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La complicada vida de Draco Malfoy por Orseth

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            Harry creyó haber oído mal, por lo que solo sonrió diciendo:

            -¿Cómo?

            Rachel miró sus manos entrecruzadas y no pudo evitar el que sus ojos se anegaran de lágrimas, pero sabía que no había otro camino.

            -Dije que… quiero el divorcio.

            Harry se quedó como tonto mirándola sin decir nada, solo las lágrimas empapando sus mejillas parecieron sacarlo de su aturdimiento, por lo que dejó el vaso en la mesita de centro y se sentó en el suelo frente a ella tomándole las manos.

            -Rachel ¿Qué pasó, porqué me estás diciendo esto, es en serio?

            Rachel sorbió la nariz odiando no poder controlar el cúmulo de sentimientos que la hacían sentir que se asfixiaba.

            -Desearía tanto que esto no fuera así… -dijo por fin en medio de sollozos- desearía no tener que haber pronunciado esas palabras…

            -¡Pero es que no entiendo! –exclamó sin soltarle la mano e intentando que ella lo mirara a los ojos.

            -Harry… -dijo mirándolo al fin- yo te amo.

            -¿Y entonces a que viene esto, que hice?

            Rachel bajó la vista  mientras se limpiaba la nariz con un pañuelo e intentaba aclararse la garganta para poder seguir hablando.

            -Nuestros objetivos de vida… no son los mismos…

            -¿De qué hablas? Teníamos planes, han demorado un poco pero pensé que lo estábamos haciendo bien… acepto que debo esforzarme más para que esto funcione… vendré más seguido, podemos vernos cada fin de semana y no cada mes, entiendo que las relaciones a distancia son complicadas pero nosotros…

            -Harry… -dijo poniéndole un dedo sobre los labios- ¿Por qué te casaste conmigo?

            -Porque te amo y creía que tú a mí.

            Rachel sonrió con tristeza mientras bajaba su mano y miraba la que le sostenía Harry.

            -Claro que te amo… por eso no soportaría que me odiaras.

            -¿De qué hablas? –Exclamó frunciendo el ceño- ¿cómo podría yo odiarte?

            -No lo harías, al menos no hoy, ni mañana… pero dentro de unos años no estaría tan segura.

            -Rachel cariño… no entiendo nada de esto –dijo tomándole ambas manos- dime que hice, así podré arreglarlo.

            -No Harry –respondió acariciando las manos del sanador, doliéndose de cada palabra que decía porque sabía que no había vuelta atrás- No tiene arreglo.

            -¿Por qué no? –repitió exasperado.

            -Porque no se pueden ignorar los anhelos del corazón.

            -Rachel… -dijo aun sin entender lo que estaba pasando.

            -Harry, habíamos pospuesto nuestro matrimonio por una razón ¿la recuerdas?

            -Pues si… si lo recuerdo, pero creí que ese punto ya estaba muy claro, estamos casados ¿no?

            -Sí, lo estamos –dijo sonriendo con tristeza mientras seguía acariciando las manos de Harry- pero no es lo que tu corazón desea.

            -Sino lo deseara no estaría aquí.

            -Deseas una familia.

            -Tú eres mi familia ahora.

            -Pero quieres una familia más grande, una que provenga de ti a la que puedas amar sin condiciones -Harry abrió de nuevo la boca pero ninguna palabra salió de ella- Lo vi… vi como tu corazón floreció cuando cargabas a esos bebés… cuando jugabas con ellos, cuando los alimentabas… cuando los vestías, cuando los bañabas… -Harry bajó la cara en silencio- Tú deseas algo que yo no puedo darte, mis objetivos de vida son muy distintos y aunque acordaste aceptar los míos, es un sacrificio que no estoy dispuesta a aceptar.

