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Una caja de rosas gemelas (Traducción finalizada) por yuniwalker

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No supo cómo había vuelto a la iglesia. Sin embargo, cuando se despertó, Viola descubrió que ya había llegado. Y que estaba con Roofs y con Safils además.

Viola tomó asiento en un banco donde se sentaban los aldeanos todas las mañanas. La luz, que cubría los vitrales, era realmente deslumbrante el día de hoy. Hermosa incluso...

"¿Estás bien, cariño?"

Safils se sentó junto a Viola para poder acariciarle la espalda.

"... ¿Regular?"

Respondió. Sin embargo, su corazón aún latía con la misma fuerza del inicio. El cambio repentino de los aldeanos lo había dejado con el corazón más que roto.

"Perdón." Safils inclinó la cabeza, en silencio. "Simplemente lo dejé pasar porque lo vi como una gran oportunidad para hacerte entender la situación. Sin embargo, tu encanto fue más fuerte de lo esperado así que te hice sufrir. Es todo, todo mi culpa."

Pero aunque inclinó la cabeza, Viola no pudo preguntar nada más ¿Encanto? ¿Oportunidad? Tenía muchas preguntas, pero no salió ni una sola palabra. Su mente aún estaba un tanto revuelta y no podía organizarla bien.

"Incluso si dices algo así, no va a entenderlo".

Roofs se sentó en el altar y sacudió la cabeza de un lado para otro.

"Los hombres del pueblo ahora están siendo seducidos por ti".

"¿Por mí?"

Sin darse cuenta, Viola preguntó en una voz particularmente alta. Lo suficiente como para que resonara en la iglesia.

"Sí."

Fue Safils quien asintió ahora.

"Debido a que te has convertido en nuestro recipiente, tu cuerpo ahora tiene una energía que seduce a los hombres. Es lo que los demonios utilizamos para sobrevivir. Aunque lamentablemente, los aldeanos tampoco pueden soportarlo".

"¿Es culpa mía?"

Los aldeanos se volvieron así por su culpa...

Viola se agarró el pecho. Quería que negaran y que dijeran que no lo era.

"Pero gracias a ti, ¡Gracias a eso también podemos movernos durante el día! Antes era imposible."

Sin embargo, Roofs lo admitió de inmediato, con un ligero énfasis en la palabra DÍA.

"Hasta ahora, tenía que ser de noche si queríamos ir a donde queríamos. Los yumma nos movemos solo en la oscuridad."

Añadió Safils. Viola entonces recordó la última vez que aparecieron ante sus ojos. Además, ahora que lo pensaba, realmente fue durante la noche.

"¿Qué está pasando entonces?"

Hasta que los conoció a los dos, Viola había pensado que era solo un ser humano común. Nunca tuvo dudas de eso realmente. No obstante, ahora incluso eso estaba siendo sacudido hasta la raíz como si quisieran despegarlo de la única cosa que sentía segura. Habían dicho: "Tú eres el recipiente que necesitamos". ¿Pero a qué se referían exactamente con eso? ¿Sería como convertirse en un juguete con el que podían estar cuando se aburrieran?

Viola agarró su mano temblorosa con la otra y las colocó sobre su regazo. Después de todo, si no lo hubiese hecho así, entonces definitivamente hubiese llegado a pensar que iba a colapsar en cualquier momento.

"Quiero que me lo expliquen mejor."

Safils, que estaba envolviendo la espalda de Viola entre sus manos, de pronto pareció poner una cara triste.

"Un cuenco es algo precioso para nosotros, los de bajo rango. Significa... Que eres muy, muy especial. Que te necesitamos. Que nos controlas."

Roofs asintió, frunciendo el ceño, pero Viola solo los miró alternativamente. 

Dijeron que un cuenco era especial. Pero todavía no lo creía. Primero que nada porque los dos carecían de la habilidad para explicarse adecuadamente. No parecieron entender que Viola tenía valores diferentes, vida diferente, costumbres, movimientos extraños, y que no podía entenderlos a menos que se comunicaran bien con él y dijeran más que solo eso. Si era tan especial, si lo necesitaban tanto, entonces deberían explicarlo diferente. Él sabía que había emociones que no se podían entender sin palabras.

"Es que... Yo necesito más que eso."

Dijo Viola en voz baja, mirando todavía hacía el suelo. 

