Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La complicada vida de Draco Malfoy por Orseth

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

 

 

________________

           

           

            -Oye Hermione –dijo Harry días después cuando cenaba con los Weasley- Draco le dio sus bonos a su vecina, dijo que los necesitaba más que él.

            -¿En serio?

            -Sí.

            -Ese no parece el Malfoy que conocimos –dijo Ron mientras cortaba su carne.

            -Ya no es más el Malfoy que conocimos –respondió Harry agregándole más salsa de mango a su carne- al menos no en prejuicios, además realmente no lo conocimos, nunca nos tratamos más que para insultarnos, no sabemos realmente como era.

            -Ese fue buen gesto de su parte –intervino Hermione.

            -Su vecina es de la tercera edad ¿no habrá algún programa de ayuda en la que la puedas incluir? Perdón por darte más trabajo Herm.

            -No te preocupes Harry, esa es el área de mi trabajo que más me gusta, déjame ver qué puedo hacer y te aviso.

            -Ok, gracias.

 

 

_________________

 

 

 

            Cada tercer día más o menos, Harry se ofrecía a acompañarlo hasta su casa en donde se aseguraba que llegara bien.

            -No tienes que hacer esto Potty, de verdad me apena –dijo de pie en la puerta abierta de su pequeño departamento.

            -No hay problema Malfoy, me aseguro de que llegues bien, además fuimos compañeros de colegio aunque hayas sido una mierda.

            -¡Oh pues muchas gracias!    

            -De nada.

 

 

________________

 

 

 

           

            Finalmente llegó la siguiente cita de control y Harry miró sorprendido los números encima de la cabeza de Draco.

            -Malfoy subiste casi cuatro kilos desde la última cita.

            -¿Y eso es malo?

            -Bueno, no necesariamente, estabas bajo de peso, además estás esperando mellizos, es de esperar que subas más que en un embarazo común, pero hay que vigilarlo.

            -Ok.

            -Y otra cosa… sigue la dieta que te di.

 

 

_______________

 

 

 

            Unos días después, Draco sacaba chícharos de sus vainas. 

            -Según el paciente de la habitación 203 era dado de alta hoy –dijo una elfina a Tobby- pero no he recibido el informe ¿preparamos su comida de todos modos?

            -Tenla lista por si acaso, pero hay que confirmar si será dado de alta o si se quedará más días.

            -Ya pregunté, pero nadie responde mis avioncitos señor.

            -Qué raro… no me gusta salir de la cocina, pero tendré que ir a averiguar.

            -Sí quieres voy yo Tobby –se ofreció Draco.

            -¿Seguro?

            -Claro ¿con quién voy?

            -Con la sanadora Jenner, su oficina está en el tercer piso.

            -Ok.

            Draco salió de las cocinas rumbo al tercer piso, en el camino se quitó la red de la cabeza y liberó su cabello del chongo en el que lo tenía sujeto por las normas de higiene de la cocina sintiendo alivio al masajear su cuero cabelludo, pues su larga cabellera rubia aun estaba húmeda por haberse duchado en la mañana; llegó a la oficina de la sanadora pero no estaba.

            -Está en el quinto piso –dijo su secretaria.

            -Gracias.

             Se dirigió al quinto piso encontrando más gente de lo normal.

            -¿Y ahora? –pensó extrañado al ver varias enfermeras y sanadores apiñados frente a una sala- ¿habrá algún famoso ahí? -Vio al director del hospital al frente de toda la gente- ¿porqué hay tanta gente? –preguntó a una enfermera.

            -Van a inaugurar una nueva área de atención a los bebés victimas de maldiciones y Harry Potter va a cortar el listón, solo que aun no ha llegado.

            -Oh ya veo –dijo alejándose de ahí- Con razón nadie responde, todos están aquí.

            Iba caminando alzando el cuello para ver quien más estaba cuando de pronto se quedó paralizado, pero eso fue tan solo un par de segundos, pues enseguida se agachó y comenzó a escabullirse entre la gente, hasta qué…

            -¡Oh perdón! –dijo al tropezar con alguien.

            -No hay proble… ¿Malfoy?

            -Granger –exclamó sorprendido pero sin enderezarse- ¿cómo estás?

            -Bien –respondió sin quitar el gesto de extrañeza al verlo caminar así.

            -Qué bueno, por cierto gracias por los bonos, fueron muy útiles.

            -Por nada Malfoy ¿estás bien?

            -Muy bien, gracias… ¿Qué tal Weasley? –pregunto al ver a Ron de pie a un lado de Hermione viéndolo raro.

            -Hola Malfoy.

