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Monsters Among US [LUCA Three-shot] por N3K0-Ch4N

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Notas del capitulo:

Advertencia: este capítulo contiene muerte de animales pequeños, gore, violencia, lenguaje vulgar, escenas de violación implícitas y también puede que haya algunas referencias al fanfic "Confidencias de Papel", ustedes ya sabrán donde encontrarlas...

Los primeros días desde que Luca llegó al circo se convirtieron en un completo martirio para él, todas las mañanas tenía que levantarse temprano, más temprano de la hora que solía despertarse para preparase para ir a la escuela, apenas estuviera completamente despierto, el hombre-lagarto se arrastraba hasta su tienda para pedirle, mejor dicho, ordenarle que fuera a la cocina y preparara el desayuno de todos, una vez terminado el desayuno, Luca se quedaba la mayor parte del tiempo solo lavando los platos y bandejas, y finalmente podía permitirse comer algo para calmar el hambre que sentía en el fondo de su estómago. Luego de eso, el pobre monstruo marino se veía obligado a hacer la mayoría de las tareas alrededor del circo cuando no se estaban llevando a cabo los espectáculos o pasaba la mayor parte de su tiempo memorizando letras de canciones que Ercole le entregaba para sus próximas presentaciones, lo que a veces lo dejaba exhausto y con pocas fuerzas como para poder hacer otra cosa, desafortunadamente, no tenía permitido de tomarse un pequeño descanso porque tras terminar sus ensayos, Luca también tenía que preparar la cena, a veces recibía ayuda de la acróbata pelirroja u otro artista que formara parte del círculo de personas normales pero la mayoría de las veces era el único que hacía todo el trabajo pesado, muy pocas veces había visto alguno de los monstruos o demás artistas haciendo sus tareas asignadas a parte de ensayar o practicar para sus actuaciones.

Tras un mes entero de estar en ese circo, Luca casi se había acostumbrado a esa rutina, aunque a veces no podía evitar sentirse melancólico, extrañar su vieja rutina e ir a la escuela como todos los adolescentes de su edad, algunas veces se preguntaba si había alguna forma de que pudiera seguir estudiando a pesar de trabajar en un circo pero luego cayó en cuenta de que se trataba de un circo ambulante, que siempre se estaban moviendo de un lugar a otro por lo que se le hizo imposible el poder continuar con sus estudios de esa forma. Así que el monstruo marino azul verdoso no tuvo otra opción más que dejar de buscar maneras de retomar sus estudios y dejarlos por donde se había quedado ya que siquiera tenía tiempo libre para ponerse a leer sus libros de la escuela y únicamente podía hacerlo durante la noche antes de prepararse para dormir, claro, si no es que alguno de los fenómenos que Ercole denominaba como sus "compañeros de trabajo" se colaba silenciosamente dentro de su tienda para posicionarse detrás de él y comenzar a manosearlo descaradamente, lo cual solo hacía que una desagradable sensación comenzara a despertar dentro de él y quisiera apartar a quien estuviera tratando de abusar de él y además tocarlo sin su consentimiento, pero Luca sabía perfectamente que si se negaba a ser tocado por manos ajenas era más que lógico que Ercole no estaría contento con su actitud y tal vez terminaría castigándolo, por lo que, con el pasar de los días, Luca había aprendido a fingir que era un ragazzo sumiso y paciente, incluso si cometía un error en sus tareas o ayudaba a sus "compañeros de trabajo" en sus actuaciones, la mayoría terminaba golpeándolo o gritándole por ello.

Para empeorar las cosas, el pequeño monstruo marino no tenía ningún amigo o con quien hablar de todo el abuso y maltrato que recibía en el circo, no podía confiar en nadie, es más; las personas que venían a diario a visitar el circo u observarlo cantar en el freak show simplemente lo veían como un fenómeno más, no veían más allá de eso, ellos creían que era un monstro marini huérfano viviendo en un circo ambulante y solamente se dedicaban a molestarlo, a burlarse de su sufrimiento o intimidarlo. El solo pensar en cómo sería su vida de ahora en adelante hacía que muchas veces el adolescente no fuera capaz de conciliar el sueño, ya que si lo hacía, tenía pesadillas recurrentes sobre el futuro que le aguardaba, además de que muchas preguntas sin respuesta venían a su mente ¿qué pasaría con él? ¿así sería su vida de ahora en adelante? Esas y otras inquietudes más eran las que lo perturbaban.

-No, no… per favore ¡déjenme en paz! ¡no me toquen!

Luca estaba huyendo de los fenómenos, quienes intentaban sin éxito hacer que bebiera el misterioso líquido verde oscuro dentro de la pequeña botella de cristal que Ercole le estuvo suministrando todo este tiempo. El menor sujetó la falda de su vestido lo mejor que podía mientras trataba de correr, más le era difícil llevando unas botas de cuero con tacón en los pies, cuando estaba a punto de llegar a su tienda donde creería estar a salvo, accidentalmente uno de sus pies pisó el doblez de la falda del vestido lo que provocó que tropezara y cayera de rodillas sobre la fría y húmeda hierba.

Silenzio bastardo!-exclamó una mujer alta y algo musculosa tomándolo firmemente del brazo para luego darle una bofetada-¡deja de gritar y bebe esta maldita cosa de una buena vez!-

-¡No puedes obligarme a beber esa merda!-exclamó Luca con lágrimas asomándose por el contorno de sus ojos marrones, su respiración se tornó acelerada cuando oyó unos pasos acercándose hacia él.

-Tienes que hacerlo lo quieras o no-comentó el hombre-lagarto apoyando una de sus manos en su cadera-además, ¿cómo sabrán los espectadores que eres un grotesco monstro marini? ¿huh?-

-Así que, sé un buen chico y haznos el favor de beber esto-le dijo la domadora de serpientes al tiempo que al tiempo que tomaba el rostro de Luca con una de sus manos, apretando sus mejillas con fuerza, desvió la mirada hacia el hombre con rostro de león-¡Valentino! ¡entrégame la botella, rápido!-

El hombre robusto no respondió y con sus manos ligeramente temblorosas le entregó la pequeña botella con el líquido verde oscuro a su compañera, quien la tomó, le quitó el tapón y de paso, se la entregó al hombre-lagarto, éste no perdió tiempo y trató de verter el líquido en la boca del monstruo marino azul verdoso en su forma humana pero sin importar cuánto lo intentara, el menor hacía todo lo posible por resistir, hasta que finalmente colmó su paciencia y haciendo uso de sus dedos forzó la boca del menor a abrirse y vertió un poco de ese líquido dentro. No obstante, Luca no fue capaz de tragarlo por completo, los fenómenos vieron como éste comenzó a hacer arcadas sin mostrarse sorprendidos siquiera, pues esta no era la primera vez que el monstruo marino ponía esa expresión cuando lo obligaban a beber aquel líquido que supuestamente lo ayudaría a revelar una parte de su verdadera forma, pero lo que no se esperaban, era que Luca acabara vomitando en el césped a causa del asco que le provocaba beber ese líquido de dudosa procedencia y también terminara ensuciando parte del elegantísimo vestido que adornaba su frágil y delgado cuerpo.

-Ugh ¡qué asco!-exclamó el chico de cabello castaño con disgusto-¿cómo te atreves a ensuciar un atuendo tan hermoso como ese?-

-¿Hablas en serio, Guido? ¿te preocupa más su ropa que su condición?-le preguntó el hombre-lagarto para luego desviar su mirada hacia Luca quien continuaba vomitando, notó como su espalda se arqueaba y temblaba ligeramente por el esfuerzo que debía hacer para expulsar ese líquido junto con lo poco que había podido consumir de las sobras del desayuno esa mañana-como sea, esto no puede seguir así-

-Certo, en este tipo de negocios uno tiene que tener el estómago fuerte-comentó la domadora de serpientes a sus dos compañeros sin dejar de ver al pequeño monstruo marino quien ahora llevó ambos brazos a su vientre poniendo una mueca de dolor-¡no puedes tener el privilegio de ser delicado, ragazzo!-

-¿Qué está sucediendo aquí?-preguntó Ercole quien apareció repentinamente detrás del pequeño grupo de fenómenos que contemplaban a Luca retorcerse y temblar de dolor aun estando de rodillas en el suelo, todos se miraron entre sí como queriendo buscar una justificación pero antes de que pudieran darla, el joven los interrumpió-¡se supone que deberían ir ya mismo a preparase para la función de hoy! andiamo ¡fretta! ¡non c'è tempo da perdere!-

Rápidamente, todos los monstruos comenzaron a dispersarse y corrieron de regreso a sus tiendas para poder cambiarse y estar preparados para la función, bueno, todos ellos con excepción de cierto chico delgado de cabello castaño que estaba escondido detrás de una de las pancartas mirando lo que iba a pasar a continuación. Pudo ver como Ercole se acercaba a Luca, observándolo expectante como si estuviera esperando que el menor elevara sus orbes marrones y lo mirara, por supuesto que lo hizo pero despacio, notó un par de botas negras gastadas y luego levantó la mirada hasta que se encontró con un par de orbes almendra frente a él, luego bajó la mirada hacia una mano que se había extendido frente a su rostro.

-E-Ercole, y-yo…-habló Luca queriendo explicar lo que pasó y porque se encontraba de rodillas en el suelo, más fue interrumpido por el joven de cabello oscuro peinado hacia atrás quien seguía de pie frente a él sin dejar de ofrecerle su mano.

-No te quedes mirando, solo tómala e intenta levantarte ¿quieres?-dijo Ercole de forma tajante, el monstruo marino en su forma humana asintió, tomó la mano del joven y se incorporó hasta quedar de pie-¿te encuentras bien? ¿te hicieron daño?-

-N-no…-mintió Luca, pues no podía contarle a Ercole sobre la bofetada que recibió no hace poco por resistirse a beber el líquido que era suministrado o se metería en más problemas de los que ya tenía-estoy bien, solo… me duele un poco el estómago pero puedo seguir trabajando-

-Nada de eso, si no te sientes bien irás a tu tienda a descansar-le dijo Ercole con un tono de voz firme pero autoritario.

-¿Q-qué? p-pero, Ercole, ya dije que no es nada, yo quiero…-intentó decir Luca pero otra vez fue interrumpido.

-Espera un segundo, no he terminado. En cuanto te recuperes, podrás continuar con el resto de tus tareas como un castigo por mentirme, puedes comenzar lavando el vestuario de todos y eso incluye el tuyo-Luca quiso hablar otra vez pero Ercole se le adelantó-y no quiero oír una sola queja al respecto ¿entendiste?-Luca no cuestionó la orden del joven de cabello oscuro peinado hacia atrás, solo le obedeció y caminó de regreso a su tienda para recuperarse un poco del ardor en su estómago. Una vez que vio que el menor estaba lejos de su vista, Ercole giró levemente la cabeza percatándose de que no habían estado solos todo ese tiempo, alguien los estaba espiando y sabía de quien se trataba-¡sal de donde sea que te hayas escondido ahora mismo, Guido! Y hablo en serio-el chico de complexión delgada no tuvo más opción que obedecer a la orden de su amigo más cercano y jefe, lentamente salió de detrás de la pancarta en la que había estado escondido todo este tiempo-¿qué demonios crees que estás haciendo? te he dicho que es totalmente descortés espiar los asuntos de otras personas-

-¡Oh, vamos! ¿por qué no puedo espiar? Es más, tu siempre nos estás espiando cada segundo de cada día, Ercole-se quejó Guido mientras salía de detrás de la pancarta y se acercaba al joven que lo miraba seriamente con los brazos cruzados alrededor de su torso-además, solo quería saber si planeabas darle un castigo mucho más severo a ese monstruo marino que se cree especial y diferente al resto de nosotros, uno que no implique tener que lavar la ropa de todos los que vivimos aquí-

-Lo que sea que vaya a hacer con Luca no es ni debe ser algo de tu incumbencia-le respondió Ercole molesto de lo increíblemente metiche que podía llegar a ser su amigo-¡mejor vete a preparar tu actuación sino quieres terminar lavando la ropa de todos tú también!-

Sì signor!-exclamó Guido como si estuviera en un campamento de la fuerza armada y se retiró lo más rápido que pudo hacia su remolque a cambiar su ropa de dormir por el vestuario que usaría ese día para la función.