Entonces, tanto Roofs como Safils se pusieron rígidos y abrieron los ojos un poco más que la primera vez.

"Es verdad."

Los dos hablaron como en un coro. Luego Roofs extendió el brazo, agarró la mano de Viola con la suya y abrió la boca para decir:

"Estoy enamorado de ti, Viola."

Y le ofreció a Viola una mirada bastante cálida.

"Te he amado desde la primera vez que te vi, cariño. Sé que eres el hombre a quien he estado buscando todo este tiempo y sé que no puedo estar satisfecho con nadie más que contigo. No puedo ver a nadie más que a ti."

"Yo también te amo."

Safils tomó su mano y besó su dorso:

"Y si nos amaras también, tú, nuestro perfecto, limpió e inocente humano, entonces estoy seguro de que podremos volver a nuestra forma original hoy mismo."

"Nuestro niño hermoso... Por favor, ámanos tan fuerte como lo hacemos nosotros."

"No soy hermoso."

Viola negó con la cabeza. 

En este pueblo, pequeño y religioso, Viola sintió que nunca había encajado del todo. Este cabello negro y ojos negros, eran evidencia completa de lo raro que era. De lo poco "hermoso" que parecía. Y aún así, los aldeanos trataron a Viola con tanta calidez que por un momento pensó que estaba caminando en la dirección correcta.

Pero ahora, ¿Qué tenía de todo esto después de lo que pasó?

Roofs abrazó a Viola contra su pecho, quien pareció tan triste como para tan siquiera intentar levantar la cabeza.

"Yo solo..."

Viola estaba desesperado ¿Qué deseaba exactamente? Había un montón de emociones indescriptibles que se arremolinaban en su corazón de una manera que definitivamente no podía explicar.

"Lamentamos llenarte con una carga como esta. Pero nadie puede salvarnos. Nadie más que tú puede comprendernos."

Esas palabras levantaron un poco el sombrío corazón de Viola.

"¿En serio puedo hacer eso?"

"Sí, solo tú". Roofs acarició su cabello y luego incluso besó su frente. "Te amamos mucho, y lo haremos más de ahora en adelante así que... Supongo que vas a tener que acostumbrarte a eso."

Safils abrazó a Viola por detrás y, como su hermano, presionó sus labios en su piel un montón de veces. Solo que fue contra su nuca.

"Llegar a ser amado es algo que…"

"Ya lo eres, amor. Infinitamente amado"

"Solo por nosotros..."

Safils tomó la mano de Viola de nuevo. Por otro lado, Roofs pareció no poder dejar en paz su cabello hasta que el joven sacerdote incluso tembló. Realmente quería esto. En el pasado, solo tenía una vista trasera de un montón de niños siendo felices mientras tomaban la mano de sus padres. Lo que ellos tenían y lo que él no, era la existencia de alguien que los quisiera tal y como eran. Entonces Viola pareció haber encontrado la respuesta de toda su vida: Esperaba que alguien lo amara. No como un recipiente, o como un pobre huérfano, sino como una persona llamada Viola.

Sin embargo, antes de que pudiera dar una respuesta a esto, su cabeza comenzó a dar vueltas y vueltas y de alguna manera, el cuerpo le empezó a doler tanto que no encontró la manera adecuada de seguir.

"Ven... Todo está bien. Ven aquí."

Guiado por ese susurro tan suave, Viola se dejó llevar por las manos del demonio.

Roofs, a centímetros de su cuerpo, le acarició los hombros y recorrió lentamente la parte baja de su espalda, pero no puso ni la más pequeña resistencia a esto como lo hubiese hecho en otras ocasiones. Después de todo, hacerlo era obviamente el camino que se le presentaba y el que debía tomar. Sin embargo, al ver la cabeza de Roofs, agachándose para acariciar también sus costillas, los ojos de Viola se abrieron como platos: ¡Le habían brotado dos cuernos del mismo color que su cabello justo allí!

"¡...!"

También revisó a Safils detrás de él.  ¡Tenía lo mismo en la cabeza!

"¿Qué es eso?"

"Son nuestros cuernos."

Safils entrecerró los ojos.

"Tú también lo tienes. Aunque todavía son pequeños".

"¿¡Yo también!?"

Viola extendió la mano y alcanzó su cabeza. Una cosa dura, que sobresalía de entre su cabello, le llegó a la punta de los dedos. No sabía cuando había brotado o por qué.