            -Rachel…

            -En unos años lo resentirás, es obvio, es indiscutible que llegue el momento en que tú mismo te cuestiones si valió la pena y la respuesta será “no”… -Harry suspiró débilmente- Siempre te preguntarás como sería tu vida si hubieses elegido lo contrario y yo no podré evitar pensar si sigues conmigo por compromiso… sería una incertidumbre que acabaría volviéndome loca y yo tampoco merezco eso… No quiero a alguien que sacrifique sus sueños por mí, yo deseo a alguien que sueñe conmigo -Harry tragó el nudo que se le había formado en la garganta- Te amo y deseo verte feliz… y aunque ahora siento que yo misma estoy arrancando mi corazón, al final esto es lo mejor para mi… me recuperaré, no sé cuando pero lo haré… porque soy una mujer fuerte que sabe luchar por sus propios sueños.

 

 

 

__________________

 

 

 

 

            Barnett suspiró cansado mientras se sobaba el puente de la nariz, ahora trabajaba desde casa y desde que tenía la responsabilidad de pagar pensión alimenticia, había comenzado a tomarse las cosas en serio; tenía inversiones propias, la herencia de sus padres, acciones de la empresa familiar y su trabajo, no era como que iba a quedarse pobre, sin embargo de alguna manera ya había comenzado a poner los pies sobre la tierra.

            -Amo, tiene visita –dijo un elfo entrando a su oficina.

-           -¿Es Andreas?

            -No, soy yo –dijo Calem detrás del elfo, quien miró asustado a su amo y a Calem.

            -¡No!... ¡no puede pasar sin que el amo haya dado permiso!

            -Esta bien Rufus, Calem ya se va –dijo Barnett tranquilo, sin siquiera levantarse y volviendo su vista a sus papeles.

            -Solo hasta que hablemos.

            Barnett suspiró profundamente y dejó su pluma de águila en el escritorio.

            -¿Traes algún recado del abuelo, ya firmó mi acta de defunción?... o vienes a avisarme que definitivamente me sacó del testamento, porque si es alguna de esas cosas, con una carta hubiese bastado.

            Calem miró al elfo que se estrujaba las manos y luego a Barnett, quien le hizo una seña al elfo para que se fuera.

            -¿Y bien? –Insistió volviendo a su trabajo- lo que sea, dilo y vete.

            Pero Calem no dijo nada, solo caminó y se sentó frente a su escritorio haciendo a Barnett mirarlo con una ceja alzada.

            -Estás a la defensiva y lo entiendo… -comenzó su hermano- pero por una vez entierra el hacha de guerra, no quiero pelear.

            -Ok –dijo con un tinte sarcástico en la voz y “poniendo toda su atención” mientras entrecruzaba los dedos y recargaba su mentón en ellos mirándolo fijamente- Soy todo oídos -Calem lo miró y sonrió débilmente habiéndose quedado aparentemente sin palabras cuando lo que al parecer había ido a hablar- Qué… ¿te comió la lengua el ratón?

            -¿Recuerdas cuando llegaste a Hogwarts? –Dijo entonces con cierto aire nostálgico- Yo estaba en Ravenclaw… tú también querías quedar ahí y te pusiste a llorar cuando el sombrero seleccionador te envió a Slytherin a pesar de tener once años.

            Barnett sonrió desconcertado por la mención de tal recuerdo.

            -¿Y a que viene eso ahora?

            -Barnett… -dijo mirándolo- ¿en qué momento?

            -¿Mmm?

            -Antes de ir al colegio nos llevábamos muy bien, me seguías a todas partes y aun con la diferencia de edad jugábamos juntos todo el tiempo… luego llegó el tiempo de ir a Hogwarts y a pesar de haber quedado en casas distintas estábamos juntos la mayor parte del tiempo.

            -Bueno, tal vez me aburrí de tu círculo de amigos.

            -Nunca vi que te trataran mal ¿o sí?

            -¿A qué viene esto? Realmente no entiendo –dijo tomando algunos documentos para empezar a guardarlos.

            -Hubo un momento en que ya no estabas conmigo y yo no lo tomé en cuenta.

            -¿Y ahora después de más de diez años lo notas? –Dijo sonriendo- ok.

            -Barnett deja eso –dijo poniendo sus manos sobre los documentos- esto es importante.

            -¿Y por qué lo es?... ¿Por qué habría de interesarme lo que pasó en el colegio?

            -Porqué fue ahí que nos distanciamos y no sé porqué… es más, ni siquiera me di cuenta… ¿Qué pasó?

