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~Amargo amor~ [Koisuru Boukun/MPreg] por Syo Kurusu Love Love kokoro

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Notas del capitulo:

Hola, espero les guste. 

 

Gracias por leer y espero me dejen saber qué les pareció. :3

 

 

Mientras el ojimiel se encontraba aferrado al marco de la puerta del cuarto de Morinaga, intentando mantenerse en pie, derramando lágrimas y con su juicio nublado, no notó que alguien había entrado a su apartamento, sino que fue consciente de aquella presencia, hasta que notó que alguien lo había abrazado desde la espalda, sólo entonces reaccionó y notó la presencia de aquel joven, que lo abrazaba con fuerza, intentando hacerlo reaccionar.

 

-¡Souichi-kun! ¡¿Qué sucede?!

 

Como pudo, giró su rostro y se encontró de frente al rostro de Isogai, que se veía evidentemente preocupado, mientras intentaba comprender la situación. Se negaba a aceptarlo, pero sentía una enorme decepción de que aquellos brazos no fueran los de Morinaga.

 

Un silencio se hizo presente y Souichi trató de alejarse del agarre del mayor, sin embargo, antes de poder separarse, sintió que sus piernas perdían fuerza y estaba a punto de caer al suelo, de no ser porque Isogai lo sujetó con firmeza para evitar que cayera. Con sutileza, el mayor ayudó al ojimiel a llegar a la sala para tomar asiento y una vez ahí, lo ayudó a regular su respiración. Cuando notó que finalmente estaba calmado, se puso de pie, preparó una taza de café para él y una taza de té para el ojimiel y regresó con el menor que no decía ni una sola palabra, mientras su mirada parecía perdida. Era notorio que Souichi no se encontraba bien, ya que ni siquiera le importaba el cómo había entrado Isogai o porqué estaba ahí.  

 

-Souichi, ¿qué ocurre? ¿Te sientes mal? ¿Dónde está Morinaga?

 

El ojimiel se encontraba cabizbajo y evidentemente triste, pero escuchar esas palabras, avivaron nuevamente el dolor opresivo en su pecho y como pudo, trató de hablar lo más fuerte que le fue posible, sin embargo, su voz salió en un apenas audible hilo de voz.

 

-Se fue.

 

-¿A qué te refieres con que se fue?

 

Sin levantar la cabeza y sin siquiera dirigirle una mirada a Isogai, tomó la taza de té que este le ofrecía y siguió hablando, mientras fijaba la mirada en la taza de té, intentando mantener la calma.

 

-Se fue, me dejó. 

 

-¿Qué? ¿Estás seguro de que no malinterpretaste algo?

 

La forma de hablar de Isogai, denotaba incredulidad ante las palabras del ojimiel, después de todo, no lograba entender que Morinaga, siendo como es, se alejara sin más de aquel chico temperamental que lo tenía vuelto loco y mucho menos comprendía porqué Souichi se encontraba tan mal como para ponerse a llorar.

 

Antes de responder a las preguntas que hacía el mayor, Souichi señaló la mesa e Isogai se dirigió hacia ella, notando la presencia de la carta, así que la tomó y leyó el contenido, sorprendiéndose ante lo que leía. Un poco incomodo y sin saber qué hacer exactamente, se acercó hacia Souichi, que seguía sentado en el sofá, sin levantar la mirada. Con un poco de nerviosismo, se sentó a su lado y posó su mano sobre el hombro del ojimiel, intentando darle consuelo.

 

-Souichi-kun, no sé qué fue lo que sucedió entre ustedes dos y no pienso preguntarte, a menos que tú desees hablar, pero no creo que sea buena idea que te pongas así, te puedes enfermar.

 

Esperando que Souichi respondiera algo o por lo menos lo alejara, guardó silencio por unos instantes, pero al notar que no había respuesta alguna, tomó cuidadosamente la taza de té de las manos del ojimiel y la colocó sobre la mesita de la sala, para posteriormente tomar sus manos y hacerlo voltear hacia él.

 

-Souichi-kun, creo que debería descansar por hoy. Vamos, bebe el té para que te puedas ir a descansar.

