edades de los personajes para que no haya polémica en el fandom:
 
Luca y Giulia: tendrían entre dieciséis y diecisiete años.
 
Alberto y Ercole: tendrían entre unos diecinueve a veintiún años.
 
Y la edad de los demás fenómenos y artistas del circo podría variar, habrá tanto adolescentes como jóvenes adultos e inclusive uno que otro adulto mayor queriendo corromper la frágil e inocente mente de Luca.
 
Creo que eso sería todo, no tengo nada más que decirles así que… ¡a trabajar!
 
Oh, casi lo olvido, este three-shot está dedicado a ELIARTT, a quien se la conoce más por haber escrito el dramático y (a su vez) angustiante fanfic "Confidencias de Papel".
 
LUCA no me pertenece sino a Enrico Casarosa y Pixar Animation Studios, el AU le pertenece a su respectivo creador, el manga "Midori: La Niña de las Camelias" es propiedad de Suehiro Maruo, su versión live action es propiedad de Toriko, pero este three-shot es de MI propiedad.

Genova, Italia. Otoño 1964.

Era una noche fría y ventosa en las calles de la ciudad aquel otoño, dentro de un pequeño, cómo pero modesto bar, un adolescente de rizado cabello marrón que no tendría más de dieciséis o diecisiete años estaba parado en medio de un pequeño escenario cantando lo que parecía ser una canción sobre una pena de amor, debido a que la letra de la misma hablaba de promesas falsas y palabras vacías, algo que no estaba lejos de describir la dolorosa y trágica realidad que viviría nuestro protagonista más adelante. A pesar de sus esfuerzos, terminó esa noche sin llamar la atención de ningún cliente ni recibió propina extra, la cual celosamente escondía dentro de su ropa ya que estaba guardando algo de dinero para seguir pagando su estudios, además tenía que comprar las medicinas y demás necesidades básicas para su abuela, quien lamentablemente había caído enferma y por esa razón no podía seguir pagando su matrícula.

Desde que encontró al adolescente en la puerta de su casa hacía mucho tiempo cuando apenas era una "burbujita" como ella solía llamarlo, la anciana había pasado la mayor parte de su vida tratando de criar a su nieto y darle la mejor educación posible, tal como sus padres hubieran querido que tuviera, puede que tal vez no vivieran en la zona más agradable de la ciudad pero eso no impidió que ella le diera al pequeño todo lo necesario para que tuviera la mejor infancia, aún sin el apoyo y protección de sus padres. Desafortunadamente, todo ese esfuerzo terminó pasándole factura a la anciana, quien cayó enferma y exhausta de tanto trabajo, viéndose obligada a descansar hasta que su salud se recuperara por completo.

Así que, ahora Luca tenía que encargarse de hacer todas las tareas de la casa, ir a la escuela todos los días y además buscar trabajo para poder ayudar a su abuela, algo que no fue difícil de hacer, logró conseguir un trabajo temporal en un pequeño bar limpiando mesas, acomodando las sillas, retirando los vasos y copas de los clientes, por suerte, el gerente era un viejo amigo de su abuela y sabía de su situación, por lo que le resultó sencillo encontrarle algo que hacer en ese lugar.

A veces, si el menor tenía algo de tiempo libre, había noches en las que podía subir a cantar un poco para ganar propina extra, Luca era muy conocido en los bares por tener una voz suave y dulce tan similar a la que tenían los monstruos marinos, aquellas extrañas criaturas que vivían en las profundidades del mar… si tan solo supieran que bajo esa fachada de ser humano "normal" tanto Luca como su abuela ocultaban el terrible secreto de que en efecto eran esas criaturas de las leyendas que tanto se contaban por la ciudad, por esa razón, el menor tenía un talento innato para cantar.

No obstante, aquella noche no tuvo mucha suerte en conseguir dinero extra por lo que luego de terminar su pequeño show retomó su trabajo ya que no quedaba mucho tiempo para cerrar el bar y además, el gerente tuvo que encargarse de echar a los clientes restantes quienes (al parecer) habían bebido demás, apenas logró sacar al último cliente del bar que se negaba a marcharse, el hombre de mediana edad cerró la puerta del bar, el hombre de mediana edad dirigió su mirada a Luca quien estaba terminando de limpiar y acomodar las sillas que faltaban, sonrió ligeramente y se acercó a él.

-Va bene, Luca-dijo el hombre mientras colocaba una mano sobre el hombro del menor quien lentamente volvió la mirada hacia él-puedo manejar esto, vete a casa-

-¿Está seguro de eso?-preguntó Luca-n-no lo sé… no quiero irme y dejarle todo el trabajo que queda, signor Messina-

-Te digo que puedo encargarme de esto, no insistas en quedarte-respondió-ya has hecho mucho por mí esta noche, mejor vete a casa y descansa, tienes escuela en unas horas ¿no es así? además, no querrás preocupar a tu abuela, ella ya tiene suficiente con su enfermedad-

-Sí, supongo que tiene razón-dijo Luca, soltó el paño con el que estaba limpiando las sillas y fue a buscar sus cosas incluyendo la llave de su casa, su abuela le había dado una copia días después de comenzar a trabajar para poder entrar al volver y no tener que esperar a que ella le abriera la puerta apenas llegara-bien, creo que ya me voy-acomodó la mochila con sus cosas, comenzó a caminar hacia la puerta del bar y la abrió-ci vediamo dopo-

-Ci vediamo.

Tras despedirse, Luca salió de bar cerrando con cuidado la puerta tras él, luego realizó el camino que hacía todas las noches después de trabajar para volver a casa y descansar un par de horas antes de ir a la escuela, afortunadamente, hoy era viernes, mañana sería fin de semana y no tendría que ir a trabajar así que podría aprovechar esos dos días para relajarse y hacer las tareas que no pudo hacer por su trabajo en el bar y tener que cuidar a su abuela enferma.

Mientras caminaba por las calles empedradas hacia su casa, por alguna razón su instinto oculto de monstruo marino le hizo sentir que algo o alguien estaba detrás de él a una distancia no muy lejana, le había estado siguiendo y observando por un largo tiempo así que Luca detuvo sus pasos para averiguar quién lo seguía.

-Uh… ¿hola?-dijo Luca mirando a su alrededor con sus ojos fijos en una sombra apoyada contra la pared de un edificio-¿q-quién eres? ¿qué quieres?-aquella sombra en la oscuridad ni siquiera respondió, simplemente se dedicó a mirar al joven a lo lejos y tan pronto como llegó se desvaneció. El monstruo marino azul verdoso en su forma humana optó por ignorar que había pasado y continuó caminando a su casa, pero no hizo más que dar un par de pasos cuando la misma sombra que vio en la distancia se posicionó frente a él asustándolo-¿qué crees que estás haciendo? ¡casi me das un terrible susto!-

-Lamento eso, pero no encontraba otra forma de llamar tu atención-se disculpó aquella silueta en la oscuridad dándole al menor una cordial pero a la vez respetuosa reverencia-he estado observando como cantabas en ese bar y en cuanto terminaste quise acercarme a hablar contigo pero no tuve la oportunidad-

-Bueno… lo que tengas que decirme, no me interesa escucharlo-respondió Luca indiferente-ahora, si me disculpas, déjame ir-colocó una de sus manos sobre el pecho de la silueta, apartándola-necesito llegar a mi casa, quiero dormir un poco antes de ir a la escuela-

Aspetta! No me dejaste presentarme-exclamó la silueta corriendo un par de pasos hacia Luca hasta quedar caminando a su lado, los ojos del adolescente se desviaron hacia el misterioso hombre que estaba de pie frente a él, notó como éste se quitaba la capa que ocultaba su rostro de la luz de las farolas, exponiéndose frente al menor, Luca observó el rostro del hombre con detenimiento, tenía la piel ligeramente bronceada, ojos color avellana casi idénticos a los suyos, cabello oscuro peinado hacia atrás y unos cuantos vellos finos como minas de lápices sobre la barbilla y labio superior.