            -Bueno, me voy, nos vemos.

            Draco se alejó caminando como si fuera a recoger algo del piso.

            -¿Qué sucede, porqué camina así, será algo de su embarazo? –preguntó Ron.

            -¿Y yo cómo voy a saber?

            Draco siguió caminando hasta llegar a la puerta del ascensor, pero cuando  ésta se abrió, se encontró con Harry.

            -Malfoy ¿Qué haces caminando así?

            -Se me cayó la vergüenza y la estoy recogiendo, ¿Qué más he de estar haciendo genio? ¡Me estoy escondiendo!

            -Es evidente ¿pero de quien?

            -¡El innombrable está aquí! –dijo señalando el grupo de gente.

            -¿Aquí, donde, quien es? –preguntó mirando a la gente mientras estiraba el cuello          

-El que va a cortar el listón ¡me voy! –Y sin decir más se metió al ascensor cerrando las puertas.

Harry caminó hasta el director pasando por entre la gente siendo recibido por éste con una amplia sonrisa, a unos pasos de ahí, Hermione se apresuró a llegar hasta ellos pues también había sido invitada como representante del ministro; pero mientras caminaban Ron dijo:

-¿Pensaste lo mismo que yo?

-No lo sé, podría ser… pero dilo para ver si le atinaste.

-Si le quitamos la barriga a Malfoy, le ponemos tacones y lo lanzamos en una pasarela, sería igualito a…

-No Ron, no le atinaste –dijo mintiendo claramente.

Cuando llegaron al frente, Ron se quedó mientras ella tomaba su lugar junto al pequeño grupo de personas y el par de fotógrafos del diario “El profeta”; hubo presentaciones y sonrisas, luego se cortó el listón seguido de aplausos y la gente comenzó a dispersarse después de un rato de abrazos y felicitaciones.

-¿Qué tal Harry? En hora buena –dijo Ron cuando al fin su amigo se desocupó.

-Gracias.

-Me parece magnífico que haya una sala especializada para bebés heridos por maldiciones –exclamó Hermione ante un Harry muy serio- pero entiendo que éste tema sea difícil para ti Harry.

-Por cierto amigo –dijo Ron en un intento de desviar la atención del tema de los niños maldecidos- ¿viste a Malfoy?

-Sí, me lo encontré saliendo del ascensor.

-¿Seguía caminando agachado?

-Sí.

-¿Por qué caminaba así, tiene problemas de espalda?

-No, se escondía del innombrable.

-¿El innombrable estaba aquí? –Preguntó Hermione sorprendida girando la cabeza a todos lados- ¿Quién era?

-El que cortó el maldito listón conmigo –dijo con mala cara- el muy bastardo.

-¿Qué? –Exclamó Ron boquiabierto- ¿Estás seguro?

-Sí, Malfoy lo dijo claramente.

-¿Estás diciendo que Barnett MacLeod (MacLaud)  es el padre de los hijos de Malfoy? –dijo aun con la incredulidad plasmada en su rostro.

-Eso parece.

Ron volteó a ver al susodicho, quien aun no se iba y permanecía conversando con el director y otras personas; el joven de cabello negro y ojos color oliva sonreía con el grupo de personas sin ser consciente de que era observado.           

-¿Vamos a tu oficina? Si seguimos aquí me voy a desmayar de la impresión –dijo Ron.

 

 

________________

 

 

 

Cuando los tres estuvieron en el consultorio de Harry, Ron exclamó dejándose caer en la silla:

-¡No puedo creer que MacLeod sea el innombrable!

-¿Quién es ese tipo además de ser una basura? –pregunto Harry acomodándose detrás de su escritorio.

-¿No lo sabes?... bueno, realmente no me extraña mucho que no lo sepas, no eras ni eres muy dado a saber que pasa a tu alrededor, pero el innombrable pertenece a una de las familias más ricas de Gran Bretaña, incluso eran más ricos que los Malfoy en sus mejores tiempos, sólo no fue incluido en “Los sagrados veintiocho” por deseo expreso del jefe de familia. Allister MacLeod, decía que no necesita el reconocimiento de nadie para saber que su abolengo es de los mejores.

-¿En serio?

-Sí Harry –intervino Hermione- donan grandes cantidades de galeones a asociaciones benéficas cada año incluido San Mungo, pero aunque tienen aquí gran parte de su patrimonio, en realidad son escoceses y su apellido es de gran abolengo.

-Creo que ahora voy entendiendo algunas cosas –dijo Harry pensativo- con razón Malfoy me dijo algo sobre sus hijos.

-¿Qué cosa? –preguntó Ron curioso.