 

Nuevamente, sin conseguir respuesta alguna, acercó suavemente la taza de té al ojimiel, que se limitó a tomarla y beberla lentamente, sin embargo, poco después de terminarla, se quedó viendo fijamente hacia el piso, hasta que finalmente cayó dormido. Isogai, al notar que Souichi se había quedado dormido sobre su hombro, prefirió no moverlo, después de todo, se veía que estaba sumamente cansado y no quería despertarlo, así que con cuidado, posó su brazo izquierdo sobre los hombros del menor y lo atrajo hacia él para tapar a ambos con un suéter que estaba colocado en uno de los brazos del sofá.

 

¿Qué hiciste para dejarlo tan mal, Moringa?

 

.

 

.

 

.

 

El ojimiel comenzaba a abrir los ojos con gran pesadez y sentía el cuerpo adolorido, así que intentó enderezarse, sin embargo, se sorprendió al notar que estaba tapado con un suéter y que Isogai estaba a su lado, abrazándolo. Al notar aquello, rápidamente se alejó y gritó.

 

-¡¿Qué demonios crees que haces?!

 

Tras sentir el empujón del ojimiel y escucharlo gritar, se incorporó y lo miró fijamente, mientras hablaba con calma.

 

-¿Acaso no recuerdas lo que sucedió ayer?

 

Tratando de entender a lo qué se refería Isogai, Souichi intentó recordar lo que había ocurrido la noche anterior y de un momento a otro, su mente recordó todo lo que había sucedido desde que leyó la carta de Morinaga, hasta que se quedó en el sofá bebiendo el té, sin embargo, en aquel momento estaba tan fuera de sí, que su cuerpo parecía estar actuando en contra de su voluntad, de lo contrario, no habría permitido tan fácilmente que el mayor hiciera todo aquello.

 

-Largo...

 

-Vamos, no seas tan cruel. Incluso me quedé a cuidarte.

 

-Dije que te fueras.

 

El ojimiel no se encontraba para nada bien y no tenía ánimos de soportar las estupideces de aquel entrometido, así que rápidamente se abalanzó contra Isogai para intentar golpearlo en el rostro, aunque no le resultó tan fácil, ya que en un ágil movimiento, el mayor lo colocó contra el sofá y le inmovilizó ambas manos.

 

-Souichi-kun, estás demasiado lejos para vencerme aún en un cuerpo a cuero. Además, tu estado de salud no es el mejor que digamos. 

 

-¡Suéltame!

 

-Escucha, sólo quiero que me dejes pasar aquí unos días. Vine por un viaje de negocios y es mejor quedarme en tu casa que en un hotel. 

 

-Yo no-

 

-Y ya que Morinaga no está, lo más probable es que ni siquiera pienses comer bien, ¿acaso quieres preocupar a Kanako-chan?

 

Al notar que el ojimiel dejaba de poner resistencia, comenzó a soltar el agarre y cuidadosamente posó su mano sobre la frente del menor.

 

-Estás hirviendo, ¿te sientes mal?

 

Antes de poder obtener una respuesta, Souichi salió corriendo hacia el baño para vomitar, por lo cuál, la respuesta era evidente. Souichi no sólo se encontraba mal por culpa de Moringa, sino que también estaba enfermo. 

 

Isogai se encaminó hacia el baño y se recargó en el marco de la puerta, esperando a que Souichi terminara de vomitar.

 

-Mierda...

 

-Te llevaré al doctor.

 

-Estoy bien, no puedo perder el tiempo... Además, debo ir a la escuela dentro de poco.

 

-Tienes fiebre y acabas de vomitar, estás loco si crees que te dejaré irte como si nada.

 

-¿No tienes nada mejor para hacer?

 

-Iré a prepararte un poco de té y nos vamos.

 

-No pienso-

 

-Tú decides, pero si sigues insistiendo en no ir, te llevaré por la fuerza y llamaré a Matsuda-san para que venga con Kanako-chan y sabes que soy capaz de hacerlo. 

 

-...Al menos déjame avisar.

 

A regañadientes, Souichi tomó su celular y llamó a Tadokoro para informarle del motivo de su ausencia. Él realmente odiaba faltar a la escuela, sin embargo, sabía que Isogai hablaba seriamente sobre llevarlo a la fuerza y avisar a Kanako, así que no pensaba correr el riesgo. De por sí, tener a Isogai metido en la casa, ya era lo suficientemente molesto como para ahora tener que soportar los regaños de Kanako y sus posibles preguntas sobre el paradero de Morinaga. 

 

Después de finalizar la llamada, bebió el té que Isogai había preparado y se dirigieron al hospital, donde rápidamente pasó a consulta, en compañía de Isogai, que se negaba a dejarlo solo.