Mientras el aterrado ragazzo corría de regreso a su remolque lo más rápido que podía, Ercole no pudo evitar reírse por la forma en que Guido salía corriendo de allí, pero a la vez, comenzó a reevaluar un poco más lo que había dicho, estaba seguro de que hacer que Luca lavara la ropa de todos no sería suficiente tortura y castigo para él, tendría que tomar medidas más... extremas, y para eso necesitaría que Guido formara parte de su plan, solo así el pequeño monstruo marino estaría completamente doblegado a su merced, lograría que se volviera dócil y sumiso, le obedecería a él y sólo a él.


Florencia. Italia. Invierno 1964.

Era una noche extremadamente fría, había mucho viento, el cielo estaba muy oscuro y cubierto de nubes, lo que indicaba que no faltaría mucho tiempo para que una tormenta de nieve se desatara. La enorme carpa del circo ya estaba instalada para llevar a cabo la función de aquella noche fría de invierno en la ciudad de Florencia, muchas personas se agolparon repentinamente frente a la entrada de la carpa, compraban presurosas los boletos para así poder entrar lo más pronto posible y resguardarse del feroz clima en el exterior, dentro de la carpa, muchos de los artistas estaban terminando de arreglarse y practicar sus rutinas antes de salir a escena, eso incluía también a los fenómenos y a Luca quien se encontraba detrás de un telón con una escalera que daba acceso al escenario, calentando su voz para cantar esa noche. Mientras realizaba este ejercicio, vio que alguien se acercaba a él, el menor comenzó a rogar que no fuera alguno de sus "compañeros de trabajo" que venía a molestarlo o a ponerlo nervioso antes de salir a escena, pero, para su fortuna, solo se trataba de Ercole quien había entrado de nueva cuenta a la carpa para verificar que todos estuvieran listos para el show y el último integrante que le faltaba por ver era a Luca.

-Knock knock-dijo el joven de mirada avellana llamando la atención de Luca quien notó su presencia gracias al espejo frente a él-¿eri occupato?-

-Non proprio-respondió Luca volteándose para ver a Ercole de frente y no solo su imagen reflejada en el cristal del espejo-¿diche cosa hai bisogno? ¿per ché sei venuto a trovarmi?-

-Dejando a un lado nuestro italiano, vine para ver si estabas listo, el espectáculo comenzara dentro de diez minutos y quería asegurarme de que te hayas vestido y memorizado las letras que te di para practicar hoy, bellezza-le dijo Ercole a Luca quien no pudo evitar sonrojarse un poco, si bien ya debía resultarle normal que el joven lo llamara por ese apodo, no podía entender porque ahora se sonrojaba cada vez que se lo decía. Tal vez porque ya no podía considerar esa palabra un apoco, sino más bien como un cumplido.

-S-sì, ya estoy listo, non preoccuparti. Además, ya sé que no puedo salir a cantar hasta que el espectáculo termine.

-¡Así es, mio caro!-exclamó el joven de cabello oscuro peinado hacia atrás comenzando a caminar lentamente hacia el menor de pie frente a él-¿sabes? la mayoría de los circos suelen mostrar su atracción principal al comienzo, pero yo…-con cuidado rodeó la cintura de Luca con un brazo atrayéndolo hacia sí hasta acortar el poco espacio que había entre ellos y susurró-prefiero guardar lo mejor para el final…-

El monstruo marino azul verdoso lo miro y notó lo cerca que estaban uno del otro, haciendo que un suave sonrojo aparezca en sus mejillas por la vergüenza.

-U-uh… E-Ercole…-pronunció el menor con un nudo de nervios en la garganta y un leve tono de inconformidad en la voz.

-¿Sí, bellezza?

-E-estás… estás… estás muy cerca de mí, y-y me refiero a que estás demasiado cerca.

El joven de cabello oscuro peinado hacia atrás se percató de la cercanía que se había formado entre él y Luca, un violento sonrojo apareció en su rostro, por lo que rápidamente se separó del monstruo marino en su forma humana.

-Mi dispiace, Luca. Yo… n-no sé qué me pasó-se disculpó Ercole, Luca lo miro extrañado porque esta vez no lo llamo por palabras cariñosas como solía hacerlo-si no necesitas nada más, será mejor que me vaya, tengo trabajo que hacer y un público al que recibir-salió de su trance al ver que comenzaba a alejarse cada vez más pero antes de que se dirigiera al lugar donde se encontraban las tribunas, Ercole detuvo sus pasos y giró su cabeza hacia Luca dándole una pequeña sonrisa-cuando llegue el momento y me oigas dar tu presentación, saldrás a cantar-

-Va bene.

Luego de decir esto, Ercole solo asintió levemente con la cabeza al pequeño monstruo marino y salió, respiró hondo, suspiró para calmarse, cruzó un telón de color rojo vino y se dirigió al centro de la enorme carpa para poder dar comienzo a la introducción a los espectadores.

-Buona notte signoras é signores ¡bienvenidos al primer espectáculo de "Lure Circus" aquí en la bellissima ciudad de Florencia!-dijo el joven de cabello oscuro peinado hacia atrás al público el cual comenzó a vitorear y a gritar eufórico-además, quiero decirles que a partir de ahora y por siempre, cualquier similitud con hechos reales correrá por su propia imaginación. Sin nada más que decir, me retiro, arrivederci é buona fortuna ¡y disfruten el espectáculo de esta noche!-luego de aquella presentación, el espectáculo comenzó como era de costumbre, con un acto cirquense fuera de común, un reflector iluminó tenuemente la pequeña orquesta conformada por payasos, éstos interpretan una melodía que con el paso del tiempo se había vuelto habitual ejecutarla para cada show, al principio, la gente parece estar interesada en oírlos tocar sus instrumentos; no obstante, cuando se acercaron un poco más para apreciarlos mejor, muchos notaron que sus rostros… sus rostros bajo la descascarada capa de maquillaje estaban consumidos, con la piel sobre los huesos casi como si estuviera derritiéndose y sus ojos tenían un aspecto como si estuvieran poseídos. Otros integrantes del circo comenzaron a ejecutar sus actos, haciendo trucos de magia, ilusionismo, con malabares y diversa utilería como aros en llamas o cuchillos y dagas muy afiladas moviéndose al ritmo de la música que era interpretada por la orquesta, la cual no dejaba de sonar incluso si los payasos no estuvieran usando sus instrumentos musicales-¿y bien? ¿qué opinan sobre esta melodía? ¿qué dicen respecto al sonido de la flauta?-a medida que pasaba el tiempo dentro de aquella carpa, la música comenzaba a adquirir un ritmo muy extraño, lo que confundió a los espectadores allí presentes quienes murmuraban entre sí comentando que aquel sonido les resultaba extraño e inusual-sé lo que están pensando, y no, no es lo que creen, el sonido que producen los instrumentos no es extraño, seguro que nunca han oído algo similar, porque es una marcha que viene de otra dimensión, una que está más allá de nuestra comprensión. Ahora me gustaría que presten atención por un momento a nuestras acróbatas, ellas también están ejecutando su acto siguiendo el ritmo de la orquesta-el grupo de acróbatas que Luca había conocido el primer día que llegó a ese circo caminaban en la cuerda floja siguiendo el ritmo de la música, algunas hacían piruetas trepando por largas y gruesas cintas o realizaban trucos entre ellas, consiguiendo impresionar a varios de los espectadores allí presentes-parece que han logrado asombrarlos ¿no es así? ¡y se asombrarán aún más cuando nuestra acróbata estrella, Giulietta, ejecute su acto surcando los aires!-

De pronto, una chica de cabello rojo rizado, cuerpo delgado, vestida con traje y antifaz verde oscuro apareció de la nada de pie en uno de los postes de la carpa, saltó de una plataforma y comenzó a descender en picada para luego desplegar unas alas rosadas con diamantina y dar vueltas por los aires que parecían inhumanas, muchos de los espectadores estaban atónitos, nadie podría haber saltado en el aire tan alto a menos… a menos que aquella ragazza tuviera poderes sobrenaturales, lo cual era algo ilógico o llevara mucho tiempo trabajando en ese circo y ya tendría calculado cada movimiento que debía ejecutar.

La joven acróbata continuó haciendo sus trucos en el aire, hubo un punto de su actuación donde uso sus alas para rodear a la audiencia quienes gritaban eufóricos, algunos intentaron acercarse a ella, intentando extender sus manos para tocarla, al ver esto, Ercole le ordenó a dos payasos que trajeran el cañón de confeti que habían preparado para Giulia, ellos inmediatamente obedecieron a su jefe y haciendo uso de su fuerza empujaron un enorme cañón hacia el centro de la carpa, la joven pelirroja notó esto, giró hacia la derecha, aterrizando justo al lado del cañón, los payasos se retiraron y al instante, ella hizo aparecer un encendedor con el que encendió el mechero del cañón y lo apuntó directamente hacia la audiencia, éstos al ver lo que estaba pasando intentaron protegerse; sin embargo, no lograron hacerlo a tiempo, el cañón estalló y de éste salió una cantidad considerable de confeti plateado, lo que sorprendió aún más a la audiencia y comenzaron a aplaudirle a Giulia con fuerza, ella sonrió, hizo una ligera reverencia a modo de agradecimiento y se retiró junto con el resto de sus compañeras.

¡El espectáculo había terminado más rápido de lo usualmente planeado! con un ademán, Ercole le pidió a los espectadores que lo siguieran hasta la salida de la carpa para ir a presenciar el freak show, que era el acto que siempre dejaba para el final y hacer que la audiencia nunca olvidara la función de aquella noche, ya de pie en la salida de la carpa, el joven de mirada avellana corrió una de las solapas, invitó a su audiencia a pasar y él entró después de ellos, el grupo de personas comenzó a caminar por un estrecho corredor que apenas estaba iluminado por unas luces de color verde, dándole al lugar un aspecto más aterrador del que ya tenía al comenzar la función.

Mientras caminaban, las personas observaban a través de las rejas de metal a los fenómenos realizar sus actos, arriba de las rejas tenían carteles con nombres llamativos pintados como "Valentino, el hombre león y su cachorro", "Roland, hombre de Marte", "El chico hermafrodita" o "Marena, la domadora de serpientes" pero lo que más llamó la atención del grupo de personas allí presentes, fue divisar un escenario con un micrófono y una cortina de terciopelo sobre la cual colgaba un letrero que tenía el nombre de "Bubbles, el monstruo marino cantante".

-Ah, scusi ¿signor?-habló una de las mujeres de la audiencia llamando la atención de Ercole quien de inmediato se volteó a verla.

-¿Huh? ¿come va belle?-preguntó el joven de cabello oscuro queriendo mostrarse amable con la mujer que acababa de llamar su atención.

