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Me encantas Kudo por Yahir Abisai

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Notas del fanfic:

Me encanta Detective Conan. Amo profundamente a Conan y la pareja que forma con Hattori Heiji, pero por más que busqué fics de ese par no encontré,  solo en inglés y aunque me gustaron muchísimo yo quería algo entre Conan y Heiji, no Shinichi y Heiji, Conan. Si sé que suena muy retorcido pero no puedo evitar este gusto. Así que como casi siempre lo que no encuentro lo escribo yo mismo, pues aquí estoy, dudo que alguien lo lea,  así que si alguien lo hace, diré: es un pequeño oneshot ligero y romántico nadamas, nada fuerte, solo algo sencillo y simple.

 

 

Me encantas Kudo

By: Yahir Abisai

 

 

 

 

Siempre pensó que su único objetivo era volver a ser él mismo, recuperar su apariencia, volver a ser el famoso Detective, Shinichi Kudo, y dejar a Edogawa Conan bastante lejos, apartado de él en algún rincón lejano..

 Pero, no supo en qué momento aquello había cambiado, cuándo había sido que aquello perdió algo de importancia, perdió valor… o, quizá sí, fue cuando aquellos ojos verdes habían conseguido meterse a su pensamiento, a su cabeza, cuando sin quererlo, se encontraba soñando con ellos, fantaseando con su presencia a plena luz del día. Hattori Heiji llevaba por nombre y se había presentado en su vida para voltear su mundo de cabeza, mucho, muchísimo más de lo que ya lo estaba, su ahora pequeño mundo.. se sentía un completo idiota cada que él aparecía y sus grandes ojos azules tan dulces e infantiles le seguían los pasos, no podía evitar soltar un suspiro callado y sentir calientes las mejillas, peor era cuando le dirija la palabra, maldita sea, Hattori Heiji tenía 17 años y él no solo tenía diez años menos, sino que era un chico, quiso llorar cuando descubrió lo estúpido de la situación, cuando notó que su corazón se alborotaba a su sola presencia, que no podía evitar sonreír de felicidad cada que ese muchacho le hablaba, le llamaba, le sonreía y lo hacía sentir especial solo para derrumbarse al ser llamado ‘amigo’,  maldición, él no quería ser su amigo, él quería más.

 Pero estaba atrapado en el cuerpo de un niño y sentía tanta desesperación al saber que por más que lo deseara, eso era algo de lo que aún no podía escapar..

Aunque nunca lo dejó ver, sus ojos estuvieron a punto de derramar lágrimas cuando conoció a Kazuha.. esa linda muchacha que seguía a Heiji a todos lados, era obvio, tan obvio, la chica gustaba de Heiji y este parecía corresponder. No importaba lo que su pequeño corazón de niño adolescente sintiera… no importaba qué él fuera un joven de 17 años atrapado en el pequeño cuerpo de un chiquillo de siete.. No importaba nada.

 

 

-Hey Kudo ¿Qué pasa?-preguntó Hattori al haberlo seguido luego de ver aquella carita suya llenarse de tristeza y salir disimuladamente de la habitación, directo al balcón. Ran y Kazuha se habían quedado conversando animadamente.

 

-Oh, Hattori, -fingió sonreír-no pasa nada, solo no me gustan las habitaciones tan cerradas.

 

Exclamo bajito, con esa voz grave que solía usar cuando estaba a solas con él, cuando sabía que podía ser él mismo, aunque aquello solo incluyera a su verdadera identidad y no a sus verdaderos sentimientos..

 

-Te entiendo -sonrió el detective del oeste a ojos cerrados, Conan solo suspiró calladamente y siguió mirando a la nada; estar con el ojiverde se sentía bien, en paz.. aunque… agitó la cabecita cerrando su enormes y hermosos ojos infantiles, la luz del sol resplandeció en el cristal falso de sus lentes que Heiji lo captó enseguida y llevando una de sus manos a su cara terminó retirándole los anteojos del rostro.