"Pero que... No puede ser."

Era dos cuernos, en la izquierda y en la derecha. Ah, después de todo era verdad. Ya no pareció ser un humano. Sin embargo, había un sentimiento de resignación que era más fuerte que la desesperación de hace un momento ¿Fue eso también gracias a los cuernos?

"¿Ves? Nunca mentí. Eres nuestro ahora."

Viola hizo una mueca cuando Safils tocó sus cuernos.

"¿Eso significa que un recipiente se convierte en un yumma con el tiempo?"

¡Incluso el recipiente se convirtió en un demonio en lugar de seguir siendo un humano! Entonces los labios de Roofs tocaron las esquinas de sus ojos como si estuviera intentando que no se pusiera a llorar. Lamió las lágrimas que había derramado y le dijo que no era algo malo.

"No pongas esa cara. Estamos aquí contigo."

Roofs apretó los labios contra los suyos y al final, incluso su lengua asomó por el espacio entre su carne entreabierta.

"Ah..."

Luego, Safils puso su rostro frente al suyo también. Cubrieron sus labios de una forma ordenada, se tocaron, se acariciaron, y con sus lenguas y sus músculos comenzaron a vertir su saliva dentro de su boca. Finalmente le levantaron la ropa hasta que el pecho le quedó expuesto:

"No, espera..."

Safils pellizcó sus senos con los dedos.

Roofs se metió su pezón en la boca y lo mamó. 

Mientras tanto, Viola pareció dedicarse únicamente a torcer todo su cuerpo de manera extraña cuando sintió esa forma tan fuerte en que el calor en el interior de su cintura le bajaba, no solo a la pelvis, sino hasta llegar incluso a su entrepierna.

"A Viola le gusta que toquen esta parte ¿Cierto?"

Safils susurró eso mientras colocaba la lengua en su canal auditivo. Y no hubo tiempo para asentir o para negarse básicamente porque Roofs le bajó la ropa interior hasta sacarle el pene.

"Ya está tan mojado".

"Ah..."

Cuando el demonio se inclinó y sus labios tocaron la punta de su verga, Viola sintió entonces una punzada tan dolorosa que le hizo gritar. Luego fue tomado de los hombros y acomodado de tal forma que las uñas de Safils se le clavaron en la carne del pezón.

"Ay, eso me duele…"

"Pero también te encanta."

Safils decidió morderlo en la nuca hasta ocasionar que se pusiera a temblar justo como lo haría una ramita bajo el viento. Incluso su espalda se puso completamente rígida y había decidido soltar una maldición que pareció más bien, una frase que alguien diría al estar muy excitado.

"¿Lo ves? Te pone duro cuando algo duele."

Roofs sonrió, y luego decidió palmerlo en el trasero con toda su fuerza.

"Tanto que de verdad parece que no puedes resistirlo."

"Vamos a pasarla bien entonces, bebé."

Dijo, metiendo los dedos dentro de él hasta hacer que Viola inclinara su cuerpo completamente hacia atrás como para sentir más de su toque. Fue tanto así, que incluso Safils lo sostuvo al ver que casi había logrado resbalar.

"Ah, ah..."

Sus dedos entraban y salían de su culo.

"Te tengo, tranquilo."

Roofs dijo esto, extendiendo los dedos dentro de su ano mientras que su hermano intentaba un movimiento un tanto descarado a sus mucosas. Sin embargo, aunque parecieron dedicados a lograr sensaciones diferentes, la forma en que movían las manos era enteramente igual.

"Mi amor... Eres tan perfecto."

Los dedos de los dos se movieron dentro y fuera a la vez.

Roofs y Safils, bastante entretenido en sus propias circunstancias y sin detenerse a pensar en lo que quería Viola, simplemente agregaron movimiento en silencio y se empujaron para adelante tanto como les era posible. Sus cuerpos estaban calientes y sus carnes y respiraciones no dejaban de combinarse. En realidad, podía decirse que fue un acto que no lograba resumirse de manera adecuada ni mucho menos medirse en términos de moralidad. Y pensó, que podía ser que por eso estuviera tan emocionado.