-Uh…-el pequeño miró fijamente al hombre por unos segundos para luego dar unos pasos hacia atrás y sacudió la cabeza saliendo de su trance-todavía no tengo idea de quién eres y que es lo que quieres de mi-

-No quiero nada de ti, si eso es lo que estás pensando, de hecho, tengo una propuesta que hacerte-dijo el hombre mientras se incorporaba mostrando que era un poco más alto que Luca, acercó una mano deslizándola por la espalda del pequeño quien se estremeció al contacto, luego sintió como esa mano se posaba en su hombro-pero no quiero hablar de eso aquí, vamos a otro lado, noté que estás muy cansado después de trabajar por muchas horas, te invito a beber un café para que podamos hablar en privado-

-D'accordo, aceptaré un café y tal vez algo para desayunar, pero solo porque estoy bastante cansado y no estoy de humor para discutir con un extraño-dijo Luca retirando su mano de su hombro-pero luego de eso, no quiero volver a verte merodeando por los lugares donde trabajo ¿promettere?-

-Si, si, lo prometto-respondió aquel extraño hombre, luego de eso, ambos caminaron unos minutos hasta llegar a una pequeña confitería. Una vez dentro, Luca comenzó a mirar con asombro los diferentes pasteles, cupcakes, postres y galletas de azúcar que había en el mostrador de cristal y que allí se vendían, el extraño sujeto detrás de él se rió para si mismo, subiendo y bajando los hombros mientras observaba al menor comportarse como si fuera un niño que se asombraba de todo lo que veía, aquella acción le hizo entender que nunca antes había estado en una confitería. Luca dejo de mirar esos coloridos y llamativos dulces frente a sus ojos para volver su mirada hacia el hombre que lo llevó allí, quien por suerte no estaba lejos de él-¿qué estás esperando? vamos, puedes elegir lo que quieras-

-¿Qué? ¿hablas en serio?-exclamó Luca alejándose del mostrador de cristal y se acercó al hombre con un brillo en los ojos-¿puedo pedirlo que yo quiera?-

-Sí, sí, puedes pedir lo que quieras. Pero primero busquemos un lugar para sentarnos-respondió el hombre, ambos se dirigieron a un pequeño espacio en la confitería donde había algunas mesas y sillas distribuidas, eligieron una que estuviera apartada del resto de la gente a pesar de que a esa hora de la mañana no había muchos clientes, una camarera se acercó a tomar sus pedidos apenas notó que estaban mirando los pequeños menús colocados en la mesa, Luca pidió un cupcake de chocolate, eclairs de fresa, croissants de chocolate y galletas de azúcar, así como un chocolate caliente con mucha crema batida y chocolate rallado encima, mientras que el hombre de cabello oscuro sentado frente a él simplemente pidió un espresso y una generosa porción de pastel de chocolate con ron, luego de anotar los pedidos, la mesera tomó los menús y se alejó, regresando minutos más tarde con todo lo que Luca había pedido junto con lo que ordenó su escolta.

-No sé porque pero ahora me siento un poco culpable por hacerte pagar por toda la comida que pedí-dijo Luca bajando su mirada del hombre hacia los platos repletos de todos los dulces que ordenó y la taza de cristal que estaba llena de chocolate humeante-siento que debería pagar también-

-Il nonsenso, te mereces lo mejor y no hay nada que me guste más que consentir a mi futura estrella-le dijo el hombre, Luca casi se atraganta con su chocolate caliente.

-¿Qué?-dijo Luca con su voz algo ronca, se aclara la garganta, deja la taza con chocolate en la mesita junto al resto de su comida, toma una servilleta y se limpia la cara al tiempo que sus ojos marrones se enfocaron en la sonrisa perversa que se había formado en el rostro del misterioso hombre-e-espera, no entiendo nada ¿qué quieres decir con "futura estrella"?-

-Oh, cierto. Olvidé presentarme formalmente allá en la calle, jajaja-dijo el hombre de cabello oscuro peinado hacia atrás mientras se reía a carcajadas haciendo que la mayoría de los clientes de la confitería lo miraran de forma extraña, pero se encogió de hombros y se concentró únicamente en el adolescente frente a él-soy el anfitrión de un circo ambulante en el que estoy a cargo de presentar exclusivamente a los mejores artistas y a los monstruos más fascinantes en los shows, la forma en que cantaste en el escenario del bar me dejo sin dudas impresionado y me gustaría que te unas al circo trabajando para mí, ofreciendo espectáculos día y noche, no te preocupes por cuanto dinero te voy a dar, te prometo que para fin de mes estarás bien pagado al igual que el resto de mis artistas-

Luca no podía creer lo que estaba escuchando, él ¿uniéndose a un circo? Ni en sus más locos sueños había pensado en la posibilidad de cantar frente a un público tan grande, ya que para él, cantar era solo un pasatiempo y algo que solo usaba para ganar dinero extra y poder cuidar a su abuela, lo que más quería era terminar la escuela para conseguir empleo como maestro o tal vez astrónomo porque una de las materias que más le fascinaba era la Astrología Avanzada.

-¿De verdad? eso se oye… interesante… pero… no puedo-respondió el menor bajando la mirada decepcionado-no puedo dejar mi vida atrás, abandonar la escuela, unirme a un circo y dejar así a mi abuela, ella… ella me necesita, no pienso abandonarla-

El monstruo marino en su forma humana movió su silla y se levantó dispuesto a irse pero no había dado un par de pasos cuando sintió como aquel hombre lo tomaba por la muñeca impidiendo que se fuera.

-Pero… ¡aspetta! Ni siquiera llegue a la mejor parte del asunto-tomó un sorbo de su espresso y continuó hablando-como sabrás, no puedo reclutarte en mi circo así como así, necesito conocer la historia de tu pasado, a los espectadores les encantan las historias trágicas de mis artistas y yo estoy interesado en conocer la tuya. Un monstruo marino como tu seguramente debe tener algo interesante que ofrecer-

-¿Q-qué? e-espera… usted… ¿cómo lo sabe? ¿quién le dijo que soy un monstruo marino? Creo que está muy equivocado-dijo Luca intentando negar algo que sabía bastante bien que era imposible de negar-n-no… yo no… n-no soy un monstruo marino-

-Oh, per favore ¿piensas que me voy a creer esa mentira?-le preguntó el hombre a Luca quien comenzó a sentirse más nervioso que antes, lo que hizo que el hombre arqueara una de sus cejas-a juzgar por tus nervios, deduzco que no eres bueno mintiéndole a la gente, además, cualquier humano con muchos años de practica y ejercitación vocal podría adquirir ese talento natural que tú tienes para cantar y además, tienes un aroma a pescado muy desagradable-

-Está bien, me descubriste, sí, soy un monstruo marino de diecisiete años-le dijo Luca mientras suspiraba y se recargaba en su silla-vivo con mi abuela desde que era apenas un bebé-

-¿Dónde están tus padres?

-No lo sé, nunca los conocí-respondió Luca encogiéndose de hombros-por lo que me contó mi abuela, ella dijo que me abandonaron para que pudiera tener una vida mejor. Desde que tengo memoria, ella ha sido la única persona que me ha cuidado pero…-hizo un esfuerzo por retener las lágrimas que querían escapar de sus ojos, respiró hondo y siguió hablando-ahora ella se encuentra muy enferma y no está en condiciones de seguir trabajando o haciendo las tareas de la casa, así que decidí que era hora de devolverle el favor por todo lo que ella hizo por mi…

Luego de decir eso, Luca no pudo más y se echó a llorar, ligeros sollozos escapaban de su garganta al tiempo que intentaba calmarse y contener la respiración pero era inútil, el hombre de cabello oscuro no pudo evitar sentirse un poco conmovido por la situación del pequeño sentado frente a él, así que respiró hondo para calmarse y pensar en algo con lo que pudiera reconfortarlo.

-Per favore, non piangere, non preoccuparti, non piangere, no puedo tolerar el ver a una bellezza como tú llorar-le dijo el hombre al monstruo marino oculto frente a él, acercó sus manos y tomó una de las del menor entre las suyas, Luca sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral ante aquel frío contacto, rápidamente llevó una de sus manos libres a su rostro para limpiar las lágrimas y tratar de borrar todo rastro de escamas verdosas que aparecieron en su rostro-¿sabes? si trabajaras en mi circo, como mencione antes, podría ofrecerte una mejor paga y además una vida mejor que la que estás viviendo-

Luca terminó de secarse las lágrimas que caían de sus ojos y rodaban libremente por sus mejillas, se abanicó un poco el rostro con las manos para terminar de borrar todo rastro de escamas verdosas de su forma marina, respiró profundo y observó a su misterioso acompañante por unos segundos, hasta que finalmente habló.