            -Sí no te diste cuenta en ese entonces ¿entonces qué importa ahora?... no entiendo Calem, estás muy raro y francamente no tengo ganas de perder mi tiempo contigo.

            Calem suspiró suavemente quitando su mano dejando que Barnett siguiera acomodando sus documentos, de repente se había quedado sin saber que decir.

            -¿Eso es todo? –dijo Barnett mirándolo.

            -Barny… -Barnett lo miro y noto que la actitud retadora de siempre no estaba.

            -Hace años que no me llamas así ¿Qué te pasa hoy, el abuelo no te elogió este día? –dijo riendo mientras volvía su vista a sus documentos.

            -Yo…  a mi no me pareció correcto que el abuelo te tratara así.

            -Pero lo merezco ¿no? fui una mierda con Draco y con esos pobres niños desvalidos… pero ya no importa, se ha impartido justicia y tu hijo es el flamante heredero, ganaste… de nuevo.

            -¿Por qué siempre me ves así?

            -¿Así cómo?

            -Como una competencia… yo nunca quise competir contigo.

            -No hacía falta, de todos modos hubiera perdido  -respondió con naturalidad- Todos lo saben y siempre se encargaron de recordármelo.

            -¡Basta de la auto compasión y explícame que pasa! –exclamó aventando sus documentos al suelo.

            -¿¡Y qué quieres que te explique, que siempre fuiste el mejor, el favorito, el preferido de todos?! ¿¡Eso quieres oír?!

            -¡Nunca busqué ser mejor que tú! ¡Nunca quise competir contigo!

            -¡Uy pues qué bien lo disimulaste! ¿Eh? –respondió sonriendo mientras se echaba hacia atrás en su silla de cuero –por lo que noté nunca te disgustó ser el favorito del abuelo.

            Calem se echó hacia atrás suspirando con exasperación y mesándose el cabello.

            -No recordaba lo exasperante que eres.

            -Pues si ya recuperaste la memoria… -dijo señalando la puerta.

            -Lo acepto… -dijo entonces- acepto que entré en este juego estúpido sin percatarme de ello, que me gustaba ser el orgullo del abuelo ¿Quién no quisiera eso? –Barnett sonrió- Pero hasta ahora me doy cuenta del error de todo esto.

            -¿Error?... ¿Cuál error?... quedó claro de que estamos hechos y todos pudieron constatarlo, hay un mundo de diferencia entre tú y yo; el abuelo se encargó de que no lo olvidara y créeme, siempre lo tendré muy presente.

            -El abuelo no quiere verte.

            -Para el abuelo estoy muerto, ya  lo sé ¿y?

            -Pero no es por lo de Draco… incluso eso él lo hubiera perdonado.

            -¡Ah ya entiendo!... ¿es porque soy marica?

            -Deja de llamarte así.

            -¿Por qué? tu mismo me llamaste así ¿no?

            Calem suspiró mientras apretaba los labios y miraba a los lados.

            -No debí llamarte así –dijo entonces mirándolo otra vez- Me disculpo por buscar la manera de ofenderte y lo mejor que se me ocurrió fue llamarte de esa manera.

            -Bueno, no estabas equivocado –respondió alzándose de hombros.

            -¿Por qué nunca me lo dijiste? –Dijo entonces desconcertando a Barnett al ver que los ojos azules de su hermano parecían querer traspasar su alma- éramos muy unidos ¿Por qué nunca confiaste en mi?

            Por primera vez desde que llegó, Barnett pareció tomar más en serio la conversación, pero eso mismo lo hizo sentirse inseguro.

            -¿A qué viene todo esto Calem, a que viniste?

            -Vine a saber qué fue lo que pasó entre nosotros, éramos unidos, eras mi hermanito… incluso en Hogwarts no solo éramos hermanos, éramos amigos… ¿Qué mierdas pasó que nos separamos y yo fui tan ciego para no notarlo?

            -Nada.

            -¡Por Dios Barnett, habla ya, por una maldita vez en tu vida ten el valor de ser sincero!