Viola jadeó y se embriagó con el placer de los dos. Su ano ya había perdido la compostura y ahora estaba casi completamente pegado alrededor de los dedos que le habían metido. Además, no era una exageración decir que se sintió bien en todas partes. Tanto y tan profundamente que fue evidente cuando la sangre de todo su cuerpo se concentró en la parte inferior hasta hacer que le doliera la verga.

"¿Ya estás listo?"

Roofs sacó su dedo de un jalón. El rostro de Viola se puso rojo como una manzana al darse cuenta de como su agujero se quejaba igual a si todavía quisiera tenerlo adentro de él. Luego, los dos le desataron la cuerda de la cintura y le quitaron la ropa que faltaba. Roofs también fue el encargado de hacer a un lado sus boxers.

"Ven aquí, amor."

Roofs, quien se sentó en el banco que estaba a sus espaldas, estiró su mano y le pidió que la tomara. Sin embargo, el hecho de que este lugar fuera una iglesia no pareció hacerlo sentir enojado o con ganas de detenerse. Por el contrario, quería hacer algo para que su cuerpo dejara de sentirse caliente y deseaba que fuera rápido.

Viola entonces se acomodó sobre el cuerpo del diablo

"Ponlo adentro por tu cuenta, amor"

Como se le ordenó, llevó las manos a la parte de atrás de su cuerpo. Estaba avergonzado de esta posición, en la que tenía que abrir las piernas para revelar todo y, donde por si fuera poco, al arrastrarse para buscar su propia satisfacción también ocasionaba que su garganta se quejara como lo haría un animalito con hambre.

Al final solo cerró los ojos y bajó la espalda, sintiendo como alguien (no podía estar seguro de quién) aplicaba un fluido bastante viscoso desde la punta, hasta la superficie de su ano con un par de dedos bastante delgados. Es más, estaba tan emborrachado con la situación que ni siquiera se había casi cuenta de que era su propio semen.

"Dios mío..."

Relajó su cuerpo y aceptó el calor. 

Al ver que no había necesidad de aflojar tanto los músculos de su culo y notar que este cuerpo parecía mojarse a su antojo para recibir a los dos, los demonios se rieron igual a si ese fuera justo el estímulo que necesitaban para poder avanzar.

"Te estás aferrando tanto..."

Los dedos de Safils pellizcaron sus senos desde atrás. Y en el momento en que sus manos hicieron girar ambos pezones al mismo tiempo, el movimiento que estaba haciendo Roofs en su culo también se sincronizó.

"¿Cómo se siente?"

"Um..."

Mientras asentía suavemente con la cabeza, Roofs sonrió. Satisfecho con el trabajo que estaba haciendo. Segundos después, la mano que acariciaba su pecho cayó y, cuando le dieron la vuelta como para acomodarlo nuevamente, entonces Viola notó que Safils se estaba desnudando por primera vez en mucho tiempo. 

"Ah..."

Los movimientos de Roofs también se detuvieron, aparentemente porque estaba buscando una posición en la que pudiera verlo a la cara.

"..."

Sin embargo, los ojos de Viola siguieron el movimiento de algo que parecía... Un insecto peludo revoloteando de aquí para allá. Un objeto en forma de pétalo partido en dos.

¿De dónde vino eso?

Siguió esa cosa negra con la mirada y luego, finalmente llegó hasta un sitio arriba de las nalgas de Roofs.

"Eso..."

Roofs tenía una cola que medía el largo de su pierna. Y era tan extraño que no pudo evitar alargar la mano para intentar sujetarlo también.

"Um."

Pero en el momento en que lo tocó, solamente por simple curiosidad, el cuerpo de Roofs saltó hasta casi llegar al techo.

"Espera, no me toques así. ¡Ah!"

Al verlo agachado y retorciéndose, casi demasiado excitado, Viola quitó la mano de un jalón y la puso tras su espalda.

"¡Lo siento!"

No obstante, incluso el acto de disculparse con él fue un estímulo tan fuerte para Roofs que pareció evidente que se había puesto duro.

"Es una cola".

Safils palmeó la columna de Viola como si la estuviera revisando. Luego le susurró:

"Gracias a ti, fuimos despertados. Tenemos nuestra forma original."

"¿De verdad?"

Miró fijamente a Roofs cómo para estar seguro de eso. En realidad, había llegado a pensar que solo se destacaban los cuernos cuando allí había una colita que se estaba moviendo como si intentara hacer que lo notara.

"Entonces... ¿Eso significa que también tienes una?"