-Agradezco la oferta pero… creo que mejor me daré un tiempo para pensarlo-respondió el menor moviendo su silla para levantarse-por ahora, no quiero dejar sola a mi abuela y además necesito hablar de esto con ella-comenzó a alejarse de la mesa donde había estado sentado anteriormente para dirigirse a la entrada de la confitería pero se detuvo y volvió sobre sus pasos hacia aquel hombre quien aún no se movía de su asiento-grazie y… que tenga un buen día…-se alejó un par de pasos pero regresó rápidamente, sacó parte del dinero que estaba escondiendo dentro de su ropa como parte de su propina extra y lo colocó en la mesa-este es un pequeño pago por haberme invitado a desayunar, ahora tengo que irme-caminó de vuelta a la salida pero se detuvo y desvió su mirada hacia el hombre-gracias por todo y… que tenga un buen día, signor-

Tras decir esas palabras, Luca se giró sobre sus pasos y salió de la confitería, los ojos avellana del hombre permanecieron fijos en su silla por un momento, luego se enfocaron en los pocos billetes que el monstruo marino había colocado sobre la mesa, rápidamente tomó dicho dinero para reemplazarlo con el suyo propio, se levantó torpemente de su asiento y salió corriendo de la pequeña tienda.

-Hey, hey, ¡aspetta! ¡oye, no te vayas!-Luca se detuvo a mitad de camino y desvió su mirada para encontrarse con su acompañante quien corría detrás de él, se detuvo a tan solo un par de metros frente al monstruo marino en su forma humana y extendió su mano con los billetes que había dejado en la mesa de la confitería no hace mucho-quería devolverte esto, y además…-sacó un sobre que contenía un pequeño fajo de billetes del interior de su extravagante y anticuado traje y se lo entregó al menor-quería darte esto, considéralo un adelanto por el show de anoche-

Luca miró aquel sobre por unos segundos, luego centró su mirada en el hombre frente a él que lo observaba esperando a que aceptara el dinero; sin embargo, el monstruo marino colocó su mano encima del sobre y lo apartó.

-No puedo aceptarlo, no sería correcto aceptar algo que no me merezco. Aunque insistas en que sí me lo merezco, no creo que pueda hacerlo.

-No digas eso, per favore tómalo, no pienses en esto como un pago por adelantado, considéralo un gran gesto de apreciación de mi parte ¿qué dices?-dijo el hombre de cabello oscuro colocando el sobre en las manos de Luca quien bajó su mirada nuevamente a aquel sobre en sus manos sin poder creer lo que estaba escuchando-y… supongo que deberá ser más que suficiente para pagar tus estudios, al menos por ahora-

-Ah… ¿acaso está bromeando? ¡por supuesto que es más que suficiente!-exclamó Luca aún sin creer lo que estaba pasando, no podía creer que aquel hombre misterioso haya sido tan amable de contribuir con los gastos de sus estudios-grazie, molte grazie, signor…-miró hacia el horizonte dándose cuenta de que no faltaba mucho para que el sol saliera por completo y comenzara el día-¡dio santo! l-lo siento, pero… será mejor que me vaya, tengo que volver a casa y también tengo que contarle a mi abuela sobre esto…-

-Sí, lo mejor sería que regreses a casa pronto, esta calle suele estar repleta de hombres peligrosos a esta hora de la mañana ¿sabes? y lo menos que me gustaría ver es que puedan hacerte algo malo-le aconsejó el hombre de cabello oscuro peinado hacia atrás a Luca casi susurrando, el adolescente asintió y comenzó a alejarse pero éste lo detuvo-espera, si algún día cambias de opinión acerca de unirte a mi circo o si necesitas a alguien con quien hablar de tus problemas y penas…-sacó un pequeño trozo de papel y se lo entregó a Luca-por favor, toma mi tarjeta…-

El monstruo marino dudó un poco en aceptar la tarjeta pero rápidamente la tomó y antes de que pudiera decir algo más, el hombre desapareció en un abrir y cerrar de ojos, por unos segundos, Luca permaneció de pie en aquella calle, sus ojos marrones se enfocaron en la letra y pudo reconocer que había una dirección escrita en la tarjeta junto con un nombre: Ercole Visconti. Supuso que tal vez ese era el nombre del extraño que no solo se había tomado la molestia de invitarlo a desayunar, sino que también le ofreció más dinero para pagar su colegiatura. Emocionado, Luca regresó a su casa corriendo y saltando de alegría, la felicidad que sentía en aquel momento no cabía en sí y no hallaba forma de expresarla, apenas entró en la casa donde vivía con su abuela usando la copia de la llave que ésta última le entregó, se dirigió a su habitación para despertarle y comentarle la buena noticia, probablemente se alegraría cuando supiera que había conseguido suficiente dinero para continuar estudiando y poder comprarle las medicinas que tanto necesitaba.

-¿Nonnanonna, despierta, estoy en casa-dijo Luca tan pronto como entró en la habitación del anciano monstruo marino magenta, se acercó a su cama y comenzó a sacudirla ligeramente en un intento por despertarla; sin embargo, ella no parecía mostrar signos de haber despertado o inclusive de querer levantarse de su cama-tengo buenas noticias, hablé con un hombre que parecía amable y agradable luego de trabajar, me pagó el desayuno, me ofreció un trabajo que obviamente rechacé pero ¿adivina que pasó? me entregó un sobre con dinero, dijo que era parte de mi paga por el pequeño show que hice anoche en el bar ¡ahora podremos terminar de pagar mis estudios!-añadió con una sonrisa dibujada en su rostro demostrando lo feliz que estaba, pero esa felicidad le duró poco ya que le resultó extraño que su abuela no le respondiera y además, la anciana estaba con la mirada perdida en un punto inexistente de la habitación-¿nonnanonna ¿qué sucede? ¿no vas a decir nada?-con ambas manos, Luca volvió a sacudir a su abuela esta vez con un poco más de brusquedad con la esperanza de hacerla reaccionar-¿acaso escuchaste algo de lo que te…?-la sonrisa en el rostro de Luca se desvaneció para dar paso a una expresión de preocupación, sin siquiera detenerse a pensarlo, colocó su cabeza en el pecho de la anciana para escuchar su corazón y verificar que estuviera bien, al no escuchar latido alguno, comenzó a alarmarse-nonna, nonna, despierta. No me asustes así, por favor despierta…-tomó el cuerpo de la anciana por las solapas de su camisón y comenzó a sacudirla-vamos ¡despierta! ¡despierta, por favor! ...-

Sin saber que hacer, Luca soltó el cuerpo del anciano monstruo marino en su forma humana, comprendiendo que aparentemente ya estaba muerta y comenzó a llorar desconsoladamente, pero, en eso, notó que algo se movía debajo de las sábanas de la cama, con un poco de duda e intriga, el monstruo marino adolescente tomó con cuidado una esquina de la sábana y rápidamente la quitó para ver que había debajo y lo que vio provocó que soltara un grito que alarmó a más de una persona que vivía cerca del área.


Ese fin de semana se hicieron los preparativos para despedir al anciano monstruo marino magenta, Luca estaba arrodillado frente al ataúd donde su abuela ahora descansaría eternamente, en parte se sentía culpable por no haber llegado a tiempo para comprobar que estuviera bien, pocas personas asistieron al funeral y algunos amigos de su abuela se acercaron a consolarlo diciéndole que nada de esto era su culpa y que aunque hubiera querido, no habría podido evitar tan trágico destino, ya que, a fin de cuentas, estaba sellado.

Al terminar la ceremonia del entierro, la mayoría de las personas que asistieron al funeral se fueron a sus casas viendo que el cielo se había oscurecido repentinamente, señal de que iba a llover. Casi todos se retiraron del lugar con excepción de Luca, quien luego de perder a la única persona que lo había cuidado desde que era un niño, no tenía a donde más ir o a quien acudir y aún estaba destruido por haber perdido a su única familia. No muy lejos de él, unas ancianas (probablemente sus vecinas) murmuraban sobre lo que pudo haberle pasado a su abuela mientras él no estaba en casa.

-¿Escuchaste lo que le pasó?

-Sí, pobrecilla, no puedo creerlo.