            -¡No pasó nada! ¡Solo…!

            -¿Sólo qué?

            -Solo me di cuenta de que nunca iba a alcanzarte –dijo con un aire de cansancio.

            -¿De qué hablas?

            -Yo veía… miraba como eras el mejor de tu curso, siempre estabas en el cuadro de honor… incluso en Quidditch eras de los mejores, yo veía el orgullo brillar en los ojos de los abuelos.

            -¿Y eso está mal?

            -No, por supuesto que no… entonces yo me esforzaba, estudiaba más que los otros para también estar en el cuadro de honor pero nunca lo logré.

            -Pero yo te ayudaba en las tareas ¿Por qué enojarte conmigo?

            -Yo… yo no me enojé contigo por nada de eso… me gustaba que me ayudaras en mis trabajos.

            -¿Y entonces?

            -Entonces simplemente me di cuenta de que el abuelo nunca me vería como a ti.

            -Pero tú tienes otras habilidades Barnett, eres un genio en matemáticas, pudimos complementarnos pero en cambio tú te alejaste.

            -No es por eso que me alejé –dijo entonces con una risa cansina- me di cuenta de que nunca sería el orgullo del abuelo porque descubrí que me gustaban los niños –Calem lo miró sin decir nada o más bien sin saber que decir- él siempre mostró su repudio por los homosexuales… ¿Qué crees que pasó por mi cabeza cuando descubrí que yo era uno de esos que tanto repudiaba?

            -¿Cuándo fue eso? –dijo entonces como obligándose a reaccionar.

            -En segundo año.

            -¿Y por qué no me lo dijiste?

            -Porque pensé que pensarías igual que el abuelo.

            -Pues no… yo nunca compartí esa forma de pensar, pero nunca se lo dije para no estar en conflicto.

            -Una vez te oí decir un chiste sobre homosexuales en el colegio… estaba dudoso en contártelo pero después de eso, desistí.

            -Ni siquiera lo recuerdo, pero… éramos niños y tontos, debiste decírmelo.

            -Incluso la abuela estaba de acuerdo con él ¿cómo exponerme?... nunca iba a poder alcanzarte… es más, ni siquiera me gusta el Quidditch, además de tonto, marica.

            -Por favor –dijo cerrando los ojos con molestia- deja de llamarte así, parece como si te odiaras.

            -¿Y qué si así fuera? –Respondio alzándose de hombros- tengo razones de sobra... así que por eso decidí dejar de intentarlo, por eso dejé de seguirte… no tenía caso.

            -Y yo estaba tan inmerso en mi mundo que no lo noté… no noté cuando soltaste mi mano.

            Calem bajó el rostro, no podía ver bien pues sus ojos estaban anegados de lágrimas, por lo que Barnett suspiró suavemente.

            -No  importa Calem, no tenías porqué hacerlo, vivías una vida normal con tus amigos y tus estudios, el abuelo te presionaba mucho también, nunca te culpé por eso… más bien estaba celoso.

            -Pero debí darme cuenta –dijo dejando que sus lagrimas corrieran por sus mejillas sin avergonzarse- debí darme cuenta que el cabeza hueca de mi hermanito de repente ya no me buscaba -Barnett sonrió sin poder evitarlo- Lo siento… lo siento tanto.

            -¿Por qué te disculpas? Se supone que el malo soy yo.       

            -Deja de decir eso… es decir, si; fuiste una mierda con Draco y los niños, pero no creo que seas tan estúpido como para no darte cuenta de eso… ¿o me equivoco? -Barnett no contestó al instante, más bien jugueteó con la pluma entre sus dedos- ¿Me equivoco Barnett? ¿Sigues sin aceptar el daño que le hiciste a él y a los niños?

            -No te equivocas… fui una mierda con él, primero por desobligado y después  por ganarte… incluso Andreas me lo dijo, dijo que mi competencia contigo ya era una locura, que estaba llevándolo demasiado lejos y me estaba llevando a Draco entre las patas… me arrepiento de eso ¿sabes? –Dijo mirándolo esbozando una sonrisa triste- me da vergüenza al pensar en todo eso, en que lo defraudé cuando más me necesitaba, que lo arrojé a la calle como a un perro… por eso no he querido verlos, no tengo cara… pero eso no se lo he dicho a nadie, debo conservar mi reputación, así que si lo dices por ahí, lo negaré.