 

-Siempre me ha sorprendido lo que un simple par de gafas puede hacer.. -Conan miró curioso el cómo Heiji le contemplaba fijamente mirándole con ojos serios-Te transforman demasiado Kudo, te hacen ver como si realmente fueses un niño, a veces hasta yo mismo caigo en eso.. a veces olvidó que eres Shinichi Kudo y solo veo a Edogawa..

Conan no pudo evitar sentirse herido, le arrebató las gafas y se alejó un par de pasos, Hattori notó que el pequeño se había molestado y le siguió.

 

-No quise decir eso.. Kudo-tocó su pequeño hombro con su mano- Lo siento.. yo

 

-Sí quisiste decir eso, estás pensando que solo soy un niño tonto a tus ojos, que ya no me ves como Shinichi -Conan sonaba molesto, triste, herido sería la palabra.

 

No soportaba pensar que ese chico solo viera en él a un pequeño niño infantil y tonto, él no quería eso, el tenía una mente brillante, era un adolescente, y maldita sea, le quería. Las gafas cayeron olvidadas al suelo. Apretó los labios para no llorar. Heiji lo notó.

 

-Kudo.. yo, no sé cómo explicarlo -Hattori bajó la mirada sin saber qué decir sin saber exactamente cómo explicarlo, es que, maldita sea, Kudo era un niño, Kudo también era casi adulto, pero se veía como un chiquillo y no sabía cómo explicar, hacerse entender y aquello era frustrante, quería decirle que sin saber porqué aquello le gustaba, le gustaba demasiado.

 

-No digas lo que no crees, pero te diré Hattori que no soy ningún niño, aunque mi apariencia te engañe, no soy ningún infante idiota.

 

-¡Nunca he pensado eso! -Hattori no pudo evitar levantar la voz haciendo que el pequeño detective se callara un poco sorprendido- Maldición Kudo, no sé cómo explicarlo, sé a la perfección quién eres, de eso no tengo dudas, ¡Eres brillante y te admiro por ello! Pero.. -bajo la mirada de nuevo apretando los puños y cerrando los ojos tratando de cuidar no decir alguna tontería- Pero te veo y también eres Conan, ¡Y me encanta!

 

-Hattori.. -el pequeño detective estaba asombrado.

 

-Me siento terrible por esto sabes -Heiji siguió hablando pidiendo al cielo las palabras correctas y por supuesto, no arrepentirse de ellas, pero es que ya no podía mantener aquello en silencio por más tiempo- Pero no puedo evitar verte y sentir a mi voluntad romperse ¡Muero por  abrazarte, llevarte conmigo y no devolverte nunca!

Ahora sí que Conan no cabía en sí mismo, escuchaba a Heiji decir aquellas palabras y no sabía si lo que creía que el detective estaba diciendo era lo que pensaba o solo lo estaba malinterpretando Quizá así era y él era un imbécil por tener la tonta idea de vislumbrar esperanzas. Era obvio que Heiji solo creía ver en él a un niño lindo y encantador, algo que claramente no era, sabía que Heiji experimentaba lo que sentían los amantes de los adorables gatos frente a ellos. Sí eso, por eso el detective del oeste se disculpaba. Se sintió tan idiota que solo pudo sonreír burlándose de sí mismo.

 

-Está bien Hattori, me veo como un niño, supongo que..

 

-¡No! -Conan intentó parar aquello pero Heiji no quiso- ¡Estoy mal lo sé! Pero mierda, Kudo.. Kudo.. -Parecía seguir sin tener éxito en saber cómo decir aquello que ya no soportaba guardar dentro de sí mismo.

 

-No tienes que decir nada.

 

-¡Me gustas Kudo!

 

Esas palabras y Conan sintió que el sonido había desaparecido por completo del lugar. Hattori ya le miraba a la cara y ahora era él quien no sabía cómo reaccionar..

¿Qué demonios había dicho?

…¿Qué?

Parpadeó varias veces antes de captar lo que Hattori Heiji había confesado.