-Supuestamente, ya estaba así cuando la encontró su nieto.

-Oí que algunas ratas intentaron comerse la carne de su cuerpo luego de morir ¿eso es cierto? no estoy segura de si eran ratas o alguna otra alimaña.

Luca dirigió su mirada levemente hacia aquellas mujeres que hablaban a sus espaldas, ella no sabían toda la historia, sí, efectivamente su abuela estaba muerta pero tan pronto como retiró las sábanas de su cama pudo ver que tanto las sábanas como la parte inferior de su camisón y parte de sus piernas estaban manchadas con sangre seca y por debajo de sus piernas comenzaron a salir cucarachas que habían aprovechado para meterse dentro del cuerpo inerte y devorar su carne como podían. El recuerdo de aquella imagen hizo que el estómago de Luca se revolviera y unos escalofríos recorrieron su espina dorsal.

Para cuando salió del cementerio donde fue enterrada su abuela, ya estaba oscureciendo y las únicas personas allí de pie en la entrada eran él y el signor Messina, aquel hombre que se había ofrecido a ayudar a Luca y a su vieja amiga cuando más lo necesitaron.

-Escucha, Luca, yo… yo… lamento mucho lo que pasó con tu abuela-habló el hombre de mediana edad queriendo consolar al menor a su lado-probablemente no tienes un lugar para quedarte esta noche así que estaba pensando que si no quieres quedarte un par de días conmigo, al menos para superar tu proceso de duelo, no te obligaré a trabajar en mi bar si sientes que no te encuentras de ánimos para hacerlo-

-Honestamente, signor Messina. No me importa eso en este momento-le dijo Luca con un tono de voz frío y apagado-solo quiero estar solo por un tiempo, necesito procesar todo lo que acaba de pasar, todavía no puedo creer que ella haya muerto-

-Capisco, sé lo duro que es para ti haber perdido a la única familia que tenías así que te daré el tiempo que necesites para reflexionar sobre ello-dijo el hombre de mediana edad mientras comenzaba a alejarse pero luego se detuvo y volvió su mirada hacia el monstruo marino en su forma humana-pero, recuerda volver a tu casa a empacar tus cosas y ven directamente a mi apartamento, repito que te daré unos días para que puedas tener tu proceso de duelo y entonces sí te encuentras de mejor ánimo, podrás seguir trabajando-

Luego de eso, el signor Messina caminó de regreso a su apartamento dejando al adolescente completamente solo, elevó la mirada hacia el cielo viendo como un relámpago cruzaba las nubes grises que lo cubrían y de pronto comenzó a llover, empapándolo por completo y dejando así al descubierto su forma marina, dio la vuelta y empezó a caminar sin rumbo fijo, volvería a casa más tarde y buscaría sus cosas, lo que no sabía en ese momento era que cierta persona había estado observando la escena desde las sombras, refugiado bajo un paraguas y esa persona era Ercole, quien sonrió con picardía al saber que tarde o temprano, en su desesperación, ese monstruo marino azul verdoso terminaría acudiendo a él, solo debía tener paciencia y esperar a que ese momento llegara.


Habían pasado dos días desde el funeral de su abuela y Luca no mostraba signos de sentirse mejor, de hecho, su estado empeoró aún más luego del funeral que se llevó a cabo el fin de semana, no comía ni salía de la habitación que el signor Messina le había prestado todo este tiempo más que para ir a la escuela, ni siquiera tenía ganas de cantar, su rostro pálido, ojeroso y demacrado solo mostraba cada vez más su creciente depresión. Ahora se encontraba sentado en el alfeizar de la ventana mirando hacia la calle, afuera la lluvia continuaba cayendo a cántaros, parecía que el cielo había decidido acompañarlo en su tristeza pues la lluvia no había cesado desde hacía ya unos tres días, con su mirada marrón seguía a la gente y a los vehículos que pasaban por la calle, un perro comenzó a ladrar a lo lejos pero lo único que hizo Luca fue soltar un amargo suspiro que empañó el frío cristal de la ventana.

-¿Luca?-el monstruo marino adolescente salió de su trance al escuchar la voz del signor Messina junto con suave golpe en la puerta-ragazzo, has estado encerrado en tu habitación durante dos días, no haces nada más que salir para ir a la escuela y la mayoría de los clientes en mi bar preguntaron por ti, te extrañan, no te han visto desde… bueno, ya sabes…-

-¿Qué pretende llegar con eso, signor Messina?-preguntó Luca con la voz apagada, sin siquiera inmutarse a mirar hacia la puerta.

-No estoy pretendiendo llegar a nada, Luca. Solo… me gustaría que en algún momento salgas de tu habitación para hacer algo más que ir a la escuela-respondió el hombre al otro lado de la puerta-mira, dentro de un rato la cena estará lista, si quieres baja y come un poco… recuerda que aunque tu abuela ya no esté aquí con nosotros, yo sigo aquí y estaré para apoyarte en lo que pueda, además… te estaré esperando por si decides bajar-

Al ver que el adolescente de cabello rizado no respondía, el signor Messina suspiró profundamente y comenzó a caminar hacia las escaleras para ir a la cocina a servir la cena, le dejaría un plato a Luca por si quería salir de la habitación, aunque solo sea para comer un poco y recuperar fuerzas.

Esa misma noche, después de cenar, Luca estaba acostado en su cama tratando de descansar pero por más que lo intentaba le era imposible conciliar el sueño, en eso, su mirada demacrada se centró en una pequeña tarjeta que había dejado abandonada en la mesita de noche hace un par de días, inmediatamente se levantó de la cama hasta quedar sentado en ella, estiró su mano y tomó la tarjeta para leer la dirección escrita allí. Durante el tiempo que estuvo tratando de superar la depresión por la muerte de su abuela, por un momento pensó seriamente en ir a buscar a Ercole y pedirle que lo uniera a su circo, pero, por otro lado, una parte de él comenzó a dudar respecto a esa idea ¿realmente estaba tan desesperado por huir y comenzar su vida desde cero? Lo cierto es que sí, estaba desesperado y mucho, su abuela ya no estaba en ese mundo, no tenía casa propia y no tenía idea de a quién más acudir, aunque el signor Messina se había ofrecido a darle un lugar donde quedarse por un tiempo, Luca sintió que pronto no sería más que una carga para el hombre, por lo que, tras reflexionar seriamente la decisión que estaba a punto de tomar, se levantó por completo de la cama, sacó su maleta del armario la cual había dejado olvidada en la habitación y comenzó a empacar sus cosas, no guardó mucho, solo lo esencial como ropa, productos de higiene, algunos libros, una foto de su querida abuela cuando era joven y eso era todo, una vez hecho eso, cerró y tomó la maleta con una mano mientras que con la otra abría la puerta de esa habitación, ya abierta la puerta, el monstruo marino azul verdoso en su forma humana miro a ambos lados del corredor para verificar que nadie anduviera por ahí a esa hora, afortunadamente no había ni un alma rondando por donde se encontraba a esa hora de la noche así que suspiró aliviado.

Salió del dormitorio cerrando con cuidado la puerta tras de sí y comenzó a bajar las escaleras en puntas de pie, llevando consigo su maleta mientras procuraba no hacer ningún ruido que pudiera despertar al signor Messina, pensó en escribirle una nota para decirle que por favor no intentara buscarlo, que estaría bien, pero decidió no hacerlo optando por seguir adelante y salir del apartamento.

Ya en la calle, Luca inmediatamente sintió el frío viento otoñal tocar su rostro, respiró hondo para dejar entrar ese aire limpio en sus pulmones, exhaló y abrió los ojos observando la oscura y agradable noche en la ciudad de Génova, la luna brillaba intensamente, muchas de las tiendas y edificios de la zona donde vivía el signor Messina estaban cerrados y la calle empedrada solo contaba con unos pocos faroles iluminándola, miro por última vez el edificio del que acababa de salir, volvió a mirar hacia la calle y comenzó a caminar, esta vez con un destino establecido y con el que creía que escaparía de la miserable vida que llevaba.