 

-¿Ocurre algo malo?

 

-No, es sólo que será necesario realizar un ultrasonido abdominal.

 

-¿Porqué es necesario hacerle un ultrasonido, doctor?

 

-He notado una posible anomalía en la cavidad abdominal y quiero cerciorarme para descartar algún posible problema futuro, ya que podría estar relacionado a algunos síntomas que presenta el joven Tatsumi. No se preocupen, esto será rápido.

 

El doctor rápidamente preparó a Souichi y comenzó a realizar la exploración y cuando confirmó sus sospechas, miró fijamente a ambos jóvenes. 

 

-Felicidades.

 

Al escuchar aquello, ambos jóvenes preguntaron al unísono y con incredulidad.

 

-¿De qué habla?

 

-Usted está de aproximadamente 10-11 semanas. Puede notar al feto en esta zona. Lo que noté mientras palpaba su abdomen era la presencia del útero distendido por la formación del feto, sin embargo, dudé ya que esta es la primera vez que atiendo a un paciente varón con estas condiciones y podía tratarse de otra cosa.

 

Isogai buscó rápidamente la mirada del menor, temía la respuesta que este podría tener, sin embargo, parecía estar en blanco, era evidente que no podía asimilar lo que acababa de escuchar. Con gentileza, el mayor tomó la mano del incrédulo joven para hacerlo reaccionar, sorpresivamente, el ojimiel parecía mantener la compostura.

 

-¿Souichi-kun?

 

-Estoy bien...

 

-Ya puede reincorporarse. Síganme, por favor.

 

Los tres se dirigieron hacia el escritorio del doctor, donde todos tomaron asiente, mientras Isogai escuchaba atentamente la explicación del médico.

 

-Es mi deber informarles que debido a los pocos casos de varones con esta condición en Japón, no hay los instrumentos, ni el conocimiento médico necesario para poder brindarle la correcta atención, ya que el embarazo masculino es más delicado que el de una mujer y es considerado un embarazo de alto riesgo por todas las posibles complicaciones que podrían desarrollarse.

 

-¿Qué complicaciones?

 

Isogai intentaba tomar el control de la situación e intentaba informarse cuánto podía, ya que pese a la aparente calma del menor, era evidente que este seguía sin estar en sus cinco sentidos.

 

-En el caso de los hombres, existe un mayor riesgo de aborto en los primeros 4 meses si no se llevan a cabo los cuidados necesarios y ya que el joven Tatsumi lleva una pésima dieta, acompañada de cansancio extremo y control inadecuado del estrés, esto podría derivar en un riesgo incluso mayor al promedio. Además, los hombres tienen un 40% de riesgo de desarrollar preeclamsia si no hay cuidado adecuado en el embarazo. 

 

-¿Entonces qué podríamos hacer para evitar que él pase por eso?

 

-Lo que yo les recomendaría, sería ir a Canadá o a Estados Unidos para que reciba una atención adecuada lo antes posible. Debido a que la mayoría de casos se están dando allá, están mejor capacitados y equipados para tratar un embarazo y un aborto en varones, aunque el aborto ya no es una opción para el joven Tatsumi, debido a las semanas de embarazo. Y también sería mejor que sea atendido allá, debido a que en Japón aún no se ha reconocido legalmente al embarazo masculino y al matrimonio homosexual, por lo que podría tener algunos problemas para registrar el nacimiento del bebé aquí. 

 

-¿Entonces de momento qué puede tomar para sus síntomas?

 

El doctor comenzó a escribir la receta, mientras explicaba lo que debía tomar y en qué horarios.

 

-Además de los medicamentos, también descanse, evite estar demasiado cubierto y de ser necesario, coloqué fomentos como toallas humedecidas en agua fría para ayudar a disminuir la fiebre. 

 

Posteriormente, describió algunos de los cuidados principales que Souichi debía tener en cuenta como las horas de sueño, la alimentación, etc.

 

-¿Algo más, doctor?

 

-Sí, debe realizar ejercicio diariamente para ayudarse con el estrés y para mantener un buen estado de salud, basta con que camine por lo menos veinte minutos al día. Debe usar zapatos cómodos y procure realizar masajes en piernas y pies para favorecer la circulación y evitar retención de líquidos. Como podrá darse cuenta, es de vital importancia que apoye al joven Tatsumi para evitar que tenga complicaciones durante el embarazo. ¿Tiene alguna duda?