-¿Es cierto que tiene un monstro marini en el circo?-contestó ella con otra pregunta, haciendo que Ercole arqueara una ceja ante la estupidez que acababa de decirle, así que rápidamente se corrigió-quiero decir, he oído leyendas sobre esas espeluznantes criaturas que viven en las profundidades del mar pero nunca antes había visto una, así que… tengo curiosidad, lo siento…-

-Oh ¿es por eso por lo que hiciste esa pregunta? Jajaja ¡ovviamente tenemos un monstruo marino aquí!-respondió Ercole riéndose levemente-es más, están a punto de verlo personalmente ¡y nos va a cantar un par de temas a todos! ahora, sin más preámbulos ¡quiero que todos conozcan a Bubbles!-apenas llamó a Luca por su nombre artístico, se suponía que debía aparecer del otro lado del telón que conducía al escenario, pero nada sucedió-ejem, dije, ¡que todos conozcan a Bubbles!-no hubo movimiento o respuesta del otro lado, lo que preocupó a la audiencia e inquietó al joven de cabellos oscuros-¿qué rayos está sucediendo ahí atrás?-murmuró un poco molesto entre dientes, desvió la mirada hacia el público quien observaba un poco expectante-m-mi dispiace, pero… al parecer estoy teniendo dificultades técnicas ¡torno subito!-inmediatamente, Ercole entró a la parte trasera del escenario abriendo un poco el telón, hubo unos segundos de silencio en los que no pasó nada cuando; de pronto, se escucharon unos gritos, quejidos, una voz juvenil emitiendo protestas seguido de un fuerte golpe que sobresaltó a los presentes, pudieron ver como un hombre tatuado como un lagarto humanoide salía corriendo de allí con un prominente golpe en la cabeza y luego de esto salió Ercole quien sacudió el polvo de su extravagante vestimenta-bueno, ahora sí... ¡quiero que todos conozcan a Bubbles!-

En eso, el telón que daba acceso al escenario se abrió dejando salir a Luca con una parte de su rostro y mano izquierda en su forma marina, se veía muy nervioso y algo tímido por tener que cantar frente a un público grande, ya lo había hecho antes cuando trabajaba en el bar del signor Messina, pero a diferencia del circo, la gente que había en el lugar era poca. Desvió su mirada hacia Ercole quien con un movimiento de manos incitaba al monstruo marino a darse ánimos para cantar, luego volvió a mirar al público frente a él, respiró profundo, con su mano escamosa tomó el micrófono que fue colocado previamente para su actuación, cerró los ojos, inhaló y exhaló para calmar sus nervios y sin pensarlo mucho comenzó a cantar.

Más tarde esa misma noche, Luca estaba acostado en la cama plegable de su tienda tratando de dormir, pero no le fue posible porque pudo escuchar algunos ruidos, risas, chillidos y gemidos femeninos provenientes del exterior. Cansado de escuchar esos sonidos, el monstruo marino azul verdoso se levantó de su cama, tomó un abrigo con el cual se cubrió y salió de su tienda con el objetivo de averiguar quién estaba haciendo esos ruidos, decirle que se calle y lo dejara descansar en paz, caminaba descalzo entre la oscuridad del cielo nocturno, parecía que esa noche no había ni una estrella y apenas podía guiarse con la luz de una lámpara de aceite, podía sentir las plantas de sus pies humedecerse con cada paso que daba, adquiriendo levemente su forma marina, pero Luca trató de no prestarle tanta atención a eso y continuó su camino, intentando averiguar de dónde venían los sonidos.

Caminó por unos minutos más hasta que llegó al final de la fila de tiendas y remolques, ya allí se percató de que los gemidos eran más sonoros y audibles, por lo que decidió rodear uno de los remolques, avanzó lentamente hasta llegar al lugar de donde venía el ruido e iluminó la ventana con la tenue luz de la lámpara que llevaba consigo.

¡Ojalá nunca hubiera hecho eso! las pupilas de sus ojos se encogieron ante la escena que acababa de atestiguar: pudo ver que la lámpara iluminaba tenuemente el interior de una habitación con un espacio bastante estrecho pero que dentro cabían perfectamente dos o tres personas, y en efecto había tres personas dentro, una de ellas era Marena, la domadora de serpientes, no llevaba maquillaje alguno en su rostro, su cabello claro estaba descubierto y enmarañado, notó su cuerpo desnudo vulnerable ligeramente perlado por una fina capa de sudor, encima de ella se encontraba el hombre de Marte manoseando, masajeando, mordiendo y succionando sus pechos mientras que la cabeza de Valentino (el hombre con rostro de león) se hallaba hundida en la entrepierna de la mujer.

-¡Hyaah~!-Luca salió de su trance al escuchar un alarido salir de los labios de su "compañera de trabajo" al tiempo que ella dirigía sus manos a la cabeza del robusto hombre riendo levemente por las cosquillas que su cabello y barba le daban al rozar sin querer su área más sensible, suplicando que le diera más placer-ah… ah… p-per favore ¡sigue! n-no te detengas ¡ngh!-sin embargo; aquella calidez que sintió hace unos momentos sobre su cuerpo se desvaneció al darse cuenta de que su compañero de rastas observaba algo por la ventana de la habitación-¿uh? hey ¡hey! ¿che diavolo sta succedendo adesso? ¿perchè hanno smesso?-

-¡Silenzio, stupida!-exclamó Valentino en un murmullo casi audible sin dejar de ver la silueta en la ventana-alguien nos está viendo…-

-¿Qué?-Roland se levantó bruscamente de la cama para ir a donde estaba su amigo, lo que provocó que Marena perdiera el equilibrio y cayera al suelo-¿estás hablando en serio? ¿quién podría estar aquí a estas horas de la noche? dudo que sea un visitante-

-No, non è un visitatore-respondió Roland apreciando mejor la silueta con sus ojos ambarinos, pudo reconocer la figura de un adolescente junto con una cabellera rizada corta del otro lado del vidrio-¡es Luca!-

-¡¿Luca?!-exclamó Marena levantándose rápidamente del suelo y se acercó a sus dos "amantes"-¿qué rayos está haciendo ese bastardo ahí afuera?-

-No lo sé ¿quizás vino a contemplar el show?-preguntó Valentino encogiéndose de hombros, fingió inocencia al tiempo que ponía una sonrisa nerviosa, pero ésta se borró al sentir un zape en la cabeza.

-¡Non essere volgare!-exclamó Roland luego de darle el zape a su compañero quien llevó una mano hacia la parte posterior de la cabeza para aliviar el dolor-dudo que haya querido venir a vernos a hacer lo que estamos haciendo por su propia voluntad, pero… por si acaso, lo mejor sería ir a hablar con él y preguntarle-miró de nueva cuenta a su robusto compañero quien seguía arrodillado en el suelo sobándose la cabeza-¡Valentino! Sal tu y ve a preguntarle que está haciendo ahí afuera-

-¡¿Che cossa?! ¿por qué tengo que hacerlo yo?-protesto el hombre con rostro de león-¡ve tú si tanto quieres averiguar!-

-Aunque quisiera, no puedo salir ¡no estando…!-exclamó el hombre de Marte pero se detuvo para pensar bien lo que iba a decir a continuación y murmuró en voz baja pero audible-no en estas condiciones ¿capito?-

-Agh ¡va bene! Si ninguno de los dos piensa salir ¡entonces lo haré yo!-exclamó Marena rodando los ojos, pasó caminando a un lado de ambos hombres y salió de su habitación, ya afuera, tomó una vieja bata de dormir que dejó colgada en el corredor, se la colocó cubriendo su desnudo cuerpo y salió a la intemperie buscar a Luca, no le llevó mucho tiempo encontrarlo pues estaba del otro lado de pie frente a la ventana que daba a su habitación-psst… Luca… Luca… ¡hey, Luca!-

-¿Uh?-el monstruo marino en su forma humana giró la cabeza con ayuda de la lámpara alumbró a quien lo estaba llamando y se encontró con Marena de pie no muy lejos de donde estaba-¡aaah!-

-Shh… ¡dio santo! ¿cuál es tu problema con gritar tan fuerte, bastardo?-preguntó la mujer cubriéndose los oídos ante el grito inhumano que Luca acababa de soltar-¡baja la voz o vas a despertar a todos aquí!-

-M-mi dispiace-se disculpó Luca-es que oí unos ruidos extraños que no me dejaban dormir y… v-vine porque quería pedirte si no podrías bajar un poco el volumen de esos ruidos, per favore, después de eso… p-prometo que no molestaré más-

-¿Y por qué deberíamos de hacerlo? ¿eh?-preguntó una voz detrás de Marena, Luca elevó un poco más la lámpara viendo al hombre de Marte detrás de ella-no estábamos haciendo nada malo, solo teníamos una pequeña "fiesta" entre nosotros-

-Certo, así que… en vez de venir aquí a pedir que guardemos silencio ¿por qué mejor no pasas a mi remolque y nos acompañas?-preguntó Marena apoyando su codo contra una de las paredes externas del remolque y una mano sobre su cadera al tiempo que observaba a Luca de arriba abajo.

-U-uh… n-no… yo no…

-Andiamo, Luca-exclamó Valentino saliendo del remolque y colocándose junto a sus compañeros-¿a qué le tienes miedo? Ven y únetenos-

-¿Sei impazzito? ¡deja al ragazzo en paz!-lo reganó Roland dándole otro zape en la cabeza y desvió su mirada hacia Luca quien retrocedía atemorizado-a menos que quiera unirse por decisión propia-añadió para luego relamer sus afilados dientes.

-¡Tonterías! No lo necesitamos, chicos. Los quiero a ambos solo para mi-comentó Marena con una sonrisa burlona atrayéndolos a ambos con sus brazos en un abrazo mientras presionaba sus rostros contra su pecho.

El pequeño monstruo marino comenzó a caminar hacia atrás cerrando los ojos, intentando ignorar los gemidos que salían de los labios de Marena quien solo aferró ambas manos a las cabezas de sus compañeros los cuales continuaron estimulando sus pechos sin importarles que el menor estuviera allí presente, por no fijarse donde iba, el tobillo de Luca trastabillo con una piedra que sobresalía del suelo, provocando que la lámpara de aceite resbalara de su mano y se estrellara contra el suelo rompiendo el cristal en pedazos, rápidamente se levantó y salió corriendo lo más rápido posible de regreso a su tienda mientras las carcajadas de los tres monstruos resonaban detrás de él, corrió sin siquiera fijarse en qué dirección iba y accidentalmente entró en una tienda que (por lo visto) no era la suya, dentro vio a la mujer alta y musculosa que se había unido al grupo de fenómenos para golpearlo y burlarse de él con los ojos cerrados, la boca entreabierta por donde soltaba ligeros gemidos junto con algo de vapor y la cabeza echada hacia atrás al tiempo que un hombre estaba metido entre sus piernas haciendo quien sabe que cosa allí abajo, ésta; no obstante, se dio cuenta de que Luca estaba observando, sintió un fuerte sonrojo golpear su rostro por la vergüenza y miro al monstruo marino que seguía allí de pie en estado de shock.

-¡¿Qué rayos haces dentro de mi tienda?! ¡FUERA! ¡NON HAI NIENTE DA FARE QUI!-gritó la mujer con furia, el ragazzo solo se limitó a chillar y salir corriendo de allí avergonzado y un poco traumado por la escena que acababa de ver.

Al entrar a su tienda, Luca rápidamente cerró la solapa que daba acceso a ésta, se metió en su cama plegable pasando por entre las mantas y sábanas a modo de túnel, apenas sintió sus manos haciendo contacto con la almohada, la atrajo hacia sí aferrándose a ella y allí, acurrucado bajo las mantas, abrazó con fuerza su almohada, cerró los ojos e intentó dormir haciendo lo posible por ignorar las carcajadas de sus "compañeros de trabajo" al verlo tan asustado.

Luca despertó de repente, rodeado de lo que parecía ser un brillante y verde césped, se dio cuenta de que estaba durmiendo bajo la sombra de un árbol con su espalda recargada contra el tronco de éste, pudo sentir la brisa fresca del verano chocar contra su piel haciéndolo sentir relajado por un segundo, se asombró de lo hermoso que era el paisaje a su alrededor y sonrió para sí mismo, era tan calmado y silencioso que le era difícil creer que aquel lugar pudiera ser real, pudo ver un prado lleno de árboles, arbustos y flores silvestres, casi de inmediato giro la cabeza escuchando las olas del mar a su alrededor, era un lugar tan hermoso que no quería irse nunca, suspiró pero sonrió, cerró los ojos reclinándose contra el tronco del árbol para volver a relajarse en ese agradable ambiente en el que estaba; sin embargo, aquel momento fue interrumpido al sentir un par de manos tibias tocar su rostro así que abrió los ojos para ver quien lo estaba tocando.