Es una pena que a veces las cosas no salgan como uno las imagina…

Con los pies casi doliendo de tener que caminar largas horas, Luca llegó a un sitio donde se hallaba una fábrica automotriz abandonada y cerca de ella había varias carpas, casas rodantes y una carpa mucho más grande que las demás, lo que le dio a entender que esa tienda era donde se realizaban los shows circenses, así que, sin perder más tiempo, se dirigió allí con la esperanza de encontrar a Ercole dentro; sin embargo, lo que vio nada más entrar en la carpa fue una imagen completamente diferente a lo que esperaba ver de un circo real. Dentro de la carpa pudo ver a un par de hombres casi de la misma edad del signor Messina sentados en los bancos de la tribuna jugando a las cartas mientras bebían botellas de un extraño líquido acaramelado, un grupo de mujeres vestidas de forma extravagante pero a la vez anticuada, charlaban en voz baja reunidas en un pequeño círculo y una de ellas, que parecía ser la más joven, estaba apartada del resto fumando un cigarrillo y observaba el ambiente tenuemente iluminado, suspirando con una clara expresión de indiferencia en su rostro ligeramente pálido, más a lo lejos, un anciano con maquillaje de payaso mal despintado, vestido con ropas de dormir gastadas tocaba una melodía lúgubre en un piano que había sido colocado en un rincón de la enorme carpa. El monstruo marino azul verdoso en su forma humana salió de sus pensamientos al escuchar un sonido de tambores fuera de la carpa, por lo que se dirigió allí, siendo olímpicamente ignorado por aquellos humanos quienes no se sentían intimidados o atemorizados por su presencia; sin embargo, apenas logró poner un pie fuera de la carpa, le pareció que por un momento, la joven que estaba apartada del grupo de mujeres que dedujo eran acróbatas o bailarinas, lo miraba con una expresión que tenía cierto deje de fascinación pero a la vez estaba mezclada con curiosidad.

Afuera de la carpa, Luca se topó con otro corredor tipo laberinto, pero éste lo condujo a una exhibición diferente: Freak Show. Los tambores resonaban cada vez más fuerte al tiempo que caminaba por ese pasillo poco iluminado como el resto de la carpa principal, mientras caminaba varias voces al azar comenzaron a hablar entre sí o a la nada, y a exclamar frases confusas en italiano y muy difícil de relacionar unas con otras.

Un cane bollito in una pentola all'inferno! ¡un piccolo mostro vestito con mille vestiti!-habló un hombre de aparente ascendencia China, con una barba un poco poblada y dos largos cuernos que sobresalían en la parte posterior de su cabeza.

-¡Teste mozzate e bollite nelle canne!-dijo una mujer vestida con ropajes dignos de una bailarina árabe en la distancia.

-Rivoli di sangue sgorgano dal bastione-le respondió un hombre robusto con rostro de león desde su posición.

-Un taglio nell'orbita dell'occhio...

-Una piccola rastrelliera per giochi si è ribaltata...-exclamó otro hombre que sujetaba una gallina viva con sus manos, al parecer se había visto obligado a recoger su enmarañado cabello en rastas y a enfatizar los rasgos faciales en contraste con sus amarillentos y afilados dientes-¡le palle del giocoliere contengono ninne nanne!-añadió para de una rápida mordida desprender la cabeza de la gallina de su cuerpo dejándolo caer, el animal degollado se movió y tambaleó torpemente por unos segundos soltando finos chorros de sangre que ensuciaron el suelo y plumas para posteriormente caer en un charco de éste.

Luca pudo ver como una versión diminuta y mucho más joven del hombre con rostro de león se acercaba, rápidamente tomó el cuerpo ensangrentado de la gallina presionándolo contra su pecho, ensuciando un poco su ropa con sangre y salió corriendo de allí.

-Mamma in lutto, palla strappata! ¡questo è il lazo della vergine che non può sposarsi!-murmuró un chico castaño vestido en ropas femeninas en voz baja casi audible.

-¡Stampi a farfalla realizzati con fili d'oro e d'argento!-dijo la mujer con ropas árabes sujetando una serpiente con sus manos repletas de anillos y brazaletes de oro, la cual se retorcía desesperadamente, acercó al reptil a su rostro, abrió su boca y comenzó a introducirlo lentamente, haciéndolo deslizarse por su garganta como si ella fuera una especie de faquir.

La testa di un gatto si stacca quando l'uccello distoglie lo sguardo!-exclamó el hombre con rostro de león casi gritando.

-¡Le campane suonano su una tenda strappata!

-Iris e occhi si guardano insieme... ¡chiudendosi nel misterioso...!-exclamó un hombre de pie en una elevada plataforma de madera en medio de la oscuridad, pero se vio obligado a interrumpir su monólogo apenas vio a Luca no muy lejos de donde él y el resto de sus compañeros se encontraban-¿eh?-sin pensarlo mucho, bajó de un salto de la plataforma y se acercó al pequeño reptando como si fuera una especie de insecto gigante o lagartija humanoide, lo cual, a juzgar por sus rasgos faciales y los tatuajes que cubrían su rostro y cuello, parecía que en efecto era una especie de criatura hombre-lagarto-¡oye, niño! ¿qué se supone que estás haciendo aquí? ¡aún no está abierto! En caso de que no lo hayas notado ¡estamos en medio de un ensayo!-

-L-lo siento…-se disculpó Luca en voz baja pero a su vez tímida, desvió la mirada hacia otro lado para no tener que seguir manteniendo contacto visual con ese extraño hombre-lagarto mucho más tiempo-y-yo estaba… y-yo solo…-

-"Y-yo… yo solo…"-pronunció aquel hombre burlándose de la forma en que hablaba del monstruo marino-¡habla de una vez, niño! No puedo entenderte si no hablas correctamente-

-Lamento haber interrumpido su ensayo pero… yo… estoy buscando a un hombre llamado Ercole Visconti-dijo el pequeño viendo como los demás fenómenos se aproximaban a él observándolo con asombro y curiosidad, torpe y rápidamente, sacó la pequeña tarjeta que le fue entregada tres días atrás-¿l-lo conocen? m-me dijo que si tenía algún problema… que viniera hasta aquí… d-dijo que podría ayudarme…-no pudo terminar su oración ya que el hombre-lagarto hizo un sonido que desde la perspectiva de Luca resultó muy grosero de su parte, para luego comenzar a reír a carcajadas-¿de qué se ríe, signor? No le veo lo gracioso-

-Ragazzo, permíteme ser honesto contigo ¿alguien te dijo que deberías ser comediante? Porque tu infantil voz casi hizo que me orine de la risa-respondió el hombre-lagarto, desvió su mirada hacia el resto de sus compañeros y elevó su tono de voz-¡¿lo oyeron, chicos?! ¡el pequeño quiere ver al jefe! ¿qué les parece si antes de llevarlo a ver a Ercole le damos la bienvenida que se merece?-

Los demás fenómenos comenzaron a emitir ruidos y alaridos de aprobación que asustaron un poco a Luca, lástima que no tuviese tiempo a reaccionar ante lo que estaba por venir, como si fueran un feroz depredador acechando, cazando y atacando a su presa para devorarla posteriormente, los fenómenos integrantes del circo que estaban ensayando no hace mucho se acercaron al monstruo marino en su forma humana. Aterrado, Luca trató de escapar pero lo único que logró hacer fue retroceder hasta que su espalda chocó con una de las paredes de madera de ese estrecho corredor siendo rodeado por esos extraños y grotescos humanos.

-¿Quién o qué rayos eres tú, niño?-preguntó la mujer con ropas árabes observando a Luca cuidadosamente, los demás fenómenos se prepararon para lanzarse sobre el pequeño; no obstante, ella los detuvo por un momento-¡esperen! mmm…-llevó una de sus manos al rostro de Luca girándolo a la izquierda y lo inspeccionó de cerca-ah ¡ya veo! No eres lo que dices ser… ¡eres una de esas criaturas que viven en el mar! ¿cómo era que se llamaban? ¿sireno?-

-¡¿Qué cosas dices, stupida?! Es más que evidente que él no es un sireno-exclamó el hombre con rastas apartando de un manotazo la mano de su compañera del rostro del menor-¡es un monstro marini!-desvió su mirada hacia Luca quien comenzó a encogerse en su lugar-y si me permites hacer un comentario, es bastante lindo, ahora ya entiendo porque el jefe se interesó tanto en él-

-Sí, tienes razón, es una bellezza-comentó uno de los fenómenos presentes en el grupo que se había acercado para ver mejor al asustado adolescente-es una lástima que tengamos que arrebatarle parte de eso a golpes ¿no lo crees?-

Al escuchar esto, Luca miro a su alrededor encontrando un pequeño espacio por el cual abrirse paso entre los monstruos de ese circo y sin pensarlo mucho comenzó a correr queriendo escapar de ese lugar lo más pronto posible, necesitaba salir de allí y encontrar un lugar para pasar la noche, no sabía en que estaba pensando cuando creyó que sería buena idea ir a ese sitio, pero cuando estaba a nada de acercarse a la salida, el hombre-lagarto apareció de repente aterrizando frente a él con un salto, impidiéndole correr más lejos.