            Calem sonrió mientras se limpiaba la nariz con un pañuelo.

            -Todo esto, está mal… -dijo entonces- que el abuelo haya hecho esa estúpida cláusula, que no puedas ir a la mansión… todo eso, que te rechace de esa manera…

            -¡Nah! es su casa de todos modos y puede hacer con ella lo que quiera –exclamó haciendo un gesto despectivo con la mano-  Por eso iré a ver a la abuela cuando él no esté.

            -Pero no está bien.

            -¿Y? nunca cambiará de opinión, es Allister MacLeod ¿recuerdas?

            -Ni siquiera has ido a conocer a mi hijo.

            -Mmm si… bueno, sobre eso…

            -Podemos intentarlo, podemos recuperar algo de lo que teníamos cuando éramos niños… ahora que somos adultos debemos resolverlo -Barnett se le quedó mirando, aun desconcertado de lo repentino de la situación, de que fuera precisamente su hermano mayor, aquel con quien siempre competía, quien le pedía enterrar el hacha de guerra- Acepto que fuiste una mierda y un tanto idiota, pero podemos ser hermanos de nuevo.

            -Gracias, me conmueves.

            Calem sonrió limpiando las últimas lágrimas que mojaban sus mejillas.

            -Debemos buscar una solución.

            -¿Solución a qué? ya registré a los niños, Draco ya recibe la pensión y veré a la abuela mañana ¿Qué más hay que solucionar?

            -El abuelo…

            -El abuelo es un asno –interrumpió exasperado- Nunca me aceptará, estoy muerto para él ¿Por qué no lo aceptas y dejas ese asunto por la paz?

            -Porque no es justo.

            Barnett suspiró y luego miró a Calem con seriedad.

            -Escucha… esto es… inesperado –dijo gesticulando con las manos- el que tu hayas venido aquí, que quieras volver a relacionarte conmigo, que volvamos a ser hermanos, es… bueno, es… no sé que es –concluyó sonriendo titubeante, aun sin saber cómo reaccionar a todo aquello- Y no sé si sea un plan macabro tuyo –añadió haciendo sonreír a Calem- para hacerme bajar la guardia, pero… bueno, puede que esté funcionando… un poquito solamente, pero de ahí a que el abuelo cambie de opinión…

            -Démosle tiempo al tiempo, por ahora visita a la abuela como le has prometido, conoce a tus hijos y discúlpate con Draco, si dices que has reflexionado, haz las cosas correctamente y no solo pura palabrería.

            -Deja de sermonearme –dijo rodando  los ojos.

            -Dices que te da vergüenza mostrarte frente a ellos, bueno, pues ni modo, muérdete un maldito huevo y da la cara como lo hace un hombre, de lo demás ya veremos, dejemos que las cosas tomen su propio rumbo.

            -No me des órdenes como un hermano mayor.

            -Soy tu hermano mayor –respondió levantándose- así que ahora mueve tu maldito trasero y ven aquí.

            Barnett se levantó inseguro de lo que quería Calem, pero cuando estuvo frente a él, se vio envuelto en un fuerte abrazo, abrazo que correspondió un momento después, sintiéndose tan reconfortado por primera vez en mucho, mucho tiempo.

            -Sé que no es tan sencillo arreglar tantos años de errores –dijo Calem sin soltarlo- Pero lo lograremos, ya lo verás.

 

 

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            Cuando llegó a Grimauld Place esa misma noche, dejó su mochila en el sofá y se desplomó en el viendo fijamente un punto indefinido en la pared, se quedó así por un largo rato hasta que sintió su estómago protestar de hambre, entonces se dio cuenta de que solo había comido el sándwich de esa mañana; sentía hambre pero no tenía ganas de comer.

            Entonces tomó un cojín y se recostó en el sofá, subió las piernas y cerró los ojos, tenía una terrible jaqueca y solo deseaba dormir.

 

 

 

 

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