"Sí. Así es."

Ciertamente tuvo que extender la mano para poder comprobar que la misma cosita peluda había brotado en Safils también. Por supuesto, al ver como su cola se movía lentamente de un lado para otro, Viola pareció no tener más remedio que sonreír de emoción.

"Es algo muy lindo..."

Cuando extendió suavemente su mano, Safils tembló por un momento y luego suspiró. Le encantaba poner a los demonios tan excitados.

"Ha sido un tiempo. No estamos acostumbrados."

Entonces Viola besó el final de la suave curva de su cola. El calor era tan encantador que realmente comenzó a gustarle.

"Se siente bien tocarlo..."

Safils sonrió y acarició suavemente el cabello de Viola.

"Entonces ¿Nos aceptas?"

Él se dio cuenta de lo que los dos querían.

Viola se arrodilló sin decir una palabra. A partir de ahora, se iba a convertir en un recipiente para estas dos personas y los iba a ayudar a ser demonios completos. Después de ajustar la posición de sus rodillas, levantó la cintura y colocó la parte superior de su cuerpo cerca de la de Roofs. Tocar su piel, con la suya empapada de sudor, comenzó a sentirse increíblemente delicioso.

"Um..."

Roofs abrazó el cuerpo de Viola y lo besó, respondiendo a la intensidad sacando la lengua como para comenzar a chuparlo. Por supuesto, Viola todavía no sabía cómo comportarse durante el sexo, pero se enredaba y lo chupaba para imitarlo.

"..."

La lengua puntiaguda del demonio pareció estar complacida por esto. Viola sintió una sensación de éxtasis impresionante cuando los movimientos que imitaba comenzaron a parecer tan bien recibidos por él. Es decir, tanto la alegría de entrar en su boca como la tristeza de extrañar ese calor, parecieron ingredientes clave para ese momento.

"Safils, tú también... Ven."

Viola sacudió la cintura en su dirección sin importar que todavía estuviera besando al hermano. Extendió la mano, y dirigió sus dedos a la parte en donde tenían que conectarse.

"¿Me estás mostrando lo apretado que estás? Que bonito niño..."

El dedo de Safils tocó el borde. Viola gimió ante la solicitud de ensancharlo a pesar de que ya lo estaba lo suficiente.

"..."

Fue doloroso. Aun así, no podía quitarle los dedos de encima o tan siquiera moverse para el otro lado. Como si tratara de aflojar los bordes, le apretó los pliegues una y otra vez y otra vez hasta que se sintió honestamente mareado.

"Le haces cosquillas, date prisa".

Roofs habló en un tono rápido. Después de todo, no podía penetrarlo bien si se retorcía y temblaba de esa manera.

"Ya veo. No te preocupes, será muy rápido."

Empujado por el dedo de Safils, Viola se mordió los labios al sentir algo muchísimo más grande comenzar a entrar.

"Ah..."

El lugar que había aceptado primero la verga de Roofs ya había llegado a su límite. Aún así, Safils tomó impulso y se abrió paso a través del agujero hasta que, de alguna manera, también logró empalmarse.

"Vamos a tomar todo tu poder, mi amor."

"Así que prepárate."

Lo sujetaron firmemente por la cintura para evitar que se moviera.

A medida que la estrecha brecha se ensanchaba más, los ojos de Viola se agrandaban de una forma bastante "divertida". Tanto, que incluso no fue extraño para ninguno de los dos cuando se estremeció de dolor y gritó como si su cuerpo estuviera siendo partido a la mitad.

"¡Ah!"

Con un sonido bastante punzante, su verga entró todavía un poquito más adentro. Lo suficientemente lento para entender la forma, pero tan rudo como para sentir la manera en que apretaba la de Roofs.

Las anchas membranas mucosas de Viola tomaron la figura de los demonios así que pensó ¿Esto era a lo que se referían con ser un recipiente? La conmoción fue mayor que el dolor. Sus dedos de manos y pies estaban todos arrugados y, como si se negara a darle un descanso, Safils finalmente lo empujó hasta que chocó con pared. Por eso mismo, Viola no podía cerrar los ojos o la boca correctamente y simplemente se rindió a las sensaciones que le daban. Ni siquiera podía mover un dedo por su propia voluntad.

"Ah, ah, ah..."