Sus ojos marrones se abrieron con sorpresa, lo que se encontró fue a un niño, un ragazzo que parecía más un adolescente como él o por lo menos un poco más joven, tendría como catorce o quince años, piel bronceada, pecas claras en sus mejillas, ojos verdes y brillantes como dos esmeraldas, cabello castaño rizado dorado y estaba viendo a Luca con el ceño fruncido.

-¡Aaaah!-gritó Luca haciendo que el chico frente a él se cubriera los oídos.

-¡Dio santo! ¿qué rayos te pasa? ¡deja de gritar! ¡gritas muy fuerte! ¿sabes?-comentó el menor.

-L-lo siento pero… no esperaba verte aquí, creí que estaría totalmente solo-respondió Luca disculpándose-por cierto ¿quién eres?-

-Eso es lo que quiero preguntarte ¿quién eres ?-preguntó aquel ragazzo haciendo énfasis en la última palabra pero sin quitar el ceño fruncido de su rostro.

-S-soy Luca Paguro… pero con que me llames Luca está bien para mi-respondió Luca con una sonrisa-ah… uhm… ¿y tú? ¿cuál es tu nombre?-

-Mi nombre… mi nombre es Berto.

-Va bene, entonces, un gusto en conocerte, Berto-dijo Luca alegremente-y dime ¿por qué estás aquí?-

Berto se sonrojó y bajó la mirada, ese ragazzo de nombre Luca tenía una sonrisa amable, cálida y de gran aceptación, y aquella sonrisa tan cálida era lo que tanto anhelaba.

-Yo… me gustar estar aquí, a veces estoy sentado bajo el árbol donde tu estas ahora-dijo Berto sin dejar de ver hacia abajo-pero lo que más me gusta es el océano, el agua está fría y es agradable nadar allí-

-Entonces ¿qué estamos esperando?-dijo Luca levantándose del césped y tomó su mano-acompagnami, vamos a nadar juntos-

Como si aquello lo emocionara, Luca corrió por la colina hasta llegar a la orilla del mar donde las piedritas y la arena debajo de sus pies se sentían extrañamente familiares. El agua salada tocaba sus pies, mostrando escamas de un color azul verdoso, las mismas con las cuales había nacido, sonrió ante lo asombrosa que era la vista del mar frente a él, pero enseguida frunció el ceño al recordar que a pesar de tener a Berto a su lado, se hallaba completamente solo allí, ni siquiera su abuela estaba allí junto a él apreciando el paisaje, una suave expresión de tristeza se dibujó en su rostro.

-¿Luca?-el monstruo marino salió de sus pensamientos al escuchar la voz de Berto llamándolo-¿te sientes bien? ¿qué sucede?-

-Oh… uh… nada, yo… solo estaba pensando en alguien muy importante para mí-respondió Luca desviando la mirada hacia el ragazzo de pie junto a él-non preoccuparti, sto bene-desvió la mirada nuevamente hacia el mar-bueno, será mejor que entremos al agua antes de que se oculte el sol-

Con una sonrisa en los labios, Luca se adentró al agua seguido de su nuevo amigo, convirtiéndose en lo que realmente era, un monstruo marino, giró su cabeza para ver a Berto seguirlo detrás y se sorprendió al ver que el ragazzo de brillantes ojos verdes era también un monstruo marino como él, con la diferencia de que tanto las escamas de su cuerpo como las de su cabeza eran de una tonalidad azul violácea. Las aguas del mar lo hacían sentirse en calma y en paz consigo mismo, sin perder un segundo, Luca y Berto comenzaron a nadar entre las algas, jugando con algunos peces de por ahí, era gracioso en realidad, y le hacía sacar más de una sonrisa al monstruo marino azul verdoso. Lentamente comenzaba a olvidar todo, quien era él, su vida pasada, en realidad, lo único que tenía en mente era su nombre, podría pasar horas y horas jugando, explorando las aguas de ese lugar con el monstruo marino azul violáceo frente a él, era reconfortante.

No tenía ni idea de donde estaba pero aquel lugar era tan hermoso que, si pudiera, no querría marcharse nunca de allí; sin embargo, luego de unos minutos de pacífico silencio, Luca estaba escondiéndose con Berto y un par de peces cuando sintió que ese mundo se iba a desmoronar y su visión comenzó a ponerse borrosa, algo que el otro monstruo marino notó.

-¿Luca?... ¡Luca!-exclamó Berto con preocupación al ver el estado de su amigo, nado de regreso hacia el monstruo marino azul verdoso en un intento por ayudarlo-¿qué tienes? ¿te sientes mal? por favor, dime, quiero ayudarte-

-Yo… yo…-respondió Luca pero se quedó en silencio unos momentos tratando de pensar en lo que decía su amigo, pero fue sacado de sus pensamientos al sentir el agua a su alrededor agitarse y la arena debajo sus pies temblar, algo le decía que no le quedaba mucho tiempo en ese lugar y tarde o temprano debía despertar, miro a Berto quien seguía con una expresión preocupada en su rostro, finalmente, supo lo que tenía que decir-lo siento, realmente lo siento, Berto, pero… ¡ya tengo que irme!-

Con fuerza tomó impulso para salir nadando de ese lugar sorprendiendo un poco a los peces con los que ambos se encontraban jugando; sin embargo, su huida se vio interrumpida al ver a Berto nadando detrás de él para alcanzarlo.

-Luca… Luca… ¡aspetta!-exclamó el monstruo marino azul violáceo haciendo que Luca se detuviera y se volteara para verlo, pero antes de que pudiera preguntarle que pasaba, sintió como Berto lo tomaba del brazo y lo atrajo hacia sí abrazándolo, las pupilas del monstruo marino azul verdoso se ensancharon, aquel abrazo era tan cálido y relajante que hacía a su corazón latir como loco dentro de su pecho. No tenía palabras para describir aquel sentimiento, tan solo deseaba que aquel evento durara para siempre, así que hizo lo impensable y rodeó la cintura de Berto con sus brazos acercándolo aún más, el monstruo marino azul violáceo no pudo evitar querer acurrucarse contra el pecho de Luca envolviendo su cola alrededor de la del contrario al tiempo que cerraba los ojos-no quiero que te vayas, eres tan cálido, Luca. Nunca he conocido a alguien como tú, desearía que pudieras quedarte aquí un poco más-

-A mí también me gustaría quedarme un poco más…-dijo Luca con una brillante sonrisa mientras acariciaba la espalda del otro monstruo marino haciéndolo ronronear-pero tengo que irme, algo me dice que no me queda mucho tiempo aquí y debo volver-

Luego de decir eso, el monstruo marino azul verdoso se separó lentamente de Berto y comenzó a nadar en reversa queriendo alejarse lo más pronto posible de él, algo que hirió los sentimientos del monstruo marino azul violáceo pero decidió mantener vivas las esperanzas así que exclamó.

-Pero regresarás ¿no es así? ¡prométeme que volverás!

-¡Prometo regresar pronto! ¡lo siento tanto!-exclamaba Luca a la distancia, nado con cierta velocidad y fluidez fuera del agua hasta percatarse de la presencia de la superficie a la que se acercaba.

Pronto bajo sus manos y pies la textura de la arena y diminutas piedras se hacía presente, enseguida se puso de pie para sacudir el agua de su cuerpo volviendo así a su forma humana. Fue así como de nueva cuenta se dirigió al árbol que se encontraba en la cima de la colina en esa pequeña isla, la brisa le rozaba por todo su cuerpo, se sentía agradable; no obstante, no pudo disfrutar mucho de aquella sensación ya que apenas llegó a la cima, se recostó boca arriba sin cuidado sobre el verde césped para apreciar la luz del sol que se lograba asomar entre las ramas del árbol, lentamente sus ojos comenzaban a nublarse siendo incapaz de ver con claridad, la confusión de Luca aumentaba a cada segundo, intentó calmar por todos los medios esa sensación que su cuerpo y alma le hacían sentir, pero era inútil, pues ya no estaba en paz y en calma como hace un momento atrás, era hora de despertar y salir de ese mundo.


Los días transcurrieron con normalidad, Luca no le contó a nadie lo que había soñado aquella noche, dedicó la mayor parte del tiempo a hacer las tareas más pesadas del circo, leer sus libros de la escuela y estudiar por las noches antes de dormir y también ensayar para sus espectáculos apenas era libre de las tareas que Ercole, pero sobre todo, sus "compañeros de trabajo" le imponían. Hasta que, un día el circo comenzó a quedarse sin alimentos ni suministros por lo que los fenómenos decidieron enviar a Luca a la ciudad a comprar todo lo necesario para el almuerzo y la cena de ese día, luego de pasar mucho tiempo buscando las cosas que le pidieron, Luca decidió descansar un poco paseando por la piazza Santa Croce para conocer un poco más la ciudad donde se quedarían por unos días más hasta encontrar otro lugar donde instalarse, mientras paseaba y hacía turismo, pasó junto a una fuente y se detuvo al escuchar un suave maullido proveniente de uno de los rincones de la fuente. Al principio el monstruo marino lo ignoró y siguió su camino, pero luego se detuvo al escuchar un par de maullidos lastimeros, esta vez un poco más fuertes que antes, por lo que se giro sobre sus propios pasos y se acercó a la fuente para comprobar de donde venían esos maullidos, caminó lentamente al lado derecho de la fuente y apenas lo hizo pudo ver una cesta de mimbre con un par de mantas encima y unos bultos adentro moviéndose, con algo de miedo el monstruo marino acercó una de sus manos a una esquina de la manta y tras sacar la mitad de ésta lo que vio lo hizo sentir un poco conmovido: dentro de la cesta recostados sobre una suave almohada pudo ver a seis gatitos, no tendrían más de tres o cuatro meses de nacidos, a juzgar por el color en su pelaje, Luca dedujo que dos de ellos eran machos y el resto hembras.

Los gatitos levantaron la cabeza para mirar a Luca y comenzaron a maullar suavemente hacia él, el pequeño obviamente creyó que se trataba de una señal para invitarlo a acariciarlos pero apenas colocó su mano encima de uno de los machos, éste retrocedió rápidamente y siseó.

-Supongo que tienen miedo de ser acariciados por alguien-pensó Luca mirando a los gatitos jugar entre sí-tal vez su antiguo dueño no fue muy amable con ellos o con su mamma…-no pudo evitar sentir su corazón encogerse ante la idea de alguien siendo abandonado por aquellos que debían de quererte y cuidarte, tu familia-si tan solo supieran lo que les estoy diciendo… quiero que sepan que los entiendo, gattini. Nunca conocí a mis padres, y solo fui criado por mi nonna…-habló con voz suave pero audible mientras lentamente acercaba su mano una vez más para acariciar la cabeza de una de las hembras. Ésta primero huyó del contacto del monstruo marino, pero apenas sintió su mano tocar su pelaje se relajó un poco y se dejó llevar, aceptando las caricias que el menor le proporcionaba-¿lo ven? Ahora sí nos estamos entendiendo-no supo cuánto tiempo estuvo allí en la piazza intentando socializar con los gatitos que fueron abandonados cruelmente por su dueño pero lo que sí supo fue que para cuando finalmente logró entablar amistad con ellos el sol se estaba ocultando en el horizonte y la sombra de los edificios comenzaba a proyectarse en el pavimento-¡dio santo! debo volver o sino Ercole me va a castigar…- rápidamente se incorporó, tomó todas las bolsas donde tenía la comida y demás suministros para el circo, y comenzó a caminar alejándose de los gatitos quienes maullaron tristes por tener que ver a su amigo partir-¡non preoccuparti! volveré mañana ¡Io prometto!-

A partir de ese día, Luca aprovechó cada oportunidad que tenía para escaparse a la ciudad e ir a la piazza donde estaban sus amiguitos peludos, jugaba con ellos, los acariciaba, les hablaba e incluso a veces les dejaba un poco de leche y algo de comida para que no pasaran hambre, por unos días, nadie sospechó del extraño comportamiento del monstruo marino ni siquiera Ercole hasta que, luego de una semana entera, el joven de cabello oscuro y ojos color avellana comenzó a sospechar de lo que estaba haciendo el menor, por lo que ideó un plan para averiguar lo que pasaba y tal vez así aprovecharse de la situación.