-Oye ¿a dónde crees que vas, dolcezza?-preguntó con una sonrisa macabra que hizo sentir aún más incómodo al pequeño-no te vayas tan pronto, ni siquiera hemos empezado-

-L-lo siento mucho, p-pero yo… n-no debería estar aquí…-respondió Luca intentando elevar su ya ahogada voz-solo vine para ver a Ercole… creo que fue una mala idea venir aquí tan temprano-

-Si buscas al jefe, lamento decirte que él no regresará por un rato-habló el hombre con rostro de león, quien caminó a pasos lentos pero firmes hacia el menor, éste volteó su mirada hacia él con las pupilas encogidas en señal de pánico y preguntándose cómo había llegado hasta allí tan rápido-hasta entonces ¿por qué no jugamos mientras esperamos a que vuelva? ¿eh? además ¿de dónde eres, ragazzo? ¿cuál es tu nombre?-

El hombre de las rastas se acercó a Luca para luego darle un fuerte rodillazo en el estómago, lo que hizo que soltara un grito de dolor mezclado con un quejido, el hombre-lagarto (quien lo sostenía por detrás) soltó sus manos de los brazos del menor permitiéndole a su compañero que hiciera con él todo lo que quisiera, éste último al ver que tenía vía libre, con una nueva patada en el estómago logró derribar a Luca, haciéndolo caer de espaldas al suelo lo que provocó que los monstruos rieran a carcajadas ante tan vergonzosa escena.

Inmediatamente, los adultos allí comenzaron a golpear al menor, patearlo y a herirlo brutalmente casi de gravedad, dejándole marcas y moretones por todo el cuerpo que seguramente tardarían días en desaparecer, Luca trató de protegerse lo mejor que pudo peor los monstruos lo superaban en número, haciéndole imposible defenderse, además, su cuerpo comenzaba a temblar producto del miedo que sentía.

-Pobrecito ¡mírenlo! ¡está temblando!-exclamó el hombre asiático con cuernos riéndose entre dientes.

-Es tan pequeño e indefenso…-comentó el chico castaño también riéndose.

-Y ni siquiera es capaz de defenderse por su cuenta, que patético-agregó burlonamente el hombre con rostro de león, quien se colocó a cuatro patas en el suelo, y haciendo uso de su fuerza apartó con una mano a su compañero de rastas y se aproximó al pequeño de una forma muy intimidante-¿sabes? siempre me he preguntado, si los monstruos marinos existieran ¿sus genitales también se transforman cuando están fuera del agua? Y… ¿cuánto logran crecer si uno los toca?-

-¡¿Q-qué?! ¡n-no! ¿qué pretendes hacer? ¡déjame ir!-se quejó Luca intentando quitarse de encima al hombre pero éste lo ignoró y haciendo caso omiso a los gritos y súplicas del menor, comenzó a quitarle los pantalones junto con su ropa interior dejando al descubierto su no tan desarrollado miembro, avergonzado, Luca trató de bajar sus manos para esconder su pene lo mejor que podía; sin embargo, fue detenido por las serpientes que se enredaron firme y apretada alrededor de sus muñecas, sujetándolas al suelo. El pequeño trató inútilmente de liberarse pero cada vez que oponía resistencia, las serpientes aplicaban más presión alrededor de sus brazos por lo que se dio por vencido, dejó escapar un gemido de dolor e inconformidad al sentir dos dedos siendo empujados bruscamente en su interior sin preparación previa-aaagh… n-no ¡quítalos! ¡suéltame! Ti prego, no me hagas daño, ngh…-

Un fuerte grito salió de la garganta de Luca sintiendo aquellos dedos de ese desagradable hombre con rostro de león moverse de forma violenta y agresiva en su interior, queriendo estimular su ya de por sí estrecha entrada, al tiempo que los demás monstruos (con excepción de la mujer quien se encargaba de controlar a las serpientes que mantenían fijo en el suelo a Luca) comenzaban a acercarse para con sus manos acariciar, tocar y abusar sexualmente del menor, el cual solo podía limitarse a reprimir sus gemidos, sollozando en silencio, aguardando porque alguien apareciera pronto y lo ayudara.

Así es como terminé entre los fenómenos de un circo ambulante, luego de ser cruelmente engañado por un extraño, pero no tengo otra salida ¿verdad? supe que estaba a punto de atravesar las puertas del mismo infierno, en lo único que podía pensar en ese momento era en suicidarme…

-¡Oye! ¿qué rayos crees que estás haciendo?-Luca salió de sus pensamientos al oír una voz femenina gritando a lo lejos, tanto el hombre con rostro de león como los demás integrantes del circo se voltearon a ver a la ragazza que él había visto, aproximándose a ellos-¡ya déjalo en paz! ¿quieres?-

-¿Tú piensas que voy a hacerte caso?-preguntó el hombre de complexión robusta mirando a la joven quien no estaba muy lejos de ese círculo de fenómenos con una mirada seria pero a la vez sarcástica y amenazante-mejor piérdete y regresa por donde viniste, no tienes nada que hacer aquí-

-¿Y tú crees que me voy a ir de aquí sabiendo que quieres abusar de un ragazzo indefenso?-respondió la pelirroja-creo que lo mejor sería que te muevas, des la vuelta y te vayas tú por donde viniste ahora mismo, a menos que quieras que le avise a Ercole lo que estás haciendo-

-Bueno, buena suerte intentándolo-dijo el hombre con rostro de león poniéndose de pie para enfrentar a la chica-sabes que Ercole nunca te hará caso y mucho menos recibiría órdenes de una stro…-no pudo seguir hablando porque sintió una fuerte bofetada azotar su mejilla, algo perplejo se llevó una mano a la mejilla golpeada y se estremeció un poco al sentir un ligero ardor, definitivamente quedaría una marca allí, elevó su mirada hacia la joven por la cual salieron chispas de la ira que sentía-¡¿cómo puedes atreverte a golpearme?! ¡figlia di puttana!-sin perder más tiempo, se abalanzó sobre la pelirroja y ambos comenzaron a pelear entre sí, trató de darle golpes a aquella ragazza como podía pero no contaba con que ésta tuviera la suficiente agilidad y elasticidad de sus años trabajando como una acróbata para evadirlo y que pudiera devolvérselos sin problemas; no obstante, por un pequeño descuido de su parte, el hombre con rostro de león aprovechó su distracción para propinarle un codazo de lleno en el costado de su cabeza, aturdiéndola, causando que cayera de rodillas al suelo atontada por el dolor del golpe-hmm, veo que no eres tan buena peleando como pensé que serías en un principio-comentó con una sonrisa burlesca en su rostro, llevó una mano a la nuca de la joven para sostenerla de los cabellos con fuerza y la forzó a mirarlo-creí que habíamos acordado que no meterías otra vez las narices donde nadie te llama, en nuestras fechorías o lo que sea que hagamos… pero al parecer me equivoqué-volvió a mirar a Luca, quien respiraba aceleradamente en un esfuerzo por no echarse a llorar, una sonrisa perversa surcó el rostro del hombre con rostro de león, quien inmediatamente soltó la cabeza de la acróbata, se colocó otra vez encima del aterrado adolescente y sin previo aviso, retomó las penetraciones con sus dedos en su interior lo que provocó que dejara escapar jadeos y gemidos de incomodidad ante la inesperada intrusión-aaah, qué gran vista. Tu entrada se siente tan estrecha y húmeda alrededor de mis dedos~ siento que me voy a derretir-