El pelo púbico de Safils tocó sus nalgas. Fue así de profundo. Incluso Viola acarició su bajo vientre sin darse cuenta de eso y pensó en lo extraño, pero maravilloso, que era tener a dos personas justo aquí.

"Nos tienes hasta el fondo."

Roofs abrazó el cuerpo de Viola, que estaba completamente lleno de éxtasis.

"¿Cómo es que estabas pensando en vivir como un ser humano normal cuando tienes un cuerpo tan lascivo?

Mientras hacía un sonido tan duro, Roofs terminó por besar suavemente la sien de Viola.

"Me pregunto lo mismo."

Safils soltó una risita y se apartó ligeramente de él solo para poder tomar impulso. En ese momento, un golpe, como si hubiera sido atravesado por un rayo, le pegó de lleno al cuerpo de Viola.

"¡...!"

Sin embargo, aunque aceptó los genitales de las dos personas en su culo, no sintió ningún dolor ni molestia. Era puro, puro placer.

"Tus entrañas están chupando tanto".

Safils sacudió la espalda. Al mismo tiempo, Roofs pareció girar su cintura en la dirección opuesta.

"¡Ah!"

Viola dejó escapar un grito. Se sintió como si estuviera a punto de ser quemado por el calor de un placer impresionante que se retorcía dentro de su cuerpo. Igual a si hubiese llegado a su punto máximo incluso aunque todavía no lograba eyacular.
En vez de eso, su cabeza estaba increíblemente mareada. Era cierto, sería irrazonable vivir como un sacerdote, o incluso como un ser humano habiendo experimentado este tipo de dicha para luego pedir por más.

"Impresionante. ¿Todavía no está fluyendo?"

"No, no lo toques".

"¿Qué no te toque? No mientas cuando te ves así."

"No... Yo no quiero que..."

En el momento en que negó, Viola se dio cuenta. No se convirtió en demonio, sino que volvió a su verdadera forma. Esta era su apariencia completa. Y tan pronto como lo notó, fue como si su cuerpo se sintiera caliente desde todas partes.

"Ahora muéstrame el agujero que quieres que toque."

La cola de Roofs estaba enredada entre los dedos de Viola. Le hizo cosquillas en la pierna, subió, le acarició la punta y le hizo pensar que entraría por el agujero que ya tenía bien abierto. Viola torció su cuerpo ante lo doloroso que le resultó.

"Umm..."

Al final, como lo esperaba, la punta de su cola rozó su agujero. Viola abrió la boca sin comprender exactamente qué hacer o cómo moverse mientras entraba y salía con un chasquido que sonó hasta en el techo de la iglesia.

"¡Ay!"

Después, la cola de Safils entró en la boca que estaba llena de saliva. Se frotó juguetonamente en el interior de su mejilla y subió y bajó como para repasarle los dientes. Viola, que detuvo su movimiento dándole un mordisco, lamió y chupó con cuidado la cola del Safils para intentar hacerle sentir el mismo placer que él le estaba dando. Sin embargo, cuando ocupó su lengua desde la punta y lo barrió suavemente, la mano de Safils, que todavía estaba sosteniendo su cintura, se volvió más fuerte contra su piel.

"¡Ah!"

La cola salió de su boca y acarició su mejilla por fuera. Y en medio de su visión borrosa, los ojos de Roofs se encontraron con los suyos.

"¿Te gusta aquí, cariño?"

Cuando perforó una vez más la parte sensible de su verga, sus ojos se pusieron blancos. Fue como si su cuerpo y cada parte de su mente se le paralizaran de la emoción.

"Ah, allí, un poco más..."

El instinto hizo que Viola se atreviera a ser un poco más insolente. Movió su cintura por su cuenta, pidiéndoles a los dos que pincharan ese lugar donde se sentía delicioso y después, fue como si no tuviera más remedio que temblar mientras lo apretaban como si estuvieran amasando un pan.

"Ah, por favor... Por favor..."

Cuando el grueso y duro bulto de calor aplastó su membrana mucosa, el placer se extendió por todos los rincones de su cuerpo hasta volverlo gelatina.