Una mañana extremadamente fría, después del desayuno y luego de terminar de lavar todos los trastes usados para servir la comida, Luca se dirigió a su tienda a prepararse para salir e ir al centro de la ciudad, apenas terminó, tomó sus cosas, un poco de dinero y salió de la tienda sin que nadie sospechara hacia donde se dirigía; sin embargo, no esperaba que Ercole se diera cuenta de lo que estaba haciendo y fuera a detenerlo.

-¿Ahora a dónde crees que vas dolcezza?-preguntó el joven de cabello oscuro ligeramente despeinado ya que acababa de despertar para ir a desayunar con el resto de sus artistas. Esa pregunta hizo que Luca detuviera sus pasos y se paró en medio del camino, lentamente giro la cabeza para verlo-respóndeme cuando te hago una pregunta ¿hmmm?-

-Uh, y-yo... ah... iba a... estaba a punto de ir al centro...-respondió Luca tratando de ocultar su nerviosismo-estaré allí un rato, iré a comprar cosas para reponer la alacena, no tardaré mucho ¡torno presto!-

Sin perder más tiempo, comenzó a caminar dispuesto a llegar lo antes posible a la ciudad para ver a sus amiguitos, pero fue nuevamente detenido por Ercole quien lo tomó del brazo impidiéndole dar un paso más.

-¿Sabes, Luca? últimamente he visto que has estado actuando muy raro y vas muy seguido al centro de la ciudad a hacer quién sabe qué-dijo el joven sin soltar la muñeca del monstruo marino frente a él-así que, para asegurarme de que no estés involucrado en nada malo o que dañe la imagen de mi circo, voy a tener que asignarte un escolta-

-¡¿Q-qué?! p-pero… ¿por qué? ¡ya te dije que volvería rápido!-se quejó Luca tratando de convencer a Ercole de que lo dejara ir solo pero eso no funcionó.

-Mi dispiace, Luca, pero no puedo permitirme hacer tal cosa. Me temo que me veo obligado a enviarte al centro de la ciudad con alguna compañía-respondió el joven mientras con su mirada avellana buscaba una escolta adecuada hasta que encontró a la persona perfecta-y Guido va a ser el chico indicado para ir contigo-

-¡¿Qué?!-exclamó el chico castaño tras escuchar las palabras de su jefe y cercano amigo.

-¿Qué?-dijo Luca incapaz de creer que Ercole le estaba haciendo tal cosa.

-Quiero creer que esto es solo una broma de muy mal gusto-dijo Guido mientras se acercaba a Luca y Ercole intentando mantenerse en calor con su vieja ropa de dormir para el invierno y constantemente se frotaba los brazos y manos contra la tela-ni en mis sueños más locos seré escolta de esa… esa… ¡aberración!-

-¡Oye! ¡puede que sea una aberración, pero al menos no paso mi tiempo actuando como una maldita stronza cada vez que un chico lindo se me acerca durante mis shows!-respondió el menor un poco molesto.

-Está bien, suficiente, ¡paren ustedes dos!-gritó Ercole haciendo que ambos adolescentes dejaran de discutir entre ellos-Guido, vas a ser el acompañante de Luca en su viaje al centro de la ciudad el día de hoy ¡y ese es todo el trabajo que te voy a dar!-

Guido quiso abrir la boca para protestar o decirle algo a Ercole pero en su lugar la cerró, cruzó sus brazos alrededor de su torso y puso un pequeño pero infantil puchero. No podía creer que Ercole le hubiera dado la vergonzosa tarea de acompañar a Luca en su visita al centro de la ciudad ese día ¡él era un artista! su trabajo consistía en presentarse al público como un fenómeno más debido a su condición de haber nacido con ambos genitales (masculino y femenino, respectivamente) incorporados, no ser el niñero de un apestoso monstruo marino, bien pudo haber tenido una vida normal con su familia, obviamente ocultando su extraño defecto de nacimiento, pero prefirió irse a trabajar al circo para poder estar más cerca de su querido amigo.

Cabe destacar que, para ser sinceros, Luca nunca le agrado del todo desde aquella horrible primera noche en la que puso un pie en el circo. Si bien, habían tenido algo de suerte llamando la atención de la audiencia con sus espectáculos, Guido confiaba en que en cualquier momento el pequeño "monstro marini" azul verdoso como lo llamaba Ercole, sería la causa de sus desgracias y el posible cierre del circo.

-¿Guido? Guido ¡hey, Guido!- el chico de cabellos castaños parpadeó un par de veces para salir de su trance al escuchar la voz de Luca llamándolo-¿por qué te quedaste ahí parado? ¡andiamo! tenemos que ir al centro a hacer las compras ¿lo recuerdas? cuanto más pronto lo hagamos, mejor-

-Eh…-apenas desvió la mirada, ésta se conectó con los orbes marrones de quien sería la causa de su infortunio, pero optó por no pensar en ello y simplemente respondió-s-sicuro… pero necesito cambiarme, no voy a ir usando mi ropa de dormir ¡usciamo presto!-

Antes de que Luca pudiera decir algo más, Guido ya se había ido corriendo de regreso a su remolque a cambiar su ropa de noche por algo más "apropiado" para salir ese día al centro de la ciudad y hacer las compras.

-Pero ¿qué cosa tan llamativa te has puesto ahora, Guido? ¡te dije que solo iríamos de compras! No era necesario que te vistieras así para salir, no estamos en los alrededores del circo-comentó el pequeño monstruo marino señalando a su supuesta "escolta", ambos se encontraban caminando por las calles de la ciudad, Luca usaba ropa abrigada que protegiera su cuerpo del frío como fuera posible pero su "escolta"... digamos que tenía gustos cuestionables, además de su exagerado conjunto de invierno, un exageradamente llamativo abrigo de piel sintética, junto con un pequeño bolso hecho del mismo material y una pintoresca sombrilla para damas lo acompañaban, algo que Luca consideraba inútil pues ese día no había sol, es más, una capa de nubes blancas cubrían el cielo indicando que quizás pronto comenzaría a nevar.

-¿Qué tiene de malo lo que llevo puesto? es lo mejor que tengo para este tipo de salidas-respondió el delgado chico de cabello castaño ignorando las protestas del monstruo marino al que debía vigilar-desde que trabajo en el circo, a Ercole nunca le ha molestado como me visto, es más, siempre quiere que esté de moda para cualquier ocasión-

-Sí, pero Ercole no está aquí ahora, solo estamos tu y yo y solo digo que no es apropiado usar ese tipo de ropa. Ni que fuéramos a una fiesta o algo parecido-respondió Luca-solo estoy sugiriéndote que para la próxima vez que salgamos, uses un conjunto más cómodo-

-¿Ah sí? bueno, non importanon mi interessa la tua opinione o tus absurdos consejos-contestó Guido rodando los ojos, metió la mano dentro de su llamativa bolsa de piel sintética y extrajo el papel con las cosas anotadas en la lista-ahora ¿qué más nos falta comprar?- mientras Guido estaba concentrado repasando la lista de compras, Luca llevó su mirada hacia algún punto de la piazza Santa Croce con la esperanza de matar su aburrimiento y escaparse de la "escolta" que le asignó Ercole aunque sea por unos instantes, cuando, en eso, escuchó unos maullidos que conocía muy bien venir de la fuente, desvió la mirada hacia ésta encontrándose con los gatitos que había conocido tan solo unos días atrás, al parecer alguien había movido la canasta donde dormían la noche anterior, porque estaba volteada y ahora podía verlos asomarse desde la manta, olfateando el suelo en busca de comida-¿Luca?-preguntó sin recibir respuesta del menor junto a él-¡Luca!-

-Aaah ¡¿qué quieres?!-exclamó el monstruo marino en su forma humana casi gritando lo que llevó a Guido a cerrar los ojos y apartarse un poco para no terminar con los oídos dañados por la exclamación que dio, Luca se percató de lo que acababa de hacer así que se calmó y habló con un tono de voz diferente-¿stavi dicendo? Estaba distraído y no oí nada de lo que dijiste hace un momento-

-Decía que lo único que nos falta es comprar carne, pero no sé si me alcanza el dinero que nos queda-dijo el chico castaño guardando nuevamente la lista en su bolsa-así que por favor ve tu a intentar negociar para que nos vendan algo que podamos comprar con el dinero que nos sobra o como mucho que nos lo den gratis-

-¿Y por qué mejor no vas tú? estoy muy cansando de caminar todo el día con las compras encima-respondió Luca-tú no has hecho nada desde que salimos del circo, así que te corresponde a ti hacer esa última tarea-

-¿Cómo sé que puedo confiar en lo que dices? ¿qué tal si esto no es más que un plan para deshacerte de mí y escapar a quién sabe dónde en cuanto tengas la oportunidad?-preguntó Guido viendo al menor frente a él con desconfianza-lo siento, pero no puedo permitirlo, Ercole me mataría si se entera que te descuide por apenas un minuto-

-No pienso escapar a ninguna parte, solo quiero descansar un poco ¿sabes? he estado llevando las compras desde que vinimos aquí y tú no has hecho absolutamente nada-le respondió el monstruo marino en su forma humana hablando con total y completa honestidad, cosa que ofendió a Guido porque el menor simplemente lo estaba tratando de vago-así que mejor ve tu a conseguir la carne y yo te esperaré aquí, no me iré, lo prometo-

Guido lo observó de arriba abajo con un poco de desconfianza, Luca comenzó a ponerse nervioso y a pasar saliva por su garganta seca, temeroso de que el chico frente a él no creyó en lo que decía pero al final notó como suavizaba su expresión de desconfianza y habló.

-Va bene, te dejaré descansar pero solo por los alrededores de la piazza. Solo espero que estés diciendo la verdad porque si llego a enterarme de que escapaste se lo diré a Ercole ¿capito?

Luca no respondió y solo asintió dándole entender a Guido que no iba a huir a ningún lado y se iba a quedar por la piazza, el castaño solo vio al monstruo marino alejarse hasta quedar fuera de su vista, entonces volvió sobre sus pasos y fue a comprar algo de carne para la cena de esa noche. Luego de ver que Guido estaba fuera de su vista, Luca caminó rápidamente hacia la fuente hasta llegar a la canasta de mimbre donde sus pequeños amigos peludos lo esperaban, miró a su alrededor para asegurarse de que nadie lo estaba viendo y sin dudarlo siquiera, comenzó a jugar un poco con los gatitos.

Por otro lado, Guido estaba dentro de un almacén esperando ser atendido y ver si el hombre que atendía el mostrador de carne podría venderle algo a un precio más bajo, estaba comenzando a quedarse sin dinero tras todo lo que tuvo que comprar para abastecer la despensa. Mientras el chico esperaba ser atendido, dirigió su mirada hacia el escaparate el cual daba una linda vista de la piazza y su fuente, allí pudo ver a Luca el cual tenía una sonrisa en su rostro y parecía feliz pero no podía deducir por qué, hasta que se acercó un poco más y entonces supo el motivo de su felicidad, el pequeño monstruo marino estaba jugando con unos gatitos al lado de la fuente y parecía que les agradaba porque aceptaron sus caricias. Guido entrecerró los ojos y frunció el ceño un poco ¿es por eso por lo que Luca iba a la piazza Santa Croce con tanta frecuencia? ¿para jugar con unos gatitos callejeros? no pudo evitar sentir un poco de celos al ver que incluso los animales preferían a Luca antes que a él y apretó una de sus manos en un puño tratando de contener la rabia que recorría su cuerpo.