 

-No, doctor. Muchas gracias. 

 

Ambos jóvenes se retiraron del consultorio, recogieron las medicinas recetadas y comenzaron a caminar rumbo al konbini, donde compraron ingredientes para la comida. De regreso al apartamento, hubo un silencio incomodo que Isogai no intentó romper, ya que el ojimiel parecía ido, era como si siguiera tratando de asimilar lo ocurrido.

 

Una vez que llegaron al apartamento, Isogai preparó la comida y mientras la sopa terminaba de hervir, se sentó en el sofá, al lado de Souichi, que estaba en total silencio y con la mirada perdida.

 

-¿Cómo te sientes?

 

-No lo entiendo...es imposible que yo esté embarazado.

 

-Souichi, estás de 10 semanas. Lo mejor que podrías hacer, es intentar asimilar la situación. Entiendo que te resulta difícil, pero-

 

-¡Es que yo no puedo estar embarazado! ¡No soy uno de esos malditos fenómenos!

 

-Escucha, tú no eres un anormal. Es sólo que tienes una...capacidad especial.

 

-¿Cómo mierda se supone que me haré cargo de un bebé cuando ni siquiera puedo cuidar de mi propia salud? ¡¿Cómo le explicaré esto a mi familia?!

 

-¿Qué quieres hacer? ¿Piensas decírselo a Morinaga?

 

-¿Cómo demonios se supone que haga eso si ni siquiera sé a dónde se fue? No tengo ni cómo contactarlo. Además, aún si se lo digo no servirá de nada. 

 

-¿Porqué?

 

-Él quiere cortar lazos conmigo y el contarle esto no resolvería mis problemas con mi familia, ¿cómo mierda voy a ocultar esto?

 

-¿Pensabas ocultarlo?

 

-Por lo menos mientras encuentro la forma de decirlo.

 

-¿Cómo piensas atenderte?

 

-No lo sé, eso de ir a Canadá o a Estados Unidos podría ser una opción, pero no puedo abandonar mis investigaciones.

 

-¿No hay posibilidad de que delegues tu trabajo?

 

-No, sólo quedan dos semanas más para terminar con esto. No pienso dejar perder mis esfuerzos. 

 

-¡Eso es!

 

-¿Qué?

 

-Sólo te quedan dos semanas, ¿qué pensabas hacer después de eso?

 

-Pensaba recabar información para mi tesis y para una nueva investigación. 

 

-Entonces podrías terminar tu proyecto, y después irte a Estados Unidos.

 

-¿Y cómo se supone qué haré eso? Para este tipo de solicitudes, no nos dan vivienda, eso corre por nuestra cuenta.

 

-Yo iré allá por una trasferencia de negocios, estaré en Los Ángeles por un año o por un año y medio, puedo hablar con mi jefe para que puedas ir conmigo.

 

-¿Y cómo harás eso?

 

-Tú déjamelo a mí, ¿qué dices? Podrías hablar con tu escuela para que te den un apoyo en tu investigación.

 

-...Podría ser, no creo que se nieguen a apoyarme, ya que he dado buenos resultados en las investigaciones y eso sería matar dos pájaros de un sólo tiro. 

 

-Perfecto, entonces tú mañana le explicas la situación al director y yo mañana realizo una llamada a mi jefe para explicar la situación lo antes posible, ¿qué te parece?

 

-Sí, es lo mejor...

 

-¿Estás seguro de que no quieres hablar con Morinaga?

 

Pese a la respuesta que recibiera, Isogai ya estaba ideando un plan para lograr que esos dos se encontraran sin importar qué, después de todo, Morinaga merecía saber que sería padre y más aún, no podía dejar que Souichi siguiera en ese estado, ya que pese a hablar un poco más tranquilo sobre la situación, él parecía seguir sin asimilar correctamente todo, era como si el embarazo fuera algo ajeno y evidentemente necesitaría apoyo para entender lo que le estaba sucediendo. 

 

Notas finales:

Gracias por leer y espero me dejen saber qué les pareció. La historia ya está publicada en mi cuenta de Wattpad también. :3

 

PD: Senpai está de 2 meses y medio aproximadamente.

 

*La preeclampsia es una complicación del embarazo, durante la cuál hay hipertensión arterial y ocurren daños hepáticos (hígado) y renales (riñones). Usualmente ocurre a las 20 semanas de embarazo (5 meses).

 


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