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Te traje flores por Girlyfairly

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6 de mayo.
06h03

Light deja caer la mano con pereza sobre el despertador digital, acto seguido suelta un bostezo y aprieta los ojos, negándose a abrirlos. Todas las mañanas son difíciles, sin embargo solo es necesario que sus neuronas terminen de conectar y recuerden la fecha para quitarse las cobijas de encima de un tirón. Palpa sobre la mesita de noche y toma su celular, abre la aplicación de mensajería y se dirige al único contacto anclado.

«Buenos días, mi amor. ¿Ya te diste cuenta de que fecha es hoy? Estamos justamente a una semana de nuestro tercer aniversario. Te amo como no tienes idea, Pandita.»

Enviado. 

El castaño abraza el celular contra su pecho, sonriendo. Sale de la cama con los ánimos por el cielo y se dirige a la ducha.

Al salir de la casa rumbo a la universidad toma su impermeable del perchero y una sombrilla, en esta época del año puede comenzar a llover en cualquier momento y es mejor estar preparado.

Se pregunta por qué Elle tuvo que pedirle ser su novio en un día lluvioso de mayo.



 Yo no me pienso mover de aquí. —Light se abrazó a sí mismo, ayudándose un poco con el saco del uniforme. Se había largado a llover de pronto y tuvieron que correr en busca de refugio debajo de un techo de una casa. 

 ¿Por qué no? —Cuestionó Elle, sacando la lengua y atrapando con ella algunas gotas que caían desde el tejado— Ni que te fueras a derretir por unas gotitas. 

 Tal vez no derretir pero podría enfermarme, ¿te parece poco? 

 Anda Light, no seas aburrido. —Abandonó el refugio girando, permitiendo que la copiosa lluvia lo empapara por completo. 

Él y Elle eran los mejores amigos desde la secundaria, usualmente apoyaba a ese ojeroso pelinegro en cualquier idea alocada, pero no en esto. 

 Ni lo sueñes, ya te lo dije. —Se cruzó de brazos, girando el rostro hacia el lado contrario. 

Elle se detuvo y sonrió, acto seguido corrió y se detuvo frente a él. 

 Oye, ahora tengo frío. 

 ¿Y que quieres que haga? —Frunció el ceño, sintiendo como su corazón se aceleraba al tenerlo cerca. 

 Pues abrázame. —Pidió haciendo un gesto inocente. 

Light trago saliva, lo cierto es que llevaba meses enamorado de Elle Lawliet, y algo le decía que el sentimiento era mutuo pero ninguno se atrevía a dar el primer paso. O al menos él nunca lo haría, le daba miedo estar malinterpretando las cosas y que sus sentimientos arruinaran la amistad tan bonita que tenían. 

 ¿Por qué debería abrazarte? Yo no te mandé a que te mejoras. —Responde al fin con un semblante molesto antes de desviar la mirada. 

 Pero eres mi mejor amigo... —Acortó más la distancia, ladeando la cabeza para buscar con sus enormes ojos los del otro. 

 ¿Y eso que? No por ser tu amigo voy a aceptar mojarme. 

 ¿Entonces qué tienes que ser para aceptar? —Lo tomó de las manos en un movimiento rápido y Light se quedó en blanco— ¿Qué? ¿Te comió la lengua el ratón? —Elle sonrió de lado, una sonrisa que siempre lo derretía— Quiero contarte un secreto pero para saberlo debes venir conmigo bajo la lluvia. 

 E-Eso es ch-chantaje. —Le fue imposible no tartamudear y se sintió tonto por ello. 

 Uhm, puede ser —Elle comenzó a retroceder sin soltarle las manos—, pero estoy seguro que te mueres por saber. 

La lluvia comenzó a mojarle los brazos hasta que las copiosas gotas le empaparon por completo el cabello castaño. 

 Me gustas, Light. —Soltó Elle de un tirón, haciéndolo palidecer— En serio, ¿te comió la lengua el ratón?

 ¿Po-Por qué me dices esto...? —Sus ojos estaban abiertos de par en par, olvidando la cuantiosa cantidad de agua que escurría por su rostro. 