- Uh, ¿scusi? ¿ragazzo?-una voz sacó al castaño de sus pensamientos, volteó la mirada al ver que un hombre lo llamaba detrás del mostrador-¿ya decidió que quiere comprar o no?-

-Ah... s-sì... mi dispiace, solo estaba... mirando algo...-se disculpó Guido con fingida amabilidad, desviando la mirada de Luca mientras caminaba de regreso a la fila que estaba esperando al frente. del mostrador de la tienda.

-Vieni qui, gattini-dijo Luca en voz baja mientras sacaba una botella de leche, la abría y sacaba unos trozos de pan-aquí está su comida-vertió un poco de la leche y los trozos de pan dentro de un tazón pequeño que trajo para ellos y se lo ofreció pero los gatitos que aún no querían estar muy cerca del monstruo marino cuando debían comer-vamos, acérquense, no tengan miedo-los gatitos se acercaron lentamente al plato de comida que el menor les ofrecía, olfatearon la comida que había dentro y sin perder tiempo se pusieron a comer con avidez-non preoccuparti, los voy a cuidar bien, seré su amigo a partir de ahora. Les prometo que haré lo que pueda para protegerlos o si no ellos no dudarán un segundo en comérselos-habló refiriéndose a los fenómenos del circo con los que trabajaba, en eso, escuchó unos pasos aproximarse hacia donde estaba y Luca intuyó que se trataba de Guido-ahí viene uno de ellos ¡presto! ¡entrare!-rápidamente el menor metió a los gatitos de nuevo en la canasta junto con la comida y los cubrió con la manta que venía en ésta-quédense ahí y no hagan ruido, los veré más tarde ¡pórtense bien!-después de decir eso, Luca se levantó del piso de piedra y dio la vuelta a la fuente encontrándose con Guido al otro lado-¡Guido! no esperaba verte aquí tan pronto, ¿cómo te fue? ¿conseguiste comprar algo para la cena de esta noche?-

-Lamentablemente no-respondió el chico con voz apenada-el estúpido carnicero del almacén no quería vender nada por unas pocas liras ni tampoco darme algo gratis-se calmó y habló con normalidad al menor que estaba frente a él-así que ¿nos vamos ahora? me estoy aburriendo, debo cocinar la cena y tengo que trabajar en mi actuación de mañana-

-Uh… s-sicuro ¡andiamo!-le dijo Luca. Ambos comenzaron a caminar de regreso al circo, mientras caminaban, Guido volvió su mirada hacia la fuente notando la canasta de mimbre donde estaban los gatitos del monstruo marino, no pudo evitar poner una sonrisa macabra en su rostro porque una idea había aparecido en su mente.

Esa misma noche, Guido volvió a la piazza no solo porque Ercole se lo había dicho sino también por voluntad propia, caminó por un callejón que ahora estaba oscuro debido a que la sombra de algunos edificios impedían el paso de la luz asomó la cabeza al costado de una pared y enfocó su mirada hacia la fuente buscando si la canasta de mimbre aún estaba allí y efectivamente estaba en el mismo lugar donde Luca la dejó antes de regresar al circo. Se aseguró de que nadie lo siguiera y se acercó a la fuente hasta quedar parado a solo unos centímetros de la canasta, movió un poco la manta viendo que los gatitos dormían profundamente, no pudo evitar poner una sonrisa maliciosa en su rostro mientras se reía entre dientes.

-Stupido Luca…-murmuró Guido viendo a los gatitos con la rabia creciendo en su interior, acercó su mano y tomó a una de las hembras entre éstas viendo cómo se retorcía queriendo escapar de su agarre al tiempo que maullaba para despertar al resto de sus hermanos-¿crees que solo tú puedes tener cosas bonitas? Pues…-sin pensarlo siquiera, arrojó con fuerza a la pequeña gatita entre sus manos hacia el suelo, al no contar con la fuerza para caer de pie, el animal cayó con un golpe seco muriendo en el acto, la sonrisa en el rostro del ragazzo se extendió aún más al ver como la sangre salpicaba la fría piedra-¡qué gran error!-enseguida prosiguió a matar al resto de los gatitos dentro de la canasta, quienes al sentir el peligro acercarse intentaron escapar pero fue inútil, pues Guido se encargó de atraparlos y masacrarlos uno por uno ya sea arrojándolos al suelo como hizo con una de las hembras o simplemente aplastándolos con sus zapatos-jajajaja ¡muori! ¡muori! ¡MUORI!-

Reía a carcajadas y gritaba sonoramente, disfrutando de tan macabro acto, y de ver como la sangre de esos inocentes animales ensuciaban tanto su ropa como sus hermosos zapatos, para cuando terminó lo único que quedaba de los pobres felinos era un charco rojo y una masa sanguinolenta en el frío suelo de piedra, con eso dio por terminado su trabajo, estaba más que seguro que Luca lloraría al ver que sus queridos amigos lo habían "abandonado", ahora solo necesitaba deshacerse de la evidencia para que nadie supiera lo que pasó pero ¿cómo? pensó por unos minutos, hasta que tuvo una idea. Sin perder un segundo, el ragazzo comenzó a recoger los restos de los gatitos con ayuda de una bolsa de papel que había quedado sobrante de las compras de ese día, la cerró bien para evitar que alguna larva o mosca se metiera dentro y enseguida emprendió su viaje de vuelta al circo.

Al llegar se dirigió corriendo a la cocina ya que hoy era su turno de cocinar la cena para todo el elenco, incluyendo los fenómenos, vertió los restos masacrados de los gatitos en un bowl de metal en la encimera, tomó un poco de agua y comenzó a lavar todo con excepción de su ropa para quitar la sangre, también se encargó de quitar las partes no comestibles como uñas, pequeños huesos, dientes y pelaje, una vez que limpió toda la carne, preparó una salsa de tomate para poder hervirla y decidió que esa noche cenarían trenette al ragù. Una vez que todo estuvo listo, servidos los platos y acomodados en la larga mesa de la carpa comedor, el moreno llamó a todos para que vinieran a comer, algo que al parecer no fue necesario pues apenas sintieron el olor a cebolla, tomate y ajo, todos los integrantes del circo estaban dejando a un lado lo que estaban haciendo para reunirse rápidamente dentro de la carpa comedor y cenar todos juntos. Luego de que todos tomaran lugar en sus respectivos asientos, la mayoría de las personas presentes en la carpa agarraron sus tenedores para tomar un poco de pasta y comenzar a comerla con frenesí, sinceramente, el olor era tan bueno que les fue imposible contener sus ansias un poco más.

-¡Qué buena pasta!-exclamó Valentino emocionado mientras enrollaba otra madeja de trenette alrededor de su tenedor y se la llevaba a la boca, masticó mientras mojaba un buen trozo de pan dentro de la salsa.

-Certo, Valentino. No tenemos este tipo de comida muy a menudo-le dijo Marena con una sonrisa al tiempo que bebía un poco de agua-además, han pasado tres semanas desde la última vez que comimos algo con carne-

-No tengo dudas de que te luciste, Guido-comentó Giulia alabando a su compañero de trabajo quien se sonrojó levemente ante sus palabras-pero hay algo que no entiendo...-Luca miró a la pelirroja y a Guido sentado en un rincón de la carpa comedor, apartado del resto del grupo mientras comía lentamente lo que le sirvieron en su plato-¿cómo lograste convencer al carnicero para que te vendiera la carne tan barata? ¿tuviste que 'trattare' con él?-

-¿Che cosa? ¿sei idioti? ¡no hice tal cosa!-respondió el chico haciendo un gesto con su mano libre, comió otro poco de la pasta en su plato y cuando terminó volvió a hablar-además...-añadió desviando la mirada hacia Luca y sonrió con perversión-no es fácil encontrar carne de gato estos días-

-¡¿Scusi?!-exclamó la acróbata pelirroja a quien se le encogieron sus pupilas ante la respuesta de su compañero-¿escuché mal o acaso dijiste carne de gato?-iba a seguir hablando, pero en eso escuchó un plato caer y estrellarse contra el suelo haciéndose añicos, al desviar la mirada, supo que se trataba de Luca, quien tenía una expresión de shock en el rostro por lo que acababa de escuchar, cosa que preocupó a Giulia-Luca ¿te sientes bien?-con cuidado se levantó de su silla y se acercó lentamente al monstruo marino-¿qué tienes?-quiso acercar una mano a su hombro, pero el menor la apartó de un manotazo-¡oye!-

Non toccarmi!-exclamó Luca con lágrimas desbordando de sus orbes marrones.

-Aww ¡que ternura! creo que está llorando de alegría-comentó Roland con sarcasmo provocando aún más la ira del menor.

Quello non è vero!-gritó, llevó un brazo a su vientre comenzando a sentir fuertes retorcijones y volvió a ver a la ragazza frente a él-déjenme solo ¡quiero vomitar!-

Enseguida el monstruo marino en su forma humana se levantó de su lugar, salió de la carpa comedor y se dirigió corriendo a su propia tienda, llevando una mano a su boca en un intento por reprimir las ganas de vomitar en el camino. Giulia lo vio salir con una mirada de preocupación en su rostro, desvió la mirada hacia el resto de sus compañeros quienes permanecieron totalmente ajenos a la situación y siguieron comiendo.

-Hoy comió bastante, supongo que eso le pasó por tener demás en su plato-comentó Guido queriendo alivianar la tensión que se había formado en el ambiente-quiero pensar que hacía mucho tiempo que no comía nada tan bueno…-al escuchar aquello, Giulia le mandó una mirada de despreció para luego comenzar a caminar hacia la salida de la carpa comedor-Giulia, aspetta ¿ahora a dónde vas?-

-Voy a ver como se encuentra Luca, ya no tengo hambre-le respondió la pelirroja de forma tajante-no después de lo que acabo de escuchar ¡¿qué no tienes vergüenza?! ¡Luca puede ser un monstruo pero más monstruo lo eres tú!-salió de la carpa comedor no sin antes abrigarse bien, caminó por entre las demás tiendas y remolques del circo buscando a su compañero de trabajo, agradecía que Ercole no estuviera allí o si no la hubiera mandado a terminar de cenar con los demás y... sabiendo lo que Guido había hecho, a Giulia también se le revolvía el estómago, amaba a los animales, sobre todo a perros y gatos por igual, y le dolía mucho el hecho de pensar que acababa de comerse a uno de sus animales favoritos. Inconscientemente, eso la llevó a sus recuerdos del pasado, sus recuerdos más lejanos, cuando era feliz, vivía con su mamma y visitaba a su padre cada verano en Portorosso mucho antes de que Ercole la trajera engañada a trabajar en su circo con la falsa promesa de que estaba locamente enamorado de ella desde hacía mucho tiempo y que sin dudarlo la volvería su fidanzata, recordó uno de los veranos que había pasado en aquel pueblito pesquero cuando tenía apenas ocho años, había encontrado un gatito vagando por los alrededores de su casa y como no le faltaba mucho para volver con su mamma a Génova, adoptó al pequeño felino y se lo dio a su padre para hacerle compañía mientras no estuviera con él, Machiavelli lo habían llamado. Pensar en su adorado gato hizo que una lágrima rodara por su mejilla, enseguida la secó y de un momento a otro se encontraba de pie frente a la entrada de la tienda de Luca, puso una mano en una de las solapas y lentamente la movió, al entrar se encontró con el pequeño monstruo marino con un brazo apoyado sobre su cama plegable, vomitando en un recipiente de metal mientras las lágrimas caían sin control de sus ojos, mojando sus mejillas que mostraban un fino rastro de escamas azul verdoso, la ragazza no pudo evitar sentir su corazón encogerse al verlo en ese estado, así que sin detenerse a pensarlo camino hacia Luca quien aún mantenía la cabeza baja y con los ojos cerrados, pudo ver su espalda encorvarse y su respiración entrecortarse entre leves hipidos-Luca, yo… ¿qué te sucede? ¿por qué lloras? quiero ayudarte y si no me dices que te pasa entonces no podré hacerlo-

Luca giró la cabeza lentamente hacia atrás para ver a Giulia quien estaba arrodillada detrás de él, viéndolo con una expresión de preocupación en su rostro.