Viola estaba completamente convencido de que el placer que estaba sintiendo se transmitiría a los dos a través de su piel por lo que, deseando que también se sintieran bien, se entregó libremente a lo que le estaban haciendo. El sudor brotó de su cuerpo y pronto, tal vez dos segundos más tarde, comenzó a sentirse tan caliente como para explotar en llamas. Pero no fue solo Viola. Tanto Roofs como Safils estaban sudando e incluso el tacto de su piel y hasta su aliento se transformaron en algo que revelaba puro placer. Tanto, que Viola se aferró a él para fijar la posición de su cuerpo sudoroso contra el suyo.

La luz, que salía de las vidrieras que estaban sobre su espalda, creaban patrones rojos y azules en el suelo que eran bastante impresionantes de ver. Viola sonrió, mirando la parte donde los dos colores se mezclaban y se veían púrpuras. Era igual al destello que tenían sus colas.

Roofs y Safils se mezclaban para formar a Viola. Eran como el rojo y azul que creaban el púrpura. Cómo si estuvieran destinados a ser así desde el inicio.

"Salió todo."

"Yo también voy a hacerlo..."

Cuando el ano de Viola comenzó a estrecharse, los dos genitales que estaban dentro de él, se tensaron con fuerza. Y a medida que el semen derramado en su carne comenzaba a hacer hervir el interior de su cuerpo, el joven se calentó tanto y tanto que pareció no poder respirar bien.

"Eres perfecto. Completamente perfecto."

Su mucosa, cubierta de semen, estaba completamente mojada.

"Ah, realmente me gustó mucho..."

Viola murmuró esto con un éxtasis increíble ante la dulzura que impregnaba su cuerpo. ¡Incluso se dio el lujo de acariciar su vientre! Después de todo, el semen que pulsaba dentro de él era de ellos y le hacía sentir igual a si se pertenecieran completamente. Hasta un punto que jamás hubiera llegado a pensar.

Sin embargo…

"Todavía no es suficiente…"

Su cuerpo anhelaba más. Todavía estaba gritando que no podía estar satisfecho con esto.

"Quiero más..."

Viola les sonrió a los dos. Quería llenar su cuerpo con estas dos personas. Desbordarse tanto que no tendrían más remedio que convertirse en uno en cada sentido de la palabra.

"Quiero comer más."

Colocó su mano en la parte inferior del abdomen de Roofs, y el otro brazo en los hombros de Safils, quien estaba envolviendo su cintura por detrás. Y mientras sacudía el cuerpo, su interior se contrajo igual a si tratara de apretarles las vergas para no dejarlos salir nunca más.

"Eres genial, amor".

"Perfecto."

En el momento en que Safils besó su cabeza, su fuerza finalmente se agotó.

"Ah, ¡Ah!"

Entonces descubrió que hasta sus cuernos eran zona erógena. Viola luchó contra la misma emoción que cuando tocaron sus genitales. La sangre burbujeaba y todo se sintió... Justo donde debía estar. Cómo si algo latiera alrededor de la cintura. No podía explicarlo. Quizá era señal de que su propia cola estaba creciendo.

A pesar de que era amado por dos hombres, todavía quería convertirse en un demonio perfecto y deseaba ser un ser que pudiera abrazarlos y besarlos a cada momento. No ser un simple recipiente, sino estar juntos.

"De nuevo, voy a..."

Al mismo tiempo, mientras el calor se derramaba profundamente en su interior, flexionó los dedos y tocó los líquidos que salían de su ano. No quería perder ni siquiera una pequeña gota de semen cuando todo lo que los dos habían derramado allí, era así de dulce.

De sus perfectas rosas.

***

Un pueblito en las afueras de un país rodeado de altas montañas.

Una iglesia ubicada en un lugar con vista al campo. Algo bullicioso, con las voces de muchos niños.

El pueblo había prosperado recientemente y los huertos, especialmente cerca del lago, ahora eran bien conocidos en el continente entero.

Se decía que un hombre, una persona poderosa que vivía por allí y que no parecía estar especialmente obsesionado con la riqueza, dio todo lo que tenía a los aldeanos aledaños. De esa manera, el pueblo se volvió muy rico y el número de habitantes pudo aumentar gradualmente. Además, la fe del lugar era tan fuerte, que asistían a la iglesia todos los días y sin faltar una sola vez. Por supuesto, era un secreto a voces que lo lograban gracias a que había dos hermosos sacerdotes encargándose de la parroquia. Jóvenes atentos y serviciales, que estaban viviendo donde las rosas moradas siempre estaban en floración.

FIN


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