-¡Déjalo ir!-exclamó la acróbata pelirroja, quien se levantó del suelo lo mejor que pudo y corrió hacia el monstruo que abusaba descaradamente de Luca, éste simplemente detuvo sus acciones para encarar a la joven quien (aparentemente) se acercaba a él buscando continuar con la pelea por donde la dejaron; sin embargo, lo que sucedió fue algo completamente diferente: la chica se abalanzó sobre él de forma inesperada, aferrándose a uno de sus brazos tratando de patearlo en los costados sin mucho éxito-¿qué no me oyes? ¡déjalo ir! ¡te dije que lo dejes en paz!-

Silenzio! ¡Tú no me das órdenes, maldita stronza! Quítate de mi camino-gritó aquel hombre robusto pero en vez de obedecerle, la chica le escupió en el ojo, lo que incrementó aún más su ira-bien ¡ya me tienes harto!-

Apenas soltó aquella exclamación, el hombre logró quitarse de encima a la molesta y entrometida ragazza, lo que provocó que ella diera unos pasos hacia atrás y cayera de espaldas al suelo, dejando escapar un pequeño gemido de dolor debido al impacto que produjo su cuerpo al golpear la fría tierra. Una vez que lograron sacar de su camino a esa acróbata, los monstruos de ese extraño circo continuaron golpeando, humillando, maltratando y abusando a Luca quien solo se limitó a gritar, llorar mucho y pedir que se detuvieran y lo dejaran en paz, pero éstos no parecían tener intención alguna de hacer caso a las súplicas del pequeño o por lo menos, así transcurrió un buen rato hasta que una sombra tenuemente iluminada por la luz de la luna apareció en la salida del corredor donde se llevaba a cabo el freak show.

-¡¿Qué se supone que están haciendo?!-exclamó una voz, obligando a los monstruos a detener sus perversas acciones sobre el menor, y a elevar su mirada hacia la sombra frente a ellos. Luca hizo lo mismo y se alivió un poco al reconocer la voz que acababa de interrumpir los horribles y sucios actos que aquellos monstruos estaban perpetuando en contra de su voluntad.

-¡Ercole!-exclamó Luca llamando la atención del joven que hace unos días se había ofrecido a ayudarlo a pagar su colegiatura, tanto los fenómenos como el resto de los integrantes del circo miraban al menor un poco perplejos, ¿de dónde diablos conocía su jefe a ese ragazzo?-dio santo, me alegra mucho que estés aquí... ayúdame... ¡por favor, sálvame!-

-¿Eh? ¿quién rayos está hablándome?-preguntó Ercole fingiendo no reconocer la voz que rogaba desesperadamente por su ayuda y dirigió su mirada hacia sus artistas-¿alguno de ustedes oyó algo?-

-N-no, yo no oí nada, capo-respondió el hombre de rastas con una disimulada sonrisa mientras Luca lo observaba con confusión, luego dirigió su mirada hacia Ercole suplicándole que lo salvara pero éste continuó ignorando sus gestos

-¿Están seguros? creí que había oído a alguien hablándome.

-Pff ¿qué? ¡no! ¡claro que no! nadie le habló aquí, jefe-respondió la mujer de las serpientes riéndose nerviosamente.

-Sí, de hecho…-comentó el hombre con rostro de león poniendo una gran sonrisa, inmediatamente tomó a Luca levantándolo del suelo bruscamente al tiempo que lo sujetaba por las caderas con uno de sus brazos y con su mano libre sujetó su rostro para que pudiera ver fijamente a Ercole-estábamos a punto de divertirnos con nuestro nuevo amiguito-miró al monstruo marino adolescente y murmuró entre dientes-¿no es así?-

-Ercole, no lo escuches. Te está mintiendo, sabes quién soy ¡por favor, ayúdame!-le rogó Luca, pensando que así, el hombre de cabello oscuro peinado hacia atrás se daría cuenta de quién era y lo salvaría de toda esa tortura que estaba experimentando-no finjas que no me conoces, soy el chico al que te ofreciste a pagar sus estudios hace unos días ¿recuerdas?-

El joven observó atentamente el rostro de Luca como si hiciera un esfuerzo por intentar recordarlo, era más que evidente que sabía quién era pero decidió seguir con su juego y fingir que no lo conocía.

-Lo siento, no sé de qué hablas-respondió con desinterés, tomó el rostro de Luca con una mano para verlo de cerca y con más detenimiento, destruyendo poco a poco las esperanzas del menor, por supuesto que sabía quién era la persona que estaba ahí frente a él, pero optó por seguir la corriente y continuar fingiendo que no lo conocía-no tengo idea de quién eres, picoletto, creo que me confundiste con otra persona-soltó el rostro de Luca y elevó su mirada hacia el resto de sus artistas-bueno, si nadie aquí me necesita, será mejor que me vaya…-

-No… Ercole ¡a-aspetta!-gritó Luca, pero no pudo terminar la frase porque el hombre de las rastas le cubrió la boca con una mano apretando con fuerza sus suaves y rosadas mejillas.

-Cállate ¿quieres? ¡no va a ayudarte!-siseó el hombre con ayuda de sus dientes filosos, las lágrimas comenzaron a asomarse por los ojos del monstruo marino azul verdoso en su forma humana, deslizándose por el contorno hasta humedecer sus mejillas, exponiendo algunas de sus escamas-aww ¡mírenlo! ¡quiere llorar! ¡vamos, chicos! démosle algo por lo que valga la pena llorar-

Luego de decir esto, el hombre de rastas se volteó aun sosteniendo a Luca y con un fuerte rodillazo hizo que el pequeño soltara un gemido de dolor y lo soltó, provocando que volviera a caer al suelo, aunque logró sostenerse con sus manos evitando cualquier posible golpe. Lástima que aquello no le sirvió para prevenir la lluvia de golpes y patadas que le siguieron de parte de los demás monstruos del circo quienes comenzaron a reírse a carcajadas al ver su sufrimiento y cómo éste hacía todo lo posible por no echarse a llorar, en eso, pudo oír una fuerte risotada y vio como Ercole se unía al grupo, aparentemente disfrutando de la tortura que ejercían sobre él. Para no seguir viendo como aquellos monstruos se aprovechaban de su estabilidad mental y su frágil cuerpo, Luca enfocó sus orbes marrones en Ercole rogándole que los detuviera y lo ayudara de alguna forma, pero éste solo se limitó a observar el espectáculo y reírse junto con los demás del sufrimiento del adolescente, hasta que, tras un largo tiempo, el joven de cabello oscuro consideró que sus artistas habían llegado demasiado lejos con su así llamada "cálida" bienvenida, por lo que decidió que esto debía terminar antes de que hubiera alguna consecuencia desastrosa.

-Está bien, está bien, ¡basta! ¡YA FUE SUFICIENTE! ¡quiero que dejen de hacer lo que están haciendo proprio adesso!-exclamó Ercole elevando el tono de voz, lo que le hizo entender a los demás miembros de su circo que estaba muy molesto por la forma en que recibieron y trataron a Luca en su ausencia.

-Oh ¡andiamo, Ercole! ¡no seas tan aburrido! te reías de cómo torturábamos a este pequeño monstruo marino hace poco-comentó el chico de cabello castaño vistiendo ropas de niña, intentando alivianar un poco la tensión en el ambiente; sin embargo, esto no funcionó.

-Si me reí con ustedes, fue para bromear de ustedes, pero ahora me di cuenta de que esto no está bien-respondió el hombre de cabello oscuro peinado hacia atrás con algo de enojo y molestia-¿esa es forma de tratar a nuestro ospite speciale?-

-L-lo sentimos, jefe. Creímos que sería divertido, al menos para nosotros, darle al pequeño la bienvenida que se merece-habló el hombre de rastas con voz temblorosa, queriendo así justificar sus acciones y las que sus compañeros de trabajo habían aplicado sobre Luca hace apenas unas horas.