-Yo... yo-yo no puedo... *snif snif*-pronunció Luca entre sollozos y con la voz entrecortada, de sus ojos marrones varias lágrimas resbalaban, pudo sentir la agonía y el dolor de todo lo que tuvo que pasar golpear su espíritu, la miseria, la culpa, la desdicha y el miedo se apoderaron de su cuerpo junto con los dolorosos recuerdos-no puedo creer cómo Guido fue capaz de hacer tal cosa… eso fue cruel, demasiado cruel ¿por qué? ¿por qué tuvo que matar a los únicos amigos que tenía? ¡¿qué tiburones le hice yo?!-

Inconscientemente, Luca se arrojó a los brazos de la acróbata pelirroja y comenzó a sollozar suavemente hasta que las lágrimas que brotaban de sus ojos se convirtieron en un llanto de dolor, Giulia estaba un poco sorprendida por las acciones de su compañero de trabajo pero al mismo tiempo, ella no se impresionó, después de todo la ragazza tuvo que cuidar muchas veces de Ercole cuando se despertaba en medio de la noche luego de tener una pesadilla o cuando estaba herido emocionalmente por un rechazo y terminaba llorando en su hombro tras tener un poco de "sexo reconfortante" por lo que envolvió tiernamente al pequeño monstruo marino con sus brazos y lo dejó llorar todo lo que quisiera, sacar de su sistema aquello que lo había estado atormentado.

-Te entiendo perfectamente, no tengo idea de que fue lo que hizo que Guido cometiera un acto tan horrible, pero si hay algo que detesto más que nada, además de ver que alguien intenta lastimar a uno de mis compañeros de trabajo…-dijo Giulia mientras acariciaba la espalda de Luca quien continuaba sollozando-es saber que alguien arruinó algo muy preciado para ellos, especialmente si hay animales de por medio-ambos adolescentes se separaron uno del otro, tomó el rostro del menor con ambas manos y comenzó a secar sus lágrimas tiernamente con sus pulgares-créeme Luca que lo que digo es verdad, no tienes idea del dolor que sentiría si supiera que alguien asesinó a mi mascota y me sirvió sus restos para comer-

-Ahí está el problema, esos gatitos que encontré en la piazza hace unos días no eran mis mascotas, eran los únicos amigos que tenía-le dijo Luca con voz quebrada-además ¡eran una distracción para escapar de todo el dolor y sufrimiento que recibí desde que llegué a este condenado circo!-añadió para luego golpear su cama plegable con una de sus manos cerradas en un puño.

Giulia solo se limitó a verlo, no tenía idea de que hacer o decir para consolar al monstruo marino así que dijo lo primero que se le ocurrió, tal vez eso podría ayudar a Luca a sentirse mejor.

-Tal vez... tal vez yo pueda ser tu amiga ahora...-dijo Giulia, esto hizo que Luca dejara de llorar y la mirara con una ceja arqueada-quiero decir, solo si tú también quieres eso-

-Sí…-murmuró Luca pero luego recuperó las ganas de hablar y dijo con su voz normal-sí ¡eso me encantaría! Sería un piacere per me chiamarti mia amica-Giulia estaba a punto de agradecerle pero el monstruo marino la interrumpió-pero, si vamos a ser amigos, tenemos que empezar desde el principio y saber nuestros nombres, me presento, soy Luca Paguro, miembro del freak show y un monstruo marino huérfano-

-Y yo soy Giulia Marcovaldo, hija de un pescador y una artista, actualmente realizo la mayoría de los espectáculos acrobáticos del Circo Lure-se presentó la pelirroja mientras extendía su mano hacia el monstruo marino frente a ella, quien no dudó en estrecharla con firmeza al tiempo que una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.


Habían pasado dos días desde la muerte de los gatitos y tras ese incidente, Luca había decidido no apegarse demasiado a algo o alguien emocionalmente, durante los siguientes dos días trató de concentrarse en sus tareas o ensayar las letras de sus canciones como una distracción para olvidar el dolor sentía por lo que sucedió con sus pequeños amigos, pero no siempre le funcionaba, porque hubo momentos en que algunos de los monstruos se le acercaban para molestarlo o hacerlo sentir culpable por lo que habían hecho con los gatitos, incluso un día Guido lo había hecho tropezar y caer en un charco de lodo lo que obligó a Luca a lavar nuevamente las sábanas que ya había descolgado y también a volver a su tienda para lavarse el lodo que tenía en su cuerpo.

Aspetta Luca!-exclamó una voz obligando al menor a detener sus pasos para ver quién lo había llamado-antes de que te vayas…-pero antes de que pudiera ver quien lo llamó, la persona que le habló le arrojó una cortina desgastada y raída, probablemente sería de alguno de los escenarios o sectores de la carpa principal-repara esta cortina ¡está toda rasgada!-

-Oh ¡y no te olvides de lavar todo esto también!-exclamó Valentino colocando más ropa en los brazos de Luca los cuales ya estaban ocupados cargando las sábanas y la cortina, lo que lo hizo tropezar y caer de espaldas al suelo con todas las prendas encima ganándose más burlas y carcajadas por parte de los fenómenos.

El monstruo marino azul verdoso soltó un bufido, acomodo todo lo que llevaba en sus brazos como pudo y comenzó a caminar hacia un rincón apartado para hacer todo lo que sus "compañeros de trabajo" le pidieron, pero antes de volver a lavar las sábanas y la ropa que le fue entregada, comenzó a trabajar en la cortina que según ellos estaba rasgada, tenía suerte de que su nonna le había enseñado a coser a temprana edad... su nonna, vaya que la extrañaba, no había un solo día en que no la recordara ¿qué diría si lo viera trabajando en un circo en vez de seguir su propio camino y terminar sus estudios? ¿ella querría volver a verlo o siquiera hablarle si supiera lo que sus supuestos compañeros de trabajo le hacían a su cuerpo vulnerable cada noche?

-¡Ouch!- exclamó Luca soltando un pequeño quejido, quitó una de sus manos de debajo de la cortina y observó como de uno de sus dedos comenzaba a brotar un poco de sangre, se había lastimado con la aguja de coser por no haber prestado atención a lo que hacía y por distraerse pensando en su fallecida nonna. Desvió la mirada hacia sus "compañeros" quienes parecían estar más enfocados en ensayar para sus actuaciones que en ofrecerse a ayudarlo con todas las tareas que debía hacer, Luca comenzó a verlos a cada uno (con excepción de Giulia) con desprecio, de alguna forma sentía que era tratado como la cenicienta de la historia, volvió a mirar su dedo sangrando y lo llevó a su boca en un intento por detener la sangre que salía de éste, cuando vio que la herida no sangraba más continuó con su trabajo hasta la hora de almorzar, apenas logró terminar de remendar la cortina fue a colocarse una venda en su dedo herido y luego fue a comer con el resto de sus compañeros.

Después del almuerzo prosiguió a lavar los platos y la ropa sucia que le habían dado con ayuda de Giulia, ahora se encontraba colgando todo lo que lavó esa misma tarde, y al termina se dirigió a un área apartada del circo para descansar un poco y recordar aquellos breves momentos que había pasado con los gatitos, aún le costaba trabajo aceptar que ya no los volvería a ver y todo gracias a Guido, el pequeño no entendía que rayos le había hecho al ragazzo para que se desquitara con él de esa forma, quizás... ¿quizás ese había sido otro de sus planes para torturarlo y hacerlo sufrir aún más? ¿o tal vez tenía celos de él? sí, lo más probable era que se hubiera inclinado por esa segunda opción, no tenía dudas de que Guido estaba celoso de él desde el momento en que llegó al circo y que odiaba la cercanía que Ercole mantenía con él, a pesar de darle a entender al joven de cabello oscuro peinado hacia atrás que no tenía el más mínimo interés en estar con él, al menos no de esa forma, y hablando de Ercole... el pequeño monstruo marino salió de sus pensamientos al sentir un par de manos cubrir sus ojos, éste llevó sus propias manos a las que tocaban su rostro sintiéndolas frías por un breve segundo.

-¿Quién está detrás de ti y cómo se llama?-dijo alguien muy cerca de su oído lo que hizo que Luca se estremeciera un poco, lentamente desvió la mirada retirando las manos de ésta, la cual se conectó con un par de orbes color avellana que (a esta altura) ya deberían resultarle muy familiares.

-¡Ercole!-exclamó Luca quien se sobresaltó ligeramente de tener al joven tan cerca suyo-dio santo, por poco haces que me dé un susto, ya te dije que no volvieras a hacer algo así-

-Sí, lo sé y lamento eso pero no encontraba otro modo de acercarme a ti-respondió éste apenado pero luego volvió a su compostura habitual-en fin, non importa, vine hasta aquí porque escuché lo que sucedió con tus gatitos y, lo lamento mucho, no tenía idea de lo que pasó hasta ahora…-

-Va bene, si viniste hasta aquí para ofrecerme tus condolencias pues ya es un poco tarde, ahora eso no me servirá de nada-le dijo el pequeño monstruo marino molesto-avresti dovuto venire a confortarmi quando ne avevo davvero bisogno-

-Debí venir e intentar animarte apenas me enteré de lo que pasó, pero no estaba allí y lamento no haber estado ahí en ese momento pero, ya que, eso ya quedó atrás, vine a verte porque quería darte un regalo...

-¿Che cossa? ¿un regalo? ¿a mí?-preguntó Luca sin poder creer lo que estaba escuchando; no obstante, sus dudas fueron confirmadas al ver como Ercole extraía del interior de su extravagante saco de maestro de ceremonias un paquete parecido a los que se usan para guardar chocolates con un pequeño moño rosa y se lo acercaba al menor quien lo tomó sin decir nada más, abrió el paquete viendo un collar de cinta negra con un extraño adorno cuadrado en el centro-oh, es un collar, que lindo…-comentó tomando aquel collar con su mano y paseándolo por entre sus dedos-pero, non capisco ¿perchè me lo dai?-

-Sé que esto no hará que reemplace a tus gatitos pero, creí que quizás podría animarte un poco- respondió el joven de cabello oscuro peinado hacia atrás.