-Qué a pesar de que ya no tenía prejuicios contra los muggles, seguía orgulloso de ser un sangre pura y que sus hijos también lo serían, lo que significa que el innombrable también lo era y yo me preguntaba qué hijo de vecino podría ser un sangre pura.

-Pues sí, ellos lo son –confirmó Ron- y si los Malfoy eran prejuiciosos, éstos dicen “quítate que ahí te voy” y ahora entiendo porqué éste tipo rechazó el embarazo de Malfoy… no quiere hijos fuera de un matrimonio convencional, he oído que su abuelo, quien es el patriarca de la familia, odia los escándalos… como si eso borrara las porquerías de su familia… también supe que los crió el abuelo porque sus padres murieron en un accidente cuando eran niños.

-Por eso Malfoy desechó demandarlo –dijo Hermione- nunca le iba a ganar a alguien como él… vaya.

-Qué maldito hijo de puta… perdón cariño –dijo Ron- pero ese bastardo tiene el dinero suficiente para apoyar a Malfoy, sino iba a casarse con él bien podría cumplir con sus responsabilidades de forma discreta.

-Sí, como sea… -exclamó Harry jugueteando con una pluma- Malfoy ha decidido hacer esto solo y viendo la calaña de este tipo creo que estoy de acuerdo… no es justo pero estoy de acuerdo.

-Esto me hace desear ayudarlo con más ganas –exclamó Hermione con determinación- buscaré eliminar esa absurda ley que no permite ayudar a los ex mortífagos con marca.

-No sé si acepte, pero cualquier cosa que necesite, dile que puede contar con nosotros –completó Ron haciendo sonreír  a Harry.

-Gracias chicos.

Cuando el joven matrimonio Weasley salía del hospital, Hermione dijo:

-¿Pensaste lo mismo que yo cuando viste a MacLeod?

-No lo sé, podría ser… pero dilo para ver si le atinaste.

-Sí a ese tipo le ponemos gafas y una bata blanca, sería igualito a…

-No Hermione, no le atinaste –interrumpió mintiendo claramente.

 

 

________________

 

 

Al día siguiente Harry comenzó a hojear el diario, algo que nunca hacía, pero quería pescar algo más de información.

            -Mmm… veamos… “Próxima gira musical de los Troles babeantes”… ¿y esos monos quiénes son? Creo que debo salir de mis Sex Pistols… - murmuró pasando las páginas- “Brote de viruela de Dragón en el callejón Diagón” eso ya lo sabía… “Hospital San Mungo recibe donación para abrir nueva sala en donde se tratarán especialmente a bebés heridos por maldiciones, éste gran beneficio fue donado por la fundación MacLeod,, dedicada a apoyar instituciones enfocadas en el bienestar de los más necesitados, el listón fue cortado por Barnett MacLeod, el más joven de la noble dinastía MacLeod y por el sanador Harry Potter, quien labora en este hospital” –y a continuación, varias fotografías del evento en donde se veía a sí mismo cortar el listón en compañía del mencionado Barnett MacLeod, quien sonreía a las cámaras.

            Contrariado dejó el diario en el escritorio pues no decía nada más, viendo que aun era temprano y que faltaba casi media hora para su siguiente cita, se levantó para ir por un sándwich a la cafetería pues no había desayunado; pasó frente a la recepción y una enfermera lo llamó.

            -¡Sanador Potter!

            -¿Sí?

            -Justamente iba a ir a buscarlo, tiene una llamada vía flú.

            Había una oficina especialmente para las llamadas vía flú, pero bloqueada para viajar en ella, así que entró a la habitación y vio la cabeza de Draco salir del fuego de la chimenea.

            -¿Malfoy que sucede?

            -Potter, sé que técnicamente debería reportarme primero con Tobby, pero quise hacerlo contigo para ver si me puedes dar al menos éste día para faltar.

            -¿Y por qué yo?

            -Es que me siento un  poco mal.

            -¿Qué tienes?

            -Me siento muy, muy cansado… me levanté pero no tuve energías para salir al trabajo, solo salí a la calle para  ir a la red flú y reportarme.

            -¿Desde cuándo te sientes así?

            -Así amanecí, ayer cuando fui al callejón Diagón me sentía bien.

            -¿Al callejón Diagón? –Repitió sintiendo un apretujón en el estómago- De acuerdo Malfoy escucha, voy a ir por ti, voy a traerte para una revisión.

            -¿Por qué? solo ha de ser un resfriado… ¿o no? –preguntó comenzando a asustarse al ver la expresión de Harry.

            -Claro, pero por seguridad iré por ti ¿estás en la red flú por la que salimos cuando vamos a tu casa?