-Bueno, esa no es la forma más adecuada de recibir a un invitado ¡pórtense bien! a partir de ahora van a empezar a tratarlo como uno de ustedes-respondió Ercole gritando aquella última parte-¡ahora, apártense!-los monstruos se miraron entre ellos un poco confundidos porque no comprendían a que se refería su jefe cuando les dijo que debían comenzar a tratar a ese ragazzo que yacía adolorido en el suelo como uno más de su grupo-¿qué no pueden captar una simple orden? ¡vamos, levántense!-rápidamente todos los fenómenos se apartaron de Luca quien permaneció tirado en el suelo en posición fetal debido al dolor que sentía en su cuerpo por los golpes y patadas que había recibido, pudo oír los pasos de Ercole acercándose a él, ante esto, quiso protegerse encogiéndose aún más en su posición fetal, no deseaba recibir más golpes, su pobre cuerpo no lo resistiría y enseguida comenzó a llorar por el miedo que tenía; sin embargo, lo único que salió de sus ojos marrones fueron un par de lágrimas que humedecieron un poco más sus mejillas dejando una delgadísima línea de escamas verdosas. Con la boca abierta, Luca pudo ver cómo Ercole le ofrecía su mano para ayudarlo a pararse, lo miró y retrocedió unos centímetros desconfiando del gesto del joven, pues no sabía si quería continuar golpeándolo más tarde como lo hicieron el resto de los integrantes de ese extraño circo-¿qué esperas? Toma mi mano, no tengo toda la noche-algo temeroso y aun desconfiando del comportamiento de Ercole, Luca tomó su mano e inmediatamente sintió como lo levantaban del suelo, intentó reprimir sus quejidos lo mejor que pudo, ya de pie, el joven pasó junto al monstruo marino en su forma humana, logró encontrar el resto de su ropa y equipaje tirados en un rincón del corredor, los tomó, regresó con él y se los entregó-¿estás bien?-Luca asintió con la cabeza-¿te duele algo?-vio como Luca sacudía levemente la cabeza en señal de negación, aunque sabía que le estaba mintiendo-va bene, ven conmigo, te voy a mostrar el lugar donde vas a dormir-

Luca no respondió y tras terminar de recoger sus cosas, sostuvo su maleta contra su pecho mientras con su otra mano sostenía sus pantalones, los cuales le fueron quitados hace un par de horas, se acercó a Ercole, quien extrañamente le ofreció su brazo para sostenerse, con un poco de duda se aferró a éste y ambos salieron de la enorme carpa. Afuera el monstruo marino azul-verdoso en su forma humana se percató que casi estaba amaneciendo debido a que el sol se asomaba desde el horizonte borrando lentamente las estrellas, salió de sus pensamientos cuando sintió a Ercole jalar de su brazo, desvió su mirada del horizonte por donde pronto se asomaría el sol y prosiguió su camino, luego de dar media vuelta a la carpa, ambos llegaron a un pequeño sector donde estaban instaladas algunas tiendas y remolques, a unos metros, Luca divisó una pequeña feria con algunos juegos y puestos de comida, un carrito de palomitas de maíz y gelato, y una rueda de la fortuna se alzaba de pie cerca de un estanque de tamaño mediano, luego desvió la mirada hacia el lugar a donde Ercole lo había llevado.

-Uh…-dijo Luca llamando la atención del joven de cabello oscuro peinado hacia atrás-no te enfades conmigo por lo que voy a decir pero ¿dónde se supone que voy a dormir?-

-¿No es obvio?-preguntó Ercole rodando los ojos ante semejante pregunta-no dormirás en un remolque o en una carpa pequeña como el resto de mis artistas o fenómenos, certo che no bellezza-elevó uno de sus brazos y señaló hacia adelante con el dedo-vas a dormir allí, seguimi-

-S-sicuro

Caminaron un corto tramo hasta que llegaron a una tienda un poco más grande y que estaba a solo unos centímetros apartada de las otras tiendas y remolques, Ercole abrió una de las solapas e invitó a Luca a pasar, el monstruo marino azul-verdoso en su forma humana permaneció de pie frente a la tienda dudando en querer entrar, miro a Ercole quien con un ligero gesto de cabeza le indicó que entrara y así lo hizo. Ya dentro de la tienda, Luca caminó lentamente para apreciar mejor aquel nuevo entorno y ver que tipo de cosas había dentro, obviamente la tienda contaba con algunos elementos esenciales y comunes como una cama plegable, una mesita de noche con una lámpara antigua y descolorida, unos baúles que supuso servirían para guardar sus pertenencias y la ropa que usaría durante las funciones del circo. En una esquina también divisó una mampara de color lavanda suave con detalles dorados que además tenía pequeños dibujos de flores pintados en la tela, subiendo las escaleras había una tarima de madera oscura, el monstruo marino azul verdoso subió por dicha escalera la cual lo llevó a una habitación que resultó ser el baño, éste contaba con una mesita de madera donde descansaba una jarra con agua, una pequeña toalla de mano y un recipiente, un espejo enmarcado colgaba de una de las "paredes" de la tienda, había más toallas, un cepillo para el cabello, un botiquín de primeros auxilios, algunos productos de higiene personal, un pequeño frasco de sales con colores de dudosa procedencia y una bañera de tamaño mediano que debía llenar con agua caliente que tendría que ir a buscar a la tienda que servía como cocina-comedor.

-Whoa… ¿en serio me permitirás dormir aquí?-preguntó Luca, quien aún no podía creer que ese lugar sería completamente suyo, sin duda esa tienda era mucho más espaciosa que la habitación del apartamento donde vivía el signor Messina.

-Ovviamente, dormirás aquí siempre y cuando cumplas con ciertas condiciones-respondió Ercole, al oír esto, Luca no pudo evitar sentir un escalofrío recorrer nuevamente su espina dorsal ya que eso no implicaba nada bueno, era obvio que no iba a ganarse su lugar tan fácilmente, tendría que hacer algo a cambio de poder dormir cómodamente en esa tienda-ahora, si prometes que te portarás bien, trabajarás duro no solo poniendo tu parte en las funciones sino también en las tareas domésticas como cocinar, lavar la ropa, tender las camas de todos, etc. Adoptas un comportamiento sumiso y obediente conmigo, puede que te permita quedarte aquí más tiempo del que tenía planeado-

-Y… ¿y qué pasa si me niego a hacerlo?-preguntó el pequeño monstruo marino con curiosidad, lamentando muy en el fondo de su ser el haber hecho esa pregunta.

-Si te rehúsas a cooperar, lo más probable es que tenga que darte un castigo y créeme que no te gustaría que te lastimara de ningún modo ¿no es así, dolcezza?-dijo el joven de cabello oscuro peinado hacia atrás arqueando una ceja a lo que Luca simplemente respondió negando con la cabeza-bien, así me gusta, ya estamos progresando ¿verdad?-dio la vuelta para salir de la tienda pero antes de poner siquiera un pie afuera, vio otra vez al monstruo marino en su forma humana-oh, por cierto, si vas a unirte al Freak Show, tengo que pedirte que bebas esto antes de ir a escena-metió la mano dentro de su extravagante chaqueta de anfitrión, de ahí sacó una pequeña botella de cristal con un líquido verde oscuro y se lo dio a Luca-bien, eso es todo, ahora te dejaré descansar un poco, comenzarás a trabajar mañana a primera hora ¡nos vemos~!-

Dándole una última sonrisa y despidiéndose con la mano, Ercole salió de la tienda dejando a Luca completamente solo para que pudiera adaptarse a su nuevo "hogar" y pudiera prepararse para dormir un par de horas. Apenas vio desaparecer de su vista al joven propietario de ese circo que (para su infortunio) no lo había recibido de muy buena forma, Luca caminó lentamente hacia su cama plegable, contemplándola por unos segundos antes de colocar su maleta sobre ésta y abrirla para poder sacar lo que logró llevarse consigo de la casa de su abuela, mientras sacaba su ropa y demás pertenencias, detuvo sus acciones apenas vio un libro que le resultó muy familiar, uno que le había dado una de sus compañeras de clase en la escuela, quien había desaparecido misteriosamente y no había tenido más noticias sobre su paradero. Pudo reconocer el título de la portada, "L'Universo", los ojos marrones del menor se llenaron de lágrimas otra vez, y sin dar muchos rodeos, tomó el libro entre sus manos para acercarlo a su cuerpo abrazándolo mientras rompía en llanto arrodillado en el suelo de aquella solitaria tienda ¿en qué clase de lío se había metido? ¿cómo pudo dejarse engañar por un hombre que en un principio le había parecido tan elegante, correcto, amable y educado? Si su abuela estuviera viva, probablemente se decepcionaría de él y en parte tenía razón, ni él mismo querría verse sometido en esa situación, gracias a ese error, ahora no podría volver a la escuela, ni continuar con sus estudios o perseguir sus sueños, pues éstos le fueron cruelmente robados por un feroz lobo disfrazado de cordero.


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