 

-¿Qué has dicho?- murmuró.

 

-Qué me gustas Kudo.. -Heiji parecía resignado a escuchar alguna negativa pero bastante decidido en hablar con la verdad – me gustas bastante y sencillamente no sé desde cuándo..

 

Shinichi guardó silencio, las palabras de Hattori aún bailaban en sus oídos y todavía no sabía si había escuchado bien, si no estaba soñando.. abrió los labios temblorosos e intentó hablar, de verdad lo intentó y le costó bastante.

 

-Pe-pero.. y Kazuha, ella.. -tartamudeo un poco comenzando a sentir el como las emociones borboteaban desde su interior comenzando a romper las cadenas de la puerta que las contenía- Ella y tú..

 

-Ella es mi amiga solamente, -habló el que parecía mayor, bajo, bajito como si buscará que solo el niño le escuchara- Es cierto que en algún punto de mi vida creí que me gustaba pero.. pero tú apareciste y esas ideas murieron..

Conan se mojó el labio inferior sintiendo seca la garganta y exclamó temiendo romper la burbuja.

 

-¡Pero Hattori, mírame, me veo de siete años, soy  pequeño, casi del tamaño de un juguete!

 

 Hattori tuvo que aguantarse las ganas de reír ante las palabras y la de ternura que le producian los gestos del menor, solo suspiró profundo y caminando hacia él se hincó de rodillas y tomó una de sus pequeñas manos mirándole con adoración, el pequeño no pudo evitar ruborizarse.

 

-Kudo.. eres tú, eso es todo cuánto importa.. -le sonrió y besó su mano haciendo que Conan temblara de pies a cabeza- Shinichi.. me encanta tu personalidad retorcida, tu mente brillante e incluso tu apariencia.. Conan: de ti me gusta todo, de ti amo todo.. eres la cosa más adorable que mis ojos han visto y no puedo evitar que me tengas capturado por completo.. eres un gusto culposo.. me fascinas Conan.. -y volvió a besar la piel de su pequeña mano haciendo que Shinichi enrojeciera sin poder dejar de temblar y fue peor cuando el detective se le acercó intentando llegar a sus pequeños labios a los cuales capturó en un beso que hizo que su mundo se estremeciera hasta los cimientos.. maldición, ese Heiji estaba completamente loco.

 

-¿Qué sientes por mi Kudo?.. -murmuró el detective del oeste al separarse lentamente de él tocando sus pequeños labios con su aliento.

 

Conan Edogawa bajo la mirada sin dejar de sentirse como una gelatina; obvio que Hattori Heiji le gustaba, obvio que ese estúpido detective de Osaka le encantaba.

-Siento.. que eres un idiota Heiji.. -El rostro de Hattori ensombreció ante las palabras, pero justo cuando se iba a alejar sintiéndose rechazado, Conan le sujetó de la camisa y le acercó a él y le sonrió engreído y autosuficiente – De no serlo ya hubieras notado que llevo esperando que dijeras esto desde hace mucho..

 

-Shinichi.. -Heiji se sorprendió pero Conan solo le besó echándole sus pequeños bracitos al cuello y el detective de Osaka le atrajo a él de la cintura abrazándole- Eres malo Kudo..

 

-¡Pero Heiji-niichan, qué hice? -Conan uso aquel tono de voz dulce y lindo, de niño infantil y tremendamente adorable mientras miraba al “mayor” con esos enormes ojos brillantes. Heiji le miró un segundo al instante de cerrar los ojos soltar un suspiro y confesar:

 

-Maldición Kudo, me encantas..

 

Conan Edogawa sonrió con malicia abrazando al mayor con posesión. ¡Lo tenía!, lo tenía. El detective de Osaka era suyo ahora y jamás lo soltaría, jamás. Él realmente NO era un niño pequeño y adorable, pero si Heiji quería eso, él sería lo que Heiji quisiera si eso significaba tenerlo hechizado para siempre.

 

 

…………….

 

 

By: Yahir Abisai.

 

 

 


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