 Porque alguno de los dos tenía que decirlo. —Se encogió de hombros al mismo tiempo que le rodeaba el cuello con los brazos— Estamos a nada de terminar el instituto, Light, y no me gustaría iniciar la universidad así. 

 ¿Así cómo? —Frunció el ceño, su corazón latiendo a mil. 

 Sin ser tu novio. —Dijo como si nada y viéndolo a los ojos un trece de mayo.

 


oOo

8 de mayo. 
14h38

«¿Adivina qué? ¡Misa se tiñó el cabello de rosa! ¿Y sabes lo más raro? ¡Que se le ve genial! Te extraño, Pandita.»

Enviado. 

oOo


11 de mayo.
19h52

«Mi última clase terminó más tarde y casi no llego a tiempo a la pastelería, ¡pero logré encargar tu pastel favorito para nuestro aniversario! ¡No sabes lo feliz que estoy! Ahora voy en el último autobús, casi lo pierdo pero parece que hoy la suerte está de mi lado. Te escribo una vez llegue a casa. Cada día te amo más, mi vida.»

Enviado. 

Apoya la cabeza en la ventana sonriendo mientras ve la pantalla. Está oscuro, llueve, hay pocos pasajeros y muchos duermen luego de un largo día. Light observa el mensaje que acaba de enviar una última vez y cuando está a punto de bloquear el celular, un detalle en el nombre del contacto lo deja sin aliento.

Pandita está en línea. 

Sus ojos se humedecen al instante y su corazón se acelera emocionado y confundido. Dicho estado dura apenas unos segundos antes de aparecer como desconectado de nuevo.

oOo


Mayo 13.
15h00

Light se cepilla el cabello frente al espejo de su habitación. Está lloviendo a cántaros y los luminosos relámpagos se cuelan por la ventana de vez en cuando. Cualquiera lo describiría como una tarde aciaga de mayo, sin embargo su rostro denota todo lo contrario.

«Ya estoy listo, mi amor. Tengo el pastel en el refri, una torta de vainilla relleno de crema con fresas y extra de azúcar, como te gusta. Pedí un taxi y supongo que no debe tardar. Ya quiero verte, me urge hablar contigo. Te amo, mi Lawly.»

Enviado. 

—Mamá, ¿cómo me veo? —Aparece en la cocina, donde su progenitora prepara una taza de chocolate caliente.

La aludida voltea, encontrándose a su hijo con los brazos extendidos hacia los costados para mostrar su atuendo: una camisa de botones pulcramente planchada color borgoña, pantalón negro y zapatos del mismo color.

—Mi niño, ¿vas a ir aún con esta lluvia? —Pregunta preocupada y casi rogándole con los ojos que no asista.

—No puedo faltar, mamá, Elle me está esperando. Además no me voy a derretir con unas gotitas.

Ella suspira y luego asiente despacio.

—Está bien, déjame arreglarte el cuello de la camisa —se acerca y sus dedos fríos manipulan la tela, rozándole un poco la piel—. Lleva una sombrilla y no vuelvas tan tarde, por favor. Tu padre y yo te estaremos esperando para cenar.

Light sonríe y le promete que así será, acto seguido toma el ramo de rosas blancas que dejó sobre la mesa y el pastel que está en el refrigerador. Sachiko lo acompaña hasta la puerta, donde le entrega una sombrilla negra y se despide con un beso en la mejilla.

Abre el paraguas en el pórtico y al salir las gotas chocan estrepitosamente contra él de inmediato, el taxi espera parqueado frente a su casa y debe correr para no mojarse si quiere llegar lo más presentable posible.

El taxista ya sabe el ritual así que sin que se lo pida prende la radio y sincronizándola con su teléfono, reproduce "La vie en rose". La mirada del conductor se encuentra con esos ojos miel a través del espejo retrovisor, esos ojos llenos de tristeza que en silencio le agradecen.

Quand il me prend dans ses bras 
(Cuando él me toma entre sus brazos)
Qu'il me parle tout bas 
(Que él me habla en voz baja)
Je vois la vie en rose 
(Veo la vida en rosa)
Il me dit des mots d'amour 
(Él me dice palabras de amor)
Des mots de tous les jours 
(Palabras de todos los días)
Et ça me fait quelque chose 
(Y eso me hace sentir algo)

El castaño apoya la cabeza contra la ventana, la ciudad desfigurandose en el húmedo cristal, por el cual se deslizan gotas que empiezan grandes y mueren al llegar al final.