-Grazie, lo aprezzo-dijo el menor guardando el collar de nuevo en el paquete y colocando la tapa superior, lo dejó a un lado para mirar al joven frente a él con seriedad-pero…-la sonrisa en el rostro de Ercole se borró al escuchar a Luca decir esa palabra-algo muy dentro de mí me dice que no viniste hasta aquí solo para darme este collar-

-Bueno, en eso tienes razón, no vine solamente para darte eso sino que también quiero decirte algo- dijo Ercole, se apartó de detrás del menor para colocarse de nueva cuenta junto a él y mirarlo más cómodamente de frente, Luca imitó su acción y se acomodó en el suelo de forma que quedara sentado frente al joven de mirada avellana-Luca, desde que llegaste a mi vida hay algo en ti que me vuelve loco, no sé qué es pero es algo que me provoca perderme en tu mirada, en tu voz… en tu cuerpo…-mientras hablaba recorrió cada parte del cuerpo que mencionaba del menor hasta que sus ojos se posaron en sus labios, esos suaves y rosados labios como una pluma que desde la primera vez que los notó sintió muchas ganas de probarlos pero rápidamente sacudió su cabeza para salir de su trance-el punto es que quiero que tú y yo seamos amigos, quiero llevarme bien contigo, no, la verdad es… que me gustas mucho-Luca trató de hablar, pero fue interrumpido por el joven de cabello oscuro y peinado hacia atrás-no necesito que me des una respuesta apropiada ahora mismo, te daré el tiempo que necesites para pensarlo-

-Creo que no va a ser necesario porque sé bien lo que quiero decir-dijo Luca en un tono de voz serio pero a su vez amable-Ercole, lo siento pero no siento lo mismo por ti, es verdad que me siento agradecido por ayudarme cuando no tenía a quien más acudir o a donde ir, pero… no puedo estar contigo, no me gustas-bajó la mirada sintiéndose un poco mal por rechazar los sentimientos de Ercole pero tenía que ser honesto con él-al menos no de la forma en que me lo dices-

-Pero, si pudieras darme una oportunidad, te prometo que te haré feliz-dijo Ercole tomando ambas manos del monstruo marino entre las suyas y mirándolo con un aura suplicante en sus ojos-solo quiero estar contigo, Luca ¡de verdad! no me interesa nadie más que tú, quiero que seas solo mío-

-Lo siento mucho, sé que esperas a que acepte tus sentimientos pero no estoy interesado en salir contigo-dijo Luca intentando sonar educado pero al mismo tiempo hizo todo lo posible por no derrumbar aún más las esperanzas del joven.

-Va bene, non preoccuparti, lo entiendo- respondió Ercole soltando las manos de Luca, éste comenzó a levantarse del suelo y se alejó del menor no sin antes volver su mirada por última vez hacia él-por cierto, quiero verte usando el collar que te di para el espectáculo de hoy-

Más tarde, al anochecer, hacía mucho frío y soplaba un viento terrible anunciando la llegada de una posible tormenta de nieve, para ese momento ya todos se encontraban durmiendo en sus respectivas tiendas o remolques, el espectáculo de aquella noche fue un éxito y muchos de los miembros del circo estaban agotados por lo que tras despedir al público y apagar las luces de los reflectores se dirigieron presurosos a descansar y así poder mantenerse calientes en esa helada noche, ya sea cubriéndose hasta la cabeza con una infinidad de mantas o encendiendo unas pequeñas estufas colocando brasas en su interior para acondicionar un poco el ambiente; sin embargo, había una persona allí que no corría la misma suerte que los demás, y esa persona era Luca. Presumiendo que podía soportar el frío, el menor se olvidó de pedir mantas extra o algo de leña para encender su propia estufa y así mantenerse caliente durante aquella fría noche, por lo que ahora se encontraba acurrucado en su cama plegable, envuelto con su única manta temblando de frío, vapor escapaba de su nariz y su boca, sus dientes castañeaban chocando entre sí y tenía las cejas fruncidas en un esfuerzo por querer dormir a pesar del mortal clima y con una tormenta de nieve aproximándose.

Lamentablemente sus intentos por dormir se vieron interrumpidos por alguien caminaba de un lado a otro con pasos tambaleantes, rápidamente, el monstruo marino en su forma humana se levantó de la cama, se abrigó lo mejor que pudo y asomó su cabeza por la solapa que era la abertura de su tienda, afuera pudo ver a Ercole quien golpeaba e intentaba abrir la puerta del remolque de Giulia sin éxito, notó una botella de vidrio en su mano con Cordiale a medio terminar, al parecer el joven había salido a festejar tras el éxito del espectáculo de esa noche y parecía no querer conformarse con solo beber, hasta que la acróbata pelirroja tuvo que correr la cortina de la ventana de su habitación para ver qué estaba pasando y pudo ver a Ercole de pie afuera de su remolque o al menos intentando mantenerse en pie.

-Santo pecorino ¿qué diablos quieres ahora, Ercole?-le preguntó Giulia pero el joven no le respondió, así que simplemente se apartó de la ventana y se dirigió a la puerta de su remolque para hablar con él frente a frente-oye ¡oye! ¡te estoy hablando! ¿qué quieres ahora?-

-G-Giulia… por favor déjame entrar-pronunció Ercole con voz ronca y adolorida por todo el alcohol que había estado bebiendo-siento mucho frío y necesito algo para calentarme-

-¿No te calentaste lo suficiente con todo el Cordiale que bebiste?-preguntó la pelirroja mientras arqueaba una de sus finas cejas y cruzaba los brazos alrededor de su torso-mejor vete a dormir y déjame en paz…-

Cuando estaba a punto de darse la vuelta para cerrar la puerta de su remolque y volver a su cama, pudo sentir una mano sujetar su muñeca con fuerza.

-Giu… quiero decir, Giulia… p-per… per favore ¡hablo en serio! déjame entrar, te necesito, te extraño tanto, extraño el tiempo que pasábamos juntos-dijo Ercole con ojos llorosos y una expresión de suplica en su rostro, la misma que utilizó cuando le confesó a Luca que le gustaba, el monstruo marino no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando-y sé que tú también lo extrañas, tu cuerpo desesperadamente clama porque te folle una vez más-

-¡¿Che cossa?! ¡eso no es cierto!-exclamó Giulia un poco molesta mientras zafaba su muñeca del agarre del joven-¡creí que te había dejado en claro que esos días terminaron!-

-Per favore, Giulia ¡ti prego! siento mucho frío y solo poseer tu cuerpo una vez más me mantendrá caliente en esta noche cruelmente fría.

-¡No! ya te lo dije ¡no es no! así que vete y busca a otra persona que te dé el calor que necesitas ¡porque ya no estoy disponible!-tras decir esto, Giulia cerró la puerta de su remolque, apagó las luces y regresó a su habitación dejando a Ercole solo afuera.

El joven gruñó furiosamente y arrojó la botella con la mitad del whisky contra el frío piso de piedra haciéndose pedazos, se acomodó su abrigo y comenzó a caminar nuevamente con pasos tambaleantes, notando que se acercaba a donde estaba, Luca rápidamente se metió dentro su tienda, se quitó algo de su ropa, volvió a meterse en la cama y fingió que estaba durmiendo. Sin embargo, pudo escuchar a alguien entrar a su tienda y caminar hacia su cama plegable. Entreabrió los ojos y viendo algo borroso en la oscuridad pudo distinguir una sombra sentada en su cama, acercó su mano comenzando a acariciar su rizado cabello lo que provocó que Luca se asustara y gritara.

-Shh…-susurró aquella sombra cubriendo su boca con una mano mientras que con otra se ocupaba de encender la vieja lámpara en la mesita de noche revelando que se trataba del propio Ercole-shh…-volvió a susurrar retirando lentamente la mano que cubría la boca del menor haciendo que lo mirara confundido-Luca… yo… ¿por qué no…? ¿por qué no duermes conmigo?-

-¿Qué?-dijo el monstruo marino sin entender a qué se refería el joven sentado en su cama-¿d-dormir contigo?-

-Sí… eso es lo que dije-respondió Ercole quien inesperadamente tomó al menor por las caderas y lo atrajo haca sí en un abrazo mientras ambos caían de espaldas en aquella cama-debes tener mucho frío aquí dentro, bellezza-

-N-no ¡t-te equivocas!-pronunció Luca sintiendo al joven de cabello oscuro restregarse contra su cuerpo al tiempo que éste sacaba su asquerosa lengua y comenzaba a lamer su mejilla, cuello y el lóbulo de su oreja provocando que un escalofrío recorriera su espalda-¿c-che stai facendo? ¡vete! ¡suéltame!-

-No te preocupes…-murmuró Ercole quien sin pensarlo mucho se posicionó encima de Luca poniendo sus piernas a cada lado de su cadera en un intento por mantenerlo bajo su control-prometo que después de esto tu cuerpo estará caliente y podrás dormir mejor-

-Hablo en serio, Ercole ¡déjame! ¡no me toques! ¡non ti amo!- exclamó Luca pataleando, quejándose y queriendo liberarse de la presión que el cuerpo de Ercole ejercía sobre el suyo más no le era posible, las pupilas de sus ojos se desviaron hacia abajo al ver como el joven comenzaba a quitarse su cinturón y a bajar sus pantalones...

Aquella noche, Luca supo lo que era sentir el terror en carne propia, a pesar de sus suplicas y ruegos, Ercole no detuvo en ningún momento las caricias o lamidas que ejercía sin pudor alguno encima de su frágil y vulnerable cuerpo, gritó, sangró y lloró aún con la suavidad del acto pero Ercole se encargó de besar sus mejillas empapadas de lágrimas para tranquilizarlo, cosa que no resultó, puesto que luego de un rato pudo ir un poco más rápido, luego más fuerte y para ese punto, Luca había comenzado a reprimir sus gemidos de dolor, rogando mentalmente porque alguien apareciera en ese momento y lo ayudara.

Por desgracia, aquello nunca paso...

Cuando finalmente las violentas embestidas cesaron, el menor se permitió a sí mismo darse un respiro, pudo ver como Ercole removía su miembro de su interior sin ningún tipo de cuidado, sus brazos y rodillas comenzaron a fallarle al punto de quedar exhausto y dormido encima suyo, Luca lo contempló dormir profundamente abrazado a su cuerpo por unos minutos y luego dirigió su vista hacia lo que sería el "techo" de su tienda. Los recuerdos lo golpearon al instante como una espina que se había incrustado en su ser, palideciendo su rostro al extremo, lentamente comenzaban a nublársele los ojos de grotescas imágenes y momentos vividos que simplemente pasaban como un rayo, especialmente lo que acababa de suceder esa noche, la extrañeza de Luca aumentaba a cada segundo, trató de calmar aquel temor que su cuerpo y alma le hacían sentir pero le era imposible, ya no estaba en paz, ahora la culpa, la miseria, la desdicha y el miedo eran dueños de su ser. De sus ojos marrones varias lágrimas resbalaron hasta humedecer su rostro dejando un fino rastro de escamas verdosas, sintió la agonía golpear todo su espíritu, no más paz, había sido usado, abusado y lo peor de todo ultrajado por alguien que en un principio se mostró amable con él en el primer momento que se vieron.

Ya sin poder contenerse por más tiempo, Luca sollozó suavemente y en silencio, reviviendo todos los dolorosos recuerdos que su mente se encargaba de revivirle cada noche haciéndole imposible algunas veces conciliar el sueño y entre esos recuerdos, el menor comenzó de nueva cuenta a contemplar el suicidio, haciendo que de sus labios salieran un par de palabras con voz quebrada y temblorosa.

-Quiero morir…

Notas finales: Me disculpo si me demoré más de lo planeado en terminar de escribir y publicar este capítulo pero es que, no me encontraba muy inspirada y tampoco quería terminar improvisando toda la trama. Además, últimamente la escuela de arte me está quitando mucho de mi tiempo libre para poder escribir y desarrollar nuevos fanfics, es más, tengo algunas ideas para un conjunto de one-shots de Gorillaz que escribí hace algún tiempo pero todavía no sé muy bien cómo trabajarlas ¿okay? si bien las ideas son pocas, están dando vueltas por ahí en mi cabeza.
 
También quería disculparme si llegan a ver que esta parte de la historia no tiene sentido o si hay un momento en que las situaciones en la trama no coinciden entre sí pero es que me resultó muy difícil poder escribir este capítulo no solo viendo la película "Midori, la niña de las camelias" sino también revisando "Confidencias de Papel", además de que tuve que hablar con ELIARTT para que me dejara poner las referencias que se ven aquí.
 
En fin, espero que puedan perdonarme por la demora, ya para la segunda y (quizás) última parte de este three-shot les prometo que aparecerá Alberto y escribiré algunos momentos románticos y tiernos entre él y Luca, además de incorporar una pequeña escena de hardcore explícito.
 
Un saludo, nos vemos en el próximo capítulo si dios así lo permita.
 
N3k0-Ch4N.

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