            -Sí.

            -Bien, quédate ahí.

            -Pero…

            Pero Harry interrumpió la llamada y corrió fuera de la habitación.

 

 

_______________

 

 

            Aunque no entendía la aprensión de Harry, obedeció quedándose ahí, aunque ciertamente no era que tuviera muchas energías como para caminar de regreso a su casa, así que se sentó en el tocón de un árbol que estaba ahí, pero no tuvo que esperar mucho, casi cinco minutos después, una ambulancia apareció frente a la red flú sorprendiendo a los paseantes; Harry salió de ahí buscándolo con la mirada, cuando lo encontró se acercó rápidamente y lo tomó del brazo.

            -Vamos, irás en la ambulancia.

            -Me estás asustando Potter ¿Qué pasa?

            Pero Harry no respondió, lo hizo entrar en la ambulancia y con el enfermero que lo acompañaba hicieron una desaparición conjunta.

 

 

______________

 

 

            Cuando llegaron a San Mungo lo llevaron a una habitación en donde entre Harry y el enfermero lo cambiaron de ropa y lo hicieron acostarse.

            -Potter por amor de Dios ¿Qué sucede?

            -Esto es protocolo Malfoy, voy a hacerte una prueba para la viruela de dragón ¿ok?

            -¿Viruela de dragón?... pero yo estoy vacunado.

            -Sí, pero esto es una nueva cepa, se descubrió hace poco.

            -Pero… pero ¿yo de donde voy a contagiarme? No convivo con nadie –dijo cada vez más asustado.

            -Fuiste al callejón Diagón, ahí hubo un brote, así que estuviste expuesto, pero no lo demos por hecho hasta la prueba –dijo sacándole sangre con una jeringa y dándosela al enfermero, que enseguida la colocó en la charolita de análisis.

            -Sí doy positivo ¿Qué pasará? –Preguntó intentando aparentar calma- mi abuelo Abraxas murió de viruela de dragón.

            -El que estés vacunado es una gran ventaja, tranquilo, además estamos a tiempo –dijo mientras le pasaba una lamparita por los ojos sintiendo con la mano con que sostenía su cabeza que Draco ya tenía temperatura además de que unas tenues manchitas verdes habían aparecido en sus mejillas haciéndolo apretar los labios con pesar, prácticamente ya no necesitaba los resultados de los análisis.

            -Sanador Potter –dijo el enfermero pasándole una hoja de papel.

            Harry la tomó y confirmó lo que ya sospechaba.

            -¿Y bien? –preguntó Draco recargado en la cabecera de la cama.

            -Estás contagiado.

            Draco sintió que le faltaba el aire, así que solo pudo mirar al frente sin saber que decir.

            -Estamos a tiempo, te trataremos.

            -¿Y tú porqué no estás protegido?

            -Tenemos un hechizo repelente tipo 3, es como un traje protector, pero es muy complejo y no dura mucho, pero por ahora estoy bien, tú no te preocupes por eso.

            Draco asintió en silencio mientras Harry lo instaba a acostarse.

            -Voy a aplicarte un suero intravenoso y ahí te daré medicamento ¿de acuerdo?

            -¿Y mis bebés?... ¿esa medicina no les hará daño?

            -No, estarán bien.

            -Ok… Harry ¿podrías cuidar de Ralph en lo que no estoy en casa, por favor?

            -Claro, hoy iré por él y lo llevaré a la mía, tranquilo.

            Después de unos minutos Harry salió y regresó con un viejo sanador que comenzó a auscultar a Draco, quien automáticamente cubrió su antebrazo con la sábana.

            -Tranquilo hijo –dijo el sanador Wilkyns- para mí eres un paciente más.

            Había algo en el viejo mago que dio confianza a Draco, así que mirando a Harry intentó sonreírle; pasado un rato se durmió mientras Harry y el medimago hablaban.

            -Está muy a tiempo y el que esté vacunado en una gran ventaja –dijo el sanador- pero ésta cepa de viruela está muy agresiva, nunca habíamos visto algo así, lo bueno es que ya fue contenida, todos los infectados están aislados y el callejón Diagón está cerrado por ahora en lo que se desinfecta todo.

            -¿Qué ocurrió, como pudo brotar algo así?

            -Aun no se sabe.

            -¿Cuántos contagiados hay?

            -Por ahora ocho, bueno, con tu amigo nueve… pero él me preocupa ¿sabes?

            -¿Por su embarazo?

            -Sí –dijo exhalando un suave suspiro- pero por ahora veamos cómo reacciona al medicamento.

            -Bien.

 

 

________________


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).