C'est toi pour moi 
(Tú eres para mí)
Moi pour toi 
(Yo soy para ti)
Dans la vie 
(En la vida)
Tu me l'a dit, m'a juré 
(Tú me lo dijiste, me lo juraste)
Pour la vie 
(Por la vida)

Llegan al último semáforo antes de su destino y al igual que las gotas, una gruesa y fría lágrima escapa desde su ojo, baja despacio por su mejilla y se extingue al llegar a su mentón.

Des nuits d'amour à plus finir 
(Noches de amor que no llegan a su final)
Un grand bonheur qui prend sa place 
(Una gran felicidad que se asienta)
Des ennuis des chagrins s'effacent 
(Los problemas y las penas se borran)
Heureux, heureux à mourir 
(Feliz, feliz a morir)

—Llegamos. —El taxista aparca a un lado de la calle y se gira sobre el asiento para recibir el pago por el viaje.

Light se las ingenia para sostener con un brazo el ramo y el pastel mientras con la otra mano sujeta el puño del paraguas para protegerse un poco de la tormenta.

El enorme portón del lugar está abierto de par en par pese al terrible clima. Camina por los senderos, la voz de Edith Piaf aún reproduciéndose en su cabeza mientras presta atención a los alrededores, es difícil ubicarse con esa lluvia. Continúa avanzando hasta que encuentra el lugar donde Elle lo espera.

—Hola... mi amor. —Susurra con la vista hacia abajo, enfocado en la lápida oscura y mojada incrustada en el césped—Te traje flores y tu pastel favorito. ¿Esperaste por este día tanto como yo?

Desde hace tres años es lo mismo, una semana antes del trece de mayo comienza a enviarle mensajes al número que sigue agendado en su celular, encarga un pastel y compra el ramo de rosas blancas más bonito que encuentre.

—Tengo tantas ganas de hablar contigo, aquí no es lo mismo sin ti —no puede sostenerse más tiempo en pie y cae de rodillas, sus glúteos sobre sus pantorrillas y sin importarle ensuciar su pantalón—. Ya estoy en mi segundo año de universidad y se suponía que lo haríamos juntos... —Coloca el ramo sobre la lápida, procurando cubrirlo con el paraguas para que no se estropee.

Durante los pocos meses de noviazgo siempre hablaron de lo que harían en su primer año de aniversario. Light sugería reservar en algún restaurante bonito y Elle decía conformarse comprando un pastel para los dos, el castaño rechazó un sinfín de veces esa idea, más que nada porque él no es un ávido amante de lo dulce, sin saber que nunca iban a concretar la propuesta ni de uno ni del otro. En noviembre de hace tres años un conductor sacó de la vía el auto donde Elle y su abuelo viajaban, muriendo ambos en el acto.

—Tu número fue asignado a alguien desde hace mucho —rodea el bastón de la sombrilla con el brazo para intentar abrir la caja del pequeño pastel—. Es una chica, o lo era, no sé —toma la cucharita que venía al fondo de la bolsa mientras le sigue hablando a una roca fría—. Le pedí que me bloqueara para no molestarla con mis mensajes... no sé si me desbloqueó o si el número fue dado a alguien más, pero hace unos días me apareciste en línea... —las lágrimas salen, no es un copioso llanto, sino más bien un desahogo silencioso— Duró muy poco, esa noche no pude dormir. No te voy a mentir, lloré de nuevo porque verte en línea me hizo demasiado feliz, mi lógica se adormeció pero cuando la razón me recordó que era imposible, fue como regresar a aquella tarde que te estaba preparando galletitas "saludables" —ríe lleno de nostalgia mientras hace las comillas en el aire— ¿recuerdas? Quería inventar un postre que fuera de tu agrado sin que fuera excesivamente dulce. Esperaba tu llamada cuando mamá entró a la cocina con el rostro pálido... verte en línea y recordar que es imposible fue como revivir el dolor de la tarde en la que moriste...

Su mano tiembla al hundir la cuchara en el pastel y tomar un buen pedazo, llevándolo a su boca.

—No puedo creer que te gustara esto con tanta azúcar —ríe a pesar que sus mejillas están húmedas. Hace un esfuerzo sobrehumano para tragar, es demasiado dulce para su gusto, sin embargo nunca se va del lugar sin terminarlo— ¿Sabes? Debimos haber reservado ese restaurante o comprado un pastel para los dos sin esperar una fecha en específico. —Estira un brazo, rozando con sus falanges el nombre tallado en la lápida.

Light continúa comiendo mientras le habla a ese pedazo de mármol; por ratos ríe, por ratos llora y las horas pasan.

—Le prometí a mis padres que cenaría con ellos —se pone de pie despacio sin soltar el paraguas, la caja del pastel ahora yace vacía—. Me gustaría quedarme más tiempo pero ya sabes que ellos se preocuparían —Light suspira, sin apartar la mirada del nombre de su novio—. Antes de irme te quiero pedir perdón, de nuevo no vine para el aniversario de tu muerte, seguía sin sentirme listo. Te juro que lo intento pero algo me dice que de hacerlo estaré cerrando nuestro capítulo —nuevas lágrimas se hacen presentes mientras el nudo en su garganta se vuelve más asfixiante—. Elle, no solo fuiste mi novio, fuiste mi mejor amigo por años, ¿cómo se supone que voy a superarte? ¿Cómo se supone que voy a seguir sin ti...? Lo-Lo siento, lo siento —se limpia el rostro y respira, intentando recobrar la compostura— Dije que debía irme y no quiero que nos despidamos así —finge una sonrisa como si realmente Elle lo estuviera viendo—. Al igual que cada año, te prometo que voy a intentar venir en noviembre. Todos dicen que me hará bien y estoy seguro que tú también quieres que esté bien. —Se queda en silencio unos segundos antes de cerrar el paraguas, la tormenta ha disminuido pero no ha cesado, así que las gotas poco a poco comienzan a empaparlo al igual que al ramo de rosas que estuvo protegiendo. Levanta el rostro despacio en dirección al cielo, a pesar de no querer una despedida triste, las últimas lágrimas se mezclan con las gotas de lluvia—. Te amo, Elle Lawliet. Feliz aniversario, mi amor.

Comienza a caminar, dejando atrás la única lápida sobre la cual yace un ramo de rosas blancas. No vuelve a abrir el paraguas, las tormentas pueden causarle tristeza a muchos pero para él es como si fuera Elle acompañándolo de regreso a casa mientras lo llena de besos en forma de gotas y cada trueno es él gritándole un «También te amo y te amaré por siempre».


Notas de autor:

Sé que no es la mejor idea del mundo ni la más elaborada pero hoy amaneció lloviendo en mi país, me acuerdo que antes por mayo empezaba la época lluviosa, con los cambios climáticos ya ni sé pero el punto es que hoy estuvo lloviendo gran parte de la mañana. También vi una imagen en Facebook y pues se me ocurrió esto. 

Saben, en 2020 murió un abuelo mío, en plena pandemia, a seguridad no sabemos si fue esta enfermedad o qué porque para entonces la gente andaba muy paniqueada y prueba no le hicieron. Sin embargo, meses después de su muerte recuerdo que un día me salió el globo de notificación arriba mientras usaba el celular y decía "abuelito acaba de unirse a telegram". Es una sensación tan extraña, es como alegría, confusión y de último tristeza porque sabes que ese número ya fue asignado a alguien más, y sé que no soy la única que ha atravesado algo similar :c

Bueno, la verdad que yo escribiendo algo dramático no es novedad. Solo le di una media leída y creo que no tiene muchos errores. Lo que pasa es que si no lo publico hoy es probable que luego lo piense mejor y decida no publicarlo nunca xD, así que mejor que salga, publiquemos lo que se me ocurrió y escribí hoy 6 de mayo. 

Les ha escrito Girly y les desea buenas noches 3

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Hola soy yo de nuevo, jajaja para cuando terminé de editar y arreglar todo aquí en la plataforma, ya era 7 de mayo xD así que buenos días 3


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